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Chiribiquete documental, amazonas colombianos, la bióloga blanca huertas, el amazonas la selva

tropical más grande de la tierra, evaluaciones rápidas para recoger la información lo más breve
posible sin afectar el ecosistema, el jaguar está en la cima de la cadena alimenticia, la red de ríos
no son barrera para este felino y los jaguares son excelentes nadadores, los peces tortugas y
caimanes están en el menú de este felino pero también están los mamíferos pequeños, los tapires
son animales medianos que son platos fáciles para el jaguar, luego se ve a las bióloga tratando
casar mariposas, las hormigas guerreras son las responsables de las mayorías de la muertes en el
amazonas, un solo enjambre puede matar hasta 30.000 víctimas por día, los pájaros hormigueros
dependen d los enjambres de hormigas para alimentarse, una de las mariposas de alimentan de
los desechos de estos pájaros, uno de los animales que se solucionaron para sobrevivir como las
polillas de los perezosos, las polillas son fotosensibles por lo mismo blanca la bióloga utiliza una
luz con una sábana para atraer las mismas polillas, solo se llevan una polilla de cada especie, en la
sima de los tepulles atrapa unas mariposas pero resalta sobre todas una azul al igual deciden
cazarla de la manera tradicional con atrapa mariposas, frlcisco y tomas se disponen a explorar el
amzonas para contar las pinturas rupestres por las que vinieron, de las aproz¡ximada mente 400
especies de mamíferos que avitan el amzonas el 50% se encuentra en al selva de Colombia, se hna
documentdo muchas especies de aves, 28:59

Avifauna colombiana

Aves colombianas

Colombia tiene las aves más diversas del mundo, y gracias a los aportes de los científicos
ciudadanos, la cantidad de registros en este grupo ha crecido exponencialmente en los últimos
años.

El conocimiento de las aves colombianas es un hito que ha influido en su presente y seguirá dando
forma a su futuro. el trabajo clásico de Hilty y Brown allanó el camino para el desarrollo de la
ornitología no solo en Colombia sino también en otras regiones neo tropicales. El desarrollo de la
ornitología centrada en la clasificación y distribución de especies ha llevado a la actualización del
inventario de Colombia de 1.698 reportados por Hilty y Brown a 1.909 en 20171. Hilty & Brown,
pero desde 2010, una serie de nuevas guías de campo

En ornitología así como en otras áreas de estudio, las colecciones biológicas aportan información
invaluable para seguir contestando preguntas en cuanto a la diversidad, distribución, variabilidad y
conservación de aves de Colombia. A partir de una búsqueda en la infraestructura global de
información de biodiversidad se logró rastrear 23 000 registros de colecciones para aves de
Colombia entre 1986 y 2019

El patrón de registros es extrapolable en cierta medida también a las observaciones, con una
mejor representatividad en la región Andina y menor hacia la Amazonia, Escudo Guyanés,
Orinoquia y Caribe. Entre 1986 y 2019, en la misma plataforma de GBIF, se rastrearon 4,5 millones
de registros por observación de aves en Colombia. Es evidente que el repositorio de ciencia
participativa eBird ha contribuido con muchos de esos registros, con un crecimiento exponencial
en la última década, siendo la plataforma de ciencia ciudadana que más registros aporta al SiB y
con más datos de ciencia ciudadana en Colombia.

Al compilar estos dos conjuntos de datos (registros por especímenes y observaciones), así como lo
reportado en literatura , se lograron identificar 1862 especies para Colombia (más 2 especies en
descripción). Este número podría aumentar a 1956 especies, al incluir 92 especies probables por
confirmar, o hipotéticas. Presentamos el listado, incluyendo también especies con registro en
Colombia muy dudoso, o taxones que fueron sujetos a cambio taxonómico y no han sido
rectificados en GBIF. El listado incluye 142 especies en grado de amenaza nacional9, 10, 136
internacional11 y 85 especies endémicas (incluyendo 2 en descripción).

Plantas endémicas de alta montaña

Colombia es el país más rico en número de especies de plantas vasculares de la alta montaña y el
de mayor porcentaje de endemismos. Conocer la categoría de amenaza de estas especies y dónde
se encuentran es fundamental para dirigir esfuerzos que aseguren su conservación.

a región de la alta montaña incluye ecosistemas como el bosque altoandino y el páramo y sus
transiciones, que se distribuyen en las tres cordilleras y la Sierra Nevada de Santa Marta,
generalmente sobre los 3000 m s. n. m.13. Según el Catálogo de Plantas y Líquenes de Colombia,
sobre los 3000 m s. n. m. se registra un poco más de 4000 especies de plantas vasculares, de las
cuales el 31 % se han identificado como endémicas para el país 1. De este conjunto de especies,
1119 especies de plantas vasculares crecen de forma exclusiva entre los 3000 y 5000 m s. n.m., de
las cuales 734 son endémicas (65 %). Considerando que a nivel del neotrópico se han reportado
3564 especies solo en el páramo, se estima que más del 30 % de las plantas vasculares de los
ecosistemas tropicales de alta montaña se encuentran en Colombia, por lo cual estas deben ser
una prioridad de conservación1,2. Para asegurar la supervivencia de estas especies es necesario
conocer su distribución geográfica, el estado de conservación de sus poblaciones, y las presiones
sobre su hábitat.

