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Temas Cirugia Tomo1
Temas Cirugia Tomo1
CIRUGÍA
Tomo I
TEMAS DE
CIRUGÍA
Tomo I
La Habana, 2010
Datos CIP- Editorial Ciencias Médicas
Pardo Gómez
Temas de Cirugía/Gilberto Pardo Gómez
Alejandro García Gutiérrez † ...[y otros].
La Habana: Editorial Ciencias Médicas;
2010.
WO140
ISBN 978-959-212-638-1
ISBN 978-959-212-640-4 Obra completa
Autores
Jorge F. Abraham Arap
Especialista de II Grado en Cirugía General.
Capítulo 1. Homeostasis/ 1
Composición del cuerpo humano y respuesta al estrés quirúrgico/ 1
Alteraciones en la composición
corporal según la enfermedad/ 2
Almacenes de energía corporal/ 2
Respuesta homeostática a componentes específicos del trauma/ 3
Pérdida de volumen/ 3
Hipoperfusión/ 3
Inanición/ 4
Daño hístico/ 4
Infecciones/ 4
Respuestas a los procedimientos quirúrgicos electivos/ 4
Cambios endocrinos y sus consecuencias metabólicas/ 4
Estados de la recuperación quirúrgica/ 5
Modificación de respuestas posoperatorias/ 5
Respuesta al trauma accidental/ 5
Cuadro general y evolución/ 5
Señales que inician la respuesta al trauma/ 6
Fibras nerviosas sensitivas aferentes/ 6
Pérdida de líquido del compartimiento vascular/ 6
Sustancias circulantes/ 6
Integración señal y mecanismos efectores/ 6
Medio hormonal/ 6
Papel de las citocinas/ 6
Características de la fase de flujo de respuesta a heridas/ 7
Hipermetabolismo/ 7 Ancianidad/ 28
Alteraciones en el metabolismo proteico/ 7 Riesgo quirúrgico en el niño/ 29
Alteraciones en el metabolismo de la glucosa/ 8 Bibliografía/ 30
Alteraciones en el metabolismo de las grasas/ 8
Ajuste circulatorio/ 8
Bibliografía/ 8
PARTE II. REANIMACIÓN
Capítulo 2. Tratamientos preoperatorio y
posoperatorio/ 9 Capítulo 4. Shock/ 31
Preoperatorio/ 11 Clasificación/ 31
Preoperatorio mediato/ 11 Etiología/ 31
Estado psíquico del paciente/ 12 Patogénesis/ 32
Estado nutricional/ 12 Shock hipovolémico/ 33
Estado hemático/ 13 Semiología clínica de un paciente en estado
Estado del aparato cardiovascular/ 13 de shock/ 34
Estado del aparato respiratorio/ 14 Paciente en shock hipovolémico/ 34
Estado del aparato digestivo/ 14 Paciente en shock séptico/ 34
Función hepática/ 14 Diferencias fisiopatológicas entre el shock
Aparato genitourinario/ 15 séptico y el hipovolémico/ 34
Sistema endocrino/ 15 Shock cardiogénico/ 35
Estado de la piel/ 15 Etiología / 35
Preoperatorio inmediato/ 15 Respuesta orgánica compensatoria en el shock
Preoperatorio en las intervenciones de urgencia/ 16 cardiogénico/ 35
Posoperatorio/ 16 Shock neurogénico/ 36
Posoperatorio inmediato/ 16 Diagnóstico/ 36
Posoperatorio mediato/ 17 Repercusión del estado de shock en los distintos
Bibliografía/ 18 órganos y sistemas/ 39
Corazón/ 39
Capítulo 3. Riesgo quirúrgico/ 19 Cerebro/ 39
Riesgo quirúrgico y función respiratoria/ 19 Pulmón/ 39
Función cardiovascular/ 19 Riñón/ 39
Enfermedades endocrinas y metabólicas/ 22 Hígado y tracto gastrointestinal/ 39
Hipertiroidismo/ 22 Sistema hematológico/ 40
Hipotiroidismo/ 22 Conducta ante un paciente en estado de shock/ 40
Hipoadrenocorticismo/ 23 Medidas preventivas/ 40
Diabetes mellitus/ 23 Principios generales del tratamiento/ 40
Trastornos hematológicos/ 24 Guías para el manejo del shock/ 40
Función hepática/ 26 Tratamiento del shock en época de guerra/ 43
Función renal/ 26 Complicaciones del síndrome de shock/ 44
Desnutrición/ 27 Evolución y pronóstico/ 44
Obesidad/ 28 Bibliografía/ 44
Capítulo 5. Paro cardiorrespiratorio/ 45 Hipopotasemia/ 71
Conceptos esenciales en la reanimación Etiología/ 71
cardiopulmonar/ 45 Clasificación de la hipopotasemia según su causa/ 71
Frecuencia/ 46 Diagnóstico/ 71
Etiología/ 46 Tratamiento/ 72
Diagnóstico/ 47
Hiperpotasemia/ 72
Tratamiento/ 47
Etiología/ 72
Bibliografía/ 54
Clasificación/ 73
Capítulo 6. Trastornos del equilibrio Diagnóstico/ 73
hidroelectrolítico y ácido-base/ 55 Tratamiento/ 73
Anomalías de volumen/ 55 Hipocalcemia/ 75
Deshidratación o hipovolemia/ 56 Diagnóstico/ 75
Clasificación/ 56 Tratamiento/ 76
Deshidratación isotónica, isonatrémica o isosmolar Hipercalcemia/ 76
(mixta)/ 57 Etiología/ 76
Hiperhidratación, intoxicación hídrica o Cuadro clínico/ 76
hipervolemia / 60 Tratamiento/ 76
Clasificación/ 60 Hipomagnesemia/ 76
Etiología/ 60
Etiología/ 76
Diagnóstico/ 60
Cuadro clínico/ 77
Tratamiento / 61
Tratamiento/ 77
Anomalías de concentración/ 61
Hipermagnesemia / 77
Deshidratación hipertónica, hipernatrémica o
hiperosmolar/ 62 Etiología/ 77
Etiología/ 62 Diagnóstico/ 77
Fisiopatología/ 62 Tratamiento/ 77
Diagnóstico/ 62 Hipocloremia / 77
Complicaciones más frecuentes/ 64 Clasificación/ 77
Tratamiento / 64 Etiología/ 77
Deshidratación hipotónica, hiponatrémica Diagnóstico/ 78
o hiposmolar/ 66 Tratamiento/ 78
Manifestaciones asociadas a hiponatremia aguda/ 67 Hipercloremia/ 78
Clasificación/ 68 Etiología/ 78
Etiología/ 68
Clasificación/ 78
Cuadro clínico/ 68
Diagnóstico/ 78
Hiponatremia hipotónica con sodio corporal total
Tratamiento/ 78
bajo/ 69
Equilibrio ácido-base/ 78
Hiponatremia hipotónica con sodio corporal total y
líquido extracelular elevados/ 70 Interpretación de las alteraciones del equilibrio
Hiponatremia hipotónica con sodio corporal y ácido-base/ 79
líquido extracelular normal/ 70 Acidosis metabólica/ 81
Anomalías de composición/ 70 Clasificación de la acidosis metabólica/ 83
Etiología de la acidosis metabólica y mecanismos/ 83 Recursos de barrera/ 108
Fisiopatología/ 83 Bibliografía/ 110
Efectos de la acidosis metabólica/ 83
Diagnóstico/ 83 Capítulo 9. Anestesiología/ 111
Trastornos metabólicos mixtos/ 84 Tipos de anestesia/ 112
Acidosis láctica/ 85 Evaluación preoperatoria/ 112
Cetoacidosis / 88 Medicación preanestésica/ 113
Cetoacidosis diabética/ 88 Monitorización/ 114
Cetoacidosis alcohólica/ 89 Anestesia general/ 115
Alcalosis metabólica/ 90 Clasificación/ 115
Clasificación/ 90 Anestesia general intravenosa/ 116
Fisiopatología/ 90 Anestesia total intravenosa/ 117
Efectos de la alcalosis metabólica/ 90 Anestesia inhalatoria/ 117
Tratamiento/ 91 Anestesia por vía rectal/ 120
Estudios de balance / 93 Anestesia por vía intramuscular/ 120
Bibliografía/ 98 Complicaciones de la anestesia general/ 121
Anestesia regional/ 121
Anestesia raquídea/ 121
Anatomía/ 122
PARTE III. INTRODUCCIÓN Fisiología/ 122
A LOS PROCEDIMIENTOS QUIRÚRGICOS Técnica/ 122
Nivel anestésico/ 123
Capítulo 7. Asepsia y antisepsia/ 99 Complicaciones/ 123
Antecedentes/ 99 Contraindicaciones/ 124
Conceptos/ 101 Anestesia peridural (epidural o extradural)/ 124
Barreras de defensa del organismo/ 101 Anatomía/ 124
Fuentes de infección/ 101 Fisiología del bloqueo peridural/ 125
Piel del paciente/ 101 Complicaciones/ 125
Manos del cirujano/ 102 Indicaciones de la técnica peridural/ 126
Nariz y garganta del personal/ 103 Técnicas de anestesia peridural/ 126
Ropa quirúrgica/ 103 Fármacos utilizados por vía epidural/ 126
Factores ambientales: aire y medio ambiente/ 103 Anestesia local/ 126
Instrumentos quirúrgicos y material de sutura/ 104 Clasificación/ 126
Bibliografía/ 105 Indicaciones y técnicas/ 127
Anestesia tópica/ 128
Capítulo 8. Campo operatorio/ 106 Anestesia por refrigeración/ 128
Infección de la herida operatoria/ 106 Agentes anestésicos locales/ 129
Flora exógena y la endógena/ 106 Tratamiento del dolor posoperatorio/ 132
Factores modificables del paciente/ 106 Bibliografía/ 132
Sitio operatorio, sitio quirúrgico y Sala de Opera-
ciones/ 106 Capítulo 10. Instrumental, equipos, materiales
Campo operatorio y recursos de barrera/ 107 de sutura y protésicos utilizados en cirugía/ 134
Campo operatorio/ 107 Instrumentos en cirugía/ 134
Instrumental y equipos/ 134 Indicaciones/ 156
Clasificación/ 134 Técnica/ 156
Separadores / 137 Incisión y drenaje de una paroniquia/ 156
Separadores de lámina/ 138 Etiología/ 156
Instrumentos para punción/ 139 Evolución/ 156
Agujas y material de sutura/ 140 Formas de presentación/ 157
Distintas formas de anudar y tipos de suturas/ 141 Tratamiento/ 157
Puntos totales, subtotales o sutura de descarga/ 142 Prevención/ 158
Microcirugía/ 142
Hematoma subungueal/ 158
Materiales protésicos/ 144
Etiología/ 158
Bibliografía/ 145
Sintomatología/ 158
Diagnóstico/ 159
Complicaciones/ 159
PARTE IV. PROCEDIMIENTOS QUIRÚRGICOS MENORES Tratamiento/ 159
Bibliografía/ 159
Capítulo 11. Abordaje venoso y disección
de venas/ 147 Capítulo 14. Punciones/ 160
Anatomía del sistema venoso periférico / 147 Punción abdominal/ 160
Abordaje de una vena periférica/ 148 Indicaciones/ 160
Indicaciones y técnicas/ 148 Técnica/ 160
Abordaje de una vena profunda/ 148 Punción pleural/ 162
Indicaciones/ 148 Indicaciones/ 162
Vías de acceso/ 149 Técnica/ 163
Técnica del procedimiento/ 149 Pleurostomía mínima/ 164
Complicaciones del abordaje venoso profundo/ 152 Indicaciones/ 164
Disección de una vena periférica/ 152 Técnicas/ 164
Técnica de la venodisección/ 152 Punción pericárdica/ 165
Cuidados posoperatorios/ 153
Recuento anatómico/ 165
Complicaciones de la técnica de disección
Síndrome pericárdico/ 165
de vena/ 153
Indicaciones de la punción pericárdica/ 166
Bibliografía/ 153
Técnica de la punción pericárdica/ 166
Capítulo 12. Extracción de cuerpos extraños de Complicaciones/ 167
la piel y el tejido celular subcutáneo/ 154 Bibliografía/ 169
Extracción de un anillo de un dedo / 154
Conducta/ 154 Capítulo 15. Traqueostomía/ 170
Extracción de un anzuelo de las partes blandas Indicaciones/ 170
superficiales/ 154 Recuento anatómico/ 171
Bibliografía/ 155 Técnica de la traqueostomía/ 171
Cuidados posoperatorios/ 174
Capítulo 13. Operaciones sobre los dedos/ 156 Complicaciones posoperatorias/ 175
Extracción de una uña/ 156 Bibliografía/ 175
Capítulo 16. Tratamiento quirúrgico de la Capítulo 20. Tratamiento de una trombosis
herida/ 176 hemorroidal/ 202
Heridas/ 176 Tratamiento/ 202
Clasificación/ 176 Técnica quirúrgica/ 202
Heridas incisas/ 176 Bibliografía/ 202
Hemostasia/ 177
Capítulo 21. Incisión y drenaje de abscesos/ 203
Ligaduras y suturas vasculares/ 178
Indicaciones/ 203
Técnica de las ligaduras/ 178
Técnica/ 203
Técnicas de suturas/ 178
Bibliografía/ 204
Prioridades de tratamiento/ 179
Desbridamiento de una herida contusa/ 180 Capítulo 22. Sondas y drenajes en cirugía/ 205
Atención en un medio extrahospitalario/ 180 Sondas en cirugía/ 205
Atención en un medio hospitalario/ 181 Drenajes en cirugía/ 209
Bibliografía/ 186 Clasificación/ 209
Bibliografía/ 210
Capítulo 17. Inmovilización de una fractura/ 188
Conceptos relacionados/ 188 Capítulo 23. Ostomías/ 211
Inmovilización en los miembros/ 189 Tipos de ostomías/ 211
Inmovilización de urgencia o para el transporte/ 189 Ostomías según su localización/ 212
Principios que rigen las inmovilizaciones/ 190 Esofagostomía/ 212
Inmovilización para miembros superiores/ 190 Indicaciones/ 212
Inmovilizaciones para miembros inferiores/ 191 Técnica/ 212
Gastrostomía/ 212
Inmovilización en fracturas de columna/ 191
Indicaciones/ 212
Bibliografía/ 192
Técnica/ 213
Duodenostomía/ 215
Capítulo 18. Curaciones y vendajes/ 193
Indicaciones/ 215
Curaciones/ 193
Técnica/ 215
Vendajes/ 194
Yeyunostomía/ 215
Bibliografía/ 198
Indicaciones/ 215
Técnica/ 216
Capítulo 19. Exéresis de pequeñas
Ileostomía/ 216
tumoraciones/ 199
Indicaciones/ 216
Quiste triquilemal y epidérmico/ 199
Técnica/ 216
Indicaciones/ 199
Colostomías/ 217
Tratamiento de la infección/ 199
Indicaciones/ 217
Técnica de la resección/ 199
Técnicas/ 218
Exéresis de un lipoma del tejido celular subcutáneo/ 199
Colecistostomías/ 220
Indicaciones/ 199
Indicaciones/ 220
Preoperatorio/ 200 Técnica/ 220
Técnica de la exéresis/ 200 Coledocostomía/ 220
Bibliografía/ 201 Indicaciones/ 220
Técnica/ 221 Patogenia/ 236
Cuidados de las ostomías/ 221 Conducta inicial/ 237
Complicaciones de las ostomías/ 223 Atención prehospitalaria al lesionado/ 237
Necrosis/ 223 Primera fase/ 237
Separación mucocutánea/ 224 Segunda fase/ 239
Retracción/ 224 Tercera fase/ 240
Estenosis/ 224
Cuarta fase/ 241
Hernia paraostomía/ 224
Situaciones especiales/ 242
Prolapso/ 224
Atención intrahospitalaria al lesionado/ 242
Hemorragia/ 225
Revisión vital o primaria/ 242
Infecciones cutáneas/ 225
Bibliografía/ 246
Bibliografía/ 225
Diagnóstico/ 349
Pronóstico y complicaciones/ 349 Capítulo 36. Quistes y tumores de la piel
Tratamiento/ 349 y de los tejidos blandos superficiales/ 365
Hidradenitis/ 351 Quistes triquilemales (sebáceos) y epidérmicos/ 365
Patogenia/ 351 Quiste triquilemal/ 365
Anatomía patológica/ 351 Patogenia/ 366
Diagnóstico diferencial/ 351 Anatomía patológica/ 366
Tratamiento/ 351 Sintomatología/ 366
Absceso caliente/ 352 Evolución y complicación/ 366
Causa/ 352 Diagnóstico/ 367
Anatomía patológica/ 352 Quiste epidérmico/ 367
Patogenia/ 352 Anatomía patológica/ 368
Evolución/ 353 Sintomatología/ 368
Diagnóstico diferencial/ 353 Evolución y complicaciones/ 368
Diagnóstico/ 368 Tratamiento/ 385
Tratamiento/ 368 Pronóstico/ 386
Tumores cutáneos/ 368 Sarcoma de Kaposi/ 386
Tumores benignos/ 369 Enfermedad pilonidal/ 386
Nevus pigmentario/ 369 Etiología/ 386
Hemangiomas (nevus vascular)/ 370 Frecuencia/ 387
Linfagioma cutáneo/ 371 Fisiopatología/ 387
Fibroma cutáneo/ 371 Anatomía patológica/ 387
Queratoacantoma/ 371 Formas clínicas/ 387
Queloide/ 372 Diagnóstico/ 387
Tumores dependientes de los órganos anexos de Evolución/ 388
la piel/ 373 Complicaciones/ 388
Adenomas/ 373 Pronóstico/ 388
Verrugas víricas/ 373 Prevención/ 388
Tumores malignos/ 374 Tratamiento/ 388
Cáncer de la piel/ 374 Bibliografía/ 389
Carcinoma basocelular/ 374
Carcinoma espinocelular/ 375 Capítulo 37. Enfermedades quirúrgicas
Epiteliomas de los órganos anexos de la piel/ 375 de la glándula tiroides/ 391
Melanoma/ 376 Embriología/ 391
Tumores metastáticos/ 377 Tiroides aberrante lateral/ 392
Consideraciones finales de los tumores cutáneos/377 Anatomía/ 392
Tumores de las partes blandas superficiales/ 378 Aponeurosis cervical/ 393
Clasificación/ 378 Músculos pretiroideos/ 393
Diagnóstico de los tumores de partes blandas/ 379 Vascularización/ 393
Tratamiento/ 381 Venas/ 393
Conducta que se debe seguir ante los tumores de Arterias/ 394
partes blandas superficiales/ 381 Fisiología/ 394
Lipoma del tejido celular subcutáneo/ 381 Metabolismo del yodo/ 394
Anatomía patológica/ 381 Síntesis de las hormonas tiroideas/ 394
Sintomatología/ 382 Mecanismos de regulación de la función tiroidea/ 395
Formas clínicas/ 382 Transporte de las hormonas tiroideas. Fracción
Evolución/ 383 unida a las proteínas y fracción libre/ 395
Tratamiento/ 383 Metabolismo periférico de las hormonas tiroideas/ 395
Tumor glómico/ 383 Mecanismo de acción de las hormonas tiroideas/ 396
Ganglión/ 384 Efectos de las hormonas tiroideas/ 397
Sarcomas de los tejidos blandos/ 384 Estudio de la función tiroidea/ 397
Manifestaciones clínicas/ 384 Pruebas diagnósticas/ 397
Diagnóstico/ 385 Pruebas de la función tiroidea/ 398
Estudio de los trastornos inmunológicos/ 400 Tratamiento/ 412
Estudios imagenológicos/ 401 Enfermedad de Plummer o bocio nodular tóxico/ 413
Estudio citológico/ 401 Causa e incidencia/ 413
Otros estudios/ 402 Anatomía patológica/ 413
Diagnóstico/ 402 Diagnóstico / 413
Diagnóstico diferencial/ 403 Tratamiento/ 413
Clasificación de las afecciones quirúrgicas de la Cáncer del tiroides/ 413
glándula tiroides/ 403 Incidencia/ 414
Bocio difuso no tóxico/ 404 Clasificación/ 414
Clasificación/ 404
Patogenia/ 414
Causa/ 404
Anatomía patológica/ 415
Diagnóstico / 405
Tumores bien diferenciados/ 415
Tratamiento/ 405
Carcinoma papilar/ 416
Tiroiditis/ 405
Carcinoma folicular/ 416
Tiroiditis supurativa aguda/ 405
Carcinoma medular/ 417
Causa/ 405
Carcinoma indiferenciado o anaplásico/ 417
Tratamiento/ 406
Linfoma/ 417
Enfermedad de Hashimoto/ 406
Causa/ 406 Diagnóstico del cáncer del tiroides/ 418
Diagnóstico/ 406 Pronóstico/ 418
Tratamiento/ 406 Tratamiento/ 418
Tiroiditis subaguda/ 406 Complicaciones/ 419
Evolución/ 407 Bibliografía/ 420
Diagnóstico/ 407
Tratamiento/ 407 Capítulo 38. Nódulo tiroideo/ 421
Tiroiditis de Riedel/ 407 Frecuencia/ 421
Tratamiento/ 407 Diagnóstico del nódulo tiroideo solitario/ 421
Hipertiroidismo/ 407 Diagnóstico diferencial/ 422
Causa/ 408 Conducta a seguir ante un nódulo tiroideo/ 423
Enfermedad de Graves-Basedow/ 408 Bibliografía/ 424
Causa/ 408
Incidencia/ 408 Capítulo 39. Quistes y fístulas del conducto
Fisiopatología/ 408 tirogloso/ 425
Anatomía patológica/ 409 Embriología/ 425
Diagnóstico de la enfermedad de Graves- Anatomía patológica/ 426
Bassedow/ 410 Diagnóstico positivo/ 426
Diagnóstico diferencial/ 411 Diagnóstico diferencial/ 426
Evolución/ 411 Tratamiento/ 426
Complicaciones/ 411 Complicaciones/ 427
Pronóstico/ 411 Bibliografía/ 427
Capítulo 40. Tumores de las glándulas salivales/ 428 Capítulo 42. Quistes y fístulas branquiales/ 441
Anatomía/ 428 Embriología/ 441
Clasificación/ 430 Quiste branquial/ 441
Diagnóstico/ 430 Anatomía patológica/ 441
Tratamiento/ 432 Diagnóstico/ 442
Bibliografía/ 433 Diagnóstico diferencial/ 442
Tratamiento/ 442
Capítulo 41. Tumores laterales del cuello/ 434 Complicaciones posoperatorias/ 442
Anatomía/ 434 Fístula branquial/ 443
Triángulos del cuello/ 434 Clasificación/ 443
Sistema vascular linfático/ 436 Anatomía patológica/ 443
Posible ubicación de las lesiones, según áreas Diagnóstico/ 443
anatómicas/ 437 Diagnóstico diferencial/ 444
Diagnóstico/ 437 Tratamiento/ 444
Tratamiento/ 440 Complicaciones posoperatorias/ 444
Bibliografía/ 440 Bibliografía/ 444
PARTE I
CAPÍTULO 1
HOMEOSTASIS
Dr. Nicolás Porro Novo
La palabra homeostasis se define como el proceso ventilación por minuto aumentan y el paciente se pone
fisiológico coordinado que mantiene la mayoría de los febril; se crean, en general, respuestas defensivas que
estados permanentes del organismo. Estos procesos o benefician al organismo y su recuperación.
respuestas homeostáticas son extremadamente com-
plejos e implican al cerebro, el sistema nervioso, cora-
zón, pulmones, riñones y bazo, los cuales trabajan de Composición del cuerpo humano
forma muy cooperativa para mantener la constancia y respuesta al estrés quirúrgico
del cuerpo.
El cuerpo está constituido por dos componentes:
Esta respuesta del organismo se produce frente a
acuoso y no acuoso. Las grasas del cuerpo y los sóli-
los traumas, heridas y operaciones electivas, lo que
permite al cuerpo humano responder frente a las di- dos extracelulares (matriz ósea, tendones, fascias y
versas situaciones de estrés con dramática resistencia, colágeno) llevan el nombre de porción no acuosa. La
por ejemplo: después de una herida los mecanismos de fase acuosa es en general la suma de tres comparti-
coagulación son activados para evitar la pérdida de mientos: agua extracelular, volumen sanguíneo y líqui-
sangre, los líquidos sanguíneos son desviados del com- do intracelular. Las células del cuerpo son mantenidas
partimiento extravascular para restaurar los volúme- dentro de la fase acuosa, y la masa heterogénea de las
nes de sangre, el flujo sanguíneo es redistribuido para células del cuerpo con el medio acuoso es llamada masa
asegurar la perfusión vital de los órganos y los apara- corporal magra (lean body mass).
tos respiratorio y renal compensan sus funciones para Por otra parte, la masa de células corporales no es
mantener la neutralidad del equilibrio ácido-base y la más que la porción del cuerpo metabólicamente activa
tonicidad del flujo sanguíneo; esto se acompaña ade- y está compuesta por masa corporal magra menos el
más con una importante respuesta inmunológica: los líquido extracelular (LEC). En la figura 1.1 se muestra
leucocitos se movilizan, se producen los macrófagos y la masa magra como el tejido que no contiene minera-
células T y las proteínas plasmáticas de fase aguda les ni grasas, mientras la masa de células corporales es
son sintetizadas en el hígado. Las células inflamatorias la masa magra sin el compartimiento de líquido
invaden el área afectada, crean un perímetro de de- extracelular. El agua corporal total es subdividida en
fensa y engullen las células muertas, así como otros agua extracelular e intracelular.
contaminantes de la herida. Los cambios locales son La masa corporal magra que está compuesta por
seguidos por alteraciones sistémicas en el proceso bio- 70, 20 y 10 % de agua, proteínas y minerales, respecti-
lógico del cuerpo y metabolismo; el gasto cardiaco y la vamente, es de gran importancia para el organismo y
para la supervivencia en el trauma. Las proteínas del Alteraciones en la composición
cuerpo están contenidas en la masa magra, principal-
mente como músculo esquelético; las enzimas que diri- corporal según la enfermedad
gen el metabolismo y los anticuerpos que mantienen Los componentes del cuerpo cambian según la
las funciones inmunes, son también proteínas. Por tan- enfermedad, por ejemplo, la obesidad aumenta la rela-
to, es la pérdida de estas últimas y no de grasas lo que tiva o absoluta cantidad de tejido adiposo, mientras la
produce la malnutrición, pues la síntesis de proteínas inanición disminuye las grasas y la masa corporal magra.
es esencial para cualquier reparación de tejidos. Pacientes con trastornos de fluido homeostático
presentan alteraciones en el tamaño de los comparti-
mientos acuosos; por ejemplo, un paciente con fallo
cardiaco congestivo tiene un volumen de líquido
extracelular expandido con un aumento del sodio cor-
poral cambiable total. Una respuesta común ocurre
también después de pérdida del protoplasma corporal.
Esto es caracterizado por la pérdida de masa celular
corporal estimada a causa de una disminución en el
potasio y una observable disminución de la masa mus-
cular esquelética, asociada con pérdida de grasa cor-
poral, expansión del compartimiento de líquido
extracelular y aumento en el total del sodio cambiable.
Así, el compartimiento de líquido extracelular aumenta
y la sal es retenida, mientras la masa corporal se reduce.
Estos cambios pueden ser exagerados en los pacientes
Fig. 1.1. Composición normal del cuerpo.
con fallo renal o cardiaco y pérdida de peso acelerada,
por lo que las soluciones de alto contenido en sodio se
La masa celular del cuerpo está compuesta por el deben administrar juiciosamente en estos casos.
esqueleto muscular, órganos viscerales y una porción
más pequeña de células que yacen en la periferia e
incluyen tejido conectivo, piel, células areolares y la Almacenes de energía corporal
masa de células rojas. El líquido extracelular es relati- Los componentes de la masa de células corporales
vamente limpio de potasio pero rico en sodio. Esta com- representan tejidos activos funcionales. Estas células
posición del cuerpo, en individuos normales, varía con y el tejido adiposo constituyen una forma de energía
la edad y el sexo (Tabla 1.1). almacenada. El mayor componente energético es la
grasa, que es una porción no hídrica del cuerpo y pro-
Tabla 1.1. Valores de referencia normales de la com- duce aproximadamente 9 cal/g. El componente proteico
posición del cuerpo humano del cuerpo es el siguiente mayor substrato pero produ-
ce mucho menos calorías que la grasa corporal, es decir,
Sexo
solo 4 cal/g. A causa de que la masa de células corpo-
Indicadores Masculino Femenino
rales es hidratada, las proteínas corporales expresa-
Peso corporal (kg) 70,0 60,0 das como potencial calórico son algo diferentes de las
Masa corporal magra (kg) 54,0 40,4 grasas en el peso; esto se debe a que los tejidos muscula-
Masa de células corporales (kg) 36,7 26,7 res hidratados contienen tres partes de agua y una de
Agua extracelular (L) 17,3 14,0 proteínas y producen solo 1 cal/g de proteína hidratada.
Agua intracelular (L) 22,1 15,5 Estas diferencias entre la grasa no hidratada y la
Total de agua corporal (L) 39,4 29,5 proteína hidratada resaltan la relativa ineficiencia de la
Proteínas (kg) 14,6 10,9 proteína corporal como fuente para transportar calorías.
Minerales (kg) 2,9 2,5 Durante el estado de catabolismo las proteínas se
Grasas (kg) 13,1 17,1 desintegran y son utilizadas para sintetizar glucosa; la
Total de agua corporal = agua extracelular + agua intracelular. conversión de aminoácidos a glucosa es una etapa ne-
Masa magra (lean body mass) = agua extracelular + proteínas. cesaria porque la maquinaria enzimática para conver-
Masa de células corporales = proteínas + agua intracelular. tir los ácidos grasos de cadena larga a glucosa no está
Peso corporal = masa magra (lean body mass) + minerales + grasa. presente en los humanos.
Capítulo 1. Homeostasis 3
Inanición das en los pacientes no infectados. Ambos procesos
causan fiebre, hiperventilación, taquicardia, gluconeo-
En muchos pacientes quirúrgicos la entrada de lí-
génesis alterada, aumento de la proteólisis y lipólisis,
quidos y nutrientes es interrumpida o inadecuada, o son
con la grasa utilizada como principal combustible. Si la
insuficientes las proteínas y energía administradas. infección es súbita y severa, la hipotermia y el shock
Cuando esto ocurre en una inanición simple se produ- séptico aparecen rápidamente (como sucede en la de-
ce movilización de las grasas y resulta en cetosis. Des- hiscencia de las suturas anastomóticas del colon) y se
pués de varios días de inanición los ácidos grasos son conoce que los mediadores en todos estos hechos son
primariamente oxidados por el hígado para formar citocinas. Muchos de los eventos celulares son media-
acetoacetatos, acetona y otros, todos llamados cuer- dos por la reacción de la ciclooxigenasa y pueden ser
pos cetónicos. Durante la inanición total, la concentra- marcadamente atenuados por la administración de
ción de cetona en sangre aumenta y sirven como señal antiinflamatorios no esteroideos (AINE), que bloquean
a varios tejidos para disminuir el uso de glucosa y la la generación de prostaglandinas. Las respuestas
ruptura de proteínas; sin embargo, los pacientes qui- sistémicas observadas después de una infección están
rúrgicos reciben con frecuencia soluciones glucosadas relacionadas con la cantidad de citocina elaborada.
por vía intravenosa, lo cual estimula la elaboración de
insulina y limita la acidosis.
Respuesta a los procedimientos
Daño hístico quirúrgicos electivos
Los pacientes heridos o politraumatizados presen-
tan mejores respuestas metabólicas. La pérdida de Cambios endocrinos y sus consecuencias
volumen, la hipoperfusión y la simple inanición pueden metabólicas
ser componentes adicionales de la respuesta catabólica,
pero la presencia de tejidos dañados parece ser el ini- La mayor parte de los pacientes operados
ciador de esta. electivamente están bien nutridos; la noche anterior
El trauma de los tejidos causa señales nerviosas reciben dextrosa a 5 % y luego reciben anestesia ge-
aferentes que elevan la elaboración de la hormona neral, se prepara la piel y se realiza la incisión.
adrenocorticotrópica (ACTH) y otras hormonas Una de las consecuencias más tempranas de la
pituitarias. Muchas células inflamatorias nuevas apa- incisión quirúrgica es la elevación del nivel de cortisol
recen en la herida inmediatamente después del trau- circulante, que ocurre cuando los nervios aferentes
ma; al inicio predominan los leucocitos, pero luego las señalan el sitio de la operación al hipotálamo para ini-
células mayoritarias son los macrófagos y fibroblastos. ciar la respuesta al estrés, lo cual estimula la elabora-
Todas estas células liberan una variedad de sus- ción de cortisol, que supera de dos a cinco veces el
tancias mediadoras que incluyen las citocinas e influ- valor normal hasta aproximadamente 24 h después de
yen en la proliferación y desarrollo periférico de célu- la operación. Asociado con la activación de la corteza
las para ayudar en la reparación de las heridas. Mu- suprarrenal, este cortisol produce estimulación de la
chas de estas sustancias han sido identificadas y con- médula suprarrenal a través del sistema nervioso sim-
tienen interleucinas, factor de crecimiento, factor de pático, con elaboración de epinefrina.
necrosis tumoral alfa, los interferones y varios otros Las catecolaminas urinarias pueden estar eleva-
factores de crecimiento. das entre 24 y 48 h después de la operación y retornar
luego a su valor normal. Estos neurotransmisores cir-
Infecciones culantes tienen un importante papel en el ajuste circu-
Una complicación mayor de la cirugía es la infec- latorio, pero pueden estimular también la glucogenólisis
ción. Los organismos infecciosos son, en general, bac- hepática y la gluconeogénesis, en conjunto con el
terias oportunistas que en otras circunstancias son be- glucagón y los glucocorticoides.
nignas y no invasivas. Sin embargo, los múltiples sitios Las respuestas neuroendocrinas al acto quirúrgico
de entrada a través de la herida, sondas y tubos que modifican los variados mecanismos de la excreción de
están presentes en los pacientes graves, así como las sal y agua: alteraciones en la osmolaridad sérica y la
alteraciones en los mecanismos de defensa del hués- tonicidad de los líquidos corporales, secundaria al estrés
ped, aumentan la susceptibilidad de los pacientes heri- quirúrgico y a la anestesia y estimulan la secreción de
dos a la infección. Esta por sí sola inicia procesos aldosterona y de hormona antidiurética (ADH). El
catabólicos similares a los producidos después de heri- paciente en el posoperatorio habitual orina entre 1 y 2 mL
Capítulo 1. Homeostasis 5
Señales que inician la respuesta En pacientes con el sistema nervioso central intac-
to se ha observado ajustes en el hipotálamo y la glán-
al trauma
dula pituitaria, los cuales parecen ser ajustes
compensatorios ante el estrés. Estas alteraciones del
Fibras nerviosas sensitivas aferentes control del sistema nervioso central tienen su impacto
Proveen la más directa y la más rápida ruta para en la termorregulación y la movilización de sustratos.
que las señales lleguen al sistema nervioso central des- Las citocinas producidas en las heridas pueden
pués del trauma. Algunos plantean que el dolor puede señalar al sistema nervioso central e iniciar estos cam-
servir como el mejor signo aferente inicial. Los nervios bios que se producen en el cerebro, donde se pueden
aferentes parecen estimular también la elaboración de encontrar en el líquido cerebroespinal y dirigen la res-
ADH después del trauma. Los niveles de hormonas puesta metabólica al estrés.
adrenocorticales y ACTH aumentan después de la in-
cisión quirúrgica en pacientes con anestesia general y Medio hormonal
en aquellos que sufren colecistectomía y herniorrafia
inguinal. En pacientes con trauma se produce estimulación
del hipotálamo, lo que a su vez da lugar a una variedad
Pérdida de líquido del compartimiento de alteraciones hormonales. En todas las fases del trau-
vascular ma existe elevación en el glucagón, glucocorticoides y
catecolaminas. Durante la fase de flujo o hipermeta-
Estimula los receptores de volumen y presión ini- bólica del trauma implica que la insulina puede estar
ciando una serie de ajustes cardiovasculares mediados elevada o normal; los glucocorticoides, glucagón y
por el sistema nervioso central. El débito cardiaco cae, catecolaminas se oponen a la función anabólica de la
aumenta la resistencia periférica y la sangre es insulina y mantienen los niveles de glucosa, previnien-
redistribuida a los órganos vitales para mantener su do la hipoglicemia.
función. Con la pérdida progresiva de volumen hacia el
Los glucocorticoides son también liberados en el
área del trauma, la hipoperfusión resultante reduce la
estrés con potente efecto en el metabolismo mineral.
oxigenación de los tejidos y crea trastornos del equili-
El cortisol es elaborado en respuesta al aumento en la
brio ácido-base.
concentración de ACTH liberado de la glándula pituitaria
Como la pérdida de volumen líquido está relacio-
y moviliza aminoácidos del músculo esquelético; au-
nada estrechamente a la extensión de tejido dañado,
menta la gluconeogénesis hepática y también provoca
estos mecanismos específicos permiten una respuesta
cuantitativa después del trauma (la respuesta es direc- una marcada resistencia a la insulina, lo que implica
tamente proporcional al tamaño de la herida). hiperglicemia en la enfermedad aguda.
