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¿A QUIÉN BUSCAS?

(Lucas 24:1-11).
La Fe De La Iglesia, Desde Su Origen, Se Fundamentó En La Vivencia Personal De Los Discípulos:
1. Que El Jesú s Que Había Sido Crucificado Y Muerto Seguía Vivo.
2. Que el “Resucitado” pudiera comer y beber, aparecer y desaparecer, atravesar paredes…
3. Son formas de percibir una realidad que estaba por encima de la comprensió n de ellos.

1 El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían
preparado, y algunas otras mujeres con ellas. 2 Y hallaron removida la piedra del sepulcro; 3 y entrando, no hallaron el
cuerpo del Señor Jesús. 4 aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con
vestiduras resplandecientes; 5 y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre
los muertos al que vive? 6 no está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en
Galilea.
Cuando estas mujeres llegan al sepulcro esperando encontrar el cuerpo del Señ or allí dentro, encuentran la
enorme piedra removida y al observar hacia el interior no encontraron el cuerpo de Jesú s, el sepulcro
estaba vacío, todavía asombradas por lo sucedido se paran junto a ellas dos á ngeles del Señ or que dirigen
una pregunta hacia aquel grupo de mujeres ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí,
sino que ha resucitado. (Lucas 24:1-6)

El Fondo De La Cuestió n Es La Pregunta Que Formuló El “Á ngel” En La Puerta Del Sepulcro Donde
Supuestamente Habían Enterrado A Jesú s:
“¿Por Qué Buscáis Entre Los Muertos Al Que Vive?”.
Eso es, ¿Por Qué Buscamos Vida Donde No Hay Vida? La religió n, cualquier religió n no ofrece, no puede
ofrecer vida.
Solo Aquel Que Resucitó Al “Crucificado”, El Dios Vivo, El Dios De La Vida, Es El Único Que Puede
Darnos Vida Aquí Y Ahora.
Ninguno Aguardaba Con Fe El Tercer Día Para Esperar Al Señ or Aparecer En Cualquier Momento, El
Entendimiento De Ellos Estaba Velado.

MARÍA MAGDALENA: ¿QUIÉN FUE MARÍA MAGDALENA?


Existen muchas nociones equivocadas sobre esta mujer.
 Muchos dicen que María Magdalena era una mujer promiscua, que llevaba una vida libertina.
 Durante la Edad Media se dijo que era hija de padres nobles y que poseía una gran fortuna.
 Ella se habría entregado a los placeres mundanos hasta el día de su conversió n.
Un claro ejemplo de esas ideas erradas sobre esta mujer fue la infame película de Martin Scorsese, que
presentó a María Magdalena como una tentació n sexual para Jesú s.

1. La Biblia nunca dice que María Magdalena fue una mujer promiscua, solamente se limita a decir
que en la hora de su conversió n salieron siete demonios de ella (Luc. 8:2).
2. Luego de ser libertada de los demonios, ella servía a Jesú s (Luc. 8:3).
3. Segú n el relato de Juan sabemos que ella estaba a los pies de la cruz (Jn.19:25).
4. Segú n Mateo, ella estuvo en el entierro de Jesú s (Mt. 27:61). Má s que eso, nada sabemos.
Lo Que Sí Podemos Decir Con Toda Convicción Es Que Esta Mujer Amaba A Jesús Con Todo Su
Corazón.
Esto Lo Vemos Claramente Por Lo Que Ella Hizo Después Que Jesú s Murió :
Juan 20:1 Dice: “El Primer Día De La Semana, María Magdalena Fue De Mañana, Siendo Aún Oscuro, Al
Sepulcro; Y Vio Quitada La Piedra Del Sepulcro”.

Como era costumbre para los judíos, María Magdalena y un grupo de mujeres fueron a terminar la
preparació n del cuerpo para la sepultura, lo que no habían podido hacer antes, pues Jesú s murió un viernes,
esto es, en el día de la preparació n para el sá bado, que era el día sagrado para los judíos. Cuando ella llegó al
sepulcro encontró la piedra removida.
 Acto seguido, ella corrió donde estaban los discípulos y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al
Señor, y no sabemos dónde le han puesto” (20:3). Pedro y Juan corrieron al sepulcro, miraron y
volvieron para casa.
 Pero María Magdalena permaneció junto a la entrada del sepulcro llorando.
 Ahora ella no llora por la muerte de Jesú s, llora porque el cuerpo de su maestro desapareció .
 Ella quería lavar el cuerpo de Jesú s, quería cumplir con todas las formalidades típicas de un
entierro judío, pero el cuerpo no estaba… el dolor era má s intenso ahora.

¿POR QUÉ LLORAS?


 Mientras lloraba, María Magdalena miró otra vez para el sepulcro y vio dos á ngeles en el lugar
donde Jesú s fue enterrado. Ellos le preguntaron: “Mujer, ¿Por Qué Lloras?” (v.13).
 La respuesta nos parece obvia. María Magdalena estaba llorando porque hace pocos días ella
había visto a su maestro morir y, ahora, no sabía dó nde estaba su cuerpo.
Ella responde: “Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto” (v.13).
El texto dice que una vez que María Magdalena dijo esto, se volvió y vio a Jesú s en pie, pero no lo
reconoció . Jesú s la mira y le pregunta: “Mujer, ¿Por Qué Lloras?” (v.15).
Esa Es Una Buena Pregunta. ¿A Quién Estaba Buscando María Magdalena?
La Respuesta Obvia Es Que Ella Estaba Buscando A Jesú s.
 Ella fue al sepulcro esperando encontrar su cuerpo, en la esperanza de prepararlo para la
sepultura. Sin embargo, el cuerpo había desaparecido. Ella quería saber dó nde estaba el cuerpo.
 Ahora, si somos más perspicaces, entenderíamos que María estaba buscando a un muerto. Ella no
estaba buscando a Jesús entre los vivos, ella estaba buscando entre los muertos.
! María estaba buscando a Jesús en el lugar equivocado ¡
Lucas dice que los á ngeles les dijeron a las mujeres que fueron al sepulcro “¿Por Qué Buscáis Entre Los
Muertos Al Que Vive?” (Luc. 24:5).
En ese momento María confunde a Jesú s con el jardinero y le dice: “Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo
has puesto, y yo lo llevaré” (v.15).

