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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS (Whiversidad det Perd, DECANA DE AMERICA) POUAEU DADAM OR AUIAN URE LUREOCE Como ESTUDIAR DERECHO CONSTITUCIONAL DOMINGO GARCIA BELAUNDE Epicién at cuapo Y Notas INtRODUCTORIAS no JOSE F. PALOMINO MANCHEGO RIM eCeiec CRM csacor ic INSTITUTO IBEROAMERICANO DE DERECHO CONSTITUCIONAL eran ees Or) CRITE) DOMINGO lor OP ae UD (Eee tyr bogado en ejercicio, gra- duado en la Pontificia Uni- versidad Catolica del Pert (1968). Doctor en Derecho Pa OM One he Bceseer | Ce nett CYL Ciertamente que Garcia Belaunde ha dedicado gran parte de su existencia fisica a PEYOTE oc ame rennet rt hee eon eis tre 1973 y 1981. En la ac- POE CMM aC Comet POMC CMM ee ole) roma ener Ol bye RMON OOo télica (desde 1968) y en la Universidad de Lima (desde Pa erence ie Maestria con mencion en De- pete emer eC Semele mle 1991). También en dicho cen- tro de estudios ha sido crea- cea trm ts rea Cer cursos “Derechos Humanos” Cr Cem Osis it MR BY rere en dere ra ee titucional), alrededor de ini- cios de la década de los Prec e Entre varias de sus actir CCC etree a dura intelectual, signifique- Pe eae Cl seen tte dor del Instituto Iberoameri- oT BOT to ee erence rao nal en 1974 en la ciudad de Buenos Aires. Desde 1997 es Miembro de Numero de la Academia Peruana de Dere- Co Cee eR CC onc ter to cido como Miembro corres- Pondiente de la Academia Nacional de Derecho y Cien- CoE Tee (ence aa Peni De igual forma, Garcia Belaunde ha dictado confe- Pateeeee ant a ised ot ok ORC aes POC tem rtat ie eat Cont PEE Bu Cot comme icaite nile Rosario, Nacional de Buenos Aires, Panamericana de Mexi- co, Alcala de Henares, Cen- tral de Caracas, Central de Chile, Colegio Mayor del Ro- Penner es teenies CUR BUCO RCC PCCM OCT co lame ak NCTE Cam Santiago de Compostela, Gra- nada, Autonoma de Barcelo- na, Central de Barcelona, Carlos Hi de Madrid, Complutense de Madrid y Centro de Estudios Constitu- cionales cuya sede se encuen- PRU oR BU Cm En cuanto tal, el conteni- do argumental de Como es- tudiar Derecho Constitucio- eee othe tetee Clie men ect meene Metta quiera iniciarse y comprome- ter su formacién cientifica con el area constitucional. (J.P.M.) UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS: (Universidad del Perd, DECANA DE AMERICA} FACULTAD DE DERECHO ¥ CiENCIA POLITICA Como ESTUDIAR DERECHO CONSTITUCIONAL DOMINGO GARCIA BELAUNDE Epici6n Au cuipapo 'Y Notas InTRODUCTORIAS DE JOSE F, PALOMINO MANCHEGO Sra, edicién revisada y corregida INSTITUTO IBEROAMERICANO DE DERECHO CONSTITUCIONAL (SECCION PERUANA) Ira, edicion 1994, 2da. edicidn ampliada, diciembre /999. 3ra. edicién revisada y corregida, junio 2000, NOTA EDITORIAL: Por un desfi en Ia coordinacida, se ha duplicado el admero 21 de esta Biblioteca, lo que aqui se subsama, De esta manera. de ahora en adelante, el texto De Ia Juri diccién Constitucional al Derecho Procesal Constite- cional de Domingo Gareja Belaunde pasa a tener el ni- mero 12, Por su lado, e! libro de Gerardo Evo Cruz titula- do La justicia militar en el Peri se mantiene como ni mero 21. Finalmente, el libro que originalmeate ocupa- ba el ndmero 12 y que ahora desaparece. cs el de Fran- cisco Fernandez Segado titulado Estudios sobre dere- chios fundamentales que el autor ka optado por retirar para rehacerio totalmente, y que ofrecer’ al lector en un préximo futuro. José F. PaLoMino Mancieco Secretario de la Seecién Peruana det Instituto Iberaamericano de Derecho Constitucional DERECHOS RESERVADOS: DECRETO LEGISLATIVO N* 822 Probibida fa seprodyccién de este opssculo por cusluier edi. tal © paciimete sin permis expreso del autor Composicisn ¢ impresion Zeesen- raf tleersacte se Camps NS. F 205 Lia, ei eli 274038 4273147 Hecho €] depésito legal N° 150101994459 @ Editora y Distribuidora Juridica GRIJLEY e1.kut BIBLIOTECA PERUANA DE DERECHO CONSTITUCIONAL ® UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS, Rector: MANUEL PAREDES MANRIQUE FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA Decano: Percy PENARANDA PORTUGAL INSTITUTO IBEROAMERICANO DE DERECHO CONSTITUCIONAL Miembros fundadores: + Manuel BARQUIN + Alberto MENESES-DIREITO * Germén J, Bipart CAMPOS + Luiz PINTO FERREIRA + Jorge CaRPIZO * Humberto QUIROGA LaviE * Héctor Fix-ZAMUDIO ** Luis Carlos SACHICA * Pedro José Frias * Rolando TAMAYO Y SALMORAN + Domingo GARCIA BELAUNDE + Diego VALADES * Jorge Maric Garcla LAGUARDIA * Jorge R. VANosst + Manuel Gacta-Patavo (+) + Enrique VEscovt + Mario Justo Lopez (+) SECCION PERUANA Presidente: DOMINGO GARCIA BELAUNDE Secretario: JOSE F PALOMINO MANCHEGO © MDE 2000 NOTA INTRODUCTORIA A LA TERCERA EDICION JOSE F. PALOMINO MANCHEGO Conviene comenzar sefialando que en fas actuales circunstancias de défi- cit y tensién constitucional que el Perd vive -una especie de carencia de los valores del Estado de Derecho-, y gracias a la benevolencia y acogida por parte del lector, presentamos la tescera edicién revisada y corregida del optis- culo Cémo estudiar Derecho Constitucional del maestro Domingo Garcta Belaunde. Por cierto, no se trata de una mera reimpresin, por cuanto entre otras caracteristicas, en la parte final de la obra se ha actualizado el nutrido rosario de publicaciones que tiene en su haber el autor, Y, se han corregido numerosas erratas que se deslizaron cn la edicién anterior. En las paginas que siguen, desde una perspectiva académica Agil y clara, y porque su mente esta moldeada para este tipo de trabajo, Garcia Belaunde se propone ofrecer y vertebrar su vasta experiencia en el campo del Derecho Constitucional, articulado y simultaneado con el ejercicio de la profesin. De ahi que quien desee dar los primeros pasos en el Derecho Constitucional - disciplina del Derecho Pabtico que contiene su propio corpus categorial- ten- dré que revisar inevitablemente el presente trabajo El Derecho Constitucional, sin desmerecer el valor y la importancia de los otros saberes juridicos, contempla a fos individues como titulares de dere- chos y deberes. Es claro, asimismo, que con las constituciones normativas, el Derecho Constitucional alcanza un nuevo impulso que es, entre otras cosas, Ja expresi6n de la posicién nuclear que la Constitucién adquiere en el orde- namiento juridico, Y como consecuencia de ello, 12 aparicién de los Tribuna- les Constitucionales genera una interaccién entre doctrina y jurisprudencia 7 Jose F. Patomnxo Mancittco que, en su formulacién, adecuada, debe servir de fermento para el desarrollo del Derecho Constitucional', Es lo que Gomes Canotilho denomina el “de- senvolvimiento jurisprudencial det Derecho Constitucional.”