Las catecolaminas en la elaboración de epinefrina
Sustancias circulantes y norepinefrina, puede ser la más básica de las res-
puestas hormonales al estrés; ambas tienen efectos
Pueden estimular directa o indirectamente el siste-
reguladores en el débito cardiaco, circulación regional,
ma nervioso central e iniciar la respuesta al trauma.
Alteraciones en los electrólitos, cambios en el patrón glicemia y metabolismo oxidativo. La epinefrina esti-
de aminoácidos, elaboración de endotoxinas y libera- mula la glucogenólisis, la cual en el músculo esqueléti-
ción de citocinas, como resultado directo del trauma, co promueve la producción de lactosa; además, en
pueden iniciar ajustes homeostáticos que se desarro- mayores concentraciones disminuye la elaboración de
llan después de este. insulina, lo que implica la movilización de ácidos grasos
y aminoácidos.
Integración señal y mecanismos
Papel de las citocinas
efectores
También actúan como componentes reguladores
El papel del sistema nervioso central es esencial
después del trauma la interleucina 1, que ayuda en la
para la respuesta hipermetabólica a la herida, puesto
movilización de leucocitos, estimulación de fiebre y
que cuando existe muerte cerebral no hay respuesta
de la fase de flujo; similarmente ocurre en los pacien- redistribución del hierro circulante, así como en la
tes severamente quemados y la anestesia con morfina, estimulación hepática de la síntesis proteica. Otras que
en los que se reduce marcadamente la función hipotalá- participan en la respuesta al estrés y son vistas como
mica, lo que causa una disminución aguda del hiperme- sus mediadores son: TNF, IL-2, IL-6, IL-12 e interferón
tabolismo, la temperatura rectal y el débito cardiaco. gamma.
Fig. 1.2. Recorrido de los aminoácidos después de la proteólisis del músculo esquelético.
Capítulo 1. Homeostasis 7
En la tabla 1.4 se muestran las alteraciones de la Ajuste circulatorio
síntesis proteica y catabolismo que pueden afectar a
En la fase inicial del trauma el volumen sanguíneo
los pacientes hospitalizados.
es reducido, la resistencia periférica aumenta y existe
falla en el débito cardiaco. Con la resucitación y res-
Tabla 1.4. Alteraciones en los valores de la síntesis tauración del volumen sanguíneo, el débito cardiaco
proteica y catabolismo retorna a la normalidad y aumenta una característica
del flujo de la fase hiperdinámica del trauma. Este flujo
Catabolismo Síntesis
sanguíneo incrementado es necesario para mantener
Normal, inanición Disminuida 0 la perfusión de las heridas y la demanda incrementada
Normal, desnutrido, Disminuida 0 de los órganos viscerales.
reposo en cama Una marcada vasodilatación ocurre en los vasos
Cirugía electiva Disminuida 0 que perfunden áreas heridas y es acompañado por cre-
Trauma/sepsis- Aumentada Muy cimiento de nuevos capilares. Por tanto, mientras la
dextrosa i.v. aumentada presión sanguínea sea mantenida, la perfusión de las
Trauma/sepsis- Muy Muy heridas estará garantizada.
alimentado aumentada aumentada
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muerte. edition, WB Saunders Company.
El ser humano no puede ser concebido como un tensidad, duración y magnitud del agente provocador
ente aislado, sino como un sistema organizado donde del estrés y otros con la característica de capacidad de
todos sus elementos celulares viven en un medio cons- respuesta del receptor, influida por factores como la
tante, sostenido por reacciones fisiológicas coordina- edad, estado de los distintos órganos de la economía,
das que responden a los continuados estímulos exter- particularidades del parénquima celular y la matriz lí-
nos, que a su vez provocan retroalimentación negativa quida que lo rodea, los mecanismos automáticos regu-
de cada uno de los órganos de la economía, que para ladores de la homeostasis podrán restituirla o irán a la
ejercer esta función deben estar en óptimas condicio- perpetuación del desequilibrio y muerte.
nes. Igualmente para que la respuesta sea efectiva, la El estrés quirúrgico es el que produce el cirujano y
célula y el medio que la rodea deben poseer la reserva puede estar presente antes, durante o después de la
de materiales esenciales. cirugía. Desde el instante en que el cirujano decide rea-
Hipócrates (460-377 a.C.) definía la salud como el lizar una operación o la posibilidad de su realización y
balance armónico de los elementos y cualidades de la se lo comunica al paciente, comienza el estrés quirúr-
vida; la enfermedad, por el contrario, era la consecuen- gico y se producen los mecanismos iniciales del control
cia del desequilibrio y desbalance. Las respuestas al homeostático a través del sistema nervioso vegetativo.
estímulo externo u agresión que describían los antiguos En este momento se inicia el periodo preoperatorio, en
como fuerzas curativas de la naturaleza, es una de- el que deben comenzar la evaluación y la preparación
mostración del reconocimiento del proceso que tam- del paciente.
bién fue descrito por Galeno (131-201 d.C.). El primer aspecto corresponde a la evaluación,
De aquí surgen dos conceptos fundamentales. Uno donde el cirujano, auxiliado de la opinión de otros es-
es el equilibrio y capacidad de respuesta del organis- pecialistas como anestesiólogos, internistas, psicó-
mo, a lo que Claude Bernard (1813-1878) denominó logos, entre otros, debe definir la resultante del ries-
milieu interieur (medio interno), concepto por el que go-beneficio.
los organismos vivos estabilizan su medio interior y que En un paciente en el que la corrección de enfer-
luego Walter Cannon (1871-1945) llamó homeostasis. medades previas sea prácticamente imposible y estas
Posteriormente y con estas enseñanzas, Hans Selye puedan llegar a complicar severamente el posoperatorio
(1907-1982) denominó “síndrome general de adapta- con peligro de muerte, o en casos en los que la enver-
ción” a la respuesta del organismo frente al estímulo, gadura del acto quirúrgico no logre beneficios en pro-
agresión o estrés, con características muy definidas y longación de la vida o en mejorar la calidad de esta, es
basadas en la acción de los glucocorticoides. En 1984, cuestionable la realización de la operación. Este acto
Munk y colaboradores plantearon que aun en ausencia siempre conlleva riesgos, pero cuando el riesgo de
de estrés los glucocorticoides sirven primariamente a mortalidad es tan elevado como de 20 %, solo se justi-
una función permisiva, posibilitando una variedad de fica la intervención cuando se requiera para salvar la
reacciones secundarias y terciarias. vida inmediata del paciente.
Aquí se plantea el otro concepto fundamental que En operaciones electivas el índice de mortalidad es
es la agresión o estrés. Este término tiene su origen en de 0 a 0,9 %. Por encima de 1 a 5 % es significativa;
criterios muy antiguos y puede ser relacionado con la de 5 a 10 % es importante; alta por encima de 10 % y
palabra strangale, del griego antiguo, que quiere decir muy alta cuando sobrepasa 20 %. Los índices de mor-
dogal y al latín antiguo stringere, que quiere decir apre- talidad han descendido con el paso del tiempo gracias
tado. a una mejoría tecnológica investigativa, anestésica y
Siempre el estrés va acompañado de alteraciones quirúrgica, así como a la aplicación de métodos de te-
psicológicas, fisiológicas y bioquímicas, que determi- rapia intensiva más eficaces.
nan en mayor o menor grado afectaciones de cada La evaluación del riesgo quirúrgico en el
canal homeostático. En dependencia de múltiples fac- preoperatorio es de extrema importancia y en este in-
tores, relacionados unos con las características de in- tervienen los aspectos relacionados con el paciente
Después de que los glucocorticoides se unen a los logran al final, debe ser cuestionada la intervención
receptores citosólicos, conforman un complejo que es quirúrgica.
transportado al núcleo de la célula y se disocian de las
proteínas de choque térmico, activándose para unirse
al ADN en un sitio específico, lo que modifica los nive-
Preoperatorio
les de productos proteicos codificados. Esta influencia Cuando se decide realizar una intervención quirúr-
en la ruta metabólica, los niveles de citocinas y la acti- gica, independientemente de cuál sea la operación, co-
vidad de otras hormonas, incluyendo catecolaminas, tie- mienza el periodo preoperatorio que termina en el mo-
ne un efecto global en la homeostasis. mento en el que se lleva a cabo dicha operación. En los
La respuesta del SNC evoluciona de forma para- casos de operaciones de urgencia, este periodo es mucho
lela al eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal. El sistema más corto y puede durar minutos u horas. Sin embar-
simpático segrega catecolaminas que se unen a recep- go, en los casos de cirugía electiva la duración puede
tores adrenérgicos y una vez que pasan por un com- ser de días, semanas o meses, en dependencia de la
plejo proceso donde se modulan los niveles del segun- afección de que se trate y de las condiciones físicas
do mensajero, se altera el estado de las proteínas del paciente, pues en este lapso se debe tratar de que
intracelulares, que son efectoras de la respuesta al el enfermo llegue al acto quirúrgico en condiciones
estrés. Los glucocorticoides, citocinas y catecolaminas óptimas.
pueden, por tanto, modular la gene expresión como parte Dentro de la fase preoperatoria existen diferentes
de la respuesta al estrés.
momentos que deben ser estudiados de manera parti-
En este complejo mecanismo son muchos los ór-
cular:
ganos y sistemas involucrados que deben encontrarse
– Preoperatorio mediato.
en estado óptimo para poder responder adecuadamen-
– Preoperatorio inmediato.
te a las exigencias que demanda el estrés. La falla de
uno de ellos no permitirá la restauración homeostática – Preoperatorio de las intervenciones de urgencia.
requerida. Puede que en un paciente joven y sano no
se necesite preparación especial previa al acto quirúr- Preoperatorio mediato
gico, pues su economía esta preparada para hacer fren- Es el que corresponde a las operaciones electivas
te a ese tipo de agresión, pero en pacientes de edad y se extiende hasta 24 h antes de la intervención, don-
avanzada, con afecciones previas de tipo cardiovascular, de comienza el preoperatorio inmediato. Se deben
nutritivas, respiratorias o endocrinas, la preparación tener en cuenta los aspectos que se explican a conti-
preoperatoria es imprescindible. Si sus objetivos no se nuación.
RIESGO QUIRÚRGICO
Dr. Juan López Héctor y Dra. Yakelín Pérez Guirola
Hipertiroidismo Hipotiroidismo
Se ha comprobado el riesgo a que se expone un En el paciente hipotiroideo no tratado, la cirugía
paciente con tirotoxicosis no diagnosticada o sin trata- implica riesgo por varias complicaciones. La función
miento, la cual puede desencadenar en el acto quirúr- del ventrículo izquierdo puede ser anormal, con prolon-
gico o en el posoperatorio inmediato la llamada gación del tiempo de prevaciamiento o expulsión del
"tempestad" o crisis tiroidea. ventrículo, la capacidad respiratoria está disminuida y
Es necesario tener en cuenta que esto se puede asociada a veces con hipoventilación alveolar.
desencadenar, no solo en una operación de tiroides, sino Estos pacientes muestran una sensibilidad exage-
en cualquier acto quirúrgico, incluso en extracciones rada al uso de sedantes y narcóticos y con dosis habi-
dentales. tuales se puede provocar depresión respiratoria severa
Se debe sospechar tirotoxicosis en pacientes y falla circulatoria. Durante la inducción de anestesia
taquicárdicos, con pérdida de peso, palpitaciones, ner- puede sobrevenir hipotensión y llegar al paro cardiaco.
viosismo, intolerancia al calor, irritabilidad, temblor, debi- También puede aparecer mixedema. En ellos es habi-
lidad muscular, piel lisa y húmeda, exoftalmos y tual una notable disminución de la capacidad para
trastornos menstruales. excretar agua libre. Todas estas anormalidades en las
Para el diagnóstico suele ser suficiente casi siem- respuestas fisiológicas implican un alto riesgo quirúrgico.
pre un índice de tiroxina libre (T4) y captación con resi- El tratamiento habitualmente revierte la sintoma-
na de triyodotironina (T3) y de T4. tología y la cirugía electiva debe ser aplazada dos o
REANIMACIÓN
CAPÍTULO 4
SHOCK
Dra. Ana D. Lamas Ávila
Capítulo 4. Shock 33
La disminución del flujo en la microcirculación de estos microorganismos propicia que desprendan,
y su paso más lento hacen disminuir el aporte venoso entre otros fragmentos, un componente estructural
al corazón derecho y, como consecuencia, el volumen propio ubicado en la membrana externa bacteriana
de expulsión cardiaco. Esta disminución representa un y dotado de acción tóxica, denominado endotoxina, que
descenso del aporte de oxígeno a las células (hipoxia pasa a la circulación (endotoxemia). La endotoxina es
celular) y con esta situación de anaerobiosis, acumula un liposacárido (LPS) muy complejo con tres compo-
el ácido láctico (hiperlactacidemia) y se instaura una nentes: el fragmento conocido como lípido A, respon-
acidosis metabólica. sable de sus efectos tóxicos; un polisacárido central
El descenso del aporte venoso al corazón derecho y las cadenas antigénicas o laterales. El resto de las
conduce a una disminución del volumen de expulsión sepsis (no alcanza un tercio del total) son provocadas
y persiste en el caso de que haya cesado la hemorragia, por gérmenes grampositivos que sintetizan y liberan
si esta no se repone a tiempo. En esta etapa se inicia la exotoxinas que no son componentes de su propia es-
llamada descompensación del estado de shock, en la tructura microbiana.
que la microcirculación y las células en estado de Ejemplos de exotoxinas son las toxinas causantes
anaerobiosis son protagonistas y de manera integrada, del llamado síndrome del shock tóxico, conocido con
el resto de los órganos (fracaso multiorgánico). las siglas TSST-1.
Círculo vicioso que conduce al estado de shock: En estas alteraciones clínicas, la presencia en el
Hipotensión → Vasoconstricción → Reducción organismo de una endotoxina, o bien de exotoxina,
del flujo sanguíneo tisular → Hipoxia hística → Dis- inician la denominada cascada de la sepsis, que esti-
minución del retorno venoso → Disminución del mula la liberación, a través de sustancias precursoras
volumen de expulsión cardiaco → Hipotensión arterial. plasmáticas o de células a las que activan (monocitos,
macrófagos, células endoteliales y neutrófilos), de me-
Semiología clínica de un paciente diadores endógenos para el desarrollo de la sepsis
en estado de shock y sus secuencias evolutivas.
Mediadores endógenos. Entre todos los media-
Paciente en shock hipovolémico dores endógenos, el factor de la necrosis tumoral (TNF-
alfa) producido cuantiosamente por los macrófagos
Es expresión de alteraciones hemodinámicas y tras la previa activación por la endotoxina, parece des-
metabólicas: tras la hipotensión y la brusca hipovolemia, empeñar un papel central en la mediación de los fenó-
la taquicardia, la oliguria, la piel fría y pálida (como menos secuenciales, verdadera cascada biológica que
signos de una intensa reacción adrenérgica), la sensa- conduce al shock séptico.
ción de sed y un estado de conciencia conservada ini- Los mediadores endógenos ejercen de manera glo-
cialmente hasta la fase tardía en que puede aparecer bal efectos fisiopatológicos muy complejos sobre el
apatía, confusión o incluso coma. La pérdida de con- corazón, la microcirculación, especialmente sobre las
ciencia se puede observar en los estadios terminales células endoteliales, la permeabilidad capilar, los
del shock hipovolémico. leucocitos neutrófilos, el sistema de la coagulación, hasta
llegar incluso a la coagulación intravascular disemina-
Paciente en shock séptico
da (CID) y diversos órganos, entre los que se destacan
Causa más frecuente de muerte en las unidades el riñón, el pulmón, el hígado y el SNC.
de cuidados intensivos (UCI). Ocupa el decimotercer El endotelio, lesionado y estimulado por los media-
lugar entre las causas de muerte en los EE. UU. dores endógenos citados, libera dos sustancias: el ON,
Se define como una sepsis grave, con una de acción vasodilatadora y también antiagregante
hipotensión arterial inducida por dicha sepsis, que es plaquetario, y la endotelina de potente acción cons-
persistente y se acompaña de alteraciones de la perfu- trictora. Ambas son muy activas en la cascada bioló-
sión tisular, que puede incluir acidosis láctica, oliguria o gica de la sepsis.
una alteración aguda del estado mental del paciente.
Los efectos provocados sobre la microcirculación, Diferencias fisiopatológicas
el miocardio y los sistemas orgánicos, por la cuantiosa
liberación de mediadores endógenos, conducen al es- entre el shock séptico y el hipovolémico
tado de shock séptico. – Shock hipovolémico: la hipoperfusión de los tejidos
Bacteriología. La mayoría de las sepsis son cau- es responsable de la disfunción celular y en su caso,
sadas por gérmenes gramnegativos. La muerte de la muerte de la célula; coincide con una resistencia
Capítulo 4. Shock 35
– Hiperlactacidemia. súbito de una hipovolemia efectiva (se pierde la relación
– Leucocitosis, trombocitopenia (si existe una coagu- contenido-continente) a causa de una vasodilatación
lación intravascular diseminada). súbita que afecta arteriolas y vénulas, con disminución
– El electrocardiograma puede demostrar infarto del de la resistencia vascular periférica que aumenta brus-
miocardio o bloqueo de rama izquierda. Es frecuen- camente el flujo cerebral, por lo que se inhibe de inme-
te una taquicardia sinusal. diato la compleja función integradora que condiciona el
– Rayos X de tórax: edema pulmonar o semiología estado de conciencia e incluso, también puede depri-
radiológica de un síndrome de distrés respiratorio del mir la función cardiaca.
adulto. El shock neurogénico es como el séptico, un
– El monitoreo generalmente demuestra: volumen/mi- shock distributivo, en el que se establece una parálisis
nuto cardiaco disminuido, hipotensión arterial, pre- vasomotora global, que distiende bruscamente el árbol
sión capilar pulmonar en cuña y presión pulmonar vascular como continente y propicia el establecimiento
aumentadas. de un estado de shock neurogénico, a causa de una
interrupción brusca del tono simpático (denervación
Existen otros tipos de estados de shock produci- simpática). Esta interrupción, que se ejerce normalmen-
dos por obstrucción o compresión cardiaca. te sobre el sistema vascular, suele presentarse como
El taponamiento cardiaco es resultado del cúmulo consecuencia de diversos factores etiológicos:
de líquido en el pericardio, con el consecuente aumento – Traumas del SNC (sobre todo del eje medular).
de la presión intrapericárdica. Este puede ser agudo, – Anestesia raquídea.
como ocurre por causa de la penetración de sangre – Traumatismo craneoencefálico y traumatismo
producto de un traumatismo torácico, o subagudo (en medular.
la uremia, radiaciones por neoplasias, en sepsis o en-
fermedades del tejido conectivo). En el traumatismo de abdomen cerrado puede (por
El taponamiento se puede desarrollar después de lesión del plexo solar) aparecer la muerte súbita por
una cirugía cardiaca, como causa de la compresión del este tipo de shock.
corazón por un hematoma mediastinal o síndrome En el shock neurogénico, si no se produce la muerte
pospericardiotomía. brusca e inmediata del paciente por paro cardiaco en
El incremento de la presión pericárdica y su con- asistolia, los fenómenos hemodinámicos suelen corre-
secuente dificultad del llene cardiaco, depende de la girse con relativa facilidad, por lo que no provoca que
velocidad de la acumulación del líquido, de su volumen se desencadenen las secuencias fisiopatológicas secun-
y de la distensibilidad del pericardio. darias a la hipoperfusión hística e hipoxia celular que
A medida que la presión intrapericárdica aumenta, caracterizan los otros tipos de shock.
el gradiente entre la presión venosa periférica y de la
aurícula derecha se reduce y compromete el llenado Diagnóstico
diastólico. Cuando la presión pericárdica impide el
llenado diastólico agudamente, la estimulación adre- Cuadro clínico
nérgica produce taquicardia, aumento de la fracción Está en dependencia del tipo de shock, así como
de eyección y vasoconstricción arterial para mantener del tiempo de evolución del mismo. No obstante, existen
la tensión arterial. En un período de horas o días, la algunos signos y síntomas similares.
retención de líquido conduce a la elevación de la pre- En la tabla 4.1 se muestran las similitudes y dife-
sión venosa central (PVC) y dificulta el llenado. El rencias fisiopatológicas entre los distintos tipos de
taponamiento subagudo compensado se presenta con shock; se tienen en cuenta: la medida de la presión
signos de congestión venosa con distensión de las arterial media (PAM), que en el adulto se considera
venas del cuello. El fallo de la compensación conduce disminuida cuando es menor de 60 mmHg y declive
al shock con taquicardia, polipnea, bajo gasto cardiaco, cuando desciende de 40 mmHg; las características del
vasoconstricción e hipotensión. pulso, que comúnmente es rápido y filiforme; la me-
dida de la presión venosa central como índice del volu-
men sanguíneo que llega a través de las venas cavas a
Shock neurogénico la aurícula derecha (precarga) y cuyos valores oscilan
Puede ser causa de la denominada muerte súbita. entre 5 y 8 mmHg; el volumen/minuto cardiaco, que
Es una situación crítica, con riesgo vital inmediato, está en dependencia de la precarga, la contractilidad
producida como consecuencia del establecimiento cardiaca y la resistencia vascular periférica; la dismi-
nución progresiva de la diuresis (que puede llegar a la – Orina: es un estudio orientador en los casos en shock.
anuria), que unida a la presencia de frialdad en las El valor de su pH, la concentración de electrólitos,
extremidades y toma del sensorio son manifestaciones su densidad, así como la presencia de sepsis, sirven
de una hipoperfusión tisular grave, que no solo afecta de guías para el tratamiento a seguir.
al riñón y al cerebro, sino al resto de los órganos como – Glicemia: suele estar aumentada, sobre todo en el
el hígado y el páncreas. Los valores de la tensión arterial estadio de descarga defensiva adrenérgica.
de oxígeno, así como la diferencia de saturación – Electrólitos en orina: se valora la existencia de su
arteriovenosa, son manifestaciones de la hipoxia que eliminación para la adecuada reposición.
suelen acompañar a este cuadro, así como la elevación – Urea y creatinina: para valorar la función renal, que
de los valores de ácido láctico como manifestación de puede afectarse y por ende aumentar sus valores.
todos los trastornos metabólicos tisulares. – Transaminasas: suelen estar alteradas cuando existe
Existen otras manifestaciones clínicas más especí- un daño hepático concomitante.
ficas para cada tipo de shock, como en el shock – Estudios enzimáticos: sus valores se pueden encon-
hipovolémico la presencia de palidez o cuadro de des- trar elevados en los casos de infarto agudo del
hidratación, en dependencia de su factor causal. En el miocardio.
shock cardiogénico, la coloración cianótica facial – Gasometría: sus valores pueden estar alterados en
(peribucal) y de las extremidades, con signos clínicos a dependencia del tipo de shock y a su estadio. La
la auscultación cardiorrespiratoria, que guardan rela- presencia de una acidosis metabólica es lo más fre-
ción con la causa que lo originó. En el paciente con cuente, una PCO2 disminuida en los casos que se
taponamiento cardiaco puede aparecer ingurgitación acompañan de una polipnea compensadora o una
venosa, presión venosa central elevada, pulsos para- PCO2 elevada en los casos de un pulmón distresado.
dójicos, ruidos cardiacos apenas audibles y la presen- La disminución de la PO2 arterial y de la saturación
cia de una hepatomegalia. del oxígeno de la hemoglobina suelen estar presentes.
En los casos de shock distributivo por una sepsis, – Ácido láctico en sangre arterial: aparece elevado y
se observa una coloración terrosa o ictérica con eviden- es uno de los parámetros a valorar para determinar
cias clínicas del foco séptico. En el shock neurogé- el pronóstico de estos casos.
nico el paciente no transita por las distintas etapas defen- – Perfil hepático: se encuentra alterado en los casos
sivas del resto de los shocks, sino que puede iniciar de daño hepático establecido.
bruscamente, inclusive con la llamada muerte súbita. – Cultivos y antibiogramas: para determinar germen
causal de sepsis y su sensibilidad a los antibióticos.
Exámenes complementarios – Coagulograma: alteraciones en las coagulopatías de
Los resultados de los estudios dependen del tipo de consumo.
shock: – Electrocardiograma: refleja daño isquémico y otras
– Hemograma: puede haber anemia, hemoconcentra- alteraciones cardiacas presentes fundamentalmente
ción o leucograma que revela la presencia de sepsis. en el shock cardiogénico.
Capítulo 4. Shock 37
– Ecocardiograma: cambios morfológicos y funcionales Estos estudios pueden ser múltiples en relación con
cardiacos. el factor etiológico del shock, sin olvidar la importancia
– Estudios radiológicos (tórax y otros que se consideren de la clínica y antecedentes del paciente para un diag-
necesarios): procesos inflamatorios, cardiomegalia, nóstico precoz, del cual depende la conducta a seguir.
signos radiológicos del pulmón de shock, neumo- El resultado de los datos recogidos en el examen
tórax, hemotórax, entre otros. físico y exámenes complementarios puede suscitar dudas
– Tomografía axial computarizada (TAC) y resonancia en cuanto a la etiología y características de los distintos
magnética (RMN): en dependencia de lesiones es- tipos de shock, por lo que se recomienda la cateterización
pecíficas que puedan estudiarse con estos medios. cardiaca con un catéter de Swan-Ganz, que permitirá
– Estudios angiográficos: existencia de comunica- obtener otros datos que ayuden a precisar el diagnós-
ciones interventriculares, disfunciones valvulares, tico y sirvan de guía para el tratamiento a instaurar.
lesiones de coronarias, aneurismas aórticos compli- En la tabla 4.2 se reflejan los datos correspondien-
cados, entre otros. tes a cada tipo de shock.
Tabla 4.2. Uso del cateterismo cardiaco derecho para diagnosticar la etiología del shock
Capítulo 4. Shock 39
Sistema hematológico – Efectuar las intervenciones quirúrgicas previo con-
trol de la normalidad de los diferentes aparatos y
Las anomalías de la coagulación son frecuentes en
sistemas.
el shock séptico y traumático. Puede existir
– Seleccionar la técnica anestésica más adecuada para
trombocitopenia por la hemodilución asociada a la
el estado del paciente.
repleción de volumen, por mediadores inmunológicos,
– Evitar el dolor.
enfermedades asociadas y medicamentos. La activa-
– Efectuar un adecuado seguimiento transoperatorio
ción de la cascada de la coagulación dentro de la
y posoperatorio, inmediato y mediato, en todo pa-
microvasculatura, puede producir la coagulación intra- ciente que es llevado al salón de operaciones.
vascular diseminada, que conduce a trombocitopenia, – Reforzar todas estas medidas en pacientes graves,
anemia hemolítica, microangiopatías, disminución del desnutridos, edades extremas y en aquellos con ele-
fibrinógeno y liberación de productos circulantes de la vado riesgo quirúrgico.
fibrina. El consumo de los factores de la coagulación
puede conducir a su depleción y subsecuente hemo- Principios generales del tratamiento
rragia (coagulopatía de consumo).
Al cuadro clínico del paciente se le agregan las Una vez diagnosticado el estado de shock y siempre
hemorragias por los sitios de punción, hematuria, entre que sea posible, estos casos deben ser tratados en una
otras, lo que empeora el pronóstico del caso. unidad de cuidados intensivos, donde se efectúa:
– Monitoreo electrocardiográfico continuo para de-
tectar los trastornos del ritmo.
Conducta ante un paciente en estado – Canulación arterial periférica para medir presión de
de shock manera permanente.
Más eficaz que un correcto tratamiento, se impone – Oximetría de pulso para detectar fluctuaciones de la
la prevención del estado de shock. oxigenación arterial.
– Determinación seriada de las presiones de llenado
Medidas preventivas de ambos ventrículos (derecho e izquierdo) y gasto
cardiaco.
– Mantener un adecuado seguimiento del equilibrio
– Determinación frecuente de gases en sangre arterial,
hidroeletrolítico y ácido-base en todo paciente que
por su cuadro clínico lo requiera. electrólitos séricos, hemograma completo, ácido
– Una adecuada reposición de la volemia (agua, láctico y parámetros de la coagulación.
electrólitos, sangre, plasma, entre otros) en los casos – Grupo sanguíneo y factor Rh.
que presenten estas pérdidas (vómitos, diarreas, – Medición de los niveles séricos de calcio, fósforo y
hemorragias, quemaduras y otros), además de tra- magnesio, porque la disminución sustancial de estos
tar su factor causal. iones puede estar asociada con la depresión de los
– Un control hemodinámico estricto; evitar variacio- músculos miocárdico y respiratorio.
nes marcadas en los casos graves y seguirlos con – Es necesario mantener el control estricto de la diu-
un adecuado monitoreo. resis (horaria) en estos casos, así como llevar una
– Prevenir la hipoxia. adecuada hoja de balance hidromineral.
– Evitar cambios bruscos de temperatura, en particu-
lar la hipotermia. Guías para el manejo del shock
– Tratar profilácticamente las infecciones mediante el
En general, la clave del tratamiento del shock es
empleo, en los casos que lo requieran, de los ade-
cuados medios de asepsia y antisepsia. Emplear mantener la presión arterial media y asegurar una ade-
además antibióticos profilácticos, si es necesario. cuada perfusión y transporte de oxígeno y otros
– Realizar un adecuado interrogatorio en todos los nutrientes a los órganos vitales. La hipoperfusión tisular
pacientes que se examinen para precisar sus ante- y el metabolismo anaeróbico pueden conducir a la pro-
cedentes. ducción y liberación de ácido láctico a la sangre, por lo
– Realizar todas las investigaciones necesarias en que la reducción de los niveles elevados de lactato sé-
los casos que van a ser llevados al salón de ope- rico constituye un buen indicador de un adecuado tra-
raciones. tamiento.
Capítulo 4. Shock 41
Shock séptico: • Administración de nitroglicerina si la tensión
Su tratamiento específico descansa en tres pilares arterial lo permite.
fundamentales: • Colocación, si es necesario, de un balón de
1. Eliminación del foco séptico con drenaje quirúr- contrapulsación intraaórtico que disminuye la
gico, uso de antibióticos o ambos. Como general- poscarga ventricular, mejora el funcionamiento
mente no se conoce en un inicio el germen causal, miocárdico y aumenta la presión diastólica aórtica,
el tratamiento debe comenzar con antibióticos de mejorando la perfusión coronaria.
amplio espectro, que se seleccionan atendiendo al • Determinar mediante coronariografía la necesi-
cuadro clínico y los patrones de resistencia a los dad de una revascularización de urgencia o una
antibióticos del centro hospitalario. En estos casos angioplastia.
se deben tomar muestras para cultivo, antibiograma • Administrar agentes trombolíticos.
y hemocultivo, que indicarán el tipo de germen – Mecánico (regurgitación mitral o defecto septal
causal de la sepsis y su sensibilidad. ventricular): por lo general produce shock cuando
2. Mantener una adecuada perfusión y función orgá- se establece de forma aguda como complicación de
nica, controlada por el monitoreo cardiovascular. un infarto agudo del miocardio.
3. El mantenimiento de un transporte adecuado de • Diagnóstico preciso mediante ecocardiografía
oxígeno se logra con valores de hemoglobina supe- y/o cateterismo cardiaco.
riores a 10 g/dL, saturación de oxígeno mayor de • Valorar su reparación de urgencia, generalmente
92 % y un gasto cardiaco superior a 2,2 L/min/m2. acompañada de una revascularización miocárdica
Otros aspectos del tratamiento están dados por: o una angioplastia.
a) Optimizar la precarga administrando volumen
para mantener una presión en cuña pulmonar Shock obstructivo extracardiaco:
entre 14 y 18 mmHg. – Taponamiento cardiaco: aunque la expansión del vo-
b) Incrementar la presión oncótica con la adminis- lumen intravascular y a veces el uso de agentes
tración de albúmina, si los valores séricos de esta vasopresores pueden ser medidas temporales, el
aparecen por debajo de 2 g/dL. único tratamiento efectivo es la evacuación
c) Si la restitución de líquidos falla en restaurar la pericárdica, mediante pericardiocentesis o cirugía.
presión arterial y la perfusión orgánica, adminis- – Embolismo pulmonar: usualmente es tratado con
trar agentes vasopresores en el siguiente orden: anticoagulante sistémico.
– Dopamina, que eleva la tensión arterial y el – Si el embolismo masivo causa falla ventricular dere-
flujo esplácnico (renal). cha y shock, se puede considerar la terapia
– Norepinefrina, si a pesar de la dopamina la ten- trombolítica.
sión arterial se mantiene baja. – Si está contraindicada, la embolectomía pulmonar de
– Dobutamina, una vez que la hipotensión ha sido urgencia es una alternativa si existe suficiente tiempo
corregida, ya que eleva el índice cardiaco y para el diagnóstico y preparación del acto quirúrgico.
mejora el transporte de oxígeno a los tejidos.
d) Interrumpir la secuencia patogénica del shock Shock neurogénico:
séptico: La posición de Trendelenburg, que facilita la irri-
– El uso temprano de glucocorticoides no ha de- gación cerebral, es la primera medida efectiva en las
mostrado sus beneficios. formas menores o incompletas de este tipo de shock.
– Bloquear los mediadores tóxicos liberados, con En las formas consecutivas a traumatismo medular o
sustancias como: anticuerpos antiendotoxinas, anestesia espinal, la reposición de una volemia efectiva,
anticuerpos antifactor necrosis tumoral, anta- incluso en expansión, mediante la administración
gonistas de los receptores de interleucina 1, intravenosa de líquidos (suero Ringer con lactato), res-
entre otros, aunque estos elementos están tablece las presiones necesarias para la repleción
todavía en fase experimental. cardiaca y consiguientemente un volumen minuto
apropiado. La administración de fármacos vaso-
Shock cardiogénico: constrictores (como la adrenalina) puede ser necesaria.
