Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Deben leer atentamente las instrucciones y desarrollar cada una de las actividades que se le
piden. Pueden descargar el archivo y hacerlo en el mismo. Sólo tienen que agregarle una hoja
de presentación para enviarlo.
Como material de apoyo les dejo un documento en pdf y varios vídeos que deben observar.
I. Después de leer los fragmentos que siguen, deben extraer los tipos de oraciones que se les
piden más abajo:
Rieux comprobó en seguida que todo el barrio hablaba de las ratas. Cuando terminó sus
El telegrama anunciaba a Rieux la llegada de su madre al día siguiente. Venía a ocuparse del
enfermera había llegado ya. Rieux vio a su mujer levantada, en traje de viaje, con colorete en
compartimiento.
Gracias, doctor -dijo el hombre, con voz entrecortada. Rieux preguntó a Grand si había dado
parte a la comisaría y el empleado dijo, un poco confuso: -No. ¡Oh!, no. Pensé que lo primero
era... -Naturalmente -atajó Rieux-, ya lo haré yo. Pero en ese momento el enfermo se agitó
incorporándose en la cama y asegurando que estaba bien y que no merecía la pena. -Cálmese
-dijo Rieux-. Conozco el asunto, créame, y es necesario que haga una declaración. -¡Oh! -dijo el
otro. Y se dejó caer hacia atrás, lloriqueando. Grand, que se atusaba el bigote desde hacía rato,
se acercó a él. -Vamos, señor Cottard -le dijo-, procure usted comprender. Podrían decir que el
doctor es responsable. Si por casualidad le da a usted la idea de repetirlo... Pero Cottard dijo
entre lágrimas que no lo repetiría, que había sido sólo un momento de locura y que lo único
que quería era que le dejasen en paz.
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
________________________________
Exclamativas:
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______
Dos interrogativas:
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
__
Dos dubitativas:
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______
Afirmativas:
ya lo haré yo.
Negativas:
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
____
Desiderativas
Pero Cottard dijo entre lágrimas que no lo repetiría, que había sido sólo un momento de locura
y que lo único que quería era que le dejasen en paz.
______________________________________________________________________________
____________________________________
Reflexiones de la cuarentena
Comenzamos la quinta semana de esta cuarentena, que empezó como una aventura y que tal
vez ahora se instala como una nueva normalidad o un paréntesis de lo que siempre auguramos
como una vida larga, exitosa y productiva. Cuando la ciencia, la tecnología y la economía nos
mostraban un camino brillante, sin imposibles, un diminuto virus llegó y volvió nuestro mundo
al revés. Lo impensable pasó: no podíamos viajar, las chapas y pasillos se convirtieron en
nuestros peores enemigos, y solo en nuestras casas estaríamos a salvo del virus cruel que había
llegado a nuestra historia.
Así, nuestros hogares o habitaciones se han convertido en guaridas y ahí nos hemos dado
cuenta de que necesitamos pocas cosas para vivir y que nuestras familias son lo más precioso y
extraño que tenemos. Ya antes sabíamos que no eran perfectas, ahora lo hemos comprobado:
el enojo de mamá porque nadie ayuda a lavar los trastos, la preocupación de papá porque han
cerrado el restaurante donde trabaja, el malhumor eterno del tío, a quien ya le iba a llegar la
cita para arreglar los papeles de inmigración. Ahora no sabe cuánto más tardará y la familia en
Venezuela le suplica que mande algo, pero el tío no puede gastar lo poco que ha ahorrado. Y los
jóvenes, empeñados en hacer las tareas de la mejor manera, los mapas, los ensayos, las
preguntas de español, las ecuaciones. ¿Sí valdrá la pena hacer todo esto? ¿Nos irán a pasar las
clases? ¿Tendremos que repetir el año? ¿Sabrá el planeta que hay una pandemia donde los
humanos estamos congelados, acompañados del computador, el wifi y el deseo de salir y volar?
