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El Derecho Civil Patrimonial es aquel conjunto de normas, principios e instituciones que

regulan la actividad económica del hombre.

Su estudio puede afrontarse tanto desde una perspectiva estática como dinámica.

Si ese análisis lo realizamos desde una perspectiva estática lo que estudiaremos es a quién se
atribuye esos bienes y quién los disfruta. Su objeto de estudio es la atribución y disfrute de los
bienes, por tanto, los Derechos Reales, el derecho de las cosas.

Por el contrario, si lo hacemos desde una perspectiva dinámica lo que estudiaremos será la
forma en la que esos bienes se distribuyen. Su objeto de estudio es la circulación y la
transmisión de los bienes, por tanto, el Derecho de Obligaciones, como por ejemplo la
compraventa.

El derecho civil patrimonial se divide, por tanto, en Derecho de Obligaciones y Derecho de


Cosas.

Sobre esta base podemos ya decir que el derecho de obligaciones es aquella parte del derecho
civil patrimonial que regula la parte dinámica, que analiza y estudia la perspectiva dinámica:
aquellos supuestos en los que existe una transferencia de bienes de un sujeto a otro,
normalmente un acreedor y un deudor.

Es importante apreciar que el D. Obligaciones y el D. Cosas no son compartimentos estancos,


están normalmente interconectados.

Una vez hecha esta clasificación el siguiente paso es darse cuenta de que las decisiones acerca
de cómo llevar a cabo la atribución y distribución de los bienes, al ser una cuestión básica de la
organización de la sociedad.

Esas decisiones se toman dentro de la Constitución, en concreto, la CE va a recoger una serie


de principios básicos relativos precisamente a la ordenación jurídica de las actividades
económicas. Vamos a encontrar una serie de principios básicos relativos precisamente a la
ordenación jurídica de las actividades económicas. Dentro de la CE vamos a encontrarnos con
una serie de preceptos, de normas, donde se ordenan las actividades económicas. Es lo que
llamaremos Constitución económica.

Podemos decir, por tanto, que la Constitución económica van a ser aquellas reglas centrales
en materia económica que están contenidas dentro de la CE.

Lo que hacen es precisamente regular la actividad económica, cómo tiene que llevarse a cabo
la atribución y distribución de los bienes. Diche CE económica podía atender a dos modelos: al
modelo de mercado, de la oferta y la demanda, o podía decidir atribuir esa decisión al propio
Estado, el modelo de estado.

En nuestra CE se optó por un modelo combinado de ambos. Por ejemplo, encontramos el


derecho a la propiedad privada y también otro que subordina la propiedad al interés general.

Lo mismo sucede si atendemos a la perspectiva dinámica. La CE reconoce el derecho a la libre


iniciativa privada, pero también hay un precepto que habla de la posibilidad de que la iniciativa
sea pública.

El modelo de nuestra CE no es ni un modelo de mercado ni un modelo de estado en sentido


estricto, es una combinación de ambos. Es cierto que suele predominar la propiedad privada y
la circulación de los bienes a través de la iniciativa privada, pero no con carácter general.
La relación jurídico patrimonial es aquella relación establecida entre dos personas, humana,
gestionada por el ordenamiento jurídico, que tiene que ver con bienes de naturaleza
económica.

Decimos que es humana, entre dos personas. ¿Entre qué sujetos se va a dar esa relación
patrimonial? Uno que va a adoptar una posición activa y uno que va a adoptar una posición
pasiva. El sujeto activo, al que llamamos acreedor, en principio va a tener una posición de
poder mientras el sujeto pasivo, al que llamamos deudor, va a tener una posición de deber

¿Sobre qué puede recaer esta relación jurídico patrimonial? Su objeto es muy variado, de la
más diversa naturaleza, pero podríamos decir que recae sobre bienes y servicios valorables
económicamente.

¿Cuál es la diferencia existente entre este derecho de obligaciones y el derecho de cosas?

Hay una diferencia básica por la que hemos de empezar, y es que es una diferencia de
concepto. Cuando hablamos de derecho real, lo que implica es un poder directo e inmediato
que una persona tiene sobre una cosa. El ordenamiento jurídico otorga a esa persona el poder
de hacer con esa cosa lo que quiera. Por el contrario, cuando hablamos de derecho de
obligaciones, éste no recae directamente sobre cosas, sino que recae sobre una conducta o un
acto que ha de realizar el deudor. El interés sólo se va a ver satisfecho entre actos.

