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Sabattini Una Propuesta de La Defensa
Sabattini Una Propuesta de La Defensa
“Una propuesta de defensa de la presencia del griego antiguo y del latín en las
universidades iberoamericanas”. Circe, de clásicos y modernos 20/ 1. (enero-junio 2016).
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/circe-2016-200105
E
universidades.
68 Luciano Adrián Sabattini / Una propuesta de defensa de la presencia del griego antiguo y del latín...
Parte de dicho proceso es, por ejem- Nosotros en particular creemos
plo, el diálogo que vienen sosteniendo que debemos romper con el criterio
históricamente los filósofos occidenta- eurocéntrico11. Debe en efecto haber
les con las lenguas y culturas mencio- una “descolonización epistémica” de
nadas9. En ese caso, entonces, la discu- nuestras universidades12. Pero, en ese
sión sobre la necesidad del estudio del caso, si se quisiera realizar un plan de
griego antiguo y del latín se reduce a estudios de Humanidades vinculado
una mera cuestión sobre su contenido con nuestra identidad iberoamerica-
y su método de enseñanza10. na, ¿cómo debemos pensar la necesi-
dad de la presencia del griego antiguo
de prestigio cultural; cfr. Highet (1954:
13). Por su parte, tras la dominación ro- y del latín en ellas? Así formulada,
mana, el griego “se convirtió en el medio la pregunta incumbe a los planes de
de expresión elegante de la aristocracia y estudio de las carreras humanísticas
su enseñanza fue obligatoria en la educa- iberoamericanas: ¿qué elementos ex-
ción de las familias patricias, confiada ge-
neralmente a un maestro griego llamado portados por Occidente a Iberoamé-
litterator” (Tovar 1990: 33). Ese prestigio rica persisten en cuanto elementos
como lengua de cultura ha contribuido culturales identitarios13 de al menos
a su polimorfía y a su conservación en el
tiempo: “Nunca existió una única forma o
dialecto aceptado unánimemente por todos histórico-políticos que deberían postularse,
los griegos, ni siquiera la koiné (común), a b) acciones pedagógicas concretas con que
pesar de su amplia difusión geográfica. La deberían corresponderse, lo que incluye
diferenciación entre una lengua escrita y su lugar en el plan de estudio y su forma
una forma hablada no es patrimonio ex- de articulación con el resto de los espacios
clusivo del griego, también existe en árabe curriculares de cada carrera, además del
con mucho mayor rigidez. La existencia de método de enseñanza propiamente dicho.
una lengua fija e inalterable, tomada como Esta discusión, por demás importante, la
modelo lingüístico, ha sido una de las cau- dejaremos para otro momento.
sas de la conservación durante siglos de la 11 Es decir, aceptando que en Iberoamérica
lengua griega” (Tovar 1990: 308). confluyen diversas realidades culturales
9 Para observar cómo operan estos diálogos que refutan de forma absoluta las hipótesis
en el pensamiento de los filósofos occiden- hegelianas sobre la región.
tales, sugerimos consultar las principales 12 Cfr. Grosfoguel (2013: 55).
obras de filosofía alemana, francesa e ita- 13 Estos elementos, en la medida en que
liana. Aquí citamos un pequeño número continúan imponiéndose a quienes no los
de ejemplos: cfr. Nietzsche (1969: 92-94), poseen, son, como mínimo, hegemónicos.
Heidegger (1994: 179-246; 1997a; 1997b), “En el curso del despliegue de esas carac-
Hegel (1995: 267-268), Kierkegaard terísticas del poder actual, se fueron con-
(2000: 201-209; 2010: 113-114, 146-148, figurando las nuevas identidades sociales
152-156), Kant (2009: 6, 154-157, 245, de la colonialidad –indios, negros, acei-
399), Agamben (2012: 54-56), Foucault tunados, amarillos, blancos, mestizos– y
(2014: 22-38). Debo agradecer estas citas las geoculturales del colonialismo, como
a la inestimable colaboración de mi amigo América, África, Lejano Oriente, Cercano
Miguel Ángel Razuc, estudiante avanzado Oriente –ambas últimas, Asia, más tarde–,
de Licenciatura en Filosofía de la Universi- Occidente o Europa –Europa occidental
dad Nacional del Sur. después–. Y las relaciones intersubjetivas
10 La cuestión del método de enseñanza nos correspondientes, en las cuales se fueron
parece crucial, que incluye: a) presupuestos fundiendo las experiencias del colonialis-
70 Luciano Adrián Sabattini / Una propuesta de defensa de la presencia del griego antiguo y del latín...
se reintrodujeron en ellas muchos de los vocabularios de estas acti-
vocablos del latín escrito (cultis- vidades posee acepciones griegas
mos) y, mediante éste, del griego y/o latinas24.
antiguo (helenismos)20.