Un grupo de entidades e investigadores realizaron entre 2016 y 2019 la evaluación del riesgo de
extinción de algunos grupos de plantas priorizados de la alta montaña, incluyendo frailejones,
bromelias, ericáceas y otras especies endémicas, gracias al apoyo recibido por la iniciativa “Critical
Ecosystems Partnership Fund” (CEPF) y la Unión Europea a través del proyecto “Biodiversidad y
Recursos Hídricos de los Andes del Norte”3.

Como resultado de esta iniciativa se actualizó la categoría de amenaza de 118 especies endémicas
y se evaluó el estado de conservación de otras 262 especies endémicas (380 en total), lo cual
corresponde al 50 % de todas las especies endémicas de la alta montaña registradas en el país4.
Previamente a este esfuerzo, se habían evaluado un total de 123 especies de plantas endémicas
de la alta montaña, como resultado de la publicación de la serie Libro rojos de plantas de
Colombia5-8, lo que indica un aumento considerable en la información disponible sobre este
grupo. La mayoría de las especies tienen distribuciones geográficas menores a 5000 km2, lo que
las hace particularmente vulnerables a factores de cambio climatico y de transformación9.

Las evaluaciones realizadas indican que un 50 % de las especies se encuentra en alguna categoría
de amenaza, principalmente como resultado de cambios en la extensión y calidad del hábitat por
la expansión agrícola y minera, entre otros usos. Además, dentro del conjunto de especies
evaluadas, el mayor número de especies amenazadas se encuentra en la cordillera Oriental,
principalmente en los departamentos de Boyacá, Norte de Santander, Santander y
Cundinamarca2. Lo anterior, si bien refleja la existencia de amenazas para la conservación de las
especies en estas zonas del país, también se relaciona con un mayor nivel de conocimiento en
estos departamentos y una alta riqueza de especies, según lo observado en análisis previos sobre
la distribución de la flora endémica3. Adicionalmente se estima que el cambio climático impactará
la supervivencia de muchas de estas especies; sin embargo, aún no se cuenta con suficiente
información para predecir el detalle de dichas afectaciones10.

Los resultados obtenidos son un aporte para la Estrategia Nacional de Conservación de Plantas11.
Sin embargo, es necesario para asegurar la conservación de las especies endémicas de alta
montaña: 1. Terminar de evaluar el estado de conservación de la totalidad de las especies; 2.
Definir las áreas con prioridad de conservación teniendo en cuenta el número de especies
amenazadas y las presiones; 3. Diseñar estrategias de conservación de la mano de autoridades
ambientales a cargo de áreas protegidas donde están presentes muchas de estas especies, con
énfasis en ecosistemas y no en grupos de especies particulares; y 4. Involucrar a las comunidades
locales en la protección de áreas estratégicas por medio de programas de educación y de
participación comunitaria.

Alianza por una ganadería sostenible

Por medio de una nueva propuesta se presenta un modelo de transición hacia la sostenibilidad del
sector ganadero con enfoque de paisaje.

La ganadería bovina desempeña un papel fundamental para la sociedad, por su contribución a la


alimentación de la población asegurando el abastecimiento de leche y carne, y por los ingresos de
más de 600 000 familias rurales dependendientes de esta actividad. Además genera más de 800
000 empleos directos, aportando el 12.8 % al producto interno bruto (PIB) agropecuario1. Por otro
lado, el sector ganadero se asocia a actividades con impactos ambientales negativos como la
transformación de ecosistemas naturales, la deforestación, la erosión, la emisión de metano y la
compactación de suelos2,3, sin contar que de las 35 millones de hectáreas dedicadas a la
ganadería menos de 28 millones son realmente aptas4 para tal fin.
En el marco de la Mesa de Ganadería Sostenible de Colombia (MGS-Col) se plantea la oportunidad
de repensar, alcanzar y mantener un sistema de producción ganadero con enfoque de cadena de
valor, cuya dinámica se enmarque en el paisaje rural sostenible; no como modelo único, sino como
modelo variado, diverso y múltiple, que restaure y mantenga el bienestar, además de los medios
de vida rurales dignos, genere riqueza social y ambiental, y aporte al funcionamiento de los
ecosistemas, que además respondan a las reglas y a la economía de los actores del mercado de
bienes y servicios involucrados en un mundo globalizado5.

