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Evolution and Human Behavior xxx (2017) xxx–xxx
¿Cuándo hay que diversificar y con quién? La elección de colaboradores entre descono-
cidos ajenos al grupo en las tierras bajas de Bolivia
Anne C. Pisor a,b,⁎, Michael Gurven b Traducido por Ü-Werk GmbH y Anne Pisor
a Departamento de Conducta Humana, Ecología y Cultura, Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, 04103 Leipzig, Alemania
b Departamento de Antropología, Universidad de California, Santa Barbara, CA 93106-3210, Estados Unidos
Los humanos han dependido en una producción cooperativa de recursos al Mientras que algunos – incluido Darwin (1871) - sugieren que la evolución
menos desde el origen del Homo (Hooper, Gurven, & Kaplan, 2014). Según humana se ha caracterizado por la competición entre grupos y la cooperación
esto, nuestra psicología evolucionada es sensible a las características de los de- dentro de los grupos, los registros etnográficos y arqueológicos aportan abun-
más asociadas a mayores ganancias de la cooperación (Barclay, 2013; Cosmi- dantes pruebas de cooperación entre grupos (Barth, 1969; Ensminger, 1992;
des & Tooby, 1992; Kurzban & Leary, 2001), y los actores prefieren interactuar Gamble, 1999; Jochim, 2006; Ross & Atkinson, 2016; Whallon, 2006; Wiessner,
con colaboradores cooperativos con estas características (Barclay, 2013; Bau- 2001). Las relaciones intergrupales pueden dar acceso a recursos no locales,
mard, André, & Sperber, 2013; Noe & Hammerstein, 1994). Con la formación amortiguar las carencias que afectan a los colaboradores cooperativos locales
y el mantenimiento selectivos de relaciones cooperativas, los actores pueden (Brewer & Caporeal, 2006; Pisor & Gurven, 2016), permitir a los actores especia-
hacer consistente el acceso a los recursos, como la carne cazada, caracterizados lizarse en la producción de recursos y depender en las economías de escala (De
por unas tasas de adquisición variables (Jaeggi & Gurven, 2013). De hecho, en Weerdt & Dercon, 2006; Robinson & Barker, 2017), y dar acceso a colaboradores
comparación de las díadas cooperativas, los grupos de colaboradores coope- cooperativos alternativos si el grupo de un actor proporciona un apoyo insufi-
rativos interconectados pueden ser altamente efectivos para facilitar el acceso ciente (Boyer, Firat, & van Leeuwen, 2015). Ya habíamos demostrado que los ac-
a los recursos para un actor (Hruschka & Henrich, 2006; Levine & Kurzban, tores tienen más interés por iniciar relaciones ajenas al grupo cuando tienen un
2006; Tooby, Cosmides, & Price, 2006). Estos grupos cooperativos a menudo menor acceso a los recursos del mercado y una mayor exposición a los miembros
entablan más de un tipo de esfuerzo cooperativo (ej. económico y político; Lyle ajenos al grupo en el pasado (Pisor & Gurven, 2016). No obstante, en aquel ar-
& Smith, 2014; Moya & Boyd, 2015; Tooby et al., 2006), lo que puede contribuir tículo solo consideramos el interés de un actor en las relaciones dentro y fuera
a su persistencia a lo largo del tiempo (Gómez-Gardeñes, Reinares, Arenas & del grupo en general. Aquí, ampliamos estas determinaciones y preguntamos:
Floría, 2012). dado que un actor demuestra interés por formar relaciones con desconocidos
⁎ Autor correspondiente en el: Dep. Human Behavior, Ecology, and Culture, Max Planck In- ajenos al grupo en general, ¿cómo selecciona entre los desconocidos ajenos al
stitute for Evolutionary Anthropology, 04103 Leipzig, Germany. grupo? ¿Cuáles son las cualidades de los miembros
Dirección de correo electrónico: anne_pisor@eva.mpg.de (A.C. Pisor).
https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2017.09.003 1090-5138/© 2017 Los autores. Publ. Elsevier Inc. Artículo en abierto con la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
Por favor, citen este artículo como: Pisor, A.C., & Gurven, M., When to diversify, and with whom? Choosing partners among out-group
strangers in lowland Bolivia, Evolution and Human Behavior (2017), https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2017.09.003
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ajenos al grupo individuales que tiene en cuenta al considerar un nuevo co- 1. Métodos
laborador cooperativo? ¿Seleccionan los actores a los colaboradores de otros
grupos basándose en los mismos criterios que guían la elección de colabora- 1.1. Poblaciones de estudio
dores dentro del grupo?
Los mosetén, los tsimane’ y la población multicultural con el seudónimo
Aunque la literatura existente no se ha concentrado en gran medida en
de «interculturales» son horticultores que viven en las tierras bajas de Boli-
estas cuestiones, sugerimos que las cualidades a nivel individual y grupal
via. Los mosetén y los tsimane’ son dos de los 36 pueblos indígenas reconoci-
podrían influir a la elección de colaboradores ajenos del grupo. Al igual que
dos por el Estado Plurinacional de Bolivia. Históricamente ambos se han ca-
en la elección de colaboradores de dentro del grupo, la elección de colabora-
sado entre sí (Corella, Bert, Pérez-Pérez, Gené, & Turbón, 2007) y hablan dia-
dores fuera del grupo debería seguir las características a nivel individual
lectos diferentes de la lengua mosetenan, lingüísticamente aislada (Sakel,
asociadas a mayores ganancias por la cooperación, excluyendo la competen-
2007). Sin embargo, el clero católico estableció escuelas y comunidades cen-
cia anticipada en la producción de alimentos (Eisenbruch et al. 2016) o el tra-
tralizadas para los mosetén en el siglo XIX (R. Godoy, 2015; Huanca, 2006;
bajo especializado (Brewer, 1996), la generosidad anticipada (Barclay, 2013;
Mamani, Soria, & Huasna Bozo, 2010). En la actualidad, los mosetén están
Baumard et al., 2013; Gurven, Allen-Arave, Hill, & Hurtado, 2000), y el ac-
más integrados en el mercado que los tsimane’, con accesos a carreteras, agua
ceso a los recursos (p.ej., Gurven, Jaeggi, von Rueden, Hooper, & Kaplan,
corriente, electricidad, y mayores niveles de movilidad. Los mosetén hablan
2015). Asimismo, en virtud de su pertenencia a su grupo, los posibles cola-
español con fluidez, la lengua más común de Bolivia, y a menudo se casan
boradores cooperativos pueden ofrecer beneficios adicionales para un actor.
