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ANALISIS REFLEXIVO

Entrando en contexto con los procesos de paz en Colombia, opino que en todos
los gobiernos se ha extendido demasiado la negociación con los diferentes
grupos. No se concreta nada, no hay acuerdos, no se avanza. En lo particular,
pienso que estos procesos no han sido fructíferos o al menos no tanto como lo
esperábamos los colombianos, en realidad lo que se ha logrado es muy poco o
casi nada, siguen los reclutamientos de menores, los secuestros, las extorciones;
y que esta gente después quiera sentarse a negociar como si no hubieran
cometido ningún delito, me parece nefasto. ¿Dónde queda la reparación a las
víctimas? Claro está que nada de lo que esta gente haga, va a reparar todo el
daño que han hecho, por lo mismo todas estas familias exigen justicia. Está muy
bien que quieran reintegrarse a la sociedad, pero ¿dónde queda todo aquello que
han hecho? Opino que, si de verdad los desmovilizados quieren reintegrarse,
deberían hacer lo mismo que cualquier persona cuando comete delitos.
Claramente sabemos que, si el gobierno no ofrece garantías para los
desmovilizados, simplemente la reintegración no sería una opción para ellos.
ENSAYO
Partamos de la idea de que un “proceso” no es algo que se refleje
inmediatamente, entendemos por “proceso” al conjunto de operaciones a que se
somete una cosa para elaborarla o transformarla. Entonces, hay varias fases que
se debe implementar en un proceso de paz.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), es la segunda guerrilla más grande
del país, detrás de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Con estos dos grupos armados se ha sentado a negociar el gobierno colombiano
en varias oportunidades, las cuales han sido poco fructíferas, se extiende
demasiado cada negociación para terminar con que mejor no, y que siga la guerra.
En diferentes mandatos presidenciales se ha intentado llevar a cabo el llamado
proceso de paz con estos entes guerrilleros, una y otra vez tratando de llegar a
acuerdos y llevar a cabo el cese al fuego. Sin embargo, a través de los años se ha
perdido mucha credibilidad en los procesos de paz por parte de colombianos,
teniendo en cuenta que, al tratar de conseguir la tan anhelada paz durante largos
periodos en diferentes intentos de negociación, se concluye con que al final no se
llegó a nada.
Se sabe que en algunas oportunidades los grupos armados han utilizado esta
fachada de negociación y arrepentimiento, con el fin de ganar tiempo y
fortalecerse aún más.
Según el libro, ¡Alto el fuego!: manual de procesos de paz, Fisas Armengol,
Vicenç (2010), Es lo que ocurrió en el año 2001 en las conversaciones fallidas en
El Caguán, en Colombia, entre las FARC y el Gobierno de Andrés Pastrana. Las
FARC, que se sentían fuertes y poderosas, manejaron las negociaciones en
términos de aprovechar el momento para fortalecerse aún más, por lo que
escogieron una metodología sumamente lenta que les beneficiaba en el tiempo,
pero que no conducía a ninguna parte. Faltó un detonante, el secuestro de un
avión, para que el experimento fracasara estrepitosamente, lo que dio paso a una
década de no negociación. Y es que en términos de paz o de confrontación, los
engaños se pagan con una moneda muy cara.

Los dos grupos armados a través de los años han logrado tener derecho a la
participación política, claro está que en mayor parte las FARC. Lo cual, a nivel
personal no me parece. Tras el acuerdo de paz firmado por el gobierno de Juan
Manuel Santos, en agosto de 2017, llegamos al punto de tener un partido político
liderado por excombatientes de las FARC, hoy en día conocido como partido
político (Comunes). Como colombiano no me gustaría llegar a tener como mayor
mandatario de Colombia a personas con delitos sin justicia, y sinceramente no
estamos lejos de esa realidad. Ya es suficiente con tener de este personal en el
senado.
No me gustaría sonar egoísta o anticuado, está bien tratar de negociar, llegar a
acuerdos, con tal de que en mi país haya paz. Pero, con la participación política no
estoy de acuerdo. Estamos hablando de personas que extorsionaron,
secuestraron, asesinaron y quien sabe que otras cosas, personas que tienen
como fuente de economía los cultivos ilícitos. No parece justo que se acepte esto
en la política.

Respecto al ELN, sabemos que hubo ruptura de los diálogos de paz desde el
atentado que hicieron contra la escuela de policía General Santander en enero de
2019, desde ese momento el gobierno de señor Iván Duque declaró esta guerrilla
como Grupo Armado Organizado (GAO), y sus integrantes pueden desmovilizarse
para ser juzgados por delitos políticos. Por tanto, el ELN sigue operando como
grupo armado organizado.

No podemos dejar atrás a las víctimas de estos grupos armados. Ningún


proceso de paz va a compensar a estas familias toda la violencia con la que han
tenido que vivir, lo que llaman “reparación a las víctimas” estas personas exigen
justicia, solo eso, ¡es lo justo! Recuerdo que, en el último proceso de paz, uno de
los puntos era la reintegración a la sociedad de todos los desmovilizados, con
garantías de vida digna, educación y no sé qué más. Lo cual, provocó el
desacuerdo de colombianos con el gobierno, parece insólito (sin ofender) que
personas de esta procedencia tenga más garantías, derechos y oportunidades que
las personas que se han dedicado a estudiar y trabajar toda su vida. ¿Cuál es el
mensaje que se le da al pueblo? Pensemos un poquito.

Según la organización líder en investigación e incidencia que promueve los


derechos humanos en las Américas (Wola) Después de más que 50 años de
conflicto armado, el gobierno de Colombia ha firmado un acuerdo de paz con el
grupo armado más grande del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC). WOLA busca promover el desarrollo de una paz inclusiva y
duradera en Colombia mientras que se implementan los acuerdos de paz.
Apoyamos los derechos fundamentales de las comunidades tradicionalmente
marginadas, la rendición de cuentas por atrocidades, y trabajamos para que la
política exterior de los EEUU hacia Colombia sirva para promover la paz y no la
militarización.
.
Esperemos que esta tregua sea permanente y se cumplan los acuerdos por
parte de las FARC, rescatemos que en los últimos años se ha respetado el cese al
fuego por parte del grupo, lo cual brinda tranquilidad en la sociedad,
especialmente en nuestros campesinos. Respecto al ELN, como mencionamos
anteriormente, sigue operando como grupo armado, esperemos que a través del
dialogo se pueda pactar también con ellos para así tener un país en paz.
http://biblioteca.clacso.edu.ar/Espana/ecp/20161219045734/pdf_1093.pdf

https://www.wola.org/es/programa/colombia/el-proceso-de-paz-en-colombia/

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