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EMMA RODRIGUEZ TOVAR 1998870

Definición de curatela

Es aquella que administra, ejecutando los actos necesarios a los intereses pecunarios del
incapacitado en estado de locura

Explicar quienes estaban sujetos a la curatela

la ley de las XII tablas organizaba la curatela únicamente para remediar a los incapacitados
accidentales: la de los furiosi y la de los pródigos. Más tarde, y a título de protección, fue
extendida a la mente capli, a los sordos, a los mudos y a las personas atacadas de enfermedades
graves, acabando también por aplicar la curatela a una in- capacidad de otro orden: se daba
curadores a los menores de veinticinco años, y en ciertos casos, a los pupilos

Cuál era la función o misión del curador

La misión del curador del prodigo es administrar; y siendo necesario para el incapacitado cumplir
los actos prohibidos, es sólo el curador quien debe obrar, resultando una obligación para 61 rendir
cuentas de su gestión a La terminación de su cargo.

Es aquella que administra, ejecutando los actos necesarios a los intereses pecunarios del
incapacitado en estado de locura

Mencionar algunas reglas comunes a las diferentes curatelas

1- Antes de comenzar su gestión, los curadores debían cumplir las mismas formalidades que
los tutores. Así, pues, debían dar satisdatio los curadores legítimos y los que eran
nombrados sin información, puesto que sus poderes estaban sometidos a las mismas
restricciones.
2- Durante los primeros siglos, es probable que administrar y rendir cuentas de su gestión
sólo fueron para los curadores deberes sancionados por las costumbres. El crimen suspecti
tutoris vel curatoris, organizado por las XII tablas, garantizaba suficientemente al incapaz
contra la infidelidad del curador, aunque la acción de rationibus distiahendis no se
aplicaba a la curatela, que era, además, de aplicación menos frecuente que la tutela.
3- En cuanto a las garantías concedidas al loco, al pródigo y al menor contra la insolvencia de
sus curadores, eran, poco más o menos, las mismas que las del pupilo, tenían, en efecto:
a) El privilegium exigendi y bajo Constantino una hipoteca tácita, cuya creación sólo es
verdadera para los menores; b) La acción ex stipulatu en los casos en que el curador se
haya visto obligado a dar la satisdatio; c) La acción subsidiaria contra los magistrados
encargados de exigir fiadores solventes; d) La in integrum restitulio, concedida a los
menores como último recurso, y cuyas reglas ya hemos estudiado

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