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Primero tiene que arrepentirse de todos sus pecados e iniquidades. La iniquidad es la perversión moral.
Es un poquito de verdad y mentiras, buenos pensamientos y malos pensamientos. Esta mezcla lo separa
de Dios y usted debe arrepentirse de esto. Pídale al Espíritu Santo que le revele las áreas en su vida que
lo han separado de Dios.
Antes que Jesús regrese la iglesia debe estar en descanso. Esos serán los tiempos de refrigerio.
Cuando usted descansa es cuando Dios mejor trabaja. Cuando usted se rinda por completo a Dios verá
cómo lo sobrenatural se moverá en su vida.
“Mi Padre y mi Dios, hoy estoy ante ti. Reconozco que no he confiado en Ti. No he puesto mi fe en tus
promesas. Reconozco que he estado tratando de hacerlo en mi propia habilidad. Pero hoy las suelto.
Padre, te entrego todas mis preocupaciones. Todas las cosas que me preocupan, me cargan, me causan
ansiedad, las dejo ir. Te rindo todo. Te lo rindo a Ti. Yo creo ahora. Te autorizo a resolver cualquier
problema, cualquier situación que haya intentado solucionar por mi cuenta. Confío en Ti. Creo en Ti. Me
arrepiento de cualquier incredulidad. Me arrepiento de cualquier pecado, cualquier iniquidad en mi vida
que cause separación entre Tú y yo. Me arrepiento de cualquier iniquidad, cualquier perversión moral en
mi vida, perdóname, Jesús, límpiame con Tu sangre, límpiame ahora. En el nombre de Jesús, lo suelto.
Entro en tu descanso. No toco ese problema, esa situación, ahora está en tus manos. Amén”.