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El diccionario define el estrés como la "presión o tensión física, mental o emocional". Cierto nivel de estrés es necesario
e incluso bueno, tal como el esfuerzo físico que ponemos en nuestros músculos para hacerlos más fuertes. Pero
cuando hablamos de "estrés", generalmente nos estamos refiriendo a la excesiva presión o tensión mental negativa o
emocional.
El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo
haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso.
El estrés es la reacción de su cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios el estrés puede ser positivo,
como cuando le ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo,
puede dañar su salud.
Jesucristo el Hijo de Dios, cuando estuvo en la tierra enfrentó tanta presión que pudo haber sido una persona
demasiado estresado. Rara vez gozó de privacidad, siempre lo interrumpían, lo malinterpretaron, lo criticaron, lo
ridiculizaron. Experimentó tal estrés que cualquiera de nosotros hubiera tirado la toalla.
Pero al estudiar su vida vemos que siempre permaneció en paz bajo la presión. ¿Cómo lo logró? Gracias a que él vivió
por 8 principios, que nosotros podemos también llevar a cabo y así poder vivir en paz bajo cualquier presión:
Cuando ignoramos nuestra identidad, permitiremos que otros nos manipulen y presionen para ser alguien que no
somos.
Y eso nos lleva a vivir una vida no genuina, una vida doble, de aparentar alguien que no somos, y eso a la larga cansa,
causa tensión y presión.
Así que la primera manera de controlar ese estrés es adquirir el equilibrio interno en cuanto a lo que soy.
Eso es lo que aprendemos de la vida de Cristo Juan 10:7, 8, 11, 14, 36. Jesús sabía quién era.
Este es el principio: sepa a quién está tratando de agradar. Usted y yo sabemos que no podemos agradar a todo
mundo
Cuando uno no conoce a quién trata de agradar, entonces seremos presas de tres cosas:
1. La Crítica. Nos afectará lo que otros digan de nosotros (Que si nos vemos gordos, o flacos)
2. La Rivalidad: nos preocupará que otros nos lleven la delantera (que los hijos de otros tengan mejores
calificaciones, que otros tengan mejor casa, o auto, etc.)
3. El Conflicto: Nos sentimos amenazados cuando alguien opina diferente o discrepa con uno (ya sea en el
matrimonio o el trabajo, o la comunidad)
Así que cuando nos encontramos bajo presión, decidimos permitir que otros nos presionen. No somos víctimas a
menos que permitamos que las exigencias de los demás nos presionen.
Otro gran hombre en la Biblia que enfrentó mucha presión en la vida, fue el apóstol Pablo, pero tampoco fue un hombre
estresado porque miremos cómo aprendió a vivir Gál.1:10
Después de Identificarnos, de saber quién somos y de quién somos, que es el primer antídoto para el estrés, lo
segundo es:
Dedíquese: saber a quién debemos agradar.
REFLEXIONEMOS
¿Cuál es su Identidad? Ha permitido por la fe ¿nacer de Dios y en Dios?
¿Le gustaría identificarse con Jesucristo para ser un hijo de Dios?
Sin esa identidad, jamás podrá llevar una vida que agrada a Dios.
Así que lo primero IDENTIFÍQUESE para que entonces pueda llevar una vida enfocada en agradar a la persona más
importante en su vida: Dios.