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El artículo refleja la situación de las torrenteras y su entorno.

Desarrolla un
panorama histórico de las primeras intervenciones físicas y legales por parte de
instituciones públicas sobre ellas, se profundiza su situación existente, su uso y
apropiación.
Por otro lado, también hace mención a diferentes espacios geográficos con
similitud en cuanto a cuerpos de agua de Cochabamba, comparando las
potencialidades encontradas en cada sector, destacando la importancia de las
mismas en cuanto a la seguridad de su entorno.

1. TORRENTERAS DEL PARQUE NACIONAL


TUNARI
El proceso de expansión urbana en la ciudad de Cochabamba se ha extendido
descontroladamente, esto ha llevado a que los asentamientos humanos se
encuentren emplazados en lugares no aptos para la edificación, como ser al borde
de las torrenteras, la cercanía de las vivienda con estos cuerpos de agua provoca
distintas reacciones y efectos tanto en la integridad física y seguridad del entorno,
como en la del medio ambiente, debido a que por la alteración de un espacio
natural se obstaculizan sus funciones y esto genera un peligro.
En la zona norte las torrenteras representan los colectores principales de agua de
lluvia, estos direccionan el líquido elemento hacia el Río Rocha. La importancia de
estos cuerpos de agua es elevada, ya que brinda seguridad a su entorno urbano,
garantizando la reducción de un probable riesgo de inundación, pero debido a la
ausencia de planificación al momento de urbanizar y a las inadecuadas prácticas
de la población sobre estos espacios, se genera un peligro y una amenaza latente
que puede traer consigo efectos negativos de consideración para la población.
Estas torrenteras sirven de drenaje pluvial del parque Tunari en tiempos de lluvias.
Según el Plan Director de Cochabamba del año 1981 estos espacios se
destinaron como zonas de protección y  arborización.
Mediante un relevamiento cartográfico de imágenes satelitales y la cobertura
digital de torrenteras que la municipalidad emplea para su cartografía, se puede
ver que la zona cuenta con 17 torrenteras seccionadas (incluyendo el Rio Taquiña
y el Rio Ch’aquimayu), entre las cotas 2650 y 2750 y 14 torrenteras seccionadas
que atraviesa asentamientos urbanos por encima de la cota 2750. Este conjunto
de drenajes comprende un sistema natural de mitigación de riesgos en la ciudad
debido a los procesos naturales del agua que se dan en ellos, lamentablemente
estos procesos están siendo alterados.
Según el concejal Edwin Jiménez en un artículo del periódico Los Tiempos del
presente año, declara que  existen 21 torrenteras consideradas de riesgo, 14  de
estas emplazadas en los distritos 1 y 2, lo cual indica que los asentamientos en el
lugar están en situación de riesgo.
Ilustración 1: Torrentera Pintumayu: Laguna de retención después de una
jornada lluviosa

Fuente: Elaboración propia

2. ANTECEDENTES DE INTERVENCIONES EN
LAS TORRENTERAS DEL NORTE DE LA
CIUDAD
Entre la década de los 80 y principios del siglo XXI se suscitaron diversos hechos
que tuvieron como escenario principal las diversas torrenteras del Parque Nacional
Tunari.
Entre ellas:

 Ley de creación del Parque Nacional Tunari.


 Resoluciones de CORDECO entre 1986 y 1992 con la finalidad de prevenir riesgos
de inundación, y en especial la Resolución 049/87 del 31 de diciembre del año
1987, que por primera vez determinó franjas de seguridad para seis ríos de
Cercado.
 Programa de Manejo Integral de Cuencas (PROMIC) el año 1991, con el objetivo
de desarrollar una propuesta regional para el manejo de las cuencas del Parque
Tunari.
 Tras años de su creación hasta antes de convertirse en lo que hoy se conoce
como Servicio Departamental de Cuencas (SDC), PROMIC ejecuto un Plan
Regional de Manejo Integral de Cuencas, donde se identificó 9 cuencas, donde
solo dos torrenteras se gestionaron :Pintumayu y Pajcha.

