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Actividades para el período de Febrero de 2021

Actividad 1
Lean el siguiente texto, luego respondan las preguntas orientadoras de la lectura:
En todo el mundo, las mujeres viven situaciones de desigualdad que dificultan su
participación en el desarrollo de la sociedad. El concepto de Género pretende evidenciar esas
relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres. Aporta una nueva mirada sobre las
discriminaciones humanas y sus causas. Es evidente, que en el siglo XX hemos sido testigos de
avances considerables en lo que se refiere a las condiciones de vida de las mujeres. No
obstante, la condición de la mujer en el mundo ofrece terribles contrastes. Algunas cifras son
suficientes para ratificar esta realidad. Las mujeres constituyen el 70% de los 1.300 millones de
personas que viven bajo el umbral de la pobreza más absoluta; poseen el 1% de las tierras del
mundo; representan 2/3 de las personas analfabetas en el mundo; y hay 14 mujeres dirigentes
por cada 100 hombres, etc. Conviene señalar por tanto que del análisis de esa realidad que
queremos cambiar, sacamos algunas conclusiones importantes:
• En ningún lugar del mundo las mujeres gozan de los mismos derechos y
oportunidades que los hombres.
• No hay sociedad actual ni ningún ámbito de la vida en el que las mujeres sean
valoradas plenamente.
• Existe una discriminación hacia las mujeres por el solo hecho de serlo, no importa
dónde. Esto es, a las mujeres por el solo hecho de serlo, se las considera personas de segunda
categoría.
• Siendo la mitad de la población mundial se las considera una minoría (es frecuente
encontrarse la coletilla: ancianos, mujeres, niños y población inmigrante..., como categorías
agrupadas). A esta discriminación la denominamos discriminación de género.
Frente a esta realidad, la integración del género es ante todo una cuestión de equidad.
Luchar contra la exclusión implica adoptar políticas y programas de desarrollo que incluyan la
participación de mujeres y de hombres en todas las esferas sociales: doméstica, social,
cultural, económica, política. Evidenciar las desigualdades entre hombres y mujeres implica
fundamentalmente reflexionar sobre la forma en que se viven las relaciones de género en
nuestra propia sociedad.
La perspectiva de Género implica poner de manifiesto las diferencias que existen entre
mujeres y hombres en término de desigualdades y las relaciones de poder que se establecen
entre ambos.
¿Qué entendemos por género?
El concepto de género aparece en la década de los ochenta. Ya no considera a las
mujeres como un grupo aparte, sino que analiza las relaciones sociales entre los sexos, sus
interacciones. El género señala la construcción social de los papeles femeninos y masculinos
así como la jerarquía que marca esta forma de relación. Hace referencia a la interpretación
sociocultural de la identidad masculina y de la femenina.
Hasta ahora, los conceptos de masculinidad y femineidad se asumían como herencias
naturales derivadas del sexo biológico de los seres humanos. Así, por ejemplo, “por
naturaleza”, el tener un cuerpo de mujer significaba también ser sensible, intuitiva, tierna, y
todo el conjunto de formas de ser y sentir que forman parte del modelo femenino, y el tener
un cuerpo de varón implicaba ser fuerte, agresivo, valiente, decidido, y otras cualidades que
forman parte del modelo masculino. Hablar de “género”, mejor que de “sexo”, es decir que las
diferencias no son sólo biológicas sino que son el resultado de construcciones sociales y
culturales. No se nace mujer u hombre, entendiendo estos conceptos en su globalidad, sino
que se aprende a serlo. Se aprende a ser sensible y se aprende a ser agresivo, se aprende a ser
intuitiva y se aprende a servaliente. “El género alude a una construcción social de lo femenino
y lo masculino, se manifiesta en un conjunto de conductas aprendidas, de distribución de roles
y funciones entre mujeres y hombres y las relaciones de poder y subordinación entre ambos,
todo determinado no por la biología sino por la cultura y el contexto social, político y
económico”.
Género no es sinónimo de mujer sino que hace referencia a los roles,
responsabilidades y oportunidades asignados al hecho de ser hombre y ser mujer y a las
relaciones socioculturales entre mujeres y hombres, niñas y niños. Estos atributos,
oportunidades y relaciones están socialmente construidos y se aprenden a través del proceso
de socialización. Son específicos de cada cultura y cambian a lo largo del tiempo, entre otras
razones, como resultado de la acción política.
La idea de género surge en el pensamiento feminista, como una reacción contra la
legitimación de la discriminación y subordinación de las mujeres basada en la idea de las
diferencias biológicas entre ambos sexos, “naturales” e “inmutables”. Las relaciones de género
son relaciones de poder. En la medida en que el modelo de ser masculino constituye el
referente del ser persona, y las cualidades, roles, funciones masculinas tienen un valor
superior a las correspondientes al modelo femenino, el sistema de organización social en
función del género establece una jerarquía de poder de los hombres sobre las mujeres. Las
relaciones de género no son fijas, evolucionan en el tiempo y pueden variar de una cultura a
otra. Por lo tanto, las desigualdades que sufren las mujeres en términos de derechos y
oportunidades pueden modificarse.
El sexo está dado por la naturaleza, nacemos con un sexo definido. El género en cambio, será
el producto de las creencias, valores y costumbres que una sociedad determinada adopta.