* nas Como es ficil colegir del apunte bio-bibliogréfico que al final se afiade, Garcfa Belaunde no cesa de producir, demostrando que ¢s un constitucionalista ferviente que sabe plasmar con meridiana claridad las ideas basilares y tas bases tedricas 0 soportes doctrinales del Derecho Constitucional, Piénsese, por poner un ejemplo en su ensayo todavia inédito intitulado Bases para la historia constitucional del Pert, en donde piantea ideas interesantes. En efec- to, Garcia Belaunde nos ensefia que el Derecho, al igual que cualquier insti- tucién humana, tiene Historia, de ahf el punto de unién 0 enlace para dar nacimiento a la Historia del Derecho, Agrega, a manera de balance, que nuestra historia constitucional debe partir de la Historia y de los hechos politico-so- ciales, debe analizar los debates publicos de la clase politica, debe prestar aten- cién a fos diarios de debates, debe tener presente algunos textos doctrinarios, la efectividad de las normas y la vigencia de {as instituciones, y finalmente, revisar algunos diarios y revistas de la época. A la vista de todo lo anterior, ¢s indudable que Garcfa Belaunde es, por encima de todo, un maestro que tiene como linea de principio la vocacién y la ensefianza del Derecho Constitucional, complementandolo con otras aficio- nes tales como la de disefiar y crear revistas juridicas, siendo su proyecto mas proximo la elaboracién de la Revista Peruana de Derecho Péblico, de la cual es su director. Llegados a este punto, al salir a luz, una vez mas, Cémo estudiar Derecho Constinucional, es de esperar que se cimenten ¢l proceso normativo y el tejido 1 Asi fo plantean con cartaza los profesores espafioles Francisco Balaguer Callején, Gregorio Cémara Villar, Juan Fernando Lopez Aguilar, Juan Cano Bueso, Maria Luisa Balaguer Calle- j6n y Angel Rodriguez en su reciente manual titulado Derecho Constitucional, Vol. }, Editorial Tecnos. $.A., Madrid, 1999, p. 28. 2 Ctr, José Joaquim Gomes Canotithe: Direite Constitycional @ Teoria da Constituicao, ara. edipA0, Livraria Almedina, Coimbra, 1999, p. 23, Agradezca de veras al profesor de Coimbra por haberme obsequiado su estupendo libra y gozado de su gran calidad humana, al igual que al profesor germano Petet Haberla, en la Universidad de Granada, en un encuentro acackémico en homenaje al timo de los nombrades. 8 Nova Invxopucroria. —— ————— social, replantedndose el cambio politico y revertebrandose las instituciones de cufio democratico. ¥ el Derecho Constitucional es el verdadero caldo de cultivo para plasmar estos vientos renovadorcs, sobre la base de lo que el pro- fesor de la Universidad de Bayreuth, Peter Hberle denomina “Ia cultura de la Constitucién” 0 “El Derecho Constitucional de la cultura”, y en donde se van ha encontrar formas técnico-juridicas de manifestacién en sus muy varia- das expresiones.* Granada, marzo de 2000. 9 Cir. Peter Haberle: Teoria de la Constitucién como ciencia de la cultura, traduccién del ale- mn ¢ introduccion de Emilio Mikunda, Editarial Tecnos, S.A., Madrid, 2000, pp. 28 ss. Sobre el pensamiento haberiiano, véase Francisco Balaguer Cailejdn: "Un jurista europe nacido en ‘Alemania. Conversacién con el profasor Peter Haberle”, en Anuario de Derecho Constitucio- nal y Parlamentario, N° 9, Murcia, 1997, pp. 9-49; César Landa: “eforma de la ensefianza del Derecho Constitucional. Entrevista al Profesor Dr. H.C. Peter Haberie", en Pensamiento Constitucional, Afio Vi, N° 6, Lima, 1999, pp. 245-252; Domingo Garcia Belaunde: “Los gi- gantes de Weimar. A propésito de una visita a Peter Haberle’, publicade como apéndice en u librito De fa Jurisdiccién Constitucional al Derecho Procesal Constitucional, Editorial rite Lima, 2000, pp. 63-68. Del mismo autor: “Con Peter Haberle en Granada’ (en curso de publi- cacién). NOTA INTRODUCTORIA A LA SEGUNDA EDICION JOSE F, PALOMINO MANCHEGO Me viene en grande redactar unas cuantas lineas al optisculo Cémo estudiar Derecho Constitucional (Una década més tarde), de Domingo Garcia Belaunde con quien colaboro desde hace 20 aftos aproximadamente. Se tra- t , desde luego, de uno de sus escrites constitucionales mis festejados que sigue consultandose y leyéndose con fluidez, desde que vio la luz por vez primera en 1985. De ahi que al cabo de casi tres Justros, su lectura resulte provechosa -a mij entendes- por cuatro motivos: 4) 4) Porque sus puntos de vista son analizados teniendo al frente una rica experiencia en el ejercicio de la profesién, que le otorga licencia y permite abrir fos ojos al constitucionalista, para que pueda en- troncar realidades distintas, evitando caer en lo estrictameme teéri- coy en el mero dogmatismo, Bien ha escrito el nonagenario Miguel Reale refiriéndose al Derecho como experiencia histbrico-cultural que: “En este poderoso y plastico contexto es donde el hombre trabaja, almacenando seguridad y recelando de sus excesos, reclamando or- den y temiendo su peso desmedido; seducido por la certeza y per- plejo ante sus inmovilidades maniatadoras; luchando por la justi- cia, peto con desconfianza de Jas formas estercotipadas de las distorsiones y de la rutina”’. También, porque el