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La psicología forense es la que facilita los medios para poder entrevistar a la mayor cantidad

posible de personas que tuvieron relación con el occiso, desde familiares directos e indirectos,
profesores, compañeros de escuela o trabajo, jefes inmediatos y superiores, amigos, parejas
sentimentales, novias, esposa, etcétera. Sobre todo las personas con las que convivio los
últimos días previos al fallecimiento.

Es necesario distinguir el “proceso principal”, que tendrá su producto en la solución que


disponga el juez, - de la “medida cautelar” (instrumento procesal). Ahora bien, la medida
cautelar (que contribuye a la tutela jurisdiccional efectiva), tiene como finalidad que el logro
jurídico se concretice en el plano fáctico; de lo contrario podría tenerse listo el camino para la
ejecución de la resolución, pero el proceso ganado no llegaría sino a un objetivo solamente
jurídico, sin la efectividad en los hechos.

A. LA VEROSIMILITUD DEL DERECHO INVOCADO - “FUMUS BONI IURIS” En los tratados sobre
medidas cautelares, en el derecho comparado, la apariencia de buen derecho – fumus boni
iuris – se entiende como la existencia de indicios de verosimilitud respecto a las pretensiones
de la parte que solicita estas medidas. Esta constatación de la verosimilitud se hace vía
cognición sumaria.

En esta línea de pensamiento es que el Prof. Juan José Monroy Gálvez, sostiene que, en este
presupuesto el actor se circunscribe a presentar una información sumaria en referencia a las
posibilidades de su posición y previsibilidad frente al proceso. Traduciendo del latín “fumus”
grafica este presupuesto como el “humo” que evoca sustancialmente la existencia del derecho
invocado (“fuego”) por quien demanda. La

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