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Desarrolla un
panorama histórico de las primeras intervenciones físicas y legales por parte de
instituciones públicas sobre ellas, se profundiza su situación existente, su uso y
apropiación.
Por otro lado, también hace mención a diferentes espacios geográficos con
similitud en cuanto a cuerpos de agua de Cochabamba, comparando las
potencialidades encontradas en cada sector, destacando la importancia de las
mismas en cuanto a la seguridad de su entorno.
2. ANTECEDENTES DE INTERVENCIONES EN
LAS TORRENTERAS DEL NORTE DE LA
CIUDAD
Entre la década de los 80 y principios del siglo XXI se suscitaron diversos hechos
que tuvieron como escenario principal las diversas torrenteras del Parque Nacional
Tunari.
Entre ellas:
Según un estudio del PROMIC para la torrentera Pajcha, las dimensiones de las
franjas de seguridad se establecen según la altura sobre la que se sitúa al nivel
del mar, como se ve en la Tabla 1. Si se aplican estos parámetros, solo las
torrenteras Pintumayu y Pajcha estarían de acuerdo a los parámetros.
Tabla 1: Extensión de las franjas de seguridad en función a la altura de línea
de cota
Fuente: Elaboración propia con base a datos del G.A.M. de Cochabamba y relevamiento de campo.
Por ejemplo el año 2014 un artículo del periódico Los Tiempos manifestaba que el
entorno de la torrentera Ukumayu frente a SEGIP se encontraba rodeado de
actividades económicas muy cercanas a la misma y que incluso sobrepasando la
cota 2750 existen edificaciones que no cumplen con el margen recomendado,
manifiesta también algo similar en Villa Taquina y Candelaria, donde la franja de
seguridad casi ha desaparecido debido a las urbanizaciones, también menciona el
mal uso que se les da a las mismas, ya que existe gran acumulación de basura y
escombros, tanto en el curso de agua como en la franja de seguridad.
Otra declaración similar es del exdirector del PNT Carlos Espinoza, el cual
menciona que las urbanizaciones no respetan las franjas de seguridad a tal grado
que en varios casos las desembocaduras de los ríos ya no llegan a su destino
final.
5. CONCLUSIONES
En el municipio de Cochabamba las torrenteras representan la seguridad de su
entorno más que un peligro, llegando a esta conclusión porque en primer lugar
tienen la principal función de direccionar el volumen de agua que por gravedad se
escurre por la serranía hacia un colector principal, y en segundo lugar porque si
estos cuerpos de agua presentan todos los requerimientos necesarios como ser
las franjas de seguridad con un perfil adecuado, vegetación presente en ella y una
infraestructura hidráulica eficaz para la mitigación de los efectos de la
materialización de un riesgo como en el caso de Pintumayu y Pajcha, los
acontecimientos climáticos en cuanto a lluvia se refiere en la zona, no traerá
consigo efectos negativos de consideración, debido a que sus elementos
preventivos podrán garantizar la seguridad del entorno, ya que estos disminuyen
la vulnerabilidad del medio físico y natural del sector, incluso fomenta la
recreación, ya que la temporada de lluvia convierte a estas torrenteras en
espacios públicos comunes, donde la gente puede lavar su ropa como se hacía
antiguamente e increíblemente nada en las pequeñas lagunas formadas por la
torrentera además de ser un espacio atrayente para la vista.
Por otro lado, el peligro que pueda considerarse o atribuirse a una torrentera se
debe a factores netamente antrópicos, contradictorios a lo antes mencionado,
puesto que por naturaleza el agua que circula por las torrenteras solo siguen su
cauce natural y cumplen los procesos naturales del agua, la alteración de estos
procesos mediante la inadecuada apropiación de los mismos como la invasión de
franjas de seguridad, el desmonte, la impermeabilización de su superficie, etc.
genera una amenaza de origen antrópico natural que con altas probabilidades de
efectos negativos para su entorno.
BIBLIOGRAFÍA
José Quiroga & Iván Vargas (2003). Manejo integral de cuencas y franjas de
seguridad en asentamientos humanos en zonas de riesgo. Experiencias del
PROMIC en la implementación de Franjas de Seguridad en las torrenteras La
Pajcha y Pintu Mayu. Cochabamba, Bolivia.
Después de episodios fatales, como el que les tocó vivir a los vecinos de
Alto Cochabamba la tarde del 24 de diciembre, cuando un albañil murió,
LAS CONSTRUCCIONES QUE AVASALLAN LA FRANJA DE
SEGURIDAD DE LAS TORRENTERAS NO PARAN.
Esa es la situación del barrio Bolívar, de la zona sur. LA TRAGEDIA NO
IMPIDE QUE LOS VECINOS SIGAN CONSTRUYENDO NO SOLO EN
ESE SECTOR, SINO EN OTROS. Una inspección por las torrenteras de la
zona norte de la ciudad permitió verificar a OPINIÓN la existencia de varias
construcciones ilegales. LAS QUE POCO A POCO FUERON GANANDO
METROS A LA FRANJA DE SEGURIDAD Y MUCHAS VIVIENDAS
ESTÁN A SOLO CINCO METROS DEL CAUCE DEL RÍO.
4 Torrenteras libres
Las tres torrenteras tienen los proyectos a diseño final, incluso está
aprobado el presupuesto de inversión, que oscila entre cinco y ocho
millones de bolivianos.
