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Rosario del Señor de la Misericordia

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos


Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.

Ven Espíritu Santo y llena los Corazones de Tus Fieles y


enciende en ellos el fuego de Tu Amor, envía Señor Tu Espíritu
y se renovará la faz de la tierra; Oh Dios que instruiste los
Corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, haz que
por ese mismo Espíritu conozcamos el Amor a la Divina
Justicia, y llénanos para siempre de Celestiales consuelos por
Cristo Nuestro Señor. Amén.

Señor Mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero Creador,


Padre y Redentor Mío, por ser Tu quien Eres y porque Te Amo
sobre todas las cosas, me pesa en el Alma de todo corazón el
haberte ofendido, propongo firmemente la enmienda de mis
pecados, confesarme, cumplir la penitencia que me fuera
impuesta, ofrezco mi vida, obras y trabajos en sacrificio de mis
pecados, así confío en Tu bondad infinita en que me
perdonaras y me darás gracia para enmendarme en Tu Santo
servicio hasta el fin de mi vida. Amén.

Señor abre mis labios y mi boca proclamará tu alabanza.


Acude Señor en mi Auxilio, apresúrate Señor a socorrernos.
En los Cielos y en la Tierra sea para siempre alabado, el
Corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Dadles Señor el descanso eterno y luzca para ellos la luz
perpetua.
Descansen en paz. Así sea.

Padre Eterno, yo te ofrezco el cuerpo, la Sangre, el Alma y la


Divinidad de tu Amadísimo hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en
desagravio por nuestros pecados, y por los del mundo entero.
Amén.

Jesús aquí estoy para que me utilices como Tú desees. Jesús


aquí estoy para inmolarme contigo y ser agradable a Nuestro
Padre Celestial. Jesús aquí estoy para que me ames y permitas
que esta miseria humana te ame, te adore, te alabe, y te
glorifique eternamente, por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Sangre y agua que brotaste del Sagrado Corazón de Jesús
como una fuente de misericordia para la humanidad, yo confío
en Tí.

PRIMER MISTERIO.
En este misterio, nos ofrecemos víctimas junto con Tu Divino
Hijo en desagravio por nuestros pecados y por los del mundo
entero; principalmente por aquéllos pecados de Soberbia y
Avaricia; también te ofrecemos nuestras enfermedades,
nuestros dolores, nuestras angustias, nuestras alegrías,
nuestras miserias, nuestros trabajos y nuestras vidas,
enfermedades incurables que sufrimos y también te
ofrecemos las de todos aquellos que están hospitalizados, de
los que van a ser operados en este día, en esta noche. De las
madres que van a dar a luz, de todos los heridos, de los que
están confinados a una cama, en una silla de ruedas, en
muletas o arrastrándose, de todos los ciegos, de los que están
perdiendo la vista, de todos los ancianos que no tienen que
comer, que no tienen que vestir, que no tienen hogar, que
están enfermos; de todos los presos hombres, mujeres y
niños, de todas aquellas familias que sufren las consecuencias
de las guerras, de las inundaciones, de los terremotos,
tragedias, de todos aquellos niñitos huérfanos,
desamparados, abandonados, que sufren desnudes, que
sufren opresión por parte de sus padres o de otras personas,
que sufren la separación de sus Padres.

Todo esto te ofrecemos en desagravio por los pecados de la


humanidad, por la conversión de las almas a Ti consagradas
que andan mal, por todos aquellos que han perdido la
confianza en Ti , has que regresen a Ti para que no se pierdan;
por todos los Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y ministros,
consérvalos en tu Santo servició y líbralos del mal, por las
vocaciones Sacerdotales, danos Sacerdotes santos que sepan
gobernar tu Santa Iglesia, por los misioneros has que sea
fructífera su labor, por la paz del mundo, por nuestro Santo
Padre el Papa, por las faltas de nuestro propio corazón, de
nuestras familias, hermanos, amigos, parientes, conocidos,
bienhechores, compadres, ahijados, por todos los Siervos de
la Divina Misericordia, por todos los Siervos del Divino Amor y
por toda la Jerarquía Eclesiástica, danos a todos tu gracia para
que por medio de ella, nos arrepintamos por todo lo que
hemos ofendido, humildemente imploramos tu misericordia y
así salves nuestras almas.

