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5.3. EL REINADO DE FERNANDO VII. 1814-1833.

Paralelamente a la Guerra de la Independencia se había producido una revolución política liberal


plasmada en la Constitución de 1812, pero ni el rey ni la mayoría de la población aceptará el nuevo
régimen y el conflicto entre liberalismo y absolutismo marcará todo el periodo. Por el Tratado de
Valençay Napoleón devolvió el trono de España a Fernando VII. En su reinado se pueden distinguir tres
etapas:

El Sexenio Absolutista (1814-1820)

La vuelta de Fernando VII (denominado por el pueblo “el Deseado”) planteaba la incertidumbre de
si aceptaría el sistema político definido por las Cortes de Cádiz o se volvería al Antiguo Régimen. El rey, en
lugar de dirigirse directamente a Madrid, donde estaban las Cortes para jurar la Constitución, desembarcó
en Valencia el 16 de abril de 1814, donde un grupo de diputados absolutistas entregó al rey un escrito
conocido como Manifiesto de los Persas, en el que se le pide que ignore las propuestas de Cádiz y restaure
la monarquía absoluta. Fernando VII, constatada la escasa fuerza real de los liberales y contando con el
apoyo de una parte del ejército y del pueblo, firma, el 4 de mayo, el Decreto de Valencia, por el que
declaraba nula la Constitución y todas las leyes promulgadas en Cádiz. Era la vuelta al Antiguo
Régimen. Se inició una fuerte represión contra los liberales, muchos de los cuales se exiliaron o
pasaron a la clandestinidad. Esta etapa se caracterizó por:

 El restablecimiento de la monarquía absoluta en un contexto internacional determinado por la


derrota de Napoleón y la restauración del absolutismo en Europa.

 La restauración de todas las instituciones del Antiguo Régimen y del régimen señorial. Pero
estas instituciones son incapaces de hacer frente a la ruina de la Hacienda en un momento en el que los
movimientos independentistas en las colonias americanas exigían más recursos. Se rechaza cualquier
reforma fiscal que suponga hacer pagar a las clases privilegiadas.

 El descontento de los liberales y de un sector del ejército (formado por antiguos guerrilleros) que
se va a manifestar mediante pronunciamientos militares (forma de rebelión en la que un jefe militar
se pronuncia o manifiesta públicamente a favor del cambio político) ante la escasa fuerza de la
burguesía para defender sus propuestas por vías legales. Se iniciaba así la práctica de la intervención
del ejército en la vida política que será un constante en la historia contemporánea de España. Los
intentos de Díaz Polier o el general Lacy para acabar con el régimen por las armas fracasaron.

El Trienio Liberal (1820-1823)

El 1 de enero de 1820, triunfó el pronunciamiento del coronel Riego, que se sublevó en Cabezas
de San Juan (Sevilla) con el ejército que se dirigía a América para luchar contra los independentistas,
proclamando la Constitución de 1812. La insurrección se generalizó, obligando a Fernando VII a jurar la
Constitución de 1812 y a formar un nuevo gobierno que proclamó una amnistía que permitió el regreso
de liberales y afrancesados y convocó elecciones que fueron ganadas por los liberales.
Las nuevas Cortes, con mayoría de diputados liberales moderada, restauraron gran parte de
las reformas de Cádiz: supresión del régimen señorial, de los mayorazgos, Inquisición, creación de la
Milicia Nacional para defender el liberalismo, el restablecimiento de las libertades políticas etc. Pero la
labor del gobierno liberal durante el Trienio fue dificultada por:

 La oposición del rey: Fernando VII que había aceptado el nuevo régimen forzado por las
circunstancias paralizó las leyes que pudo recurriendo al derecho a veto que le otorgaba la
Constitución. Además conspiró contra el gobierno, buscando el apoyo de las potencias absolutistas
para acabar con el régimen liberal.

 El descontento de los campesinos que perdían derechos tradicionales al ser suprimidos los señoríos
y de la nobleza tradicional y la Iglesia que, perjudicadas por la supresión de diezmos y privilegios
estimularon la revuelta contra los gobernantes del Trienio. Los “realistas” (partidarios del rey y del
absolutismo) que protagonizaron varios sucesos para restablecer el absolutismo: la sublevación de la
Guardia Real, la organización de fuerzas guerrilleras (partidas) absolutistas en el País Vasco y Navarra,
así como la creación de un gobierno paralelo en Cataluña, cerca de la frontera, “la Regencia de Urgel”,
que pretendía actuar como gobierno legítimo mientras durara la “cautividad” del rey por los liberales.
Finalmente el ejército la disolvió.

Prof: Rosa Lledó LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN


 La división de los liberales en dos grupos:
- Los moderados o doceañistas, partidarios de introducir reformas en la Constitución que la
hicieran más conservadora para evitar el enfrentamiento con el rey.
- Los exaltados o veinteañistas, que la querían mantener y defendían posturas más progresistas.

En 1823, Fernando VII pidió expresamente ayuda a las potencias de la Santa Alianza, que,
temerosas de que la revolución se extendiera al resto de Europa, encargaron a Francia enviar un ejército,
los “Cien Mil Hijos de san Luís”, al mando del duque de Angulema, que, apoyados por los realistas
españoles, entraron en territorio español y repusieron a Fernando VII como rey absoluto sin apenas
resistencia.

