Documento de Trabajo

Serie Didáctica
Documento N°2
EL CONCEPTO DE CIUDADANÍA Y LA FORMACIÓN POLÍTICA
La meta de la formación política, como se ha analizado en congresos que han convocado a
educadores y a otras personas interesadas en el tema, consiste en la capacitación de los
estudiantes para que tomen conciencia y defiendan su función de ciudadanos en
democracia.
Sin embargo, quedan ausentes las siguientes preguntas: ¿qué significa la función del
ciudadano?, ¿qué tipo de ciudadano se quiere fomentar?, ¿cómo deben ser los ciudadanos?,
etc.
En este documento se expondrán algunas de las concepciones acerca de los tipos de
ciudadano, y la relación del rol ciudadano con la educación para la acción como medio de
formación política.
1. Imágenes de ciudadanos en la formación política
1.1. Ciudadano como observador que reflexiona
Se trata de una visión que entiende a los ciudadanos como personas normales, que se
relacionan de
una u otra manera con la política.
Se puede entender esta concepción haciendo una analogía con un partido de fútbol. El
observador
ideal de ese deporte debe saber de qué se trata, debe conocer las reglas. Del ciudadano se
demanda un conocimiento equivalente: debe saber las reglas de la vida política y de las
instituciones,
de tal modo que pueda evaluar.
Esta visión usa un concepto formal de democracia, como un paquete de reglas del juego. La
imagen
del ciudadano como observador capacitado para evaluar, en el contexto de la democracia
representativa, encuentra espacio en la visión de numerosos politólogos.
1.2. Ciudadano activo
En la Introducción de Estudiantes y Política, Habermas protesta contra una formalización
de la
democracia a un set de reglas del juego y la fetichización de la participación ciudadana en
la vida
política.
Habermas pregunta por la función de la participación política en el proceso histórico y trata
de definir
o determinar esa meta con conceptos como auto-determinación y emancipación.
Bajo influencia de la teoría crítica y del movimiento estudiantil, la concepción de Hermann
Gieseke
presentó una nueva imagen de ciudadano en la concepción de la formación política; el
ciudadano
pasó a ser considerado casi el único objeto de la democracia.
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De esta manera, no se trata sólo de co-participar en instituciones y organizaciones, sino de
su
transformación sistemática en dirección a la mayor democratización de la sociedad.
Los ciudadanos del futuro deben aprender, mediante formación política, conocimientos,
capacidades
y habilidades con el objeto de optimizar su co-participación en situaciones que demandan
acción.
1.3. Ciudadanos como representantes de intereses
Se trata de suponer al ciudadano como una unidad de intereses. Por lo tanto el estudiante
debe
quedar en condiciones de analizar una situación política y su posición de intereses.
También debe
estar en condiciones de buscar medios y caminos para influir la situación en el sentido de
sus
intereses.
1.4. Nuevas ideas
Según J. Habermas y otros, el meollo de la sociedad civil está constituido por asociaciones
libres,
como movimientos sociales, iniciativas ciudadanas, foros de ciudadanos, etc.
En ellas participan ciudadanos libres, iguales, quienes deben constituir la opinión pública,
que por esa
vía pueden ejercer presión sobre el aparato estatal y la economía. Para los representantes de
la
sociedad de ciudadanos lo más importante son los derechos ciudadanos individuales y los
grupos
libres que deben garantizar el pluralismo.
La idea central del comunitarismo consiste en encontrar un nuevo equilibrio entre
autonomía
individual y la necesidad de asumir deberes frente a la comunidad.
Amitai Etzioni, uno de los principales representantes, lo entiende como la tarea de crear una
nueva
infraestructura moral y una red social de experiencias políticas comunes, cuyo lugar ve en
la familia,
la escuela, iglesia, asociaciones e iniciativas sociales.
1.5. Ciudadanos mundiales: papel del ciudadano en un mundo globalizado
El Estado va perdiendo control sobre el destino colectivo de sus ciudadanos en una
situación de
globalización.
El desarrollo de ONGs es expresión del esfuerzo del ciudadano mundial por intervenir en
procesos de
decisión a nivel internacional, lo cual estuvo hasta hace pocas décadas reservado a los
gobiernos.