optisculo ha ido in crescendo, respetindose las lincas maestras que se trazaron en sus inicios, pero como es légico, 1. Cfr. Miguel Reale: Teoria Triaimensional al Derecha, traduccidn det portugués e introduccion de Angeles Mateos, Editorial Tecnos, S.A., Madrid, 1997, p. 96. Ww —— Jost F. PaLomino Maxcneco afladigndose fas viltimas publicaciones para poder rubricar en toda su complexién el tema abordado. ©) Porque expone de manera clara, concreta y amena, sin pretender obviar el sentir pedagdgico, los contenidos medulares del Derecho Constitucional, cuyo edificio no se puede elevar con materiales aj nos. X, ) Porque es el simbolo del propio esfuerzo de Garcia Belaunde, por cuanto la virtud y ef secreto es haber realizado al fluir de los afios una serie de lecturas, separando el trigo de la paja, y aplicar final- mente en esa suma de saberes el sentido comin y sereno, que es el sprit de finesse. De ahi que la utilidad de su uso, Cémo estudiar Derecho Constitucio- nal... haya tenido buenos resultados entre sus lectores, dentro y fuera de nues- tras fronteras. Ahora bien, como subraya Garcia Belaunde, en nuestro medio, y en general en vastos sectores de Ja América Latina, el Derecho Constitucional se da por sabido, generalmente por 6smosis 0 por ciencia infasa, lo que permite que cualquicra emita juicios u opiniones sobre la materia. Pero quienes estén llamados para poder afrontar, extraer los contenidos minimos del Derecho Constitucional, y saber instrumentalizarlos, son los operadores juridicos, en especial el operador-intérprete, Lo que se desea es que adquieran la rigurosi- clad necesaria a fin de construir mejor sus decisiones judiciales, dejando de Jado las vagas referencias respecto de la articulacién y contenido del Derecho Constitucional, ya que estén més familiarizados con las corrientes iusprivatistas, siguiendo wna vieja tradicién que, por ventura, esté camino a desaparecer, La idea del optisculo de Garcia Belaunde es superar las defi- ciencias formativas, empezando por los bisofios en materia constitucional. Desde que se crearon las prisneras cétedras universitarias ® concernien- tes al Derecho Constitucional, tanto en Ferrara por Decreto de 31 de marzo de 1797, como en Paris el 22 de abril de 1834 y que fuera confiada curiosa- mente al italiano Pellegrino Rossi (1787-1848), nuestra disciplina se ha esfor- 2 Vid. Alessandro Pizzorusso: Lecciones de Derecho Constitucional, Vol. |, traduccién del ita- iano da davier Jiménez Campo, Gentro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1984, pp. 1 ss. Antecede Prélogo de Francisco Rubio Liorente. 12 —— Nota Ivrropucroris a zado en demostrar porqué? es punto de partida para las otras parcelas del Derecho. Asi, el Derecho Constitucional como eje central, ¢s conditio sine gua non para las demés disciplinas jurtdicas. En base a lo expuesto, viene ahf su riesgo, el haz de conceptos y catego- rias del mundo juridico se tienen que dominar con mayor razén en el Dere- cho Constitucional. Lo otro cac por su propio peso. Debemos hacer constar, ademés de esto, que son muchos los proble- mas constitucionales que ¢! Estado contemporaneo tendré que asumir, es- tando ad portas del tercer milenio, tenicndo como norte el Derecho Consti- tucional, Entre la némina, siguiendo a Diego Valadés, podemos mencionar los siguientes: Soberan‘a, integracién supranacional, dimension del Esta- do, Estado de bienestar, sistemas de gobierno, control politico, control juris- diccional, control financicro, flujos financieros internacionales, organiza- cién del poder, sistema representativo, participacién directa, federalismo y regionalismo, dcganos de selevancia constitucional, organismos no guber- namentales, nuevos derechos, regulacién de procesos cientificos y clinicos, Kmites del Derecho, naturaleza reglamentaria de ia Constitucién y reforma constitucional’, Sin embargo, hay dos temas que revisten capital importancia. Prime- ro, el fenémeno de la judicializacién del Derecho Constitucional, resis que ha sido sostenida con alto rigor cientifico, entre otros, por Eduardo Garcia de Enterria, Pedro de Vega, Francisco Rubio Llorente y Francisco Fernandez Segado’. O bien, lo que Louis Favoreau denominaba Derecho Constitucional Jurisprudencial, en la inteligencia que son Jos érganos jurisdiccionales (Tribu- nal Constitucional y Poder Judicial) los que manejan con cautela a través de sus sentencias el indirizzo politico. Segundo, el tema de la interpretacién cons- titucional, siendo su “importancia decisiva”, conforme ha proclamade cl maestro aleman Konrad Hesse’, Y cuyo marco de atraccién, debe de aterri- 3 Cfr, Diego Valadés: "Las cuestiones consti icionales de nuestro tiempo”, en Cuesiiones Cons- titucionales, Revista Maxicana de Derecho Constitucional, No 1, Julio-Diciembre, México DF. 1999, pp. IX-XXIV. ‘ 4 Bueno es recordar que el Tribunal Constitucional peruano a la fecha ha publicado 4 tomos de jurisprudencia constitucional, cuyo contenido, siguiendo Ia tesis que predomina en el merca- do comparado, vincula a todos los paderes del Estado, conforme lo establece su Ley Organi- ca N° 25398, 5. Ctr. Konrad Hasse: Elementos de Direito Constitucional da Republica Federal da Alemanha, 13 ~ Jost F. PaLomino Manenego —————— zar, inevitablemente, en el terreno de ios derechos humanos, en tanto y en cuanto, son atributos inherentes a cualquier persona que tiene que adaptarse hoy en dia con el mundo globalizado’. Abundando en estas ideas, le ocupa pues al Derecho Constitucional, la noble tarea de embarcarnos hacia las mismas orillas, Last, but not least: La Biblioteca Peruana de Derecho Constitucional, se honra en tenes, entre sus publicaciones, una vez més, -vital aportacién— la segunda edicién de Cémo estudiar Derecho Constitucional (Una década mds tarde), Valga esto de fundado pretexto para homenajear al autor con ocasi6n de cumplirse sus 30 afivs de cjercicio intelectual