Según un estudio del PROMIC para la torrentera Pajcha, las dimensiones de las
franjas de seguridad se establecen según la altura sobre la que se sitúa al nivel
del mar, como se ve en la Tabla 1. Si se aplican estos parámetros, solo las
torrenteras Pintumayu y Pajcha estarían de acuerdo a los parámetros.
Tabla 1: Extensión de las franjas de seguridad en función a la altura de línea
de cota

Tramo Franja de seguridad de ambos ejes

Entre las cotas 2750 y 2650 140 metros

Entre la cota 2650 y las zonas canalizadas 70 metros

En las zonas canalizadas 15 metros

Fuente: José Quiroga & Iván Vargas, 2003

3. CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y NATURALES


DE LAS TORRENTERAS DEL NORTE DE LA
CIUDAD
En general una torrentera consta de dos elementos básicos, el curso de agua y la
franja de seguridad, estas representan un sistema natural de protección y
seguridad del entorno, esto depende de su estado funcional en el sentido de la
capacidad que esta tiene de asimilar y conducir efectivamente diferentes
volúmenes de agua en tiempo de lluvia. En el caso de las torrenteras de la parte
norte existen varias que no presentan características apropiadas de protección y
mitigación.
En este sentido una característica apreciable a simple vista que se puede
mencionar, es la casi inexistencia de franjas de seguridad adecuadas. Solo las
torrenteras Pintumayu, Pajcha y el Rio Ch’aquimayu  cuentan con una superficie
considerable en sus franjas. Únicamente la torrentera Takho Pampa cuenta con
una superficie considerable de franja, como se observa en el mapa 1.
Mapa 1: Torrenteras en la zona norte de Cochabamba

Fuente: Elaboración propia con base a datos del G.A.M. de Cochabamba y relevamiento de campo.

En la mayoría de los casos las torrenteras se han reducido a simples quebradas


con un promedio mínimo de perfil de franjas de seguridad de 30m, motivo por el
cual han sido canalizadas algunas desde la Av. 1ra Circunvalación, obstruyendo el
proceso natural de filtración de agua, además de no tener un mecanismo que
reduzca la velocidad del agua en tiempo de lluvia, y reduciendo la capacidad de
conducción de volumen de agua debido a que no solamente tienen como función
drenar y filtrar el agua del Parque Tunari, sino que a la ves sirven como colector
del sistema de drenaje pluvial en cada zona, lo que significa que colectan el agua
de lluvia de las calles.
Ilustración 2: Presa de rebalse en la laguna de retención de la torrentera
Pajcha
Fuente: Elaboración propia

Como se recalcó anteriormente Pintumayu y Pajcha presentan intervenciones


físicas como ser obras de infraestructura hidráulica de mitigación de riesgos de
inundación, las mismas que mantienen una franja de seguridad considerable,
estos dos cuerpos de agua hasta la primera década de este siglo ya contaban con
diferentes mecanismos de manejo y mitigación de riesgos, ya que cuentan con
lagunas de retención, presas de rebalse y muros de contención en puntos
estratégicos, garantizando el paso seguro del agua en tiempos de lluvia, además
que gracias al perfil adecuado de la franja de seguridad, permite la existencia de
una mayor cobertura vegetal lo cual ayuda a reducir el volumen de agua que fluye
por el curso de agua, acelerando el proceso de filtración por capilaridad y brindar
estabilidad al terreno, en comparación con las demás torrenteras, el espacio
reducido y el aprecio de la vegetación ornamental sobre la funcional condiciona la
existencia y proliferación de vegetación que complemente la función de las
torrenteras.
Ilustración 3: Presa de rebalse en la laguna de retención de la torrentera
Pintumayu luego de una jornada lluviosa
Fuente:Elaboración propia

Una curiosidad relevante y muy importante a mencionar es el uso que la población


le da a estos espacios en tiempo de lluvia, ya que a partir de las intervenciones
adecuadas en las torrenteras Pintumayu y Pajcha, por su condición y su estado
actual más allá de representar un peligro, permite que la población pueda utilizar
el espacio con fines recreativos en el caso de las lagunas de retención y con fines
funcionales para practicas antiguas como la de lavar ropa  en los ríos o
aprovechar el agua para el riego de la misma vegetación.
Ilustración:  Vecinos de la urbanización La Floresta aprovechando el agua de
la torrentera Pajcha luego de una jornada lluviosa
Como se ha ido mencionado las torrenteras en Cochabamba sufren
considerablemente la reducción de sus franjas de seguridad. Este hecho deriva
simplemente de la ausencia de planificación al momento de urbanizar un lugar. En
primer lugar porque no se respetó las distancias optimas que tiene que haber
entre la torrentera y un asentamiento humano, poniendo en riesgo la integridad de
las viviendas y las familias más próximas a la torrentera. En segundo lugar, porque
actualmente se están urbanizando áreas protegidas y de riesgo sin criterio alguno
con un objetivo meramente lucrativo generando una continua progresión de
vulnerabilidad del sector. Debido a diferentes acciones como exigir la
impermeabilización de esta mediante la canalización, permitir la deforestación por
el desmonte y aplanamiento de las franjas de seguridad para la venta de
agregados para la construcción, el mal uso de la misma como botadero de
escombros y basura, también la quema de la misma que en ocasiones logra
expandirse hacia la vegetación, las conexiones clandestinas de alcantarillado y el
emplazamiento de caminos vehiculares improvisados que atraviesan las
torrenteras, pudiendo ocasionar accidentes, o en el peor de los casos un desborde
del cuerpo de agua en tiempo de lluvia, ya que al habilitar estos caminos se
entuba o se nivela la sección por donde se quiere el paso. Estas acciones también
han llevado al deterioro del paisaje natural el mismo que fue hábitat de las
especies nativas de flora y fauna además de poner en riesgo a la población del
entorno por la potencial amenaza de inundación que existe o podría existir en
tiempos de lluvia.

