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GONZÁLEZ MONTOYA EBER FÉLIX

Contradicción: México My name not is corruption.


Desde la mañana, hasta la noche o madrugada (donde cada quien decide dormir),
puede notar que lo ha rodeado algo que, en muchas ocasiones es minimizado y sólo
se presenta en un concepto: corrupción. La corrupción está presente desde tiempos
inmemoriales, esto se confirma cuando nadie puede establecer un origen histórico
concreto y por ello, al ser humano se le otorga dicho origen. Es un asunto bien
sabido que, todos los días se hacen acusaciones sobre ella y estas son válidas
porque en el imperio de la modernidad, la corrupción va contra la ley, transgrede la
cultura de legalidad y vulnera la gobernabilidad.
La corrupción ha sobrepasado en la era moderna, la cuestión moral o ética,
incluso ha logrado hacer una simbiosis con los mencionados referentes, autorizando
la racionalidad y el pragmatismo, pero aun en la secularización de la vida, se han
“contaminado” las regulaciones jurídico-políticas. Y sin lugar a dudas, también ha
desencadenado una serie de efectos devastadores, a las sociedades que se
infectan a gran escala de ella.
Le pese a los “optimistas”, a los “pesimistas” o a los “realistas”; México es un
gran ejemplo en corrupción. Para sostener este diagnóstico, tan solo puede ser
necesario observar a las instituciones encargadas de mantener la gobernabilidad,
encontrar los despropósitos en los representantes y mirar notas de medios
informativos. Pero para lograr que éste saber cale, a tal grado que asumamos la
corrupción como un problema, hay que ver qué dicen: Los mexicanos vistos por sí
mismos.1
Entendiendo esta “inmanencia” de la corrupción en la vida mexicana, es
necesario saber que abarca. La corrupción contiene la violación normativa voluntaria
y premeditada, el desvío de recursos o de la función pública,2 una búsqueda del
beneficio personal. Sin duda y con algunos rastros de moral que le quedan a la

1
(UNAM) Los mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales recoge las voces de la
sociedad a través de 25 encuestas nacionales interpretadas por especialistas para obtener una visión
integral de las transformaciones del país al inicio del siglo XXI.
link: http://www.losmexicanos.unam.mx/
2
Defraudar en cuanto a recursos y abuso para favorecer en correspondencia a la función.
modernidad, podemos afirmar que son actos egoístas que atentan contra el bien
colectivo y en términos propios; contra la igualdad y equidad de la sociedad.
El estudio principalmente se basa en la percepción, algo que se adhiere a la
conformación cultural. De allí, se interpreta para tener resultados que expliquen o
cooperen con la explicación de la situación presente (minimo, mostrando la
conformidad o inconformidad respecto al asunto). Esta es una labor difícil, pues se
trata de analizar una percepción tan contradictoria como la del mexicano, pero que
da lugar a mirar lo que ella produce, pues según Geertz, la percepción no se queda
en la mente, sino que arma la convivencia social a través del sentido común.3
Hay que ser cuidadosos al mirar, ya que el método de la encuesta no está
hecho para captar la actitud y respuesta natural de los encuestados. Una
recomendación hecha por Bourdieu, atendería a mostrar que evidentemente el
comportamiento y opinión de las personas, en circunstancias reales (contexto
perseguido), donde estas no esperan ser observadas y mucho menos que su
comportamiento quede registrado, difiere cuando ya saben que son objetos de
registro, pues “se tiene que respetar la convención en el lugar propio y adecuado”.4
Advertido esto, conviene proceder usando la información. Se empieza
nombrando que, la corrupción es un problema que muchos identifican y que se
asevera: ha evolucionado o ha crecido, pues los participantes mencionan que, a
diferencia de su infancia la corrupción es mayor y que en un futuro esperan que sea
todavía más grande. Se diría entonces que, entre más se avanza en la socialización
y en la construcción de la realidad en la vida cotidiana,5 se toma conciencia de que
la corrupción es un elemento constitutivo de la sociedad, en donde los individuos se
encuentran insertos.
Pero avanzando en el análisis, la corrupción no se enfrenta regularmente en
casos personales o en términos de convivencia de la vida cotidiana directa, sino que
suceden en su ampliación, principalmente en el ámbito gubernamental. Es por ello
que, los encuestados acusan al gobierno de ser la primera instancia donde se llevan
a cabo actos de corrupción. Si ponemos más atención a estas declaraciones,