Donald Grey Barnhouse, escribió lo siguiente sobre este pasaje:


“[María Magdalena] aún estaba pensando en términos de un cadáver. Había llorado durante tres días y tres noches y su
corazón estaba vacío… Había pasado por una angustia indescriptible y había estado despierta durante muchas horas.
Había ido a la tumba tres veces y dos veces de vuelta a la cuidad. [Ahora] ella se ofrecía a cargar todo el peso del cuerpo
muerto de un hombre, más el peso de cerca de cien libras (46 k) de especias aromáticas … María se estaba ofreciendo, sin
pensar, a cargar todo el peso de un cadáver, de un saco de ungüentos, lo que para hombres fuertes sería imposible
cargar… Aquí está el amor, ofreciéndose a hacer lo imposible, como el amor siempre hace”.

¿A QUIÉN BUSCAS?
En eso estaba pensando María cuando Jesú s la consuela con su presencia viva. Jesú s cuando preguntó
“¿A Quién Buscas?” Expuso Todos Los Miedos De Una Mujer Triste.

MÁS DE 2000 AÑOS DESPUÉS ESA PREGUNTA AÚN SONDA NUESTROS CORAZONES.
¿A Quién Buscas?
1. ¿Buscas al amor de tu vida?
2. ¿Buscas a un Señ or?
3. ¿Buscas a un Salvador? Jesú s es todo eso y mucho má s porque É l es Dios.
4. Si buscas a Jesú s, no lo encontrará s si lo buscas entre los muertos.
5. Si crees que la Fe Cristiana es un montó n de historias antiguas que hablan de un buen hombre
que hizo el bien, pero que finalmente murió , jamá s encontrará s a Jesú s.
6. Si buscas paz, consuelo, alegría, buenos amigos, un buen lugar para criar a los hijos, un
ambiente diferente al mundo, pero si no buscas al Señ or que puede dar esas cosas, nunca
encontrará s lo que tanto anhelas encontrar.
María Magdalena Estaba Con Los Ojos Cerrados, Ella No Podía Reconocer A Jesú s Hasta Que É l Pronunció
Una Pequeñ a Y Simple Palabra: “¡María!" (V.16). En Ese Momento, El Texto Nos Dice Que María
“Volviéndose Le Dijo: ¡Raboni! (Que Quiere Decir, Maestro)” (V.16).
Cuando María Oyó Su Nombre, Ella Reconoció La Voz Porque María Era Una Oveja De Jesú s Y É l Mismo Dijo
Que El Buen Pastor “A Sus Ovejas Llama Por Nombre” (Jn. 10:3).
Cuando María Escuchó Su Nombre Seguramente Pensó : “Esa Voz… ¡Yo Conozco Esa Voz! ¡Es La Voz De Mi
Maestro, É l Es El Ú nico Que Me Llama Así!”. Ella Se Da Vuelta, Le Reconoce Y Le Dice: ¡Maestro!

¿HAS EXPERIMENTADO LA VOZ DE JESÚS LLAMÁNDOTE? ¿RECONOCES LA VOZ DEL BUEN PASTOR?
o É l te llama por tu nombre y él tiene el poder para pronunciar tu nombre de una forma que
nadie má s puede.
o Si aú n no has oído la voz de Jesú s, aú n está s a tiempo. Busca al Señ or, ¡pero no lo busques
entre los muertos, pues É l vive!

ESTE ENCUENTRO DE MARÍA CON EL SEÑOR FUE MARAVILLOSO PARA ELLA.


Pensemos un poco.
Fue la primera persona que vio a Jesú s resucitado.
¿Por qué Jesú s escogió manifestarse primero a una mujer, sabiendo que en ese tiempo el
testimonio de una mujer no gozaba de gran peso?
Eso queda en los misterios de la soberanía de Dios, sin embargo, podemos decir que cuando
María lo vio todo cambió .
Ella llegó triste al sepulcro, llorando y llorando. Pero después que lo vio, el texto nos dice que
ella salió anunciando “¡vi al Señ or!” (v.18).

Jesú s te está llamando para que lo sigas. Si oyes su voz, lo amará s tanto como María Magdalena lo amó .
Ella lo amó mucho, a pesar de que pensó que estaba muerto, ¿te imaginas cuá nto lo amó después de
saber que É l estaba vivo?

Hoy muchos ya no asisten a la iglesia. Otros asisten por los motivos errados. Jesú s te pregunta:
“¿A quién buscas?”.

Quiera El Señ or Que Cada Uno De Ustedes, Que Leen Este Pequeñ o Texto, Puedan Responder:
“Yo Busco A Jesús, Mi Señor Y Salvador, Aquel Que Vive Y Reina Por Los Siglos De Los Siglos”.

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