– Infarto agudo del miocardio: la terapéutica debe ir En el caso del shock anafiláctico que, como se
dirigida a reducir al máximo la isquemia miocárdica: planteó en la clasificación, es como el neurogénico, un
• Oxígeno suplementario. shock distributivo, las medidas a tomar son similares
Capítulo 4. Shock 43
Hospital divisionario: – Antecedentes patológicos personales.
– Exploración quirúrgica (de requerirlo). – Diagnóstico precoz.
– Monitoreo de signos vitales y medida de la presión – Tratamiento adecuado inmediato.
venosa central. – Alteraciones creadas en los distintos órganos y sis-
– Complementarios: grupo sanguíneo, hemograma,
temas (complicaciones).
coagulograma, orina, medida de diuresis horaria.
– Evacuación.
Actualmente la literatura médica señala como cau-
Base hospitalaria: sa más frecuente de irreversibilidad del estado de
– Valorar lo anterior y aplicarlo de ser necesario. shock:
– Valorar posibles alteraciones de la coagulación. – Pulmón de shock.
– Apoyo hemodinámico si es necesario. – Insuficiencia renal aguda.
– Tratamiento de la anuria. – Lactacidemia > 3,3-4,4 mmol/L.
– Tratamiento de la sepsis. – Coagulación intravascular difusa con fibrinólisis y
– Realizar estudios radiográficos u otros más especia- hemorragias evidentes.
lizados si son necesarios. – Falla multiorgánica.
PARO CARDIORRESPIRATORIO
Dr. Juan G. López Héctor y Dr. Pedro E. Nodal Leyva
El cuerpo humano está constituido por elementos de volumen del líquido extracelular o fluido extracelular
químicos que circulan disueltos en el agua para que se (FEC). La pérdida aguda de una solución extracelular
produzcan las reacciones químicas fundamentales, con isotónica, por ejemplo, jugo intestinal, va seguida de una
el objetivo de que funcione adecuadamente. Los líqui- disminución importante en el volumen extracelular, con
dos corporales, intracelulares y extracelulares, tienen poco o ningún cambio de volumen en el líquido
en su composición electrólitos y poseen una importan- intracelular. No saldrá agua de las células para norma-
cia extraordinaria en los seres vivos, principalmente en lizar el espacio extracelular disminuido, mientras la
el hombre. Las complejas actividades enzimáticas y osmolalidad se mantenga igual en los dos compartimien-
electrofisiológicas necesarias para mantener la vida, tos (se trata de una deshidratación isotónica).
requieren de un control estricto de la concentración Si el líquido extracelular gana o pierde solamente
iónica del medio interno. Así, el sodio desempeña un agua, se produce un cambio en la concentración de
papel esencial en la osmolaridad, tonicidad e hidratación partículas osmóticamente activas, cuya mayor parte en
para el mantenimiento de la homeostasis. Otros dicho líquido la constituyen los iones de sodio y en tér-
electrólitos influyen de manera significativa en la fisio- minos generales, son un buen índice del poder osmótico
logía neuromuscular y hormonal, como el potasio, el de los compartimentos de líquido del organismo. Si el
calcio y el magnesio. Por otro lado, en la regulación y líquido extracelular pierde sodio, entra agua en las cé-
volumen de los líquidos corporales tienen vital impor- lulas hasta que la concentración osmótica vuelve a ser
tancia los riñones. igual en ambos compartimientos (se trata de una des-
Las anomalías electrolíticas se pueden asociar a al-
hidratación hipertónica inicial que luego se convierte
teraciones osmóticas, distribución de los líquidos corpo-
en isotónica).
rales, la composición de otros iones y el equilibrio ácido-
Las anomalías de volumen se clasifican de la si-
base. Existe interrelación entre estos trastornos pero es
guiente forma:
importante considerarlos como entidades separadas y
siempre identificarlos y tratarlos adecuadamente. Déficit de líquido extracelular:
En este capítulo no se pretende realizar una revi- – Deshidratación o hipovolemia:
sión exhaustiva de estas anomalías, sino reflejar los • Isotónica: Na+ entre 130 y 150 mEq/L.
conocimientos básicos necesarios en la formación de • Hipotónica: Na+ <130 mEq/L.
un médico general integral. • Hipertónica: Na+ >150 mEq/L.
Clasificación de las alteraciones del equilibrio de
los líquidos: Exceso de líquido extracelular:
– Anomalías de volumen: – Hiperhidratación o intoxicación hídrica o hiper-
• Déficit de líquido extracelular. volemia:
• Exceso de líquido extracelular. • Isotónica.
– Anomalías de concentración: • Hipotónica.
• Hipernatremia.
• Hiponatremia. Como se puede observar en la clasificación, ocu-
– Anomalías de composición: rren anomalías mixtas de volumen y concentración a
• Hipopotasemia e hiperpotasemia. causa del propio estado patológico o a veces, de una
• Hipocalcemia e hipercalcemia. fluidoterapia parenteral inapropiada. Moyer observó que
• Hipomagnesemia e hipermagnesemia. el cuadro clínico propio de una combinación de anoma-
• Hipocloremia e hipercloremia. lías de líquidos tiende a representar la suma algebraica
• Acidosis y alcalosis. de los síntomas y signos de cada trastorno en particu-
lar. Los signos similares producidos de forma simultá-
nea por los dos tipos de anomalías son aditivos y los
Anomalías de volumen opuestos tienden a anularse mutuamente.
Si a los líquidos corporales se les añade o se les Una de las anomalías mixtas más frecuentes es la
elimina solución salina isotónica, solo ocurre un cambio combinación de un déficit de líquido extracelular con
Por alteraciones del equilibrio externo de potasio: Por lo general, el cuadro clínico tiene poca impor-
– Disminución de la excreción renal de potasio. tancia para el diagnóstico y se debe establecer una re-
– Infección respiratoria aguda (IRA) en fase oligo- lación entre el método clínico, el ionograma y el elec-
anúrica. trocardiograma.
– Infección respiratoria crónica (IRC) en fase terminal.
– Nefritis intersticial crónica. Exámenes complementarios
– Hipoaldosteronismo selectivo. – Ionograma: potasio sérico > 5,5 mEq/L; bicarbo-
– Diuréticos no expoliadores de potasio. nato, sodio y cloro disminuidos.
– Amiloidosis. – Urea aumentada.
– Lupus eritematoso sistémico. – Electrocardiograma donde aparecen las alteracio-
– Aumento de la administración de potasio.
nes según el nivel sérico de potasio.
– Transfusiones masivas de sangre.
Potasio sérico entre 5,5 y 7 mEq/L:
– Altas dosis de penicilina potásica.
• Ondas T picudas (aumenta el voltaje).
– Heparina.
• Prolongación del intervalo PR.
Clasificación • Acortamiento del intervalo QT.
Potasio sérico entre 8 y 9 mEq/L:
– Ligera: 5-6,5 mEq/L. • Ensanchamiento QRS.
– Moderada: 6,6-8 mEq/L. • Desaparición de la onda P.
– Grave: > 8 mEq/L. • Ritmos idioventriculares de baja frecuencia.
• Taquicardia ventricular o fibrilación ventricular.
Las principales consecuencias de la hiperpotasemia
• Asistolia en diástole.
tienen relación con sus efectos neuromusculares. La
hiperpotasemia disminuye el potencial transmembrana
hacia los niveles del umbral, lo que produce un retraso Estos cambios eléctricos también son el resultado
de la despolarización, una repolarización más rápida y de la interacción de Na+, Ca++, Mg e H+.
una velocidad de conducción más lenta. Es necesario descartar la seudohiperpotasemia que
puede estar presente en las trombocitosis por afecciones
Diagnóstico mieloproliferativas, leucocitosis en leucemias mieloides
crónicas y en algunos casos de drepanocitemia sin
Cuadro clínico hemólisis (Fig. 6.5).
Manifestaciones neuromusculares:
– Astenia progresiva. Tratamiento
– Debilidad muscular más acentuada en extremida-
des inferiores y luego asciende a los miembros su- La terapéutica depende de los cambios en el
periores, sin afectar los músculos respiratorios. electrocardiograma y el grado de hiperpotasemia.
– Parálisis fláccida. Terapéutica urgente: la hiperpotasemia es una
– Calambres. emergencia médica y requiere tratamiento dirigido a la
– Parestesias. despolarización de la membrana en pocos minutos,
transporte intracelular de potasio sobre el próximo de
Manifestaciones cardiacas: 30 a 90 min y el objetivo a largo plazo es la pérdida de
– Bradicardia. potasio. No se administra potasio y se descontinúan las
– Arritmias. drogas antikaliuréticas.
– Paro cardiaco. – La administración de gluconato, lactato o cloruro de
calcio disminuye la excitabilidad de la membrana y
Manifestaciones digestivas: se opone a los efectos cardiotóxicos del potasio. La
– Náuseas. dosis usual es 10 mL a 10 % en solución, a pasar en
– Vómitos. 2 o 3 min. El efecto comienza en pocos minutos pero
es de corta vida (30-60 min) y la dosis puede ser – La terapia alcalina con bicarbonato de sodio intra-
repetida si no se observan cambios en el electrocar- venoso ayuda al transporte intracelular del potasio y
diograma después de 5 a 10 min. se debe reservar para la hiperpotasemia severa con
– La insulina facilita el transporte de potasio al interior acidosis metabólica. Se administra con una solución
de las células y disminuye temporalmente su presen- isotónica de tres ámpulas por litro de dextrosa 5 %
cia en el plasma. Se recomienda la combinación de (134 mEq/L o 150 mEq de bicarbonato de sodio y
10 a 20 unidades de insulina regular y 20-25 g de glu- depende del porcentaje utilizado de 7,5 hasta
cosa para prevenir la hipoglicemia. Esto permite que 8,4 %). Los pacientes en estadio final de insuficien-
el potasio plasmático descienda de 0,5 a 1,5 mEq/L cia renal por lo general no toleran este incremento
en 15 a 30 min; su efecto dura varias horas. de sodio plasmático.
– Preparación de una solución especial con la compo- – Los agonistas beta2-adrenérgicos administrados
sición siguiente: parenteralmente o en forma de nebulización, permi-
• Lactato de sodio (80 mEq): aumenta el pH y obliga te la captación de potasio por las células. La acción
al potasio a entrar en las células. comienza a los 30 min y disminuye el potasio
• Gluconato de calcio (100 mL): contrarresta los plasmático de 0,5 a 1,5 mEq/L y su efecto termina
efectos cardiotóxicos del potasio. entre 2 y 4 h.
• Glucosa al 50 % (100 mL): incrementa el glucógeno – Diuréticos tiazídicos y de asa frecuente en combi-
y favorece la penetración del potasio al interior de nación, puede aumentar la excreción de potasio si la
la célula. función renal es adecuada:
Hipermagnesemia Clasificación
Se acepta este diagnóstico cuando los niveles de – Ligera: 90-95 mEq/L.
magnesio están por encima de 2,5 mEq/L. Es un tras- – Moderada: 80-89 mEq/L.
torno muy raro y a veces de poca significación clínica. – Grave: < de 80 mEq/L.
Etiología Etiología
– Insuficiencia renal oligúrica aguda y crónica. – Sobrecarga líquida adicional.
– Acidosis intensa. – Vómitos, aspiración gastroduodenal o pérdidas por
– Uso prolongado de magnesio como catártico o como fístulas gástricas o duodenales.
antiácido. – Uso prolongado de diuréticos y esteroides.
– Quemaduras. – Acidosis respiratoria crónica. Alcalosis hipopota-
– Traumatismos. sémica.
Fig. 6.6. Algoritmo para la interpretación de las alteraciones del equilibrio ácido-base.
Hipoalbuminemia. Es la causa más común de dis- Anión restante urinario. El anión restante urina-
minución del anión restante en pacientes críticos. La al- rio se usa para identificar un defecto en la acidifica-
búmina sérica conforma alrededor de la mitad (11 mEq/L) ción tubular renal (acidosis tubular renal ATR) en pa-
de la equivalencia aniónica total del pool aniónico no cientes con acidosis metabólica hiperclorémica (anión
medido, que es de 23 mEq/L. Por tanto, una disminu- restante normal). El principio es igual al del anión res-
ción de 50 % de la albúmina sérica ocasiona una dismi- tante sérico. Los electrólitos que se suelen medir en la
nución de 25 % en la equivalencia aniónica total. orina son sodio, potasio y cloruro. El principal catión no
Si se tienen valores normales de electrólitos séricos, medido de la orina es el amonio, forma de excreción
una disminución de 50 % en la albúmina sérica da lugar del ácido titulable (el H+ se liga al amoníaco para for-
a una disminución del anión restante de 5 a 6 mEq/L. mar amonio). Cuando el amonio urinario se incrementa
En consecuencia, un anión restante de 12 mEq/L normalmente en respuesta a una carga ácida, el anión
se debe corregir a 17-18 mEq/L. Cuando la albúmina
restante urinario disminuye y se torna negativo. Sin
sérica tiene valores equivalentes a la mitad de lo nor-
embargo, cuando se altera la acidificación urinaria,
mal; este es un factor de corrección importante debido
el amonio urinario se reduce y el anión restante au-
a la prevalencia de la hipoalbuminemia en la población
de pacientes de unidades de terapia intensiva (UTI) y menta (se torna más positivo). La tabla 6.4 expone cómo
porque puede dar una diferencia en el descubrimiento se puede usar el anión restante urinario para diferen-
de una acidosis con anión restante elevado. ciar las pérdidas gastrointestinales de bicarbonato de
Hiponatremia. Es otra causa común de disminu- la acidificación tubular renal defectuosa.
ción del anión restante pero el mecanismo no está cla-
ro. Como la mayor parte de las causas de hiponatremia Tabla 6.4. Anión restante urinario
implican sobrecarga hídrica, el agua libre adicional re-
duce el cloruro sérico, tanto como el sodio sérico deja Anión restante urinario pH urinario Diagnóstico
el anión restante sin modificaciones. Sin embargo, el
cloruro no muestra una reducción equivalente en la Negativo < 5,5 Normal
mayor parte de los casos de hiponatremia. Un posible Positivo > 5,5 ATR
mecanismo consiste en que otros cationes no medidos Negativo > 5,5 Diarrea
(magnesio y calcio) se incrementan en el suero en la
Aniones totales = Cationes totales
hiponatremia, y el cloruro es necesario para equiparar An m + Cn m = Na+ + K+ + Cn M
la neutralidad eléctrica. An M - Cn M = (Na+ + K+) - Cl-
Solución
intravenosa Osmolaridad Glucosa Na+ Cl- K+
(mOsm/kg) (g/L) (mmol/L) (mmol/L) (mmol/L) (mmol/L)
Dextrosa 5 % 278 50 0
Dextrosa 10 % 556 100 0 0
Dextrosa 50 % 2770 500 0 0 0
Clorosodio 0,45 % 154 0 77 77 0
Clorosodio 0,9 % 308 0 154 154 0
Clorosodio 3 % 1026 0 513 513 0
Ringer lactato y
28 mmol/L de lactato 274 0 130 109 4
Soluciones electrolíticas:
- Cloruro de sodio (ClNa): 1 g = 15 mEq Cl- y de Na+
- Cloruro de potasio (ClK): 1 g = 16 mEq Cl- y de K+
- Gluconato de potasio (GK): 1 g = 4,25 mEq K+
- Cloruro de calcio (Cl2Ca): 1 g = 5 mEq Ca++
- Gluconato de calcio (GCa): 1 g = 5 mEq Ca++
- Sulfato de magnesio (SO4Mg): 1 g = 8,12 mEq Mg++
Cambio de volumen
Solución Espacio de distribución AIC (mL) LIT (mL) (mL)
Plasma
1 000 mL de dextrosa 5 % en agua Agua corporal total 665 250 85
1 000 mL de suero salino normal Solo en agua extracelular 0 750 250
1 000 mL de suero salino medio normal
500 mL de agua Agua corporal total 335 125 40
500 mL de suero salino normal Solo en agua extracelular 0 375 125
1 000 mL de plasma Restringido al plasma 0 0 1 000
CAPÍTULO 7
ASEPSIA Y ANTISEPSIA
Dr. Marco Taché Jalak
Antecedentes
Durante siglos los pacientes operados sufrían in-
fecciones, muchas de las cuales provocaban la muerte
por: erisipela, gangrena, tétanos, septicemia, infeccio-
nes necrotizantes, piohemia, entre otras.
Una indudable contribución en la lucha contra las
infecciones la aportó el tocólogo húngaro Igmar
Semmelweis. En Viena, donde trabajaba, observó que
la propagación de la fiebre puerperal, enfermedad co-
nocida desde tiempos de Hipócrates, que ocasionaba
numerosas muertes entre las mujeres que parían en
hospitales con precarias condiciones sanitarias, era
ocasionada por los médicos, quienes la trasmitían de
una parturienta a otra cuando las examinaban sin la-
varse las manos. Estos conceptos los publicó en 1861. Fig. 7.1. Lavado simple de las manos; necesario antes y después de
En la sala del hospital donde trabajaba, con la in- tocar a un paciente.
troducción del lavado de manos con sustancias anti-
sépticas, logró que descendiera considerablemente la que la formación de pus era un proceso normal en la
transmisión de la enfermedad y la muerte de las pari- curación de los enfermos sometidos a cirugía. El pus
das (Fig. 7.1). Fueron, sin dudas, de gran importancia que se presentaba bajo esas condiciones era llamado
los métodos antisépticos de Semmelweis contra la in- pus laudable y aparecía después de la fiebre; de color
fección puerperal cuando todavía no se había demos- blanco, de consistencia cremosa y precedía, en los
trado el papel que desempeñaban los gérmenes en la mejores casos, a la curación.
infección. Luego de los trabajos de Pasteur comenzó una épo-
En el siglo XIX, el sabio francés Louis Pasteur com- ca distinta en la historia de la cirugía. Estimulado por
probó que la fermentación y putrefacción ocurrían por estos descubrimientos, Lister, cirujano inglés, enunció
gérmenes que se multiplicaban y no por generación los principios de la antisepsia, con lo que provocó una
espontánea como se creía, al igual que se aceptaba verdadera revolución en la práctica médica. A partir
CAPÍTULO 8
CAMPO OPERATORIO
Dr. Leonel González Hernández Aut
ANESTESIOLOGÍA
Dr. Juan G. López Héctor, Dr. Eustolgio Calzado Martén, Dr. Pedro E. Nodal Leyva y Dr. Alberto Yero Velasco†
Desde que el hombre hizo su aparición sobre la preconizadores, una lucha egoísta por la primacía del
Tierra se ha tenido que enfrentar al dolor, ya fuese de- descubrimiento que a la postre fue trágica para sus
bido a traumatismos propios de su vida errante y de participantes y produjo algún descrédito entre los cien-
lucha contra la naturaleza o producto de una afección tíficos. No obstante las dificultades que se presentaron
patológica. En los tiempos más remotos buscó la solu- para su introducción como actividad habitual en la ci-
ción por medio de los dioses que él mismo creaba para rugía y a pesar de que ya se habían realizado aneste-
dar una explicación a los fenómenos naturales que le sias para extracciones dentales, con óxido nitroso y con
rodeaban y para los cuales no tenía respuesta. Sin de- éter anteriormente, es aceptado mundialmente que fue
jar de apoyarse en los aspectos místicos, la práctica los el doctor Morton quien realizó la primera demostración
llevó a tratar de encontrar en las plantas sustancias en un centro científico, exitosamente el 16 de octubre
que fueran capaces de producir alivio al dolor, como la de 1846.
adormidera, la mandrágora, el beleño, bebidas alcohó-
Pocos meses después, el 11 de marzo de 1847 se
licas y muchas otras. También aplicaron algunas técni-
realizó en Cuba, por el doctor Vicente Antonio de Cas-
cas rudimentarias como comprimir los vasos del cuello
tro (Fig. 9.1), la primera anestesia con éter; tuvo tanto
para producir hipoxia cerebral y por lo tanto incons-
ciencia, para practicar operaciones breves como la cir- éxito que todas las operaciones que se realizaron en
cuncisión con fines religiosos. Eran tiempos en los que ese año contaron con anestesia etérea; marcó un hito
la base principal del éxito del cirujano era la velocidad en la historia de la medicina cubana y en especial de la
para operar y su destreza. Esta era persistió hasta fi- cirugía.
nes del siglo XIX.
A comienzos del siglo XIII se aplicaba con buenos
resultados la esponja soporífera, que producía una ver-
dadera anestesia inhalatoria y se comenzaba a operar
después de que el enfermo estaba dormido. Fue por
esta época que se acuñó la palabra anestesia, para
designar el acto de producir el sueño con fines quirúr-
gicos, con el mismo sentido que se emplea en nuestros
días, aunque no con el mismo éxito.
A fines del siglo XVIII, los trabajos acerca de la quí-
mica tomaron un aspecto más científico, iniciados con
el estudio de los gases en general. En 1799, Humphrey
Davy estudió los efectos del óxido nitroso, describió
que era capaz de producir analgesia y además de ser
euforizante, lo que hizo que le denominaran popular-
mente gas hilarante.
Estos estudios preliminares fueron continuados por
otros y en 1824 se les extirpaban tumores a animales
con el empleo de óxido nitroso como agente anestésico.
La verdadera anestesia quirúrgica se efectuó con Fig. 9.1. Primera anestesia en Cuba por el doctor Vicente Antonio
el uso del éter, con el que se sentaron las bases para el de Castro, 1847.
desarrollo de esta especialidad y se aportó un bien a la
Humanidad que dividió a la cirugía en dos épocas: an- Con gran rapidez continuó su progreso la anestesia
tes de la anestesia y después de la anestesia, como general; mejoraron los agentes anestésicos, las técni-
ocurrió con la asepsia y los antibióticos. cas y equipos hasta la actualidad, en que se han alcan-
No fue fácil que se aceptara este nuevo avance de zado niveles insospechados en su práctica y base
la ciencia; llevarlo a la práctica creó primero, entre sus científica, que permiten a su vez que las diversas espe-
Anestesia general
Clasificación
De acuerdo con la vía de administración:
– Inhalatoria.
– Intravenosa.
– Rectal.
– Intramuscular.
Fig. 9.4. Medios para abordar la vía aérea.
De acuerdo con el circuito:
– Abierto. El método más simple y que no requiere de equipo
– Cerrado. o instrumento alguno, es la maniobra de levantar el
– Semicerrado. maxilar inferior e hiperextender la cabeza para hacer
que la lengua, mantenida por sus soportes naturales,
De acuerdo con la presencia de reinhalación: quede separada de la faringe y por lo tanto, permita el
– Sin reinhalación. paso de los gases hasta los pulmones y su salida hacia
– Con reinhalación total. la atmósfera.
– Con reinhalación parcial. En algunas oportunidades, esta sencilla maniobra
puede significar la diferencia entre la vida y la muerte,
Para administrar una anestesia general, por cual- pero en otros casos se debe de apoyar con la amplia-
quiera de las vías antes señaladas, se debe contar con ción de los canales nasofaríngeo u orofaríngeo, con el
una vía aérea superior expedita y sin posibilidades de empleo de tubos que se fabrican al efecto.
que queden obstruidas durante la operación, ya sea por Tanto unos como los otros, están hechos de goma
la propia lengua al caer sobre la faringe, por vómitos o de plástico y usualmente son desechables, aunque
que pudieran penetrar en la tráquea, secreciones existen algunos que se pueden reesterilizar. La cánula
Anestesia por vía rectal en el recto; quedan sus resultados a merced de múlti-
Esta técnica, que fue empleada hace muchos años ples factores que son incontrolables, lo que puede ha-
cer que su empleo resulte peligroso.
con éter o avertina en solución oleosa, ha ido en desu-
so con el tiempo, ya que la absorción del agente anes-
tésico utilizado es difícil de predecir y sus efectos se
Anestesia por vía intramuscular
pueden prolongar por muchas horas de una forma in- Esta vía de administración de la anestesia se en-
controlable. En la actualidad su empleo ha quedado cuentra limitada en la actualidad a la narcosis basal en
prácticamente limitado a narcosis basal en anestesia anestesia pediátrica, donde se emplean con estos fines
el tiopental sódico o la ketamina preferentemente en
pediátrica, con el uso de una solución de tiopental a 2,5 o
dosis muy exactamente medidas de acuerdo con el peso
5 %, para emplear volúmenes pequeños y que no pro-
de los niños y a su estado físico. Tiene el gran inconve-
duzcan efectos defecatorios que harían que se elimine
niente, como la anestesia rectal, de que una vez inyec-
una parte de la dosis administrada. Por este método se
tado no se conoce cuánto tiempo va a durar su acción
puede realizar una buena narcosis que permita, una vez por desconocimiento en cada caso de la velocidad de
dormido el niño, realizar distintos procedimientos como absorción del agente inyectado. No obstante, es un re-
la venipuntura, la disección de venas, traqueostomía, o curso más en manos del anestesiólogo experto en anes-
realizar intervenciones quirúrgicas de pequeña magni- tesia pediátrica, que le permite dormir al paciente antes
tud. Su gran inconveniente, como se señaló, es que es de realizar maniobras que necesitan la cooperación del
casi imposible predecir sus efectos una vez aplicados niño o su total indiferencia e insensibilidad.
Tabla 9.6. Dosis máximas y concentraciones de los agentes anestésicos locales para realizar infiltraciones y
bloqueos de nervios pequeños
Separadores:
– Balfour.
– Finochietto.
– Gosset.
– Escápula.
– Deaver.
– Garfios (Billroth).
– Farabeuf. Fig. 10.1. Hojas de bisturí. Usos variados.
Se puede utilizar fijándolo entre el pulgar y los de- Fig. 10.4. Tijera de Mayo.
más dedos con ligero apoyo sobre la cara palmar de la
mano. El corte debe ser firme, uniforme, sin movimientos
repetidos ni interrumpidos. En los drenajes de absce-
sos se utilizan hojas de lancetas, con las que después
de penetrar la cavidad se realiza un movimiento inver-
tido seccionando el techo del absceso. En pequeñas
amputaciones se usan bisturís de hoja fija, que son más
fuertes y permiten ejercer mayor presión en los cortes.
Cuchillete. Instrumento de mango grueso y de
sólida hoja de 6 pulgadas. Se usa para grandes
amputaciones y desarticulaciones (Fig. 10.3).
Capítulo 10. Instrumental, equipos, materiales de sutura y protésicos utilizados en cirugía 135
Pinzas hemostáticas. Diferentes modelos tienen
en común que se presentan con ramas curvas o rec-
tas; de uso frecuente es la pinza Kocher para hemos-
tasia en planos superficiales, que presenta dientes en
su extremidad (Fig. 10.11).
Fig. 10.14. Pinza mixter o de cístico con la extremidad curva en Fig. 10.17. Pinza triangular de pulmón, para uso en bronquio y
grado variable. pulmón.
Capítulo 10. Instrumental, equipos, materiales de sutura y protésicos utilizados en cirugía 137
Fig. 10.19. Pinza de Lahey utilizada en la cirugía del tiroides. Fig. 10.22. Separador de Balfour.
Capítulo 10. Instrumental, equipos, materiales de sutura y protésicos utilizados en cirugía 139
Agujas y material de sutura – Sintéticas:
• Nylon.
La variedad de agujas de uso más frecuente se
• Poliamida.
puede clasificar en rectas y curvas, con filo o sin filo.
• Poliuretano.
Las rectas con filo se usan en la sutura de piel y
• Ácido poliglicólico.
son manejadas directamente por las manos del cirujano.
• Poliéster.
Las agujas curvas necesitan el empleo de portaagu-
• Polipropileno.
ja para su manipulación.
La aguja curva con filo se usa también en la piel y
Según su comportamiento en los tejidos, pueden
las curvas sin filo para planos musculoaponeuróticos y
ser absorbibles las de origen animal, excepto seda, y
en general, en los tejidos de planos profundos.
las sintéticas derivadas del ácido poliglicólico; no
La curvatura de la aguja puede ser circular o de
absorbibles las de origen vegetal, mineral y sintéticas.
medio círculo y la punta se puede presentar de forma
Sus calibres se presentan en rangos que oscilan de
triangular y punta de diamante, que facilita su penetra-
0 a 4 los mayores y de 0 a 9/0 los menores. Aunque su
ción en cartílagos, periostio y tejido óseo (Fig.10.31).
longitud es variable, la más frecuente es de 75 cm.
Existen también agujas que traen acoplados el material
Las suturas de origen animal se producen a partir
de sutura en la extremidad contraria de la punta (sutu-
del intestino delgado de varios animales, en particular
ra atraumática), denominada así porque no se produce
el carnero. Su absorción se produce en un tiempo va-
el doblez del hilo de sutura en el ojo de la aguja, dismi-
riable de 7 a 21 días y en mayor tiempo en las aleacio-
nuyendo el trauma en el tejido a su paso (Fig. 10.32).
nes con cromo. En la práctica se denominan catgut
simple y cromado, con calibres del 00 al 3, de uso fre-
cuente para la ligadura de vasos sanguíneos después
de pinzados y ligaduras en general. Estas suturas pue-
den presentarse unidas a la aguja (curva o recta),
suturas atraumáticas, (gastrointestinal) de uso frecuente
en planos superficiales y profundos. El tipo cromado
puede manifestar rechazo con supuración y expulsión
de hilos.
De origen animal también es la seda, pero no es
absorbible y se utiliza en la sutura de piel; en los planos
profundos puede presentar rechazo con la formación
Fig. 10.31. Agujas rectas y curvas, con filo.
de granulomas y abscesos.
Se presentan también con la aguja atraumática y
en forma de seda virgen calibres 5/0 y 9/0 para cirugía
oftálmica y vascular, en las que se utilizan amplificadores
de imagen (microcirugía).
Las suturas de origen vegetal se han sustituido pro-
gresivamente por materiales sintéticos; el lino y el al-
Fig. 10.32. Agujas atraumáticas. godón son los más usados y existen calibres variados
desde 3/0 hasta el No. 3. Con el agave y otros se han
Los materiales de suturas según su origen se clasi- realizado ensayos sin aplicación frecuente ni produc-
fican en: ción industrial importante.
– Origen animal: Las suturas minerales se presentan en forma de
• Catgut alambres de acero inoxidable, torcidos o monofilamento
• Seda de calibres finos, para ser montados en agujas; tam-
– Vegetal: bién se presentan adicionados a la aguja (sutura
• Lino atraumática) para tendones y planos óseos. Es de va-
• Algodón lor esta sutura para reintervenciones en pacientes con
• Agave rechazo a otros tipos de suturas, hernias y reparacio-
– Mineral: nes de grandes defectos de pared.
• Alambre acero inoxidable. Las suturas sintéticas de poliéster son en general
• Grapas metálicas. no absorbibles y se utilizan en sustitución de los catgut
Capítulo 10. Instrumental, equipos, materiales de sutura y protésicos utilizados en cirugía 141
Fig. 10.37. Método para realizar un nudo auxiliado con una pinza.
Para realizar la sutura de los diferentes tejidos los En la cirugía gastrointestinal se utilizan las, que in-
puntos se sitúan en posiciones variadas (Figs. 10.38, vierten los bordes (Fig. 10.40).
10.39, 10.40. 10.41 y 10.42). En la figura 10.41 se ilustran la sutura vascular in-
En la figura 10.38 se muestran los puntos frecuen- vertida (A) y la sutura de tendones (B), esta última con
tes en piel y aponeurosis. Puntos separados: A. punto entrecruzamiento que permite mantener unidos los ex-
en X; B. punto en U y C. punto simple. tremos con solidez.
Las suturas continuas son de uso frecuente en pe-
ritoneo y aponeurosis, también como suturas Puntos totales, subtotales o sutura
intradérmica en piel. En la figura 10.39 se expone la de descarga
sutura de Cushing, que invierte el borde de la herida;
Estos puntos se utilizan para reforzar las suturas
se usa también en cirugía gastrointestinal.
de heridas en pacientes con afecciones debilitantes
(anemias, desnutrición, neoplasias, obesidad). Se des-
criben dos tipos de puntos, totales y subtotales (inter-
nos y externos), como se muestra en la figura 10.42.
Microcirugía
La microcirugía es de uso frecuente en cirugía
oftálmica y vascular y para esta se utiliza instrumental
especializado.
Las figuras 10.43 y 10.44 muestran la lupa
microbinocular magnificadora y set con instrumental
variado, de uso frecuente en microcirugía vascular,
Fig. 10.38. A. Puntos en X; B. Puntos en U y C. Puntos simples. revascularizaciones y cirugía oftálmica.
Capítulo 10. Instrumental, equipos, materiales de sutura y protésicos utilizados en cirugía 143
Fig. 10.45. Muestra del instrumental utilizado en la cirugía de mí-
nimo acceso.
Bibliografía
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Ultrastructural Alterations of Polytetrafluoroethylene Prosthesis
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Fig. 10.48. Prótesis metálicas autoexpansibles para estenosis en Bellon JM, PhD, García Carranza A, MD, Jurado F PhD, García
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Kart Storz GMBH (1994): Endoscopy Surgery In General Surgery.
extremidad inferior del tubo presenta un aditamento de
2da Ed.
goma fina plegable que realiza un mecanismo antirreflujo Lorca Marín SA. (1996): Catálogo de sutura. Murcia. España. Ed.
(prótesis de Härring) (Fig. 10.49). J. Godoy, pp. 15-97.
En general, el material de las prótesis y mallas es Torroella Mata E y cols. (1978): Cirugía. Diagnóstico de los Tumo-
sintético; existen además prótesis metálicas y de goma. res del Abdomen, Tomo1; Barcelona. Inst. del Libro Ed. Espax;;
pp. 156-68.
Capítulo 10. Instrumental, equipos, materiales de sutura y protésicos utilizados en cirugía 145
PARTE IV
CAPÍTULO 11
El abordaje venoso se realiza con la finalidad de aponeurosis. Finalmente desemboca en la vena axilar
garantizar una vía para la infusión de líquidos, la admi- en el extremo inferior de la axila.
nistración de medicamentos y para monitorear la pre- La vena mediana basílica se une con la vena radial
sión venosa, periférica o central. y forma un segundo tronco ascendente, la vena cefálica,
El abordaje venoso puede hacerse de alguna de las que sigue el borde externo del músculo bíceps y pasa a
formas siguientes: la región braquial anterior. En toda su porción braquial
1. Percutáneamente a una vena periférica. es subcutánea, recorre el canal bicipital externo hacia
2. Percutáneamente a una vena profunda. arriba y es paralela a la anterior. En la parte superior
3. Por disección de una vena periférica. de la región se hace oblicua hacia adentro y se introdu-
ce en el surco deltopectoral, en un desdoblamiento de
A continuación se realizarán algunas referencias la aponeurosis, asciende hasta la clavícula y a este ni-
anatómicas sobre el sistema venoso periférico y se vel aboca en el extremo superior de la vena axilar y
tratarán cada una de estas tres formas de abordaje venoso. establece relaciones importantes con el origen de la
arterial axilar (Figs. 11.1 y 11.2).