Mira que te lo pedimos por la Preciosísima Sangre de Tu Divino


Hijo, por tu Divina Misericordia y por la intercesión del
Corazón Inmaculado de María Santísima, te lo pedimos Señor.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la
tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación y líbranos del mal. Amén.

¡Dios te Salve!, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y


esperanza nuestra, ¡Dios te Salve!, a Ti llamamos los
desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas. ¡Eah pues!, Señora y abogada
nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y
después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito
de tu vientre, ¡Oh clemente!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce Virgen
María!
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. Para que seamos
dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo


y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo
Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de
todos los siglos, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de
Dios verdadero, engendrado, no creado; de la misma
naturaleza del Padre por quien todo fue hecho, que por
nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajo del cielo y
por obra del Espíritu Santo, se encarno de María la Virgen y se
hizo hombre y por nuestra causa fue crucificado en tiempos
de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado y resucito al tercer
día según las escrituras y subió al cielo y está sentado a la
derecha del Padre y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a
vivos y muertos y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu
Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria
y que hablo por los profetas. Creo en la Iglesia que es una,
Santa, Católica y Apostólica, confieso que hay un solo
bautismo para el perdón de los pecados, espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

(Con un rosario Mariano se repite esta invocaciones y


jaculatorias después de cada misterio)

Por la Pasión Dolorosa de Jesús. Ten misericordia de nosotros


y del mundo entero.
(Se dice y se contesta diez veces)

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el


principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Dale señor el descanso eterno. Y luzca para ellos la luz


perpetua.

Descansen en paz, así sea.

Padre Eterno, yo te ofrezco el cuerpo, la Sangre, el Alma y la


Divinidad de tu Amadísimo hijo, nuestro Señor Jesucristo, en
desagravio por nuestros pecados, y por los del mundo entero.
Amén.
SEGUNDO MISTERIO.
En este misterio nos ofrecemos Víctimas, junto con Tu Divino
Hijo en desagravio por nuestros pecados y por los del mundo
entero. Principalmente por aquéllos pecados de lujuria y de ira
y también te pedimos por todos aquellos hermanos que están
agonizando en estos momentos, que están entregando la
cuenta de su vida. Ten misericordia de ellos. Te pedimos por
todos aquellos que vayamos a morir en este día,
principalmente aquellos que estemos en peligro de perderte,
danos a todos tu gracia para que por medio de ella nos
arrepintamos de lo que te hemos ofendido, humildemente
imploremos tu Misericordia y así salves nuestras almas. Te
pedimos por el eterno descanso de las almas del purgatorio
principalmente por nuestros familiares y por todos aquellos
que nadie pide por ellos, sácalos de su calvario y llévalos a
gozar de Tu Santa Gloria.

Mira que te lo pedimos por la Preciosísima Sangre de Tu Divino


Hijo, por Tu Divina Misericordia y por Intercesión del Corazón
Inmaculado de María Santísima. Te lo pedimos Señor.

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu


Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la
tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación y líbranos del mal. Amén.

Por la Pasión Dolorosa de Jesús. Ten misericordia de nosotros


y del mundo entero.
(Se dice y se contesta diez veces)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el
principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Dale señor el descanso eterno. Y luzca para ellos la luz


perpetua.

Descansen en paz, así sea.

Padre Eterno, yo te ofrezco el cuerpo, la Sangre, el Alma y la


Divinidad de tu Amadísimo hijo, nuestro Señor Jesucristo, en
desagravio por nuestros pecados, y por los del mundo entero.
Amén.