de forma exogámica con no mosetén: el 57% de la muestra de los mosetén
Por ejemplo, si recursos específicos no están disponibles de forma local, los
tiene al menos una cabeza de hogar que no es mosetén. Los tsimane’ se man-
colaboradores ajenos al grupo pueden dar acceso a ellos a través del comer-
tienen principalmente endogámicos, casándose ocasionalmente con grupos
cio, los regalos, o los intercambios con retraso (Whallon, 2006). Del mismo
de las tierras bajas establecidos en territorio tsimane’. Tan solo el 14% de los
modo, la exposición en el pasado a miembros de otro grupo, en especial en
participantes tsimane’ de esta encuesta habla español con fluidez.
interacciones cooperativas con resultados beneficiosos, puede aumentar la
Los interculturales son una población que vive cerca del límite del terri-
valoración de un desconocido del este mismo grupo por parte del actor
torio mosetén. La mayoría de los interculturales son inmigrantes o hijos de
(Gaertner & Dovidio, 2001; Hewstone & Brown, 1986; Paolini, Hewstone,
inmigrantes: bien se trasladaron desde el Altiplano (en los Andes) por los
Cairns, & Voci, 2004; Pettigrew & Tropp, 2006).
programas de reubicación gubernamentales de los años 60 o inmigraron por
Hipotetizamos que la selección ha favorecido características de la psico-
el clima favorable para agricultura y la actualmente menguada industria ma-
logía humana que evalúan a los potenciales colaboradores ajenos al grupo
derera. Los participantes interculturales eran principalmente aymaras (59%)
según los mismos criterios que a los de dentro del grupo, y además de esto,
y quechuas (18%), los dos grupos indígenas de mayor población de Bolivia.
las características de los miembros de otros grupos que se asocian de forma
La mayoría de los interculturales habla español con fluidez y son la pobla-
fiable a su acceso a los recursos. De manera específica, predecimos que, si un
ción más integrada en el mercado de las tres. Para más detalles etnográficos,
actor percibe que un posible colaborador posee cualidades asociadas a la
véase Métodos Suplementarios 1.
cooperatividad y percibe que su grupo tiene acceso a recursos no disponibles
Los «grupos» relevantes en el contexto de Bolivia son individuos que se
de forma local, será más generosa frente a este posible colaborador en las
autoidentifican según el mismo grupo étnico, religión, partido político,
interacciones iniciales; la generosidad en las primeras interacciones a me-
cooperativa de trabajo, o sindicato. Para esta encuesta, nos hemos concen-
nudo puede iniciar relaciones cooperativas más a largo plazo (Delton, Kras-
trado en los grupos religiosos y étnicos, los grupos no políticos lo suficiente-
now, Cosmides, & Tooby, 2011; Henrich et al., 2005; Raihani & Bshary, 2015;
mente grandes para contener a desconocidos. Los individuos de la población
Yamagishi, Terai, Kiyonari, Mifune, & Kanazawa, 2007). Este enfoque com-
mosetén interactúan con regularidad con miembros de seis grupos étnicos.
plementa la idea del «parroquialismo plástico»: mientras que algunas distri-
La mayoría de los mosetén son católicos, pero también había una congrega-
buciones geográficas de los recursos pueden generar conflictos intergrupales
ción de Amigos Evangélicos local en el momento de la encuesta. Los inter-
- por ejemplo, cuando estos recursos cruciales se concentran de forma local
culturales tienen cuatro iglesias e interactúan con regularidad con ocho gru-
y las carestías son algo raro, o cuando una gran región se ve afectada por
pos étnicos; nos hemos concentrado en cinco de los ocho. En su idioma y en
sequías persistentes - otras no (Cashdan, 2001; Hruschka & Henrich, 2013;
la conversación, los tsimane' distinguen entre tres grupos étnicos nativos de
Smith, 1988), dejando abierta la posibilidad de las ganancias de comercio a
las tierras bajas (los mosetén, los yuracaré, y los trinitarios), pero reconocen
través de conexiones intergrupales. Aquí investigamos si las cualidades in-
a los inmigrantes de los Andes a las tierras bajas como un solo grupo (collas)
dividuales percibidas de los potenciales colaboradores, como (P1.1) la pose-
y a los habitantes no indígenas de las tierras bajas como otro (napo en
sión de recursos y (P1.2) la intención cooperativa, y también las cualidades
tsimane’, cambas en español). Tres iglesias tenían una presencia intermitente
de grupo percibidas, como (P2.1) el acceso a los recursos por los ajenos al
entre los tsimane’ en el momento de la recopilación de los datos.
grupo, predicen la generosidad hacia esos potenciales colaboradores ajenos
al grupo. También probamos si (P3.1) la exposición en el pasado de los do-
1.2. Protocolo experimental y de la encuesta
nantes a individuos ajenos al grupo, lo cual puede hacer que cambien las
expectativas básicas de las cualidades individuales y grupales, aumenta la La presente muestra incluye a 200 individuos (el 52% varones) de estas
generosidad hacia desconocidos ajenos al grupo. P3.1 es una extensión de tres poblaciones, que fueron entrevistados entre agosto de 2014 y marzo de
nuestros hallazgos pasados de que la exposición pasada a individuos ajenos 2015. Los protocolos se desarrollaron tomando como base entrevistas piloto
al grupo modula el interés por ellos en general (Pisor & Gurven, 2016). y etnográficas llevada a cabo en cada una de las tres poblaciones (Pisor &
Nuestra muestra incluye tres poblaciones de horticultores de la Bolivia Gurven, 2016). Véase Métodos Suplementarios 2 para obtener más detalles
rural. Bolivia es un país altamente multiétnico - uno de los hotspots de diver- sobre la estrategia de muestreo, el contrabalance y la aleatorización, y las
sidad etnolingüística de National Geographic (Anderson, 2014) - formado por comprobaciones de la comprensión para el juego experimental. Puesto que
grupos con diversos niveles de integración en los mercados regionales y na- la alfabetización es variable entre estas poblaciones, los participantes dieron
cionales y la sociedad nacional. En estas tres poblaciones, existe entre indivi- un consentimiento informado verbal a su participación. El protocolo de la
duos variación amplia a las oportunidades de acceso a recursos de mercados encuesta fue aprobado por la Junta de Revisión Institucional de la Universi-
no locales y la exposición a miembros ajenos al grupo. Así, consideramos que dad de California Santa Barbara, los consejos de gobierno de los tsimane’ y
las tres poblaciones conjuntamente para aprovechar de esta variación. Usa- los mosetén (Gran Consejo Tsimane’, Organización del Pueblo Indígena Mo-
mos la asignación de dinero a desconocidos ajenos al grupo en un experi- setén), y las comunidades locales.
mento no anónimo como proxy de la elección de colaboradores. Se pidió a
cada participante que repartiera dinero entre tres desconocidos de dentro del 1.2.1. Asignaciones a desconocidos ajenos al grupo
grupo, tres desconocidos ajenos al grupo, y ellos mismos. Los participantes Los participantes clasificaron las tarjetas que representaban a los grupos
sabían que, si daban dinero, los receptores sabrían su nombre completo y la locales en una escala de cinco puntos de 1= “grupos a los que pertenezco más
cantidad donada - a menos que desearan permanecer en el anonimato, una o de los que me siento más parte” a 5= “grupos a los que pertenezco menos
decisión en que comentamos más abajo. Interpretamos la cantidad de dinero o de los que me siento menos parte” (Fig. S1). La comprensión de los
donada a cada receptor potencial como una indicación del interés del donante
en iniciar una relación con ese receptor en particular.
