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Nuevos métodos en educación afectivo – sexual: Cuentos e historias

Juan Madrid Gutiérrez 1 e Irene Henche Zabala2

En este Taller, vamos a realizar una sensibilización hacia un modelo de


trabajo que toma como eje fundamental la inmersión simbólica en cuentos,
leyendas e historias, rescatando sus versiones originales y genuinas.

El objetivo del taller es posibilitar a los participantes, profesionales de la


Salud con niños y adolescentes, una mirada hacia el desarrollo infantil y juvenil, a
través de las metáforas de los cuentos.

Se realizará una experiencia práctica semejante a las que llevamos a cabo


con los propios niños y adolescentes, para permitir un acercamiento emocional y
vivencial a nuestro modelo y ofrecer una perspectiva que ayude a intervenciones
holísticas que engloben las diferentes dimensiones comprometidas en el
complejo proceso de crecimiento personal que tiene lugar en la infancia y la
adolescencia.

Este método desarrolla técnicas activas, que permiten una verdadera


participación integral de la persona, y no sólo de su lado racional y discursivo,
como la relajación, la visualización, la imaginación activa y el psicodrama
simbólico.

Nuestro modelo propone un proceso que puede ser comparado a un viaje


grupal, a través de un universo simbólico, en el que las grandes preguntas sobre
el deseo y el amor pueden expresarse y reconstruirse en el espejo imaginario de
los cuentos, protegidos por el espacio del como si.

En este taller, realizaremos una pequeña muestra de un viaje simbólico


que nos acerque a nuestra infancia y adolescencia, desde nuestro momento
actual de personas adultas.

El descubrimiento del amor y de la orientación sexual: la identidad de género

En la infancia, la dimensión sexual y de género está integrada en la


dimensión afectiva y emocional, y la persona va a iniciar su proceso de identidad
de género, en el que están comprometidas sus experiencias biográficas,
familiares, sociales y culturales. Por eso, nos parece fundamental posibilitar una
educación emocional y afectiva, desde la más temprana infancia, a la que los
cuentos pueden ayudar.

En la preadolescencia y posterior adolescencia - juventud tiene lugar la


1
Médico. Director del Centro Salud Joven del Ayuntamiento de Madrid. Contador de cuentos.
2
Psicóloga Clínica y Educativa. Orientadora en el EOEP de Moratalaz- Villa de Vallecas de Madrid. Psicoterapeuta. Autora
del Método de Psicodrama Simbólico.
1
génesis de la identidad adulta, así como la creación del proyecto básico de vida y
de las líneas claves del guión existencial. Este proceso tiene un carácter
fundacional, aunque a lo largo de la vida adulta, el individuo podrá enriquecer,
transformar, o introducir innovaciones en esta identidad. La elaboración de este
proceso va a depender, en gran medida, del carácter más o menos facilitador u
obstaculizador del entorno familiar, escolar y social. En este proceso cobra un
valor central, la identidad y autoestima de género, y muy especialmente la
formación de pareja y la orientación sexual.

En la adolescencia, que es un paradigma de la sucesión de cambios que


jalonan la vida a lo largo de todo el ciclo vital, el descubrimiento del otro, adquiere
una dimensión nueva y significativamente más evolucionada.
Es la etapa en la que surge el deseo profundo de vinculación, con uno mismo, con
amigos, con una pareja, con un proyecto profesional, con unos valores e ideales,
con un proyecto de vida.

El método simbólico como potenciación del crecimiento personal3:

El método simbólico es un modelo junguiano de ayuda y potenciación del


crecimiento personal. Se basa en el trabajo de grupo y utiliza los cuentos de
hadas, cuentos metafóricos, símbolos y obras artísticas, que evocan de manera
secuencial y simbólica, contenidos claves del proceso de individuación del ser
humano. La palabra Simbólico hace referencia a la utilización privilegiada del
lenguaje de los símbolos y de los cuentos, como vías directas hacia el
inconsciente personal y el inconsciente colectivo.

El ser humano posee la potencialidad y necesidad innatas de expresarse a


través de símbolos, y lo hace de manera espontánea a través de los sueños y de
manera más elaborada con producciones de enorme intensidad emocional y de
alto significado, como los mitos, los cuentos de hadas o el arte. El método
simbólico es, por tanto, un método evolutivo, que busca la optimización del
proceso de convertirse en persona, poniendo el énfasis en un desarrollo de la
totalidad de las capacidades y funciones, especialmente el potencial de
creatividad inherente a todo ser humano.