Por ejemplo el año 2014 un artículo del periódico Los Tiempos manifestaba que el
entorno de la torrentera Ukumayu frente a SEGIP se encontraba rodeado de
actividades económicas muy cercanas a la misma y que incluso sobrepasando la
cota 2750 existen edificaciones que no cumplen con el margen recomendado,
manifiesta también algo similar en Villa Taquina y Candelaria, donde la franja de
seguridad casi ha desaparecido debido a las urbanizaciones, también menciona el
mal uso que se les da a las mismas, ya que existe gran acumulación de basura y
escombros, tanto en el curso de agua como en la franja de seguridad.

Otra declaración similar es del exdirector del PNT Carlos Espinoza, el cual
menciona que las urbanizaciones no respetan las franjas de seguridad a tal grado
que en varios casos las desembocaduras de los ríos ya no llegan a su destino
final.

4. ANÁLISIS COMPARATIVO DE LAS


TORRENTERAS DEL NORTE DE LA CIUDAD
El año 2018 se vivió el aluvión a las orillas del rio Taquiña , producto de la
inadecuada práctica de uso y apropiación del entorno y del rio mismo, en resumen
se puede decir que la deforestación de la parte superior de la cuenca causo una
inestabilidad del suelo que  derivó en un deslizamiento, seguido a esto la invasión
de franjas de seguridad había reducido a casi cero el perfil de la misma y del
caudal, lo que significaba que la capacidad de conducción de volumen del rio
había disminuido drásticamente, por lo cual el rio se desbordo hacia su dirección
natural, donde existían viviendas, la continua progresión de vulnerabilidad que se
generó en el sector por parte de sus mismos habitantes había hecho inseguro el
rio y su entorno. Entre otros casos está el playón de Marquina que es
constantemente amenazado por loteadores, e incluso ya existen urbanizaciones
alrededor y en medio  del rio, otro caso relevante es el caso de villa Israel al sur
del municipio de Cochabamba, donde las numerosas urbanizaciones han hecho
caso omiso de la presencia de pequeños cuerpos de agua, los cuales tienen una
inesperada reacción de flujo de agua, en el año 2018 se registró una persona
fallecida por una riada inesperada casi a la altura de la OTB Juana Azurduy.
Situaciones similares se puede apreciar en las zonas de Achumani y Kara Kara en
el distrito 9 y Ushpa Ushpa, Minero San Juan, Serena de Calicanto, Lomas de
Santa Barbara en el distrito 8 y prácticamente toda la parte superior ocupada de la
serranía este del distrito 7 y 14, donde las construcciones se realizan a escasos
metros de las quebradas, sin mencionar la pendiente muy pronunciada sobre la
cual se edifica.

Realizando una comparación entre los lugares mencionados anteriormente, se


puede notar varias características favorables en la zona norte del municipio, si
bien en esta zona también se tiene diversas carencias y problemas en las
torrenteras. El tratamiento de los cuerpos de agua de las torrenteras Pintumayu y
Pajcha han sido beneficiosos para garantizar la seguridad de la población del
entorno. Se podría decir que estas son las más importantes debido a que se
encuentran en la parte central de la zona norte del municipio y son las que
presentan más acumulación de agua, además es importante mencionar que antes
y durante los años 80 se registraban inundaciones en dichos sectores, pero
gracias a los estudios y aplicación de estos mismos por parte del PROMIC a partir
de la década de los 90, es que a la fecha no se tienen problemas como lo vivido
en Tiquipaya o en otras partes de la región. Estas dos torrenteras representan el
modelo ideal para las intervenciones físicas de manejo, control, prevención y
mitigación de riesgos, las cuales pueden ser aplicadas en las demás torrenteras
de la región.