TERCER MISTERIO.
En este misterio nos ofrecemos víctimas junto con Tu Divino
Hijo, en desagravio por nuestros pecados y por los del mundo
entero, principalmente por aquellos pecados de Gula y
Envidia, y también te pedimos por la conversión de los herejes,
cismáticos, ateos, judíos, masones, comunistas, de los
desesperados, de todos aquellos hermanos separados de la
Iglesia, reúnenos a todos para que seamos un solo rebaño,
bajo un solo Pastor, te pedimos por aquellos que están a punto
de suicidarse. Ten misericordia de ellos. Te pedimos por todos
aquellos que te odian, que te aborrecen, que te maldicen, que
te ultrajan, nosotros te amamos por ello y te pedimos que nos
des a todos tu Gracia para que por medio de ella nos
arrepintamos de todo lo que te hemos ofendido,
humildemente imploremos tu misericordia y así salves
nuestras almas. Te pedimos por las autoridades civiles,
militares, y religiosas, dales un corazón bueno sencillo
prudente y sabio para que gobiernen al mundo según tu
Corazón.

Mira que te lo pedimos por la Preciosísima Sangre de Tu Divino


Hijo, por Tu Divina Misericordia y por Intercesión del Corazón
Inmaculado de María Santísima. Te lo pedimos Señor.

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu


Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la
tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación y líbranos del mal. Amén.

Por la Pasión Dolorosa de Jesús. Ten misericordia de nosotros


y del mundo entero.
(Se dice y se contesta diez veces)

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el


principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Dale señor el descanso eterno. Y luzca para ellos la luz


perpetua.

Descansen en paz, así sea.

Padre Eterno, yo te ofrezco el cuerpo, la Sangre, el Alma y la


Divinidad de tu Amadísimo hijo, nuestro Señor Jesucristo, en
desagravio por nuestros pecados, y por los del mundo entero.
Amén.
CUARTO MISTERIO.
En este misterio, nos ofrecemos víctimas junto con Tu Divino
Hijo en desagravio por nuestros pecados y por los del mundo
entero, principalmente por aquellos pecados de Pereza,
Vanidad, Impureza y te pedimos por todos aquellos que no te
conocen, permite que llegue hasta ellos la luz de tu Santo
Evangelio para que te conozcan, te amen, te adoren te den su
corazón, te pidan perdón por lo que te han ofendido y así
salven sus almas. Te pedimos por los rateros, asesinos,
secuestradores, terroristas que no tienen compasión de sus
víctimas, por todos aquellos padres de familia que matan a sus
hijos; por las prostitutas, por los adúlteros, por todos los
pecadores de homosexualidad, por todos aquellos hermanos
que viven alejados de Tí, por todos los que propician el aborto,
por todos los que manejan vehículos marítimos, terrestres, y
aéreos, por los estudiantes, por los viajeros, por los
profesionistas, por los trabajadores en general; especialmente
te pedimos por aquellas familias que no tienen que comer,
que vestir que no tienen hogar, que están enfermos, que no
tienen trabajo, socórrelos Señor para que no desfallezcan de
hambre, y de miseria y danos a todos tu gracia para que por
medio de ella nos arrepintamos de lo que te hemos ofendido,
humildemente imploremos tu misericordia y así salves
nuestras almas.

Mira que te lo pedimos por la Preciosísima Sangre de Tu Divino


Hijo, por Tu Divina Misericordia y por Intercesión del Corazón
Inmaculado de María Santísima. Te lo pedimos Señor.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la
tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación y líbranos del mal. Amén.

Por la Pasión Dolorosa de Jesús. Ten misericordia de nosotros


y del mundo entero.
(Se dice y se contesta diez veces)

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el


principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Dale señor el descanso eterno. Y luzca para ellos la luz


perpetua.

Descansen en paz, así sea.

Padre Eterno, yo te ofrezco el cuerpo, la Sangre, el Alma y la


Divinidad de tu Amadísimo hijo, nuestro Señor Jesucristo, en
desagravio por nuestros pecados, y por los del mundo entero.
Amén.