Un aprendizaje activo y emocional

Frente a intervenciones y modelos muy centrados en el discurso racional


que han demostrado su ineficacia si no se complementan con un trabajo que
englobe la dimensión emocional y relacional del ser humano, proponemos un
modelo de trabajo activo, experiencial, que permita explorar toda la complejidad
del proceso de construcción de la identidad de género.
Así mismo, proponemos un modelo que permita trabajar en tres espacios distintos:

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El Método Simbólico es un modelo de investigación e intervención, original de la autora Irene Henche Zabala.

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 El espacio grupal
 El espacio imaginario del trabajo con cuentos, a través de la dramatización
y todas las técnicas de Arte Educación
 El espacio del comentario grupal de cierre de cada sesión, en el que se
puede establecer un puente entre los dos espacios anteriores.

DOS CUENTOS PARA INTEGRAR LO MASCULINO Y LO FEMENINO EN LA


MUJER Y EN EL HOMBRE

Hemos elegido dos cuentos que abordan de manera específica contenidos


relacionados con la pareja, el deseo, la sexualidad y la integración de lo masculino
y lo femenino. Trabajando sobre ellos, se puede avanzar hacia un proceso de
crecimiento personal.

La dimensión simbólica:

Al igual que los sueños y las obras de arte, los cuentos maravillosos, se
expresan en un lenguaje simbólico, en el que objetos, personajes, secuencias, y
argumento, en su totalidad, poseen un nivel de significado latente, que es preciso
descifrar.

Es decir, en los cuentos de hadas, un árbol, un Príncipe, La Bella


Durmiente, una boda, el abandono de unos niños en el bosque, no pueden ser
entendidos literalmente, puesto que son metáforas. Estas metáforas se pierden en
la noche de los tiempos y evocan, de la manera más pura posible, grandes
arcanos, arquetipos, imágenes universales y esenciales del universo humano.
Sin duda, en el proceso de transmisión de los cuentos, a lo largo de
distintos momentos históricos con diferentes ideologías sociales dominantes, estos
contenidos también han recogido huellas de dichos aspectos.
Pero los grandes conocedores de estos preciosos materiales que siguen
perdurando durante siglos, nos dicen que los contenidos más duraderos y
auténticos son los que se encuentran más libres de vestigios históricos y sociales.

Estos vestigios los encontramos en versiones no genuinas de los cuentos


de hadas que circulan, especialmente desde la segunda mitad del siglo XX, pero
lo que es más llamativo, es cómo encontramos también estos vestigios en los
pensamientos de las personas que, mediante una proyección en los cuentos,
creen haberse librado de determinados estereotipos y mandatos.

En particular, toda la cuestión relativa al género y a los papeles


supuestamente masculinos o femeninos, es un universo de significado que en la
actualidad ha cobrado un gran protagonismo.

A este respecto, queremos hacer las siguientes consideraciones:

El género no equivale al sexo. Es decir que es deseable que las personas


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de ambos sexos desarrollen papeles tanto femeninos como masculinos.

Los personajes de los cuentos de hadas son personajes arquetípicos y no


realistas, por lo que, en ningún caso, enseñan ningún modelo o conducta que se
deba seguir.

Las teorías que afirman que los cuentos de hadas ofrecen personajes
femeninos pasivos, que únicamente buscan la unión con un hombre y la boda, y
personajes masculinos activos, lo que están manifestando es:

• En primer lugar, un desconocimiento manifiesto de las versiones genuinas


de los cuentos de hadas.

• En segundo lugar, su propia concepción absolutamente estereotipada de lo


que es activo o pasivo, mimetizando los valores tradicionales patriarcales
que sólo consideran activas conductas como el movimiento físico, la caza,
la guerra, la lucha…y consideran pasivo el movimiento interior mental,
emocional, psíquico y espiritual, así como la palabra, o el pensamiento y la
reflexión.

• En tercer lugar, una idea según la cual, los cuentos deben servir para
enseñar modelos determinados de relación y de conducta, que es
pertinente que estén recogidos de una manera explícita e inequívoca en
sus argumentos.

A esta concepción, queremos aportar nuestro trabajo de tantos años de estudio


de los símbolos, los mitos y los cuentos:

Es fundamental rescatar versiones auténticas y puras de los cuentos de hadas,


de la misma manera que no podríamos apreciar y valorar obras como El Quijote y
Hamlet, si cada grupo o persona que encontrara en ellas algo que no le parece
políticamente correcto, se dedicara a hacer los cambios que, desde su punto de
vista, las mejorarían.