Por favor, citen este artículo como: Pisor, A.C., & Gurven, M., When to diversify, and with whom? Choosing partners among out-group
strangers in lowland Bolivia, Evolution and Human Behavior (2017), https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2017.09.003
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participantes de la tarea escalada fue respaldada por sus narraciones de sus cantidad enviada; el dinero no colocado en ni una de las fotografías se lo
decisiones: a menudo, los participantes decían de forma espontánea «muy quedaría el participante. En otras palabras, los participantes podían entrar
poco» al colocar las tarjetas en la posición 4 y «cero» al colocarlas en la posi- en favoritismos hacia uno o los dos grupos, o hacia uno o múltiples recepto-
ción 5; en otras palabras, los participantes interpretaron que la posición 5 res, si tenían la motivación para hacerlo. Esta estructura de juego -- con una
representaba a grupos a los que no pertenecían de ningún modo. Según esto, asignación inicial igualitaria entre todos los posibles receptores, y la opción
las tarjetas colocadas en las posiciones 4 y 5 -- los grupos a los que los parti- tanto de dar como de tomar monedas -- crea un enmarcado único que distin-
cipantes se sentían muy poco pertenecientes o para nada pertenecientes -- se gue nuestro juego del juego del dictador (p. ej., List, 2007) (véase la Discu-
clasificaron como ajenas al grupo, mientras que las tarjetas colocadas en las sión). Para evitar la posibilidad de las retribuciones, los receptores no supie-
posiciones 1 y 2 se clasificaron como grupos propios del participante. De esta ron los nombres de los donantes que no les habían asignado dinero, y a los
categorización, se seleccionaron dos grupos: bien un grupo propio religioso donantes se les informó de esto antes de que realizaran las asignaciones. De
y otro ajeno, o un grupo propio étnico y otro ajeno. Si un participante no manera adicional, para evitar la confusión y mantener la confianza de los
colocaba tarjetas en las posiciones 1 o 2, seleccionábamos un grupo ajeno y participantes, los donantes que se guardaron el dinero para sí mismos reci-
un grupo «intermedio» de la posición 3 con el que jugaría el participante; si bieron sus pagas al final de la entrevista, mientras que a los receptores se les
el participante no colocaba tarjetas en las posiciones 4 o 5, seleccionábamos dieron sus pagas, junto con los nombres de los donantes y las cantidades
un grupo propio y otro de la posición 3. Si bien incluimos grupos interme- donadas, al final de la temporada en el campo (tiempo de espera media =
dios en análisis con fines de una estimación precisa del modelo, ya que no 94,7 días, SD = 57,3). A los donantes que desearon permanecer en el anoni-
existen predicciones claras sobre cómo se representan en la mente estos gru- mato se les permitió hacerlo (34% de la muestra); controlamos para esta de-
pos, no debatiremos los resultados para los grupos intermedios en el texto. cisión en todos los análisis, pues los participantes que se mantuvieron en el
Un juego no anónimo inspirado por el juego del dictador (Dictator Game; anonimato donaron menos de media que aquellos que compartieron sus
Camerer & Thaler, 1995) y juegos de asignar y tomar (Gervais, 2016; Rucas, nombres (véase la Tabla S8a). Para más detalles sobre los participantes que
Gurven, Kaplan, & Winking, 2010) permitieron a los participantes repartir permanecieron en el anonimato, véase la sección 2.2.1.
dinero a desconocidos a costa del mismo participante, o bien a otros posibles
receptores. Puesto que el participante podía guardarse todo el dinero para sí 1.2.2. Características grupales de los receptores
mismo y no dar nada a los posibles receptores, denominamos todas las asig-
naciones de dinero a un receptor como «generosidad». Para un tratamiento 1.2.2.1. Acceso a los recursos a través del grupo ajeno. Antes del juego, se pre-
sobre los límites del uso de este término en el contexto de los experimentos guntó a los donantes por los beneficios y los costos de ser miembros del
económicos, véase Bardsley (2007). Se seleccionaron tres fotos de desconoci- grupo propio focal y del grupo ajeno focal. Los donantes interpretaron estas
dos de dentro del grupo del participante y tres del grupo ajeno. Todos eran preguntas en términos generales, a menudo describieron los beneficios y las
participantes anteriores de otras comunidades de la encuesta (incluyendo desventajas de formar parte del grupo, o las características de los miembros
aquellos que participaron en las entrevistas piloto) del mismo sexo que el del grupo. Por ejemplo, los donantes mencionaron con frecuencia el acceso a
participante y, en la medida de lo posible, en un rango de diez años más o los elementos del mercado y las habilidades para obtener recursos económi-
menos que él. AP comunicó al participante el nombre, la afiliación grupal, y cos como beneficios, y la falta de estos como costos. También se citaron a
la edad (planeado como tarea distractora) de cada potencial receptor. Se pre- menudo la apertura hacia los miembros ajenos al grupo y la voluntad para
guntó al participante si conocía a alguno de los individuos de las fotografías; colaborar entre grupos, o bien la falta de voluntad para compartir recursos y
si conocía a uno, se quitaba su fotografía y se cambiaba por otra para asegu- colaborar. AP codificó los primeros beneficios y costos mencionados; las ca-
rar que el potencial receptor fuera un desconocido. Entonces se le dijo que tegorizaciones indicadas por AP y un asistente de la investigación que no
tenía la oportunidad de enviar dinero a estos posibles receptores: podía asig- conocía las hipótesis presentaron niveles de acuerdo moderados (kappa de
nar 21 monedas de un boliviano ($0,14/1 boliviano; total del activos aproxi- Cohen: 0,75 para los beneficios y 0,73 para los costos (Cohen, 1968); test de
madamente 1/3 de un jornal diario) entre estos seis desconocidos y él Stuart-Maxwell: χ2 = 89,8, χ2 = 69,3 (Maxwell, 1970)). Con fines de análisis,
mismo. Se colocaron tres monedas en cada una de las seis fotografías y tres categorizamos los beneficios de aquellos (1) que potencialmente afectarían a
monedas frente al participante (véase la Fig. 1 para una ilustración). los individuos de fuera del grupo focal, (2) que afectarían a los individuos
AP informó a los participantes de que, si dejaban monedas en una foto- miembros del grupo focal, (3) relacionados con el buen carácter percibido de
grafía, la persona de la fotografía sabría el nombre del participante y la los miembros del grupo, y (4) procedentes de las prácticas religiosas. Se debe
tener en cuenta que el participante dio respuestas tanto para su grupo propio
como para su grupo ajeno; de este modo, al indicar los beneficios que afecta-
ban a individuos de grupo propio o grupo ajeno (es decir, (1) o (2)), estuvo él
entre las personas afectadas por los beneficios para miembros del grupo si
estaba comentando un grupo propio o
Fig. 1. Un ejemplo del juego de donaciones no anónimas. Se dispusieron seis fotografías en una mesa, todas de participantes del experimento en el pasado. Los tres hombres de la izquierda eran
participantes que se identificaban con un grupo étnico, por ejemplo, y los tres de la derecha, con otro. A los participantes se les dijo el nombre, la edad, y la afiliación grupal de cada individuo. Se
colocaron montones de tres monedas de un boliviano en cada fotografía y frente al participante. El participante podía mover cualquier número de monedas entre fotografías, de las fotografías a su
propio montón, o desde su montón a las fotografías. Se informó a los participantes de que cualquier moneda que se dejara en una fotografía se daría a esa persona en nombre del participante (a
menos que el participante deseara permanecer en el anonimato) y que cualquier moneda que se dejara frente al participante sería suya.
