Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I. Desarrollo Rural en Chile
I. Desarrollo Rural en Chile
“Coexistiendo con este tipo de unidades productivas, a lo largo del país figuraban
campesinos, pescadores artesanales, comunidades agrícolas, asentamientos mineros y
comunidades indígenas. No se puede dejar de mencionar la existencia de un número
considerable de población que circulaba sin residencia fija alrededor de las unidades de
producción, que fue dando origen a un peonaje rural desarraigado y a un proletariado
industrial (Salazar, 1989)” (Pezo, 2007).
Frente a dicho contexto, se discutió cuáles eran las razones que impedían el
desarrollo en estos países; y como parte del paradigma vigente de la “modernización”, se
consideró que existía la posibilidad de encarar un pasaje pacífico de las sociedades
“tradicionales” al mundo desarrollado, adoptando sus formas y modelos de desarrollo, de
consumo y de producción. En pos de este objetivo, fue impulsada la Reforma Agraria,
aplicada por el Estado chileno entre 1965 y 1973, la cual fue una “estrategia política y
económica que terminó con el latifundio –ya deteriorado en aquel entonces- e intentó
promover un campesinado que optimizará la producción agrícola, para mejorar con ello la
distribución de ingresos, el mercado interno y el de desarrollo industrial (Barril, 2002), y
así profundizar la estrategia de desarrollo que venía impulsando el Estado chileno desde los
años treinta. Como ya se sabe, este proceso fue estancado por la irrupción de la Dictadura
Militar, la cual al implementar un modelo económico totalmente distinto al de los gobiernos
anteriores, caracterizado por la liberalización del Estado y por la búsqueda de equilibrio
monetario a través de una apertura al libre mercado, inició un proceso de contrarreforma
que suprimió regresivamente lo previamente realizado, y que se expresó “en la devolución
de importantes extensiones de tierras, expropiadas legalmente por los gobiernos
constitucionales anteriores a sus antiguos dueños; en la asignación individual y a precios de
mercado de las tierras no devueltas, a campesinos depurados de pasado político dudoso, sin
acompañar esta entrega de los capitales esenciales para su explotación; y en la supresión a
toda restricción al establecimiento del mercado libre de la tierra, incluidos los derechos
históricos de las comunidades indígenas a su tierra” (Echenique, 1984, p.3).
Por lo expresado, se podría objetar que pese a la estabilidad, y buen inicio del
crecimiento chileno desde el retorno a la democracia, “mucho de este crecimiento
económico ha surgido por la habilidad por parte de las empresas extractivas y los
procesadores de la primera etapa de estos recursos. Estas industrias, esencialmente rurales,
apoyan el desarrollo urbano y los esfuerzos del gobierno por mejorar las condiciones
sociales de los chilenos. Sin embargo, la habilidad del gobierno para garantizar un
crecimiento adicional en las industrias primarias y para proporcionar una mejor calidad de
vida en todas partes del territorio nacional se ve limitada por la falta de una política
nacional amplia para el desarrollo rural” (OCDE, 2016).
De esta forma, pese a que chile en los últimos tiempos se ha centrado en crear un
reconocimiento legal y responsable frente al desarrollo rural, tomando medidas como el
adoptar la definición de la Carta Europea, “señalando que tanto los métodos como los
instrumentos de planificación que se apliquen se desprenderán del conjunto de valores
sociales, de orientaciones políticas nacionales y regionales, y de condiciones económicas y
ambientales propias de los territorios que han sido contenidas en las respectivas Estrategias
de Desarrollo Regional” (Belemmi, 2015); o también impulsando cambios en la
constitución que consideraran la planificación armónica de lo rural. Dicho “reconocimiento
legal no es pleno ya que se trata de leyes que se enfocan, más bien, en la planificación física
y urbana y no en la visión integral de nuestro territorio. Es decir, a pesar de existir
reconocimiento constitucional sobre la necesidad de un desarrollo territorial armónico (lo
que implica ir más allá de la planificación física) no hay una correlación de ello a nivel de
Instrumentos de Ordenamiento Territorial, sobre todo considerando que no poseemos un
plan nacional con carácter vinculante que mire de manera integral el territorio” (Ídem).
Esto ha derivado en que sea el mercado del suelo el que en la mayoría de los casos,
determine el devenir del territorio nacional, y no las comunidades que habitan dichos
territorios. La construcción de estructuras y condiciones que sustenten el desarrollo rural en
Chile, es limitada por las relaciones entre el Estado y el modelo de desarrollo neoliberal, lo
que conlleva que la gestión pública y las políticas sociales sean restringidas, tuteladas por
las entidades que concentran el poder y el control económico, lo que genera un gran
problema de distribución de ingresos, la cual se ve sobrepasada por una política de
planificación que no les considera con la autoridad para decidir sobre el desarrollo de su
territorio, delegando dicha responsabilidad a autoridades centralizadas que funcionan en
aras del desarrollo estratégico sobre una visión caduca de progreso, la cual por el contrario,
profundiza la desigualdad del país.
Referencias Bibliográficas
Amtmann, C., Gómez, S. y González, C. Sociología rural en Chile. ALASRU.
Avendaño, O, 2017. Reforma agraria y movilización campesina en Chile (1967-1973) y
Perú (1969-1976). Revista Latinoamericana, 47, p.15-42.
Errázuriz, T., Micheletti, S., Letelier, L. y Rasse, A., 2013. ¿Urbano o Rural? Repensando
terriotrios, discursos y prácticas al margen de la metrópolis. Research Gate.
Gómez, S, (2004). Nueva ruralidad (fundamentos teóricos y necesidad de avances
empíricos). Una mirada desde la sociología rural. Revista de Desarrollo rural y
Cooperativismo Agrario, 8, 141-164.
Llambí Insua, Luis, & Pérez Correa, Edelmira (2007). Nuevas ruralidades y viejos
campesinismos .Agenda para una nueva sociología rural latinoamericana. Cuadernos de
Desarrollo Rural, (59),37. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11759002
Ruíz, N. y Delgado, J., 2008. Territorio y nuevas ruralidades: un recorrido teórico sobre las
transformaciones de la relación campo-ciudad. Revista Eure, 34(102), p. 77-95.