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PROCESOS DIVINOS

Las suposiciones nos hacen caer en grandes errores cuando se trata participar en los
propósitos y los planes de Dios.

Es que una cosa es saber cuando Dios nos llama, que Dios me está llamando, que me
quiere tomar en cuenta para sus planes, y otra cosa es saber cómo y cuándo, y cuando yo
supongo, estoy en problemas, cuando yo supongo que estoy listo, a veces no lo estamos.

Es tan importante el llamado como el tiempo.

Es una gran bendición tener una gran educación pero puede ser tu maldición también,
porque cuando no sabes utilizarla en el momento correcto se convierte en un estorbo. Es
bueno saber que eres un instrumento de Dios, pero saber que soy un instrumento de Dios
puede convertirse en un ídolo, cuando pienso que soy el vaso correcto y que tengo lo que
se necesita para hacer la obra de Dios, quizás me encuentre más bien estorbando a Dios
por medio de mis ideas preconcebidas y habilidades.

Una cosa es saber que Dios quiera usarte, que te ha escogido, otra muy distinta es saber el
tiempo y la forma en que Dios va a llevar adelante su plan.

Se toma toda una vida construir a una persona que Dios quiera usar, y yo creo que todo lo
que hayas vivido durante toda tu vida, los talentos que tienes, la familia donde fuiste
criado, las interacciones que has tenido buenas o malas, todo eso en algún momento va a
servir de alguna manera para lo que Dios va hacer en tu vida y a través de tu vida. Todo
forja algo en la vida de las personas, pero antes de que una vida y una persona pueda ser
usada por Dios, lo que se construye en la primera parte de la vida se tiene que
desconstruir muchas veces antes de que Dios lo use; Ésa es la parte dura, ese es el
proceso, es el desierto, es el desierto de la desconstrucción, es el desierto donde es
necesario desaprender ciertas cosas para aprender cómo es que Dios trabaja. Y entonces
esa parte, la parte en que los hijos de Dios nos disponemos a Dios para que nos use, la
parte que nos cuesta más es cuando Dios dice “si te quiero, pero espera, tengo cosas que
tratar contigo”.

Puede ser que tu desierto sea muy largo, pero viene y te va a traer al siguiente capítulo de
tu vida que es muy bueno; puede ser que estés muy callado, pero sólo el que está callado
cuando tiene que estar callado habla de parte de Dios cuando tiene que hablar y no le
añade nada; sólo aquellos que saben sostenerse en su silla porque Dios dijo “te me
quedas ahí”, esos son los que corren más rápido cuando Dios dice “ve”, pero necesitas el
proceso, y a veces el proceso es largo y doloroso pero te va a llevar a tu mejor momento
en Dios.
No deseches tu proceso, a veces tu proceso es obedecer a Dios; A veces tu proceso es
perdonar al que está a tu lado no una vez, muchas veces; a veces tu proceso es hacer algo
que nadie más quiere hacer o cuando te mandan a lavar el baño en vez de estar
luciéndote en la sociedad; A veces Dios te manda a callar y escuchar cuando tienes
muchas ganas de cantar y hablar. Tu desierto, el desierto de tus errores, puede ser la clase
de tu graduación si lo abrazas.

Aveces Dios te quitará cosas y personas mientras estes en el proceso para evitar que te
distraigas de lo que él quiere enseñarte/ mostrarte o hacia dónde quiere llevarte.

Todo capítulo fructífero en tu vida comienza en encuentros con Dios.

El fuego en la Biblia destruya, pero cuando Dios llama en el fuego purifica.

Todo lo que Dios está tratando contigo, en tu desierto, es que digas “Heme aquí”, con una
completa redención al tiempo de Dios, a la manera de Dios, a la soberanía de Dios.

Hay que saber que cuando usted está tratando con la gente es otra historia, pero cuando
usted quiere meterse con Dios usted y yo tenemos que aprender que las reglas las pone
él, el tiempo lo pone él, él es el que da la última palabra.

¿Quieres ser usado por Dios? Te invito a que lo rindas todo y a que vengas a comer
conmigo, y te voy a enseñar, no solamente quién eres tú, porque esa no es la clave, la
clave es que sepas quién está contigo, quién es el Dios que te llama; para ese Dios, no hay
nada imposible, no se trata de lo que eres o de lo que puedas hacer, lo que aquí importa
es quién está contigo y te está llamando. Dios no busca lo que tienes, Dios te busca a ti; es
bueno saber que eres un instrumento de Dios, pero es mejor saber que eres un vaso que
él puede usar según su voluntad.

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