Por favor, citen este artículo como: Pisor, A.C., & Gurven, M., When to diversify, and with whom? Choosing partners among out-group
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entre la gente afectada por los beneficios para miembros fuera del grupo si 1.2.4. Variables adicionales
estaba comentando un grupo ajeno. Los costos fueron categorizados por Los factores adicionales pueden modular la valoración de los miembros
aquellos (1) que potencialmente afectarían a individuos fuera del grupo fo- ajenos al grupo, incluyendo los recursos existentes y el acceso a los recursos
cal, (2) afectarían a individuos miembros del grupo focal, (3) relacionados del donante, la red social existente (Pisor & Gurven, 2016), y la personalidad
con el mal carácter percibido de miembros del grupo, (4) derivados de las (Ashton & Lee, 2007; Nettle, 2006); ya que estas variables no tienen relevancia
prácticas religiosas, y (5) relacionados con sufrir discriminación (véase Mé- directa para las presentes hipótesis, las incluimos solo en las comprobaciones
todos Suplementarios 4 para ver ejemplos de las respuestas dadas y cómo se de la robustez (véanse las Tablas S4 y S5). Puesto que la distribución de la edad
codificaron las preguntas). no era idéntica para cada grupo muestreado, la diferencia de edad entre el
receptor y el donante no fue siempre de un máximo de diez años (diferencia
1.2.2.2. Exposición en el pasado. Pedimos a los donantes que detallaran todos de edad media = −1,64, SD = 10,72). Dicho esto, la diferencia de edad y la
los lugares en los que habían vivido anteriormente, así como las ciudades y edad tuvieron una correlación negativa, como cabía esperar (r = −0,66). Así,
los pueblos que habían visitado por más de una semana; el número de luga- controlamos la diferencia de edad y la edad por separado, en las Tablas S5a y
res en los que se vivió y los lugares visitados se contaron por separado y se b respectivamente. Para descripciones detalladas de estas variables adiciona-
usaron como proxies de la exposición a miembros ajenos al grupo en general, les, véase Métodos Suplementarios 5.
si bien no se identifica la exposición a otros grupos concretos (Tabla S7) ni se
diferencia entre interacciones pasadas positivas y negativas con miembros
1.3. Métodos estadísticos
ajenos al grupo (véase la Discusión). Ver la TV también puede ser una fuente
de exposición pasiva a los miembros ajenos al grupo (p. ej., Buchan et al.,
¿Qué características del grupo e individuales afectaron a la elección de co-
2009). De acuerdo con esto, incluimos el número autoinformado de horas de
laboradores ajenos al grupo? ¿Son estas características diferentes de las que
TV o películas miradas por semana como predictor en todos los modelos.
afectan a la elección de colaboradores del grupo propio? Para responder a es-
Puesto que mirar la TV y el número de ciudades y pueblos visitados variaban
tas preguntas, usamos un enfoque de un modelo multinomial para considerar
en gran medida a lo largo de las tres poblaciones de encuesta, realizamos
la decisión del donante para cada posible receptor. Los receptores fueron agru-
puntajes Z de ambas medidas para normalizar la distribución.
pados en función de si eran miembros del grupo propio del donante o del
grupo ajeno. Las cantidades asignadas a miembros de grupos intermedios se
1.2.3. Características individuales de los receptores
incluyen en el modelo para asegurar una estimación precisa de la probabilidad
Después de completar el juego experimental, AP preguntó a cada do-
de asignar una donación; sin embargo, puesto que no está claro cómo se re-
nante por sus percepciones de los seis posibles receptores. A pesar de que
presentan en la mente estos grupos, no debatiremos aquí estas estimaciones.
proporcionan perspectivas de la toma de decisiones, estas respuestas auto-
Utilizamos el programa Stan para ajustar los modelos multinomiales de
informadas tienen sus limitaciones. Las respuestas se realizaron después de
efectos mixtos con las funciones de enlace de softmax a través de la estimación
las asignaciones, por lo que podrían ser propenso de sesgo de autopresenta-
de Cadena de Markov Monte Carlo (MCMC) (Carpenter et al., 2017). Aquí, los
ción. Además, al juzgar las fotografías, es posible que los participantes se
modelos multinomiales se usan para estimar los efectos de los predictores en
fijan en ciertas características del individuo fotografiado más que en otras
las decisiones de asignación para receptores de grupo propio y de grupo ajeno
(por ejemplo, forma física, confiabilidad (Oosterhof & Todorov, 2008), y
a la vez, como que las relaciones entre cada predictor y la cantidad asignada
atractivo (Sutherland et al. 2013)). Independientemente de las percepciones
pueden variar para el grupo propio y para el grupo ajeno. Los modelos multi-
específicas que lo se informa, el afecto hacia los posibles receptores proba-
nomiales tratan los resultados de grupo propio y de grupo ajeno como no in-
blemente está asociado con la toma de decisiones (Arora, Peterson, Krantz,
dependientes: por ejemplo, si un donante asigna más dinero a un recipiente
Hardisty, & Reddy, 2012), incluyendo las asignaciones aquí analizadas.