3. La identidad inmigrante (o des-
2. Un sinfín de actividades (modos cendiente de inmigrantes) de una
de producción, trabajo e inter- parte mayoritaria de la población,
cambio21, de saber, de pensar y cuyas colectividades instituidas
hacer arte, religión, derecho, po- se adscriben a una identidad na-
lítica22) promovidas, de manera cional y/o a una regional25. Las
violenta o no, desde los inicios de culturas europeas occidentales y
la colonización hispano-lusitana orientales, así como las asiáticas
hasta la actualidad23. Gran parte meso-orientales, han trazado de-
terminadas relaciones con las cul-
venzal; en la región de los Alpes occiden-
turas de Grecia y Roma antiguas,
tales, el reto-romano y en Rumania, el ru- especialmente las primeras, que
mano. Las lenguas románicas representan las consideran de alguna manera
la continuación ininterrumpida del latín; parte de su historia como su fuen-
en cierta manera, los dialectos medievales
y modernos del latín” (Caballero et al.
te y origen26.
1999: 27).
20 La tradición latina en efecto ha promovido 24 Muchas figuras del derecho, al estar toma-
el uso de los cultismos y los helenismos; das del derecho romano o medieval occi-
cfr. Penny (2001: 233-237), Osório (2003: dental, se expresan en latín (ad honorem,
167-178), Bergua Cavero (2004: 11), Da casus belli, de iure). Las mismas palabras
Silva (2010). con que denominamos determinados siste-
21 Para observar las influencias mercanti- mas de gobierno son griegas (democracia,
listas coloniales, cfr. Solís Manjárrez monarquía, oligarquía, tiranía, demagogia);
(1969: 200-209). Para observar el proceso la sistemática de las plantas en biología y las
de industrialización en Iberoamérica, cfr. denominaciones de los animales en zoolo-
Astori (1980: 1386-1400). Es curioso que gía se expresa en latín y griego mediado
los economistas liberales hayan hecho una por la tradición latina (Drosera glandulige-
dura crítica al mercantilismo español, segu- ra, Myrmecophaga tridactyla); muchos tér-
ramente en función de sus loas al aperturis- minos de medicina son griegos (estómago,
mo económico. páncreas, esófago, peritonitis). De la misma
22 Cfr. Highet (1954: 12). manera, en lógica las falacias se nombran
en latín (ad verecundiam, ad populum); la
23 Estas actividades podían antes caracte- misma filosofía occidental, como ya men-
rizarse como “coloniales”, puesto que se cionamos, reinterpreta conceptos de las
mantuvieron a través del tiempo bajo lenguas y las culturas griega y latina.
determinadas formas desde la colonia
hispano-lusitana; una vez conseguida la 25 Para observar el impacto de las migraciones
independencia política en muchas regiones europeas en Iberoamérica durante el perío-
de Iberoamérica, los estados conformados do colonial, cfr. Pérez (2012). Para analizar
se dejaron influenciar por otras potencias las migraciones europeas y de otros países
occidentales, sobre todo Francia, Inglaterra en el Cono Sur de América, cfr. Silva et al.
o Estados Unidos de América. Ejemplo de (eds.) (1990).