QUINTO MISTERIO.
En este misterio nos ofrecemos víctimas junto con Tu Divino
Hijo en desagravio por nuestros pecados y por los del mundo
entero, principalmente por aquellos pecados de blasfemia, de
ultraje, pecados sacrílegos y por todos los pecados que
vayamos acometer en este día o que se vayan a cometer;
humildemente te pedimos perdón por todas esas faltas con
que ofendemos a Tu Divina Majestad, ten misericordia de
nosotros, ten piedad de la humanidad, te pedimos por toda la
juventud, que anda descarriada, principalmente por aquellos
hijos pródigos para que regresen a sus casas, no se pierdan y
dejen de sufrir sus padres. Ayúdalos Señor. Te pedimos por los
matrimonios separados, por los que viven en amasiato, en
adulterio, que viven mal, por las viudas, por los viudos, por las
madres solteras, abandonadas, por los padres solteros,
abandonados, por los indigentes, los alcohólicos, drogadictos,
pandilleros, rateros y delincuentes, danos a todos tu gracia,
para que por medio de ella nos arrepintamos de los que te
hemos ofendido; humildemente imploremos tu misericordia y
así salves nuestras almas.

Mira que te lo pedimos por la Preciosísima Sangre de Tu Divino


Hijo, por Tu Divina Misericordia y por Intercesión del Corazón
Inmaculado de María Santísima. Te lo pedimos Señor.

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu


Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la
tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación y líbranos del mal. Amén.

Por la Pasión Dolorosa de Jesús. Ten misericordia de nosotros


y del mundo entero.
(Se dice y se contesta diez veces)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el
principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Dale señor el descanso eterno. Y luzca para ellos la luz


perpetua.

Descansen en paz, así sea.

Padre Eterno, yo te ofrezco el cuerpo, la Sangre, el Alma y la


Divinidad de tu Amadísimo hijo, nuestro Señor Jesucristo, en
desagravio por nuestros pecados, y por los del mundo entero.
Amén.

Señor Mío Jesucristo, te doy gracias por tu inmenso amor,


porque nos has permitido entrar a Tu Corazón, y morar en él,
porque has fundido nuestro Corazón al Tuyo y porque solo
vivimos con Tu propio Corazón, por eso queremos aclamar al
Dios Santo y Eterno.

Padre Celestial que eres Dios. Te amo, te amo, te amo.


Hijo Redentor del mundo que eres Dios. Te amo, te amo, te
amo.
Espíritu Santo que eres Dios. Te amo, te amo, te amo.
Santísima Trinidad que eres un solo Dios. Te amo, te amo, te
amo.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el


principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Rezamos un Padre Nuestro al Sagrado Corazón de Jesús, para
que si tiene a bien damos un buen día, nos de permiso de
amanecer; a todos los de la familia que andamos fuera de
nuestra casa, nos libre de los peligros tanto materiales como
espirituales. Así nos lo conceda.

Nos unimos a la intención de la Santísima Virgen María y te


damos infinitas gracias porque nos has conservado la vida y
nos has dado Tu gracia, te pedimos que nos asistas en el último
momento y nos concedas perseverar hasta el fin. Te pedimos
que nos concedas el Don del Latido.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la
tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena de Gracia, el Señor es contigo,


bendita Tu entre las mujeres y Bendito el fruto de tu vientre
Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el


principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Jesús, José y María. Les doy el Corazón y el Alma Mía.


Jesús, José y María. Asísteme en mi última agonía.
Jesús, José y María. Contigo descansa en paz el Alma Mía.

Sagrado Corazón de Jesús. En Tí Confío.


(Se dice y se contesta tres veces)

Santa María Reina de México. Salva nuestra Patria y conserva


nuestra Fe.
Corazones de Jesús y María. Sean ustedes la Salvación nuestra.
Tu Divina Providencia se extienda a cada momento. Para que
nunca nos falte Tu Gracia, paz, casa, vestido y sustento.
Tu Divina Providencia se extienda a cada momento. Para que
nunca nos falte Tu Gracia, paz, casa, vestido y sustento. Y a la
hora de la muerte, el Divino Sacramento.

ORACION.
Oh Jesús, yo te pido humildemente me concedas la gracia de
salvar una alma por cada latido de mí Corazón, unido a los
latidos del Tuyo y a los del Corazón Inmaculado de María
Santísima, Te lo suplico por Tu Preciosísima Sangre y por Tu
Divina Misericordia. Amén.

(Se dice y se contesta la misma invocación.)


Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, escúchanos.

(Después de cada invocación, se contesta “Ten piedad de


nosotros”)
Padre Celestial, que eres Dios.
Hijo Redentor del mundo, que eres Dios.
Espíritu Santo, que eres Dios.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios.
(Después de cada invocación, se contesta “Confiamos en Ti”)

Jesús Rey de Misericordia, que has redimido el mundo.


Jesús Rey de Misericordia, por quien todas las cosas fueron
creadas.
Jesús Rey de Misericordia, que nos has santificado.
Jesús Rey de Misericordia, que nos has revelado el misterio de
La Santísima Trinidad.
Jesús Rey de Misericordia, que nos revelaste la Omnipotencia
de Dios.
Jesús Rey de Misericordia, que te manifiestas en la creación de
los espíritus celestiales.
Jesús Rey de Misericordia, que nos formaste de la nada.
Jesús Rey de Misericordia, que abrazas todo el mundo.
Jesús Rey de Misericordia, que nos das la vida eterna.
Jesús Rey de Misericordia, que nos proteges del castigo
merecido.
Jesús Rey de Misericordia, que nos libras de la miseria del
pecado.
Jesús Rey de Misericordia, que te has encarnado para nuestra
justificación.
Jesús Rey de Misericordia, que nos concedes misericordia por
Tus Santas llagas.
Jesús Rey de Misericordia, que brota de Tu Santísimo Corazón.
Jesús Rey de Misericordia, que nos diste a la Santísima Virgen
María, como Madre de Misericordia.
Jesús Rey de Misericordia, por la cual has sufrido Tu
Encarnación, Pasión y Muerte.
Jesús Rey de Misericordia, por medio de la cual ayudas a
todos, en todas partes y siempre.
Jesús Rey de Misericordia, por la cual nos has prevenido con
Tus Gracias.
Jesús Rey de Misericordia, la que has manifestado
revelándonos los Misterios Divinos.
Jesús Rey de Misericordia, que manifestaste instituyendo Tu
Santa Iglesia.
Jesús Rey de Misericordia, que habiendo instituido los Santos
Sacramentos, nos abriste los torrentes de Tu Gracia.
Jesús Rey de Misericordia, que nos has dado los Santos
Sacramentos del Bautismo y de la Penitencia.
Jesús Rey de Misericordia, que nos has dado la Santísima
Eucaristía y el Sacerdocio.
Jesús Rey de Misericordia, que nos has llamado a Nuestra
Santa Fe.
Jesús Rey de Misericordia, que la manifiestas en la conversión
de los pecadores.
Jesús Rey de Misericordia, que la manifiestas iluminando a los
infieles.
Jesús Rey de Misericordia, que la manifiestas por la
santificación de los justos.
Jesús Rey de Misericordia, que llevas a los Santos a la cumbre
de la Santidad.
Jesús Rey de Misericordia, que brota de Tus Santas llagas.
Jesús Rey de Misericordia, que brota en Tu Santísimo Corazón.
Jesús Rey de Misericordia, que eres el único consuelo de los
enfermos y afligidos.
Jesús Rey de Misericordia, que eres el único consuelo de los
corazones afligidos.
Jesús Rey de Misericordia, que das la esperanzas a las almas
que se hallan en la desesperación.
Jesús Rey de Misericordia, que acompañas a todos los
hombres siempre y en todas partes.
Jesús Rey de Misericordia, que nos colmas con el torrente de
Tu Gracia.
Jesús Rey de Misericordia, que eres el consuelo de las almas
del purgatorio.
Jesús Rey de Misericordia, que eres la Corona de todos los
Santos.
Jesús Rey de Misericordia, que eres el gozo celestial de los que
se salvan.
Jesús Rey de Misericordia, que eres la fuente inagotable de los
milagros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Perdónanos


Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Óyenos
Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten piedad
y misericordia de nosotros.

Las Misericordias de Dios, son más grandes que todas sus


obras. Por eso cantaré las Misericordias de Dios para siempre.

