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Reseña sobre la situación actual de los líderes sociales en Colombia

En Colombia, ser una persona que defiende la vida es ponerle el pecho a la brisa, enfrentar las
problemáticas de la sociedad, de la comunidad, y hablar por los que no tienen voz o por los que no
tienen el valor para salir al frente y reclamar sus derechos. Estamos ante una dictadura corrupta,
que está matando a valiosos héroes que defienden con su vida la protección del medioambiente y
las grandes riquezas que posee Colombia. Es un hecho que muchos medios comprados no
difunden ya que estos velan por los intereses de una oligarquía clasista y asesina.

El Estado es cómplice, coautor, impulsor del asesinato de quienes luchan contra los que explotan y
extraen enormes ganancias de la riqueza de la naturaleza y la explotación del hombre.

Gran parte de los homicidios de líderes sociales tienen participación de miembros de la fuerza
pública, (Policía y Ejército Nacional), lo que está pasando hace parte de la estrategia, de quienes
quiere destruir los acuerdos de paz, de quienes quieren perpetuar la guerra y la impunidad. El
Estado ha perdido su posición frente a sus ciudadanos y en especial de los que están en
condiciones de vulnerabilidad.

Esto lleva ya más de quinientos años, de continuadas refriegas en guerras sangrientas; 300 años
contra los ejércitos españoles y 200 años entre propios hermanos colombianos.

Tenemos que hacer ver a nuestros gobiernos que están ahí para servir al pueblo soberano como
propietarios de todo lo público. Tenemos que hacer ver a los guerrilleros que no tienen derecho a
amenazar ni secuestrar y mucho menos arrebatar la vida a nada ni a nadie, porque igualmente
están para servir. De lo contrario no hay función para la existencia ni de Estados ni de gobiernos ni
mucho menos de guerrillas, porque para servir, solo el ciudadano soberano se basta, sin
intermediarios algunos.

Con la voluntad se encontrarán fructíferas soluciones, con la razón, obligando a que uno ceda ante
el otro, aun firmando la paz, quedará un rescoldo que tarde o temprano volverá a encender la
mecha de los enfrentamientos sangrientos. Que sea la voluntad y no la razón; porque tanto una
parte como otra, poseen la misma intencionalidad, de servir al pueblo soberano en cada una de
sus necesidades.

Palabras de los líderes sociales en Colombia:

‘No podemos seguir ahogándonos en un océano de impunidad. Cada día trae nuevas amenazas y
ataques, y se profundizan los riesgos que estamos viviendo’
Reseña sobre la situación actual de los inmigrantes en Colombia

Varios informes anotan que antes de la llegada de la pandemia, cerca de 5.000 venezolanos huían
diariamente de su país. A partir de marzo de 2020, el flujo de salida por vías regulares se detuvo,
aumentaron los ingresos por vías irregulares y, entre marzo y septiembre, más de 140 mil
venezolanos se vieron obligados a retornar a su país por Colombia (134.000) y Brasil (8.000) al
perder los medios de vida en los países de acogida.

La paralización de la economía y las medidas tomadas durante la emergencia sanitaria


aumentaron las dificultades que enfrentan los migrantes y refugiados venezolanos y, por lo tanto,
los desafíos de atención, protección e integración de esta población vulnerable. Muchos de los
venezolanos retornados fueron estigmatizados y criminalizados a su regreso.

Los informes destacan que el 2020 cerró con un total de 5.4 millones de venezolanos desterrados.
Esto incluye el incremento en el número de ingresos por vías irregulares, así como el creciente
número de venezolanos que desaparecen o fallecen intentando llegar a alguna isla del Caribe.

Respecto al año 2021, de los casi dos millones de venezolanos que hay en el país, el 90% vive de la
economía informal y 56% no cuenta con un estatus migratorio regular, según cifras oficiales. Eso
impide que, entre otras cosas, puedan recibir servicios sociales y económicos del Estado, que
tengan un empleo formal, que arrienden un inmueble, que abran una cuenta de banco, que
accedan al sistema de salud público o que, cuando se dé la oportunidad, sean vacunados en contra
el covid-19.

Según el plan del gobierno, los migrantes venezolanos que entren al esquema transitorio tendrían
10 años para normalizar su estatus.

El tema de salud es un buen ejemplo para entender por qué es mejor un migrante formal a un
migrante informal; los venezolanos que se enferman solo están siendo atendidos por urgencias, lo
que es costoso e ineficiente tanto para el sistema como para el paciente. Pero, una vez asegurados
en el sistema de salud público, podrán seguir un tratamiento continuo y económico.

En sistemas anteriores de registro de migrantes, como el Permiso Especial de Permanencia, hubo


problemas con la asimilación de números de identificación de origen venezolano en el sistema
colombiano, lo que generó trabas a la hora de abrir cuentas de banco o acceder a la salud.

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