La vena axilar nace por la unión de las dos venas
Anatomía del sistema venoso humerales y la basílica.
periférico En los miembros inferiores, la vena safena interna
se desliza por delante del maléolo interno y después
Las venas de la región braquial se encuentran en
sobre la cara interna de la tibia. Asciende verticalmen-
número de dos: la basílica y la cefálica. Las venas te por la cara interna de la pierna a nivel del tejido
cefálica y basílica son ramas de la vena mediana que celular subcutáneo, más superficialmente que la vena
en el vértice de la V bicipital se divide en estas dos. La safena externa, ya que esta última avanza por detrás
vena mediana basílica va al encuentro de la vena cubital, del maléolo externo, perfora la aponeurosis para des-
la alcanza y se une con ella; de su fusión resulta un embocar en la vena poplítea y transcurre por el plano
tronco único que es la vena basílica, la cual recorre de subaponeurótico, de aquí que debe utilizarse la vena
abajo hacia arriba el canal bicipital interno. Cuando lle- safena interna, que es la más accesible.
ga a la parte media del brazo perfora la aponeurosis A nivel de la ingle, las venas superficiales transcu-
braquial y va por un conducto fibroso que le forma esta rren de abajo hacia arriba en el tejido celular subcutáneo
Abordaje de una vena periférica
Indicaciones y técnicas
El acceso vascular depende de la severidad de la
inestabilidad cardiovascular. En los estadios en que la
presión arterial se encuentra estable y la frecuencia
cardiaca es menor que 100, se debe canalizar una vena
periférica a nivel antecubital. Si existen signos y sínto-
mas de inestabilidad cardiocirculatoria, deben insertar-
se catéteres gruesos en una vena de la fosa cubital de
uno de los miembros superiores o en los dos miembros
superiores y en la safena interna, para asegurar la ad-
ministración de líquido por encima y por debajo del
diafragma.
La vía de acceso vascular periférica debe realizar-
se mediante colocación de catéteres gruesos y cortos,
preferentemente de calibre 16 o mayor, siguiendo el
concepto de la ley de Poiseuille, que es la que determi-
na que el flujo es proporcional a un cuarto del radio de
la cánula utilizada e inversamente proporcional a su lon-
Fig. 11.1. Red venosa superficial del antebrazo. gitud; de esta forma el uso de catéteres con las carac-
terísticas mencionadas garantiza la administración de
grandes volúmenes de líquidos con rapidez.
Indicaciones
– Falta de sitio venoso periférico o incapacidad para
canular una vena periférica.
– Al poder monitorear el corazón derecho a través de
la PVC puede regularse el volumen y la velocidad
de infusión de los líquidos y electrólitos necesarios
en cada caso.
Fig. 11.2. Red venosa superficial del brazo.
– Cuando el paciente presenta un cuadro de shock
hipovolémico persistente, la vía periférica no es sufi-
anastomosándose entre sí y forman una red de mallas
anchas e irregulares, pero la más importante y la única ciente y se requiere chequear con periodicidad la
que tiene nombre propio es la safena interna, volumi- PVC.
nosa, que sigue la parte interna de la región y desem- – Para la administración de soluciones irritantes, in-
boca en forma de cayado (cayado de la safena) en la cluyendo agentes ionotrópicos.
vena femoral a 3 o 4 cm por debajo del arco crural – Administración de medicamentos que son incompa-
(Figs. 11.3 y 11.4). tibles y requieren múltiples catéteres intraluminales.
Vías de acceso
– Vena yugular interna (Fig. 11.5).
– Vena subclavia (Fig. 11.6).
– Vena femoral (Fig. 11.7).
Yugular Para cualquier Cirugía previa Bajo riesgo Confusión de Lesión de arteria
interna indicación de cuello, cuello de neumotórax marcas de carótida, conducto
corto u obeso; reconocimiento torácico; embolismo
trombosis venosa; en obesos aéreo, neumotórax
guías o marcas Síndrome
no confiables de Horner. Arritmias
Disección de una vena periférica Fig. 11.9. Proyección topográfica de la vena subclavia y sus relacio-
Es la separación de un segmento de vena de las nes anatómicas.
estructuras adyacentes a través de una cirugía
meticulosa, abrir una pequeña porción de la cara ante- La vena safena interna debe disecarse a nivel del
rior del vaso y colocar dentro de este un catéter para la tobillo, en un punto situado a 2 cm por delante y por
administración de un líquido de cualquier naturaleza.
encima del maleólo tibial.
En los casos donde la canalización de una vena
periférica no pueda realizarse, a causa del colapso Técnica de la venodisección
vascular en el estado de shock hipovolémico, se acon-
seja la venodisección quirúrgica. Los lugares recono- Se realiza de la forma siguiente (Fig. 11.10):
cidos son a nivel de la safena interna y de las venas de 1. Limpieza de la piel del tobillo o del brazo con solu-
los brazos, canalizando siempre venas periféricas como ción antiséptica.
se mostró en las figuras 11.1 a la 11.4. 2. Limitación del campo operatorio con paños de cam-
En el brazo, el lugar de preferencia es la vena me- po o paño hendido.
diana basílica, en la región antecubital a 2,5 cm por 3. Uso de anestesia local en el sitio de elección. Infil-
fuera del epicóndilo humeral, en el pliegue de flexión trar la piel y el tejido celular subcutáneo con solu-
del codo. Puede utilizarse también la vena cefálica. ción de lidocaína a 0,5 %.
Conducta
En el primer caso se puede intentar conservar el
anillo con el proceder siguiente: Fig. 12.2. Corte del anillo encarnado con cizalla o alicate.
Se pasa el extremo proximal de un hilo de mediano
calibre por debajo del anillo y se comienza a enrollar
progresivamente, en sentido distal, el hilo sobre la zona
Extracción de un anzuelo
edematosa hasta rebasar el área que obstaculiza la ex- de las partes blandas superficiales
tracción. Se inician entonces movimientos circulares La estructura del anzuelo, terminado en punta y
del cabo proximal del hilo por detrás del anillo que al con ganchos laterales, hace fácil su penetración, pero
desenrollarse hace progresar al anillo hacia la zona distal su extracción en sentido retrógrado es impedida por
del dedo (Fig. 12.1). los ganchos laterales que lesionarían aún más los teji-
En el segundo caso, previa desinfección de la heri- dos por desgarro.
da, se procede a cortar el anillo con cizalla, cortaalambre Por lo tanto, para su extracción se realizan los pa-
ortopédico, con movimientos gentiles o uso de aneste- sos siguientes:
sia, si las condiciones del paciente lo exigen (Fig. 12.2). 1. Antisepsia de la zona lesionada.
Proceder complementario. No se debe cerrar la 2. Bloqueo anestésico.
herida y se aplicará antibiótico local.
Al penetrar un anzuelo se pueden presentar dos
situaciones:
1. La lanceta está subcutánea; en esta situación se
hace progresar el anzuelo en el mismo sentido de
penetración hasta que aparezca en la piel la punta
(Fig. 12.3).
2. La lanceta está en posición externa.
Bibliografía
Torroella, E. (1976): Traumatismo de partes blandas y sus compli-
Fig. 12.4. Corte de la lanceta del anzuelo. caciones. Tomo I. Editorial Sepas, Barcelona. p. 259-63.
Tratamiento
Cuando el paciente acude a la consulta del médico
con la infección en un estadio muy inicial, práctica-
mente en etapa de celulitis, sin colección aparente de
pus, el proceso infeccioso puede ser abortado median-
te tratamiento con fomentos fríos; aplicación local, 2 o
3 veces al día, de pomadas antibióticas (neobatín,
neomicina, gentamicina, etc.) y/o antiinflamatorias
(bencidamina). También se pueden administrar medi-
camentos antiinflamatorios por vía oral: butacifona,
bencidamina, indometacina, 1 tableta/8 h.
Cuando el paciente viene a la consulta con el pro-
ceso infeccioso ya establecido, con la colección
purulenta localizada, está indicado el drenaje quirúrgi-
co para evitar su progresión.
Si el pus es muy escaso bastará levantar la cutícu-
la con la punta del bisturí, entre esta y la uña, para Fig. 13.3. Algunos de los procedimientos quirúrgicos que se pue-
den practicar en la paroniquia. A. Extirpación del ángulo de la base
hacerlo brotar. Si la infección es más avanzada y pro-
de la uña. B. Incisiones a cada lado de la uña para extirpar toda la
funda, será necesario, según la magnitud de esta, prac- base de la uña. C. Levantamiento del colgajo de piel formado.
ticar intervenciones más cruentas, para lograr un D. Extirpación de toda la base de la uña. E. Reposición del colgajo
drenaje efectivo de pus. de piel sobre la gasa embebida en pomada antibiótica.
PUNCIONES
Dr. Marcelino Feal Suárez, Dr. Justo Piñeiro Fernández y Dr. Héctor del Cueto Espinosa
Punción pleural
Es una maniobra fácil y sencilla, que consiste en
penetrar a la cavidad pleural con una aguja o trocar
con el objetivo de extraer aire o líquido allí retenido.
Indicaciones
Fig. 14.3. Punción de la pared abdominal, en la zona previamente – Síndrome de interposición gaseosa:
anestesiada, hasta llegar a la cavidad peritoneal, con un trocar largo • Neumotórax: es una acumulación de aire en la
número 20 o 21.
cavidad pleural, bien del tipo espontáneo o de ori-
gen traumático.
Según Llanio y otros, se puede afirmar que otros – Síndrome de interposición líquida:
aspectos macroscópicos del líquido aspirado en la pun- • Quilotórax: es la presencia de quilo en la cavidad
ción abdominal pueden ser: pleural, debido, más comúnmente, a traumatismo
– Líquido claro, de color cetrino, amarillo o amarillo
que produzca rotura del conducto torácico.
verdoso: fácil de obtener, puede corresponder a
• Hemotórax: es la acumulación de sangre en la
trasudados que recuerdan las enfermedades circu-
latorias, renal, hepatoportal o nutricional. pleura, casi siempre debido a un traumatismo que
– Líquido hemorrágico: hace pensar en tumores ma- lesione algunos o varios de los vasos sanguíneos
lignos con participación peritoneal en infarto o trom- intratorácicos.
bosis, así como en algunas infecciones peritoneales • Derrame pleural: casi siempre son secundarios a
como por ejemplo, la tuberculosis. alguna enfermedad primaria, tanto intratorácicas
– Líquido espeso, francamente exudativo: correspon- (tumor maligno, neumonías, insuficiencia con-
de a supuraciones e infecciones en general. gestiva, tuberculosis, etc.) como intraabdominal
Técnica
La punción puede tener un fin diagnóstico, ya que
permite estudiar el líquido acumulado en la cavidad
pleural y terapéutica, evacuar el aire o líquido conteni-
do en esta y mejorar los síntomas que presentaba el
paciente.
Materiales que se deben utilizar
– Una aguja o trocar calibre 16 a 18 F.
– Una llave de tres pasos.
– Jeringuilla de 20 a 50 mL.
– Solución anestésica.
Procedimiento
1. Aunque en el examen físico se puede delimitar el
nivel del derrame o la presencia de aire, es nece-
sario y conveniente tener una radiografía del tórax Fig. 14.4. Proyección del fondo del saco pleural costodiafragmático:
anteroposterior, lateral u oblicua para ser precisos A. Punto más bajo en que debe ser hecha la punción. B y C. Sitios pe-
en el momento de la punción. ligrosos para la punción, donde el hígado puede ser fácilmente lesionado.
2. El paciente estará preferentemente sentado, o en
decúbito supino en posición de Fowler.
3. Se realizará antisepsia de la piel y se procederá a
infiltrar la piel y demás planos de la pared hasta la
pleura parietal con una solución de lidocaína a 2 %.
4. El nivel de la punción variará según se desee aspi-
rar aire o líquido, siempre siguiendo el borde supe-
rior de la costilla, a fin de evitar la lesión del paquete
vasculonervioso intercostal, situado en el borde in-
ferior de esta (Figs. 14.4 y 14.5).
5. Si la causa de la punción es un atrapamiento ga-
seoso, esto se hará a nivel del 2do. espacio
intercostal y línea medioclavicular; si se debe a un
derrame, se localizará el espacio más declive y la
punción se realizará en la línea axilar media o más
posterior.
Para evitar la entrada de aire a la cavidad pleural
durante la punción, se adaptará una llave de tres
pasos entre el trocar y la jeringuilla y si no se tiene,
se puede utilizar un pequeño tubo de goma o plástico Fig. 14.5. Corte sagital de la pared torácica. Forma en que debe ser
cerrado con una pinza (al aspirar el contenido, pasa introducido el trocar para no lesionar el paquete vasculonervioso
a la jeringuilla, se cierra uno de los pasos de la llave intercostal. 1. Músculo. 2. Tejido celular subcutáneo. 3. Pleura. 4.
Fascia endotorácica. 5. Costilla. 6. Paquete vasculonervioso. 7.
y se pasa el contenido al frasco colector); si es con Músculo intercostal. 8. Trocar.
Síndrome pericárdico
Las manifestaciones clínicas son resultado de la
irritación, invasión o lesión del pericardio, tanto de su
hoja visceral como parietal.
La aparición de este síndrome puede ser aguda o
crónica y dar lugar a la formación de una colección
líquida intrapericárdica en cantidad variable y de dife-
rentes características, que puede llegar a interferir con
Fig. 14.7. A. Introducción del trocar después de anestesiar local- el adecuado funcionamiento cardiaco y afectar la
mente y hacer una pequeña incisión en la piel. B. Una vez introdu- hemodinámica hasta grados extremos que pueden con-
cido el trocar en la cavidad pleural, se coloca a su través una sonda ducir a la muerte.
de Nélaton o similar, multiperforada en su parte distal. Obsérvese El pericardio normalmente es poco distensible, pero
que el trocar se introdujo siguiendo el borde superior de la costilla y si la acumulación de líquido es lenta, puede llegar a
que el extremo exterior de la sonda está ocluido con una pinza. C.
Extracción del trocar y fijación de la sonda. Obsérvese que se coloca
soportar grandes cantidades (hasta 2 a 3 L); no ocurre
una pinza sobre la sonda a nivel de la piel, para evitar la entrada de así cuando el llenado del saco se produce en forma
aire a la cavidad pleural. súbita, entonces puede ocasionar alteraciones
Fig. 14.10. A. Uso del electrocardiograma para detectar el posible contacto cardiaco al realizar la punción. B. Alteraciones electrocardiográficas
al contactar el corazón con la aguja.
b) Comparar el hematócrito de la sangre extraída
en la primera aspiración con el de la sangre
periférica: el primero debe ser inferior. Si fueran
similares la sangre será intracardiaca.
c) Realizar determinación de la saturación de oxí-
geno de la sangre aspirada que debe mostrar un
nivel inferior a 35 % si es intrapericárdica.
2. Punción de arteria coronaria: en extremo peligrosa
y difícil de precisar. Pueden aplicarse las pruebas
señaladas anteriormente.
3. Arritmias cardiacas: se tratarán de acuerdo con su
tipo y forma de presentación, que se determinaran
mediante el electrocardiograma.
Fig. 14.11. Colocación de un catéter a través de la aguja de punción 4. Paro cardiaco: se procederá a retirar la aguja y
cuando se desea mantener la aspiración. realizar maniobras de resucitación.
TRAQUEOSTOMÍA
Dr. Alejandro García Gutiérrez ´
consta, en su parte superior, de un dispositivo que la Fig. 15.4. Cánula de traqueostomía que se utiliza en traqueostomía
fija transitoriamente al pabellón de la cánula externa. para la ventilación del paciente. Véase el balón de baja presión y el
– Mandril: solo se utiliza, al ser colocado dentro de la fino tubo que se utiliza para su insuflación.
cánula externa, para facilitar la introducción de esta
en la tráquea. Una introducida, se extrae rápidamente • Torundas, gasas y apósito.
el mandril y se sustituye por la cánula interna, la cual • Paño hendido.
debe ser fijada a la externa por medio del dispositivo • Jeringuillas y agujas para anestesia local.
que se ha descrito. • Solución antiséptica.
• Frasco de procaína a 1 %.
Cuando la traqueostomía tiene la finalidad de per- • Cinta de hiladillo (dos tramos de 20 cm cada uno).
mitir la ventilación del paciente con un equipo mecáni-
co de ventilación, sustituyendo así el uso de un tubo oro Es conveniente tener todo este material disponible,
o nasotraqueal, las cánulas que se utilizan, también de ya estéril, en bandejas preparadas para ese efecto.
distintos calibres, para adaptarse a las dimensiones de Preparación preoperatoria
la tráquea del paciente, son de material plástico y están Generalmente no es necesaria, o no hay tiempo,
provistas de un pequeño balón inflable externo, de baja para una preparación preoperatoria especial. Si es po-
presión, para lograr la obliteración completa de la luz sible y necesario debe rasurarse la cara anterior del
de la tráquea e impedir la fuga de los gases que se cuello para facilitar la realización de la operación.
administran a su través. Además, tiene también un pa-
bellón en su extremo superior, con dos orificios para Posición del paciente
fijar la cánula con una cinta alrededor del cuello del Es muy importante, se debe tener un ayudante que
paciente (Fig. 15.4). fije la cabeza del paciente en la posición correcta du-
– Los demás instrumentos, equipos y materiales re- rante toda la operación. Se coloca al paciente en decú-
queridos son: bito supino, con el cuello hiperextendido sobre un
• Bisturí. soporte cilíndrico situado transversalmente bajo los
• Tijeras: Mayo y Metzembaum. hombros. Se debe tener mucho cuidado de mantener
• Dos pinzas de disección con dientes. el mentón alineado en la línea media con el punto me-
• Seis pinzas hemostáticas tipo Nelly o mosquito. dio de la horquilla esternal, para no perder las relacio-
• Portaagujas. nes anatómicas (Fig. 15.5).
• Dos separadores de Farabeuf o similares. Es recomendable colocar al paciente en ligera po-
• Dos separadores de garfio o ganchos de Chevalier sición de Trendelenburg para evitar el embolismo ga-
Jackson, o pinzas de erina, para fijar la tráquea. seoso hacia el encéfalo, si se abre inadvertidamente
• Material de sutura 3-0: catgut simple y no una de las venas del cuello, antes de su ligadura, por
reabsorbible. donde se puede succionar el aire y prevenir la aspira-
• Equipo de aspiración central o portátil. ción de sangre u otras secreciones hacia el árbol respi-
• Equipo de electrocirugía. ratorio.
Cuidados posoperatorios
Estos pacientes, casi más que cualquier otro, re-
quieren la atención permanente de personal especiali-
Fig. 15.7. Apertura de la abertura traqueal con el mango del bisturí zado, el cual debe tener presente que su vida depende
para ayudar en la introducción de la cánula.
de la vigilancia que les mantengan, ya que al estar pri-
vados de la voz no pueden llamar pidiendo ayuda. Al
evitar la sección de la porción membranosa de este lado del lecho del paciente debe haber un aspirador y
órgano y de la cara anterior del esófago, con produc- una sonda estéril para extraer las secreciones tra-
ción de una fístula traqueoesofágica, de extraordinaria queales cada vez que sea necesario, e impedir que es-
gravedad, pues la luz de la tráquea se estrecha con los tas se sequen y obstruyan la cánula, la tráquea o el
movimientos respiratorios violentos y con el llanto en resto del tracto respiratorio. Además, debe contarse
los niños. con facilidades para la administración de oxígeno.
Introducción de la cánula. Debe seleccionarse La cánula interior debe retirarse para su limpieza
una cánula del calibre adecuado, que ocupe holgada- por lo menos una vez cada hora o antes, si fuera nece-
Fig. 15.9. Cánula fijada en su posición con las cintas alrededor del cuello. En ambos casos se requiere una nueva interven-
ción quirúrgica para su corrección.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
DE LA HERIDA
Dra. Martha E. Larrea Fabra y Dr. Alfredo Ceballos Mesa
Fig. 16.2. Técnica del injerto venoso. A. Hemostasia con el uso de clamps vasculares. B. Disección del segmento de vena que se selecciona
para utilizar el injerto. Este último se dilata con suero fisiológico cerrando sus extremos. C. El cabo invertido de la vena se anastomosa al
cabo proximal de la arteria, previa sección de la adventicia de los bordes. D. Sutura del borde posterior. E. Sutura de la cara anterior. F.
Dilatación de la sutura recién hecha para comprobar que no existe sangramiento o fuga. Puede utilizarse a nivel del injerto una solución de
heparina a 10 %, previa limpieza de los restos de sangre de la zona suturada. G. Sutura del cabo inferior. H. Se retiran los clamps
hemostáticos, primero el colocado en el extremo distal y luego el proximal. I. Los pequeños sangramientos se controlan con la presión por
varios minutos con una torunda. Puede emplearse sulfato de protamina si se administró la solución de heparina.
Fig. 16.6. Resección quirúrgica de los bordes de la herida. Fig. 16.7. Extracción de tejidos necróticos y cuerpos extraños.
En la atención médica de las lesiones traumáticas precisarse por simple inspección o bien dibujarse sobre
se requiere del tratamiento simultáneo de las fracturas el propio miembro.
junto con las otras manifestaciones presentes. El trata- – En el miembro superior. Se hace la observación
miento de toda fractura se rige por cuatro pasos que manteniendo el codo extendido y la palma de la mano
no deben ser violados: mirando hacia delante (supinación), la línea se ex-
1. Inmovilización de urgencia, preferiblemente en el tiende desde el acromion hasta el centro del codo y
mismo sitio de la lesión para proceder a la trans- de allí se dirige hacia fuera por el antebrazo y termi-
portación del lesionado. na en el tercer metacarpiano y su dedo. Esto crea
2. Reducción o afrontamiento de los extremos óseos. un ángulo de 170º entre ambas líneas medibles en el
3. Inmovilización ininterrumpida (por distintos proce- codo o que es conocido como cúbito valgo fisiológi-
deres) hasta obtener la consolidación. co (Figs. 17.1 y 17.2).
4. Movilización precoz de las articulaciones no inclui- – En el miembro inferior. La línea eje se observa con
das en la inmovilización. el paciente en decúbito supino, ella se extiende des-
de la espina ilíaca anterosuperior (palpable en el
En este capítulo se tratará lo inherente al primero coxal) hasta el centro de la rótula y sigue recta has-
de estos pasos, donde se ven involucrados los soco- ta terminar en el borde interno del pie. Aquí se utiliza
rristas, el personal técnico del Sistema Integrado de además el criterio de la línea de carga, que en el
Urgencias Médicas (SIUM) y muy en especial, el mé- fémur es igual al eje, pero que a nivel de la rótula se
dico de la familia y el especializado en medicina gene- desplaza hacia afuera para terminar en el espacio
ral integral. interdigital primero del pie, entre ellas dos se crea un
ángulo de unos 7º, que es el valgo fisiológico (genus
valgo-fisiológico). De esta forma los dedos del pie
Conceptos relacionados (denominados artejos) estarán verticalmente miran-
Antes de adentrarse en las características de es- do o apuntando hacia arriba.
tos procederes, es necesario conocer conceptos que
los regirán:
Primero. La diferencia entre la actitud, la posición
y la deformidad que puede asumir un miembro al mo-
mento del examen del paciente.
– Actitud. Es la disposición en que se encuentra un
miembro o segmento del mismo que no puede ser
corregido por el propio paciente. Se le llama habi-
tualmente actitud antálgica y se basa en una espe-
cie de defensa que adopta el paciente frente al dolor,
la que necesita de ayuda médica para corregirla.
– Posición. Es la situación de un miembro o segmento
en el espacio, que es posible revertirla por el paciente.
– Deformidad. Es una posición mantenida y rígida que
no es posible revertirla por el paciente ni por la ayu-
da de otra persona, sino que requiere de anestesia y
procederes operatorios para conseguirlo.
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CURACIONES Y VENDAJES
Dr. Ignacio Morales Díaz
Vendajes
Venda es una porción de cualquier material de tela
o gasa que se utiliza para fijar una curación sobre una Fig. 18.1. Vendaje circular para zona cilíndrica.
Fig. 18.7. Vendaje para la mano. Debe dejar libre los dedos para
efectuar movimientos.
Quiste triquilemal y epidérmico 4. Se realiza una incisión elíptica siguiendo los plie-
gues cutáneos, con bisturí o electrobisturí, acorde
El quiste triquilemal (pilar o sebáceo) y el quiste con el tamaño del quiste, centrada por la depresión
epidérmico son tumoraciones quísticas benignas que del folículo o por el comedón si existe (Fig. 19.2).
se desarrollan a partir del folículo pilosebáceo y de la 5. Se llega hasta la cápsula sin abrirla, se utiliza la
capa epidérmica. elipse de piel que queda adherida al quiste para
El tratamiento consiste en la extirpación quirúrgi- traccionar gentilmente, se diseca aquella y se se-
ca, se realiza una incisión elíptica sobre la piel que lo para de la piel y del tejido celular subcutáneo que
origina, extirpando toda la cápsula del quiste. la rodean, hasta su total remoción, pues si se deja
sin extirpar un fragmento de la cápsula el quiste se
Indicaciones
reproduce (Fig. 19.3).
El tratamiento quirúrgico está indicado en: 6. Se realiza la hemostasia cuidadosa electrocoa-
– La profilaxis de las complicaciones. Abscedación, gulando o ligando los vasos con catgut simple fino.
fístulas, granulomas y malignización. 7. Se cierra el espacio muerto tomando el tejido celu-
– Por razones estéticas cuando estén situados en la lar subcutáneo de un lado, del fondo y del otro lado,
cara, cuero cabelludo y otras regiones visibles. con 2 o 3 puntos, para su obliteración.
– Después de haberse curado de una abscedación para 8. Se procede al cierre de la piel con puntos interrum-
eliminar la cápsula y evitar su reproducción. pidos o intradérmicos con suturas no absorbibles:
– Cuando por su localización plantar o palmar den im- nylon, seda, poliéster u otras, se retiran a los 7 días
potencia funcional. los interrumpidos y a los 10 o 15 días los intradér-
– En la remota posibilidad de degeneración maligna. micos. Si el quiste está situado en una zona de
mucho movimiento (codos o rodillas, por ejemplo,
Tratamiento de la infección
los puntos interrumpidos deben dejarse 10 días.
Cuando ocurre la infección del quiste, en el perio- 9. Se cubre la zona quirúrgica con un apósito ligera-
do inicial en que no hay abscedación estará indicado el mente compresivo para complementar la hemos-
uso de fomentos fríos y antibióticos por vía oral. tasia y la obliteración del espacio muerto, el cual
En la abscedación se impone la incisión y el drena- puede dejar de utilizarse a partir de las 24 h de la
je, la toma de muestra para cultivo y antibiograma, eli- operación.
minación de todo el contenido: keratina, sebo y pus. 10. El quiste debe ser remitido a anatomía patológica
Se administran antibióticos por corto tiempo y se para su estudio histológico.
hará cura local diaria manteniendo cubierta la lesión
hasta su curación.
Después el paciente será remitido para tratamien- Exéresis de un lipoma del tejido
to quirúrgico a fin de extirpar la cápsula residual. celular subcutáneo
Técnica de la resección Indicaciones
1. Se rasura la piel y se hace la antisepsia de la región
Las indicaciones de la exéresis de un lipoma del
con antisépticos: yodopovidona, yodo y alcohol, o
tejido celular subcutáneo son:
solución hidroalcohólica de clorexidina (hibitane). – Estéticas.
2. Se coloca un paño hendido estéril u otro similar, – Dolor o molestias por estar situados en zonas de
alrededor de la lesión. posibles traumas.
3. Se infiltra en forma romboidal la piel alrededor del – Trastornos funcionales.
quiste, el tejido celular subcutáneo y por debajo de – Gran volumen.
este, así como la piel a lo largo de la incisión previs- – Crecimiento rápido.
ta con lidocaína o novocaína a 1 o 0,5 %. (Fig. 19.1). – Antecedentes de inflamación o abscedación.
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sobre todo en aquellos lipomas grandes y profundos y ed. p. 272-83.
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La sutura puede realizarse con puntos simples, Mayo Torroella, E., J.A. Presno, J.M. Vidal, A. García, R. Guerra, F.
clásico, intradérmicos y otros, de acuerdo con la loca- Torroella, y M. Sánchez (1978): Cirugía. Vendajes. Tomo I.
lización y características de la herida. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. p. 435.
Tratamiento
El trombo puede estar asociado, en ocasiones, a un
edema peritumoral. En este caso es preferible prescri-
bir un tratamiento antiinflamatorio por unos días, para
eliminar el edema, mejorar las molestias por el dolor y
preparar las condiciones para realizar el tratamiento
quirúrgico definitivo, en el caso que persistan las mo-
lestias.
Con este proceder puede suceder que la piel que
recubre el trombo se ulcere y expulse espontáneamen-
te el coágulo. En el caso que no suceda esto, persistan
las molestias y no haya mejorado el edema, se proce-
derá a realizar la extracción del coágulo.
Fig. 20.1. Hemorroide trombosada que requirió incisión radiada
para extraer el trombo.
Técnica quirúrgica
Se procede a rasurar la piel perianal. Se aplicará García, O., R. Rodríguez, y L. Villasana (1967): Nuestro proceder
una solución antiséptica en la piel que lo cubre y se en el tratamiento quirúrgico de las hemorroides. Rev. Cub Cir.
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Barcelona. Pueblo y Educación. La Habana.
La formación de un absceso superficial debe pre- trate de un absceso de menores dimensiones y más
venirse evitando la contaminación, mediante un estric- accesible, en un paciente que colabore con el trata-
to cumplimiento de la normas de asepsia y antisepsia miento. Con menos frecuencia se ha utilizado la anes-
con los instrumentos y maniobras realizadas a los pa- tesia por refrigeración con un vaporizador de cloruro
cientes y con un tratamiento antibiótico efectivo de las de etilo sobre el lugar de la incisión.
infecciones difusas de la piel y de los tegumentos, como La anestesia local no debe emplearse como blo-
es la celulitis, pues cuando ya se ha formado no existe queo de campo periférico, por el riesgo de diseminar la
otra solución satisfactoria que su amplia incisión y dre- infección por los gérmenes causantes del absceso, sino
naje. Dejado a su evolución, el tratamiento antibiótico mediante infiltración progresiva por vía intradérmica,
ya no resulta efectivo debido al bloqueo de la circula- linealmente en la zona que debe seguir la incisión, con
ción que impide su llegada al foco infeccioso y su dre- una aguja bien fina (No. 26) (Fig. 9.9, capítulo 9), con
naje espontáneo se hace por un orificio de insuficiente lo que se obtiene una analgesia óptima durante la rea-
amplitud, que lleva generalmente a la formación de una lización de la cirugía, aunque no evita el dolor cuando
fístula, que requiere un tratamiento quirúrgico mucho
se efectúa el desbridamiento y limpieza del interior de
más complejo.
la cavidad que contiene el pus (Fig. 21.1).
Indicaciones Se realiza la incisión sin rebasar los extremos de la
zona infiltrada por la solución anestésica, hasta llegar a
La incisión y drenaje de un absceso superficial está
la cavidad del absceso (Fig. 21.2), se evacúa todo el
indicada cuando se comprueba la colección de pus en
pus que contiene, después de lo cual se realiza, con
su interior, bien mediante el examen físico, que mues-
maniobras gentiles, la exploración de esa cavidad, con
tra la fluctuación característica (Capítulo 34 “Infeccio-
nes de las partes blandas superficiales”) o por la el dedo enguantado del cirujano, o un instrumento romo,
observación de una zona ecolúcida en la ultrasonografía con el objetivo de conocer la existencia de cavidades
de la región, o la aspiración del pus, mediante una jerin- secundarias, que deben ser comunicadas ampliamente
guilla provista de una aguja del calibre adecuado, cuando entre sí y con el exterior, o de bridas en su interior, las
clínicamente existen dudas sobre la existencia de di- cuales deben ser divididas, para facilitar el drenaje de
cha colección purulenta, lo que puede ocurrir cuando las secreciones. Se debe tomar una muestra del pus
el absceso está profundamente situado en el tejido ce- del absceso para su estudio bacteriológico y la deter-
lular subcutáneo en las personas obesas. minación de la sensibilidad de los gérmenes encontra-
dos mediante un antibiograma.
Técnica
Después de ser tomadas las medidas de asepsia y
antisepsia por el cirujano, que debe estar provisto de
ropas y guantes estériles, se aseptiza la región con una
solución de yodo-polivinilpirrolidona, clorhexidina u otra
similar y se limita el campo operatorio con un paño
hendido, después de lo cual se procede a realizar la
anestesia.
Como método anestésico se puede utilizar una anes-
tesia general, por vía intravenosa, con un agente
intravenoso de acción rápida como el propofol, sobre
todo cuando el paciente no colabore con el tratamien-
to, o el absceso sea muy voluminoso o profundo. Tam-
bién se emplea una anestesia local infiltrativa con una Fig. 21.1. Corte transversal de un absceso subcutáneo para preci-
solución de novocaína o lidocaína a 1 % cuando se sar el nivel intradérmico de la infiltración anestésica.
Fig. 22.5. Sonda en T (tubo de Kehr) para colocar en el interior del Fig. 22.7. Sonda de Foley o de balón de dos ramas para cateterismo
colédoco. vesical.
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Fig. 22.12. Drenaje torácico con presión negativa controlada de biliary ascariasis/presentation and management. Experience.
tres frascos o en una sola pieza, como la que se muestra. World J. Surg. 24(9):1143-5.
OSTOMÍAS
Dr. Calixto Cardevilla Azoy, Dr. Gerardo de La Llera Domínguez y Dr. Alejandro García Gutiérrez
El término ostomía viene del vocablo latín ostium y Las ostomías pueden clasificarse de acuerdo con
del griego stoma que quieren decir boca. O sea, que es sus características, pero al mismo tiempo pueden per-
el orificio o abertura practicada a un órgano hueco para tenecer a varios de los otros aspectos citados.
comunicarlo con el exterior, en cuyo caso el nombre De acuerdo con el carácter. La necesidad de
resultante se compone del que corresponde al órgano practicar una ostomía puede ser de carácter urgente
a que se practica la abertura, seguido del sufijo ostomía cuando se requiera para preservar la vida. Ejemplo de
(por ejemplo, gastrostomía), o bien para comunicarlo esto es una traqueostomía por obstrucción laríngea o
con otro órgano, en cuyo caso el término comienza con una cecostomía por oclusión del colon en asa cerrada.
el nombre del órgano donde se ha practicado la abertu- En el resto de los casos en que la ostomía sea impres-
ra, seguido del nombre del órgano hacia donde aquél cindible pero no requiera una actuación rápida, se lla-
se ha derivado (por ejemplo, gastroduodenostomía). mará electiva.
De acuerdo con la porción del órgano aboca-
da. Cuando se aboca toda la luz del órgano al exterior,
Tipos de ostomías generalmente porque se requiere realizar una deriva-
Las ostomías se clasifican de acuerdo con: ción completa de su contenido, o porque se ha extirpa-
1. El carácter: do total o parcialmente la porción distal del órgano, la
a) Urgente. ostomía se denomina terminal (esofagostomía cervical
b) Electiva. en una ruptura del esófago torácico o colostomía ter-
2. Con la porción del órgano abocada: minal como complemento de una exéresis
a) Terminal. abdominoperineal del recto). La ostomía terminal pue-
b) Lateral. de ser de una sola boca, cuando solo se aboca el extre-
3. La perdurabilidad: mo proximal del órgano, bien sea porque la parte distal
a) Temporal. se haya extirpado (amputación abdominoperineal del
b) Definitiva. recto), o porque se haya dejado obliterada y abandona-
4. La localización: da en una cavidad del organismo (colostomía de
a) Aparato respiratorio: Hartmann), pero también puede ser de dos bocas o en
– Traqueostomía. cañón de escopeta, como ocurre en la colostomía de
– Pleurostomía. tipo Rankin-Mikulicz.
b) Aparato digestivo: Por el contrario, cuando solamente se necesita una
– Esofagostomía (Fig. 23.1). descompresión o una derivación parcial del contenido
– Gastrostomía.
– Duodenostomía.
– Yeyunostomía.
– Colostomía
– Colecistostomía.
– Coledocostomía.
c) Aparato urinario:
– Nefrostomía.
– Pielostomía.
– Ureterostomía.
– Cistostomía.
d) Otras: miringostomía o timpanostomía.
5. El propósito:
a) Descompresiva.
b) Derivativa. Fig. 23.1. Esofagostomía cervical por sonda en una herida del esó-
c) Con fines de alimentación. fago cervical. Cortesía del profesor Alfonso Vicencio Trovar.