y de andadura académica. Mientras tanto, esperamos ver coronado de su propia matriz una de sus varias inquictudes cientificas, cual ¢s fa de alumbrar el tan anhelado Cédigo Proce- sal Constitucional que viene trabaj4ndolo con un equipo de distinguides ju- tista’ . El haber presidido la Comisién Redactora del Ante-Proyecto de Ley de Habeas Corpus y Amparo en 1981, convertida luego en la Ley N° 23506, y el estar con la pluma experimentada en plena madurez de su vida, le otorga a Garcia Belaunde carta de ciudadania para cumplir tan delicado cometide. ¢Y porqué mas? Muy simple, porque sigue empotrado en el lomo de sus libros. Lima, noviembre de 1999, tradugao (da 20 edicgao aiama) dle Luis Afonso Heck, Sergio Antonio Fabris Editor, Porto Alegre, 1998, pp. 53-75. Desde una perspectiva nacional, incluyéndose bibliogratia especia- tizada, José F, Palomino Manchego (con la colaboracién de Luis Séenz Davalos y Edgar Carpio Marcos): interpretacion constitucional, Curso de educacion a distancia, Acadernia de la Magistratura, Lima, 1998. 6 Cir. German J. Bidart Campos: “El panorama de los derechos humanos a fin de siglo’, ert AAWV, La Ciencia del Derecho durante el sigic Xx, UNAM, México, D.F., 1998, pp. 95-109. Como complemento, ile) mismo autor platenso: “Las tandencias actuales del Derecho Cons- titucional finisecular’, en José F. Palomino Manchego y Ricardo Velasquez Ramirez (Coordi- adores), Modemas fendenclas de! Derecho en Aménia Latina, Editora Juridica Griley E.LR.L., Lima, 1997, pp. 23-30. 7 Acabo de recibir de manos de Domingo Garcia Belatunde el Cédigo Procesal Constitucional de ta Provincia de Tucuman, Ley Ne 6.944. De su leciura se desprende que esté compuestc de la siguiente manera: Titulo |: Principios generates; Titulo f: Garantias @ fos derechos personales; Tito \Il: Control jurisdiocionat de constucionalidad, y Titulo IV: Disposiciones finales, haciendo un total de 117 articulos. 14 COMO ESTUDIAR DERECHO ° CONSTITUCIONAL (Una DEcaDA MAS TARDE) DOMINGO GARCIA BELAUNDE El tema que se propone este artfculo puede parecer ocioso. En efecto, a quien pregunte cémo se debe estudiar una rama jurfdica determinada, po- driamos contestarle, simplemente: estudiando y nada més. En este sentido, si queremos saber algo de contabilidad, lo més simple seria tomar un libro de introduccién a la contabilidad y empezar a leerlo, Adicionalmente, tratarfa- mos de seguir algiin cursa sobre el tema, conversar con entendidos y hacer alguna practica profesional. Lo raismo podrfa aplicarse a otras ramas del sa ber, y salvando los casos de dificil inteleccién, que nunca faltan, en principio cualquier disciplina puede estudiarse mas o menos facilmente, aun cuando siempre sea nccesario un minimo de lecturas, de informacion y de trabajo sosegado. 1 El presente texto fue publicado originaimente en esta revista hace ya més de diez afios (Derecho - PUC, né 39, 1985), y desde entonces ha sido sucesivamente reimpraso, la uitima vez en forma de folleto (Ediciones Juridicas, Lima, 1994). A pedido de diversos colegas y amigos, he optado por publicarlo nuevamente, debidamente revisado y corregido, y dentro del marco de la fecha en el que tue praparado. Pero adicionalmente, y en via de complemen- to, agrego un apéndice de similares dimensiones, titulado «Una década mas tarde», que por ssi solo s@ explica. (Nota en Derecho ~ PUC, n* 43, Lima, diciembre de 1995). 15 ——— Domingo Gakeia BeLauxne — Sin embargo, surge la pregunta de por qué es necesario decir esto sobre el Derecho Constitucional. La respuesta es simple: porque en nuestro medio, yen general en vastos sectores de la América Latina, el Derecho Constitucio- nal se da por sabido, generalmente por ésmosis o por ciencia infusa, lo que permite que cualquiera emita juicios u opiniones sobre la materia. Sucede asf porque el Derecho Constitucional parece a primera vista muy sencillo, ya que es lo que todos podemos apreciar (cuando no hay gobiernos de facto), pues sin cortapisas vemos cémo funcionan los poderes del Estado, la maquinaria judicial, el aparato legislativo, los partidos politicos, el Ministerio Pablico, etc.; s¢ adquiere asi Ja sensacién de lo facil. Esta no s6lo es una caracterfstica del hombre comviin y corriente, sino también del politico, ya que la Constitu- cidn es, recordémoslo, un texto que regula jurfdicamente fuerzas y relaciones politicas, que permite que el politico se sienta autorizado, dircmos mejor, vestido de autoridad», para hablar, si es posible ex cathedra, sobre problemas constitucionales. La curul parece otorgar wna sabiduria que podrfamos Ha- mar “adhesiva”: sentarse en el escafio ¢s adquirir conocimientos. Es cierto que existen excepciones, y nunca faltan parlamentarios que tratan de ir mas alla y obtener un mejor conocimiento sobre el tema: pero no es lo mas fre- cuente, Esta tarea por lo general es dejada a las asesorfas de! Parlamento y de sus comisiones, con el agravante de que si se carece de tales asesores, el pro- blema queda sin resolver. Tema aparte es ia utilizacién politica de la Consti- tucién, es decir, su instrumentalizacién, de la que no tratamos ahora, pues nos alcjaria de nuestro propésito. Adicionalmente, el hombre de Derecho en general (jueces, abogados, notarios, estudiantes, etc), incursiona con facilidad en el tema constitucional. Es interesante advertir que en nuestro medio ~no tanto a nivel profesional, sino a nivel académico~ existe un cierto respeto por las dreas. Asi, si bien en principio cualquier abogado podria atender simulténeamente problemas de orden civil, mercantil 6 industrial, al momento de abordar tales temas en di- measiones mayores (politicas, académicas, etc.) tiene un cuidado especial, pues advierte que existen especialistas en diversas areas cuyas opiniones es conveniente tencr presente. Pero si ello no fuera posible, queda siempre el recurso de que el abogado acometa la tarea de estudiar él mismo el problema y buscar una solucién a su inquietud. Pero, como repetimos, lo que se observa en las diversas ramas del Derecho no sucede en el Derecho Constitucional, en donde no se toman estas precauciones, sino que de frente nos lanzamos a emitir opinién. Side aqui pasamos al mundo periodistico, es deci, a los pe- riodistas especializados en la crénica politica o parlamentaria, la cosa se agra- va, pues el desconocimiento es ain mayor. 