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Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

Facultad de Filosofía y Educación


Instituto de Historia

1º Control de Lectura

Cátedra: Chile: Independencia y Formación del Estado


Profesor: Ricardo Iglesias
Ayudantes: Alexandra Lazo Tapia – Gabriel Hoecker Gil
Alumno: Daniel Arancibia
Fecha: 8 de abril 2011
A.- Referencia bibliográfica de los textos.

1.- Jocelyn-Holt, Alfredo, “La independencia de Chile”, Editorial Mapfre, 1994.


2.- Gabriel Salazar, “Construcción de Estado en Chile (1760-1860)”, Editorial Sudamericana, Santiago,
Chile, 2005.
3.- Collier, Simon, “Ideas y política de la Independencia Chilena: 1808-1833”, Editorial Andrés Bello,
Santiago, Chile, 1977.

B.- Semblanza Intelectual de los autores.

1.- Alfredo Jocelyn-Holt.


Historiador chileno de la línea historiográfica más crítica hacia la historiografía conservadora. Se
caracteriza por sus estudios acerca de la aristocracia y élites chilenas y su rol en la conformación del
Estado chileno, además de ser muy crítico respecto a la idea de una verdadera “nación”1. Además,
puede considerarse como un historiador liberal, al criticar las viejas líneas historiográficas chilenas.

2.- Gabriel Salazar.


Historiador chileno. Se caracteriza por sus estudios dedicados a la historiografía de carácter social y
política en los últimos tiempos. Además de centrarse sus estudios en el rol histórico-social que posee el
“sujeto popular” en la historia de Chile, pero entendiéndolo no como un obrero de tipo industrial, sino
que más bien, aquellas personas comunes y corrientes que estuvieron presentes en los grandes procesos
históricos de Chile. “Su principal herramienta teórica es un marxismo hegeliano vinculado a la escuela
historiográfica de E. P. Thompson (Inglaterra)”2.

3.- Simon Collier:


Historiador inglés. Se dedica a estudiar la historia de Chile y la cultura de América desde sus estudios
en la Universidad de Cambridge, en una investigación que tenía como objeto estudiar la
“independencia de Chile”, como forma de poder tener un material de esa índole en la legua
anglosajona. Sus estudios y líneas historiográficas son muy objetivas, ya que, no está sujeto a la
autodeterminación como los historiadores chilenos, además de que se basa en investigar la élite chilena
en la conformación del Estado-nación chileno3.

C.- Exposición de las tesis o argumento desarrollado en los textos.

1.- Alfredo Jocelyn-Holt: Plantea que España y su imperio ya venía entrando, en el s. XIX en un
proceso de decadencia y que las reformas borbónicas tratan de consolidar el esquivo poder que tenía
éste sobre las colonias, a fin de centralizar todo ámbito concerniente a ellas. Esto provoca que la
población criolla de Chile caiga en un descontento general, que además se agrava por el monopolio
comercial, lo cual genera un conflicto de intereses en las élites locales. Éstas podrán afianzar su
autonomía política cuando la Corona española cae presa de las invasiones napoleónicas. Se usa la Junta
de Gobierno, no como intento de independizarse, sino más bien de construir un nuevo modelo u orden
a futuro en Chile; se provoca así conflicto de interés entre los partidarios de la corona y los que
buscaban una república consolidada y generar un “liberalismo” en todo ámbito (lo atractivo del
republicanismo y como ayuda a la legitimación del poder de las élites, de ser locales a una élite
afianzada y cohesionada).

1
http://es.wikipedia.org/wiki/Alfredo_Jocelyn-Holt; 7 de abril de 2011, 16:41 hrs.
2
http://es.wikipedia.org/wiki/Gabriel_Salazar; 7 de abril de 2011, 16:49 hrs.
3
"Entrevista a Simón Collier", http://www.unabellezanueva.org/simon-collier/; 7 de abril de 2011, 17:18 hrs.
2.- Gabriel Salazar: Su planteamiento parte de una conferencia de 1990, donde se discutía sobre el
futuro del régimen político en Chile. Sobre el presidencialismo y el parlamentarismo, más el rol que
debe cumplir la ciudadanía en la construcción de una legitimación de un sistema político determinado,
que además debe tener conocimiento o “memoria política” respecto de su historia, aparte de
desmitificar a los héroes de la patria y dilucidar, por ejemplo, lo ocurrido con el centenario de Chile
(1910), mitos historiográficos, cómo un grupo usa los “héroes patrios” para legitimarse en el poder y
además de cuestionar el sistema portaliano-liberal y su legitimación en la década de 1980, con lo que
denomina el autor como “obra neoportaliana”.

