Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Compartir
Cuando la Sagrada Escritura dice de San José que era justo, ciñe con una
corona todas sus virtudes; mas, sin embargo, alaba de una manera especial
su fidelidad. San José fue fiel en el cumplimiento de toda la ley. Del mismo
modo que Nuestro Señor la cumplió hasta el último detalle, asimismo San
José no descuidó ningún punto de ella; cumplió con fidelidad hasta los más
mínimos deberes, respecto a Dios y a los hombres.
San José tuvo además esa virtud que caracteriza a los buenos servidores: la
ABNEGACIÓN. Él fue abnegado; no buscándose a sí mismo en nada y
consagrando todos los momentos de su vida al servicio de Nuestro Señor.
En interés de Él sacrificaba su reposo, su tranquilidad, su trabajo, sin
quejarse jamás, ni ocuparse en pensar en las consecuencias que esto le
acarrearía. Casi diría que su abnegación era infinita, es decir, que jamás
dijo: ¡Basta!, sino que se entregó sin reserva. La abnegación es la medida
del amor, está al mismo diapasón con la energía de nuestro amor; y cuando
amamos a alguien más que a nosotros mismos, entonces la abnegación no
tiene límites. San José se inmoló durante toda su vida, y se hubiera
considerado por demás feliz, de morir por atestiguar su amor a Nuestro
Señor. Y para que su abnegación fuese verdaderamente desinteresada, no
fue coronado ni recompensado aquí abajo.