5. CONCLUSIONES
En el municipio de Cochabamba las torrenteras representan la seguridad de su
entorno más que un peligro, llegando a esta conclusión porque en primer lugar
tienen la principal función de direccionar el volumen de agua que por gravedad se
escurre por la serranía hacia un colector principal, y en segundo lugar porque si
estos cuerpos de agua presentan todos los requerimientos necesarios como ser
las franjas de seguridad con un perfil adecuado, vegetación presente en ella y una
infraestructura hidráulica eficaz para la mitigación de los efectos de la
materialización de un riesgo como en el caso de Pintumayu y Pajcha, los
acontecimientos climáticos en cuanto a lluvia se refiere en la zona, no traerá
consigo efectos negativos de consideración, debido a que sus elementos
preventivos podrán garantizar la seguridad del entorno, ya que estos disminuyen
la vulnerabilidad del medio físico y natural del sector, incluso fomenta la
recreación, ya que la temporada de lluvia convierte a estas torrenteras en
espacios públicos comunes, donde la gente puede lavar su ropa como se hacía
antiguamente e increíblemente nada en las pequeñas lagunas formadas por la
torrentera además de ser un espacio atrayente para la vista.
Por otro lado, el peligro que pueda considerarse o atribuirse a una torrentera se
debe a factores netamente antrópicos, contradictorios a lo antes mencionado,
puesto que por naturaleza el agua que circula por las torrenteras solo siguen su
cauce natural y cumplen los procesos naturales del agua, la alteración de estos
procesos mediante la inadecuada apropiación de los mismos como la invasión de
franjas de seguridad, el desmonte, la impermeabilización de su superficie, etc.
genera una amenaza de origen antrópico natural que con altas probabilidades de
efectos negativos para su entorno.

BIBLIOGRAFÍA
José Quiroga & Iván Vargas (2003). Manejo integral de cuencas y franjas de
seguridad en asentamientos humanos en zonas de riesgo. Experiencias del
PROMIC en la implementación de Franjas de Seguridad en las torrenteras La
Pajcha y Pintu Mayu. Cochabamba, Bolivia.

Los Tiempos. (25 de 05 de 2014). Parque Tunari: Viviendas invaden franjas de


seguridad de las torrenteras.

OPINION (04 de 03 de 2018). Sacaba es el municipio que más aprobó


urbanizaciones en riesgo. Cochabamba.

Los Tiempos (2 de febrero de 2019). Las 21 torrenteras de la zona norte son de


“riesgo” y necesitan manejo.
Medio AmbienteCochabamba, Franjas de seguridad, Parque Tunari, Torrentera

La canalización de torrentera es una de protección y conducción que


permiten ajustar el cauce de los torrentes pluviales y dar seguridad a los
asentamientos aledaños a las torrenteras naturales.

Después de episodios fatales, como el que les tocó vivir a los vecinos de
Alto Cochabamba la tarde del 24 de diciembre, cuando un albañil murió,
LAS CONSTRUCCIONES QUE AVASALLAN LA FRANJA DE
SEGURIDAD DE LAS TORRENTERAS NO PARAN.
Esa es la situación del barrio Bolívar, de la zona sur. LA TRAGEDIA NO
IMPIDE QUE LOS VECINOS SIGAN CONSTRUYENDO NO SOLO EN
ESE SECTOR, SINO EN OTROS. Una inspección por las torrenteras de la
zona norte de la ciudad permitió verificar a OPINIÓN la existencia de varias
construcciones ilegales. LAS QUE POCO A POCO FUERON GANANDO
METROS A LA FRANJA DE SEGURIDAD Y MUCHAS VIVIENDAS
ESTÁN A SOLO CINCO METROS DEL CAUCE DEL RÍO.

LOS VECINOS CANALIZAN LAS TORRENTERAS Y CONSTRUYEN SUS


CASAS SIN RESPETAR LAS DELIMITACIONES MUNICIPALES, ES
MÁS, ESTÁN EN LAS TORRENTERAS. LAS AUTORIDADES ESTÁN AL
TANTO DE LA NORMA Y TRATAN DE HACERLA CUMPLIR, PERO LOS
CONSTRUCTORES TIENEN FORMAS DE ELUDIR Y ACUSAN A LAS
AUTORIDADES MUNICIPALES DE CERCADO Y SACABA DE SER
RESPONSABLES.

El subalcalde de la comuna Tunari del Cercado, Calixto Vásquez Tórrez,


admitió que las construcciones continúan y afirmó que llevaron varias
notificaciones de paralización de obras a los propietarios de las viviendas
que ingresaron a las franjas de seguridad de las torrenteras de Tagoloma,
Tajra y Wara Wara, del Distrito 1, zona Pacata, un territorio colindante al
municipio de Sacaba.