16 — CONo esTUDIAR DREcHO constrrucioxal. ———— —— Ahora bien, éa qué se debe este fenémeno? ¢Qué es lo que motiva, en fa gran mayoria de los casos, al hombre de Derecho y al hombre comin y corriente, a hablar con desenfado sobre temas y problemas constitucionales, sin base ni fundamento alguno? Intentemos alguna explicacién: 4) Presencia de gobiernos de facto. El gobierno mas largo de nuestra his- toria en sentido amplio— ha sido el gobierno militar (con sus dos fases inclui- das) y que duré doce aiios (1968-1980). Adicionalmente, si hacemos un reco- rrido histérico de nuestras instituciones, llegamos a la conclusién de que, sal- vo algunos coniados perfodos (sobre todo la Namada «Reptiblica Aristocrati- cas, que dura de 1895 a 1919), no hay tradicién de estabilidad institucional. Sin entrar por ahora af detalie de si tales gobiernos fueron eficaces 0 no, lo cierto ¢s que nuestra historia republicana representa formalmente una dis continuidad y un desconocimiente de la legalidad vigente. En consecuencia, si esta legalidad es representada en su 4pice por la vigencia de la Constitu- cién, ésta, desde un punto de vista historico, no Gene mayor trascendencia. Y de aqui derivan varios hechos: desconocimiento de la realidad constitucional, actitud desvalorativa frente al texto constitucional, falta de habitos y de mane- jo politico-constitucionales, etc. 8) Sistema educativo. Entre los miiltiples problemas que afronta la edu- cacién en el pats, la insuficiencia del element himano y lo exiguo de los recursos materiales (aulas, galinetes, libros de texto, etc.) son los mas apre- miant Desde esta perspectiva, pademos decir que la mala educacién y los tex- tos deficientes del curso de Educacién Civica que se imparte en los colegios, contribuyen a que el alumnado no tenga ni siquiera una nocién de cual es la estructura juridica del poder en el Perit, Caso patente de lo que se afirma son los manuales de Educacién Civica que para los dos tiltimos afios escolares preparé, divulg6 y promovié el destacado filésofo Augusto Salazar Bondy, que, no obstante su sobria presentacién, eran sumamente deficientes en Ia exposicién y comentarios (no sdlo no trataban problemas juridicos, sino que, cuando lo hacfan, tomaban referencia de leyes en veces derogadas). Similar problema se advierte en la universidad, pues un curso sobre 12 Constitucién deberfa ensefiarse en todas las facultades, y no sdlo cn las de Derecho. 6) Ausencia de libros especializados. Durante épocas de crisis (pensa- mos sobre todo en el docenio militar) se dictaron severas restricciones ea las v7 ——— Domino Gancia Betaunne + cuotas de délares para importaciones, y fueron reducidas tajantemente las partidas destinadas a libros. De esta suerte, la escasa cuota de las libreros fue destinada a libros de répida venta, sobre todo dest seffers. En materia constitucional, no se pas6 de une que otro manual, de manera tal que cuan- do se convocé a fa Asamblea Constituyente, en 1977, Jos futuros miembros de dicha asamblea no pudieron encontrar nada en librerias. Esta misma limitacién tuvieron durante afias los alumnos de Derecho, y séloa partir de 1980 se ha ido salvando paufatinamente este vacfo, aun cuando no de la manera como serva de esperar (sobre todo por el alto costo de Jos libros ex- tranjeros). Por otra parte, en materia de doctrina general sélo existen dos libros nacionales: uno de Rail Ferrero Rebagliati (1975) y otro de Dario Herrera Paulsen (1970), que, no obstante sus méritos, no han sido suficien- tes para cubrir esta carencia. d) Contorno de la crisis. Aun cuando no vineulada estrechamente con la materia, es importante destacar el aspecto muy grave de ta crisis por fa que atraviesa el pafs, y de la que parece no nos libraremos en muchos afios. Esto se sefleja cn una actitud realista en los estudiantes, quienes ¢ratan de buscar asidero y apoyo en temas y cursos de orden «prdctico», como pueden ser labo- sal, civil o tribptario. Es decir, hay un primado de la practica sobre la teoria; la constitucional no reporta dividendos, y en épocas de crisis no hay tiempo para lujos («primum vivere, deinde philosophare>). I Las dificultades anteriores no son insalvables, pero son aspectos muy coneretos y sirven para explicar muchas cosas. Indudablemente, en el futuro préximo tales limitaciones no van a desaparecer, por lo que bien podriamos estar haciendo una simple digresién sobre un consejo indtil. Pero ello no nos priva de pensar en su paulatina superacién, exponiendo algunas cuantas ideas que nos han surgido del contacto con la experiencia universjtaria, tanto na- cional como extranjera. Por de pronto, sefialaremos algo que es elemental, pero que no resulta serlo para nuestro medio: no hay que confundir la Constitucién con el Dere- cho Constitucional, como tampoco se pueden identificar el Derecho Civil con el Cédigo Civil. Esto, que es evidente, no siempre se respeta. Se lee la Constitucién y se cree saber Derecho Constitucional, lo enat es no s6lo una idea crrénea, sino incluso daitina, pues de aqui brotan un sinnamero de erro- res. 18 SAMO ESTUDIAK DERECIIO CONSTTTUCIONAL —— Hay que tener presente que el Derecho Constitucional, como cual- quier otra disciplina juridica, tiene su propio origen y su rrayectoria, y maneja diversos conceptos fundamentales o categorias que tienen un significade pre- ciso, que no pueden ser modificados arbitrariamente. Asi, por ejemplo, la in- terpelaci6n que hace la CAmara a un