3.- Simon Collier: Plantea que la cohesión de las clases altas y/o criollas en el siglo XIX, crean un
camino o que facilitó la consolidación de un estado nacional viable, además de un estado-nación con
cierto éxito económico y comercial. Cabe señalar además que en aquel siglo, esto surge netamente por
el descontento de los criollos ante las reformas borbónicas tales como el nombramiento de cargos
públicos sólo a “peninsulares”, su exclusión de la participación en los cabildos, además del monopolio
comercial del Virreinato del Perú y centralización de la economía de la colonia de Chile, la expulsión
de los jesuitas (provocando el descontento de los criollos, pero que provocó la exaltación del
sentimiento patriótico criollo) y también considerar que el contrabando, en los puertos chilenos, tuvo
una fuerte influencia en lo que llamaría el autor, “infiltración de ideas nuevas”, como las ideas de la
Ilustración, los ideales de la revolución francesa y la circulación, escasa, de textos ilustrados en manos
de algunos criollos de clase alta.

D.- Análisis personal.


Desde una perspectiva ya más general de los textos, los autores proponen tesis interesantes y además
bastante claras acerca de cómo fue el proceso de independencia de Chile o al menos la forma en que
podría ser abordado desde un punto de vista no tan conservador ni oficial como lo es la línea
historiográfica de mitificar los “héroes” y las batallas, como una especie de historia acerca de meros
hitos bélicos. Uno de los puntos centrales que cabe mencionar, en los autores como Collier y Jocelyn-
Holt es que ambos plantean el hecho de que los criollos no querían o no tenían en sus planes un fin
emancipador de España, dado que el régimen imperante era bastante grato para ellos y sus actividades,
como las económicas. Esto cambia con las reformas borbónicas, lo cual da para pensar que tuvieron un
fin netamente de centralizar todo aspecto de las colonias en el aparato burocrático del Imperio español,
por consiguiente, provocando una serie de crisis para los poderes locales afianzados en las colonias,
pues esto atentaba directamente a sus libertades de acción, como por ejemplo, los intercambios
comerciales ante el creciente monopolio del virreinato del Perú, por ejemplo, además de provocar un
fuerte ascenso del contrabando.

Una pregunta central entonces, que atraviesa toda la línea de los autores, es ¿fue el proceso de
independencia realizado por los sectores populares o por una élite privilegiada que buscaba legitimar
sus intereses como intereses de “Estado”? O también se puede presentar otra interrogante, ¿realmente
la Primera junta de gobierno tuvo un carácter emancipatorio de la Corona española? ¿Qué rol tuvo la
elite criolla chilena en el proceso de independencia? Y por último, ¿podemos hablar también de una
revolución en Chile?

Reflexionando acerca de los textos y teniendo en cuenta a Jocelyn-Holt, la elite chilena criolla del siglo
XIX no deseaba en un principio una independencia de España, tan sólo fue un hecho accidental o más
bien, una sucesión de hechos. Además cabe señalar que: “el cúmulo de problemas y deficiencias que
minaron el sistema imperial durante las últimas décadas del dominio español lo debilitaron pero no
terminaron con él. Le restaron legitimidad pero no produjeron el colapso final. Crearon a lo sumo una
suerte de impasse que se resolvería únicamente al caer la monarquía”4, por tanto, las condiciones en
las que estaba la monarquía española eran propicias para que la élite criolla pudiera intentar forjar una
nueva especie de legitimidad en su poder, el cual le fue de a poco arrebatado por las reformas
centralizadoras y excluyentes, como por ejemplo como el hecho de que los cargos públicos fuesen
electos para los “peninsulares” y no por sufragio o alguna participación igualitaria de los criollos en el
cabildo.
Reflexionando acerca de ello, la élite criolla estaba muy dividida en el momento de la dinastía
borbónica, es decir, muy segregada como para tratar de tener alguna resistencia ante las reformas
impuestas, pero una vez que el escenario político da un giro con la invasión napoleónica en España y la
abdicación de Fernando VII, dejando una especie de “vacío” en el ejercicio del poder de la Corona
española sobre América. Las élites se cohesionan como forma de poder mantener a la colonia, leal a la
Corona española hasta que el rey regrese, además esto brinda la oportunidad de velar por sus intereses
y consolidar el poder local que fue derruido por la burocracia borbónica. Pero antes de ello, habían
numerosos conflictos de interés producto que no eran aún “gran elite cohesionada”, como lo será
después y que además plantea en una entrevista Simon Collier sobre los estudios que realizó acerca de
la independencia5.
Como elemento posterior que se generó a partir de las discrepancias de legitimación del poder de
algunas élites, además de la conformación de una Junta de gobierno provisoria, surgen los conflictos
armados, destitución y golpes a gobernadores, además de plantear una serie de reformas al territorio
chileno, como forma de revertir de alguna manera las reformas borbónicas y de separar los asuntos
4
Jocelyn-Holt, Alfredo, “La independencia de Chile”, Editorial Mapfre, 1994, página 134.
5
“Entrevista a Simón Collier”, op. Cit., 7 de abril de 2011, 17:18 hrs.
estatales de los eclesiásticos, como la creación de “cementerios laicos” y elementos relacionados a lo
civil. No fue una historia “calmada”, de consensos ni tampoco de fuerte diálogo pacífico entre las elites
y diversos sectores políticos partidarios de la monarquía como lo señalan los textos escolares. En mi
parecer, tampoco podemos hablar de una revolución pues no se generaron cambios tan drásticos en un
corto período de tiempo, pero si hubo conflicto armado en el territorio nacional, además de distintos
caudillos como los hermanos Carrera o también figuras autoritarias como Portales.