ORACION.
Oh Dios, cuya Misericordia es infinita y cuyos tesoros de
compasión no tienen limite, míranos con Tu favor y aumenta
Tu Misericordia dentro de Nosotros, para que en nuestras
ansiedades no desesperemos, sino que siempre con gran
confianza, nos conformemos con Tu Santísima Voluntad, la
cuál es igual que Tu Misericordia, por Nuestro Señor Jesucristo
Rey de Misericordia quien Contigo y el Espíritu Santo,
manifiesta Misericordia hacia nosotros por siempre. Amén.

CONSAGRACION AL CORAZON DE JESUS.


Jesús yo deseo consagrarme a Tu Corazón Amantísimo y
acepto darte mi voluntad, recibiendo en cambio la Tuya, para
que así llegue a reinar Mi Padre Celestial y que el Espíritu Santo
me ilumine junto con mi Madre Santísima, para que te sea yo
fiel en todos los instantes de mi vida y persevere hasta la
muerte. Amén.

CONSAGRACION AL CORAZON INMACULADO DE MARIA


SANTISIMA.
Yo Hijo tuyo me consagro a Tu Corazón dolorido e Inmaculado,
Madre Mía yo seré fiel con Tu ayuda y protección, a Ti te doy
mi Corazón para que este junto al de Tu Divino Hijo y sea yo
librado del fuego eterno, yo rechazo a satanás y a todas sus
pompas, porque Madre Mía siendo yo Tu Hijo no podre servir
nunca al enemigo de Jesús, toma mi libertad Tú serás mi guía,
yo te entrego mi vida, mi Sangre y todo cuanto soy, dame tu
gracia Madre Mía para que muera para el mundo y solo viva
para Ti y así ame los Corazones de Jesús y de María hasta la
muerte mía. Amén.

ORACIÓN A MARÍA.
Préstame Madre tus ojos, para con ellos mirar, porque si con
ellos miro, nunca volveré a pecar.
Préstame Madre tus labios, para con ellos rezar, porque si con
ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.
Préstame Madre tu lengua, para poder comulgar, pues es tu
lengua patena, de amor y de santidad.
Préstame Madre tus brazos, para poder trabajar, y así rendirá
el trabajo una y mil veces más.
Préstame Madre, tu manto, para cubrir mi maldad, pues
cubierta con tu manto, al cielo he de llegar.
Préstame Madre tu Hijo, para poderlo yo amar, si tú me das a
Jesús, que mas puedo yo desear.
Y esta será mi dicha, por toda la eternidad. Amén.

Quédate conmigo Señor...

Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte


presente para que Yo no te pueda olvidar. Tu sabes que tan
fácilmente te abandono.

Quédate conmigo, Señor, porque Yo soy débil y necesito de tu


fortaleza, para que no caiga tan frecuentemente.

Quédate conmigo, Señor, porque tu eres mi vida y sin Ti Yo


estoy sin fervor.

Quédate conmigo, Señor, porque tu eres mi luz y sin ti yo estoy


en la oscuridad.

Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad.

Quédate conmigo, Señor, para que Yo pueda escuchar tu voz


y seguirte.
Quédate conmigo, Señor, porque Yo deseo amarte mucho y
que siempre me acompañes.

Quédate conmigo Señor, si tu deseas que Yo sea fiel a ti.

Quédate conmigo Señor, para que en mi alma encuentres un


lugar de consuelo y yo encuentre en tu corazón un nido de
amor.

Quédate conmigo, Señor, porque se hace tarde y el día se está


terminando, y la vida pasa.

Quédate conmigo, Señor, porque la muerte, el juicio y la


eternidad se acercan y. es necesario renovar mi fortaleza, para
que Yo no pare en el camino.

Quédate conmigo, Señor, porque la muerte se aproxima, y


tengo miedo a la oscuridad, a las tentaciones, al desierto, a la
cruz, y a los sufrimientos.

Quédate conmigo, Señor, acompáñame en todo momento y


déjame reconocerte como lo hicieron tus discípulos en la
fracción del pan, para que la Comunión Eucarística sea la luz
que dispersa la oscuridad, la fuerza que me sostiene, el único
gozo de mi corazón.

