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La división del trabajo ha sido un tema muy importante para los escritos económicos
desde los primeros tiempos, y fue tratado con gran detalle por los principales economistas,
siendo Adam Smith y Karl Marx los que la estudiaron con mayor profundidad.
En An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations (1776), Adam Smith
previó la esencia del industrialismo al determinar que la división del trabajo representa un
aumento cuantitativo de la productividad. En sus estudios, Smith analizó la manera en que
las naciones aumentaban su riqueza, siendo una de las principales causas la “división de
trabajo”.
1.Un trabajo puede resultar desagradable por sus condiciones insalubres, por lo que habrá
pocos hombres que acepten un trabajo en esas condiciones a menos que reciban un
salario que recompense el trabajo realizado.
2.Algunos empleos requieren antes un entrenamiento especial.
3.Un empleo irregular o inseguro está mejor pagado. Aquellos trabajadores de la
construcción ganan más que otros que están similarmente entrenados a causa que las
adversas condiciones del trabajo.
4.Cuando se requiere un alto grado de confianza los salarios aumentan.
5.La remuneración será alta si la tarea se ve coronada por el éxito.
Pero, a pesar de los grandes beneficios que le generaba a un país la división de trabajo,
Smith consideraba que esta era la causa principal de que un grupo importante de la
población se quedara en la ignorancia, esto al tener que realizar labores muy mecánicas.
Debido a esto, Smith resalta la importancia de que el Estado incentive la educación y la
religión como formas de mitigar esta ignorancia.
Fabricación de alfileres
Un obrero que no haya tomado clases de cómo fabricar alfileres ni sabe cómo usar la
maquinaria para fabricarlos, difícilmente podría fabricar un alfiler al día y por consiguiente
no podrá confeccionar más de 10. Hoy, la fabricación de alfileres está dividida en distintas
etapas que requieren la participación de varios obreros, un obrero estira el alambre, otro lo
endereza, el tercer obrero lo va cortando en trozos iguales, un cuarto hace la punta del
alfiler, un quinto obrero lima el extremo donde coloca la cabeza: la confección de la
cabeza requiere de operaciones distintas: fijarla, pintar los alfileres, y todavía es un
proceso diferente colocarlos en el papel. El trabajo de hacer un alfiler queda dividido en
unos dieciocho pasos diferentes, con la cooperación de varios obreros, haciendo un trabajo
en equipo para obtener mejores resultados en la producción.
Además, Marx argumentó que la división del trabajo crea trabajadores menos cualificados.
A medida que el trabajo se vuelve más especializado, se necesita menos entrenamiento
para cada trabajo específico, y la mano de obra, en general, es menos calificada que si un
trabajador hiciera un trabajo completamente. Entre las aportaciones teóricas de Marx está
su clara distinción entre la división económica y social del trabajo. Es decir, algunas formas
de cooperación laboral se deben exclusivamente a la "necesidad técnica", pero otras son
resultado de una función de "control social" relacionada con una jerarquía de clase y de
estatus. Si se combinan estas dos divisiones, podría parecer que la división del trabajo
existente es técnicamente inevitable e inmutable, y no (en buena parte) socialmente
construida e influenciada por las relaciones de poder. También sostiene que, en una
sociedad comunista, la división del trabajo es trascendida, lo que significa que el
desarrollo humano equilibrado ocurre donde las personas expresan plenamente su
naturaleza en la variedad de trabajo creativo que realizan.
Ventajas
Entre las ventajas de la división del trabajo se encuentran que el obrero adquiere mayor
habilidad en operaciones sencillas y repetidas con frecuencia, además de que no pierde
tiempo en pasar de una operación a otra, ya sea por cambiar de sitio, postura o
herramienta. De igual forma, gracias a la repetición de las mismas actividades, se
consigue facilidad para descubrir técnicas y procedimientos más rápidos y sencillos.
Inconvenientes
Uno de los inconvenientes de la división del trabajo es que se limita el espíritu del hombre
al forzarlo a realizar la misma actividad, que la mayoría de las veces representa una tarea
mecánica; y esto convierte a los trabajos en monótonos por su igualdad y repetición.
Además, se hace aprender al trabajador sólo una parte del sistema de producción, por lo
tanto, se genera una dependencia con el fabricante pues no podría desempeñar todo el
oficio por sí solo. Finalmente, una especialización trae consigo un aumento en la
producción, pero si este sobrepasa los niveles más altos, puede dar lugar a la generación
de crisis industriales que afectan a distintos sectores de la población.