Está en la página 1de 2

Precauciones

Prepare el lugar
Las entrevistas con adultos mayores pueden llevarse a cabo en diversos
entornos (por ejemplo en un hospital, un hogar geriátrico o un parque. Cada
uno de estos lugares impone exigencias únicas al entrevistador y al
entrevistado. Las entrevistas llevadas a cabo en instituciones médicas
tienden a ser breves, pues los profesionales de la salud encargados de cuidar
a los adultos mayores suelen evitar que sus pacientes estén expuestos a
entrevistas que pueden agotarlos, pero a su favor tendrá la posibilidad de
preguntarle al médico después alguna información adicional sobre el
entrevistado.
Por otra parte, si un adulto mayor puede ser entrevistado en entornos
residenciales, como centros de retiro, una limitación a tener en cuenta es la
falta de privacidad, pues en muchas ocasiones viven en habitaciones
compartidas o solo pueden ser entrevistados en las zonas sociales.
Gánese su confianza
La confianza con el entrevistador es la clave para que el entrevistado se
muestre dispuesto a revelar información valiosa. Tenga en cuenta que al
entrevistar a adultos mayores, les estamos poniendo en una situación que no
es habitual para ellos. Ellos esperan que usted no responda negativamente
ante la información que le están revelando, y que al final, la entrevista
termine siendo algo positivo para ellos. Si tiene preguntas que pueden ser
difíciles de responder, altérnelas con otras fáciles. Mantenga un tono cálido y
cercano en la comunicación, advirtiendo si va a abordar algún asunto que
pueda ser sensible en la conversación.
Cuide el lenguaje utilizado
La entrevista debe realizarse a un nivel de comprensión que sea adecuado
para el adulto mayor. Se deben evitar los términos de jerga popular,
expresiones callejeras y el argot popular. Reformule las preguntas según vea
necesario, para asegurarse de que el entrevistado entienda de qué le está
hablando.
Limite la duración de la entrevista
Las entrevistas con adultos mayores a menudo toman más tiempo que con
personas más jóvenes, dado que los primeros tienen velocidades de
procesamiento más lentas e historias más largas. Las entrevistas más largas
pueden causar fatiga tanto en el entrevistado como en el entrevistador. Será
entonces necesario dividir la entrevista en varias sesiones y priorizar el orden
de las preguntas (es decir, comenzar con las preguntas más importantes).
Los adultos mayores son propensos a contar historias y a extenderse en ellas.
Por esto es recomendable plantear al principio los objetivos de la entrevista,
advertir las limitaciones de tiempo y discutir la importancia de no perder el
foco de la entrevista. Los entrevistadores pueden sentirse incómodos al
interrumpir y reorientar al cliente, pero hacerlo con cortesía a menudo no
obstaculiza la conversación y la hace más dinámica.
No tenga miedo de preguntar varias veces
Algunos adultos mayores pueden olvidar la pregunta o perderse en la idea
que estaban diciendo. Repetir la pregunta según sea necesario es apropiado.
Finalmente, permita un tiempo adecuado para las respuestas. Si es
demasiado prolongada y no ha obtenido la información que esperaba,
busque reformular la pregunta para obtener una respuesta más concreta.

También podría gustarte