Técnica
1. Se efectúa un despegamiento del marco duodenal
del peritoneo (maniobra de Kocher) y se cierra el
muñón duodenal en la forma habitual.
2. Se deja una abertura por donde se introduce en el
duodeno una sonda de Nélaton calibre 20 F, con
varios orificios en su parte delantera y se fija a la
línea de sutura, asegurando que no se pueda des-
plazar, ya que el duodeno no puede ser llevado a la
pared abdominal, por donde se exterioriza la son-
da, por lo que se debe atravesar previamente un
segmento del epiplón mayor.
3. Se exterioriza la sonda por una contraabertura y se
fija a la piel para evitar que se disloque.
Yeyunostomía
desde la pared anterior del abdomen del paciente Se lleva a cabo casi siempre con fines alimentarios,
hasta su boca, pasando por el interior del estómago. aunque en condiciones excepcionales se emplea tam-
5. Al extremo de la guía que sale por la boca, se le bién con fines derivativos.
ata el pabellón de una sonda de Pezzer calibre 16 a
18 F, a la que previamente se ha destechado en su Indicaciones
porción dilatada de “sombrilla”. Las mismas de las gastrostomías, siempre que no
6. Se procede entonces a tirar suavemente del extre- pueda ser utilizado el estómago para garantizar la nu-
mo abdominal de la guía a fin de que la sonda vaya trición del paciente. Se debe incluir entre las indicacio-
progresando, hasta que emerge por la incisión ab- nes con fines de alimentación, la utilización del yeyuno
dominal. Se sigue tirando de la sonda hasta que en aquellas operaciones del esófago en las que se han
llegue al tope lo que quiere decir que está situada practicado suturas, a fin de poder alimentar precozmente
en su lugar y se procede a su fijación en forma por vía enteral al paciente y esperar el tiempo necesa-
habitual a la piel. rio para la consolidación de las suturas esofágicas. En
caso de dehiscencias del muñón duodenal se emplea,
Duodenostomía además, con fines derivativos, al colocarse al mismo tiem-
Se usa con fines derivativos. po una sonda en dirección proximal, para aspiración.
Técnicas
Cecostomía
Cecostomía por sonda. Se realiza en la cara an- Fig. 23.9. Colostomía doble o en cañón de escopeta (Rankin-
terior del ciego, confeccionando dos suturas en “bolsa Mikulicz). Si el cabo distal se deja cerrado y abandonado en la
de señora”, concéntricas, que no se anudan y que de- pelvis constituye la técnica de Hartmann.
jen un espacio interior suficiente para poder realizar
una incisión penetrante hasta la luz del ciego y pasar a
su través una sonda de Pezzer calibre 30 F, la que debe
ser destechada en su porción dilatada en “sombrilla”, a
fin de facilitar su posterior extracción. Una vez colo-
cada en su sitio, se anudan las “bolsas de señora”, pri-
mero la más interna, para después anudar la segunda,
con lo que queda invaginada la anterior y parte de la
pared del ciego. La sonda se extrae por una contra-
abertura en la fosa ilíaca derecha, quedando la pared
del ciego adosada al peritoneo parietal. Se pueden dar
algunos puntos de fijación de la pared del ciego al peri-
toneo parietal y la sonda se fija a la piel con 1 o 2 pun-
tos de material no reabsorbible (Fig. 23.10).
Cecostomía lateral. Se extrae una parte de la pa-
red anterior del ciego por una incisión de McBurney, Fig. 23.10. Cecostomía por sonda.
Coledocostomía
Indicaciones
Se realiza generalmente durante operaciones de
colecistectomía, cuando se descubre que existen cál-
culos en la vía biliar principal, para lo que se abre esta
Fig. 23.11. Maniobra de “matar el espolón” o provocar la necrosis y se extraen los cálculos, no se recomienda el cierre
de las dos paredes adosadas de los dos cabos del colon exterioriza- primario del colédoco por el peligro de dehiscencia de
dos en forma paralela, con uno de los diversos enterotribos que
la sutura, que estará sometida a una presión creciente
existen, como paso previo para el restablecimiento de la continui-
dad de este órgano, una vez resuelta la causa que motivó la como ocurre normalmente en las vías biliares. Ante
colostomía. todo se debe tener precaución sobre el sitio que se vaya
Prolapso
Es más frecuente en las ileostomías que en las
colostomías. En estas, cuando se realizan en doble ca-
Fig. 23.17. Separación de la mucosa de la colostomía de la piel.
Fig. 23.18. Retracción del estoma. Fig. 23.19. Estenosis de la boca de la colostomía.
TRAUMATISMOS
CAPÍTULO 24
En el papiro egipcio encontrado por Edwin Smith y atri- ria hasta de 2 a 4 h para reducir la mortalidad global a
buido al médico y arquitecto Imhotep (3000-2500 a.n.e.), 2,4 %. En la guerra de Viet Nam, a pesar de la derrota
se relata de 48 casos de traumatismos, de los cuales, sufrida por los norteamericanos, estos desarrollaron las
44 eran graves, ordenados de la cabeza al calce. medidas iniciales de la terapia intensiva y lograron re-
Homero, en La Ilíada (1000 a.n.e.) hace la primera ducir el tiempo de evacuación de los heridos, por me-
referencia a la atención organizada en el campo de dio de la vía aérea (helicópteros), a 1 h como promedio,
batalla, con la mención de 147 heridas, con una morta- con lo que consiguieron reducir la mortalidad a 1,8 %,
lidad de 77 %. Con posterioridad, los romanos, aluden estadísticas que, para este tiempo, eran difíciles de lo-
la atención de sus heridos en zonas o lugares especia- grar en centros de atención urbana para civiles.
les fuera del campo de batalla, en los siglos I y II. Por lo expresado se deduce la enorme importancia
Fue el Barón Larrey, jefe de los cirujanos de que tiene el tiempo que media, entre el momento en
Napoleón, quien crea dos conceptos básicos para la que se produce la lesión y su atención inicial o definiti-
atención inicial de los traumatismos en las guerras: el va, que ha sido denominado por el comité de trauma
empleo de la ambulancia rápida, que redujo el tiempo del Colegio Americano de Cirujanos, los treinta minu-
inicial para la atención de los heridos y su concentra- tos de oro; para alcanzarlo es necesaria una capacita-
ción, y el tratamiento en zonas lo más cercanas posible ción adecuada, con el aprendizaje de las medidas y
a la línea de combate, principios que tienen todavía ple- habilidades que puedan cumplir ese objetivo.
na vigencia. El término traumatismo procede del griego trauma,
En la guerra civil de los EE.UU. los tiempos de que significa herida, que es un vocablo general que
traslado de los heridos eran de días y la mortalidad glo- comprende todas las lesiones, psicológicas u orgáni-
bal fue de más de 14 %. Durante la Primera Guerra cas, internas o externas y sus consecuencias locales o
Mundial, el tiempo que transcurrió entre la producción generales para el organismo, causadas por la acción
de las lesiones y su atención fue entre 12 y 18 h, en la de cualquier tipo de agente vulnerante, externo o interno.
Segunda Guerra Mundial el tiempo disminuyó hasta de Los agentes vulnerantes son, por lo tanto, muy varia-
6 a 12 h y descendió también la mortalidad de los heri- dos y pueden ser primarios, cuando actúan de manera
dos. Ya en la guerra de Corea, los norteamericanos directa sobre el organismo, o secundarios, cuando son
lograron desarrollar la terapia antishock y consiguieron producidos por la acción de un agente vulnerante pri-
un traslado rápido de sus heridos hasta hospitales qui- mario, cuya potencia lo hace provocar secundariamente
rúrgicos móviles, llevando el tiempo de atención prima- las lesiones sobre la víctima. Ejemplo de esto es el caso
de la acción de los proyectiles de grueso calibre (caño- Además, están incluidas en este grupo las lesiones in-
nes o bombas), que hacen que se desprendan frag- ducidas por la onda expansiva, originadas por explosio-
mentos de piedras, cristales u otros materiales nes de sustancias líquidas o gaseosas en la vida civil o
(denominados por esta razón, agentes vulnerantes o como consecuencia del estallido de grandes proyectiles
proyectiles secundarios); que al actuar sobre el herido y bombas en los conflictos bélicos, las cuales pueden
con la potencia y velocidad que les transmite el agente causar lesiones internas de elevada gravedad.
original, producen lesiones, por lo general anfractuosas
y muy contaminadas, de extraordinaria gravedad. Cuadro clínico
La gravedad de las lesiones traumáticas depende Los síntomas fundamentales de las contusiones son
de la variedad, tipo y características del agente que las el dolor y la hemorragia subcutánea, aunque es posible
produce, así como de otros factores, dentro de los que que se presenten otros, según la intensidad de la lesión.
se encuentran: la posición del lesionado en el momento Dolor. Su intensidad depende de la importancia del
de su producción; el ambiente en que se produjo el trau- traumatismo y de la región que haya sufrido el daño;
matismo; la región y el o los órganos afectados; la por ejemplo, en lugares donde hay grandes masas mus-
multiplicidad e interacción fisiopatológica de las lesio- culares el dolor es menor que en las zonas donde los
nes sufridas; las enfermedades preexistentes; el esta- huesos están más superficiales, tal como ocurre con la
do general del herido y, de gran importancia, el tiempo tibia en el borde anterior de la pierna. Igualmente, la
transcurrido, entre la producción de la lesión y el co- mayor o menor inervación del área también influye en
mienzo y calidad de la atención médica recibida. la intensidad del dolor.
En este tema se abordan los aspectos generales de Hemorragia subcutánea. Se produce por la rotu-
los traumatismos y su clasificación, pues las lesiones ra de capilares o de vasos sanguíneos de mayor cali-
que provocan en los tejidos blandos superficiales, en bre, en la región que sufrió la contusión. Se denomina
los huesos y en los órganos internos, son objeto de es- equimosis, cuando la hemorragia es debida a la lesión
tudio en otras partes de este capítulo. de capilares o vasos finos, en cuyo caso el derrame de
sangre se infiltra en el tejido, determinando solo un cam-
bio de coloración en la piel, desde el rojo negruzco,
Tipos de lesiones traumáticas violeta azulado, hasta el amarillento, según el tiempo
Por las características y forma de actuar del agen- transcurrido; estos colores se deben a los cambios que
te vulnerante, las lesiones se han clasificado en: contu- sufre la hemoglobina en ese lugar.
siones o traumatismos cerrados y heridas o Aumento de volumen o abombamiento de la
traumatismos abiertos, y estas últimas comprenden las zona. Cuando los vasos son de mayor calibre y la le-
punzantes, incisas y contusas. sión es más profunda, la hemorragia es de mayor volu-
men, por lo que se añade un nuevo signo: el aumento
Contusiones de volumen o abombamiento de la zona, fácilmente
perceptible sobre todo, si se desarrolla en un lugar don-
Son las lesiones provocadas por agentes vulne- de el plano óseo es muy superficial. Esta colección lo-
rantes romos, que no producen desgarros o soluciones calizada se denomina hematoma, cuyo signo
de continuidad en los tegumentos sobre los que actúan. característico es la crepitación sanguínea que se perci-
A lo sumo pueden mostrar pequeñas excoriaciones de be al comprimirlo con los dedos.
la piel en la zona donde actuó el agente vulnerante. Cuando el hematoma se produce muy profundo en
Habitualmente son de poca gravedad, pero pueden las masas musculares, no se observa el abultamiento
causar lesiones muy graves cuando actúan con gran descrito, pero sí un aumento de tensión que se aprecia
energía o golpean sobre regiones u órganos de impor- al palpar la piel. Esta colección sanguínea, en un plano
tancia vital, en los cuales pueden ocasionar rupturas, muscular limitado por aponeurosis inextensibles, se debe
como ocurre en el hígado, riñón y bazo, o desgarros, vigilar cuidadosamente, ya que puede dar lugar a un
como sucede con los mesos y órganos del tracto di- síndrome compartimental que requiere un tratamiento
gestivo. de descompresión inmediato.
Entre las contusiones se incluyen también las le- Esta hemorragia profunda, con frecuencia alcanza
siones provocadas por el mecanismo de desaceleración, los planos superficiales días después del traumatismo,
tales como las caídas de altura y las proyecciones del con posterioridad continúa los planos anatómicos de
cuerpo sobre superficies duras y firmes, como ocurren acuerdo con la ley de la gravedad. Se manifiesta, en
en los accidentes en cualquier medio de transporte. las zonas declives, en forma de manchas extensas de
Los programas educativos para niños y adultos Estas pertenecen a las prohibiciones que se incumplen
mediante todos los medios de divulgación masiva: la por parte de los conductores, ya que, como se conoce,
televisión, la radio, la prensa escrita, las producciones es difícil que haya probabilidad de éxito cuando se espe-
fílmicas, los avisos, los mensajes y los temas elabora- ra un cambio de conducta de los individuos, entonces es
dos disponibles por medio de la red de informática, con- importante aplicar la protección automática.
forman un importante eslabón en la cadena de Aquí se incluye el uso obligado de:
prevención de lesionados en el hogar, por tanto favore- – Cinturones de seguridad.
cen la disminución de la morbilidad y mortalidad por – Parabrisas con cristales irrompibles.
esta causa. – Volantes plegables y doblegables.
Se denomina politraumatismo, al conjunto de lesio- También pueden ser clasificados para la prioridad
nes provocadas simultáneamente por una violencia de su atención y su traslado en, estable e inestable.
externa, que afecta dos o más órganos del mismo o de La gravedad del trauma depende de varios facto-
distintos sistemas, cuya simultaneidad no solo es la suma res o condicionales, estos son:
de las alteraciones fisiopatológicas ocasionadas por – Su intensidad: está en relación directa con la energía
cada una de estas, sino que provoca su interacción y con que ha actuado el agente vulnerante. La ener-
reforzamiento; todo lo cual da lugar a un cuadro clínico gía es transmitida al paciente y a toda su anatomía
muy complejo que compromete seriamente las funcio- en el momento del contacto, a mayor energía se pro-
nes vitales del traumatizado. Por lo tanto, debe quedar ducen mayores lesiones o consecuencias.
bien claro que no es el número de las lesiones lo que – Los órganos o sistemas lesionados por la energía
distingue al proceso, sino la interrelación fisiopatológica transmitida por el agente traumático, están en rela-
entre estas y su gravedad; cuando esta circunstancia ción directa con su gravedad y sus consecuencias.
no está presente se trata solo de varias lesiones – El grado de comprometimiento de los parámetros
(poliheridas) que, aunque hayan ocurrido de manera vitales, las causas que lo han hecho posible y la pron-
simultánea, evolucionan de manera independiente unas titud con que se logren restablecer y estabilizar.
de otras. – Las condiciones propias del paciente como son: edad,
peso, estado nutricional, enfermedades o padecimien-
tos (agudos o crónicos) concomitantes en el momento
Características del trauma, situaciones especiales como el embara-
de un politraumatizado zo y otras, son factores que influyen o determinan
– Las características de un politraumatizado son las las características del trauma y su mayor o menor
siguientes: complejidad en el tratamiento, las posibilidades de
– Existencia de dos o más lesiones en órganos, de uno su recuperación y cura definitiva, o que termine con
o más sistemas del cuerpo humano. secuelas o la muerte.
– Que las lesiones se hayan producido simultánea-
mente. Esto conlleva a la necesidad de existencia y capa-
– Que las lesiones interactúen fisiopatológicamente y citación de componentes esenciales del sistema, tales
afecten de manera considerable las funciones vita- como: la educación, capacitación e instrucción en la
les: tensión arterial (TA), pulso, frecuencia respira- atención primaria y socorrismo, no solo al personal
toria (FR) y estado de conciencia. médico y paramédico, sino también a la mayor canti-
– Que todo lo anterior ponga en grave riesgo la vida dad de integrantes de la población; la coordinación del
del lesionado. transporte de enfermos y accidentados, especializado
o no, y la organización de un amplio sistema de aten-
Este tema solo se limita a los aspectos generales ción en los hospitales para la recepción y atención de
de los politraumatizados y a la conducta que se debe los politraumatizados.
seguir de inicio en su tratamiento: en el lugar del acci-
dente, durante el transporte y en el hospital. Patogenia
Los politraumatismos han cobrado gran importan-
Clasificación cia en los últimos tiempos por su elevada frecuencia,
El paciente politraumatizado puede ser clasificado ya que representan 65 % de las lesiones ocurridas en
siguiendo diversos ejes, como son: la causa de las le- los accidentes de tránsito y por la alta mortalidad que
siones, las regiones donde predominan, su magnitud y revisten en general. Los pacientes afectados por estos
gravedad. accidentes en conjunto ocupan de 10 a 12 % de las
De acuerdo con el grado y la intensidad de las le- camas de los hospitales y ocasionan el mayor número
siones pueden ser: leve, moderado y grave (muy gra- de muertes por accidentes (15 %). Esto es así, si se
ve, extremadamente grave o crítico). recuerda que para que se produzca un politraumatismo
Medio de transporte
Para el conjunto de las lesiones existen escalas para
su categorización sencillas, que tienen como objetivo Analizar cuál se debe utilizar:
dar una valoración del estado, clasificación y pronósti- – Terrestre: las ambulancias (preferiblemente), que
co de los pacientes, desde su recogida, hasta su evolu- deben reunir un mínimo de camillas con ruedas apro-
ción definitiva, con gran especificidad y sensibilidad para piadas, plegables o retráctiles, lo que hace innecesa-
la atención del politraumatizado, como la escala de trau- rios cambios, desde que se coloca al paciente en
ma Score modificada o el penetrating abdominal esta, hasta la llegada al centro de urgencia hospita-
trauma injury (PATI) u otras existentes, pero alguna laria. Con facilidad para el acceso y atención al pa-
se debe emplear. ciente y la administración de medicamentos, por parte
Todo médico debe ser capaz de conocer y realizar de un mínimo de dos personas, dotadas de material
todos los pasos iniciales, en el diagnóstico, tratamiento y medios terapéuticos básicos (oxígeno, material de
y seguimiento de la atención al politraumatizado, hasta apertura de vías aéreas, sistema de ventilación me-
su total rehabilitación, para contribuir a la disminución cánica e inmovilización, medicamentos básicos en la
de la morbilidad y mortalidad por esta causa, que se resucitación cardiorrespiratoria, de acceso de vías
denominó, en el siglo pasado, la enfermedad del siglo venosas y sueros, monitor desfibrilador (si es posi-
XX y que lo es aún más en el actual. ble) y comunicación telefónica o inalámbrica per-
manente.
Cuarta fase – Aéreo: preferiblemente helicópteros adaptados para
Corresponde a todo lo relativo a la transportación. estos fines, con iguales características que las refe-
Después de efectuar lo referido a la evaluación y el ridas en las ambulancias, para darle soporte vital
tratamiento, se mantiene al lesionado en las condicio- avanzado en un tiempo mínimo, en caso de compli-
nes siguientes: cado acceso terrestre o traslado, desde zonas de di-
– Vías aéreas permeables y ventilación adecuada con fícil acceso o alejadas.
máscara o intubación.
Asistencia durante el traslado
– Con dos vías venosas canalizadas y prefundiendo
líquidos, según la estabilidad del paciente. Se de tener en cuenta las complejas dificultades de
– Las hemorragias externas controladas. las acciones en un vehículo en movimiento, todas las
– Las fracturas inmovilizadas. maniobras básicas explicadas se deben haber realiza-
do previamente, manteniendo las vías lo más seguras
Entonces el paciente se traslada rápido y seguro posibles y ser capaces de continuar la terapéutica ini-
en el menor tiempo posible, atendiendo a las priorida- ciada, identificar nuevos problemas y enfrentar nuevas
des (triage) de las lesiones que presenta, teniendo muy complicaciones.
en cuenta que este tiempo o tiempo de rescate no debe Para los detalles de la reanimación cardiorrespira-
exceder de 15 min y consta de tres aspectos funda- toria, el tratamiento del shock y el control de los desequi-
mentales: librios hidroelectrolítico y ácido base, complicaciones
– Hacia dónde (destino). graves que pueden ocurrir en cualquiera de estas fases,
Tabla 26.2. Efectos directos de la hemorragia o grados de esta basados en porcentajes de pérdidas agudas de
volemia
Desde el punto de vista anatomopatológico se pre- Las heridas ocurren por la acción de un agente
sentan lesiones celulares que pueden ir, desde la dege- externo vulnerante. En el caso de heridas contusas
neración o infiltración celular, hasta la muerte celular. hay una sección irregular de la piel y tejidos subya-
En la primera, las alteraciones son más notables en el centes, donde puede aparecer, desde una leve ex-
citoplasma, mientras que en la segunda lo son en el coriación o abrasión, hasta un magullamiento y atrición
núcleo. de los músculos con laceración de los vasos, nervios
Los accidentes son la primera causa de muerte de leves, resultado de accidentes de tránsito, domicilia-
los cubanos menores de 50 años e influyen también en rios, laborales, deportivos o agresiones. En la mayoría
la mortalidad de grupos en edades mayores. de ellos, las lesiones son superficiales y el compromiso
Es probable que cerca de la mitad de los fallecidos encefálico es nulo o no significativo, por lo que no re-
por traumatismos en general (en países sin guerra), la quieren tratamiento neuroquirúrgico y su solución total
causa de la muerte sea un traumatismo está al alcance de las áreas de salud.
craneoencefálico (TCE) grave. El objetivo de este capítulo, es brindar información
Los traumatismos raquimedulares (TRM) provo- práctica de opciones para el diagnóstico y el tratamiento
can la muerte o lesiones permanentes en muchos acci- básico a pacientes con neurotrauma. Nociones que
dentados, predominantemente en pacientes jóvenes. permitan aprovechar la potencialidad de los profesio-
Los traumatismos, incluido el neurotrauma, repre- nales en unidades sin servicio de neurocirugía que par-
sentan un serio problema de salud. Reducir la inci- ticipan en la etapa inicial de atención a los graves y dan
dencia de muerte y secuelas permanentes requiere solución total a los pacientes leves, que no requieren
de tres elementos esenciales: un sistema de salud remisión a un centro para neurotrauma. Esta informa-
estructurado de forma que brinde cobertura a toda la ción puede ser útil también a estudiantes de medicina o
población; campañas nacionales de prevención y un enfermería, en algunas fases de sus programas.
sistema específico, organizado y normado centralmen-
te, que brinde cobertura científica y médico-legal y
permita la atención eficiente, continua y por etapas, Lesiones en los traumatismos
desde el sitio del accidente, hasta el nivel más especia- craneoencefálicos
lizado en traumatismos graves.
Por ejemplo, la mortalidad de los pacientes con TCE
Mecanismos fisiopatogénicos
grave está entre 36 y 50 %, aun en centros con gran
experiencia. Pero se puede duplicar, o más, si en algún La acción del mecanismo traumático somete al
momento de su atención, la tensión arterial sistólica encéfalo y sus cubiertas a diferentes efectos mecáni-
desciende por debajo de 90 mmHg, situación controla- cos, estos son:
ble por cirujanos generales, pediatras y anestesiólogos, – Impacto y aceleración: masa u objeto romo en mo-
en hospitales municipales, o por médicos generales y vimiento que golpea y acelera la cabeza móvil (en el
personal paramédico en policlínicos o ambulancias, con golpe que recibe un boxeador).
acciones que pueden salvar muchas vidas. – Desaceleración: cabeza en movimiento detenida
Las posibilidades de influir de manera favorable en bruscamente (un ciclista que cae y su cabeza se pro-
el pronóstico de los pacientes con neurotrauma, em- yecta contra el pavimento).
piezan desde la atención prehospitalaria, en el sitio del – Compresión craneal: impacto de masa roma contra
accidente, o al menos en las unidades de recepción cabeza fija (alguien que duerme y le cae un pedazo
primaria y culmina con la atención quirúrgica y/o de de techo en la cabeza).
cuidados intensivos, a comenzar, preferiblemente, an- – Penetración o perforación: objeto agudo en movimiento
tes de 2 o 3 h. rápido contra la cabeza o viceversa (un proyectil de
La recogida calificada, la transportación asistida, arma de fuego que encuentra una cabeza).
la inmovilización y la reanimación inicial, al menos bá-
sica, son tan esenciales para el pronóstico, como las También se pueden ocasionar combinaciones de
manos y mentes expertas al más alto nivel de la cade- estas reacciones mecánicas que provocan lesiones pri-
na de atención. marias, focales o difusas y cambios anatómicos con
Aparte de esas lesiones graves, los servicios de diferente importancia para el futuro de los pacientes:
urgencia de policlínicos y hospitales reciben a diario desplazamiento, contusión o laceración cerebral; rup-
gran número de pacientes con traumatismos craneales tura de arterias o venas encefálicas, etc.
Lesiones frecuentes
En tejidos epicraneales
La ruptura de las arterias (frontal, temporal super-
ficial y occipital) puede provocar hemorragias impor-
tantes y llevar al shock hipovolémico. Los cuerpos
extraños o sepsis en heridas de partes blandas (piel y
músculos que cubren el cráneo) pueden propagar in-
fecciones al cráneo (osteomielitis), meninges (menin-
gitis) y al encéfalo (abscesos). Fig. 28.1. Fracturas frecuentes de cráneo, que pueden ser vistas en
estudios radiológicos simples.
Por lo anterior, es importante la desinfección y
Leyenda:
hemostasia rápida de las heridas sobre el cráneo (con 1. Fractura deprimida: defecto óseo (cuando se observa en rayos X
agua oxigenada y suero fisiológico o con agua y jabón) es radiotransparente). Esquirla bajo el hueso sano (en este caso
y después de su inspección, para detectar fracturas o se observa radioopaca).
cuerpos extraños, sutura con puntos que abarquen los 2. Fractura temporobasal (visible en vista lateral).
3. Fractura de fosa posterior, solo visible en vista Towne, oculta en
tejidos por donde pasa una arteria sangrante, procedi- vista anteroposterior (AP) por los huesos faciales.
mientos que se deben realizar en el policlínico o en el
primer hospital de recepción.
En cráneo
Aproximadamente la mitad de los pacientes con
TCE importante presentan fracturas craneales. De
estos, 70 % ocurren en la bóveda y pueden ser lineales
(sin desplazamiento de los bordes de la fractura) o de-
primidas (hundimiento óseo) con formación de esquirlas.
En los niños, con hueso elástico, pueden ocurrir depre-
siones óseas sin fracturas.
El diagnóstico de las fracturas de la bóveda puede
ser por: observación, palpación a través de una herida
o radiológico (Fig. 28.1).
Cuando se toma la vista radiológica lateral del crá-
neo, es recomendable bajar el chasis, para abarcar la
columna cervical, sitio frecuente de fracturas asocia-
das, en pacientes con TCE grave.
Las fracturas de la base del cráneo pueden ser
transversales (unilaterales o bilaterales) o longitudinales
y abarcar dos o más fosas craneales (Fig. 28.2). En su
trayecto, con frecuencia, incluyen el peñasco del hue-
so temporal y, como complicación, provocan lesiones Fig. 28.2. Fracturas frecuentes de la base del cráneo (línea punteada).
de los nervios acústico y facial. Leyenda:
Cuando comprometen los senos paranasales, tie- 1. Trasversales (casi perpendiculares al peñasco). Se pueden ex-
tender hasta el área selar o, contralateralmente.
nen mayor riesgo de propagación séptica al encéfalo.
2. Longitudinales, en áreas de menos densidad ósea: techo orbitario;
Las de fosa posterior (menos frecuentes) pueden afec- lámina cribosa-conducto óptico; línea de agujeros de la base y
tar al tronco cerebral o los nervios craneales bajos: IX- paralelas al peñasco.
XII. 3. En fosa posterior, hasta el agujero occipital (menos frecuentes).
Fig. 28.3. Esquema del corte transversal del cráneo y su contenido. Hernias encefálicas y vectores dinámicos de la presión intracraneal
(flechas negras).
Leyenda:
1. Cingulada bajo la hoz.
2. Transtentorial: comprime el III nervio (N) y provoca anisocoria.
3. Del culmen cerebeloso: transtentorial hacia arriba.
4. De las amígdalas cerebelosas.
Las lesiones traumáticas de la región cervical pue- ron 15 % y actualmente, al final del milenio la inciden-
den provocar un índice elevado de morbilidad y morta- cia oscila entre 2 y 6 %.
lidad, debido a la posibilidad del daño de estructuras
vasculares, óseas, cartilaginosas, viscerales y nervio-
sas que se encuentran en algunas de las zonas anató-
Anatomía
micas en que se divide el cuello. El cuello es la región del cuerpo que se extiende,
desde el contorno inferior de la cabeza, hasta el vérti-
ce del tórax.
Antecedentes históricos El límite superior se delimita por delante, desde el
En la historia de la cirugía se reportó el primer caso borde inferior del hueso maxilar inferior y el borde pos-
operado de ligadura de la arteria carótida común y vena terior de las ramas ascendentes del propio hueso; a los
yugular interna por, el doctor Ambrosio Paré en 1552. lados, por las apófisis mastoides; hacia atrás con la lí-
El paciente sobrevivió, pero quedó con secuelas nea occipital superior. Su límite inferior lo demarca por
neurológicas, dadas por afasia y hemiplejía. delante la horquilla esternal, las clavículas y por detrás
En el siglo XIX, Flemming, en 1803 reportó un caso una línea imaginaria que, al unir ambas articulaciones
al cual le realizó ligadura de la arteria carótida común, acromioclaviculares, pase por la séptima apófisis espi-
lesionada por un impacto de bala. El paciente tuvo una nosa (Fig. 29.1).
evolución satisfactoria. Esta región se puede dividir en una parte anterior,
A finales de 1800 se reportaron rangos de mortali- dos partes laterales y una parte posterior. La anterior y
dad por lesiones vasculares cervicales de hasta 60 %. laterales por delante de la columna cervical y la poste-
Durante la guerra de Viet Nam estas lesiones alcanza- rior por detrás de la columna.
La región posterior o región de la nuca se extiende La sección, lesión o destrucción de este nervio deter-
desde ambos bordes anteriores de los músculos trape- mina una sintomatología contraria que establece el sín-
cios, y se encuentra en esta el raquis cervical con sus drome de Horner.
músculos prevertebrales (que conforman la región ver- En esta región posterior del cuello se encuentran
tebral): rectos mayor y menor anteriores de la cabeza, los planos musculoaponeuróticos, situados por detrás
largo del cuello e intertransversos anteriores y la del raquis y cubiertos por piel y tejido celular subcutá-
aponeurosis cervical profunda; el nervio simpático cer- neo, la primera abundante en folículos pilosos y el se-
vical que es continuación del nervio simpático torácico, gundo en grasa.
marcha de abajo hacia arriba frente a la apófisis Para la evaluación y conducta de las lesiones del
trasversas, contenido en un desdoblamiento de la cuello, esta región es, por lo común, dividida en tres
aponeurosis prevertebral o profunda y presenta tres zonas anatómicas: I, II y III (Fig. 29.4).
ganglios: superior, medio e inferior. Este último se une con
frecuencia con el primero y, a veces, con el segundo gan-
glio torácico convirtiéndose en el ganglio estelar.
El nervio simpático cervical se comunica con los
nervios craneales: glosofaríngeo, hipogloso y neumogás-
trico; con las arterias carótidas y el corazón, envía va-
rias fibras: dilatadoras a la pupila; secretoras a las
glándulas salivales; sudoríparas a la cabeza y el cuello
y pilomotoras al cuero cabelludo. La compresión de
este nervio provoca la ampliación de la abertura
palpebral, la pupila dilatada, exoftalmos y el aumento
de la secreción de las glándulas sudoríparas y salivales. Fig. 29.4. Zonas anatómicas del cuello.
Fig. 29.5. Región lateral del cuello, donde se muestra el músculo platysma o cutáneo superficial.
Tratamiento
Se debe enfocar en dos formas:
1. Si el paciente se manifiesta asintomático, se reali- Fig. 29.6. Algoritmo para la atención de la lesión de cuello.
za una valoración completa para conocer la exten-
sión y profundidad de las lesiones. Existen en la actualidad, criterios de varios centros
2. Si el paciente está asintomático, se aplican los cri- de salud en cuanto a la aplicación del tratamiento mé-
terios internacionales sobre la atención inicial del dico expectante en las heridas de cuello con penetra-
lesionado: ción del músculo platysma, mientras no se comprueben
a) Asegurar la vía área expedita, con control de la lesiones de estructuras u órganos cervicales utilizando
columna cervical y la estabilidad respiratoria. la avanzada tecnología en los estudios imagenológicos,
b) Lograr la estabilidad cardiovascular garantizan- por ejemplo, la TAC.
do la administración de líquidos intravenosos por Estas estadísticas han comprobado, desde el punto
vías periféricas del tipo ringer lactato o solucio- de vista económico, que una u otra conducta mantiene
nes salinas fisiológicas. resultados similares.
c) Después de logrado lo anterior, se realiza un El uso de antibióticos es aconsejable, cuando apa-
examen cervical más completo: recen lesiones de las vías aéreas o del tracto digestivo.
– Si hay un hematoma que se expande rápida- En el resto, la indicación es usualmente menor y de-
mente, es criterio inmediato de exploración pende del agente causal traumático portador de la con-
quirúrgica. taminación bacteriana. Ejemplo, heridas provocadas por
– Si existe una herida cervical penetrante con objetos punzocortantes o heridas por armas de fuego.
inestabilidad hemodinámica, sospechar la po-
Conducta específica ante las lesiones
sibilidad de lesión cervical y de lesiones
torácicas severas asociadas, como: el hemo- En la lesión de la columna vertebral se debe rea-
tórax masivo (mayor de 1 500 mL de sangre) lizar:
o neumotórax a tensión, que requieren de eva- – Inmovilización con sacos de arena o collarín y ase-
guramiento de la cabeza en la tabla espinal larga.
cuación urgente del aire con aguja y coloca-
– Evaluación neurológica por el especialista para la
ción de tubo de pleurostomía en el caso del
conducta definitiva en los casos de: luxaciones, frac-
neumotórax y, de la extracción de sangre a
turas o fractura luxación, con afectación medular o
través del tubo o sonda de pleurostomía segui-
sin esta.
do de toracotomía exploradora, en el caso del
hemotórax.
En la atención inicial a la lesión de la laringe:
– Se debe realizar una intubación endotraqueal para
En la atención de la lesión de cuello es importante asegurar la vía aérea y, si esta no es factible, proce-
la presencia de estabilidad hemodinámica o no. De ahí, der a cricotiroidostomía, y ya en el quirófano realizar
que se pueda aplicar el algoritmo que muestra la una exploración cervical, sutura o reparación de la
figura 29.6. lesión y traqueostomía.
Los traumatismos torácicos representan una de las vertebral), unidas entre sí y cubiertas a su vez por po-
urgencias más frecuentes y graves con que se puede tentes músculos que imparten los diferentes movimien-
enfrentar un médico en su práctica diaria, en cualquier tos a dicha caja, todo esto recubierto por el tejido celu-
nivel asistencial en que se encuentre. lar subcutáneo y la piel.