ministro es un concepto que refleja una institucién con matices muy concretos, que obedece a una historia y a una estructura muy definida. Podré discutirse las formas de presentaci6n, el tipo de preguntas en el hemiciclo y otros detalles més, validos sélo desde ia pers- pectiva previa del concepto o categoria en cuestién. Igual podria decirse de la casacién que reaiiza ¢| Tsibunal de Gasantias Constitucionales en materia de habeas corpus y amparo... ¢Cémo puede entenderse sus alcances ignorande el origen francés de la casacién y su posterior desarrolle europeo? Y los ejem- plos podrian multiplicarse, lo que demuestra que el nticleo 0 cuerpo central de una Constitucién (y del Derecho Constitucional) hay que entenderlo des- de estos esquemas o categorias. Sélo a partirde ellos, es posible comprender el fenémeno constitucional y afrontar {os delicados problemas de su interpreta- cién y aplicacién. Ahora bien, el conocimiento de estos conceptos fundamentales se ob- tiene a través de una bibliografia que presente un panorama de la disciplina? En este sentido, lo mas aconsejable es recurrir a un texto © manual introductorio, lo que no es facil, no sdlo porque existe gran cantidad de textos de iniciacién, sino porque muchos de eflos son parcelarios a tendenciales, cuando no excesivamente localistas 0 demasiados aferrados al acontecer polf- tico (como casi todos los franceses). En lo personal, me permito recomendar dos manuales que considero excelentes: el de Paolo Biscaretti di Ruffla (Derecho Constitucional) y el de André Hauriou (Derecho Constitucional e Instituciones Politicas). BE. de Biscaretti tiene la ventaja de ofrecer un gran panorama sobre la democracia constitucio- nal europea, con algunas referencias a otros paises, con gran manejo de fuen- tes y un cabal sentido de Jas instituciones. En cuanto al texto de Hauriou, es de gran valor, pues combina, en mi opiaidn equilibradamente, la problemati- ca no sélo juridica, sino también politica, y tiene ademas un amplio trata 2 Indudablemento que el canacimiento del Derecho Constitucional supone un previo contacto con el mundo del Derecho, y és'e, @ su vez, presupone un minimo de cultura humanista (sobre ‘odo, socislogia, historia, politica, tiosatia), que tamentablemente en muchos centros do estudics no se desarrolla con amplitud en los primeres aftos de humanidades, e incluso en otros (caso de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos) ina desaparecido. 19 ——-—— —— —— Donineo Garcia BeLALNor miento de los pafses en desarrollo, Si bien no existe manual perfecto y ambos son susceptibles de criticas, considero que aquel que lea cualesquiera de ellos, de principio a fin y sin saltarse paginas, tendra una excciente perspectiva y podra hablar con propiedad de esta materia. Naturalmente que estos manuales no son los tinicos ni los mejores, pero los mencionamos porque cubren ua panorama amplio, son extensos sin Ilegar a ser excesivos, son féciles de encontrar en nuestro medio, y adicionalmente estan bien redactados y presentados’, Muy difundido entre nosotros, y en general en el mundo hispanoha- blante, es el famoso manual de Duverger (Instiiuciones Politicas y Derecho Constitucional), que ha tenido innumerables ediciones, tanto ea francés como en castellano (en francés, diecisiete ediciones y en das tomos; en castellano, un salo valumen y seis ediciones). Siendo excelente e! manual de Duverges, nolo encontramos adecuado como texto de introduccién, ya quees una aproxi- macién politolégica al fendmeno constitucione!. Muy Gul para los politdlogos 0 cientificos sociales, incluso para ef jurista que previamente ha hecho una introduccién juridica al tema, puede dar una falsa impresidn al que recién se inicia. Para aquel que desea buscar otros imanuales, sea como introduccién 0 como complemento, le sefialamos algunos criterios que le pueden orientar en su eleccién. Eljos son: 1) debe ser un solo volumen; 11) debe tener una perspectiva juridica, y no social © politica (que en todo caso es un complemento, pero ne un puato de partida); Ill) debe ser posterior a la Segunda Guerra Mundia), y de preterencia con una antigiiedad no mayor de quince afios; IV) debe mostrar un panorama general, estudiando sobre todo fos con- ceptos claves y los principales tipos de gobierno (URSS, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Suiza), 3. Teniendo el presente trabajo un fin tundarnentalmente didactico, nos hemos limitado a seita- lar obras escritas directamente en nuestro idioma, asi como aquallas que se encuentran traducidas (con una sola excepcion, que se justifica dentro dal contexto}. Aciaremos que por ventura el castellano es idioma privilegiade en matatia juridica, ya que para s6lo remitimos al rea constitucional, tenemos traducido el 80% de la obra bésica publicada an atros idiomas. 20 ——— — — Con estupiat Derteno coxstrrucionat, Si tenemos presente estos ctiterios, al lector le serd facil escoger wn tex- to jurfdico que ie suministre los sudimentos necesarios para adentrarse en el mundo juridico constitucional. Iv El estudio dela Constirucién no puede estar alejado del avatar politico, ya que todo texto fundamental regula o pretende encauzar los fenémenos politicos, motivo por el cual debe acompafiarse la perspectiva juridica con el necesario complemento politico. Ahora bien, en materia politica, la variedad, los diversos puntos de vis- ta, las lineas tendenciales, la idcologizacién del andlisis, es aun mayor que en e| Derecho, ya que en éste tenemos al menos la norma como elemento referencial. De ahi la dificultad y el riesgo de sefialar una bibliografia mini- ma, que debe ser establecida con cautela. Teniendo presente estas limitacio- nes, nos permitimos sefialar la siguiente bibliografia: a) Para una aproximacién tebrica~ Eduardo Andrade Sénchez, Intro- ducci6n a la Ciencia Politica; Marcel Prélot, La Ciencia Politica, Robert A. Dahl, Andlisis politico moderno, y W. Abendcoth y K. Lenk, Introduccién a la Ciencia Politica. 