ello es la postura de Alberdi (1977: 69-70; 26 Para ver sólo un ejemplo de cómo las cultu-
1998: 53). ras europeas y meso-orientales se relacio-
naron con la lengua y la cultura de Grecia 30 No decimos esto con un criterio segrega-
antigua y Roma, cfr. Tovar (1990: 80-81). cionista, es decir, con el criterio de separar
27 Cfr. Grosfoguel (2013: 51-53). a las personas por motivos de pertenencia
cultural, sino con el criterio pluralista de
28 Cfr. Salazar-Bondy (1968: 122-123, 132). que cada persona tiene derecho a conocer,
29 Si nosotros nos negamos al saber de la Gre- fundamentalmente, su identidad cultural;
cia y de la Roma antiguas, todo lo que co- por lo tanto, el sistema educativo no tiene
nozcamos por ellas será un conocimiento derecho a homogeneizar de la misma ma-
mediado, y mediado por Occidente, espe- nera que tampoco tiene derecho a separar.
cialmente, por España. Pero también los in- Sostenemos algo similar a lo que sucede
vestigadores aceptarán sin más lo que diga con el guaraní en el sistema educativo pa-
un Companion de Oxford o Cambridge que raguayo; cfr. Rivarola (2000: 25). Para la
ofrecen también traducciones de los textos discusión en torno a este tipo de educación,
de estas culturas. cfr. Küper y López Bascuas (1999).
72 Luciano Adrián Sabattini / Una propuesta de defensa de la presencia del griego antiguo y del latín...
centrismo y vincularlo con elementos cidente e Iberoamérica32. Una de
culturales identitarios que persisten las implicaciones, por tanto, de la
en nuestro continente, aunque expor- adopción de un punto de vista no
tados de Occidente a Iberoamérica. eurocéntrico para los estudios del
griego antiguo y del latín, es que el
Implicaciones del estudio estudiante accederá al estudio de
del griego antiguo y del latín la tradición clásica, ya no como
desde un punto de vista no continuación de una línea recta
eurocéntrico trazada entre la “cultura clásica
grecolatina” y su propia persona,
E
1. l estudiante podrá acceder a sino como estudio crítico de la
los textos griegos antiguos y apropiación occidental de las cul-
latinos sin necesidad de un turas griega antigua y romana y de
intermediario occidental. De esta su consolidación como elemento
manera, presentará aproximacio- cultural susceptible de proyección
nes hermenéuticas y traducciones universal bajo la concepción his-
propias, irrumpiendo como com- tórica eurocéntrica33. Así, el estu-
petencia (no sólo como importa- dio del griego antiguo y del latín
dor) en el mercado occidental de resulta necesario para dialogar
hermeneutas y traductores31. con Occidente de igual a igual, en
calidad de nuevo intérprete de las
2. A su vez, podrá conocer qué ele-
culturas griega antigua y romana,
mentos del griego antiguo y del
desnaturalizando la relación que
latín persisten en las variaciones
americanas del español y el por-
tugués, adquiriendo mayor cono- 32 Esto daría pie a una aún inédita Historia de
los estudios clásicos en Iberoamérica o His-
cimiento de ambos idiomas y de toria del desarrollo de la tradición clásica
su modo de apropiación de los en Iberoamérica.
latinismos y helenismos en ellos 33 Este estudio, de concretarse, tendría alcan-
presentes. ces históricos, literarios y filosóficos. En el
terreno filosófico podríamos incluso pen-
3. Podrá observar a) el tipo de rela- sar en la aparición futura de una Crítica de
ción entre Occidente y las culturas la razón clasicista. Por otro lado, este euro-
centrismo, en cuanto construido a partir de
griega antigua y romana, y b) el
una Grecia autopoiética, da paso a hablar
tipo de relación entre Iberoaméri- de un helenocentrismo; cfr. Dussel (1993:
ca y ellas en cuanto que se trata de 44). Ahora bien, el helenocentrismo no se
una relación mediada por Occi- sostiene en la postulación de toda la conti-
nuidad histórica de Grecia como origen de
dente. Esta es una arista muy im-
la cultura occidental, sino que se sostiene
portante de la relación entre Oc- por cuatro pilares: a) centrificación en Ate-
nas para la lengua y cultura, b) centrifica-
31 Usamos aquí el término ‘competencia’ en ción del platonismo para la historia de la
su sentido mercantil, que es el elemento de filosofía, c) centrificación de la Edad Anti-
expansión de la cultura occidental más efi- gua para la historia, d) centrificación de la
ciente. Cfr. Stiglitz (2002: 6-7). época clásica para el arte.