Es imprescindible poseer una cultura básica sobre el lenguaje de los símbolos,


para así poder mirar libres de estereotipos y de prejuicios, estos materiales
preciosos que merecen ser respetados y conservados como todas las obras de
arte. Precisamente es muy curioso que con estas obras, erróneamente
consideradas fundamentalmente para niños, todo el mundo se permita hacer los
cambios que considera oportuno, lo cual también nos muestra un valor muy
discutible de la cultura patriarcal, según el cual, los niños son un tema menor.

Enseñar y educar es un proceso muy complejo que engloba la dimensión


emocional de la persona, y se enfrenta, a menudo, a contradicciones y paradojas,
con lo que es muy ingenuo pensar que si ofrecemos historias con modelos
determinados, éstos ya van a seguirse. Sería entonces tan fácil tratar temas como
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la prevención de la violencia, las adicciones, etc. Desafortunadamente, en estos
casos, las cosas no son tan fáciles.
Pero afortunadamente, por otro lado, el ser humano es mucho más complejo y
sólo un verdadero proceso y compromiso pueden producir verdaderos cambios y
actitudes verdaderamente igualitarias y equilibradas, que nazcan de un auténtico
protagonismo, una visión propia y libertad de elección.

Una vez dicho todo esto, queremos restituir las versiones originales de los
cuentos y ofrecer un acercamiento a sus significados inmensos, que permiten el
calidoscopio de muy diferentes concepciones y puntos de vista, y que aportan el
agua fertilizadora de la fuente de la que manan las creaciones humanas más
poderosas.

Lo masculino y lo femenino:

En los cuentos los personajes femeninos y masculinos son arquetipos de lo


femenino y lo masculino. Ambos encierran valores e ideales que ayudan a
completar estos aspectos, tanto en mujeres como en hombres

Nuestra propuesta es la inmersión en estos símbolos llenos de fuerza, para


contactar con los símbolos propios y posibilitar la creación de nuestro propio
universo de significado.

A continuación, ofrecemos versiones recomendadas de dos cuentos


paradigmáticos en el tema del género y de lo femenino y lo masculino.

Cuento Contenidos fundamentales

La Bella y la Bestia La aceptación de aspectos difíciles de lo masculino. Detrás de


cada hombre se esconde la verdadera belleza y el ser humano
integrado

Lo que quieren realmente La aceptación de aspectos difíciles de lo femenino. Detrás de


las mujeres cada mujer se esconde la verdadera belleza y el ser humano
integrado.

HISTORIA 1. LA BELLA Y LA BESTIA4


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Resumen realizado por Irene Henche Zabala, tomando como referencia la versión del cuento de
Madame Leprince de Beaumont y algún elemento de la versión de Walt Disney.

