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1 Samuel 3:3-4 “Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la
lámpara de Dios fuese apagada…Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.”
El Señor Dedica Una De Sus Más Maravillosas Parábolas (Mateo 25:1-13) Para Dar Énfasis Al Peligro Que
Hay En No Preparar Nuestra Vida Para Su Segunda Venida.
1. Inmediatamente después de esta parábola, Él muestra a Diez De Sus Siervos ante el tribunal celestial,
dando cuenta de los talentos que se les había dado — nuestro discipulado examinado por completo en sus
actividades para Dios (Mateo 25:14-30; Lucas 19:12-26).
2. Pero antes de esto, diez vírgenes (diez, en ambas parábolas como a través de todas las Escrituras, es el
número de la responsabilidad), seleccionadas para ser madrinas de bodas, están mostrando su carácter en
lugar de sus obras;
¡ELLAS SON ANTORCHAS ARDIENDO O LÁMPARAS APAGÁNDOSE! (Mateo 25:1-13).
1. Esta parábola, al contrario de la parábola de los talentos, demuestra no tanto lo que hemos hecho durante el
tiempo de nuestra conversión, sino el hecho de lo que realmente somos, para encontrar al Amado
personalmente.
2. Todas las diez vírgenes están esperando el regreso de Cristo y están seleccionadas como madrinas de bodas
para la cena de las bodas, la cual es para celebrar el reino;
3. Todas las diez son creyentes y están conscientes y ciertamente esperando el evento, y han aceptado la
invitación a la fiesta de la boda.
DISPUESTA COMO UNA ESPOSA ATAVIADA PARA SU MARIDO (Apocalipsis 21:2). Y yo Juan vi la
santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su
marido.
La descripción de las diez madrinas de bodas pone de manifiesto su relación espiritual con Cristo.
Todas ellas son "vírgenes". Como dice Pablo, hablando de "todos los que en cualquier lugar invocan el
nombre de nuestro Señor Jesucristo" (1 Corintios 1:2), "os he desposado con un solo esposo, para
presentaros como una virgen pura a Cristo" (2 Corintios 11:2).
Las Vírgenes Fatuas, Tanto Como Las Prudentes.
No profesan ser vírgenes, pero están descritas por nuestro Señor como tales, habiendo sido seleccionadas por
Cristo y así hechas Invitadas de bodas.
Y La Única Diferencia Entre Los Dos Grupos.
Como Está Declarado Por El Gran Juez, Es Que Un Grupo Está Completamente Preparado Para La Segunda
Venida De Jesús, El Hijo De Dios, ¡Y El Otro No!
Ser Una Virgen Es La Finalidad De Un Cristiano.
Él Está Llamado A La Pureza, La Santificación, Y A La Abstinencia De Prostitución Espiritual, La Cual Es
Idolatría.
Los incrédulos, quienes están sin ninguna expectación del Señor, no pertenecen a ninguna clase de
vírgenes.
Si alguna de ellas hubiera sido incrédula, nuestro Señor no la hubiera descrito como integrante del "reino
de los cielos".
De Los Miles De Iglesias Hoy Día, Y Probablemente De Los Cientos De Miles De Creyentes, Si Es Que No Son
Millones, El Grito Es Cierto En Este Momento:
"¡NUESTRAS LÁMPARAS SE ESTÁN APAGANDO!"
No Es Suficiente El Haberlas Encendido, Sino Conservarlas Encendidas Hasta Cuando Él Regrese.
Ya sea que obtengan el aceite adicional o no, eso es de poca importancia; de todas maneras, cuando llegan
allí ya es demasiado tarde: ¡la puerta ha sido cerrada con candado!
El juicio cae ahora en las lámparas que se están muriendo.
Las vírgenes prudentes entran, la fiesta comienza, ¡y la puerta se cierra!
El honor maravilloso que las vírgenes fatuas han descubierto ya perdido, y que ya no pueden reclamar por
derecho, ahora lo imploran como un favor, arrojándose apasionadamente a la misericordia de Cristo:
"¡Señor, Señor”, (porque Él es su Señor), ¡” Ábrenos!"
Se han olvidado (o no lo supieron) que el tribunal, al mismo momento del grito de la medianoche, reemplazó el
Asiento de la Misericordia.
Las palabras firmes de nuestro Señor siguen: "De cierto os digo, que no os conozco" (Mateo 25:12).
"VELAD, Pues, Porque No Sabéis El Día Ni La Hora En Que El Hijo Del Hombre Ha De Venir" (Mateo
25:13).
Así es que las vírgenes prudentes revelan el destino de las que están preparadas: "Y las que estaban preparadas
entraron con Él a las bodas".
Ellas son aquellas a las cuales se les administra amplia y generosa entrada en el Reino.
El Señor lo ha expresado en otra parte así: "Estén ceñidos vuestros lomos" (estén siempre listos, preparados para
partir al instante), "y vuestras lámparas encendidas" (el brillo de un rostro encendido por Dios, sin vacilar);
"y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese" (Lucas 12:35-36).