Preguntas orientadoras para la lectura del texto “Género”


1) ¿Qué es el género? (intenten responder con sus palabras)
2) ¿El sexo y el género son lo mismo? Justifiquen.
3) ¿Por qué se inventó el concepto de género? (¿Qué es lo que busca poner en
evidencia?)
4) Analicen la siguiente imagen. ¿Cómo podemos interpretarla?
Actividad 2
Lean el siguiente texto, luego respondan las preguntas orientadoras de la lectura.

Género, identidad de género, estereotipos de género (Extractos del libro Feminismo para
principiantes, de Nuria Varela):
Kate Millett1 explica: en virtud de las condiciones sociales a que nos hallamos
sometidos, lo masculino y lo femenino constituyen, a ciencia cierta, dos culturas y dos tipos de
vivencias radicalmente distintos. El desarrollo de la identidad de género depende, en el
transcurso de la infancia, de la suma de todo aquello que los padres, los compañeros y la
cultura en general consideran propio de cada género en lo concerniente al temperamento, al
carácter, a los intereses, a la posición, a los méritos, a los gestos y a las expresiones. Cada
momento de la vida del niño implica una serie de pautas acerca de cómo tiene que pensar o
comportarse para satisfacer las exigencias inherentes al género. Durante la adolescencia, se
recrudecen los requerimientos de conformismo, desencadenando una crisis que suele
templarse y aplacarse en la edad adulta. Los géneros están jerarquizados. El masculino es el
dominante y el femenino el subordinado. Es el masculino el que debe diferenciarse del
femenino para que se mantenga la relación de poder. Por eso a los muchachos,
históricamente, se les ha pedido pruebas de virilidad. Y los peores insultos que pueden recibir
los varones son todos los que sugieren en ellos «feminidad»: nena, gallina, nenaza, bailarina...
Los roles y estereotipos nacidos de la construcción de los géneros hacen de hombres y
mujeres seres atrofiados puesto que ni unos ni otras pueden desarrollar sus capacidades,
siendo limitados a lo que se espera de ellos y no a lo que son.
La palabra «estereotipo», etimológicamente viene del latín estéreo, que significa
molde. En el vocabulario de imprenta, de donde fue tomada, el estereotipo es una plancha de
acero o plomo que imprime caracteres repetidamente sin ninguna modificación. En el
contexto de las ciencias sociales — explica Luisa Antolín—, los estereotipos pueden definirse
como imágenes o ideas simplificadas y deformadas de la realidad, aceptadas comunmente por
un grupo o sociedad con carácter inmutable. Los estereotipos se hacen verdades indiscutibles
a fuerza de repetirse.
Los estereotipos de género tienen como consecuencia la desigualdad entre los sexos y
se convierten en agentes de discriminación, impidiendo el pleno desarrollo de las
potencialidades y las oportunidades de ser de cada persona. Privan a las mujeres y niñas de su
autonomía, limitando sus derechos a la igualdad de oportunidades y a los hombres y niños les
niegan el derecho a la expresión de su afectividad
Preguntas orientadoras de la lectura:
1) ¿Qué es la identidad de género? ¿De qué depende su construcción?
2) ¿Qué son los estereotipos de género?
3) ¿Cómo se relacionan la identidad de género y los estereotipos de género?
4) ¿Qué quiere decir la autora cuando dice que “los géneros están jerarquizados”?
5) ¿Qué entienden por la afirmación “en virtud de las condiciones sociales a que
nos hallamos sometidos, lo masculino y lo femenino constituyen, a ciencia
cierta, dos culturas y dos tipos de vivencias radicalmente distintos”.

Actividad 3
Lean el siguiente cuento y analicen la mirada que propone sobre la feminidad,
comparando esta versión sobre lo femenino con los estereotipos “tradicionales” sobre la
feminidad. En otras palabras: ¿en qué se diferencia el modo de ser de la princesa
Elizabeth del estereotipo femenino tradicional?

La princesa de la bolsa de papel


Ésta es la historia de la princesa Elizabeth y el príncipe Ronald. Un día, cuando los
jóvenes enamorados planeaban con detalle su matrimonio, irrumpió en escena un gran dragón
que prendió fuego al castillo de Elizabeth y a sus vestidos. Tras el destrozo, el gran dragón
huyó volando llevándose consigo al príncipe Ronald, transportado por los fondillos de sus
pantalones. La princesa Elizabeth se puso furiosa. Encontró una bolsa de papel, se vistió con
ella y persiguió al dragón. La princesa engañó al monstruo haciéndole exhibir todos sus
poderes mágicos hasta que, exhausto, el dragón se durmió. La princesa, rápidamente, se
introdujo en la cueva del dragón para salvar a Ronald. Y encontrarse con la sorpresa de que su
príncipe no quería ser salvado por una princesa cubierta de hollín y sin nada más que ponerse
que una bolsa de papel. Elizabeth, estupefacta ante el repentino giro de los acontecimientos,
se dirige a su amado con las siguientes palabras: “Ronald, tu traje es realmente bonito y tu pelo
está muy bien peinado. Pareces un verdadero príncipe, pero eres un idiota”. La historia termina
mostrando a la princesa alejándose, sola, bajo la puesta de sol y con las siguientes palabras:
“Después de todo, no se casaron”.

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