6) Para los problemas politicos cotidianos.— Maurice Duverger, Introduc- cién a la politica, y T. Bottomore, Sociologia Politica. La lista anterior est4 relacionada con el aspecto general, que, como ine- ludible correlato, debe aparejar igual criterio para la realidad constitucional permana, Ess decir: ¢s necesario que nuestro constitucionatismo lo confronte- mos con nuestra historia politica reciente, para lo cual pueden ser utiles Julio Coller (Clases, Estado y Nacién en el Perit) y Enrique Chirinos Soto (Historia de la Repiiblica). Si bien ambos cubren ux panorama muy amplio, debe tener- se presente que !a realidad polftico-social que nos interesa es aquella que surge a partir de Ja caida de Leguia, es decir, en pleno inicio de la década del treinta. Por tiltimo, un andlisis del desarrollo histérico det sistema constitucio- nal, eamarcado dentro de coordenadas politicas, sociales y econémicas, pue- de verse en el libro de Maurice Duverger, Las dos caras de Occidente. 2 BeLauxpe ————————— Volvicndo al plano constitucional, y ya en la ruta de conocer nuestro constitucionalismo, debemos pensar en un buen texto legal y en un buen co- mentario. Lo primero es tener un texto fidedigno de la Constitucidn Politica det Perit, Ediciones hay muchas (sobre todo de careter popular), pero no todas son acertadas ni cuidadas. Una edicién itil es la preparada por el Ministerio de Justicia, que es la oficial. Entre Jas realizadas por los particulates, ¢s alta- mente recomendable por su fidelidad, indice y documentos insertados, el fn- dice analjrico de la Constitucién Politica del Perti, debido a Jorge Power Man- chego-Muiioz. En cuanto a los comentarios sobre fa nueva Constitucién (de 1979), hay muchos y algunos de gran valia, Retengamos por nuestra parte, tan sdlo los de José Pareja Paz Soldén (Derecho Constituctanal Peraano y la Constitt- cién de 1979, edicién de 1984, completamente revisada), y la conjunta, debida a Enrique Bernales y Marcial Rubio (Constitucién y sociedad politica). Si bien ambas obras presentan perspectivas y métodos distintos, ofrecen en conjunto un excelente panorama que enriquece la visi6n de nuestro constitucionalismo, vi Para quien, superando el nivel del texto o manual de iniciaci6n, quiere tener una visién mas profunda de los mismios problemas, nos permitimos re- comendarle algunos de los siguientes libros: German J. Bidart Campos, Dere- che Constitucional, dos tomos; Segundo V. Linares Quintana, Derecho Consti- tucional ¢ Instituciones Politicas, tes tomos; Carlos $, Fayt, Derecho Politico, dos tomos; Pablo Lucas Verdti, Curso de Derecho Politico, cuatro tomos; César Enrique Romera, Derecho Constiucional, dos toms; Mario Justo Lopez, In- wroduccién a los estudios politicos, dos tomos; Hermann Fines, Teoria y prédctica del gobierno moderno, y Juan Ferrando Badia, Estudios de Ciencia Politica. Desde un punto de vista comparado: Manuel Garcfa Pelayo, Derecho Constitucional Comparado; Paolo Biscaretti ai Ruffia, Introducci6n al Derecho Constitucional Comparado, y Giuseppe de Vergottini, Derecho Constitucional Comparado, Un complemento politico puede encontrarse en Juan Ferrando Badia (coordinador), Regimenes politicos actuales. — C6no esTupiar DERECHO CONSTITUCIONAL ———— ——— — Vil Dejamos constancia que aqui estamos tocando tinicamente los aspec- tos generales y no los temas especificas del Derecho Constitucional, que exi- gen un tratamiento aparte, Temas concretos como el de los derechos huma- nos, segionalismo y centralismo, unicameralisme y bicameralismo, jurisdic- cidn constitucional, entre otros, no son tocados aqui y tienen st propia biblio- grafia, aun cuando aparezcan cn la exposici6n de todo manual o texto univer- sitario. Por otro lado, cuando del plano general pasamos a un mtivel de sofisti- cacién, el problema se complica, pues es precisa recurrir a monograffas y li- bros especializados, generalinente de dificil acceso. Destaquemos que, en ese estado superior de la investigacién, cuando se abordan temas muy concretos en donde es necesario recurris a la doctrina general y al Derecho Comparado, es imprescindible consultar revistas y po- der leer en otros idiomas. En materia constitucional son idiomas itiles el in- glés, y sobse todo el francés y cl italiano (a este tiltimo idioma se traducen gran cantidad de textos alemanes, que de otra suerte serfan inaccesibles) Vl Un paso posterior, que debe realizar solo aquel que desea dedicarse a la docencia o a la investigacién seria y prolongada, es meditar y estudiar los grandes libros escritos en materia canstitucioaal. Como se sabe, cada discipli- na tiene sus clésicos, que, siendo en rigor vicjos por lo que contienen, son nuevos por los problemas que suscitan y sobre todo por la forma como abor- dan los problemas. Nos ensefian adem4s a trabajar con humildad, en forma seria y pausada, y generalmente nos dan informacién de primera mano que no se encuentra en otras partes, o que otros han repetido en forma incompleta 9 errénea. El Derecho Constitucional tiene también sus clisicas y su lectura atenta y medlitada es siempre fructifera, aun cuando a veces sea fatigoso ha- cerlo, Eilos son: 1) Georg Jelinek, Teorta general del Estado. Publicada en 1900 en Ale- mania y traducida casi de inmediato al castellano en Espata, ha tenido suce- sivas reediciones en la Argentina, a cargo de fa editorial Albatros. Puede de- cirse on rigor que el Derecho Constitucional como disciplina auténoma —si se quiere, como ciencia— se configura recién con Jellinek. Antes habia constitucionalismo y constitucionalistas (en la misma Alemania es ejemplar 23 - Dominco Gagcta Beaux ———————— el caso de von Gerber), pero es Jelinek el que da el armazén te6rico adecuado a la disciplina, sienta fas bases de su estudio y presenta un vasto cuadro histé- rico-jurfdico que, recogiendo todo lo valido del siglo XIX, lo proyecta sobre el nuevo siglo. A fe cumplida, Loewensiein ha dicho de esta obra que no ha tenido digna sucesora ni dentro ni fuera de Alemania. Un segundo tomo, dedicado a la «Teoria particular» del Estado, no llego a ser publicado por su autor; sélo han quedado algtnos fragmentos, valiosos, pero sin el nivel de {a opera magna. 