del grupo propio, habrá menos dinero disponible para los tres recipiente del
Puede verse un tratamiento adicional sobre las percepciones autoinformadas
grupo ajeno y los otros dos del grupo propio. La función de enlace de softmax
en la Discusión.
las escala a las estimaciones para cada posible receptor en relación con los
otros cinco es tal que juntas suman 1, asegurando la identificabilidad del mo-
1.2.3.1. Acceso a los recursos. Los donantes indicaron si pensaban que cada
posible receptor tenía «mucho dinero, algo de dinero, un poco de dinero o delo. Se estimaron intercepciones aleatorias para cada receptor, pues los re-
nada de dinero». Se unió «dinero» y «mucho dinero» en una sola categoría, ceptores pueden haber tenido características no medidas que afectaran tanto
pues de pocos receptores se dijeron que tenían «mucho». a la cantidad recibida como a la cantidad que otros receptores recibieron al
aparecer junto a un receptor dado. Usamos un enfoque MCMC porque pro-
1.2.3.2. Intención cooperativa. Los donantes indicaron si cada uno de los posi- porciona una mayor flexibilidad para hacer modelos tanto de los resultados
bles receptores era una «buena persona» (con connotaciones en el español multinomiales como de los efectos aleatorios que la que dan los enfoques de
boliviano de amabilidad y apertura a los demás), «un poco buena», o «mala máxima verosimilitud.
persona»; si el donante podía depender en el posible receptor («sí», «un Los resultados se indican como el riesgo relativo de dar otra moneda de 1
poco» o «no»); y si el donante desearía ser amigo del posible receptor («sí» o boliviano al posible receptor (es decir, la exponencial de la media de distribu-
«no»). Cada respuesta refleja cualidades que podrían aumentar el valor del ción posterior), en relación con la cantidad que se queda uno (la intercepción),
colaborador, como la generosidad y la confiabilidad (Cottrell, Neuberg, & Li, con un 95% de intervalos creíbles. Todas las cadenas de Markov tienen una
2007). buena mezcla (Rhat ≤ 1,03), un tamaño efectivo de las muestras suficiente (es
Como se ha descrito anteriormente, los donantes juzgaron a los posibles decir, el número de muestras no correlativas en la posterior), y pasan las com-
receptores después de tomar decisiones sobre las asignaciones, lo que podría probaciones predictivas posteriores. (Véase Métodos Suplementarios 3 para
traer sesgo de autopresentación. Para hacer frente a esta limitación, codifica- más detalles sobre estos métodos, y la Fig. S2 para ver ejemplos de las com-
mos como variable ordinal el ser «buena persona» (es decir, 0, 1, 2) y calcu- probaciones predictivas posteriores realizadas.)
lamos una puntuación media de la bondad percibida para cada receptor to- Debido al error experimental, los valores de las percepciones de los donan-
mando como base las estimaciones de este receptor por parte de otros parti- tes sobre la «bondad», riqueza, y confiabilidad de los receptores fueron faltan-
cipantes que no fueran el donante. Después utilizamos estas medidas de con- tes de manera aleatoria, así como las percepciones de los donantes de los be-
senso de «descartar uno» para predecir las propias asignaciones de un do- neficios y costos de pertenecer al grupo (falta 5% de bondad, 6% de riqueza,
nante. Para evitar los posibles efectos de la parcialidad del grupo propio en 3% de confiabilidad, 33% para los beneficios, 35% para los costos). Dado que
las estimaciones, incluimos las estimaciones de un receptor solo si fueron Stan no puede imputar variables categóricas sin variables indicadores, impu-
hecho por los que no eran miembro del grupo proprio del receptor. Se utilizó tamos estos valores faltantes con una comparación de medias predictiva («pre-
el mismo procedimiento para calcular las puntuaciones consensuadas de las dictive mean matching» con mice; Little, 1988; Van Buuren & Groothuis-
respuestas sobre la riqueza, la disposición de confiar, y el interés en la amis- Oudshoorn, 2011), generando 100 sets de datos imputados en el programa de
tad. Estas medidas se emplean en una comprobación de la robustez indicada estadística R (R Core Team, 2017). Aplicamos nuestros modelos a cada uno de
en la Tabla S6; dada la colinealidad entre la bondad y la disposición de con- estos 100 sets de datos imputados; las estadísticas reportadas fueron calcula-
fiar en las medidas de consenso, indicamos ajustes de modelos con cada una dos en las distribuciones posteriores mixtas de estas 100 iteraciones (Zhou &
de estas variables por separado. Reiter, 2010). Asimismo, a un participante le faltaban datos de dónde había
vivido y qué había visitado, dos variables continuas. Estos valores se impu-
taron como parte del proceso de modelado en Stan.
Por favor, citen este artículo como: Pisor, A.C., & Gurven, M., When to diversify, and with whom? Choosing partners among out-group
strangers in lowland Bolivia, Evolution and Human Behavior (2017), https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2017.09.003
A.C. Pisor, M. Gurven / Evolution and Human Behavior xxx (2017) xxx–xxx 5
2. Resultados para los posibles receptores del grupo, lo que realizó una predicción negativa
de las donaciones. Lo más, hecho de que la relación entre la estimación de la
Los donantes podrían haberse guardado para sí todo el dinero de forma riqueza de un receptor por parte del donante y la medida de consenso de la
egoísta sin repercusiones; por el contrario, donaron a desconocidos una me- riqueza de este receptor es baja (R2 ajustada = 0,04) sugiere que o (a) los do-
dia de B15,55 de los activos totales de B21 (74%) (es decir, 15 bolivianos y 55 nantes detectan diferentes cualidades de los receptores que los demás, espe-
céntimos de 21 bolivianos). Un receptor del grupo ajeno y del grupo propio cialmente en el caso de los receptores del grupo propio, o (b) los donantes
recibió de media B2,27 (SD = 1,90) y B2,96 (SD = 2,64) respectivamente, una son parciales en sus autopresentaciones, prefiriendo donar a los receptores
diferencia significativa estadísticamente (t = −4,82, df = 936,49, p < 0,001). del grupo propio y atribuyendo estas donaciones a una falta de riqueza.