Las características de la vida actual, plagada de No se puede olvidar que, el músculo diafragma for-
adelantos técnicos en todos los sentidos, dan lugar a ma parte de estas paredes y es la base de la cavidad
lesiones traumáticas más frecuentes y severas que años torácica, así como el límite o separación con la cavidad
atrás, y dentro de estas, aislados o formando parte de abdominal.
un politraumatismo, ocupan un lugar preponderante los La cavidad torácica está dividida en dos hemitórax,
traumas de tórax. prácticamente simétricos y separados entre sí por el
En los EE.UU., el traumatismo es la tercera cau- mediastino, espacio que contiene importantes órganos,
sa de muerte y la primera en personas menores de estos son: corazón, grandes vasos (arteria aorta y ve-
40 años. Aproximadamente, 25 % de las 100 000 muer- nas cavas), esófago, tráquea, bronquios, conducto
tes anuales por traumas civiles, son resultado directo torácico y los nervios frénicos y neumogástricos.
de lesiones de tórax y, en otro 25 a 50 %, contribuyen
Cada hemitórax está tapizado en su interior por la
a la muerte como lesiones asociadas. La lesión
pleura parietal, que en la parte medial son los límites
torácica conlleva una mortalidad entre 4 y 12 %, si se
derecho e izquierdo del mediastino. En su interior se
asocia a otra lesión aumenta a 12 o 15 % y, si son más
de dos órganos los afectados, llega entre 30 y 35 %. encuentran los pulmones derecho e izquierdo, algo di-
En Cuba, los accidentes se ubican dentro de las ferentes entre sí en cuanto al número de lóbulos y seg-
primeras causas de muerte, y los traumas de tórax re- mentos. Entre ambas pleuras (parietal y visceral), se
presentan entre 4 y 6 % de los ingresos por forma una cavidad virtual con presiones negativas que
traumatismos en los hospitales, elevándose la mortali- varían entre 3 y 6 cm de agua en la espiración y de 9 a
dad de este grupo a 15 %, cuando están presentes le- 12 cm de agua en la inspiración, lo que posibilita, unido
siones de órganos internos del tórax. a la presión atmosférica positiva en el interior del árbol
Una parte importante de los traumatizados de tó- bronquial, que en ambos movimientos respiratorios el
rax fallece antes de recibir atención hospitalaria, y en pulmón y la pared torácica se mantengan casi unidos,
un análisis de 600 muertes ocurridas después de llegar separados solo por la citada cavidad o espacio virtual,
el lesionado al hospital, se concluyó que la sexta parte que se modifica únicamente, cuando penetra el aire,
se pudo haber evitado, si se hubiera hecho un diagnós- líquidos o se lesiona la pared de forma tal que se altera
tico rápido, y otra sexta parte se hubiera salvado con su dinámica y se produce un desequilibrio de presiones
un tratamiento exacto. Por estas razones, todo médico entre ambos hemitórax.
debe estar preparado para diagnosticar y tratar con
Con la función mecánica de los músculos respira-
precisión dichas lesiones, que se pueden producir lejos
torios que mueven la caja torácica, se producen los
de un centro asistencial, y el destino final de muchos
movimientos de inspiración y espiración, mediante los
de estos pacientes depende de las medidas correctas
que lleve a cabo el médico que los atiende inicialmente. cuales, los pulmones se llenan de aire oxigenado o se
Los traumatismos torácicos se definen como: toda vacían de aire cargado de anhídrido carbónico. De esto
lesión traumática capaz de producir alteraciones se desprende que, la función pulmonar primaria es el
de intensidad variable, en la anatomía y fisiología intercambio gaseoso al nivel de la membrana alveolo
de la caja torácica y los órganos que contiene. capilar, proceso dinámico que comprende: la ventila-
ción del alveolo, la difusión del oxígeno y dióxido de
carbono a través de la membrana y el flujo sanguíneo
Anatomía y fisiología capilar pulmonar uniforme a todos los alveolos.
La caja torácica está formada por las partes óseas Como se observa, para una correcta hematosis
(costillas, esternón, clavículas, escápulas y columna es necesaria la integridad del sistema respiratorio y
Leyenda:
(A) Apertura de la válvula.
(B) Cierre de la válvula.
Diagnóstico
El cuadro clínico descrito debe ser suficiente para
el diagnóstico, pero la radiografía de tórax en posición
anteroposterior es fundamental para conocer la cuan-
tía del neumotórax y las lesiones asociadas.
Se debe considerar la cavidad pleural de cada
Fig. 30.4. Colapso pulmonar en un neumotórax abierto. hemitórax como 100 %, y cuantificar la magnitud del
neumotórax, según el grado de colapso pulmonar exis-
tente, y así se acentúa que la zona de radiotransparencia
Neumotórax a tensión
ocupada por el aire es de 20; 50; 70 o 100 %, ya que
También llamado a válvula, se caracteriza por la este elemento es de valor en el tratamiento (Fig. 30.7).
entrada progresiva de aire a la cavidad pleural, sin En el neumotórax a tensión se puede observar el des-
lograrse su estabilización por existir este tipo de meca- plazamiento mediastínico y el colapso del pulmón sano.
nismo, ya sea al nivel del parénquima pulmonar (válvu- Los estudios gasométricos muestran una acidosis res-
la interna) o de la pared lesionada (válvula externa). piratoria o mixta.
Esto provoca el incremento de la tensión en la cavidad
pleural, dando lugar primero a un neumotórax de 100 %
con colapso total del pulmón y, posteriormente, al
rechazamiento mediastínico y colapso o compresión del
pulmón sano, con la consiguiente dificultad respiratoria
progresiva y muerte del paciente (Figs. 30.5 y 30.6).
Tratamiento
Es eminentemente quirúrgico, excepto en los
neumotórax cerrados de menos de 20 %, que no pro- Fig. 30.8. Trocar adaptado a un dedo de guante, empleado para la
gresen y no ofrezcan síntomas severos. Consiste en la punción de un neumotórax a tensión, (A) facilita la salida del aire
evacuación del aire contenido en la cavidad pleural y la (B) impide la entrada de aire.
estabilización de los parámetros: gasométricos,
hemodinámicos y ventilatorios del paciente. Se puede
dividir en dos etapas o niveles fundamentales: Si el enfermo tiene un neumotórax cerrado sin
tensión. En el caso de que sea menor de 20 %, se
Primer nivel de atención médica debe remitir a un centro especializado para observa-
Se debe determinar el grado de afectación respira- ción, y mayor de 20 %, si presenta alteraciones de la
toria y hemodinámica del paciente, precisando si existe mecánica respiratoria, actuar igual que en un
neumotórax abierto o a tensión. neumotórax a tensión. Si no es así, remitirlo para trata-
Si el enfermo tiene un neumotórax abierto. Ha- miento por especialistas.
cerlo que se cierre inmediatamente, aplicándole un apó-
sito o compresa sobre el orificio de la pared torácica, Segundo nivel de atención médica
con lo cual se estabiliza, en gran medida, la mecánica – Se procede a realizar un tratamiento definitivo que
respiratoria. La responsabilidad del médico no finaliza logre:
con esta acción, porque puede existir una lesión del – Evacuar el aire del tórax.
parénquima pulmonar subyacente y, al cerrar el – Reparar las lesiones de la pared y/o del pulmón.
neumotórax abierto, se puede convertir en uno a ten-
sión, que se manifiesta por el empeoramiento del pa- El proceder ideal para evacuar el aire de la cavi-
ciente, el incremento de la disnea y la aparición de cia- dad pleural es la pleurotomía mínima alta, conectada a
nosis. En este caso, se debe tapar y destapar en forma un sello de agua o sistema de Overholt. Si después de
intermitente el orificio de la pared, hasta llegar a un establecido el drenaje torácico y reparada la pared en
centro con mayores posibilidades, o lo que es más se- caso de un neumotórax abierto, se mantuviera el co-
guro, tapar el orificio y llevar a cabo uno de los méto- lapso pulmonar, se debe pensar en una lesión
dos de evacuación del aire que se describen a conti- parenquimatosa y valorar la toracotomía para su repa-
nuación. ración.
Diagnóstico
Además del antecedente y el cuadro clínico descri-
to, es fundamental realizar rayos X simple de tórax en
posición de pie (Fig. 30.12), que permite conocer el
nivel de la colección líquida; así como la determinación
del hematócrito y la hemoglobina, y que, unidos a las
cifras de TA, pueden orientar en la cuantía del
hemotórax (tabla 30.1).
Cuadro clínico
Fig. 30.11. Sistema de Overholt y funcionamiento. Depende, en gran medida, de la cuantía de la he-
morragia y de su origen. El hemotórax de gran magni-
tud se acompaña de shock, añadiéndose a este los
trastornos ventilatorios que provoca el colapso del pul-
Fisiopatología món del lado afecto y el desplazamiento mediastinal,
En primer lugar la pérdida de sangre, que se apareciendo al examen físico una marcada disminu-
acumula en la cavidad pleural, da lugar, de acuerdo ción de los ruidos respiratorios, con matidez a la per-
con su magnitud, a alteraciones hemodinámicas ta- cusión.
les como: hipotensión arterial, taquicardia, disnea, El hemotórax de menor cuantía puede dar tiempo a
sudación y palidez cutaneomucosa. En segundo lugar, un examen físico más detallado, por presentar cambios
la sangre que ocupa el espacio pleural interfiere con la hemodinámicos menos acentuados y se puede precisar
función respiratoria normal, provocando colapso la altura de la colección de sangre por la delimitación a
pulmonar en grado variable y que puede llegar a pro- la percusión, entre la zona de matidez declive y el
ducir desviación mediastínica en los hemotórax de gran parénquima pulmonar normal por encima de esta.
cuantía. La sangre acumulada en la pleura, si no se En dependencia del órgano lesionado, se pueden
evacua, se puede infectar dando lugar a un empiema o encontrar otros síntomas y signos, como puede ser la
provocar una paquipleuritis o engrosamiento pleural que existencia de un neumotórax asociado, de hemoptisis,
actúa como elemento restrictivo a mediano y largo pla- el ensanchamiento de la silueta cardiaca y el apaga-
zo, afectando la mecánica respiratoria. miento de sus ruidos, entre otros.
Fig. 30.15. Estabilización del tórax batiente mediante empaque- Fig. 30.16. Estabilización del tórax batiente mediante tracción de
tamiento. planos superficiales.
Fisiopatología
Al producirse el trauma, este provoca espasmo bron-
quial generalizado de tipo reflejo, y el efecto contunden-
te trastorna la interfase líquido-gas por acción de la onda
de choque que se desplaza en el líquido, originando he-
morragia y edema pulmonar. Además, se produce un
efecto de implosión en que la onda de presión produce
expansión excesiva de los alveolos, al desplazarse de un
medio más denso que el aire. Se plantea también, la exis-
tencia de hipertensión capilar pulmonar, alteraciones del
surfactante alveolar y acción de las prostaglandinas del
Fig. 30.18. Estabilización del tórax parénquima, así como la formación de radicales tóxicos,
batiente mediante tracción costal por todo lo cual contribuye a aumentar la permeabilidad
medio de cerclaje quirúrgico.
vascular y el edema intersticial.
Fig. 30.19. Estabilización del tórax batiente mediante intubación endotraqueal y presión positiva.
la presión intrapericárdica puede mejorar de manera planos superficiales con procaína a 1 %, excepto en los
notable el cuadro clínico. Esta técnica puede ser lleva- casos muy graves en que se puede prescindir de esto.
da a cabo en cualquier nivel de atención médica, y des- En la vía inferior se coloca el paciente en decúbito
pués de evacuada la sangre del pericardio, se toman supino con el tórax elevado en un ángulo alrededor de
medidas de sostén general que permitan trasladar al 30°, en relación con la horizontal. Se localiza el ángulo
paciente a un nivel superior de asistencia. formado por el cartílago de la séptima costilla izquierda
En los traumas cerrados se recomienda realizar y el apéndice xifoides del esternón, se avanza lenta-
punción pericárdica y evacuar toda la sangre posible, mente con el trocar de punción, desde la piel a la pro-
manteniendo observación estricta del paciente y, de fundidad, con una inclinación de 25° aproximadamen-
existir elementos que indiquen un retroceso en la mejo- te, en relación con el plano cutáneo, y en dirección hacia
ría, está indicada la toracotomía. Pero en los traumas el hombro derecho, haciendo aspiración constante con
abiertos (por arma blanca o de fuego) es necesaria la la jeringuilla. Con frecuencia se tiene la sensación tác-
toracotomía de extrema urgencia y realizar solo la pun- til de vencer el plano resistente del pericardio, cuando
ción como medio de subsistencia para que el paciente la aguja lo atraviesa (Fig. 30.21).
pueda llegar al quirófano. En la vía anterior, la punción se realiza en el quin-
to espacio intercostal izquierdo, de 2 a 3 cm por fuera
Técnica de la punción pericárdica del borde esternal, dirigiendo la aguja de arriba abajo,
Se puede realizar por dos vías fundamentales: la de derecha a izquierda, hacia la punta del corazón
inferior o paraxifoidea (de Marfán) y la anterior (Fig. 30.22).
paraesternal izquierda. Se prefiere la primera por abor- Si la sangre aspirada se coagula, se puede haber
dar el saco en la parte más declive, permitiendo eva- extraído de manera directa de las cavidades del cora-
cuar las colecciones pequeñas y evitar la lesión de los zón, por haber introducido demasiado el trocar, o bien
vasos coronarios. La segunda se puede utilizar, cuando tratarse de sangre derramada muy recientemente en
el hemopericardio es muy voluminoso. el pericardio, pues la sangre acumulada durante al-
El material necesario para esta técnica consiste en gún tiempo no se coagula. Este hecho sirve para su
un equipo para anestesia local, un trocar de bisel corto orientación durante el procedimiento, pero si se pre-
(10 cm de longitud) calibre de 16 a 18, y una jeringuilla sentan dudas, se debe repetir la punción con todas las
de 20 mL. Previa antisepsia de la piel, se infiltran los precauciones.
Fisiopatología
Después que el aire ha llegado al espacio
mediastinal depende, de la presión ejercida por el aire
acumulado en este, que se origine: colapso de las ve-
nas pulmonares, que provocan congestión y edema
pulmonar; compresión de la vena cava superior y la
aurícula derecha, con alteración del retorno venoso al
corazón y disminución del gasto cardiaco y shock.
Si se origina compresión de la tráquea y de los bron-
quios, puede haber compromiso respiratorio y, disfa-
gia, si se trata del esófago.
El aire acumulado en el mediastino asciende pro-
Fig. 30.21. Técnica de la pericardiocentesis por vía inferior o de
Marfán. vocando enfisema subcutáneo del cuello, la cara, los
miembros superiores, tórax y llegar hasta el abdomen.
Cuando la mayoría de las lesiones de los órganos
señalados son sépticas o potencialmente sépticas, existe
el peligro de una mediastinitis asociada, siempre de
extrema gravedad y que puede llevar al paciente a la
muerte.
Diagnóstico
Se confirma mediante rayos X de tórax, en posi-
ción anteroposterior y lateral, donde se observan ban-
das radiotransparentes que bordean la silueta cardiaca
y el espacio retroesternal o, burbujas de aire en el es-
pacio prevertebral.
La causa se puede precisar por medio de exáme-
nes más especializados, entre los que se encuentran:
broncografía y broncoscopia en las lesiones traqueo-
Fig. 30.22. Técnica de la pericardiocentesis por vía anterior. bronquiales o, el esofagograma, con poca cantidad de
contraste yodado, que muestra su salida del órgano
hacia el mediastino (Figs. 30.23 y 30.24).
Para mayor información y detalles (Ver Punción Cuadro clínico
pericárdica. Indicaciones y técnicas).
Por lo general es de instalación lenta, excepto, cuan-
do se trata de lesiones traqueobronquiales con gran
Enfisema mediastínico salida de aire.
Es la acumulación de aire, a presión variable, en Se caracteriza por sensación de angustia, dolor
los espacios celulares del mediastino. retroesternal irradiado a la espalda y disnea intensa, de
gran valor diagnóstico.
Causa Al examen físico se observa gran agitación, ciano-
Se puede ocasionar por traumas cerrados o abier- sis, ingurgitación yugular, polipnea, y puede existir tiraje
tos que, por lo general, tienen como base la lesión de supraesternal. La aparición del enfisema subcutáneo
otros órganos. El aire puede llegar al mediastino por: está dada por el aumento de volumen y crepitación en
– Lesiones de esófago. cuello, cara, cuero cabelludo, dando lugar a la conoci-
– Lesiones de tráquea y bronquios. da facies de “muñeco chino”.
Tratamiento
Si existe compresión severa de los órganos
mediastinales por el aire, se debe iniciar el tratamiento
en cualquier nivel de atención en que se encuentre el Fig. 30.25. Técnica de la mediastinotomía superior.
Tratamiento
En el ámbito primario se puede hacer muy poco y
solo están indicadas las medidas generales para
conservación de la vida, ya que estas lesiones requie-
ren tratamiento quirúrgico en la gran mayoría de los
pacientes. En este sentido, se recomienda la vía abdo-
Fig. 30.27. Rayos X de tórax que confirma el diagnóstico al obser- minal para tratamiento de las lesiones de los órganos
varse la sonda nasogástrica en el tórax.
de esta cavidad y reparación del diafragma. Las posi-
bles lesiones torácicas muchas veces tienen solución
con una pleurotomía para el tratamiento de un
neumotórax, hemotórax o hemoneumotórax presente.
No obstante, si la lesión torácica tiene gran envergadu-
ra, se puede hacer el abordaje por la vía torácica y, a
través del orificio diafragmático, dar solución a las le-
siones abdominales.
Las lesiones traumáticas del abdomen han afecta- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS),
do al hombre desde los tiempos primitivos. Si bien en el la primera causa de traumatismos, internacionalmente,
origen de la humanidad los traumatismos eran ocasio- son las caídas de menos de 5 m de altura, seguida de
nados accidentalmente, en los desplazamientos del hom- los accidentes automovilísticos, que, con razón, han sido
bre o a consecuencia de su lucha con la naturaleza y denominados la epidemia del siglo XX, cuyo concepto
con los animales para procurarse los medios de subsis- se debe extender también al siglo XXI. Esta organiza-
tencia, también ocurrían de manera intencional, provo- ción afirma también que 10,1 % de los fallecimientos
cadas por otros hombres, con las armas de que disponían de la población mundial se debe a los traumatismos. En
en esas épocas remotas. Cuba, las caídas de altura son la segunda causa de
Desde entonces, los traumatismos del abdomen muerte entre los accidentes, precedida por la ocasio-
han aumentado continuamente en frecuencia y gra- nada por los vehículos de motor, mientras que los acci-
vedad, tanto en tiempos de paz como en la guerra. En dentes representan 7,0 % del total de fallecimientos
la paz, debido al constante aumento de la cantidad, la
del país que es 3,1 % menos que el promedio a nivel
velocidad y la potencia de los medios de transporte y
mundial.
también por la creciente complejidad y mecanización
Los traumatismos en general y los del abdomen en
de los procesos industriales, agrícolas y de la cons-
particular, son más frecuentes en las edades de mayor
trucción. En la guerra, a causa de la ininterrumpida
actividad física y laboral, por lo que predominan en los
aparición de nuevas armas con un creciente poder des-
tructivo. obreros y en el sexo masculino. En un estudio so-
La primera referencia de un trauma abdominal en bre 487 traumatismos del abdomen realizado en
la literatura aparece en La Ilíada de Homero, cuando Cuba, 61 % de los pacientes se encontraban
se refiere a la herida producida por una flecha, en el entre 15 y 45 años y la relación entre el sexo masculi-
abdomen del Rey Menelao. no y el femenino fue de 3:1, mientras que en los EE.UU.
En las circunstancias actuales, es cada vez más esta proporción es de 3:2.
frecuente la asociación de los traumatismos del abdo-
men a los de órganos de otras regiones (politrauma- Anatomía del abdomen
tismos). Como consecuencia de lo cual, se produce una
interacción fisiopatológica que agrava su pronóstico y Muchos anatomistas, como es el caso de los clási-
hace más difícil su diagnóstico y tratamiento. cos L. Testut y O. Jacob, distribuyen a los órganos
Las lesiones asociadas al trauma abdominal pue- contenidos en la cavidad peritoneal y parcial o total-
den enmascarar o desviar la atención de las lesiones mente en el espacio retroperitoneal, en dos regiones:
abdominales, por lo que es muy importante su conoci- abdomen y pelvis. Estas están separadas por un plano
miento para todo médico, a fin de que pueda hacer un oblicuo imaginario, limitado en su parte posterior por la
diagnóstico preciso, mediante un examen integral del base del sacro, lateralmente por las líneas innominadas
paciente traumatizado y orientar el tratamiento oportu- de ambos huesos ilíacos y por delante por el borde su-
no y correcto. perior del pubis. Pero, en realidad, el abdomen y la pel-
En los países altamente desarrollados, las lesiones vis no son más que una sola cavidad y, desde el punto
traumáticas son la tercera causa de muerte en la po- de vista quirúrgico, los órganos que contienen están
blación general y la primera en las personas de 1 a 40 muy relacionados en cuanto a los procesos patológicos
años. En Cuba, los accidentes son la cuarta causa de a que están expuestos, lo cual es muy cierto cuando se
muerte en la población general, después de las enfer- refiere a los traumatismos. Por esta razón, se incluye
medades del corazón, los tumores malignos y las en- en los traumatismos del abdomen, los de los órganos
fermedades cerebrovasculares y representan la primera contenidos en la cavidad abdominopelviana y las pare-
causa de muerte en la población de 1 a 49 años. des que la limitan.
Fig. 31.1. División del abdomen en cuadrantes. Proyección de las Las relaciones entre los órganos abdominales y su
vísceras abdominales. proyección sobre la pared pueden variar, debido a la
mayor o menor flacidez de esta, la posición del sujeto,
la movilidad de las vísceras abdominopelvianas y sus
Algunos órganos y vasos sanguíneos se proyectan cambios, fisiológicos o patológicos y de volumen (em-
sobre varios cuadrantes, como ocurre con el intestino barazo, vacuidad o repleción de los órganos, tumores y
delgado, que ocupa la parte central de los dos cuadran- otros).
tes inferiores; el colon transverso, que se proyecta en Se consideran lesiones traumáticas del abdomen a
los límites entre los cuadrantes superiores e inferiores, las alteraciones patológicas provocadas en sus pare-
y la aorta abdominal y la vena cava inferior, que se des y en las vísceras contenidas en la cavidad
encuentran en los límites entre los cuadrantes dere- abdominopelviana, por la acción de cualquier agente
chos e izquierdos. vulnerante externo.
Para la división en regiones se trazan dos líneas
verticales que pasan por el punto medio de ambos ar- Tipos de traumatismos
cos crurales, las que se cruzan con otras dos líneas
horizontales, una que pasa por los extremos anteriores abdominales
de las duodécimas costillas y otra por el borde superior Los traumatismos del abdomen pueden ser abiertos
de ambos huesos ilíacos. De esta forma, la pared o heridas y cerrados o contusiones, según tengan o no
anterolateral del abdomen queda dividida en nueve re- solución de continuidad de la piel. Las heridas se deno-
giones: las seis laterales que se denominan, de arriba minan no penetrantes, cuando comprenden solo las es-
hacia abajo, hipocondrio, flanco y fosa ilíaca, derecha tructuras de la pared sin llegar a la cavidad peritoneal o
o izquierda respectivamente y las tres centrales, que sin lesionar alguna de las vísceras que están situadas,
Signos locales:
– La pared abdominal no sigue los movimientos respi-
ratorios.
Fig. 31.8. Desgarro total del intestino delgado y de su mesenterio.
– A la palpación del abdomen: dolor difuso y contractura
muscular e intenso dolor a la maniobra de
descompresión brusca (signo de Guéneau de Mussy).
– A la percusión del abdomen: hay borramiento de la
matidez hepática (signo de Jobert), cuando existe
neumoperitoneo por lesiones del estómago, duodeno
o colon y matidez declive en los flancos, cuando hay
líquido derramado en la cavidad peritoneal.
– A la auscultación del abdomen: los ruidos peristálticos
hidroaéreos se encuentran disminuidos, debido al íleo
paralítico reflejo existente.
– El tacto rectal puede detectar abombamiento del
fondo de saco de Douglas, cuando el volumen de
líquido que existe en la cavidad abdominal es consi-
derable; se puede encontrar dolor al tacto a ese ni-
Fig. 31.9. Desgarro del mesenterio en un traumatismo por vel, por irritación del peritoneo pelviano, debido al
desaceleración en una caída de altura.
líquido derramado en la cavidad pelviana (contenido
intestinal).
Lesiones de las vísceras huecas – En las perforaciones retroperitoneales se puede pal-
par una crepitación al comprimir la cara posterior
Síntomas generales: del recto sobre el sacro, debida al aire procedente
– Mareos. de la luz intestinal que se ha difundido por el tejido
– Sudación. celular retroperitoneal.
– Sed.
– Sensación de frialdad y disnea, de acuerdo con el grado Lesiones de las vísceras sólidas
de shock presente, bien sea debido al dolor abdomi- y de los vasos sanguíneos
nal por el traumatismo o a la irritación peri-toneal. En estas lesiones se presenta un síndrome
hemorrágico intraperitoneal o retroperitoneal, según la
Síntomas locales: localización de la víscera o del vaso lesionado, acom-
– Dolor abdominal generalizado y continuo, que se exa- pañado de shock hipovolémico, cuya magnitud está en
cerba con los movimientos y la tos. relación con la cantidad de sangre perdida.
– Náuseas. Síntomas generales:
– Vómitos. – Corresponden a los del shock hipovolémico por
– Retención de heces y gases, debido al íleo paralítico la hemorragia:
reflejo. • Mareos, que pueden llegar hasta la pérdida
de la conciencia.
Síntomas que dependen de la víscera lesionada: • Sudación.
– Hematemesis en las lesiones del estómago. • Sed.
– Hematuria e imposibilidad de orinar en las lesiones • Sensación de frialdad.
del aparato urinario. • Disnea.
– Enterorragia en las lesiones del colon. • Palpitaciones.
inferiores y pélvicas), o en el examen clínico dudoso. Otros resultados del lavado peritoneal que indican
También en los lesionados en quienes no se pueden la necesidad de una exploración quirúrgica son: la pre-
realizar exámenes abdominales seriados, como los que sencia de bilis o de cifras muy elevadas de amilasa, lo
se someten a exploraciones angiográficas o a opera- cual expresa la existencia de una perforación intesti-
ciones ortopédicas o neuroquirúrgicas. nal, al igual que ocurre con la presencia de fibras de
El método preferido para el lavado peritoneal es alimentos o de bacterias en el estudio microscópico del
abierto o semiabierto, el cual se realiza en la región material recuperado por la punción abdominal o el la-
infraumbilical. En las mujeres embarazadas o en los vado peritoneal.
que exista el riesgo de penetrar en un hematoma La única contraindicación del lavado peritoneal son
pelviano, se debe realizar la punción por encima del los pacientes en que ya existe una indicación segura
ombligo. para una laparotomía.
A continuación de la inserción del catéter en la Las complicaciones del lavado peritoneal son: he-
cavidad peritoneal, se realiza un intento de aspirar san- morragia por la incisión para la inserción del catéter,
gre peritoneal libre (por lo menos de 15 a 20 mL). La infección de la incisión, peritonitis por contaminación
exploración quirúrgica del abdomen está siempre indi- en la introducción del catéter y lesiones de los órganos
cada, si se obtienen aproximadamente 10 mL de san- abdominales (vejiga, intestino delgado o grueso y úte-
gre en un paciente inestable. Si la aspiración es negativa, ro), las cuales aumentan la posibilidad de resultados
se instila en la cavidad peritoneal 1 L de una solución falso-positivos.
cristaloide. Este líquido es después drenado por grave- Laparoscopia. Está indicada, si persiste la duda
dad y se realizan con este los correspondientes exá- sobre la posible lesión visceral intraperitoneal después
menes de laboratorio para comprobar la existencia y de realizadas las investigaciones anteriores. Permite
naturaleza de un líquido patológico derramado en la observar la existencia de sangre u otros líquidos derra-
cavidad peritoneal. mados en la cavidad peritoneal, la penetración de un
La presencia de más de 100 000 glóbulos rojos o agente vulnerante en esta cavidad, la víscera lesionada
de más de 500 glóbulos blancos es considerada positiva. y los caracteres de la lesión y la existencia de
Fig. 31.15. Pasos sucesivos de la técnica para la sutura de una herida en el intestino delgado.
El traumatismo de los miembros, ya sea de mane- • Si hubo caída de alturas o fue de sus propios
ra aislada o bien asociado a otras lesiones de la eco- pies.
nomía, es un problema de salud y son la causa principal • Compresión: tipo de objeto contundente y
de muerte en las primeras 4 o 5 décadas de la vida. En tiempo que estuvo comprimido.
Cuba, figura en el cuarto lugar entre las causas de • Heridas por proyectiles de alta o baja veloci-
muertes globales y, entre 1980 y 1990, se produjeron dad, tamaño del proyectil, distancia a la que
por trauma 26 362 muertes en accidentes del tránsito. se produjo.
El traumatismo de los miembros puede originar • Lesiones por explosión de onda expansiva.
invalidez permanente, rara vez pone en peligro la vida • Todos estos mecanismos productores de le-
del paciente, excepto cuando surgen complicaciones siones caracterizan, de acuerdo con la ener-
por las lesiones asociadas. gía absorbida por el cuerpo que sufre el
Los traumas que mayores daños provocan son en trauma.
los que hay hemorragia no controlada, que puede ser • Esta energía al ser absorbida produce un fe-
evidente por una herida sangrante pero también pue- nómeno de cavitación por sufrir las células
de ser oculta, como en las fracturas de la pelvis (hasta el impacto energético.
5 L de sangre en cavidad) o de los fémures con una • Si la piel no es penetrada, es difícil precisar
pérdida aproximadamente de 2 L en el hematoma la cavitación, como por ejemplo, un puño al
fracturario. Las lesiones por aplastamiento o compre- golpear la cavidad abdominal no deja depre-
sión, con abundante tejido necrosado e infectado, la sión visible pero sí provoca daño; la cavitación
isquemia o el síndrome compartimental, son ejemplos se hace visible al romperse la piel, estando
de como puede llevarse a la alteración de distintos ór- determinada por la densidad del tejido, es por
ganos (riñón y pulmones) y tejidos, que incrementan el lo que el hueso, al recibir el impacto energé-
fallo multiorgánico y conduce a la muerte. tico, por su densidad no puede absorberlo
Por lo anterior, el médico general debe dominar como hace un tejido blando y por esto se frac-
esta lesión, con un conocimiento adecuado de los pa- tura o estalla.
sos que debe dar para enfrentarla.
Se denomina emergencias, si hay inminente pe- Disponiendo de estos conocimientos, el médico ge-
ligro de muerte en hemorragias y, urgencias, cuando neral puede informar sobre la energía cinética que par-
peligra la función de un órgano o segmento de miembro. ticipó en el trauma, lo que redundará en la lesión.
– Medio ambiente de la lesión: se precisan los
Confección de la historia clínica medios productores de contaminación bacte-
riana presente (tierra, excremento y agua dul-
Para esto es necesario obtener los antecedentes
ce o salada), si se presentaron emanaciones
clínicos, realizar el examen físico e indicar los exáme-
tóxicas, si hubo fragmentación de cristales.
nes complementarios, estos últimos, según el tipo y la
– Estado previo del paciente y factores de ries-
intensidad de la lesión.
go: en especial el estado de salud, ingestión de
Antecedentes clínicos alcohol, afecciones psíquicas, enfermedades
En el interrogatorio de una urgencia se debe obte- sistémicas, traumatismos previos y alergias.
ner la información siguiente: – Cómo quedó el paciente después del trauma:
– Mecanismo de la lesión: sangrante, isquémico, con miembros defor-
• Accidente de tránsito, si permaneció den- mados con huesos saliendo al exterior y las
tro del vehículo o fue arrojado hacia el ex- condiciones en que se produjo el traslado del
terior, fue sobre un peatón, hubo colisión con paciente al centro asistencial y demora o tiem-
otro vehículo o iba en moto. po en su ejecución.
Diagnóstico
Anamnesis
Para la confección de la historia clínica se deben
recoger en el interrogatorio los datos del tipo de trau-
ma que engendró la lesión, tal como se señaló.
Los síntomas y signos característicos son:
– Dolor.
– Aumento del volumen.
– Tumefacción.
– Formación de hematomas y de exudación linfática
con edema hístico; junto a impotencia funcional, de
mayor o menor intensidad.
Diagnóstico
Se describe el cuadro clínico de una luxación
traumática.
Anamnesis. Descripción de un trauma violento o
movimiento que rebasa los límites de la articulación, en
ambos casos, para que se produzca la luxación deben
ocurrir severos daños en las estructuras capsuloliga-
mentarias.
Inspección. Es muy importante observar la acti-
tud del paciente, cuando ocurre en los miembros supe-
riores se observa la protección por el paciente del área
y la manera como sostiene con su miembro sano el
afecto, cuando ocurre en miembros inferiores no pue-
Fig. 32.3. Clínica de luxación de hombro. de estar de pie y se observan las posiciones viciosas
aberrantes y deformadas que toman los miembros.
Palpación. Resulta en extremo dolorosa y se debe
realizar con cuidado, por observación se aprecia una
zona de vacío que se puede palpar casi siempre con
una sensación amorfa.
Movilidad. Existe impotencia funcional absoluta,
es decir, no puede realizar ningún movimiento con la
articulación lesionada. Esto es patognomónico de la
luxación junto al intenso dolor que no desaparece, has-
ta que no se haya reducido la luxación, lo que la dife-
rencia de la fractura donde la impotencia es relativa y
el dolor se alivia con la inmovilización.
Otros síntomas. Es necesario palpar los pulsos
distales y explorar el estado de los nervios periféricos,
como se señaló para descartar estas lesiones.
Exámenes complementarios. Siempre está indi-
cado el examen de rayos X de la articulación, para
Fig. 32.4. Rayos X que muestra luxación de hombro. confirmar el diagnóstico y para descartar la presencia
de fracturas que complican más el cuadro clínico y su
tratamiento.
Clasificación Existen zonas, como por ejemplo en la pelvis y las
Los distintos tipos de luxaciones se dividirse en: caderas, donde está indicada la realización de TAC para
– Congénitas: presentes en el momento del nacimien- precisar el daño ocasionado, no siempre visible en los
to o bien, cuando los elementos que forman la arti- rayos X simple.
culación están displásicos y crean las condiciones
para que la luxación ocurra. Fracturas
– Traumática: ocasionada por un trauma violento que, La solución de continuidad en el hueso o la ruptura
de manera abrupta, separa las superficies aseas. de la estructura ósea encierra la categoría de fractura
– Espontánea: debido a la existencia previa de lesio- (Figs. 32.5 y 32.6).
nes óseas capsulares o neuromusculares, las cuales
hacen posible que, frente a un trauma, esfuerzo o Clasificación
movimiento mínimo se produzca la luxación, se pue- Existen numerosas clasificaciones de las fractu-
de decir que la luxación es habitual. ras, entre estas, las de la Asociación Ortopédica del
Diagnóstico
médico general que permite tratar la lesión y transmitir
Resulta de gran importancia los datos que se pue-
una información adecuada.
dan obtener del interrogatorio y del examen físico.
La clasificación, según: Anamnesis
1. Sitio:
En muchas ocasiones, lo referido por el paciente
a) Paraarticulares:
es, el haber ocurrido un trauma que condujo a la pro-
– Diafisarias:
ducción de la lesión, pero hay fracturas que se pueden
• Metafisiaria.