2) Hans Kelsen, Teoria general del Estado, Publicado originalmente en Alemania en 1925, fue traducida por Luis Legaz Lacambra en 1933 en Espa- iia, y desde entonces reeditada nuimerosas veces en México. A fin de divulgar esta obra, el mismo Kelsen escribié un resumen que, con el titulo de Compen- dio de la ‘Teorta general del Estado, circulé anpliamente, precedido por un es- tudio preliminar de Luis Recaséns Siches. La obra significé, en sv momento, si bien siguiendo la huella trazada por Jellinek, la primera exposici6n orgini- cay de conjunto de la ‘Teoria Pura del Derecho, aun cuando aplicada al Esta- do. Afios después, el autor hizo un balance y recuento de su pensamiento en su obra Teorfa general del Derecho y del Estado, publicada en inglés en 1945 y traducida al poco tiempo por Eduardo Garcia Maynez. 3) Harold J. Laski, E/ Estado moderno. Publicada por vez. primera en 1925 con el titulo A grammar of politics, cs la obra mas representativa de este autos, te6rico del faborismo inglés, que ejercié una gran influencia en la déca- da del treinta y que se considera un clasico en su género. El mismo Laski resumié su obra afios més tarde, en un optisento inticulado Jmiroduccién a ta pol a. 4) Leén Duguit, Thaité de droit constitutionnel. Obra maestra en cinco volimenes, cuya altima edicién se hizo entre 1921 y 1925, sigue teniendo actualidad. De Duguit puede verse su Manual de Derecho Constitucional, que contiene sus aportaciones basicas, traducido y publicado en Madrid en 1921 y cn 1926. Junto con Maurice Hauriou, son los més destacados representantes de la Hamada Escuela Sociolégica del Derecho Constitucional, 5) Maurice Hauriou, Principios de Derecho Publica y Constitucional. Padre de André Hauriou, autor del manual ya citado (supra, Hl), es constitucionalista y administrativista de renombre, creador de la Teorfa de la Instituci6n, que fue luego ampliamente desarrollada por el gran jusista italia no Santi Romano. Su obra en castellano es una adaptacin de dos trabajos suyos (de 1923 y 1925) de gran interés, 24 ~ Cono esTUDIAR DeRECHO CONSTHTUCIONAL, ———————— 6) Carl Schmitt, Teoria de la Constitucién. Libro clisico publicado origi- nalmente en 1928, fue raducido en 1934 por Francisco Ayala y reimpreso innumeraisles veces. Si bien Schmitt ha sido muy cuestionado por su poste- rior adhesin al nazismo, lo cierto es que estamos ante un autor muy riguroso y de gran originalidad en todos sus escritos, Al igual que Hermann Heller, ha estado vinculado con Espafia, lee y habla el castellano, y su Gnica hija cas6 con un jurista espafiol, Alfonso Otero’, 7) Hermann Heller, Teorta del Estado, Publicado péstumamente en ale- min en 1934, este autor murié en Espaiia huyendo de la persecucion nazi. Aun cuando notable por la concisién con que erabaja los conceptos, es slo una primera parte, muy tedrica y elaborada, de un trabajo inconcluso. Repre- senta la presencia del marxismo y dei enfoque sociologico en el ambito de la comprensién del Estado. 8) Karl Loewenstein, Teorfa de la Constitucién, Publicada originalmen- te en inglés en 1957, se tradujo al castellano poco tiempo después. Loewenstein, un emigrado afemén discfpulo de Weber que acabé sus dias en los Estados Unidos, representa la unién feliz de la tradicién europea con el método sajén. ‘De gran originalidad, ha creado conceptos y esquemas de vasto alcance expli- cativo. Aun cuando su lectura cs algo densa, se ve recompensada por cl interés que despiertan sus ideas generales, 9) Carl J. Friedrich, Gobierno constitucional y democracia, La primera edicin de esta obra se hizo en los Estados Unidos cn 1937. La cuarta y tiltima edicién, totalmente revisada, es de 1968 (un solo volumen), de la que procede fa tltima versién castellana en dos tomos, Su autor logra una visién armonio- sa entre el Derecho Constitucional y la politica, que enriquece con datos hi téricos y filos6ficos, amén de los correspondicmtes a otras ramas juridicas. Es ademas publicista destacado en Ciencia Politica y Filosoffa del Derecho. x Y con esto pongo término a nuestro recorrido. No he querido —que quede claro- hacer observaciones, sugerencias 0 comentarios dogmiticos, sino simplemente volcar una experiencia de muchos afios en el trato von Ja disciplina y con el modo de ensefiarla. Presento ademés una guia de earée~ 4 Cir. Homenaje al profesor Alfonso Otero, Universidad de Santiago de Compostela, 1961 (in- cluye carta de adhesion de C. Schmitt, pp. 13-16). 25 Dominco Gakeia BeLauspe —————-— ter abierto, que puede orientar al interesado en el torbellino de publicacio- nes existentes. He pensado muchas veces que quizé lo que aqui he escrito era innece- sario y seguramente era mejor no hacer nada y dejar las cosas como estaban. Pero como es mi deseo evitar que otros pierdan el tiempo en lecturas insustanciales como yo mismo lo hice en mis inicios, y como adicionaimente nadie en nuestro pafs—ni tampoco fuera de cl ha escrito lo que pretendo’, es que he decidido poner en circulacién estas cuartillas, Lima, enero de £985. 5 Notable para su época es la obra de Adolfo G. Posada (Guia para e/ estudio y apiicacién def derecho consiitucional de Europa y América, Libreria de Victoriano Suarez, Madrid, 1894), que comprende textos constitucionales, comentarios y valiosas referencias bibliograficas. Sin embargo, e| maestro espariol no roza los temas que son él objetivo de este articulo, sin contar, por cierto, su inactualidad, como consecusncia natural del paso de los afios. 26

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