La diferencia en concepto es básica, pero hay otras. Cuando hablamos de D. Real, decimos que
tiene carácter absoluto, erga omnes. El Derecho de Obligaciones tiene carácter relativo, ese
derecho solamente se va a poder ejercitar frente a una persona concreta y determinada.

Otra diferencia hace mención a la forma de adquisición de los derechos. ¿Cuándo se adquiere
un derecho de obligaciones? Para que pueda adquirirse un derecho de obligaciones basta
simplemente con la realización de un simple contrato, pero ¿basta un simple contrato para
que nazca un derecho real? No, para que nazca necesitamos que además de ese contrato se de
la correspondiente entrega. Esto se conoce como Teoría del Título y el Modo. El título es el
contrato, el modo, la entrega.

También se diferencian en que los derechos reales nacen con vocación de estabilidad, de
permanencia, mientras que en el derecho de obligaciones, los derechos naces condenados a
extinguirse, ya que no es hasta el momento en que se cumplen cuando el interés del titular de
dicho derecho se va a ver satisfecho. Si yo te presto un dinero hasta que no me devuelvas
dinero mi interés no se va a ver satisfecho, y cuando me lo devuelvas, dicho derecho se
extingue. Por tanto, unos nacen con vocación de permanencia, mientras otros están abocados
a extinguirse.

Una última diferencia es que ocurre cuando hay que dar preferencia. ¿Cuándo damos
preferencia cuando concurren diversos derechos? En el caso de los derechos reales rige el
principio de prior tempore potior iure. Este principio no rige para determinar la preferencia de
acreedores. En el caso del derecho de obligaciones, se pagarán primero los derechos
preferentes, por ejemplo, el derecho de alimento. Una vez que se han pagado esos derechos
preferentes, el resto de los acreedores se sitúa en un plano de igualdad, se realiza un reparto a
prorrata, en partes iguales.

Recapitulando;
- Una diferencia de concepto. El derecho real consiste en un poder directo e inmediato
mientas que el derecho de obligaciones el único poder que nos concede es la
posibilidad de exigir a una persona que tenga un determinado comportamiento o una
determinada conducta.
- El derecho real es erga omnes mientras el derecho de obligaciones es relativo, se
ejerce sólo frente a personas concretas y determinadas.
- En cuanto a la forma de adquisición de los derechos de obligaciones basta con un
contrato, mientras que para los derechos reales necesitamos además traspaso
posesorio.
- Los derechos reales nacen con vocación de permanencia, mientras que los derechos
de obligaciones están abocados a extinguirse en el momento en que se cumplan.
- Se utilizan distintas reglas para solucionar la concurrencia de derechos. En los
derechos reales el primero tiene mejor derecho, mientras que en el derecho de
obligaciones esa concurrencia se resuelve una vez pagados a los acreedores
preferentes, repartiendo al resto de acreedores lo que queda en partes iguales.

LECCIÓN 2:

Para estudiar las obligaciones, acudiendo al Código Civil encontramos el Libro IV “de las
obligaciones y contratos”. Lo que viene siendo eventual en el orden sistemático del legislador
es que no todo lo que se encuentra en este libro son obligaciones y contratos, y hay materia de
obligaciones y contratos fuera de ese Libro IV. Por lo tanto, no nos podemos ceñir única y
exclusivamente a ese Libro IV. En tanto en cuanto, es una materia que ha evolucionado muy
poco las normas fundamentales, el núcleo duro, se encuentra en el Código Civil.

Concepto de obligación

La obligación se va a enmarcar dentro de un derecho subjetivo, lo que llamaremos derechos de


crédito. Una obligación entre dos personas que van a ser el acreedor, el cual va a poder exigir a
otra a la que llamamos deudor, el cumplimiento de una prestación, que puede existir en un
hacer o un no hacer. Ese es el objeto de la obligación.

Esa relación como antes os adelantaba se puede realizar desde un punto de vista activo, el
acreedor lo que va a tener es un derecho de crédito, es el lado activo de la relación jurídica. Y
ese derecho de crédito lo que le confiere es la facultad, el derecho, de exigir. Tiene un derecho
de crédito que le otorga una facultad, un poder, para exigir algo a otro.