Quédate conmigo, Señor, porque a la hora de mi muerte, Yo


quiero permanecer unido a ti en comunión, gracia y amor.

Quédate conmigo, Señor, para buscar, tu amor, tu gracia, tu


voluntad, tu corazón, tu espíritu, porque Yo te amo y te pido
no otra recompensa que amarte mas y mas con todo mi ser
mientras me permitas vivir en esta tierra y cuando me
permitas vivir en la patria celestial, continuaré amándote
eterna y profundamente. Amén.

Sor Faustina Kolwaska, Ruega por nosotros.

¡Jesús, en ti confío! ¡Jesús, en ti confío! ¡Jesús, en ti confío!

VISITA NOCTURNA.
Quédate con nosotros Señor esta noche, quédate para adorar,
alabar y dar gracias por nosotros mientras que dormimos, para
hacer que baje del cielo Tu misericordia sobre el mundo, para
socorrer desde los Tabernáculos de la tierra, a las almas que
padecen en el purgatorio su prolongada noche de
sufrimientos y penas, quédate con nosotros Señor, para
apartar la justa ira de Dios de nuestras populosas ciudades,
cuyas densísimas nubes de vicios y crímenes claman venganza
al cielo, quédate con nosotros Señor, para guardar a los
inocentes, para sostener a los tentados, para levantar a los
caídos, para subyugar el poder del demonio, para impedir el
pecado, quédate con nosotros Señor para confortar a los que
sufren, para bendecir a los que yacen en el lecho del dolor,
para dar contrición a los que mueren, para recibir a las miles
de almas que se presentarán ante Ti para ser juzgadas, ¡Oh
buen pastor!, quédate con tus ovejas, defiéndelas de los
peligros que las rodean y amenazan, pero sobre todo quédate
con los que sufren y los agonizantes, danos una noche
tranquila y un fin perfecto, se nuestro misericordioso Padre
hasta lo último, para que sin temor podamos aparecer delante
de Ti como nuestro Juez, quédate con nosotros Señor, en el
corazón de todos los aquí presentes. Así sea.

PROMESAS DE LA DIVINA MISERICORDIA.


1. – Yo prometo al alma que venere esta imagen de la
misericordia, que no perecerá.
2. –Yo le prometo aquí en la tierra, la victoria sobre sus
enemigos, especialmente en la hora de la muerte.
3. – Yo el Señor, la protegeré como mi propia Gloria.
4.- Estos rayos de mi corazón, que significan sangre y agua,
protegen a las almas de la ira de mi Padre.
5.- Feliz el que viva bajo su sombra pues la mano de la justicia
de Dios no la alcanzará.
6.- A las almas que propaguen mi misericordia, yo las
protegeré por toda su vida, como una madre a su niño.
7.- Y en la hora de la muerte, para ellos no seré juez sino
redentor.
8.- En esta última hora el alma no tiene otra protección, que
mi misericordia.
9.- Feliz aquella alma que durante su vida, estuvo hundida en
mi misericordia, pues la justicia de Dios, no la alcanzará.
10.- La humanidad no encontrará paz hasta que venga con
confianza a mi misericordioso corazón y les daré la paz

Dulce Madre
Oh Señora Mía, Oh Madre Mía, yo me ofrezco todo a Ti y en prueba
de que te amo te consagro en este día (o noche) mis ojos mis oídos,
mi lengua mi Corazón en una palabra todo mi ser, ya que soy todo
tuyo Oh Madre de bondad cuídame, defiéndeme, en este día y en la
hora de mi muerte. AMEN.

Bendita sea Tu pureza y eternamente lo sea, pues todo en Dios se


recrea en tan grandiosa belleza, a Ti Celestial Princesa Virgen Sagrada
María yo te ofrezco en este día Alma Vida y Corazón míranos con
compasión. No nos dejes Madre Mía sin Tu Santa Bendición.

Dulce Madre no te alejes Tu vista de Mi no apartes, ven conmigo a


todas partes, y sólo nunca me dejes, ya que me proteges tanto como
verdadera Madre has que me Bendiga el Padre, el Hijo, y el Espíritu
Santo.

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