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Un día como hoy en 1955, el gobierno de Manuel Odría promulgaba la ley que confería
ciudadanía y derecho de voto a las peruanas. Un año después, estas salieron
masivamente a sufragar. Desde entonces se celebra el Día de los Derechos Cívicos de la
Mujer.
Aves sin nido´ es su novela más conocida y fue considerada precursora del realismo en el
Perú. En ella criticó la explotación que sufrían los indígenas. Nacida en Cusco en 1852 y
bautizada como Grimanesa Martina Matto Usandivaras, fue una de las más importantes
representantes del Indigenismo literario.
Nació el 27 de mayo de 1878 en Chincha Alta, Perú. Fue educadora, periodista, escritora
y luchadora social. Es considerada la primera feminista mujer de Perú. Su lucha no fue
sólo por la mujer, sino que alcanzaba también al niño, al obrero y al indígena.
Adela Montesinos
Nacio en Lima, 12 de septiembre de 1910 y fallecio el 2 de abril de 1976, fue una poeta y
peruana.
En 1936 fundó Acción Femenina junto a Alicia del Prado. Dicha organización fue
declarada ilegal por el gobierno de Manuel Odría.
Participó en la fundación de la Asociación de Escritores y Artistas (ANEA), en la cual fue
bibliotecaria.
Artículo 84: Son ciudadanos los peruanos varones y mujeres mayores de edad, los
casados mayores de 18 y los emancipados.
Hoy podría parecer una verdad obvia la del artículo 84, pero hace sesenta y tres años no
todos tenían claro que hombres y mujeres somos iguales y que estamos sujetos a los
mismos derechos y deberes. El voto femenino era considerado una urgencia para
personajes como las destacadas peruanas Clorinda Matto de Turner, María Jesús
Alvarado y Zoila Aurora Cáceres, que luchaban por su obtención. Pero la propuesta fue
recibida durante años con sorna por parte de los caballeros, que veían como un capricho
que sus esposas, hermanas o madres pretendiesen la ciudadanía. A través de columnas
o cartas de los lectores, se publicaba en la prensa que el voto a la mujer solo traería
discordia en la casa o que amenazaría a la familia.
La independencia femenina, desde la vía legal, fue lenta. Un primer triunfo ocurrió en
1936, cuando el Código Civil de la época puso fin a la curatela que los maridos tenían
sobre sus esposas. En esa ocasión, se les reconoció a ellas el derecho a sus
propiedades. Por primera vez quedó establecido en un papel que las mujeres tenían
"derecho a oponerse a las decisiones del marido con relación al hogar común".
La presidenta del movimiento, la señorita María Luisa Montori, aseguró a El Comercio que
se sentía "muy complacida ante la realidad del voto femenino en nuestro país. Esto coloca
a las mujeres del Perú en el mismo nivel en que se hallan las mujeres de otras naciones".
El 17 de junio de 1956, las mujeres salieron de sus casas para elegir a sus gobernantes.
Las colas fueron largas en todas las ciudades del país. La prensa comentó que ellas
fueron las que más temprano acudieron a votar. Destacó además la decisión firme de las
mujeres de hacer respetar su posición en ese nuevo orden, sobre todo ante los
comentarios machistas que nunca faltaban en la calle.
Una columna publicada al día siguiente del sufragio, da buena cuenta del machismo
imperante de la época, y en las redacciones. En ella, el autor, cuyo seudónimo era Juan
Gris, cuenta a manera de chisme que en una mesa conformada exclusivamente por
mujeres “ninguna suma daba igual”, por lo que se vieron obligadas a hacer un promedio.
El mismo columnista señala que, en otro local, una presidenta de mesa llamó a su marido
por teléfono para que le ayude a sumar. “Era muy gracioso ver llegar a los graves
esposos con su cesta bajo el brazo, conteniendo el almuerzo para su cara mitad. Hubo un
pobre marido que además tuvo que cocinar y cuidar a los niños porque el ama y la
cocinera estaban sorteadas para diversas mesas”.
El 7 de setiembre fue celebrado con fuerza por las mujeres en los años que siguieron a
esa histórica conquista. Es el recordatorio del día que fueron reconocidas como iguales
por ley ante los hombres, para elegir y ser elegidas. Todavía hay muchas luchas por librar
en el camino a la igualdad completa, en diversos campos. En el ejemplo de esas mujeres
que batallaron por el voto quizá pueda hallarse una inspiración.
Para las Elecciones Generales de 1956 se contaba con un total de 1,575,738 electores,
de los cuales prácticamente la tercera parte eran mujeres que participaban por primera
vez y que elegirían para la renovación del Ejecutivo y Legislativo de entre tres listas de
candidatos liderados por Hernando de Lavalle, del Movimiento de Unificación Nacional;
Manuel Prado Ugarteche, del Movimiento Democrático Pradista; y Fernando Belaunde
Terry, del Frente de Juventudes Democráticas; además de listas de Independientes para
representantes al Congreso, que en el caso del departamento de Lima se presentaron
tres².