Los propietarios aseguraron que las construcciones son legales porque


cuentan con el permiso del municipio sacabeño, situación que de acuerdo a
Vásquez Torrez -además de los usuales problemas de límites municipales-
va en contra de la Ley de Gobiernos Autónomos Municipales, emitido en
enero de 2014, que en su artículo 31, INDICA QUE ES TUICIÓN DE LAS
ALCALDÍAS RESPETAR EN LOS “RÍOS HASTA VEINTICINCO (25)
METROS A CADA LADO DEL BORDE DE MÁXIMA CRECIDA,
RIACHUELOS, TORRENTERAS Y QUEBRADAS CON SUS LECHOS,
AIRES Y TALUDES HASTA SU CORONAMIENTO”.

El subalcalde del Distrito 3 Pacata, Rodrigo Villegas S., aseguró que su


dependencia NO OTORGÓ NINGÚN PERMISO DE CONSTRUCCIÓN Y
MENOS EN ESA ZONA Y QUE “MUY AL CONTRARIO, MONITOREAN
CUALQUIER TIPO DE IRREGULARIDAD PARA FRENAR EL
AVASALLAMIENTO Y AVANCE DE OBRAS”.

“El personal va a controlar las torrenteras en días hábiles, fines de semana


y feriados, porque los infractores avanzan en horarios irregulares; pero
cuando los encontramos incumpliendo la norma les decomisamos sus
materiales. Incluso hemos llegado a quitarles su maquinaria”, dijo Villegas.

GANAN METROS El avance es tan evidente que en la torrentera Logustani,


ubicada en el Distrito 2, entre Villa Taquiña y Candelaria, la franja de
seguridad casi desapareció. Tras la Segunda Circunvalación, una gran
urbanización se encuentra al lado derecho; sin embargo, en el izquierdo hay
un espacio mayor de aproximadamente ocho metros, pero sin llegar a lo
reglamentado, donde queda la parada del radiotaxi 110.

LA FRANJA DE SEGURIDAD DE LA TORRENTERA SE ESTRECHA Y


EN ALGUNOS SECTORES TIENE AL MENOS CINCO METROS E
INCLUSO DESAPARECE BAJO UNA PEQUEÑA CAPA ASFÁLTICA,
PARA DESPUÉS VOLVER A APARECER DIRIGIÉNDOSE AL SUR.

“El deterioro de las torrenteras es evidente, sobre todo, en las zonas


urbanas por la desnaturalización de los caudales, la acumulación de basura
y la falta de un plan integral de atención. Estamos concientes de que hay
avasallamientos y avances a la franja de seguridad. LOS PROPIOS
VECINOS SON LOS QUE HAN GANADO ESPACIO, PERO NO SE
TRATA DE UN PROBLEMA DE ESTA gestión municipal, sino de
anteriores”, aseguró Calixto Vásquez.

EN LAS TORRENTERAS VISITADAS, LA BASURA ES UNA


CARACTERÍSTICA COMÚN.

EXISTE UNA GRAN CANTIDAD DE BOLSAS PLÁSTICAS,


ESCOMBROS, RAMAS Y PASTO, RESTOS DE COMIDA Y OTROS
DESECHOS. LA ACUMULACIÓN DE LOS RESIDUOS AGRAVA LA
SITUACIÓN DE LOS CANALES, SOBRE TODO, EN LA ÉPOCA DE
LLUVIAS. LA SUBALCALDÍA TUNARI TRABAJA CON OTRAS
INSTITUCIONES PARA LA LIMPIEZA DE LAS MISMAS, PERO LA
BASURA SIGUE SIENDO DEJADA EN LAS TORRENTERAS.

4 Torrenteras libres

El subalcalde de la comuna Tunari, Calixto Vásquez, aseguró que las


torrenteras de Canta Rana, Aranjuez, Pintu Mayu y Pajcha están libres de
construcción de vivienda.
Limpieza

Las franjas de seguridad son limpiadas

para evitar tapona-miento y desborde de las torrenteras.

Un proyecto de canalización espera ser


regularizado
El subalcalde de la Comuna Tunari, Calixto Vázquez Torres, informó que
dentro de los planes de cuidado de las torrenteras se tiene proyectada la
ejecución de la canalización de las torrenteras de Logostani, Pajcha y Pintu
Mayu.

Las tres torrenteras tienen los proyectos a diseño final, incluso está
aprobado el presupuesto de inversión, que oscila entre cinco y ocho
millones de bolivianos.

“El trabajo del embovedado iniciará en la primera Circunvalación hasta


llegar a la Cota 2750, que es el límite establecido por el Parque Nacional
Tunari”, dijo Calixto Vásquez.

Señaló que la Subalcaldía no puede llevar adelante este proyecto -aunque


ya está dentro del presupuesto-, mientras no se resuelva el tema de las
rasantes, es decir el ingreso de las casas sobre la franja de seguridad.