3
Clifford Geertz. Conocimiento local. Barcelona : Paidós, 1994. pp.297
4
Bourdieu, Pierre ¿Qué significa hablar?. Madrid : Akal, 2008. pp.207
5
Peter L. Berger, Thomas Luckmann. La construcción social de la realidad Buenos Aires : Amorrortu,
1972. pp.233.
encontraremos que se relacionan a la influencia de los medios de comunicación,
(una parte indirecta, pero que es parte de la vida cotidiana) que exponen la
corrupción, principalmente en esta esfera de lo público, porque dicha información
debe ser del acceso de todos. Asimismo, porque tiene que hacerse una denuncia de
algo que vaya contra la ley, para que entonces, la gente tenga un ejemplo de lo que
no debe hacerse. Pero sin duda esto ha resuelto, suceder en lo inverso, pues
retomando a Thomas Luckmann y Peter Berger es como se aprende y se
aprehende una forma de convivencia en torno a este factor de la corrupción.
México refleja una de las más grandes incógnitas. Los ciudadanos dicen que:
la corrupción es algo que se nota en algunos actos, pero no en todos. La corrupción
no siempre sucede, la mayoría afirma no haberla vivido, los mexicanos no están
conscientes de cuales, pero están de acuerdo en catalogar muchos actos de
corrupción ¡esto es fascinante!
Llama la atención como en la encuesta, cuando se empiezan a dar los casos
prácticos y lo que cada quien haría, la rotundidad de estar en contra de la
corrupción, se resta aproximadamente al 60% de los encuestados. Pero hay algo
más extravagante, cuando se recurre a la literatura o a las frases dichas por la vox
populi, ¡menos de la mitad se encuentra totalmente en desacuerdo, con aquellas
frases que representen favorecer la corrupción! Lo que implica que los demás están
de acuerdo, puede ser por un principio de exclusividad o de reserva, que tiende a
aprobar la corrupción, cuando a ellos les toque enfrentarse en tales casos prácticos.
Esto nos da una pista de lo que es la vida diaria del mexicano, de la
socialización inconmovible y eficaz de la corrupción, de ese saber personal que uno
tiene que moverse bajo estas esferas, bajo estas categorías o conceptos que
abordan una cultura de la ilegalidad.
Pero hay más enigmas interesantes, los mexicanos creen que es muy difícil
cambiar la corrupción en su país y al nombrar responsables de que la corrupción
sea reproducida; la familia aparece, pues es la instancia encargada de enseñar los
valores con la que los futuros ciudadanos se guiarán para vivir y en ese sentido, se
está afirmando que es difícil cambiar la familia.
Y para el combate a la corrupción, también se pregunta por los responsables.
Los medios de comunicación y las escuelas, lo son en un 60% y lo irrisorio es que el
consenso llega, para decir que el mayor responsable de combatir la corrupción es el
gobierno, es decir, ¡la gente cree que la responsabilidad de acabar con los
corruptos, es de los que ya ha dicho que considera más corruptos!
La familia enseña, en eso estarían de acuerdo T. Luckmann y P. Berger, allí
sucede la socialización primaria, la construcción de la noción de lo que nombramos
realidad, que si alineamos a la propuesta de Clifford Geertz se expande hasta
convertirse en sentido común y de allí, que la vida se viva como se viva,
especialmente en México.
Ya que se está retomando a Clifford Geertz hay que aprovechar para recordar
algo que él decía: que el sentido común, se puede elaborar en diferentes culturas y
da una explicación a los hechos de la vida cotidiana, es decir, la corrupción como
sentido común para el mexicano, tiene una explicación o es una explicación, en
tanto se enfrenta a las instituciones o se relaciona con ellas.
La corrupción se aprecia y su razón de ser, apuntan muchos convencidos;
son la costumbre y la oportunidad de facilitarse la vida, pero que quede claro, “la
corrupción no la hace uno, la hacen los otros” pues confirmaron los participantes
que cuando ven a otros actuar en ella, no hay una cultura de la denuncia (va
contra el sentido común), porque no te afecta si tu no lo haces y es más, cuando
denuncias, es inútil “mejor quedate callado”.
La denuncia no sirve porque las instancias, son la herencia de instituciones
que estaban a acostumbradas a no oir a su pueblo6, porque solo se escuchaba a
gente distinguida, solo a ellos se les hacía caso, pues ellos no mentían, se ganaban
“honrosamente” la vida, en cambio los pobres no y casualmente la configuración
actual de estratos sociales, tiene una gran y vasta herencia de los pobres, ¡cuántas
veces en Ecatepec ha sido oído! “No procede joven, va a estar complicado”. Esas
palabras son una condena a la inmutabilidad cultural, a la socialización permanente
del statu quo, a la formación de un sentido común en inercia y a la contradicción de
no saber que el mexicano es responsable de la corrupción, pero aún cuando le
afecta (no considerando que él es parte) no acepta su responsabilidad en el
combate.

6
Se hace referencia a la etapa virreinal, como la etapa que brinda herencia a las demás etapas en la
historia de México.

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