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Érase una vez un rico comerciante que tenía tres hijas y tres hijos. De las tres hijas,
las dos mayores eran arrogantes y egoístas, pero la más joven tenía un corazón tan
bondadoso y tan bello como su hermoso rostro y su adorable cuerpo.
Un revés de la fortuna hizo que al comerciante le llegaran las tristes noticias de que
el barco que transportaba todas sus riquezas, había naufragado y había llegado
maltrecho a puerto, salvándose todos sus tripulantes. Si se habían perdido todas
sus mercancías, eso supondría caer en la pobreza.
Muy temprano, a la mañana siguiente, el hombre emprendió viaje en busca de su
barco, no sin antes preguntar a sus hijos lo que deseaban que les trajera como
regalo. Las dos hijas mayores pidieron lujosos trajes y joyas. Bella pidió una rosa,
ya que por donde ellos vivían, estas fascinantes flores no se daban.
El padre de Bella volvía apesadumbrado, después de haber sabido que se habían
perdido todas sus riquezas, cuando, quedándole ya poca distancia para llegar a su
casa, al atravesar un gran bosque, se extravió. Se desató un temporal de nieve y
viento y la noche fue cayendo. El comerciante temía no salir a salvo, y ser devorado
por los lobos, cuyos aullidos rasgaban la noche. Entonces, divisó una luz.
Siguiéndola, llegó a un castillo que estaba totalmente iluminado. Apenas si pudo
traspasar la verja y cerrarla tras de sí, antes de que los lobos le alcanzaran.
En el gran salón, el fuego ardía y resplandecía en la chimenea y todo transmitía un
clima entrañable y acogedor. Estaba empapado y helado, y, como encontró unas
espléndidas ropas de su talla, se despojó de las suyas mojadas, que dejó a secar, y
se vistió con aquellas.
Después, ya descansado y seco, exploró otras estancias del palacio. Reinaban el
silencio y la soledad. En una gran sala acristalada, había una mesa en el centro, muy
bien dispuesta, y llena de todo tipo de manjares. Cenó solo y después, en la sala
contigua, encontró una cama muy bien hecha en la que se acostó y cayó dormido al
instante.
Cuando partía por la mañana, sin haber encontrado a nadie en el palacio, encontró
un baúl lleno de riquezas y ropas magníficas que le seguía, según él avanzaba hacia
su caballo, y que les seguiría durante todo el camino de vuelta a casa.
Antes de salir del hermoso jardín, vio una rosa de especial belleza, y, recordando la
petición de su hija Bella, la cortó para llevársela. En ese momento, escuchó un
aullido pavoroso y vio cómo se acercaba hacia él, de manera amenazante, una
espantosa Bestia.
La Bestia se sintió desgarrada porque sabía, por la hechicera que le encantó, que,
cuando alguien cortara otra rosa de su jardín, por la otra rosa gemela, que él
guardaba en su estancia secreta, empezaría a pasar el tiempo, hasta que cayera su
último pétalo. Disponía de esa medida de tiempo para ser amado, a pesar de su
apariencia, tal y como había profetizado la bella hechicera, cuando, transformada en
una anciana, el solitario y bello príncipe de este palacio no le dio cobijo en una fría
noche de tormenta. Por haber despreciado la apariencia de fealdad y vejez y no
sentir compasión, la hechicera le convirtió en una Bestia.
Vivió como Bestia durante años, y ahora, su destino estaba a punto de cumplirse.
Lleno de ira, dijo al padre, que haber cogido esa rosa, debía pagarlo con su vida,
pues no tenía apenas ninguna esperanza de que su hechizo pudiera deshacerse.
Pues, ¿quién iba a amar a una Bestia?
Cuando el padre le contó que esa rosa era para su hija más joven y buena, la Bestia
pidió a cambio de la vida del padre, que esa hija fuera a vivir con él a su palacio. Así
fue, a pesar de que el padre trató de impedirlo y quiso volver él a morir, para así
salvar a su hija. Bella hizo prevalecer su firme voluntad de cumplir su destino y se
fue a vivir al palacio de la Bestia.
Allí todo estaba dispuesto según sus gustos y aficiones. Incluso había una enorme y
espléndida biblioteca. Durante su estancia, leía, y paseaba por los jardines, y en
barca, por los lagos de ensueño. Todas las noches, la Bestia, se presentaba a la
misma hora, a cenar con ella. Era muy respetuoso y hacía lo posible por agradarla y
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que se sintiera bien. Después, como un ritual, todas las noches, tras la cena, le pedía
que se casara con él. Ante la constante negativa de Bella, la Bestia se retiraba,
gimiendo como un animal herido.
En una de las veladas, al apreciar que Bella estaba triste, le preguntó si era feliz allí
con él. Bella sí se sentía feliz, pero echaba de menos a su padre. La Bestia le
obsequió con un espejo de mano, en el que podía ver lo que deseara, y cuando Bella
miró, vio que su padre estaba enfermo y palideció. Entonces la Bestia,
comprendiendo su inquietud, le pidió que partiera a ver a su padre, pero también,
que regresara al cumplirse una semana. Ocho días era el tiempo que le quedaba,
pensó.
Bella llegó a casa de su padre con sólo ponerse un anillo que le regaló la Bestia. Su
padre se alegró tanto de verla tan bien, que en tres días, sanó. Cumplida una
semana, Bella olvidó su promesa, pero al octavo día, se sintió desasosegada y
recordó el espejo. Allí contempló a la Bestia que yacía en el jardín, cerca de la
fuente. Entonces, sintió que le echaba mucho de menos y se puso el anillo para
volver a su lado.
Quedaban unos minutos para que se cumpliera el hechizo y la Bestia estaba
agonizante, pero aun pudo alegrarse cuando al abrir los ojos, contempló a Bella.
Muero con alegría por haber podido amarte y por verte por última vez.
No, mi querida Bestia. Me he dado cuenta de que estoy enamorada de ti. No te
mueras, por favor, yo te amo. Y sus lágrimas cayeron sobre el rostro de la Bestia,
justo en el último segundo. La Bestia recuperó su forma humana, de bello príncipe,
pero esta vez, también lleno de bondad y de belleza espiritual.
Bella y Bestia se casaron, reinaron con bondad y justicia durante un larguísimo
tiempo. Y siempre fueron muy felices.