Esta Mesa es una alianza público-privada con un plan de acción desarrollado por tres comisiones
de trabajo. Las Comisiones de Gestión de Conocimiento y la de Mercado trabajan conjuntamente
en el desarrollo de los principios, criterios e indicadores de los paisajes ganaderos sostenibles, y la
Comisión de Política, liderada por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, construye
actualmente la Resolución por la cual se adoptan los lineamientos para el desarrollo de la
estrategia nacional bovina sostenible 2020-2040.

Estos principios y criterios son guía para la formación y emprendimiento de acciones hacia una
cadena de valor sostenible, basada en los principios de: gestión de recursos, multifuncionalidad,
productividad y bienestar a partir del emprendimiento e innovación, la capacidad de adaptación y
la gobernanza de los paisajes. Buscan ser un marco de referencia más allá de un estándar, que de
línea para la medición y verificación del desempeño hacia la sostenibilidad de todos los eslabones
de la cadena mediante soluciones sistémicas. Aquí no hay lugar para enfoques reduccionistas6.

La MGS-Col propone gestionar, a partir de un análisis de sostenibilidad, los productos orientados a


los diferentes actores de la cadena de valor. Esta gestión incluye la definición de: 1. Un conjunto
de actores interesados en información sobre sostenibilidad en los sistemas ganaderos; 2. Un
conjunto de necesidades de información; 3. Un conjunto de productos viables de información. Es
necesario generar e información pertinente, asertiva y oportuna, para los diferentes tomadores de
decisiones relacionados con la sostenibilidad de los sistemas ganaderos en Colombia.

Monitoreo de ecosistemas acuáticos

Resulta clave entender la salud de los ecosistemas dulceacuícolas de la cuenca Magdalena-Cauca,


dado un sostenido incremento de conflictos socioambientales. Para ello, fueron priorizados 18 de
205 parámetros analizados acorde a la complejidad ecológica, cultural y económica de la cuenca,
para ser incluidos en un programa de monitoreo que oriente la toma de decisiones.

a cuenca Magdalena-Cauca es el eje de desarrollo socioeconómico de Colombia. Representa el 24


% de la superficie del país, alberga el 77 % de su población, produce el 86 % del Producto Interno
Bruto, el 75 % de la energía hidráulica, el 70 % de las cosechas agrícolas y el 50 % de la pesca de
agua dulce1. Este desarrollo se soporta en la gran oferta ecológica presente, resultado de la
presencia de todos los pisos térmicos, una alta variabilidad de climas y de ecosistemas2.

La cuenca contiene 10 de las 24 ecorregiones dulceacuícolas del país3,4 y cuenta con el 76 % de las
especies endémicas de peces de Colombia5. No obstante, la confluencia de acciones antrópicas
han derivado en la degradación de la salud de los ecosistemas dulceacuícolas: 1. Aumento en las
concentraciones de metales pesados superando los límites permitidos por la norma colombiana
(ej.: 5,0 μg/L de Hg en la ciénaga de Ayapel, Córdoba, año 2013)6,7 ; 2. El 78 % de la cuenca tiene
erosión crítica8 ; 3. Un 62.5 % de reducción del volumen pesquero en los últimos 40 años9 ; y 4.
Pérdida del 24 % del área de sus humedales (7 332,656 ha) entre el 2002 y 200910. Es evidente la
necesidad urgente de monitorear el estado y tendencias de biodiversidad y ecosistemas
dulceacuícolas y los motores de cambio que los afectan11.

En el proyecto “Magdalena-Cauca Vive” coordinado por la Fundación Natura con recursos GEF e
implementado por el BID, se diseñó un sistema de monitoreo de la salud de los ecosistemas y
biodiversidad dulceacuícolas, y su ruta de implementación12. Para ello, se construyó un modelo
conceptual bajo el marco PERB13 para describir las principales dinámicas socioecológicas14 de la
cuenca. A partir de éste, se seleccionaron participativamente 205 parámetros, de los cuales se
priorizaron 18 indicadores para ser incorporados en el monitoreo. El sistema integrado podría
nutrirse con datos de redes de monitoreo públicas, privadas y comunitarias e información abierta
disponible en el Sistema de información ambiental de Colombia (Siac)12.

Se propone que este enfoque, para el cual el Instituto Humboldt ha probado su aplicación en la
selección de parámetros en el diseño de proyectos de monitoreo con diferentes objetivos y
escalas de trabajo. La creación del sistema es clave ya que el país carece de un repositorio que
integre datos de monitoreo de ecosistemas dulceacuícolas12. Se espera que este sistema de
monitoreo genere información oportuna para la gestión adaptativa a nivel regional y local en la
cuenca, y que orienten la implementación de modelos de desarrollo territorial sostenibles en
regiones susceptibles a experimentar impactos en éstos ecosistemas.

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