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Amanda Berenguer
Berenguer, Amanda
Identidad de ciertas frutas / Amanda Berenguer con prólogo de Álvaro Díaz Berenguer.
Delta de San Fernando : La Ballesta Magnífica, 2021.
88 p., 13 x 21 cm. (Mutaciones de la realidad / poesía; 1)
ISBN: 978-987-86-6682-2
1. Narrativa Argentina
CDD: U861
I.Poesía Uruguaya.
ISBN: 978-987-86-6682-2
Hecho el depósito que indica la Ley 11.723.
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procedimiento, sin permiso previo del editor y/o autor.
Amanda Berenguer
Identidad de ciertas frutas
1
Arca, 1990
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Esto no es un prólogo
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El ejemplo tal vez más elocuente de esta conjunción, es el
antecedente del libro Composición de lugar, donde los poe-
mas son transformados en gráficas.
Admiradora de la Ciencia y el Arte, de Leonardo Da Vinci
y de su obstinado rigor, cada poema es trabajado con minu-
ciosidad. El animismo primitivo aflora en dosis intermiten-
tes, como nos ocurre cotidianamente, haciéndonos dudar a
veces de la realidad: Una manzana color manzana// otra man-
zana sin cáscara/ color de otra manzana// otra manzana desa-
parecida/ saboreada:// de las tres ¿cuál la manzana verdadera?
A igual que Rainer María Rilke, que con frecuencia in-
vierte el sentido de la observación, advierte Amanda que los
gajos y mi lengua saben más que yo. Ella misma se introduce
en la ecuación poética, ofreciendo para ello, sus sentimien-
tos, recuerdos y paisajes, entremezclados con las apariencias
y los sabores de las frutas, mientras está latiendo en las cer-
canías, un abismo y un sacrificio. El riesgo de la tragedia no
deja de estar presente.
Los 31 de diciembre, los fines de año, sobre el mantel
blanco de su casa, necesariamente había un ananá dispersan-
do su olor tan particular: el ananá de la fiesta, que la acompa-
ñó año tras año desde su niñez hasta su vejez, en la traslúcida
extensión de la dulzura. Su poesía por momentos muestra la
cotidianeidad de las tareas domésticas de una madre dedi-
cada a su casa, en las tardes y en el silencio en Montevideo,
en esta 35 latitud sur. Afloran con frecuencia la mesa del
comedor y un mantel blanco, como centros indudables en
torno a los cuales se desarrolla el espectáculo imaginario de
las frutas y su identidad, en el transcurrir de las estaciones.
Hay un reparto de las frutas casi como César Vallejo lo hace
con el pan.
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Es tal vez una obra que pareciera en una prime-
ra aproximación, sencilla, pero que poema a poema se
convierte en una entrañable cosmogonía inserta en un tratado
de botánica, donde la personalidad de Amanda deja a la vista los
rastros de su exquisita sensibilidad.
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Tapa original, 1983
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Erizo es, el zurrón, de la castaña;
Y –entre el membrillo o verde o datilado
de la manzana hipócrita, que engaña
a lo pálido no, a lo arrebolado;
Luis de Góngora
None but the Nut – October fit-
Because, through dropping it,
The Seasons flit- I’m taught- 1
Emily Dickinson
Considérez la fauve orange 2
Stéphane Mallarmé
Y aún siente nuestra lengua el gusto
de la manzana.
Rubén Darío
Prismáticas transparencias de uvas rutilan
Julio Herrera y Reissig
en el fecundo ofertorio
de los choclos
César Vallejo
The pears are not viols
nudes or bottles 3
Wallace Stevens
Fruits confidents de la chaieur 4
Paul Eluard
I have eaten
the plums
that were in
theice box 5
William Carlos William
La sandía, tronando de alegría,
se abrió en múltiples cráteres
y abotonado hielo ensangrentado.
Miguel Hernández
salió
del limonero el amarillo,
desde su planetario
bajaron a la tierra los limones.
Pablo Neruda
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Las Frutas:
I
( la manzana 1 )
21
I
( la manzana 2 )
23
II
( el durazno )
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