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Cachazudo el gato de la tía Pepa, era muy

flojo.
Una leona invitó a una gran cena a sus amigos los monos, para compartir la comida y
pasar un rato agradable.
Dormía cada todo el día y solo se
despertaba para ir al baño y comer. Pero, cuando llegaron los invitados, la comida no estaba lista.

Un día, escucho a la tía Pepa gritar desde la ¿Y ahora qué hago?, dijo la leona, ¡todo está hecho un caos!
cocina: “¡ratón, ratón!” La leona apuró la comida, pero ésta se quemó por completo.

Trato de levantarse, pero se sentía muy “¡Oh no! Mi comida está arruinada; y ahora ¿Qué les digo a mis invitados?”
pesado y le constaba mucho moverse.
Salió apenada a explicar todo lo que había pasado y encontró a los monos durmiendo
Cachazudo se sintió triste, pues quería la siesta junto a unas cascaras de banana.

mucho a la tía Pepa y no la pudo ayudar. La leona entendió que, si se quiere hacer las cosas bien, se las debe hacer con
tiempo, con calma y paciencia, para no angustiarse por situaciones incómodas.
Pensó: “estoy gordo, por eso me canso”

Entonces decidió comer solo lo necesario y


salir a caminar todos los días para hacer
ejercicio.

Tiempo después Cachazudo sintió gritar a la


tía Pepa: “¡ratón, ratón!”, pero ahora si se
movió y rápidamente ahuyento al ratón, lo
que puso muy felices a los dos.
Amanecía en el bosque cuando el conejito
de las orejas largas salió de casa con su
mameluco azul y una canasta, para
comprar verduras y frutas.

Saltando entre pinos y zarzamoras coma


de donde comenzaron a salir pájaros,
perros y ratoncitos para ayudarlo con sus
compras, llegó a la feria.

Eligió zanahorias, lechugas, rabanitos,


para fortalecer su vista y los dientes.

A su regreso, la mesa estaba servida y sus


quince hermanitos, esperaban para
almorzar, como comieron toda la comida
tendrían de premio, salir a jugar con sus
amigos.

Pero podrían salir después de lavarse los


dientes y dormir una siesta.
LA CAJITA DE COLORES
Unos lápices de colores peleaban para ver quién era más
importante. Un día, los niños de tercer grado
decidieron dibujar.
Rojo decía: “soy el más llamativo de todos”.

Verde decía: “el pasto y los árboles eligieron mi color para Fueron a buscar la caja de lápices y
vestirse”. todos eligieron los colores más
brillantes, Juan eligió el verde, Felipe
Amarillo replicaba: ¡soy del color del Sol que ilumina todo! el celeste y Ana el rosado.
azul dijo: ¿qué sería del cielo y del mar sin mí? Se pusieron a dibujar diferentes
Así, pasaban horas y horas discutiendo. animales, dejando al pobre lápiz
negro sólo la caja.
Hasta que un día, en las pequeñas manos de un niño,
aprendieron que trabajando juntos, todos tenían igual valor e Pero al finalizar, se dieron cuenta
importancia. que a todos los dibujos les faltaba
algo para que fueran más reales.
Habían logrado crear un hermoso y colorido dibujo coma que
colgaba de una pared. Faltaban los ojos y decidieron que el
Satisfechos y felices esperan con ansias aquellas manitos que color más especial para hacerlo era
tanto aman. negro por su contraste con el resto.

Sacaron un lápiz negro y este se


puso muy feliz de poder aportar color
en todos los dibujos creados.

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