1.6. Ciudadano capacitado para la intervención
La participación del ciudadano en todas las decisiones del sistema político no es posible. En
lugar de
ello, resulta ser más realista la virtud política de la capacidad de intervención.
Thomas Meyer entiende por capacidad de intervención política la doble capacidad de
discernir, de
evaluar cuando la propia intervención en los sucesos políticos es necesaria , y dónde y
cómo puede
llegar a tener consecuencias esa intervención
Ackermann ilustra los papeles de los ciudadanos, que ha desarrollado en su trabajo sobre el
tema:
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Papel de ciudadano en la democracia
1. Buscar informaciones
2. Ir a la opinión pública
3. Co-determinar por medio de elecciones
4. Tener consecuencias en decisiones técnicas que afectan a todos
5. Partidos: participar en la formación de voluntad política
6. Asociaciones: tomar conciencia y realizar tareas sociales y realizar sus intereses
7. Iniciativas ciudadanas: activarse por uno mismo y por otros
8. Tratar a burócratas
9. Participar en planificaciones
En las teorías democráticas modernas hay poca atención a los outputs del sistema político.
Esto es
válido también para la formación política: los comportamientos con burócratas, cuyas
decisiones
afectan a todos los ciudadanos, y la co-participación en procesos de planificación, casi no
han
encontrado atención.
Algunos han demandado el aumento de la participación en procesos electorales. Se debe
notar que
los ciudadanos toman conciencia, hacen valer y defienden sus diversos papeles como
electores , y
que las posibilidades de participación de hecho han aumentado con la introducción de
procesos
electorales a distintos niveles, por ejemplo la elección de alcaldes y de consejos
municipales.
Las posibilidades de intervenir mediante acciones en decisiones técnicas políticas son
buenos
ejemplos del ejercicio de la capacidad de intervención.
¿Se han ampliado esas posibilidades de intervención en los últimos años, en las regiones, en
las
comunas?
Si se ha producido, este es un buen argumento de que un sistema político complejo tiene la
capacidad de aprender y mejorar.
En síntesis, existen diferentes concepciones del ciudadano, pero la pregunta central es:
¿Cómo se
debe trabajar en la formación política con diversas imágenes de ciudadano?
2. Comprensión política de los ciudadanos, a raíz de resultados de cultura política e
investigación social
¿Qué conciencia tienen los ciudadanos de su función como tales?.
Mediante el concepto de cultura política , que comúnmente se entiende como el conjunto de
orientaciones de los ciudadanos frente al sistema político, en la ciencia política se trata de
tener una
imagen de la dimensión subjetiva de la política. La socialización política tiene la función de
mantener
y transformar la cultura política dentro del sistema político.
2.1. Indicadores
Información o conocimiento de instituciones, normas y procedimientos políticos.
Interés político: es una condición para la disposición a tener información y
conocimiento, pero se
manifiesta en las observaciones críticas y en la discusión de hechos políticos.
Confianza social: se trata de características como apertura para otros seres humanos,
confianza
en el medio ambiente social o tolerancia.
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Confianza propia: seguridad en relación con la aceptación de procedimientos
democráticos y del
estado de derecho; por el contrario, poca confianza y temor general producen una forma de
pensar y de actuar autoritaria y anti-democrática.
Creencia en la propia posibilidad de influir: este criterio está en relación a los otros
criterios.
Confianza creciente en el sentido y en el éxito de la participación política, con ello
aumenta
también la disposición a participar, a lo cual ayuda también un grado mas alto de
conocimiento y
formación.
Forma y grado de la participación política: Las características indicadas pueden ser
consideradas
como condiciones de la participación política.
2.2. Cambio de valores: en búsqueda de una nueva función de ciudadano
Como causa esencial para esas transformaciones se puede reconocer el cambio social de
valores
que se ha producido en varios países en las últimas décadas. Algunos hablan de un cambio
desde
"valores de deberes y aceptación" a "valores de la propia realización y del propio
desarrollo". Pero
destaca que en el proceso del cambio de valores se producen en la población variaciones de
combinaciones y comportamientos.
Para algunos, estos cambios se manifiestan en que aumentan las exigencias, dada la
capacidad de
solucionar problemas del sistema económico y del sistema político: los ciudadanos están
frente a la
política y a las instituciones estatales cada vez más insatisfechos, desconfiados,
distanciados y con
actitud de protesta.
