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DIAGNÓSTICO
DIAGNÓSTICO PRE-CLÍNICO
Actualmente, no hay pruebas disponibles que pueden diagnosticar la infección con rabia
inmediatamente después de la exposición sospechosa al virus. Cuando los síntomas
clínicos comienzan a presentar, llega a ser posible diagnosticar rabia con diversas técnicas
diagnósticas.
DIAGNÓSTICO CLÍNICO
La prueba directa del anticuerpo (DFA) fluorescente descubre los antígenos del virus de
rabia en el tejido cerebral. Esta fue desarrollada en 1958 y ha sido ampliamente utilizada
en animales y seres humanos desde entonces.
La prueba implica el tomar de una biopsia de tejidos afectados, tales como los del cerebro,
que se envían a un laboratorio que se analizará para la presencia de rabia. Esto se hace
con el uso de los anticuerpos fluorescente marcados que se aplican al tejido, seguido por
una observación del efecto fluorescente que permite que los investigadores representen y
que analicen los resultados.
La prueba de DFA puede producir resultados rápidos dentro de algunas horas. Además,
esta prueba es sensible y específica al virus de rabia. Para 95-99% de casos, la prueba de
DFA ofrece una indicación exacta de la presencia de la enfermedad.
Las pruebas rápidas directas (IHC) de la inmunoquímica también se validan para tener
sensibilidad y especificidad adecuadas.