¿De qué forma los criollos toman consciencia de la república como un nuevo modelo de legitimar su
poder? Muchas de las elites locales tenían acceso, al menos las más poderosas, a estudiar en el
extranjero, en países como Francia o Inglaterra donde las ideas de la Ilustración e ideales
revolucionarios recientes (revolución francesa o también la independencia de los Estados Unidos)
comienzan a influenciar mucho en la perspectiva de los criollos. Luego éstos traen todo el semillero de
ideales a Chile, y se comienza a esparcir muy rápidamente, en especial, el concepto de “república”,
pues es un medio perfecto en el que la elite puede legitimarse en el poder junto con sus intereses
propios. Otro ámbito de influencia, es el “contrabando de ideas”, marcado por las numerosas
embarcaciones de piratería y mercado negro, producto del monopolio comercial de las colonias
(principalmente navíos ingleses y franceses) que generaban un cuestionamiento al sistema monárquico
imperante desde los estratos más medios como lo son los pequeños y grandes comerciantes marítimos.
En sí, el proceso de independencia chileno tiene una serie de factores que influenciaron en su
conformación, pero fue el rol de las élites el primordial, por las siguientes razones: la élite tenía los
recursos como para instruirse de forma adecuada respecto a las nuevas tendencias republicanas y de
representatividad, tenía intereses implicados en las reformas borbónicas que resultaron directamente
afectados, en especial el aspecto económico que se vio denigrado por el monopolio comercial y el gran
afán centralizador de los Bourbon. Además está el factor político de que la Corona española no tenía
forma de fiscalizar en tiempo real todo lo que se hacía en las colonias salvo por el ámbito jurídico,
como la exclusión de los criollos en cargos públicos.

A modo de conclusión, el proceso de independencia y todo lo que implicaba consigo no fue un plan
ideado por la élite, fue de alguna manera totalmente casual y se fue dando a medida que los hechos
comenzaban a suceder. También despejar el mito de la realidad de los “héroes patrios” que defendían el
interés de los sectores populares, pues uno de los aspectos en que los autores tratados fueron enfáticos
fue que los sectores populares no fueron partícipes del proceso de independencia, ya sea por mero poco
interés en ello, por su escasa participación política o bien porque no se les dio el espacio suficiente para
plantear sus planteamientos; todo fue producto de élites que buscaron en el vacío de la abdicación de
Fernando VII una oportunidad para legitimarse en el poder bajo nuevos símbolos y sistemas políticos,
siendo la república uno de los proyectos y construcciones más exitosas de esta época ya que no sólo las
élites fueron cohesionadas (a la fuerza o no) por ello, sino que inclusive los sectores más bajos de la
sociedad colonial del siglo XIX le entregaron legitimidad también al no cuestionarlo ni tampoco
participar de aquel proyecto como seres con consciencia histórica, aunque esto cambiaría a fines del
siglo con el tema de la “cuestión social”, pero ese es otro tema.
La corona española finalmente perdió sus colonias, no por revoluciones inmensas, tampoco por grandes
caudillos que unificaron a las masas, simplemente fue por culpa de una serie de reformas político-
administrativas que buscaron centralizar a corto plazo todo ámbito de las colonias, pero que durante el
tiempo no se sostendrían producto de la ineficiencia de fiscalización, las grandes derrotas de España
con los ingleses, su rol de privar a los criollos de la participación de poseer cargos públicos y además
por no tomar en consideración los intereses propios de las élites locales y la influencia que podían tener
en el territorio, si se llegasen a cohesionar e instruir acerca de nuevas formas de consolidar el poder.

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