Mario N.N., de 75 años, vecino de la Organización Territorial de Base (OTB)


Taquiña, desde hace 40 años, dijo que “ES UNA PENA VER CÓMO
ALGUNOS VECINOS SÍ CUMPLEN LAS NORMAS MUNICIPALES
ESTABLECIDAS, MIENTRAS OTROS “MALOS VECINOS” SE
APODERAN DE ESPACIOS QUE NO LES CORRESPONDEN Y QUE ESO
AFECTA AL DESARROLLO DEL SECTOR”. Por lo pronto, las torrenteras
no son abandonadas, más al contrario se está velando por su cauce normal
del agua, con limpieza constante y la verificación del estado de los puentes.
“La gente no debe votar su basura en las torrenteras, porque corre riesgo su
vida”, finalizó.
La torrentera de Lava Lava, al sur de Sacaba, es loteada desde hace seis meses
por una familia que asegura tener el derecho propietario del afluente y sin que la
Alcaldía asuma acciones efectivas para preservar este cauce, informaron ayer
vecinos de la OTB Valle Paraíso.  
Como consecuencia de este atentado ambiental, LA TORRENTERA SE HA
REDUCIDO DE 20 METROS DE ANCHO A TAN SÓLO 10  Y 12, COMO
UN CANAL.
LA INVASIÓN DE LA FRANJA DE SEGURIDAD PREOCUPA A LOS
VECINOS DE SEIS OTB QUE VIVEN CERCA DE LA TORRENTERA,
DONDE ADEMÁS DESEMBOCAN CINCO AFLUENTES QUE NACEN
EN LAS SERRANÍAS, EXPLICÓ EL  VICEPRESIDENTE DE LA OTB
VALLE PARAÍSO, JAIME ZERNA.
Aunque la temporada de lluvias comenzará en dos meses, en noviembre, la
Alcaldía de Sacaba aún no intervino para detener los trabajos en Lava Lava. Ante
la pasividad edil, los loteadores intensificaron los trabajos para cerrar la
torrentera.
Los vecinos alertaron que se hallan ante un riesgo porque, además, LOS
SUPUESTOS PROPIETARIOS DE LA TORRENTERA DESCARGARON
MÁS DE 200 TONELADAS DE ESCOMBROS EN UNA SUPERFICIE DE
80 METROS PARA APLANAR EL TERRENO Y ASÍ PODER
CONSTRUIR.  
“Nos vemos muy afectados con estas obras. En la temporada de lluvias podemos
ser afectados como pasó en Tiquipaya (2018). POR ESO, COMO VALLE
PARAÍSO HEMOS HECHO LA DENUNCIA A LA ALCALDÍA Y
ESTAMOS PENSANDO HACERLO TAMBIÉN EN LA SECRETARÍA DE
LA MADRE TIERRA DE LA GOBERNACIÓN”, DIJO LUIS LAFUENTE,
VECINO Y EXDIRIGENTE DE LA OTB VALLE PARAÍSO.
Además de la afectación a la torrentera, para el representante del Colectivo
Socioambiental de Cochabamba (Cosac), Jaime Ponce, también existe “un
tremendo daño ambiental” porque la remoción de tierra devastó la vegetación
nativa existente en Lava Lava.
Según un vecino, Jaime García, las especies dañadas en los extremos de la franja
de seguridad de la torrentera fueron molles, algarrobos y toborochis. Además, de
varias colmenas que habían en el cauce.
“En la temporada de lluvias llega el agua desde aquellas ocho serranías y esto
puede desbordarse. En tiempo de sequía esta tierra es dura, pero cuando llueve se
vuelve como mantequilla”, alertó García.
Municipio
El director de Medio Ambiente y Madre Tierra de Sacaba, Juvenal Torrico,
señaló que el municipio está en la etapa de recolección de datos para iniciar un
proceso en contra de los presuntos propietarios por invadir la franja de seguridad
de la torrentera.
El concejal Herlán Ramírez señaló QUE HARÁ UNA INSPECCIÓN A LA
ZONA AFECTADA PARA PEDIR UN INFORME AL ALCALDE DE
SACABA, HUMBERTO SÁNCHEZ.
 
LAS OTB corren riesgo. Seis OTB de la zona baja de la torrentera
temen un deslizamientos en la época  de lluvia como pasó en Tiquipaya.
 