• Epifisiarias. producir por mínimos traumas repetidos, a veces in-
2. La línea de fractura: sensibles al paciente (fractura por estrés o fatiga, hun-
a) Incompletas: dimiento vertebrales osteoporóticos); en otros casos,
QUEMADURAS
Dr. Raúl García Ramos
En la vida práctica de la profesión, es probable Entre los agentes físicos están: la energía radiante,
que más de una vez un médico tenga la necesidad de el fuego directo, contacto directo con cuerpos incan-
atender a un paciente gran quemado por primera in- descentes (sólidos o líquidos), líquidos hirvientes, vapor
tención. Por lo que es imprescindible que los médicos de agua a altas temperaturas, electricidad natural e in-
posean un mínimo de conocimientos sobre esta noxa; dustrial, sustancias explosivas, gases inflamados, radia-
para orientar, de manera adecuada, la atención inte- ciones ionizantes y otros.
gral al paciente afectado por estas lesiones. Como agentes químicos algunos medicamentos
Es por esto que, aunque este capítulo va dirigido (como los queratinolíticos) y agentes corrosivos (áci-
fundamentalmente a los alumnos de medicina en su dos y álcalis).
rotación por Cirugía General, debe transmitir los co- Por último, entre los de acción biológica están los
nocimientos actuales indispensables para realizar el del género vegetal, como el guao entre otras menos
usuales, y en género animal la medusa, conocida co-
diagnóstico, pronóstico y tratamiento de un paciente
múnmente como agua mala, aunque existen otros me-
en el momento de recibir la lesión y, además, que sir-
nos frecuentes.
van de base para una profundización ulterior del tema.
En Cuba, cobra importancia la energía radiante na-
En el orden general de estas lesiones se puede tural (rayos ultravioletas), por la exposición de miles de
expresar, que representan un serio problema de salud personas en las playas, sobre todo en los meses de ve-
por: su alta incidencia, el polimorfismo de su clínica, la rano.
variedad de tratamientos que se deben emplear, su alto Los agentes químicos son los que por sí mismos
costo por lo prolongado de su evolución, los gastos pueden provocar la lesión, tales como los ácidos y los
sociales que le acompañan y lo más importante, el su- álcalis.
frimiento del paciente (dolor y trastornos psíquicos). Entre los biológicos, los más comunes en Cuba son
En el desarrollo del tema se ofrece una idea gene- los provocados por la savia del guao, un arbusto que
ral de esta enfermedad de origen traumático, de modo crece en las sabanas y márgenes de los ríos y las me-
que el alumno tenga una perspectiva adecuada de su dusas conocidas como agua mala, muy abundante en
evolución y conocimientos elementales, que le permi- las playas en cierta época del año. Ambos elementos
tan establecer un diagnóstico, así como su tratamiento pueden provocar lesiones por contacto.
para preservarle la vida sobre todo en el momento de En otros países hay diferentes agentes de este tipo
recibir la lesión. conocidos por los naturales de esas regiones.
Las quemaduras son lesiones histionecróticas, de En el capítulo “Quemaduras” de algunas publica-
origen traumático, provocadas por diversos agentes; ciones, se puede encontrar que se denominan
las cuales, en relación con su extensión y profundidad, escaldaduras a las provocadas por líquidos hirvientes o
vapor a alta temperatura, corrosivas a las provocadas
pueden provocar graves complicaciones sistémicas
por ácidos o álcalis y radiodermitis a las que son debi-
derivadas de la alteración de los tejidos y cambios
das a energía radiante de origen radioactivo (como las
metabólicos, capaces de provocar la muerte. ocasionadas en el tratamiento oncológico con radiote-
rapia). Las lesiones por frío también se incluyen por
Agentes causales sus efectos al producir necrosis hística, y su tratamien-
to es parecido al de una quemadura.
Muchas pueden ser las causas que provoquen una
quemadura; pero los agentes genéricamente se pue-
den agrupar teniendo en cuenta tres aspectos funda- Modo de producción
mentales: Se denomina modo de producción a la forma en
– Físicos. que pueden ocurrir las lesiones por quemaduras, lo cual
– Químicos. tiene gran importancia desde el punto de vista
– Biológicos. medicolegal. Se pueden producir de forma accidental o
Fig. 33.5. Corte de piel donde se observan las zonas afectadas profundas y su denominación, según Kirschbaum. Cortesía del doctor Carlos
E. de los Santos, Santo Domingo, R.D.
Existen diferentes métodos para calcular la super- Esta regla se puede aplicar al adulto después de
ficie corporal. En Cuba, entre otros se utiliza la regla los 15 años, pero no en los niños en los cuales se utiliza
de los tres del profesor argentino Kirshbaum. Es el que la regla de Lund-Browder o similares, derivadas de esta
se utiliza aquí, pues parece más fácil de recordar y se del modo siguiente, como se representa en la tabla 10.1.
acerca bastante a la realidad. A continuación se ofre- Gráfico de la lesión. Cada profundidad tiene sus
ce un esquema del método el cual es muy sencillo y rasgos sinonímicos, estos son:
práctico para calcular la extensión de las quemadu- – Rosa: líneas oblicuas paralelas para las dérmicas A.
ras (Fig. 33.7). – Rojo: líneas formando una red para las dérmicas AB.
– Negro: campo cubierto totalmente para las
hipodérmicas B.
Cabeza 19 17 13 11
Cuello 2 2 2 2
Tórax más abdomen
(cara anterior) 13 13 13 13
Tórax (cara posterior) 13 13 13 13
Glúteo derecho 2½ 2½ 2½ 2½
Glúteo izquierdo 2½ 2½ 2½ 2½
Genitales 1 1 1 1
Brazo derecho 4 4 4 4
Brazo izquierdo 4 4 4 4
Antebrazo derecho 3 3 3 3
Antebrazo izquierdo 3 3 3 3
Mano derecha 2½ 2½ 2½ 2½
Mano izquierda 2½ 2½ 2½ 2½
Muslo derecho 5½ 6½ 8 8½
Muslo izquierdo 5½ 6½ 8 8½
Pierna derecha 5 5 5½ 6
Pierna izquierda 5 5 5½ 6
Pie derecho 3½ 3½ 3½ 3½
Pie izquierdo 3½ 3½ 3½ 3½
– Quemaduras asociadas con otras lesiones. Pero transformándolo a un rango numérico, en una
– Quemaduras en pacientes muy pequeños, muy escala así, se representa de la forma siguiente:
ancianos o en pacientes con enfermedades sub- Pronóstico de gravedad, según índice:
Leve 0 a 1,49
yacentes serias. Menos grave 1,5 a 4,99
– Quemaduras en manos, pies y genitales (debido al Grave 5 a 9,99
potencial de pérdida de función para valerse por sí Muy grave 10 a 19,99
mismo). Crítico 20 a 39,99
– En Cuba se le agregó a esta lista el estado de gravi- Crítico extremo 40
dez.
Para obtener el pronóstico lesional, según el índice
de la clasificación cubana, se aplica una constante nu-
Esto significa que los pacientes portadores de es- mérica para las distintas profundidades comparándola
tos estados deben ser ingresados hasta su total resta- con la escala señalada, como se indica en la tabla 33.2.
blecimiento.
Tabla 33.2. Determinación del índice de gravedad
Clasificación cubana según el pronóstico
Profundidad/Lesión Constante K Valor
Al valorar el grado de gravedad de un paciente se
realiza con los pronósticos siguientes: Dérmicas A KA 0,34
Pronóstico de gravedad del quemado: Dérmicas AB KAB 0,50
– Leve. Hipodérmicas B KB 1,00
– Menos grave.
– Grave. Se multiplica la constante de las distintas profundi-
– Muy grave. dades por la extensión de cada una de estas, se suman
– Crítico. los valores dados y se compara con el rango en la tabla
– Crítico extremo. de pronóstico.
Constante Pronóstico
KA 0,34 · 10 % = 3,40
KAB 0,50 · 10 % = 5,00
KB 1,00 · 20 % = 20,00
Índice 28,40
1ro. Solución mL mL mL mL mL mL mL mL mL
Hartmann
1ro. Primeras
12 h 2 500 3 000 4 000 4 000 4 500 5 500 5 500 6 000 7 000
1ro. Segundas
12 h 1 000 1 000 1 000 1 500 1 500 1 500 2 000 2 000 2 000
2do. Plasma 1 000 1 000 1 000 1 500 1 500 1 500 2 000 2 000 2 000
2do. Dextrosa 1 500 2 000 2 500 2 000 2 500 3 000 2 500 3 000 3 500
a 10 %
3er. Albúmina
humana 150 150 150 200 200 200 250 250 250
a 20 %
3er. Dextrosa 1 000 1 500 2 000 1 000 1 500 2 000 1 000 1 500 2 000
a 10 %
concentración de oxígeno en sangre. Es preciso cono- Coiffman Felipe, M.D. (1986): Quemaduras. En su: Texto de Ciru-
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sí la glucemia es muy alta por el estrés y, si la carga es ciente Quemado. Editorial Springer-Verlag Ibérica, Barcelona.
grande a nivel renal, se puede establecer una diuresis Lund, C.L., N.D. Browder (1994): The estimation of areas of Burns.
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INFECCIONES QUIRÚRGICAS
CAPÍTULO 34
En este capítulo se estudian las infecciones super- tan varios folículos y se produce la denominada sicosis,
ficiales que el especialista en medicina general integral frecuente en la barba, de evolución crónica y recidi-
(MGI) enfrenta con mayor frecuencia en su práctica vante. En el furúnculo, la infección afecta a todo el
profesional, estas son: aparato pilosebáceo con el folículo y tejido conectivo
– Furúnculo. perifolicular.
– Ántrax. Se aborda con detalle solo el furúnculo, por ser la
– Hidradenitis. única de estas afecciones que tiene interés en cirugía.
– Absceso caliente. El furúnculo es la infección masiva necrotizante
– Flemón difuso o celulitis. del aparato pilosebáceo y de la dermis que lo rodea,
producida por el estafilococo. Su evolución es aguda y
Furúnculo termina, con frecuencia, por su eliminación en forma
de un tapón esfacelopurulento al que se denomina cla-
La piel se halla en contacto directo con el ambien- vo (Fig. 34.1).
te, el cual le deposita polvo, suciedad y bacterias, entre
las que se encuentra el estafilococo dorado, como hués-
ped habitual. Este germen, a veces por causa de con-
diciones que favorecen su desarrollo, aumenta su
virulencia y penetra en el aparato pilosebáceo donde
determina tres tipos de lesiones, que son, según la pro-
fundidad que alcancen: la foliculitis superficial, la
foliculitis profunda y el furúnculo.
En la foliculitis superficial el estafilococo no pasa
de la región infundibular superficial del folículo, solo se
afectan las glándulas sebáceas. Aparece una pequeña
pústula centrada por un pelo que no se desprende por
ligera tracción, pues la infección no alcanza el bulbo.
En la foliculitis profunda el germen llega al fondo del
folículo; aparece también la pequeña pústula centrada Fig. 34.1. Corte esquemático de la piel que muestra cómo, al
por el pelo, pero con piel algo elevada y dolorosa y por introducirse por un folículo pilosebáceo la infección por estafiloco-
tracción ligera el pelo se desprende. A veces se afec- co, se forma un furúnculo y determina su necrosis.
Germen necrosis de los elementos del aparato pilosebáceo y de
la dermis vecina; así se forma un pequeño absceso
El estafilococo dorado fue señalado por Pasteur y
perifolicular, el centro del cual está ocupado por el
comprobada su acción por Garré, quien se provocó un
esfacelo masivo del aparato referido, fibrina, células
brote de furúnculos al frotarse el antebrazo con pus
procedente de un foco osteomielítico, afección deter- elásticas, conjuntivas, piocitos y de gran cantidad de
minada por este germen. Sin embargo, la infección no estafilococos. El proceso se limita hacia su periferia
se origina de manera habitual por contaminación ex- por un tejido defensivo de granulación muy vascularizado
traña; se trata casi siempre de estafilococos proceden- que, tan pronto como es expulsado el clavo, rellena la
tes de la propia piel del afectado, por lo tanto sucede pérdida de sustancias, y deja después, en algunos ca-
por autoinoculación. sos, una cicatriz blanquecina fibrosa.
De algunas cepas de estafilococos se han aislado Cuadro clínico
sustancias del tipo factor de difusión de Durán-Reynals,
que aumenta la permeabilidad de la piel a la invasión Aparece el furúnculo como una tumefacción
del germen. acuminada, centrada por un pelo, roja violácea, firme y
dolorosa. En sus inicios provoca picazón y luego dolor.
Causas predisponentes Se puede observar en cualquier región del cuerpo don-
Las causas predisponentes pueden ser locales y de haya pelos; no obstante, es rara su aparición en los
generales: cabellos (cuero cabelludo y pubis), casi siempre apare-
– Causas locales: ce en el vello. Al tercer o cuarto día asoma en la cúspi-
• Suciedad. de del furúnculo un punto amarillento que, al quinto o
• Irritación de la piel. sexto día se abre y ocasiona la salida de un pus escaso,
• Frote del cuello por la ropa (en el furúnculo con lo que el dolor disminuye. En el fondo se observa
de la nuca), el de la silla de montar (en el de el clavo, que se elimina como un grumo de esfacelo al
la cara interna de los muslos). octavo o noveno día, y queda un cráter que cierra pronto.
• Rascadura de lesiones pruriginosas en cual- Los síntomas generales son escasos: algo de fie-
quier región, etc. bre y cefalalgia. En el examen de sangre en el labora-
– Causas generales: son las que colocan al pa- torio se detecta leucocitosis moderada.
ciente en condiciones de menor resistencia: A veces, a los tres o cuatro días, el furúnculo re-
• Fatiga física o mental.
gresa sin supurar y deja una induración que persiste
• Deficiencia nutricional.
por un tiempo.
• Convalecencia de enfermedades.
• Sobre todo, la diabetes. Complicaciones
Dentro de las complicaciones se observan: el abs-
Patogenia
ceso subfurunculoso por propagación al tejido celular
El germen activado en su virulencia por los facto- subcutáneo; linfangitis y adenitis aguda y raramente
res enunciados, rompe la barrera epidérmica por la adenoflemón. La linfangitis, en especial en los
acción de sus toxinas necrotizantes y atraviesa el débil furúnculos que han sido exprimidos o los no manteni-
obstáculo del epitelio de las glándulas sebáceas el que
dos en reposo. La tromboflebitis, muy peligrosa, como
penetran hasta la región bulbar, donde encuentra las
complicación de los furúnculos del labio superior, puede
condiciones típicas de la cavidad cerrada. Su presen-
conducir a la tromboflebitis supurada del seno caver-
cia determina una activa congestión con diapédesis y
exudación, que explican la coloración rojiza y eleva- noso, que es muy grave. La septicemia y septicopiemia
ción del proceso, así como el dolor que se debe a la con focos metastáticos, osteomielitis, abscesos y án-
turgencia local que comprime los filetes nerviosos; trax del riñón; flemón perinefrítico, subfrénico, absce-
desintegra el aparato pilosebáceo por la acción conjun- sos pulmonares y prostáticos, y la artritis, son otras tantas
ta de la toxina microbiana y de la falta de nutrición, se complicaciones.
convierte en un secuestro que se elimina en forma de El furúnculo puede ser único o desarrollarse varios
esfacelo purulento (clavo). en un área limitada, o aparecer múltiples diseminados
por toda la piel. Esta situación, que recibe el nombre de
Anatomía patológica furunculosis, se debe a una virulencia exagerada del
Las alteraciones de los tejidos interesados son las germen y coincide con una susceptibilidad mayor del
propias de la inflamación aguda, a lo que se le añade la enfermo.
Pronóstico y complicaciones
El ántrax, desarrollado por lo común en individuos
cuyas fuerzas se encuentran disminuidas por algún
motivo (diabéticos, ancianos, nefríticos, etc.), es pro-
clive a originar complicaciones serias. Localmente pue-
de tomar un tipo gangrenoso, extenderse y abarcar
Fig. 34.4. Gran ántrax de la nuca en un paciente diabético, como es
habitual en estas lesiones. nuevos territorios para devenir gigante; por fortuna, hoy
rara vez visto; puede originar un absceso en profundi-
dad por debajo de él y perforar la aponeurosis e invadir
Los síntomas locales se atenúan y permiten al en- planos más profundos. Así se ha dado el caso de un
fermo realizar algunos movimientos (la impotencia fun- ántrax en la nuca llegar a determinar una meningitis
cional ha disminuido); a esto le sucede el comienzo de por propagación de la infección hacia la columna ver-
la eliminación de los tapones de esfacelos, que se hace tebral.
lento en medio de un proceso, ahora por completo blan- Además, puede originar embolias sépticas, que for-
do, en que todos los tejidos han entrado en fusión y en man abscesos a distancias, o determinar una septice-
que todas las bocas vecinas se unen entre sí y forman mia mortal. Es capaz, como foco séptico, de provocar
cráteres cada vez mayores. Mientras esto sucede, en lesiones del glomérulo renal y, por último, cuando el
la periferia aún algo indurada, pueden aparecer algu- paciente es diabético, puede evolucionar hacia la acidosis
nos nuevos focos, principalmente pequeños furúnculos y desencadenar el coma. Esta enumeración de compli-
que prolongan algo más la lesión originaria. Por último, caciones basta por sí sola para expresar la gravedad del
todos los elementos de esfacelos restantes incluidos en pronóstico del ántrax, cuando se desarrolla en diabéti-
la eliminación purulenta se desprenden y dejan un am- cos, nefríticos, ancianos, etc.
plio cráter central, irregular, de bordes policíclicos, blan-
dos, de coloración algo violácea y alguno que otro más Tratamiento
pequeño en la vecindad. Por fuera y rodeando a la le- El tratamiento del ántrax es, para la mayor parte
sión, la piel aparece pigmentada. de los especialistas, un asunto eminentemente quirúr-
La supuración decrece de manera considerable gico y así se presenta en distintos textos y tratados de
después de la eliminación de la mayor parte de los ta- cirugía, diversas técnicas para realizarlo. Se aconseja
pones, y del fondo brota un tejido de granulación rojizo, por algunos autores, la simple incisión crucial y otros,
muy vascularizado, que llena la brecha para dejar como añaden a esta, la extirpación del proceso a puntas de
Capítulo 35. Infecciones de las partes blandas superficiales por gérmenes anaerobios 357
en la asociación de los Clostridium con microorganismos cial que se extienden por toda el área en unas pocas
productores de betalactamasas que le dan una mayor horas.
resistencia al primero. La infección clostridiana adquiere una caracterís-
Se ha comprobado que en las asociaciones tica más grave por el gran poder necrotizante de sus
sinérgicas se elaboran enzimas y toxinas, que son las toxinas, su rápida diseminación y su toxicidad sistémica.
responsables de la extensión y gravedad del proceso. En este tipo de sepsis se han logrado aislar nueve toxi-
Se distinguen entre las más importantes las siguientes: nas responsables de los caracteres fisiopatológicos de
– La colagenasa, fibrinolisina, hialuronidasa, proteasa, esta infección. Se señalan entre las más importantes la
lipasa, ribonucleasa y la desoxirribonucleasa: enzimas alfa, la fosfolipasa C y una lecitinasa con capacidad
con gran poder de destrucción celular. hemolítica, las cuales provocan lisis plaquetaria y daño
– Superóxido-dismutasa y catalasas: enzimas que le capilar que, junto a otras, aumentan su permeabilidad.
confieren la capacidad de supervivir en un medio En estados avanzados de la enfermedad, aparece
aeróbico, y se plantea que puede inhibir a los un fallo renal debido a la lesión que ocasionan las toxi-
antimicrobianos betalactámicos. nas y otros factores asociados, como son: el daño
– Endotoxinas: son capaces de activar el factor endotelial del sistema vascular en todo el organismo,
Hageman y el complemento. así como la aparición del shock y fenómenos de coa-
– Proteasa inhibidora de la inmunoglobulina A (IgA): gulación intravascular diseminada que deviene en fallo
provoca afectación en la respuesta inmunológica. multiorgánico como última fase de la enfermedad.
– La heparinaza; enzima que promueve la coagula-
ción y favorece las lesiones isquémicas. Anatomía patológica
– Un polisacárido capsular: capaz de inhibir la Tres tipos de formas anatomopatológicas existen
fagocitosis y favorecer la formación de abscesos. en estas sepsis, que son:
– Una betalactamasa: enzima que le confiere una – La celulitis necrotizante.
marcada resistencia a los antimicrobianos de este – La fascitis necrotizante.
grupo. – La mionecrosis.
– Metabolitos, ácidos grasos, SH2 y NH3: con ca-
pacidad de inhibir la flora normal y favorecer la Las alteraciones anatopatológicas de la celulitis y
distensión y el edema de los tejidos. de la fascitis necrotizante son muy parecidas. A veces
son interpretados como diferentes fases de un mismo
Cuando se conocen todos los elementos señala- proceso y se diferencian en su profundidad y exten-
dos, es de suponer que la infección anaeróbica, bien sión.
sea monomicrobiana o mixta, que es la más frecuente, En la celulitis necrotizante, la lesión está delimitada
después de establecida, su control y eliminación son en a la piel y el tejido adiposo situado inmediatamente de-
extremo complejo y difícil. bajo de esta, sin afectar a la fascia superficial. Con
Estos gérmenes, después de haber invadido los te- presencia de áreas de necrosis de la piel y un infiltrado
jidos, tiempo este que puede variar de horas a días en leucocitario integrado por polimorfonucleares (PMN),
dependencia del microorganismo agresor, comienzan a áreas de microtrombosis vasculares y formación de
segregar fermentos proteolíticos, sacarolíticos y microabscesos.
lipolíticos que provocan la destrucción hística y se libe- En la fascitis necrotizante, la característica funda-
ran durante el proceso dióxido de carbono, hidrógeno, mental es la necrosis con gran destrucción del tejido
nitrógeno y metano; gases estos que se acumulan y celular subcutáneo y de las fascia, respetando la
distienden los tejidos, ocasionan compromiso de la cir- aponeurosis y el músculo, con formación de burbujas
culación, favorecen aún más las condiciones de de gas. En este estadio es difícil diferenciarla desde el
anaerobiosis y se forma un exudado y microabscesos punto de vista clínico de la mionecrosis. Microscó-
en el tejido celular subcutáneo, que contribuye a la apa- picamente se puede observar infiltración de polimorfo-
rición de trombosis vasculares, que incrementan la nucleares, trombosis vasculares y microabscesos, y es
isquemia vascular y la necrosis. posible ver los microorganismos en las láminas del exu-
También, como resultado de la multiplicación dado.
bacteriana se producen toxinas que extienden el área En la mionecrosis por Clostridium o gangrena ga-
de anaerobiosis, al provocar trombosis de los vasos seosa, como también se conoce, la lesión morfológica
regionales y necrosis del tejido proximal a la lesión ini- está dada por un marcado edema y necrosis enzimática
Capítulo 35. Infecciones de las partes blandas superficiales por gérmenes anaerobios 359
cen más tardíamente vesículas epidérmicas con conte-
nido de un líquido oscuro, sucio y fétido, de un olor sui
generis, cuando de gangrena gaseosa se trata. La cre-
pitación no aparece en las fases iniciales, ya que el gas
producido se difunde por las masas musculares y se
hace evidente, cuando invade el tejido celular subcutá-
neo. Los síntomas generales son de aparición rápida y
progresiva, con fiebre elevada, que puede, en los esta-
dios avanzados, estar hipotérmico, con toma de la con-
ciencia que va desde la apatía hasta el estupor y el
coma. La frecuencia cardiaca está aumentada con el
pulso débil e hipotensión arterial. En los estadios fina-
les es posible la aparición de ictericia por la hemólisis y
la afectación hepática, así como fallo de la función re-
nal debido a la toxemia y a las lesiones secundarias del
Fig. 35.1. Paciente con fascitis necrotizante por gérmenes anaerobios
shock.
(vista anterior).
Diagnóstico
El diagnóstico de estas infecciones es clínico de
manera excepcional, ya que la demora en la espera de
los resultados de los estudios bacteriológicos retarda-
ría el tratamiento y con esto, la posibilidad de salvar la
vida del enfermo.
La rápida evolución de esta enfermedad, la mar-
cada toma del estado general y los signos de toxemia,
junto a las alteraciones locales, sobre todo la presencia
del edema, las flictenas y la crepitación orientan rápi-
damente en el diagnóstico de una sepsis por anaerobios.
Es de gran utilidad la realización de una coloración
de Gram del exudado emanado de la herida o de las
vesículas, lo que orienta qué tipo de germen es el agre-
Fig. 35.2. Paciente con fascitis necrotizante por gérmenes anaerobios sor, además de servir para tomar muestras para cultivo
(vista posterior). de gérmenes aerobios y anaerobios.
La bacteriemia no es frecuente, y en las sepsis
clostridianas se señala que solo ocurre en 15 % de los
Las manifestaciones sistémicas son características
casos en los estadios finales de la enfermedad, no obs-
de una toxemia, con toma del estado general, estupor, tante, se deben realizar hemocultivos desde el inicio y
fiebre elevada, taquicardia que puede llegar al shock. durante todo el tiempo que dure el proceso. El aislar el
En este estadio es en extremo difícil diferenciarla de la o los gérmenes causantes de la infección, puede servir
mionecrosis, y esto se puede lograr solo por la inter- de gran utilidad para encaminar una terapéutica efi-
vención quirúrgica donde se observa la profundidad y caz. Se debe recordar lo difícil que resulta el aislamiento
extensión del proceso. y cultivo de los microorganismos anaerobios y tener en
La mionecrosis es la más grave y severa de las cuenta que la presencia de gérmenes contaminantes
infecciones de las partes blandas, cuando son causa- en los cultivos no debe ser objeto de errores y variar la
das por Clostridium. Se denominan en estos casos terapéutica instaurada.
como gangrena gaseosa y los síntomas más marcados Existen centros con tecnologías de avanzada, don-
son el dolor y la sensación de opresión en la zona afec- de es posible aislar con exactitud el germen por medio
tada, provocado por el edema en las terminaciones de inmunofluorescencia.
nerviosas. En el área de la herida aparece una tume- La confirmación del gas en los tejidos se puede
facción progresiva y el edema puede ocupar todo el efectuar mediante estudio de rayos X de partes blan-
miembro, con aparición de necrosis alrededor de la das, donde se observa el gas decolando el tejido celular
herida, se observa el músculo que se hernia y apare- subcutáneo y los haces musculares. Se debe recordar
Capítulo 35. Infecciones de las partes blandas superficiales por gérmenes anaerobios 361
anfractuosa, con desgarros y destrucciones muscula- y siempre se deben utilizar antimicrobianos bactericidas,
res se realice una amplia limpieza con abundante solu- con actividad sobre gérmenes grampositivos, negati-
ción salina fisiológica que arrastre toda la suciedad, vos y anaerobios.
tierra y cuerpos extraños que en esta se encuentren, Históricamente se ha observado la eficacia de la
Se deben realizar un buen desbridamiento con extrac- penicilina G cristalina en dosis de 4 millones de unida-
ción de los coágulos y tejidos desvitalizados, realizar des por vía intravenosa cada 4 h y se logra con esto, la
una hemostasia meticulosa y no practicar ligaduras en cobertura de los gérmenes grampositivos, donde están
masas que comprometen aún más la circulación. Des- incluidos los Clostridium; es este el antibiótico de elec-
pués de esto, se debe instilar abundante peróxido de ción en la gangrena gaseosa.
hidrógeno 3 %, para que penetre en todos los tejidos La asociación de un aminoglucósido garantiza la
e intersticios musculares y nunca cerrar la herida ni actividad sobre los gérmenes gramnegativos, se pue-
los planos profundos para no convertirlos en espa- den utilizar la gentamicina, tobramicina o la netilmicina,
cios cerrados. El cierre de la herida se deja para un en dosis de 3 a 5 mg/kg de peso corporal en 24 h, re-
segundo tiempo, cuando no exista el peligro de la sepsis. partidas en dosis iguales cada 8 h, o la amikacina en
Con este proceder, además de evitar la infección local, dosis de 15 mg/kg de peso en 24 h, repartida en dosis
se realiza la profilaxis del tétanos que es producido por iguales cada 8 o 12 h. Es necesario tener presente que,
otro germen anaerobio, Clostridium tetani. durante la administración de estos aminoglucósidos se
Cuando la infección se ha establecido y el paciente debe mantener el control periódico de la función renal
tiene una de las formas anatomoclínicas ya descritas, para ajustar las dosis, según el resultado.
se hace imprescindible realizar un tratamiento quirúr- La asociación de la clindamicina en dosis de
gico urgente e inmediato, que consiste en el 600 mg cada 6 h, es efectiva para el control de los
desbridamiento amplio y completo como única medida gérmenes anaerobios, además de poseer una acción
para salvarle vida. Este proceder se debe realizar en el inmunorreguladora. En su defecto, se puede utilizar el
salón de operaciones, con anestesia general y bajo metronidazol en dosis de 500 mg por vía intravenosa
monitorización cardiovascular para extraer los cuerpos cada 8 h, aunque su espectro de actividad es más re-
extraños y resecar el tejido desvitalizado. El músculo ducido que la clindamicina. El cloranfenicol tiene acti-
sin vitalidad se reconoce por su color oscuro, negruz- vidad antianaeróbica y se utiliza, solo cuando no se
co, no se contrae con el estímulo eléctrico o simple- disponga de los otros antimicrobianos dada su toxici-
mente por el contacto y porque no sangra cuando se dad y se ajusta su dosis a 100 mg/kg de peso en 24 h
secciona. Como se planteó en la profilaxis, se debe por vía intravenosa, repartida en dosis iguales cada 6 h.
hacer una buena limpieza con suero fisiológico e insti- Las cefalosporinas de segunda generación, como
lar abundante peróxido de hidrógeno 3 % sin cerrar la la cefocitina a la dosis de 2 g por vía intravenosa cada
herida, y dejar dentro de esta un catéter para realizar 6 h o el cefotetán o el moxolactan, ambas de tercera
una perfusión continua con soluciones, como el generación, en dosis de 2 g por vía intravenosa cada
hipoclorito de sodio o empaquetar la herida con ga- 12 h, tiene aplicación sobre gérmenes anaerobios y se
sas impregnadas en antibiótico. El paciente debe recibir puede utilizar en pacientes alérgicos a la penicilina,
además, un eficaz apoyo nutricional e hidroelectrolítico, aunque hay que tener precaución en estos, por poseer
así como transfusiones de sangre para tratar la ane- el mismo núcleo betalactámico que las penicilinas. En
mia. La herida se debe revisar nuevamente a las 24 h estos casos, algunos recomiendan el uso de un
para detectar nuevos focos de necrosis y de sepsis, carbapenémico, como el imipenen o el meropenen, los
con el fin de eliminarlos. cuales tienen un amplio espectro de actividad sobre
Por lo general, en las fascitis necrotizantes no gérmenes grampositivos y negativos, así como
clostridianas las amputaciones no son necesarias, ya anaerobios y aerobios que se emplean como monotera-
que el desbridamiento y la apertura de las fascias son pia a la dosis de 500 mg por vía intravenosa cada 6 h.
suficientes para controlar el proceso. No sucede así, Recientemente se incorporó al arsenal terapéutico
cuando la infección es provocada por un Clostridium, un nuevo antimicrobiano de la familia de las
donde la rapidez de la extensión de la infección y su estreptogramíneas, la quinodelfopristina, con marcada
repercusión sistémica obliga, en ocasiones, a ser radi- actividad sobre gérmenes grampositivos, negativos,
cales y a realizar amputaciones precoces para salvar aerobios y anaerobios, empleados como monoterapia a
la vida del enfermo. la dosis de 500 mg por vía intravenosa cada 6 h.
La antibioticoterapia se debe instaurar de inmedia- El resultado de los estudios bacteriológicos, que por
to sin esperar el resultado de los estudios bacteriológicos lo general demora de 48 a 72 h en aislar el germen, y
Capítulo 35. Infecciones de las partes blandas superficiales por gérmenes anaerobios 363
PARTE VII
CAPÍTULO 36
Quistes triquilemales (sebáceos) das lesiones quísticas de la piel: quiste triquilemal, tam-
bién denominado quiste pilar, quiste infundibular, quis-
y epidérmicos tes epidermoides o epidérmicos, congénitos o adqui-
La piel, capa protectora que recubre el cuerpo ridos, epidérmicos por inclusión, quistes por reten-
humano, está expuesta a las acciones del medio interno ción y otras lesiones quísticas de las glándulas
y a las agresiones del medio externo, lo cual trae como sudoríparas ecrinas y apocrinas.
resultado que la piel sea el órgano donde ocurre el mayor Por ser los quistes triquilemales y los quistes epi-
número de lesiones, de causa muy variada, que pueden dérmicos, las lesiones quísticas más frecuentes que se
ser: inflamatorias, degenerativas, tumorales, traumáticas presentan en la piel y que son motivo de consulta, tanto
y otras de origen congénito. para el médico de medicina general integral como para
Este capítulo se limitará al estudio de los quistes el resto de los médicos, especializados o no, serán des-
provenientes del folículo pilosebáceo y de la epidermis. critos aparte del resto de quistes y tumores.
La piel está constituida por la epidermis y la der-
mis; la epidermis, capa que interesa está formada por Quiste triquilemal
cuatro capas celulares: la capa córnea, capa granulosa, Aparecen en la superficie de la piel como una
capa espinosa y la capa de células basales. También tumoración de forma redondeada de crecimiento lento.
está formada por: El tamaño puede variar desde milímetros a 3 o 4 cm,
– Las células epiteliales llamadas keratinocitos consti- se localizan principalmente en el cuero cabelludo y
tuyen 95 % y los melanocitos 5 %. se presentan también en cara, cuello, tronco y extre-
– Las dexomonas son prolongaciones que unen los midades.
keratinocitos. Pueden presentarse como lesiones únicas o múl-
– Los melanosomas son porciones pigmentadas trans- tiples, apareciendo sincrónica o metacrónicamente.
feridas de los melanocitos a los keratinocitos. En el síndrome de Garner se presentan múltiples
quistes en la cara y el cuello cabelludo asociados a
El término de quiste sebáceo, usado ampliamente tumores del colon y otros órganos.
en la literatura, después de recientes estudios histoló- La piel que recubre a estos quistes se afina, es lisa
gicos ha ido perdiendo su vigencia. Hoy se sabe que y brillante como consecuencia de la presión ejercida
este término constituía un saco que agrupaba a varia- hacia afuera por el crecimiento quístico.
Estas formaciones nodulares están íntimamente Anatomía patológica
adheridas a la piel, a nivel del infundíbulo y cuello del Desde el punto de vista histológico es un quiste
conducto piloso, el cual puede apreciarse como un ho- verdadero. La pared recuerda la capa externa de la
yuelo pequeño, a veces cubierto por una estructura de raíz del folículo piloso, ella consta de una capa externa
color negruzco denominada comedón. Estos quistes se de células basaloides, una capa intermedia de células
desplazan del tejido celular subcutáneo subyacente. granulares y una capa interna múltiple de células
escamosas que forman keratina.
Patogenia
Su contenido es una mezcla homogénea de keratina
El quiste triquilemal, también denominado quiste alineada en láminas concéntricas y lípidos, por los cuales
pilar y para algunos sebáceo, surge del istmo del han sido denominados quistes sebáceos. Con frecuencia
folículo piloso y muestra una keratinización triquilemal contiene colesterol y puede presentar calcificación
(células capaces de producir keratina). Se ha demos- distrófica de su pared.
trado que tiene su origen a partir de la capa más ex-
terna del folículo piloso, donde se abre el conducto de Sintomatología
las glándulas sebáceas (Figs. 36.1 y 36.2). Estos quistes son de crecimiento lento, asintomá-
ticos, mientras no sufran complicaciones. Su consis-
tencia puede ser algo fluctuante cuando son grandes.
Si se ejerce gran presión sobre estos, pueden dejar
escapar su contenido de aspecto grasiento y de olor
desagradable y rancio.
Pueden provocar dolor, cuando al romperse su cáp-
sula, hay salida de la keratina, la cual produce una in-
flamación por reacción a cuerpo extraño, hecho muy
frecuente en los quistes infundibulares con los que son
confundidos, provocan dolor e infección.
