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EMMA RODRIGUEZ TOVAR 1998870

1. Explicar que era el pupilo infans


La infancia duraba hasta los siete años. Sin duda, el hijo ya habla antes de esa edad,
aunque el, lenguaje sea aún imperfecto, y tampoco tiene el discernimiento necesario para
darse cuenta de un acto jurídico (1). Por eso, en este período. la regla es que administre el
tutor, realizando 41 solo los actos necesarios para que el patrimonio del; pupilo esté bien
administrado. Sin embargo, se presen- taba una dificultad cuando el acto no podía
realizarse sin intervención de la persona interesada: por ejemplo, tratándose de enajenar
alguna cosa por mancipatio o in jure cesio, de sostener un proceso bajo las acciones de la
ley, o bien de aceptar una herencia. En un principio fu6 necesario esperar a que el pupilo
hubiese salido de la infancia

2. Mencionar las 3 restricciones que había sobre los poderes del Tutor.
Los dos procedimientos que acabamos de estudiar, la gestio y la auctoritas, permiten al
tutor cumplir todos los actos necesarios de la administración del patrimonio del impúbero.
1. El tutor no puede hacer con los bienes del pupilo, ni convalidar por su autoritas,
donación de ninguna clase, ni aun a título de dote para una hermana del impúbero.
Los regalos de costumbre, en proporción a la fortuna del pupilo, es lo único autorizado
2. Un senadoconsulto dado bajo Septimio Severo, oralio Severi, prohibió la enajenación
de los praedia rustica o suburbana pertenecientes al pupilo Son los fundos de tierra
destinados al cultivo, bien en los pueblos o en las in- mediaciones de las ciudades, y,
en general, todos los dominios sobre los cuales las casas sólo tienen una importancia
secundaria
3. El tutor no debe hacer uso personal de las rentas o capital que administra del pupilo;
su deber es emplearlas útilmente. Mientras tanto, estas sumas no quedan en sus
manos: el pretor fija un lugar de depósito, casi siempre algún templo, siendo este
depósito provisional hasta su empleo en algo ventajoso, que consiste en la adquisición
de inmuebles n en su colocación con intereses.

3. Explica que era el fin de la tutela por parte del Pupilo y por parte del tutor.
Las causas que ponen fin a la tutela provienen, bien de la persona del pupilo, ex parle
pupilli, bien de la persona del tutor, ex parle tutoris

• La tutela cesa ex parte pupilli: a) Por la llegada de la pubertad, aunque, sin


embargo, en el Derecho antiguo, la mujer púbera estaba en tutela perpetua, por
razón del sexo; b) Por la muerte del pupilo; c) Por su capitis deminutio máxima,
media o mínima, dándose en adrogación.
• Cesa ex parte tutoris: a) Por la muerte del tutor; b) Por su capitis deminutio
máxima y media, en todos los casos; por el mínimo tratándose de un agnado, de
un patrono o de un gentilis, tutor legítimo, pues entonces los derechos de
agnación y de gentilidad se extinguen; c) Por la llegada de un término o de una
condición limitando las funciones del tutor testamentario; d) Por consecuencia de
una excusa preo de la destitución.

4. Explicar que era la obligación de rendir cuentas.


A la conclusión de sus funciones, el tutor debe rendir cuentas al pupilo de los bienes que le
fueron confiados y que administró. En la Época clásica fue de verdadera obligación rendir
cuentas, sancionada por la acción tutelae.
Es probable que durante bastante tiempo el tutor que no tu- viera obligación de
administrar no estaba tampoco obligado jurídicamente a restituir. Era sólo un deber, cuyo
cumplimiento se dejaba a su buena fe, pero un deber sagrado por encima de los demás
deberes, y cuya violación era reprobada severamente por las costumbres

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