74 Luciano Adrián Sabattini / Una propuesta de defensa de la presencia del griego antiguo y del latín...
3. El diálogo con culturas no hege- ejemplo las comunidades ais-
mónicas que también se procla- ladas grecoparlantes de Medio
man herederas de las culturas Oriente y Europa37, los griegos
griega antigua y romana, por modernos38, las distintas comu-
nidades donde se hablan lenguas
co, es plantear el problema en una instancia romances39 y los rumanos40, con-
más profunda que la meramente erudita de tactándonos con culturas opri-
quienes se desvelan por rastrear las huellas midas por el yugo de las culturas
del clasicismo entre nosotros o la muy con-
vencional y mezquina de las ‘humanidades
hegemónicas, para la reivindica-
modernas’” (Cárdenas 1977: 51). En efecto, ción mutua.
“para un europeo, tanto por la circunstancia
de la cercanía geográfica o el peso de la his-
toria, ‘lo clásico’ se le aparece en una espon-
tánea y familiar continuidad” (Cárdenas 37 Por ejemplo, el grecánico en la región de
1977: 52). En consecuencia, “asumir ante lo Calabria en Italia (Condemi 1987), el grie-
clásico antiguo una conducta semejante a la go salentino en la región de Apulia (Tondi
de un europeo, es embargar su ánimo con 1935) o el romeica en el nordeste de Tur-
un gesto gratuito de vivencias prestadas. Y quía, que presenta grandes similitudes con
gratuito es todo aquello que en nuestra vida el griego antiguo (Sitaridou 2013).
no nos pertenece por entero” (Cárdenas 38 Encontramos similitudes entre el pensa-
1977: 53). Ronchi March, prologando el miento histórico, filosófico y político de la
texto citado, expone la postura de Cárde- Grecia posbizantina y el iberoamericano,
nas: “El pasado que se ha heredado debe especialmente en su abordaje de la identi-
ser conquistado o interpretado por cada co- dad y soberanía regional y nacional. En los
munidad de modo nuevo, para poseerlo en dos casos hubo presencia de actores sociales
verdad, y que para ello el concepto griego de colonizadores, como el turco y el occidental
paideia, entendido y aplicado debidamente, para Grecia y el español/portugués y el occi-
es acaso el único medio que pueda recondu- dental para Iberoamérica; cfr. Tovar (1990:
cir al hombre hispanoamericano a su autén- 353-358), Dussel (1993: 46-47). Podemos
tico ser” (Cárdenas 1977: 12). Cárdenas, comparar, por ejemplo, las obras de Peri-
en nuestra opinión, ha formulado de forma cles Giannopoulos (Γιαννοπουλος 2003) o
magistral la pregunta por la necesidad de de Ion Dragoumis (Δραγουμης 1991) con
la presencia en Iberoamérica de los saberes las de Carlos Astrada (Astrada 1948).
griegos y romanos antiguos, pero debemos Por otro lado, el pueblo heleno evidencia la
realizar algunas críticas: a) la “familiar conti- continuidad lingüística, histórica y cultural
nuidad” del europeo con “lo clásico antiguo” respecto de sus antepasados, tan negada in-
es producto de una construcción que debe- cluso en fechas recientes por los clasicistas.
mos desnaturalizar, b) el estudio iberoameri-
cano de Grecia y de Roma antiguas no debe 39 No estamos hablando aquí de “España”,
tomar necesariamente la forma de “apropia- “Portugal” o “Italia” como países-periferias
ción”, c) no hay un solo “ser” iberoamerica- de Occidente, sino de las regiones de esos
no perteneciente a la cultura occidental; no países que son sub-periferias hablantes
podemos decir que haya siquiera un “ser”, de variedades regionales o incluso otros
término que remonta al pensamiento de As- idiomas como galego, catalán, sardo, entre
trada, influenciado por Heidegger. ¿No otros.
será que existe una pluralidad de realidades 40 El rumano es una lengua romance, con
que trasciende aquella cultura occidental he- algunos elementos eslavos, que conserva
redada y persistente en nuestra región? No- casos gramaticales al igual que el latín. Res-
sotros oponemos una erótica a esta idea de pecto de la historia del pueblo rumano, cfr.
“apropiación”, que constituiría una tanática. Georgescu (1991).
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