La fortuna de esto es que no somos los primeros. Ya antes ha habido otras plagas, otros
encierros y ahora nos ha tocado a nosotros ser los protagonistas. Mil pestes arreciaron sobre
Europa; los indígenas sufrieron enfermedades traídas por los conquistadores; los esclavos
africanos encontraron que las plantaciones eran cárceles físicas, mentales y espirituales. No
hace mucho tiempo, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, ciudadanos estadounidenses de
herencia japonesa fueron evacuados a centros de detención, en California y otros estados, y
obligados a vivir en campos de concentración, donde el inicio y el final de la libertad era un
alumbre de púas. De otro continente, también en esa guerra, nos llegó la noticia de una joven
judía y su familia, quienes tuvieron que vivir escondidos durante dos años por miedo a ser
atrapados y condenados por su religión. Esta joven, Ana Frank, no sobrevivió, pero su diario sí y
oquedó para hacernos pensar que, a pesar de todas las pruebas de la vida, esta la pasaremos
con dignidad y humanidad, aunque no sea ni medio parecida a la extrema de Ana.
Esta aventura que nos ha puesto la vida no tiene favoritos ni escogidos. Tanto a los ricos como a
los pobres nos llamó para encerrarnos, cuidarnos y comprender que la vida quiere saber cuál
será nuestra respuesta. Cuando salgamos de esto las cosas más sencillas, la risa o la voz de los
amigos, serán un tesoro vuelto a encontrar. Cuando salgamos del encierro, los abrazos de las
olas del mar tendrán un sentido invaluable y los asados del verano con amigos y familia valdrán
más que todo el oro del mundo. Cuando pongamos nuestros pies en las calles de la libertad
sabremos que se puede perder en el momento menos imaginado y que para recuperarla se
necesita sacrificio, valentía y humanidad.
https://www.elespectador.com/opinion/reflexiones-de-la-cuarentena-columna-914986
¿Sabrá el planeta que hay una pandemia donde los humanos estamos congelados,
acompañados del computador, el wifi y el deseo de salir y volar?
Ya antes ha habido otras plagas, otros encierros y ahora nos ha tocado a nosotros ser los
protagonistas.
Compuestas:
Así, nuestros hogares o habitaciones se han convertido en guaridas y ahí nos hemos dado
cuenta de que necesitamos pocas cosas para vivir y que nuestras familias son lo más precioso y
extraño que tenemos
Cuando salgamos de esto las cosas más sencillas, la risa o la voz de los amigos, serán un tesoro
vuelto a encontrar nuestros hogares o habitaciones se han convertido en guaridas y ahí nos
hemos dado cuenta de que necesitamos pocas cosas para vivir y que nuestras familias son lo
más precioso y extraño que tenemos.
Cuando pongamos nuestros pies en las calles de la libertad sabremos que se puede perder en el
momento menos imaginado y que para recuperarla se necesita sacrificio, valentía y humanidad.
- Complementos. ( complementos )
Ya antes ha habido otras plagas, ahora nos ha tocado a nosotros ser los protagonistas.
¿Sabrá el planeta que hay una pandemia donde los humanos estamos, los del computador, el
wifi y el deseo de salir y volar?
Nosotros
Nosotros
Nosotros
Esta pandemia nos tomó por sorpresa, fue un golpe muy fuerte para muchos. Personas que
nunca habían lidiado con muertes cercanas, fueron golpeadas por la realidad de ser mortales
de una manera un tanto violenta.
El aislamiento social y físico fueron reglas que nos toco adoptar, fue una decisión puramente
personal por el bienestar de nuestro seres queridos; la convivencia en familia paso a ser rutina
de vida y muchos que no recordaban un desayuno familiar, un debate de ideas en la hora del
almuerzo, han rememorado la calidez de la familia. Poco a poco la pandemia fue perdiendo el
rango de desgracia, y es que una desgracia deja de ser desgracia cuando exterioriza las
cualidades positiva de las personas, cuando nos enseña a ser humanos, porque es que todos
somos humanos pero pocos sabemos “ser humamos."
Es triste ver que tenemos que pasar por esta situación para aprender a apreciar, apreciar la
vida, la familia y la libertad; pero lo mas importante, aprendimos, aprendimos y todas las
muertes de algún modo u otro nos sirvieron de lección; aprendimos y continuaremos
aprendiendo.