2.1. Elección entre desconocidos del grupo ajeno y del grupo propio 2.1.1.2. (P1.2) ¿Dan más los donantes a los receptores percibidos como cooperati-
vos? En relación con los receptores percibidos como «malas personas», los
Veintiocho de los 158 donantes (18%) a los que se presentaron miembros donantes fueron un 31% y un 52% más probable de dar otro boliviano a otros
ajenos al grupo en el experimento no asignaron dinero alguno a estos recep- receptores del grupo propio que percibían como «un poco buenos» y «buenas
tores. Los donantes tsimane’ fueron especialmente reacios a asignar dinero a personas», respectivamente (Fig. 3b). Las donaciones a receptores del grupo
receptores del grupo ajeno (19 (32%) de 59 donantes tsimane’; Fig. 2). En las ajeno siguieron el mismo patrón, recibiendo más los receptores percibidos
tres poblaciones de estudio, cincuenta donantes, o el 32% de los 158 a los que como «buenas personas», seguidos por aquellos percibidos como «un poco
se presentaron miembros del grupo ajeno, donaron cantidades positivas e buenos», ambos en relación con las «malas personas». No obstante, la mag-
igualitarias a los tres miembros del grupo ajeno; 31 de estos 50 donantes (el nitud de la preferencia por las «buenas personas» como colaboradores socia-
20% de aquellos a los que se presentaron miembros ajenos al grupo) dejaron les se pronunció más entre los tsimane’ (para los ajustes de los modelos po-
a cada receptor del grupo ajeno con la asignación original de 3 bolivianos blación por población y las estadísticas descriptivas para cada población,
por persona (y 19 de estos 31 dejaron también 3 bolivianos para cada receptor véanse las Tablas S10 y S11).
del grupo propio y se guardaron 3 para sí). Las donaciones a un desconocido del grupo ajeno no fueron sensibles a
la percepción de la confiabilidad de ese receptor por parte del donante (Fig.
2.1.1. (P1) Características individuales y elección de colaboradores 3c); no obstante, no fue así en las donaciones del grupo propio. Los descono-
cidos del grupo ajeno fueron un 27% más probable de recibir otro boliviano
2.1.1.1. (P1.1) ¿Dan los donantes más a aquellos que perciben como poseedores de si el donante los percibía como confiable. Los efectos de la bondad y la con-
más recursos? La riqueza percibida tiene un efecto diferente en las donaciones fiabilidad son específicos de las propias percepciones del donante: las medi-
hacia grupo propio o hacia grupo ajeno. En relación con los desconocidos del das de consenso de la bondad y la confiabilidad del receptor no predicen la
grupo propio que percibieron como no tenían riqueza, los donantes dieron cantidad que un donante dado asignó a tal receptor (Tabla S6). Por tanto, al
menos a los desconocidos del grupo propio que percibieron como acomoda- contrario que las riquezas percibidas, existen menos pruebas de sesgo siste-
dos o moderadamente acomodados (Fig. 3a; Tabla 1). Los donantes fueron mático en las respuestas autoinformadas de los donantes de la bondad y con-
un 17% y un 25% menos probable de dar otro boliviano a un receptor del fiabilidad de los receptores. El interés en formar una amistad no influyó so-
grupo propio percibido como moderadamente acomodado o acomodado bre las donaciones al grupo propio o al grupo ajeno.
respectivamente, en relación con un receptor del grupo propio del que pen-
saban como no tenía dinero (Tablas S4 y S5 ajustadas para covariables adi- 2.1.2. (P2) Características grupales y elección de colaboradores
cionales; estadísticas descriptivas para todas las covariables de estos modelos
en las Tablas S1a, b, c, d). Por otro lado, los desconocidos del grupo ajeno que
2.1.2.1. (P2.1) ¿Dan los donantes más a los receptores de grupos que perciben a
se percibían como moderadamente acomodados fueron un 43% más probable
tener un mayor acceso a los recursos? Independientemente de las cualidades
de recibir otro boliviano en relación con los desconocidos del grupo ajeno
individuales percibidas del receptor, predijimos que si los donantes asocia-
que se percibía como no tenían riqueza.
ban el acceso a los recursos con el grupo del receptor, también le asignarían
Puesto que las percepciones de los donantes sobre los receptores se ob-
más a tal receptor. Al contrario de las predicciones, en relación a los grupos
tuvieron una vez realizadas las asignaciones, como comprobación de la po-
ajenos que se veían como no generan beneficios, un donante fue un 23% me-
sibilidad de sesgo de autopresentación, utilizamos las estimaciones de un
nos probable de asignar dinero a receptores de grupo ajeno que percibía
receptor dado por parte de miembros ajenos a su grupo para predecir cada
como con beneficios que podrían beneficiar a otros grupos (Fig. 3d). No obs-
asignación de los donantes a dicho receptor. La medidas de consenso de la
tante, este efecto no es robusto si se incluyen otras variables en el modelo
riqueza de un receptor por parte de los otros donantes predijo de forma po-
(Tablas S4 y S5), y su efecto en el modelo indicado en la Tabla 1 parece ser
sitiva cuánto un donante focal asignó al receptor, especialmente a los miem-
una consecuencia conjunta de la forma en que codificamos los datos (véase
bros del grupo propio (Tabla S6); esto contrasta con el efecto de las propias
Materiales Suplementarios 4a) y la naturaleza de las respuestas de los parti-
percepciones de riqueza del donante
cipantes mosetén y, más especialmente, los tsimane’, para quienes la percep-
ción de los beneficios para otros grupos redujo el riesgo de dar otro boliviano
a receptores de grupo ajeno un 60% (Tabla S11). Al preguntarles por los be-
neficios de ser miembros de un grupo dado, la respuesta modal de los parti-
Cero
cipantes tsimane’ fue decir que el grupo se beneficiaba del acceso a los recur-
sos del mercado, independientemente de si el grupo era propio o ajeno (Ta-
bla S2). Asimismo, los participantes tsimane’ citaron los recursos del mer-
Igualitaria
cado como un beneficio con más frecuencia que los mosetén y los intercultu-
rales. Es posible que los recursos del mercado fueran más destacados para
los tsimane’ en relación con los mosetén y los interculturales, y que tuvieran
un efecto desproporcionado en sus donaciones al grupo ajeno. Esto resulta
coherente con nuestra impresión etnográfica de los tsimane’, que a menudo
Diferenciados
se ven a sí mismos como «los que no tienen» en relación con otros grupos;
no obstante, los tsimane’ identificaron a los posibles receptores de grupo
ajeno como «acomodados» en menor medida que los mosetén o los intercul-
turales, lo que complica esta explicación.