Otros ven en el cambio de valores algunas consecuencias negativas, como la formación
progresiva
de una sociedad de egocéntricos. Para ellos, entonces, resulta decisiva la existencia de
espacios
para la realización del desarrollo personal, espacios para actividad responsable y activa, y
experiencias de éxito.
Se reconoce el hecho que el número de miembros de las grandes organizaciones tales como
partidos, sindicatos e iglesias cae, porque esas organizaciones aún se mantienen
funcionando con
tradiciones de autoridad, principios de organización y filosofías de dirección que no
corresponden con
las actuales tendencias de valores, de orientaciones, de necesidades, y de intereses de las
personas.
La necesidad de dar posibilidades de cumplir funciones de responsabilidad, de ofrecer esas
funciones, es muy relevante en la discusión sobre la formación para la acción.
2.3. Personalidades políticas
En un estudio sobre jóvenes de entre 8 y 20 años, que duró de 1985 a 1995, el concepto de
personalidad política queda relacionado con los intereses o la actividad en relaciones
políticas. Se
entiende por personalidad política una posición, una afinidad política, que se puede
articular en el
comportamiento político.
En el estudio se pudo detectar un retroceso del interés y de la actividad política. En un
comentario de
una encuesta reciente, de una persona que es ahora pedagoga familiar, se afirma "con 17
años yo
quería transformar el mundo, y ahora me alegro si puedo tomar las riendas de mi propia
vida".
Para el tema de la clase orientada a la acción resulta ser interesante que, según la
investigación, un
estilo activo en el tratamiento de problemas políticos constituye la más importante
condición para el
interés posterior y la actividad en la vida política: "quien ya en 1985 había aprendido a
tratar
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activamente los problemas políticos, pertenece con gran probabilidad a aquellas personas
que
pueden ser caracterizadas como personalidades políticas".
Hay quienes hablan de una desconfianza frente a los aparatos políticos. Los jóvenes no ven
en su
actividad soluciones para las preguntas del futuro.
La esencia de la democracia para los jóvenes está constituida por aquellos aspectos que les
tocan
personalmente. Por lo tanto, democracia es para ellos algo concreto. Un orden social que no
cumple
más esa función, deja de ser experimentado por los jóvenes como una democracia,
independientemente de su estatus y de los procedimientos de toma de decisiones. De aquí
resultan
puntos interesantes para pensar en la formación política.
¿Está muriendo la Personalidad Política?, ¿se trata de que los jóvenes están tratando de
definir su
papel de modo distinto?
3. Papel de ciudadano y educación orientada a la acción
3.1. Papeles de competencia y responsabilidad
En la didáctica política se apunta a que cada individuo puede desempeñar diversos roles
ciudadanos
en distintos contextos para la acción. Se trata de un concepto dinámico de roles; Juergen
Habermas
y Lothar Krappmann se refieren a roles como algo no terminado, no definitivo, sino que
debe
desplegarse en cada acto de comunicación.
Por lo tanto el rol no es una función especifica entre individuo y sociedad, sino un espacio
para la
acción, que puede adquirir formas distintas según las necesidades de quienes intervienen en
la
interacción.
Relacionar la actividad de formación política a una determinada imagen de ciudadano
contravendría
los conceptos anteriores, y existiría el peligro de perder el esfuerzo, porque uno se queda
atrás
educando a ciudadanos de otras épocas.
Por ello, en concepciones más modernas sobre formación política se habla del ciudadano
con
capacidad para la acción política, sin definir más específicamente a ese ciudadano.
Pero, ¿qué se entenderá con capacidad para la acción?. A diferencia de acciones reactivas,
la acción
es realizada por un sujeto con conciencia de sus actos, que pueden ser controlados por él, y
a los
que les dará un sentido.
Conciencia, sentido, anticipación y bosquejo de metas, medios y consecuencias
secundarias,
elección y decisión, todos ellos son elementos esenciales de la acción política
En la educación política, entendida como parte del despliegue de capacidad para actuar, no
se trata
de educar para un determinado comportamiento como ciudadano, sino de hacer ver a los
ciudadanos
su papel en las diversas relaciones de acción y dimensiones de acción.