LOS VECINOS PIDEN QUE LA ALCALDÍA LES DÉ PRIORIDAD
REDACCIÓN CENTRAL
Las seis OTB que podrían ser afectadas en el distrito de Lava Lava, al sur
de Sacaba, por el cierre de una torrentera son Valle Paraíso, Glorieta San
Antonio, Glorieta Centro, Glorieta Lomas, Tuscapujllo Centro y
Tuscapujllo Bajo.
Las seis OTB se ubican en la parte baja de la serranía de Lava Lava, donde
cinco afluentes se unen para alimentar la torrentera en la temporada de
lluvias.
“Controlar esta situación debería ser prioridad para la Alcaldía. En esta
urbanización vivimos más de 370 familias y hay más urbanizaciones que
están abajo”, dijo Néstor Gutiérrez, vocal de la OTB Valle Paraíso.
Para tapar la torrentera los presuntos propietarios de los terrenos en la zona,
Lucas G., y Regina V., aplanaron una pequeña loma de cinco metros
aproximadamente que había en el lado este del afluente afectado.
Lotes en venta
Pese a tener las observaciones de la Alcaldía por la invasión a la franja de
seguridad y la disminución del ancho en el cauce de la torrentera, la oferta
de venta de lotes en el Distrito de Lava Lava continúa a  través de letreros.
Según los vecinos de la OTB Valle Paraíso, la oferta oscila entre los 12 mil
a 15 mil dólares. Mucho depende de la ubicación y la proximidad con la
torrentera. Se intentó conversar con los presuntos propietarios de los
terrenos en el distrito de Lava Lava, pero hasta el mediodía de ayer no
llegaron a la zona.
 
DECLARACIONES
"Estamos preocupados, los vecinos temen que ocurra algo peor que en
Tiquipaya. Pedimos sanción para los infractores". Néstor Gutiérrez. Vocal de
la OTB Valle Paraíso.
"Hace tres meses comenzaron con la remoción de tierras, trabajaron día y
noche. Mataron varios árboles".  Luis Lafuente. Vecino de Valle Paraíso.

Pasa la inundación, queda la pobreza en Pacata Alta


Posted marzo 5, 2012 by PAAC-LIDEMA in Bolivia, Cochabamba.
Tagged: Cochabamba, inundaciones, lluvias, tragedia. Dejar un comentario

Casas destrozadas, paredes a medias, patios llenos de lodo y escombros, restos de muebles
en mal estado y gente que perdió casi todas sus pertenencias son los saldos que dejaron las
lluvias y el granizo el pasado 13 de febrero en el barrio 10 de Diciembre, en la zona de
Pacata Alta.
“Cuánto no hubiera querido, con toda mi familia, morir ahí, pero Dios no quiso. Yo decía
en mi mente: ‘Ya no vivo más, de esto no salgo’. Era como un río que vino desde el cielo
con mucha fuerza”, lamentó Elsa Dávalos, una de las vecinas más afectadas por el desborde
de las torrenteras y que trajo como consecuencia el derrumbe parcial de algunas viviendas.
Según contó Dávalos, ésta es la tercera vez que ocurre este tipo de desastre. “Ya había
pasado antes, pero nunca fue con tanta fuerza. Cada vez que llovía sólo destapábamos la
alcantarilla, pero esta vez no pudimos hacer nada”, aseguró en medio de llantos.
Agregó que por falta de dinero no pudo arreglar su casa ni mucho menos mudarse a un
lugar en mejores condiciones y con menos riesgos. Y es que el barrio 10 de Diciembre,
como muchos otros, es una de las zonas que, en su gran mayoría, está habitada por gente de
bajos recursos que no tiene otra que hacerle frente a cualquier dificultad.
“Antes, este barrio era como un torrentel nomás. Nos asentamos y poco a poco fuimos
construyendo nuestras casas a lo que pudimos, sin imaginar este desastre. Me prometieron
otro lote pero no quiero irme de aquí. Ésta es mi casita, aquí murió mi marido y aquí quiero
pasar mis últimos días”, expresa Dávalos.
Advertencia
Según la dirigente de la OTB 10 de Diciembre, Laura Arnez, nunca fueron advertidos sobre
los riesgos, aunque reconoce que sí eran conscientes de que estaban muy cerca del cauce
del río. “La necesidad de tener un terreno propio era más fuerte que medir las
consecuencias. La mayoría de las familias que vivimos aquí somos humildes y numerosas.
En muchos casos no tenemos dónde ir”, aclaró.
Alejandro Díaz, otro de los dirigentes de la zona, reconoció estar consciente de que algún
día podía pasar el desastre. “Nosotros sabíamos de estas torrenteras, pero no de esta
magnitud. Con esta ya es la tercera vez que acurre esta clase de desastres. Hace unos 10
años, una torrentera similar se llevó dos vidas”, remarcó.
Antecedentes históricos
El barrio 10 de Diciembre surgió a partir del asentamiento que se realizó en 1986 por mineros
aportantes del extinto Fondo Nacional de Vivienda (Fonvis), quienes al ver que no había ninguna
respuesta a sus pedidos, se instalaron a la fuerza en los terrenos que pertenecían a la Corporación
Minera de Bolivia (Comibol).
“Si bien en ese entonces nos asentamos de forma ilegal, hoy en día contamos con papeles legales,
escrituras que están inscritas en Derechos Reales de Sacaba”, expresó el dirigente de la OTB 10 de
Diciembre, Alejandro Díaz.
Aseguró contar con documentaciones en las que se especifica que la Gobernación –que en ese
entonces era la Prefectura– y la Alcaldía dieron fe de que esos terrenos eran habitables. “En esos
papeles no había ninguna advertencia sobre esta clase de problemas. En ninguna parte del escrito se
habla de torrenteras”, afirmó el dirigente.
SOSPECHAS
El dirigente Alejandro Díaz recordó que la tragedia que hace 10 años arrasó con los hogares de más
de 15 familias fue producto de una mala intención, ya que él, junto a la directiva de la OTB, fue hasta
el lugar desde donde se desbordó el río y comprobaron que alguien desvió el cauce del río.
Díaz remarcó la necesidad de llevar a cabo una investigación para llegar al fondo de esta tragedia y
encontrar, de una vez por todas, al responsable. “Yo le pedí ayuda al alcalde de Sacaba para que se
realicen las averiguaciones necesarias con respecto a este tema”, expresó.
OPINIONES
Miguel Condori
Cerrajero
“La gente sabía del riesgo”
“La gente es consciente, sabe de la cota 2.750,  O sea, del límite hasta el cual se puede construir,
pero igual hacen de oídos sordos y sin medir consecuencias cimientan su casa sin consultar muchas
veces a un arquitecto. La verdad no sé qué piensan.
Incluso sabían que en cualquier momento iba a pasar lo que pasó, pero aun así siguieron con sus
actividades sin medir ni prever ninguna consecuencia”.

