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Un empresario árabe-barines que vale su peso

en oro por el éxito que le ha deparado…


“Es tan fea la envidia que siempre anda por el mundo disfrazada, y nunca más odiosa como cuando
pretende disfrazarse de justicia…”.

(-Reymar Perdomo-).

■ Muchas veces uno escucha opiniones que vienen a ser dictámenes de jueces implacables, como
salidos de boca de esos jueces intransigentes con quienes tenemos que interactuar a diario en
nuestro desempeño profesional, en lugar de opinar pretender juzgar sin el debido acervo probatorio,
por tanto incurren en la difamación, dando lugar, con la mayor impunidad, a campañas de descrédito
La “misión” emprendida contra un empresario árabe-barines quien desde sus inicios sale a las calles
a trabajar con una sola visión, lograr el sueño de todos los venezolanos… llegar a la cima de sus
logros. Ese es el propósito de Atef Salami Nemer, conocido por los barineses como “Ato”.
Sé que muchos van a decir “es un pecado”, un yerro inconfesable para un escritor, pero lo hago
públicamente, así consideren que merezca ser arrojado a la hoguera de las redes sociales
(Facebook, Twitter, Instagram, SnapChat, Tumblr, Telegram, YouTube y Whatsapp) por dar una
opinión distinta a lo que se ha comenzado a decir sobre Ato, lo hago convencido de que esos
personajes anclados en la Ciudad de Maracay del estado Aragua están emitiendo conceptos
difamatorios perjudiciales a la persona de Ato (I), mentes maquiavélicas que se refieren a su origen
árabe para atribuirle supuestos vínculos con operaciones de redes de lavado de dinero y
legitimación de capitales…

Decir la verdad, o hablar con franqueza, como pareciera ser la intención de quienes se han dedicado
a difundir esa información perniciosa, no se corresponde con los señalamientos infundados referidos
al señor Atef criminalizando sus orígenes, propendiendo a su judicialización como si la ciudadanía
árabe llevase implícita la predisposición delictiva, algo que pudiésemos calificar de envidia por no
decir xenofobia mal encausada en razón del éxito económico que suele acompañar a los ciudadanos
nacidos en países del medio oriente, digo esto porque el único fundamento a la vista de dichos
señalamientos vendría a ser el apellido árabe de las personas con quienes lo relacionan, sería como
decir que todos los Ramírez en Venezuela son terroristas porque a Carlos, mejor conocido como “El
Chacal”, se le juzga por terrorista.

Dicho lo anterior, no es aventurado decir que Ato ha transformado a Barinas, he ahí la verdadera
razón de muchos ataques en su contra, vertidos con maledicencia pero sin pruebas, que a la postre
devienen en habladurías, huelga recordar lo dicho por El Quijote a Sancho, a ese respecto sólo
recordemos que los perros ladran, ante esos perros asentados en Aragua esgrimo como descargo la
esforzada labor de Ato en orden a la prosperidad de la ciudad de Barinas con proyectos de índole
urbanístico y comercial ampliamente conocidos, así como el origen de los recursos con los cuales
los ha promovido progresivamente, porque no es una labor de ahora, sino de vieja data, llegando a
ser exitoso por su virtud de convertir todo lo que toca en oro, que es la mejor forma de referirnos a
un trabajo tesonero de años, que vale su peso en oro por el éxito que le ha deparado, aunque para
nadie es un secreto de su obsesión por este metal, el mismo confirmaría en una de sus entrevistas
que desde niño le ha encantado ese metal, ese color, por su brillo y su valor y que desde sus inicios
cuando vendía telas, sabanas y colchones desde joven en el pueblo de Barrancas, a pie, de casa en
casa, él sabía que iba a convertir a su natal ciudad en una tacita de Oro.
Lo que muchos pudiesen ver como vanidad, es en realidad motivación al logro, tras la simbología del
oro se encuentra la direccionalidad de sus negocios, no en vano casi todos sus emprendimientos
están signados con el término que mejor alude a ese metal precioso, empezando por su
emblemático centro comercial, El Dorado, en su mayoría los urbanismos que ha construido llevan
ese nombre, pero no es que solo lo llevan sino que le hacen honor por el brillo de su confort y
habitabilidad; no solo eso, que pudiera parecer superfluo, sino que todos las personas que hemos
tenido el privilegio de compartir con él sabemos de su ¡corazón de Oro!

Ato es un gran ser humano, jamás olvidó sus orígenes, mucho menos ha dejado de ser humilde,
todos los días toca tierra y sabe de lo vulnerable que somos todos los seres humanos, un señor, en
toda la extensión de la palabra, que tiene profundos valores familiares, que está seguro que su
mayor fortuna es su familia.

Obviamente es humano y quizás en algún momento, en razón de su alto nivel empresarial, se haya
relacionado con personeros del gobierno (entre los que hay más de un bichito de uña) en el marco
de su propósito de progresar y llevar progreso a los barineses.
Como es natural, ha acumulado el producto de su esfuerzo, pero ha sido a costa de eso, de trabajo y
esfuerzo, de asumir riesgos en las inversiones realizadas con un peculio formado a lo largo de los
años, desde que era un simple “paisano” vendiendo en las calles, de días y noches arduas sin
dormir, con nervios de acero, porque hay que tener un sistema nervioso templado para apostar a
una tierra con un sistema político castigador, se quedó aquí, nunca se fue, sigue apostando a que
vamos a ser progresistas que tenemos que brillar, por eso nadie puede ser mezquino ante tanta
entrega y lucha por un pueblo que siente suyo, donde sembró sus afectos y echó raíces.

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