Se trata de roles de responsabilidad, se hacer tomar conciencia de esos roles, de la
importancia de
ellos para que funcione el todo, finalmente de ofrecer instrumentos.
A estas alturas queda claro que la función o el rol del ciudadano también es una pregunta
sobre la
imagen que se tenga del ser humano.
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¿ Qué competencias son necesarias para desarrollar capacidad de acción política?
Según Herfried Muenkler se debe entender como competencia ciudadana las condiciones
de
calificación para la toma de conciencia y lucha por la realización de derechos y de asumir
deberes.
Tales competencias pueden ser de tipo cognitivo, procedimental o habitual.
Se distinguen las siguientes competencias:
de contenido, técnica (comprensión, entendimiento de problemas, etc.)
estratégica respecto a la acción
comunicativa social
En la clase orientada a la acción no se trata del traspaso de competencias que pueden ser
aplicadas
de inmediato en la vida política, sino de estimular ciertas disposiciones favorables a la
acción política
que pueden ser actualizadas frente a problemas y situaciones que lo demandan.
3.2. Clase orientada a la acción como concepto para transmisión de un sistema de vida y de
concepción de mundo
Uno de los principales problemas de la cultura política y de la formación política consiste
en la
creciente distancia entre el mundo de vida y el sistema de mundo de la política.
Frente al distanciamiento respecto de la política, se sugieren las siguientes medidas:
Descenso de edad para elegir
Foros de niños y de adultos, donde se discuta
Parlamento juvenil institucionalizado
Abogados de niños y jóvenes
También se propone un sistema democrático del aprendizaje en el contexto de una reforma
interna
del colegio.
Los estudios de larga duración que se han hecho muestran que un estilo activo con
problemas
políticos se muestra como el mejor factor para el despliegue de una personalidad política.
Se
subraya que será difícil transmitir los resultados o los éxitos de la actividad política a
ciudadanos que
consideran la política sólo desde la perspectiva de observadores y juzgan sólo en relación a
sus
propios intereses.
3.2.1. Significado de la preparación para pensar
En la clase, debe haber una fase anterior a la acción, de pensar, problematizar, discernir.
Por eso los
contenidos no deben ser ignorados.
Los estudiantes deben conocer las dimensiones de acción, es decir, cómo pueden hacer en
las
dimensiones de comunidades, organizaciones, municipalidades, región, estado, etc. Sólo
cuando
quedan claras las dificultades y problemas de una situación donde se debe actuar, sus
actividades
pasan a estar llenas de sentido en la clase.
3.2.2. Reducción de complejidad política
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En la clase para la acción, los estudiantes desempeñan sus roles posibles como ciudadanos
y
también los roles de políticos, los cuales están muy determinados por normas de acción,
reglas y
funciones.
Al estudiante se le debe dejar en claro, tanto en la preparación como en la fase final que en
la clase
orientada a la acción la complejidad, la abstracción y la interdependencia de sistemas
políticos de
acción se reducen o transforman.
3.2.3.
Diferencias entre acción pedagógica y acción política
La educación y la clase orientada a la acción política está basada en una larga tradición
pedagógica.
La actividad pedagógica es una acción con intención; la acción pedagógica esta orientada a
generar
condiciones empíricas individuales, bajo las cuales llegan a ser posible las acciones
políticas
racionales.
Mediante el concepto de orientación para la acción, las funciones de los ciudadanos en la
democracia
pueden ser reconstruidos desde la perspectiva de quienes aprenden, independientemente de
las
acciones que se hagan fuera de la clase, las cuales ciertamente pueden ser políticas. Pero
ello no
implica tampoco que en la clase no se puedan practicar acciones de prueba que contribuyan
a la
formación de competencias prácticas para la acción política.
4. Reflexión final
Giovanni Sartori escribió: "Las democracias son capaces de sobrevivir sólo cuando ellas
son
entendidas por sus ciudadanos".
Una formación política orientada a la acción puede hacer realmente comprensible la idea de
roles de
la ciudadanía y de los ciudadanos en la democracia, porque transmite una parte del sistema
democrático desde la perspectiva de la acción y de la participación, y en consecuencia,
prepara
disposiciones equivalentes para la acción y capacidades para la intervención.