Por favor, citen este artículo como: Pisor, A.C., & Gurven, M., When to diversify, and with whom? Choosing partners among out-group
strangers in lowland Bolivia, Evolution and Human Behavior (2017), https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2017.09.003
6 A.C. Pisor, M. Gurven / Evolution and Human Behavior xxx (2017) xxx–xxx
Grupo Grupo
propio ajeno
Poca
Poco buena
acomodado persona
Buena
Acomodado persona
Poca Beneficios
confiable intergrupales
Confiable Costos
intergrupales
Tabla 1
Los medios posteriores (indicados como riesgos relativos) y los intervalos creíbles del 95% para el modelo, que tan solo incluye controles mínimos. En la primera columna se indica el riesgo relativo
transformado (es decir, el riesgo de dar un boliviano más). El riesgo relativo debido a un predictor dado aparece en negrita si su intervalo creíble no incluye 1.
Medio Int. creíble 5% Int. creíble 95% Medio Int. creíble 5% Int. creíble 95%
Desviación estándar para los efectos aleatorios por los medios posteriores del receptor = 0,24. Medios posteriores no indicados para la versión de la entrevista.
Por favor, citen este artículo como: Pisor, A.C., & Gurven, M., When to diversify, and with whom? Choosing partners among out-group
strangers in lowland Bolivia, Evolution and Human Behavior (2017), https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2017.09.003
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lugares (Fig. 4): los que habían vivido en cinco lugares (tercer cuartil) fueron las que un donante asignó 0 bolivianos a un receptor dado, los donantes eli-
un 45% más probable de dar otro boliviano a un receptor de grupo ajeno en gieron permanecer en el anonimato tan solo en el 42% de estas interacciones:
relación con los que habían vivido en dos (primer cuartil). El efecto de los los donantes no anónimos, de hecho, fueron más probables de dar 0 bolivia-
lugares anteriores sobre las donaciones de grupo ajeno fue independiente de nos que los anónimos (χ2 = 5,15, df = 1, p < 0,05).
los controles, incluyendo la Extroversión (Tabla S5), que de otro modo po- Las estadísticas descriptivas de los participantes que compartieron y que
dría aumentar el comportamiento vagado y el interés por nuevas relaciones no compartieron sus nombres aparecen en la Tabla S8, y en la Tabla S9 apa-
sociales (Nettle, 2006). No obstante, para un subconjunto de participantes rece un modelo con predictores estimados por separado para los que com-
para los que estaban disponibles estos datos, el número de lugares en los que partieron y los que no compartieron sus nombres. Los pequeños tamaños de
se vivieron anterioramente no tuvo relación con el conocer a más miembros las muestras dan lugar a grandes intervalos creíbles para varias niveles de
del grupo ajeno focal (Tabla S7); por el contrario, el número de lugares en los beneficios y costos percibidos de pertenecer al grupo (Tabla S8b), por lo que
que se vivieron podría reflejar la exposición general a desconocidos. Por otro pedimos precaución al interpretar las siguientes determinaciones: la direc-
lado, los participantes que habían visitado (pero no vivido en) más lugares ción de los efectos de las variables de nivel individual en el modelo (es decir,
dieron menos tanto a los miembros de grupo propio como de grupo ajeno, en relación con P1) sugieren que hay dos «subpoblaciones» de donantes. Los
mientras que los que indicaron haber visto más TV y películas en la última donantes no anónimos penalizaron a los posibles receptores percibidos como
semana dieron más dinero tanto a miembros de grupo propio como de grupo acomodados, mientras que los donantes anónimos hicieron lo contrario. Los
ajeno (Fig. 4). Como sucedía con los lugares en los que se había vivido ante- donantes no anónimos recompensaron a los miembros del grupo propio per-
riormente, no se asociaron los lugares visitados anteriormente con el número cibidos como confiables, mientras que los donantes anónimos recompensa-
de individuos conocidos del grupo ajeno focal (Tabla S7). El efecto de la ex- ron a los miembros del grupo propio percibido como buenos. Los donantes
posición a los medios y de los lugares en los que se vivió o se visitaron sobre no anónimos dieron más si habían visitado más lugares y menos si habían
las donaciones de grupo propio es independiente de la riqueza material del vivido en más lugares y visto más TV y películas, mientras que los donantes
hogar del donante (Tabla S5), al igual que si su hogar posee una TV o un anónimos hicieron lo contrario. Asimismo, ninguna población concreta - los
vehículo (Tabla S3), si bien el efecto de los lugares visitados en las donacio- tsimane’, los Mosetén, o los interculturales - fue más propensa a permanecer
nes de grupo ajeno no se basa en ninguno de estos modelos. en el anonimato que las demás (Tablas S10b, d, f), lo que sugiere que las dos
subpoblaciones no pueden categorizarse dentro de estas poblaciones más
grandes. Los efectos debidos principalmente a las asignaciones de donantes
2.2. Análisis de exploración
no anónimos y los que se deben principalmente a las asignaciones de donan-
tes anónimos aparecen en las Figs. 3 y 4.
2.2.1. Elección del anonimato
Como ya se ha mencionado, permitimos a los participantes jugar de 3. Discusión
forma anónima si así lo deseaban; el 24% de la muestra eligió hacerlo, sin
compartir sus nombres con los receptores. Estos individuos fueron un 62% y Con su dependencia profunda en la adquisición cooperativa de los recur-
un 59% menos probable a dar un boliviano más a un receptor de grupo pro- sos y la siempre presente posibilidad de que deserción por los colaboradores
pio y de grupo ajeno (respectivamente) en comparación con aquellos que ha- pueda socavar el acceso a los recursos, los humanos demuestran selectividad
bían acordado revelar sus nombres (Tabla 1). No obstante, del 20% de las al elegir a colaboradores cooperativos. Mientras que gran parte de la inves-
interacciones donante-receptor en tigación ha abordado de forma implícita los factores que afectan a la elección
de colaboradores de grupos propios (es decir, grupos étnicos, religiosos o
Grupo Grupo ajeno con otros vínculos reconocidos), se sabe poco acerca de la elección de cola-
propio boradores en relación con desconocidos miembros de otros grupos. Esta li-
mitación se da a pesar de las pruebas de que las conexiones intergrupales
pueden proporcionar acceso a los recursos no locales y amortiguar las caren-
Lugares en lo que cias que afectan a áreas más grandes que la comunidad local. Predijimos que
habían vivido tanto las características individuales percibidas, incluyendo los rasgos rela-
cionados con la intención cooperativa y el acceso a los recursos, como de los
grupos, incluyendo el acceso a los recursos del grupo ajeno, afectarían a la
elección de colaboradores entre miembros ajenos al grupo. Por nuestro tra-
bajo anterior, también sugerimos que una mayor exposición a individuos aje-
nos al grupo aumentaría el interés por formar relaciones con desconocidos
ajenos al grupo, si bien no necesariamente con desconocidos del grupo pro-
Lugares visitados pio.