Para reflexionar

El cuento de La Bella y la Bestia representa un momento culminante y clave


en el proceso evolutivo del ser humano. Se muestra la verdadera humanización, y
la integración de los opuestos.

En La Bella y la Bestia, estamos siguiendo el proceso de una


transformación que parece imposible, la de Bestia en un hombre completo, dotado
de bondad e inteligencia. Este proceso alude al proceso de individuación del ser
humano, para avanzar hacia niveles de mayor madurez.

El hechizo sólo podrá romperse si alguien llega a amar a la Bestia y si este


es capaz de amar de verdad. El mismo hechizo nos da la clave de su resolución.
Para que la Bestia sea amada, es necesario que aprenda a amar, y para ello debe
salir de su egocentrismo y empatizar.

HISTORIA 2. LO QUE QUIEREN REALMENTE LAS MUJERES


En cierta ocasión, el joven rey Arturo, Caballero de la Mesa Redonda, fue
sorprendido y apresado por el monarca del reino vecino mientras cazaba
furtivamente en sus bosques. El rey, pudo haberlo matado en el acto, pues tal era
el castigo para quienes violaban las leyes de la propiedad, pero se conmovió ante
la juventud y la simpatía de Arturo y le ofreció la libertad, bajo el compromiso de
que en el plazo de una año hallara la respuesta a una pregunta difícil que nadie
había podido resolver: ¿Qué quieren realmente las mujeres?.
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Semejante pregunta, dejaría perplejo hasta el hombre más sabio, y por supuesto al
joven Arturo le pareció imposible contestar. Con todo, aquello era mejor que morir
ahorcado, de modo que regresó a su reino y empezó a interrogar a la gente.
Preguntó a la reina, y a las princesas; a las prostitutas y a las monjas. También
consultó con el sabio de la corte e incluso con el bufón. En suma, preguntó a
todos, pero nadie le pudo dar una respuesta convincente. Eso sí, todos le
aconsejaron que consultara a la vieja bruja que vivía en el bosque, pues todos
creían que ella sabría la respuesta. Sabían que el precio que pediría sería alto, ya
que la vieja bruja era famosa en todo el reino, por que cobraba sus servicios
excesivamente caros.
El último día del año convenido llegó, y Arturo no tuvo más remedio que consultar
a la hechicera. Ella accedió a darle una respuesta satisfactoria, a condición de que
primero aceptara el precio que debía de pagar. La vieja bruja le dijo a Arturo que
ella se quería casar con Gawain, el caballero más noble y apuesto de la Tabla
Redonda, y a su vez el más íntimo amigo de Arturo.
El joven Arturo, la miró horrorizado. Ella era vieja, jorobada, y feísima. En toda la
boca no tenía más que un solo diente y despedía un hedor nauseabundo que haría
huir hasta a un macho cabrio, y todo esto lo acompañaba de todo tipo de ruidos y
gestos obscenos. Arturo, nunca se había topado con una criatura tan repugnante, y
se acobardó ante la perspectiva de pedirle a su amigo de toda la vida, que
asumiera por él esa carga terrible; no obstante, cuando Gawain se enteró del pacto
propuesto por la vieja, afirmó que no era un excesivo sacrificio si a cambio
salvaba la vida de su compañero y amigo y preservaban la Tabla Redonda.
Se anunció la boda por todo el reino, y la vieja bruja, con su sabiduría infernal, dijo:
“¿Qué quieren realmente las mujeres?: ¡Quieren ser dueñas de su propia vida!”.
Todos supieron al instante que la hechicera había expresado una gran verdad, y
que el rey Arturo estaría a salvo. Así fue, que el rey vecino, al oír la respuesta, le
devolvió la libertad.
Por fin llego el día de la boda, y ésta se celebró. ¡Dios mío, que boda! Asistió la
corte en pleno y nadie se sintió más desgarrado y dolorido que el propio Arturo
que se encontraba dividido entre el alivio de salvar la vida y la angustia de ver a su
mejor amigo en aquellas circunstancias.
Gawain se mostró cortés, gentil y respetuoso; la vieja bruja en cambio hizo gala de
sus peores modales. Engulló la comida con las manos, emitió ruidos espantosos y
olores fétidos. La corte de Arturo estaba horrorizada y jamás se había visto
sometida a semejante tensión, pero prevaleció la cordura y el casamiento se
celebró. Después del banquete, vino la noche de boda, pero en este punto, correré
un discreto velo, y tan sólo os mencionaré un hecho asombroso.
Cuando Gawain, ya preparado para ir al lecho nupcial aguardaba paciente a que su
esposa se reuniera con él, ella apareció con un aspecto deslumbrante, digno de la
mujer más hermosa que cualquier hombre hubiera deseado ver en una noche como
esa. Gawain se quedó desconcertado y asombrado, le preguntó qué había
sucedido. La joven, de belleza sin igual, le respondió que como él había sido cortés
con ella, la mitad del tiempo se presentaría con su aspecto más horrible y la otra
mitad con su aspecto más atractivo. Él debería elegir cuál preferiría para el día y
cuál para la noche.
¡Qué pregunta tan cruel para un hombre!
Gawain, se apresuró a hacer cálculos. ¿Quería tener durante el día a una joven
adorable para exhibirla ante la corte y sus amigos, y por las noches, en la
privacidad de su alcoba a una bruja horrorosa? O por el contrario ¿Prefería tener a
una bruja de día y a una joven hermosa en los momentos más deliciosos e íntimos
de su vida conyugal?
Después de pensar en ello un momento, el noble y apuesto Gawain replicó que la
dejaría que eligiera por sí misma. Al oír esto, ella le dijo: “Yo seré para ti una
hermosa dama de día y de noche, porque tú me has respetado y me has permitido
ser la dueña de mi vida.”
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Para reflexionar

