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Ex ministro de Hacienda
Pese a que los números rojos están muy generalizados en las finanzas públicas alrededor
del mundo, podemos descartar de plano la idea de una moratoria o perdonazo planetario.
Proyecciones de la revista The Economist para los 57 países con las mayores economías
de mundo indican que, salvo cuatro, todo el resto registrará déficits fiscales durante este
año.
Más grave e inusual aún es el hecho de que del total indicado, en el caso de 35 naciones,
la desfavorable brecha en las cuentas públicas superará el 3% de su PIB, y dentro de las
anteriores, en 16 casos excederá el 5%.
En otras épocas, con cuentas fiscales de mayor normalidad alrededor del mundo, países
con brechas negativas en presupuestos públicos de tres o más puntos del PIB estarían
sufriendo una fuerte desconfianza y permanecerían en una sala de cuidados del FMI.
Ahora esas señales de peligro se encienden sólo en el caso de países no pertenecientes
al G-7 y con déficits de siete o más puntos porcentuales del producto interno.
Uno hubiera esperado que pasados los efectos de rescates originados en la crisis
financiera de fines de 2008 y con una economía global en crecimiento, los balances
públicos ya debieran estar más normalizados en la actualidad.
Por las características de los países con grandes déficits, de mantenerse en el tiempo,
estos momentos críticos pueden estar a meses o a años plazo, según cada caso, sin que
puedan descartarse efectos dominó entre países similares.
La iliquidez de un Estado tenderá a ser provista como último recurso por la comunidad del
euro, si se pertenece a ella, como sucede en varios de los casos más graves, o por
bancos centrales. En este segundo caso, incluso sin cesación de pagos, los papeles de
deuda de los respectivos estados se verán desvalorizados por las inflaciones y
devaluaciones resultantes, sea se trate de nacionales o extranjeros, respectivamente.
Pese a que los números rojos están muy generalizados en las finanzas públicas alrededor
del mundo, podemos descartar de plano la idea de una moratoria o perdonazo planetario,
porque con todo hay importantes países con déficits pequeños combinados con bajos
niveles de deuda pública, e incluso son acreedores de la deuda pública de otros: China,
Alemania, Suecia, Australia y Corea del Sur.
Pese a no haber espacio para medidas globales, sería deseable que los encuentros de
autoridades y los organismos multilaterales -en otra época, impulsores de la acción del
Estado- fomenten ahora el espíritu de austeridad que se requerirá en los próximos años.