Sergio Rodríguez
Municipio Cercado
“Hay que canalizar”
“Muchas veces se da más importancia a otras obras que, si bien son necesarias, no son
imprescindibles. Las OTB junto a los vecinos deberían dar preferencia a este tipo de prioridades,
como la canalización de torrenteras, y no sólo acordarse cada vez que llueve. Al fin y al cabo, los
recursos que vienen de la participación popular no son priorizados por los municipios ni por sus
autoridades, sino por ellos mismos”.
Daniel Iriarte
Normas Urbanas
Sin planos aprobados
“Esta gente con seguridad no tiene planos aprobados. Tampoco creo que tengan derecho
propietario. Aunque tengan derecho comunitario, la ley no los ampara. Las franjas de seguridad
determinan que los espacios producto de las crecidas de ríos, riachuelos, torrenteras y canales de
riesgo pertenecen al Estado. En este caso, esta urbanización está aprobada en Cercado, por tanto, es
propiedad de la Municipalidad de Cercado”.

Conminan a Alcaldía de Sacaba a aprobar


urbanización cerda de torrentera.
ANF D6521 16:18:00 27-01-2007 VAR COCHABAMBA-SACABA-
URBANIZACION. Conminan a Alcaldía de Sacaba a aprobar urbanización cerda
de torrentera. Cochabamba, 27 ENE (ANF).- La Alcaldía de Sacaba fue
conminada a legalizar el proceso de aprobación de la urbanización San José de
Arocagua, la misma que fuera observada por irregularidades en su asentamiento,
sobre todo porque está asentada en una área de equipamiento urbano y en los
lechos de las torrenteras. El concejal Luis Orellana, denunció que los propietarios
de esa urbanización pretenden legalizar su asentamiento en una superficie que
abarca 15 de las 26 hectáreas que comprende el "parque metropolitano de
Arocagua" y que además compromete los sistemas de agua potable de tres
grandes barrios del Distrito 2 de ese Municipio. La mayor observación está en que
la urbanización se encuentra en el lecho del río Wara Wara, con el riesgo en el
futuro, de ser objeto de inundaciones, riadas y otros fenómenos naturales a los
que estarían expuestos quienes vayan a asentarse en ese lugar. A raíz de la
paralización de este proyecto urbanístico, precisamente por observaciones legales
y de equipamiento urbano, los propietarios interpusieron en reiteradas veces
demandas legales para que el Ejecutivo edil lo apruebe. También se conoció que
en los últimos meses el Municipio habría perdido un Amparo Constitucional y que
buscaba evitar que se apruebe la construcción de esa urbanización luego que los
asesores legales de la Alcaldía de Sacaba habrían mostrado pasividad para hacer
prevalecer las observaciones. Según el Presidente del Concejo Municipal de
Sacaba, Guido Mejía, los propietario de esta urbanización cambiaron de nombre
en reiteras oportunidades. En primera instancia se llamó Laurence, luego
Hanshaiden y finalmente San José de Arocagua. //VMA/RPM//

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