Casas destrozadas, paredes a medias, patios llenos de lodo y escombros, restos de muebles
en mal estado y gente que perdió casi todas sus pertenencias son los saldos que dejaron las
lluvias y el granizo el pasado 13 de febrero en el barrio 10 de Diciembre, en la zona de
Pacata Alta.
“Cuánto no hubiera querido, con toda mi familia, morir ahí, pero Dios no quiso. Yo decía
en mi mente: ‘Ya no vivo más, de esto no salgo’. Era como un río que vino desde el cielo
con mucha fuerza”, lamentó Elsa Dávalos, una de las vecinas más afectadas por el desborde
de las torrenteras y que trajo como consecuencia el derrumbe parcial de algunas viviendas.
Según contó Dávalos, ésta es la tercera vez que ocurre este tipo de desastre. “Ya había
pasado antes, pero nunca fue con tanta fuerza. Cada vez que llovía sólo destapábamos la
alcantarilla, pero esta vez no pudimos hacer nada”, aseguró en medio de llantos.
Agregó que por falta de dinero no pudo arreglar su casa ni mucho menos mudarse a un
lugar en mejores condiciones y con menos riesgos. Y es que el barrio 10 de Diciembre,
como muchos otros, es una de las zonas que, en su gran mayoría, está habitada por gente de
bajos recursos que no tiene otra que hacerle frente a cualquier dificultad.
“Antes, este barrio era como un torrentel nomás. Nos asentamos y poco a poco fuimos
construyendo nuestras casas a lo que pudimos, sin imaginar este desastre. Me prometieron
otro lote pero no quiero irme de aquí. Ésta es mi casita, aquí murió mi marido y aquí quiero
pasar mis últimos días”, expresa Dávalos.
Advertencia
Según la dirigente de la OTB 10 de Diciembre, Laura Arnez, nunca fueron advertidos sobre
los riesgos, aunque reconoce que sí eran conscientes de que estaban muy cerca del cauce
del río. “La necesidad de tener un terreno propio era más fuerte que medir las
consecuencias. La mayoría de las familias que vivimos aquí somos humildes y numerosas.
En muchos casos no tenemos dónde ir”, aclaró.
Alejandro Díaz, otro de los dirigentes de la zona, reconoció estar consciente de que algún
día podía pasar el desastre. “Nosotros sabíamos de estas torrenteras, pero no de esta
magnitud. Con esta ya es la tercera vez que acurre esta clase de desastres. Hace unos 10
años, una torrentera similar se llevó dos vidas”, remarcó.
Antecedentes históricos
El barrio 10 de Diciembre surgió a partir del asentamiento que se realizó en 1986 por mineros
aportantes del extinto Fondo Nacional de Vivienda (Fonvis), quienes al ver que no había ninguna
respuesta a sus pedidos, se instalaron a la fuerza en los terrenos que pertenecían a la Corporación
Minera de Bolivia (Comibol).
“Si bien en ese entonces nos asentamos de forma ilegal, hoy en día contamos con papeles legales,
escrituras que están inscritas en Derechos Reales de Sacaba”, expresó el dirigente de la OTB 10 de
Diciembre, Alejandro Díaz.
Aseguró contar con documentaciones en las que se especifica que la Gobernación –que en ese
entonces era la Prefectura– y la Alcaldía dieron fe de que esos terrenos eran habitables. “En esos
papeles no había ninguna advertencia sobre esta clase de problemas. En ninguna parte del escrito se
habla de torrenteras”, afirmó el dirigente.
SOSPECHAS
El dirigente Alejandro Díaz recordó que la tragedia que hace 10 años arrasó con los hogares de más
de 15 familias fue producto de una mala intención, ya que él, junto a la directiva de la OTB, fue hasta
el lugar desde donde se desbordó el río y comprobaron que alguien desvió el cauce del río.
Díaz remarcó la necesidad de llevar a cabo una investigación para llegar al fondo de esta tragedia y
encontrar, de una vez por todas, al responsable. “Yo le pedí ayuda al alcalde de Sacaba para que se
realicen las averiguaciones necesarias con respecto a este tema”, expresó.
OPINIONES
Miguel Condori
Cerrajero
“La gente sabía del riesgo”
“La gente es consciente, sabe de la cota 2.750, O sea, del límite hasta el cual se puede construir,
pero igual hacen de oídos sordos y sin medir consecuencias cimientan su casa sin consultar muchas
veces a un arquitecto. La verdad no sé qué piensan.
Incluso sabían que en cualquier momento iba a pasar lo que pasó, pero aun así siguieron con sus
actividades sin medir ni prever ninguna consecuencia”.
Sergio Rodríguez
Municipio Cercado
“Hay que canalizar”
“Muchas veces se da más importancia a otras obras que, si bien son necesarias, no son
imprescindibles. Las OTB junto a los vecinos deberían dar preferencia a este tipo de prioridades,
como la canalización de torrenteras, y no sólo acordarse cada vez que llueve. Al fin y al cabo, los
recursos que vienen de la participación popular no son priorizados por los municipios ni por sus
autoridades, sino por ellos mismos”.
Daniel Iriarte
Normas Urbanas
Sin planos aprobados
“Esta gente con seguridad no tiene planos aprobados. Tampoco creo que tengan derecho
propietario. Aunque tengan derecho comunitario, la ley no los ampara. Las franjas de seguridad
determinan que los espacios producto de las crecidas de ríos, riachuelos, torrenteras y canales de
riesgo pertenecen al Estado. En este caso, esta urbanización está aprobada en Cercado, por tanto, es
propiedad de la Municipalidad de Cercado”.