Estos quistes crean preocupaciones en el paciente,
porque al presentarse en la cara o cuero cabelludo in-
terfieren con su estética (Fig. 36.3).
Evolución y complicación
El quiste triquilemal evoluciona lentamente en su
desarrollo. Una complicación muy frecuente es la in-
fección bacteriana, que puede presentarse después de
un traumatismo o de manera espontánea, originando
una colección purulenta dentro del quiste con una re-
acción inflamatoria a su alrededor. Este proceso puede
destruir la cápsula del quiste y el absceso extenderse a
Fig. 36.1. Corte microscópico de un folículo pilosebáceo con todos los tejidos vecinos que al ser incididos dan salida al pus,
sus anexos. unido a moldes de keratina y sebo.
Queloide
El queloide es un tumor firme de la piel, que ocurre
después de una lesión, por lo que está íntimamente li-
gado a la práctica quirúrgica, ya que se desarrolla con
frecuencia sobre cicatrices (Fig. 36.5).
Su causa es desconocida, pero se considera que
debe estar en relación con un déficit de las citocinas,
que deben frenar la formación de tejido colágeno. In-
fluyen en su aparición factores mecánicos como el roce,
la tracción y los traumatismos.
Son más frecuentes en las heridas practicadas per-
pendicularmente a los pliegues de flexión sometidos a
tensión, como el cuello, el hombro, el codo, la axila y la Fig. 36.5. Queloide del pliegue del codo. Paciente que sufrió una
región esternal. Algunas regiones del cuerpo son más herida en la flexura del codo y después de cicatrizar comenzó a
susceptibles que otras; por ejemplo, la región esternal, crecer, experimentó prurito y tensión a la extensión del brazo.
deltoidea, porción lateral de los carrillos, orejas y cuello.
Las quemaduras térmicas de la cara y el cuello y las
quemaduras por grasas en las manos, con frecuencia Su evolución es imprevisible; puede crecer ininte-
los originan. rrumpidamente o detener su desarrollo y, en ocasiones,
Aunque son importantes a tener en cuenta los fac- hasta desaparecer de manera espontánea. El color del
tores antes mencionados, hay una predisposición indi- queloide puede indicar su fase de actividad, el color
vidual neta y una tendencia familiar. Son en particular rojo es cuando se encuentra en fase activa, el rosado
susceptibles los sujetos de la raza negra y las personas cuando la actividad va cediendo y más blanco cuando
de piel oscura. es maduro o inactivo. Tienden a recidivar después de
El queloide es un tumor formado por tejido conec- extirpados.
tivo muy pobre en células y vasos, dispuesto en forma El diagnóstico es fácil por la clínica antes mencio-
de manojos de fibras paralelas a la superficie de la piel, nada. El diagnóstico diferencial más complejo es con
cubierto por una epidermis delgada. las cicatrices hipertróficas y el dato principal es el ca-
Semiológicamente es un tumor en forma de rodete rácter del queloide en el cual el tejido fibroso es de
elevado, irregular, que asienta habitualmente sobre una crecimiento excesivo y se extiende, también lateral-
cicatriz a la que sobrepasa, son firmes al tacto y a veces mente, para tomar áreas que no fueron afectadas por
dolorosos. En su superficie suele haber telangiectasias. la lesión original. Las cicatrices hipertróficas no se
El prurito puede ser intenso y muy difícil de combatir. extienden más allá de los límites de la herida.
Formas clínicas
Existen algunas formas de presentación de los
lipomas y entre ellas se encuentran:
– La lipomatosis difusa que consiste en un agranda-
miento masivo de un miembro como resultado de la
proliferación difusa de tejido adiposo maduro. Esta
rara condición se ve con mayor frecuencia en niños.
– El lipoma fusocelular que es el tumor adiposo benig-
no característicamente localizado en las regiones del
hombro y cervical posterior.
– Los angiolipomas que son tumores pequeños, bien
delimitados, que se presentan poco tiempo después
B de la pubertad. Con frecuencia son dolorosos y múl-
Fig. 36.11. A. Lipoma de la pared abdominal. B. Lipoma localizado tiples. Están localizados en el tejido celular subcutá-
en la región del cuello. neo, más comúnmente sobre el tronco y las extremi-
dades.
de ver porque acumulan grasa y se convierten en – La lipomatosis dolorosa de percum (adipositis dolo-
lipocitos. No se modifican con los cambios de peso, es rosa) que aparece en mujeres, preferentemente obe-
sas, o en delgadas, con proliferación del tejido adi-
decir no disminuye su tamaño cuando el paciente pier-
poso local parecido a lipomas, que son dolorosos a la
de muchas libras de peso.
presión o espontáneamente. Preserva la cara, ma-
Hay un tipo de lipoma en el que la grasa está fi-
nos y pies y con preferencia aparece de forma si-
namente dividida en gotitas dentro de las células y se
métrica en la cara interna de los muslos. Los nódulos
conoce con el nombre de hibernoma. La enfermedad
adiposos parecen a la palpación “ovillos de gusa-
de Madelung del cuello es más bien una hiperplasia de nos” y coexiste astenia, trastornos psíquicos y sig-
tipo lipomatoso. Se asocian en ocasiones con la nos de trastornos endocrino-vegetativos.
neurofibromatosis y la adenomatosis endocrina múlti- – La lipoblastomatosis o lipoma fetal que afecta casi
ple. Cuando los elementos fibrosos son muy importan- exclusivamente a bebés y niños pequeños. Compro-
tes se le asigna el nombre de fibrolipoma. Si los ele- mete más comúnmente la porción proximal de las
mentos mixoides son muy abundantes se conoce con extremidades superiores e inferiores. Puede estar
el nombre de mixolipoma. Cuando la mezcla de lipocitos bien localizada y ser superficial (a veces designada
maduros se hace con células fusiformes en un fondo como lipoblastomatosis benigna) o infiltrar difusa-
mucinoso y fibroso se le denomina fibroma fusocelular. mente los tejidos blandos profundos (se puede con-
Pueden aparecer áreas angiomatosas, y se llama en- fundir con el liposarcoma mixoide).
tonces angiolipoma. – La lipomatosis simétrica benigna son tumores
adiposos simétricos y múltiples que se localizan en
Sintomatología el cuello, nuca, hombros, región pectoral o inter-
El tumor es indoloro y aparece por encima de la escapular, bilaterales. Su causa parece deberse a
aponeurosis. A veces hay fluctuación, lo que se debe a una acumulación de triglicéridos embrionarios en
que parte de la grasa se mantiene líquida a la tempera- estos sitios. La distribución de los tumores en la
Evolución
Son de crecimiento lento, demorando años en al-
canzar grandes dimensiones. Es discutida la posible
degeneración en liposarcoma. Park y otros plantean
que por cada 120 lipomas aparece un liposarcoma.
Tratamiento
Es quirúrgico y debe extirparse el lipoma con su
cápsula, así como sus prolongaciones.
Tumor glómico
Tumor pequeño que se origina en el glomus Fig. 36.12. Tumor glómico de la cara dorsal de la última falange de
neuromioarterial, un shunt arteriovenoso abundante- un dedo.
Evolución
La evolución de la enfermedad va hacia la croni-
cidad. Si no se trata adecuadamente puede presentar
múltiples trayectos fistulosos.
Complicaciones
Las más frecuentes son el absceso y las fístulas.
La degeneración maligna en carcinoma de tipo
epidermoide se ha observado raras veces en pacientes
con larga evolución de la enfermedad.
Pronóstico
El pronóstico es bueno cuando se trata adecuada-
mente por cirugía.
Las enfermedades tiroideas son causas frecuentes nes laterales se unen al lóbulo medio alrededor de la
de atención en las consultas externas de los servicios séptima semana, para más tarde alcanzar la forma de-
de salud, por lo que es importante conocer sus carac- finitiva del tiroides. La importancia de las porciones
terísticas fundamentales de presentación, los exá- laterales radica en que dan origen a las denominadas
menes complementarios de importancia y su valora- células C parafoliculares productoras de tirocalcitonina
ción, así como, el tratamiento establecido. y en que son las responsables de la aparición de los
En este capítulo se tratan los aspectos generales carcinomas medulares de esta glándula.
como: embriología, anatomía, fisiología, estudios com- La cápsula tiroidea verdadera se desarrolla tar-
plementarios, y aspectos del diagnóstico y tratamiento díamente de tejido mesenquimatoso y en su espesor
del bocio difuso no tóxico, tiroiditis, bocio tóxico y circulan gruesos vasos. De su cara profunda se des-
neoplasias malignas del tiroides, puesto que los trastor- prenden tabiques que dividen al parénquima glandular
nos del desarrollo y la conducta ante el nódulo tiroideo en lóbulos y lobulillos. Estos últimos, a su vez, están
se tratan más adelante en este capítulo. formados por varios folículos, los que son la unidad fun-
cional de la glándula. Por su cara externa se une a la
cápsula peritiroidea o falsa cápsula.
Embriología El hecho de encontrar tejido tiroideo ectópico en el
La glándula tiroides, es la primera glándula en mediastino, pericardio, corazón y diafragma se debe a
aparecer durante la vida fetal y se puede reconocer que, muchos órganos y tejidos descienden más tardía-
en el embrión de dos semanas, como un abultamiento mente que la glándula tiroides y tienen la capacidad de
en el piso del intestino anterior. Se presenta como un transportar el tejido tiroideo a tales sitios. Es rara la
divertículo endodérmico que protruye entre el primer aparición de quistes y tumores en este tejido ectópico.
par de bolsas faríngeas, que tiene tres orígenes primor- Las figuras 37.1 y 37.2 muestran un estudio de
diales: uno medio, originado del piso faríngeo y otro tomografía axial computarizada (TAC) en el que se
lateral (doble), de las porciones caudales de la cuarta aprecia la presencia de un bocio con prolongación
bolsa faríngea. El divertículo medio o primario se forma endotorácica.
entre los rudimentos anterior y posterior de la lengua.
El conducto tirogloso es la conexión del tiroides primi-
tivo con la lengua al nivel del agujero ciego (foramen
cecum), lo que favorece las maniobras de diagnóstico
al examen físico.
Hacia la sexta semana, el conducto se convierte
en un vástago sólido para destruirse de inmediato, pero
en algunos casos, el epitelio se mantiene, lo que da ori-
gen a las anomalías del conducto tirogloso: tiroides
lingual, quistes y fístulas y tiroides ectópico en la línea
media. Aunque no es frecuente, el desarrollo del tiroides
se puede detener y quedar el único tejido tiroideo loca-
lizado en el área lingual (tiroides lingual). El extremo
distal da origen a la pirámide de Lalouette (consultar la
figura 39.3 en el capítulo “Quistes y fístulas del con-
ducto tirogloso”).
Con el crecimiento anterior y lateral se produce la
bilobulación del tiroides. Hacia la séptima semana la Fig. 37.1. Tomografía axial computarizada: corte axial que muestra
glándula es tirada hacia abajo por el corazón, hasta desplazamiento de la tráquea hacia la izquierda, por prolonga-
ocupar su posición definitiva en el cuello. Las porcio- ción intratorácica de un bocio del lóbulo tiroideo derecho.
Fig. 37.5. Esquema resumen de los efectos de las hormonas tiroideas sobre diferentes órganos y sistemas.
Estudio citológico
La biopsia por aspiración con aguja fina
Fig. 37.6. Características del centelleo con I125 (arriba izquierda)
y seleniometionina (arriba derecha). Abajo a la izquierda se muestra Es el proceder de elección en pacientes con un
la imagen macroscópica de un carcinoma folicular encapsulado nódulo tiroideo solitario. El éxito depende de la expe-
y abajo, a la derecha, el aspecto microscópico de este. riencia en la obtención de la muestra. El resultado puede
informar acerca de una lesión maligna, benigna o inde-
El estudio con isótopo radiactivo es útil en la distin- terminada. Es un estudio seguro y exacto, que ha revo-
ción entre un nódulo único y un bocio multinodular. lucionado la conducta que se ha de seguir ante los
También puede poner en evidencia un bocio nódulos tiroideos y permite en minutos tener el diag-
intratorácico o retroesternal, aunque no todos los bocios nóstico de la enfermedad, con un valor predictivo de
intratorácicos captan el fármaco radiactivo. También 90 a 95 %.
Diagnóstico Tratamiento
El tratamiento se dirige al reemplazo de las hormo-
nas tiroideas para corregir el estado de hipotiroidismo.
Es importante hacer el diagnóstico diferencial, para
La indicación quirúrgica reconoce dos aspectos:
lo cual se deben tener en cuenta las enfermedades si-
– El primero, aliviar la compresión traqueal producida
guientes:
por el proceso fibrótico, para lo que suele bastar la
– Enfermedad de Hashimoto: la enfermedad de
istmectomía.
Quevain no se asocia a la presencia de anticuerpos
– El segundo, para obtener muestras para biopsia, cuan-
antitiroideos y, cuando lo hace, es solo a muy bajo
do la BAAF no es concluyente en relación con la
título. presencia de un cáncer tiroideo.
– Enfermedad de Graves: se caracteriza, contrariamen-
te a la tiroiditis subaguda, por aumento de la capta-
ción de yodo radiactivo. Hipertiroidismo
– Neoplasia maligna o bocio coloide nodular: ambas El hipertiroidismo es una enfermedad causada por
lesiones pueden concomitar con la tiroiditis subaguda. el incremento de los niveles de hormonas tiroideas, con
la pérdida del mecanismo de retroalimentación (fee-
Por lo anterior, se debe indicar una biopsia por as- dback) normal que controla la secreción de esta hor-
piración con aguja fina para establecer la diferencia- mona; dando lugar a una constelación de síntomas y
ción y practicar el tratamiento indicado. signos.
Diagnóstico de la enfermedad
de Graves-Bassedow
El diagnóstico se fundamenta en la historia de
enfermedad tiroidea previa, en pacientes con síntomas
Fig. 37.8. La paciente presenta, además de la presencia del bocio, el y signos propios del hipertiroidismo tales como: adel-
exoftalmos que lo acompaña. gazamiento con polifagia, intolerancia al calor, piel
Papilar
y folicular < 45 años > 45 años
Medular
Estadio I T1 N0M0
Estadio II T2 N0M0, T3 N0M0 y T4 N0M0
Estadio III Cualquier T y N1M0
Estadio IV Cualquier T y N M1
Indiferenciado
Siempre se consideran en estadio IV (cualquier T, N o M)
El cáncer es el resultado de mutaciones que afectan cáncer del tiroides en niños y adultos jóvenes que
la estructura de los genes involucrados en la regula- recibieron radioterapia (RT) en la cabeza y en el
ción del crecimiento y diferenciación celular. La trans- cuello o en el timo durante la infancia. Desde la ex-
formación maligna de una célula requiere de la combi- posición a la radiación, hasta la aparición del cáncer,
nación de varias mutaciones, que pueden aparecer por transcurre un periodo de latencia que oscila entre 5
azar y otras por herencia, lo que explica que un mismo y 30 años. Un número significativo de japoneses
tipo de tumor se puede presentar en forma familiar o no. expuestos a radiación intensa producida por la ex-
Los genes afectados en la causa se pueden clasifi- plosión en Hiroshima, desarrolló cáncer del tiroides.
car en genes supresores de la proliferación tumoral Anatomía patológica
y genes que regulan la muerte celular. Los genes
Desde el punto de vista clínico y dado a la escasa
involucrados en la carcinogénesis tiroidea son: en el
frecuencia de estos tumores, la mayoría de los autores
papilar, los oncogenes ret/PTC, trk, met, c-myc, c-fos,
aceptan simplificar la clasificación de la Organización
c-ras y c-erb; en el folicular ras, 11q13 y gsp; en el
Mundial de la Salud (OMS), de la forma siguiente:
indiferenciado p53 y en el medular ret. – Tumores epiteliales originados en la célula folicular:
Algunas teorías que se plantean son: carcinoma folicular, papilar y anaplásico o indiferen-
– El cáncer del tiroides puede ser inducido experimen- ciado (los dos primeros se denominan también tu-
talmente en animales, mediante restricción severa mores bien diferenciados).
del yodo, con la administración de agentes bociógenos – Tumores originados en células parafoliculares: car-
tales como: repollo y las semillas de uva, con la re- cinoma medular.
sección subtotal de la glándula y con la administra-
ción de yodo radioactivo. Tumores bien diferenciados
– Se han reportado casos de cáncer del tiroides de-
Representan cerca de 85 a 90 % de los cánceres
sarrollados en las glándulas hiperplásicas no trata- tiroideos. Se suelen presentar como un nódulo
das de los cretinos congénitos. Todo lo anterior oca- asintomático en un individuo eutiroideo. La lesión
siona un estímulo prolongado de TSH y producen primaria suele ser tan pequeña, que no se aprecia en la
cambios secuenciales de hiperplasia, adenoma y exploración clínica ni en el acto operatorio.
eventualmente carcinoma. Los tumores bien diferenciados son más frecuen-
– Algunos estudios han sugerido una asociación de los tes en la mujer que en el hombre. La edad media de
carcinomas folicular y anaplásico con el bocio endé- aparición es de 45 años.
mico. Los efectos de la radiación causan atípica Estos están formados por células epiteliales simila-
nuclear. Existió una incidencia significativa del res a las de una glándula normal.
Fig. 37.9. Corte histológico del carcinoma papilar del tiroides Fig. 37.10. Invasión celular.
NÓDULO TIROIDEO
Dra. Rosalba Roque González
En el estudio de las enfermedades del tiroides es – Sexo: es menos frecuente el nódulo en los hom-
frecuente la presencia de una formación nodular, en bres que en las mujeres, sin embargo, es más co-
cualquier área de la glándula, lo que conlleva a gran mún el cáncer tiroideo en el sexo masculino que
inquietud para el paciente y para el médico, por la posi- en el femenino.
bilidad de que esto sea la expresión de una neoplasia. – Antecedentes de radiación en cabeza o cuello: las
A esto se debe la importancia para el médico general radiaciones recibidas en áreas cercanas al tiroides,
del conocimiento del examen físico, el diagnóstico y la independientemente de la causa que las originan, son
conducta que se ha de seguir con estos pacientes, don- capaces de ocasionar neoformaciones tiroideas,
de se añade además, el factor estético que puede obli- sobre todo malignas y del tipo papilar. En fechas
gar, en ocasiones, a una conducta quirúrgica, aun en un recientes se demostró que, radiaciones tan bajas
proceso benigno. como 3,5 rad hasta 2 000 rad, recibidas en cabeza o
cuello, aumentan la posibilidad de aparición de un
cáncer tiroideo, después de un periodo de latencia
Frecuencia de hasta 25 años.
En los EE. UU. se han detectado desde el punto – Antecedentes de enfermedad tiroidea: si bien no es
de vista clínico en 4 a 6 % de la población. Ocurren frecuente, puede ayudar al diagnóstico la existencia
con una frecuencia anual de 50 casos nuevos por de antecedentes de bocio o de hipotiroidismo o
millón de habitantes y mueren cada año aproximada- hipertiroidismo, o de familiares con carcinoma
mente 1 200 pacientes por cáncer tiroideo. Entre las medular del tiroides.
muertes por cáncer, el de la tiroides ocupa el lugar 35.
En Cuba, la tasa de incidencia en el sexo femenino Examen físico
es de 4,9 por 100 000 habitantes, la tasa de incidencia El examen físico permite trazar la diferencia, entre
por neoplasia del tiroides es de 7,4 por 100 000 habi- el nódulo solitario y el agrandamiento asimétrico de un
tantes. lóbulo u otros estados que simulen un bulto tiroideo.
Existen dos grupos con riesgo muy alto de carcino- Inspección. Revela la configuración global del
ma del tiroides, cuando se presenta un nódulo aislado o tiroides y la movilidad del nódulo respectivo al deglutir.
múltiples nódulos en la glándula tiroidea. Estos grupos Palpación. Debe ser bidigital, para comprobar las
están conformados por: características físicas y topográficas del lóbulo afectado.
– Personas que han recibido radiaciones en cabeza Las características del nódulo son las siguientes:
y cuello. – Consistencia: la dureza es característica del cáncer.
– Familiares con carcinoma medular del tiroides.
Pero también son duros los bocios viejos que se
Diagnóstico del nódulo tiroideo solitario fibrosaron o calcificaron. Un nódulo liso, firme y
globuloso puede ser compatible con un quiste. Los
Es imprescindible la realización de una historia adenomas pueden ser quísticos. Se debe palpar el
clínica correcta para poder reafirmar o excluir en los
cuello en busca de ganglios linfáticos cervicales
pacientes la presencia de un proceso maligno en la
agrandados en la región anterior y a lo largo de la
glándula, así como la utilización de los medios diagnós-
cadena yugular.
ticos que estén al alcance y que sean necesarios.
– Tamaño: se ha señalado clásicamente que los nódulos
Antecedentes clínicos mayores de 5 cm con frecuencia son malignos, sin
En la anamnesis se deben recoger datos en cuanto a: embargo, se puede detectar malignidad en nódulos
– Edad: la máxima incidencia de cáncer ocurre en ni- de 1 a 3 cm, lo cual está en relación con la detección
ños o adolescentes, varones mayores de 40 años precoz del nódulo.
y mujeres mayores de 50 años. También entran en – Crecimiento: no siempre los nódulos malignos van
esta categoría los pacientes de edad avanzada, que acompañados de un crecimiento acelerado; salvo,
tienen un nódulo de comienzo reciente. cuando es la expresión de un proceso indiferenciado.
En la actualidad, la conducta ante un nódulo tiroideo Belfiore, A., La Rosa, G.A. La Porta (1992): Cancer risks in patients
ha variado y esto ha sido por la importancia del uso with col thyroid GI nodules: relevance of iodine intake, sex, age,
and multinodularity; Am J Med; 93:363-9.
temprano de la BAAF con examen citológico.
Berghout, A., W.M. Wiersinga, N.J. Smits, J.L. Touber (1990):
Los estudios con isótopos se utilizan menos, ya que Interrelationships between age, thyroid volume, thyroid
solo 10 % de todos los nódulos fríos son carcinomas y nodularity, and thyroid function in patients sporadic nontoxic
en el caso del ultrasonido, aunque es de utilidad, se goiter; Am J Med; 89:602-8.
puede sustituir, ya que con la BAAF es posible identifi- Cassola, J.R., J.L. Guerra, R. Peralta (1999): Quiste del Tiroides
carse de inmediato una lesión quística. ¿Malignidad Controvertida? INOR. Serv Cir Esplacnica. Rev.
No obstante, se presenta el algoritmo con los pa- Cubana Cir; 38(2):69-73.
Giuffrida, D., H. Gharib (1995): Controversies in the management
sos fundamentales a llevar ante un nódulo tiroideo,
of cold, hot, and occult thyroid nodules; Am J Med; 99:642-50.
como se observa en la figura 38.1. Guerra, J.L., J.R. Cassola (2001): Tratamiento Multimodal en los
Al respecto, es necesario señalar que, el trata- Carcinomas Anaplásticos del Tiroides INOR. Rev. Cubana Cir.;
miento con hormonas tiroideas es razonable en pa- 40(2):106-11.
cientes con alto nivel de TSH y en los que presentan Hermus, A.D.R., D.A. Huysmans (1998): Treatment of bening
bocios adenomatosos (de acuerdo con el examen nodular thyroid disease; New Engl J Med; 338:1438-47.
citopatológico); sin embargo, es de señalar que, con el Mazzaferri, E.L. (1993): Management of a solitary thyroid nodule
advenimiento de la BAAF existen autores que le res- N Engl J Med;. 328:553-9.
Peña, E., J. Martínez (2002): BAAF en infecciones quirúrgicas del
tan importancia a la terapia supresiva para diferenciar
tiroides. Hospital Militar Central C.J. Finlay. Dpto Cir Gene-
a los nódulos tirotrofinos dependientes y quizás benig- ral. Rev. Cubana Cir.; 41(2):69-74.
nos, con respecto al cáncer tiroideo. Rojewski, M.T., H. Gharib (1985): Nodular thyroid disease:
Por lo tanto, otra manera de conducta y terapéuti- evaluation and-management; New Engl J Med; 313:428-36.
ca es por medio de la BAAF. Sheppard, M.C., J.A. Frankly (1992): Management of the single
Algunos autores comentan que la mortalidad thyroid nodule Clin Endocrinol Oxf; 37: 398-401.
operatoria es de cero, las hospitalizaciones pueden ser Singer, P.A. (1996): Treatment guidelines for patients with thyroid
nodules and well-differentiatedthyroid cancer; Arch Intern Med;
de dos días de posoperatorio y la morbilidad quirúrgica 156:2165-72.
es baja. Tan, G.H., H. Gharib, C.C. Reading (1995): Solitary thyroid
nodule:Comparison between palpation and ultrasonography;
Arch Intern Med; 155:2418-23.
Bibliografía Vander, J.B., E.A. Gaston, T.R. Dawber (1954): Significance of
Álvarez, E., D. Navarro (1992): La Glándula Tiroides. La Habana: solitary nontoxic thyroid nodules, preliminary report N Engl J
Editorial Ciencias Médicas, pp. 66-75. Med; 251:970-3.
Se estudian ambas afecciones en conjunto, ya que cerca de esta (Fig. 39.3), por lo general, entre el hueso
analizar desde el punto de vista embriológico la apari- hioides y el istmo tiroideo.
ción de cada una de estas por separado resulta difícil, Cerca de 85 % son infrahioideos; alrededor de
es decir, al expresar que la fístula tiroglosa tenga un 35 % de los quistes se asocian con trayectos fistulosos
origen independiente, sino que lo más acertado es que y, según Baumgartner, son secundarias a infecciones.
esta sea el resultado de la apertura de un quiste tirogloso. Aunque también hay reportes que indican zonas de
fistulización de esta afección hacia otros sitios, como
Embriología pudiera ser hacia la porción anterior de la lengua.
Durante el desarrollo embrionario, el tiroides des-
ciende por delante del intestino faríngeo como diver-
tículo bilobulado; durante la migración, la glándula
sigue unida a la lengua por medio del conducto tirogloso
(Fig. 39.1), el cual ulteriormente se torna macizo y
desaparece; de persistir, da lugar a la aparición de esta
alteración (Fig. 39.2).
Fig. 40.2. Los tumores del lóbulo profundo de la parótida se mandibular del nervio facial. La evaluación correcta
pueden extender al espacio parafaríngeo y proyectarse dentro de de estos nervios ocupa lugar fundamental en el trata-
la boca. miento de los tumores malignos de la glándula
submaxilar.
El conducto excretor de Warthon se dirige hacia
delante, desde la porción profunda de la glándula, bajo
el músculo milohioideo, hasta alcanzar el suelo de la
boca, donde se abre por fuera del frenillo lingual. Los
tumores de esta glándula pueden ser confundidos fá-
cilmente con los del suelo de la boca (Fig. 40.5).
La saliva se segrega de manera continua en pe-
queñas cantidades pero, ante la presencia o el recuerdo
de los alimentos, se vierte en grandes cantidades, de
forma tal que el hombre llega a segregar entre 1 000 y
2 000 mL en 24 h.
La saliva contiene además de aire (espuma), agua
(99,5 %), ptialina (0,1 %), mucina, albuminoides y
Fig. 40.3. Nervio facial y sus ramas.
sulfocianuro de potasio, veneno que es más abundante
en los adictos al tabaco, además de cloruro de sodio. A
veces se tiene la impresión de que la saliva tiene una
La glándula submaxilar se encuentra en el triángulo mínima importancia: se aprecia lo contrario, cuando se
del mismo nombre, sobre la superficie del músculo encuentran pacientes quienes, a consecuencia de su
hipogloso y por encima del digástrico. Tres nervios se enfermedad, tienen gran sialorrea y pierden grandes
encuentran en estrecha proximidad con la glándula cantidades de saliva, donde es necesario realizar trata-
submandibular: el lingual, el hipogloso y la rama mientos de restitución de líquidos y electrólitos.
Es una realidad que la gran cantidad de enferme- músculo se inserta en la superficie lateral de la apófisis
dades que asientan en los órganos del cuello no pueden mastoides y en el hueso occipital por arriba y por deba-
ser encontradas en otras partes del cuerpo de igual jo. Se divide en dos ases que van a insertarse en la
tamaño. La arquitectura de la región está ocupada clavícula y el esternón. Su liberación facilita la disec-
por elementos anatómicos que la atraviesan, desde la ción del paquete vasculonervioso carotídeo.
cabeza al tórax y viceversa. El triángulo anterior está limitado por el borde an-
Gran número de enfermedades que se hacen ma- terior del músculo esternocleidomastoideo, la línea
nifiestas como masas palpables o, sencillamente, como media del cuello, que se extiende desde el manubrio
aumentos de volumen de esta región, expresan la com- esternal, hasta la sínfisis de la mandíbula y el borde
plejidad del tema que ocupa. inferior del maxilar (Fig. 41.1).
Es muy bien conocido que el cáncer del cuello es Este triángulo está compuesto por cuatro triángu-
una enfermedad inicialmente agresiva, que causa gran los menores: submentoniano, submaxilar, carotídeo y
morbilidad, por el compromiso de las funciones fisioló- muscular.
gicas que afectan: respiración, deglución, olfato, gusto, El triángulo submentoniano está limitado lateral-
palabra y aclaramiento de secreciones. Sus principales mente por el vientre anterior del músculo digástrico, el
causas son la adicción al tabaco en todas sus formas,
hueso hioides por debajo y, medialmente, por la línea
la ingestión de alcohol, además de las radiaciones.
media del cuello. El músculo milohioideo forma el suelo
Es necesario agregar factores etiopatogénicos y mo-
de este triángulo y en su interior está la porción terminal
leculares en la génesis del cáncer en general y el de
de la arteria submentoniana y los ganglios del mismo
cabeza y cuello en particular.
Además, existen afecciones de tipo benigno, nombre, que reciben la linfa de la parte anterior de la
inflamatorias y congénitas de compleja valoración y lengua, suelo de la boca y encías.
decisiones terapéuticas difíciles en ocasiones. El triángulo submaxilar está formado por los vien-
tres anterior y posterior del digástrico y el borde infe-
Anatomía rior del maxilar inferior. Dicha área quizás es la más
complicada de la anatomía del cuello, por su inmensa
Triángulos del cuello importancia clínica y quirúrgica en el tratamiento de
El músculo esternocleidomastoideo divide el cuello las lesiones tumorales o de la glándula submaxilar, así
en dos grandes triángulos: anterior y posterior. Este como las metástasis provenientes del suelo de la boca
Embriología
La dilatación quística progresiva de los restos
branquiales epiteliales conduce a la formación de quis-
tes. En una minoría de casos, los quistes y las fístulas
coexisten (Fig. 42.1).
Tratamiento
Fig. 42.4. Paciente con quiste branquial. Cortesía del doctor
Luego de ser diagnosticados por el médico de la
Guillermo Sánchez Acuña. Hospital “General Calixto García”.
familia, el paciente se debe enviar al nivel secundario
para ser evaluado por un cirujano general, quien indica
Diagnóstico la intervención quirúrgica.
Su diagnóstico es generalmente fácil, siempre que se
Técnica operatoria
realice un interrogatorio y un examen físico adecuado.
Existen algunos medios diagnósticos que ayudan a Con la cabeza en extensión y rotada hacia el lado
confirmarlo, como son: el ultrasonido de partes blandas, opuesto a la afección, se practica una incisión hori-
la tomografía axial computarizada y hasta la resonancia zontal a nivel del quiste, que comprende piel y músculo
magnética. cutáneo; se libera de las estructuras vecinas, siempre
Se considera que estos estudios ayudan a confirmar hay que comprobar, si existe trayecto interno en co-
el diagnóstico pero en la práctica, con un interrogatorio nexión con la faringe, con la finalidad de resecarlo
adecuado y un examen minucioso del cuello, se puede para evitar la recidiva. Su sutura es por planos con
prescindir de estos. cromado 000 y luego la piel con sutura irreabsorbible.
Los quistes de ubicación interna requieren escisión
Diagnóstico diferencial o marsupialización intraoral. Las lesiones que afecten
A veces el quiste branquial se le debe distinguir de la fosa amigdalina requieren amigdalectomía prelimi-
otras afecciones, como son: nar o simultánea.
– Higroma quístico: se hacen evidentes desde la in-
Complicaciones posoperatorias
fancia, aun al nacimiento; ubicados preferentemente
en el triángulo posterior del cuello, son más volumi- Inmediatas:
nosos, translúcidos, de límites imprecisos y consis- – Lesión vascular.
tencia blanda. – Lesión nerviosa.
– Adenopatías crónicas: de aparición posterior a algún – Lesión esofágica.
proceso infeccioso locorregional. Son lisas, únicas – Lesión tiroidea.
Fístula branquial
Permeabilidad persistente de los surcos y/o de las
bolsas branquiales que se producen, cuando los tejidos
intermedios se separan.
Se presenta en la porción lateral del cuello, direc-
tamente por delante del músculo esternocleidomas-
toideo, aunque con menor frecuencia puede tener un
trayecto diferente, como por ejemplo posterior a la
arteria carótida común, reportado por Halvorson.
Clasificación
Puede ser general y según su ubicación. Fig. 42.5. Fístula branquial interna.
La clasificación general consiste en:
– Fístulas completas.
– Fístulas internas.
– Fístulas externas. Anatomía patológica
Los trayectos fistulosos contienen elementos
La clasificación de la fístula, de acuerdo con su linfoides, a veces cartilaginosos u óseos derivados de
ubicación: los arcos branquiales. Puede estar rodeado de una
– Primera hendidura: se encuentra por encima del túnica muscular. El interior del trayecto se encuentra
hueso hioides y desemboca en el piso del conducto tapizado por un epitelio pavimentoso estratificado o
auditivo externo. columnar y ciliar, según sea la fístula interna o externa.
– Segunda hendidura: se ubica, desde el borde anterior
del músculo esternocleidomastoideo, en la unión de Cuadro clínico
sus dos tercios medio e inferior y, entre las arterias Su frecuencia es similar para ambos sexos y
carótidas interna y externa, hacia la fosa amigdalina fundamentalmente durante la edad pediátrica. Se plan-
(es la más frecuente). tea que pueden ser bilaterales en 10 % de los casos. Su
– Tercera hendidura: desemboca al exterior en el mis- orificio cutáneo se encuentra a la altura del borde an-
mo sitio y desciende detrás de la carótida interna, terior del músculo esternocleidomastoideo, pero más
hasta el seno periforme. frecuente hacia su tercio inferior, su diámetro es solo
– Cuarta hendidura: se extiende, desde una parte baja de 1 a 2 mm. Si no se encuentra infectado, es asintomá-
del músculo esternocleidomastoideo, debajo de la tico; al infectarse evoluciona con signos inflamatorios
arteria subclavia o el cayado de la aorta, para volver locales y secreción de moco o seropurulenta desde el
ascender en el cuello y aproximarse al esófago cer- trayecto fistuloso.
vical.
Diagnóstico
La fístula branquial interna del seno cervical co- Su diagnóstico resulta muy fácil, si se conoce en
munica con la luz de la faringe, por un pequeño con- primer lugar la historia de la enfermedad y, en segundo
ducto que suele desembocar en la región amigdalina lugar, si se examina de modo adecuado al paciente, y
(Fig. 42.5). se detecta un orificio ubicado preferentemente en la
Otros autores, como Mikhailn plantean que, es raro porción anterior del músculo esternocleidomastoideo
que una fístula branquial tenga apertura activa en am- hacia su tercio inferior, por el que sale un exudado que
bos extremos. se puede apreciar o el enfermo pudiera referir.
Mediatas:
– Hemorragia.
– Sepsis de la herida.
– Fístulas.
– Recidiva.
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