Entre las tres poblaciones de horticultores de Bolivia que jugaron al juego
no anónimo, vimos que los donantes de las dos poblaciones más integradas
en los mercados (los mosetén y los interculturales) fueron más propensas a
asignar dinero a desconocidos ajenos al grupo que los de la población menos
integrada en el mercado (los tsimane'; Fig. 2). Los efectos de los rasgos indi-
viduales sobre las donaciones de un donante difirieron para los receptores
de grupo propio y de grupo ajeno. Los donantes evitaron donar a los desco-
Horas de medios
nocidos del grupo ajeno que percibían como acomodados, si bien les dieron
más si los percibían como más confiables. Por el contrario, ni la percepción
de una gran riqueza ni la confiabilidad se asociaron a las donaciones a des-
conocidos del grupo ajeno: en cambio, se prefirió asignar dinero a los miem-
bros ajenos al grupo percibidos como con niveles moderados de riqueza. No
obstante, independientemente de la pertenencia a un grupo de un receptor,
los donantes dieron más a los receptores que juzgaban como «buenas perso-
Riesgo relativo de dar
nas».
1 boliviano más
Nuestro hallazgo de que las cualidades relacionadas con el acceso a los
recursos y la intención cooperativa se asocian a mayores asignaciones coin-
Fig. 4. El riesgo relativo de que un donante asignara un boliviano más a un posible receptor en
función de si había vivido en un lugar más, es una desviación estándar más arriba en el número cide con las investigaciones sobre la elección de colaboradores entre miem-
de lugares visitados, y es una desviación estándar más arriba en el número de horas de TV y bros del grupo propio realizadas en el pasado. En el grupo propio, la percep-
películas vistas en la última semana. Los donantes anónimos son principalmente responsables ción de la productividad (Eisenbruch, Grillot, Maestripieri, & James, 2016),
de los efectos de los lugares en que se vivió, de los en que se visitó, y la exposición a los medios la generosidad (Barclay & Willer, 2007; Eisenbruch et al., 2016; Tooby &
sobre las donaciones (Tabla S9). Cosmi-des, 1996) y la confiabilidad (Cottrell et al., 2007) de un posible cola-
borador predicen la generosidad de un actor frente al posible colaborador en
Por favor, citen este artículo como: Pisor, A.C., & Gurven, M., When to diversify, and with whom? Choosing partners among out-group
strangers in lowland Bolivia, Evolution and Human Behavior (2017), https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2017.09.003
las primeras interacciones. Si bien no se anticipó la preferencia a asignar a
miembros ajenos
Por favor, citen este artículo como: Pisor, A.C., & Gurven, M., When to diversify, and with whom? Choosing partners among out-group
strangers in lowland Bolivia, Evolution and Human Behavior (2017), https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2017.09.003
8 A.C. Pisor, M. Gurven / Evolution and Human Behavior xxx (2017) xxx–xxx
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strangers in lowland Bolivia, Evolution and Human Behavior (2017), https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2017.09.003
A.C. Pisor, M. Gurven / Evolution and Human Behavior xxx (2017) xxx–xxx 9
sexo para centrarnos en la elección de colaboradores del mismo sexo. Asi- affiliation influences cooperation in the present and future. Journal of Economic Psychology,
33(4), 842–853. https://doi.org/10.1016/j.joep.2012.02.006.
mismo, si bien no se incluyó el estado civil en los presentes modelos por pro-
Ashton, M. C., & Lee, K. (2007). Empirical, theoretical, and practical advantages of the HEXACO
blemas de colinealidad, no tuvo efectos sobre las donaciones medias al grupo model of personality structure. Personality and Social Psychology Review, 11(2), 150–166.
ajeno en esta muestra en análisis anteriores (Pisor & Gurven, 2016). https://doi.org/10.1177/1088868306294907.
Finalmente, indicamos que los presentes datos son transversales y no Barclay, P. (2013). Strategies for cooperation in biological markets, especially for humans. Evo-
lution and Human Behavior, 34(3), 164–175. https://doi.org/10.1016/j. evolhumbe-
pueden indicar cómo los niveles cambiantes de disponibilidad de los recur-
hav.2013.02.002.
sos o exposición al grupo ajeno afectan a nuestra elección de colaboradores Barclay, P., & Willer, R. (2007). Partner choice creates competitive altruism in humans. Proceed-
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relaciones con miembros del grupo ajeno en los humanos. No obstante, se Baumard, N., André, J. -B., & Sperber, D. (2013). A mutualistic approach to morality: the evolu-
sabe poco acerca de cómo los actores eligen colaboradores del grupo ajeno. tion of fairness by partner choice. The Behavioral and Brain Sciences, 36(1), 59–78.
Predijimos que las percepciones de los actores tanto de las características in- https://doi.org/10.1017/S0140525X11002202.
Boyer, P., Firat, R., & van Leeuwen, F. (2015). Safety, threat, and stress in intergroup rela- tions:
dividuales como de las grupales de los posibles colaboradores afectarían a la
A coalitional index model. Perspectives on Psychological Science, 10(4), 434–450.
elección de colaboradores del grupo ajeno, especialmente si estas caracterís- https://doi.org/10.1177/1745691615583133 (A Journal of the Association for Psycho- logi-
ticas se asociaban a beneficios para el actor. Entre tres poblaciones de horti- cal Science).
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Damos las gracias a los mosetén, a los tsimane’ y a los interculturales por Cottrell, C. A., Neuberg, S. L., & Li, N. P. (2007). What do people desire in others? A
su paciencia, su cooperación y su apoyo. Damos las gracias a Alexis Reyes sociofunctional perspective on the importance of different valued characteristics. Journal of
Personality and Social Psychology, 92(2), 208–231. https://doi.org/10.1037/ 0022-
por su ayuda en la codificación de las respuestas. Agradecemos también a
3514.92.2.208.
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Bret Beheim, John Bunce, Mirta Galesic, Jeremy Koster, y tres revisores anó- information and modeling. Vol. 53.Princeton, NJ: Princeton University Press.
nimos por su feedback y sus útiles comentarios, así como al Centro de Psico- https://doi.org/10.1017/CBO9781107415324.004.
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dación Nacional de las Ciencias (DDRIG #1357209) de los EEUU, a la funda- under uncertainty can explain human generosity in one-shot encounters. PNAS, 108(32),
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