Este cuento nos habla de grandes valores. En primer lugar la amistad y la


lealtad al amigo, Arturo, y a un ideal, expresado aquí por la Tabla Redonda.
También es esencial el valor de ser dueños del propio destino, es decir, ser
protagonistas del propio guión existencial.
Es muy destacable cómo en este cuento aparece el arquetipo de la sombra,
como todos aquellos aspectos feos, desagradables, horribles de una persona, y
también del ser humano.
En una primera solución, el Sí Mismo, la bellísima princesa que aparece
detrás de la apariencia de la hedionda bruja, se propone la dualidad. Por el día,
una, por la noche, otra.
Cuando el enigma es tan difícil que el caballero Gawain, lo deja en manos
de su protagonista, entonces se puede producir la unificación y la síntesis y la
integración de los aspectos valiosos de la sombra, que se convierten en el tesoro
de ser una misma completa todo el tiempo

Algunas consideraciones a modo de síntesis:

En los cuentos de hadas y metafóricos, la boda del príncipe y la princesa


alude a la integración de opuestos, gran tarea del ser humano, a lo largo de todo
su proceso de crecimiento personal.
Tanto la mujer como el hombre integran cualidades, actitudes y valores
masculinos y femeninos.
En estos dos cuentos, está planteado el dilema y el hechizo de la Bestia y
de la Bruja.
Estos personajes nos muestran la exacerbación de uno de los opuestos, y
la carencia del otro, por lo que la persona quedaría prisionera de un estado
monstruoso, previo a la humanización.

Queremos, además, hacer el señalamiento de que la belleza en los cuentos


es fundamentalmente un símbolo de autenticidad y bondad y no de atractivo físico.

Sólo cuando la Bella ama a su Bestia interior, en lugar de rechazarla, puede


integrarla y unificarse.

Sólo cuando Gawain restituye a su amada su libertad para ser dueña de su


destino, puede integrar también su lado femenino y soberano.

Vivimos tiempos en que uno de los peligros es que los hombres sigan
manteniéndose en su egocentrismo de bestias, y prefieran bellas de noche, sin
importarles su realización personal de día, para lo que se requiere una
redistribución y reconstrucción de los roles y tareas tradicionalmente femeninos y
masculinos.

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Por otro lado, también está el peligro de que las mujeres luchen
fundamentalmente por ser bellas de día, es decir, por su desarrollo profesional, su
lucha y su participación en la vida pública, y olviden la belleza de lo femenino, del
encuentro complementario con lo masculino, y con el hombre.

En esta nueva era de surgimiento de la mujer y de conquistas de la libertad


y los derechos que le corresponden, el reto es un cambio profundo tanto en
hombres como en mujeres, que prevengan de la trampa de una inversión de roles
aparente y la pérdida de la riqueza interna de los dos universos masculino y
femenino, y de un verdadero encuentro igualitario y complementario entre
hombres y mujeres.

A través de este trabajo, nuestra búsqueda es la de ayudar al desarrollo


personal de mujeres y hombres más libres, más equilibrados y solidarios entre sí.

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