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ESTIMADO PASTOR, POR FAVOR

NO NOS DEJE AHORA


D. Scott Hildreth | 14 de septiembre de 2020

Las estadísticas son horribles y las historias desgarradoras. Si algo no cambia, la iglesia en los
estados unidos enfrentará desafíos sin precedentes el próximo año y muchas congregaciones
locales no sobrevivirán.

¿Cuál es la tragedia? La creciente realización de que un porcentaje significativo de pastores están


considerando dejar sus iglesias.

En julio, Chuck Lawless sono una alarma de advertencia en su publicación 6 razones por las que
algunos pastores pueden renunciar poco después de la crisis de COVID. Otros también
comentaron sobre este tema.

El 31 de agosto, Thom Rainer escribió: “Por favor, escúchame con claridad. La gran mayoría de
pastores con quienes nuestro equipo se comunica dicen que están considerando dejar sus iglesias.
Es una tendencia que nunca había visto en mi vida. Algunos están a solo a unas semanas de
hacer ese anuncio".

Nuestros pastores están en medio de una batalla que la mayoría de ellos cree que no pueden
ganar. Dirigir una iglesia siempre ha sido difícil, solo lea el Nuevo Testamento y se dará cuenta.
Siempre hemos sabido que los pastores viven en casas de cristal; cada decisión está bajo un
microscopio. Los pastores nunca han creído que pudieran agradar a todos. Sin embargo, las cosas
han cambiado.
Los pastores están siendo criticados, malmirados y abandonados. Saben que cada decisión
ofenderá a casi la mitad de su congregación, y muchos se irán para asistir a otra iglesia. La
política y la tensión social han dividido las congregaciones y las redes sociales han intensificado
las hostilidades.

Considere estas declaraciones de Lifeway Research:

• “Las actitudes de la gente está divida políticamente. La mitad de la iglesia se opone a


cualquier reapertura y la mitad de la iglesia está frustrada porque piensan que debieron
reabrir hace tiempo".
• “Soy consciente de que la gente está cansada de la pandemia. Algunos tienen mucho temor,
mientras que otros están convencidos de que todo esto es un engaño. Tratar de ministrar a
ambos extremos es agotador ".
• “Muchos de nuestros miembros todavía están atemorizados y no quieren salir de sus casas.
Independientemente de lo que decidamos hacer por su seguridad, o de lo que decidamos no
hacer, un grupo va a decir que es demasiado y otro que no es suficiente ".
• “Necesito desesperadamente tiempo libre, pero tener que organizar transmisiones en vivo,
servicios de adoración y Escuela Dominical, no me queda tiempo para escapar. Soy el único
pastor y es difícil encontrar a alguien que esté dispuesto a reemplazarme. He tenido dos días
libres desde Navidad ".
• “Sentirse desconectado de la gente y sus necesidades. Necesito aliento, necesito un Aaron y
Hur que levante mis manos, gente que venga a mi lado. ¡¡¡Pero estoy cansado de todo lo
virtual!!!

¡¡¿QUIZÁS LO UNICO QUE NECESITO UN ABRAZO? !!! "

NUESTROS PASTORES NOS NECESITAN.


Querido miembro de la iglesia,
Tú y yo necesitamos pastores. Ellos son nuestros pastores, defensores y maestros. ¡Pero ahora
mismo, nuestros pastores nos necesitan! Recuerde, ellos también son miembros de nuestras
iglesias y, según todos los indicios, esta parte de nuestro cuerpo está sufriendo.
Desafortunadamente, esto parece ser una herida autoinfligida. Pablo escribió: “Nadie odia
jamás su propia carne, sino que la provee y la cuida…” (Efesios 5:29). Me temo que, para
muchos de nuestros pastores, esto no parece ser cierto.
Sé que esto es solo una pequeña publicación de blog, pero mi apelación es que todos decidimos
ser diferentes. Nuestras iglesias no solo no pueden sobrevivir perdiendo a nuestros pastores, es
nuestro deber espiritual hacer todo lo posible para evitar que esto suceda. Podemos hacerlo
mejor; ¡debemos hacerlo mejor!
NECESITAMOS NUESTROS PASTORES.
Querido Pastor,
Por favor, no renuncies; te necesitamos. He pasado más de tres décadas en el ministerio
cristiano y la última década capacitando a los llamados al ministerio. No encontraras mejor
alentador que yo; Quiero enfocarme en esta crisis y dar algunos consejos. Mi oración es que las
reciba como palabras de un amigo, no de un crítico. Te necesitamos durante mucho tiempo.
1. Respira. Sé que actuamos como si fuéramos el salvador, pero no lo eres. Por favor, no se
mida por ese estándar de perfección. Nadie sabe qué hacer en este tiempo de pandemia.
Todos estamos inventando cosas.

2. Tómate un descanso. Sé que hay mucho que hacer. No puedes hacerlo todo, pero intentar
completar la lista te está matando. Por tu salud espiritual, por tu familia y por la iglesia,
Detente y respira. Pensamos que esto era una carrera de corta distancia, pero en realidad
es un maratón.

3. Busca un amigo. Jesús nunca tuvo la intención de que hicieras esto solo. Si estás realmente
solo, escríbeme.

4. Haga otra cosa. Empiece un pasatiempo, lea un libro, cocine un bistec, plante una flor.

5. Revisite su llamado. Sí, puedes hacer otra cosa y ganar más dinero y tener menos estrés.
Siempre pudiste hacer eso. Pero hay una razón por la que elegiste el ministerio. Deja que
esa memoria vuelva a llenar tu tanque emocional.

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