La vuelta al absolutismo. La “década ominosa” (1823-1833)

Fernando VII declaró nulos todos los actos del gobierno durante el Trienio Liberal y restauró de
nuevo el absolutismo. Sin embargo, el régimen absolutista se fue moderando, buscando cierta
modernización más similar al despotismo ilustrado del siglo anterior. Esta vez no se restauró la Inquisición
y se introdujeron algunos ministros reformistas. La década se caracteriza por:

 La represión: los liberales tienen que exiliarse o son fusilados. La ejecución de Mariana Pineda por
bordar una bandera liberal se convertirá en un símbolo para los liberales. Se abole la Milicia Nacional y
se crea un cuerpo de voluntarios realistas.

 Los graves problemas económicos: A los tradicionales problemas de la Hacienda se sumaba la pérdida
definitiva de las colonias. Se llevan a cabo algunas reformas buscando la colaboración de la burguesía
industrial y financiera.

 Una gran tensión política : tanto por las conspiraciones liberales como por las de los apostólicos,
(nombre con el que se designó al sector más ultraconservador de los absolutistas opuestos a cualquier
cambio y descontentos con el monarca) que se agrupan en torno al hermano del rey, Carlos María
Isidro, y su previsible sucesor, ya que Fernando VII, después de tres matrimonios, no tenía
descendencia.

 El problema sucesorio: La Ley Sálica de los Borbones franceses, vigente desde Felipe V impedía el
acceso al trono de las mujeres. En 1830, Fernando VII, tras un cuarto matrimonio y en previsión de
que el hijo que espera sea niña, derogó dicha ley mediante la Pragmática Sanción y así, a su muerte
su heredera será su hija Isabel. Su hermano consideró ilegal esta medida que le privaba del trono en
torno a él se agruparon los grupos absolutistas, los llamados carlistas, que defenderán los derechos
sucesorios de Don Carlos.

María Cristina, regente durante la enfermedad del rey, buscó apoyos en los liberales y formó un
nuevo gobierno de carácter reformista. El mismo día de la muerte del rey, Carlos María Isidro de Borbón,
su hermano, se proclamaba rey de España, iniciándose la primera guerra carlista.

LA EMANCIPACIÓN DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA 1810-1824.

El crecimiento económico del s. XVIII favoreció el desarrollo de un poderoso grupo criollo


(descendientes de españoles nacidos en América), que va a protagonizar el proceso de independencia,
descontentos porque se les impedía el acceso a los cargos públicos, perjudicados por los fuertes impuestos
y por el monopolio comercial español que les impedía el comercio con otros países. La difusión de las
ideas liberales y el ejemplo de Estados Unidos influirán en su deseo de emancipación. Las clases bajas –
indios, negros y mestizos-quedaron marginadas del proceso.

La primera fase se desarrolla entre 1808 y 1814. La Guerra de la Independencia representó el


comienzo de la emancipación americana. Al igual que sucedió en la península, ante la ausencia de un poder
legítimo, se organizaron Juntas de Gobierno que ejercieron su autoridad en nombre de Fernando VII.
Pronto modificaron su postura y viraron hacia el independentismo, aprovechando el aislamiento con la
península. En 1814, terminada la guerra, Fernando VII, reaccionó enviando un ejército con el que
consiguió, en parte, controlar el movimiento independentista americano.

La intransigencia de la monarquía española de los años posteriores respecto a las pretensiones de


autonomía de las colonias impulsó una segunda fase en el movimiento independentista, entre 1816 y
1824 que conseguirá su objetivo por la unión de varios factores:

 Lideran el movimiento dos figuras militares importantes: Simón Bolívar y José de San Martín.

Prof: Rosa Lledó LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN


 El ejército que pretende enviar el gobierno español se subleva con el comandante Riego,
impidiendo la llegada de refuerzos a América.
 Durante el Trienio Liberal se descuidó el movimiento independentista ya que se pensó que la
insurrección se acabaría una vez que España estuviera gobernada por los mismos principios
liberales que aquella defendía.
 Los rebeldes americanos contaron con la ayuda inglesa y norteamericana.

 San Martín, después de conseguir la independencia de Argentina (1816), cruzó los Andes, derrotó a
los españoles en Chacabuco y propició la Independencia de Chile (1818).
 Las campañas de Simón Bolívar en el norte con los triunfos en Boyacá (1819) y Carabobo (1821)
permitieron la liberación de Ecuador, Venezuela y Colombia.
 En México, el movimiento independentista liderado por Agustín de Iturbide triunfa en 1822.
 La emancipación del virreinato de Perú fue la última en consumarse. Sucre, en la batalla de Ayacucho,
derrotaba al último ejército español, lo que originó la independencia definitiva de Perú y Bolivia en
1824.

Cuando acabó el reinado de Fernando VII, el inmenso imperio colonial de antaño había quedado
reducido a Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

Consecuencias: La independencia de las colonias americanas supone para España la pérdida de


una importante fuente de ingresos lo que agrava los problemas de Hacienda, pierde también un inmenso
mercado lo que afecta a todas aquellas industrias y productos que se habían beneficiado del monopolio
español, pero no constituyó ninguna tragedia para la agotada monarquía española, su mantenimiento
hubiera exigido unos niveles de desarrollo económico que España no poseía.

Prof: Rosa Lledó LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

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