En el lado pasivo de esa relación se sitúa al deudor. El deudor tiene un deber de realizar una
determinada prestación.

En este punto ha de tenerse cuidado, porque si analizamos la relación jurídico patrimonial en


su conjunto el acreedor también tiene deberes y el deudor también tiene derechos.

El acreedor tiene el derecho de crédito que le faculta para exigir al deudor. Además, el
acreedor va a poder disponer también de su crédito inter vivos, mortis causa, a título gratuito,
oneroso… salvo que se diga otra cosa va a tener la posibilidad de disponer de su derecho de
crédito. Tiene también el deber de colaborar para que el deudor pueda cumplir y así puede
liberar su deuda. No puede exigir algo distinto de lo pactado o antes del plazo de vencimiento.
Tiene el deber de actuar acorde con lo pactado, con la buena fe.

El deudor fundamentalmente lo que tiene es el deber de cumplir, pero también tiene


facultades. Así, por ejemplo, el deudor va a tener la facultad de liberarse de la obligación
cuando el acreedor no quiere recibirla. El ordenamiento jurídico le va a permitir a través de
una institución, la consignación del pago, que le permitirá liberarse de dicha deuda. Puede
también ejercitar lo que se denomina facultades defensivas. Si el acreedor, por ejemplo,
pretende una conducta que no se ajusta a lo pactado. Por tanto, además de deberes tiene
facultades.

Cuando hablamos de obligación, es correcto decir que el acreedor tiene un derecho de crédito
y facultades, y correlativamente el sujeto pasivo, el deudor, deberes. Pero si analizamos la
relación jurídico patrimonial en su conjunto el acreedor tiene deberes y el deudor, derechos.

Para poder dar una definición completa de obligación, no basta simplemente con decir que
una persona lo que tiene es el derecho de exigir a otra el cumplimiento de una determinada
prestación. No basta simplemente con esa idea, con decir que una persona está obligada a
cumplir con una determinada conducta, porque si nosotros dejamos ahí la definición de
obligación, lo estaríamos equiparando a un deber jurídico, y no son lo mismo que obligaciones.
Se diferencia en que las obligaciones deben tener siempre un contenido económico.

Por esta razón para completar el concepto de obligación es necesario que relacionemos lo
dicho hasta ahora con un nuevo precepto, que es el artículo 1911 CC.

Este artículo nos da un concepto de responsabilidad patrimonial universal. De las obligaciones


responde el deudor con todos sus bienes presentes y futuros. De tal manera que, si analizamos
el concepto de obligación desde la perspectiva del acreedor, este tiene la facultad de exigir al
deudor que cumpla, pero ojo, porque si el deudor no cumple, esta facultad del acreedor se va
a convertir en un poder de agresión contra el patrimonio del deudor.

No siempre se diferencia de lo que es un deber jurídico, para que en sentido técnico tiene que
haber contenido económico, es cuando entra en juego el concepto de responsabilidad
patrimonial universal.

¿Por qué el art. 1911 CC habla de “patrimonial”? Porque la responsabilidad no siempre ha sido
patrimonial. Si nos remontamos a la historia, la responsabilidad era personal. la palabra
obligatio viene del latín obligare “atar”. En sus orígenes el obligado se encontraba en una
situación de sometimiento, si no cumplía podía matarle, encarcelarle. La responsabilidad
atacaba a la persona. Si alguien no cumplía la responsabilidad era personal. sólo con el paso
del tiempo esta responsabilidad se convirtió en una responsabilidad patrimonial. Tu respondes
ya no con tu persona, sino con tus bienes, y además es universal, de manera que vas a
responder con bienes presentes y futuros.

Eso nos lleva a poder completar el concepto de obligación, de manera que no va a ser la
facultad de exigir al deudor, hay que añadir ese concepto de responsabilidad patrimonial
universal, lo que nos dice es que no sólo tiene derecho a exigir al otro que cumpla, sino que si
no cumple tiene poder de agresión contra el patrimonio. Estos elementos nos van a permitir
dar un concepto completo de obligación.

El binomio deuda – responsabilidad no siempre va junto, existen supuestos en los que debe
pero no responde o responde aunque no deba.

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