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Institución: Instituto Superior de Formación Docente Nº 29

Materia: Investigación Histórica I


Profesora: Paula Viotti.
Estudiantes: Mabel Gallegos, Claudia Rodriguez y Gastón Jez

Trabajo integrador: Historia y presente.

1 ¿Por qué podemos hablar de “pasados presentes”? ¿Cómo se relacionan las


tensiones/ disputas que señala Jelin con los sentidos sociales del pasado?

En base a las argumentaciones de la socióloga Elizabeth Jelin podemos responder a


esta pregunta planteando que el pasado vuelve a través de la memoria, siendo pasado
y memoria dos cosas distintas que hay que distinguir, pues las memorias tienen que
ver con un presente, donde recordamos, olvidamos o silenciamos hoy, acerca de
cosas que pasaron en el pasado.
La autora afirma que a través del paso de la historia los pasados pueden volver de
distintas maneras, pero los de mayor interés para ella son aquellas luchas que se dan
en el presente acerca de los sentidos del pasado. Que son traídos hoy por distintos
actores políticos y sociales que en un escenario de lucha apelan al pasado para
legitimar su acción y para pedir un horizonte de futuro distinto. Lo cual significa que en
el ejercicio y lucha por la memoria no solo hacemos presentes aquellos pasados
resignificándolos sino que esta reelaboración se hace de cara a un posicionamiento
hacia el futuro.
Para la autora el sentido del pasado y la ilusión del pasado es siempre conflictiva,
siempre hay unos y otros, distintas versiones que luchan entre sí, o distintos grupos
que buscan imponer sus distintas versiones del pasado. Esta lucha por el pasado tiene
un carácter permanente, continua, inacaba por lo cual los pasados están
permanentemente presentes.
Desde aquellas disputas por la memoria y también por el olvido podemos trazar
algunos puentes con los sentidos sociales del pasado que trabajaron algunos autores
a la hora de buscar responder la pregunta: ¿Historia, para qué?
Una de las más clara en este sentido puede ser la misión del historiador que
Alejandro Cattaruzza hace mención y que consistiría en el del recordador,
específicamente en hacer recordar a la gente lo que le hubiese gustado olvidar. La
dinámica memoria-olvido que tanto este autor como la autora trabajan es clara.
Desde aquí podemos continuar con Rosa Belvedresi que trabaja críticamente la idea
de que la función social de la historia es recordar para evitar una repetición del
pasado, similar a lo que Jelin refiere con los objetivos del Nunca Más. La autora va
plantear que el recuerdo en sí no asegura cambio alguno, de allí que ella apuesta más
al conocimiento que al recuerdo. Para ella es en el conocimiento de los procesos y
causas ocurridos en el pasado y no en el recuerdo donde nos nutriremos de una
manera atenta sobre el presente. A una historia razonada.
Siguiendo en este camino creemos que Elías Palti nos abre a una reflexión que apunta
a preguntarnos si en estas luchas por la memoria y en esa apelación al pasado de los
actores para legitimar su acción presente no se estaría evidenciando de cierto modo
aquel sentido de la historia de la antigüedad, de historia como maestra de vida
(magistra vitae) a la cual se apelaba como reservorio de lecciones y máximas morales.
La idea fundante de este tipo de historia es la repetibilidad de la misma y cabe
preguntarnos si acaso el simbólico grito de protesta Nunca Más (símbolo de símbolos
si de luchas por la memoria hablamos) no responde a su vez, desde la oposición y el
rechazo a aquel pasado, a esta idea de repetibilidad, que en este caso se busca
impedir.

2 Con cierto esquematismo presentamos los sentidos del tiempo histórico que
registramos en las charlas explicita e implícitamente.

Duración histórica: Larga duración (estructura), duración media (coyuntura) y corta


duración (acontecimiento).
Duración objetiva: días, semanas, años, siglos
Temporalidades: aceleración, desaceleración, actualidad, generación/generacional,
instantáneo, cotidiano/cotidianidad, inminente.
Categorías temporales: largo plazo, larga continuidad, línea de continuidad, punto de
inflexión, modernidad, contemporáneo/contemporaneidad, periodo histórico, momento
histórico, origen, historia reciente, situación actual,
Dimensiones del tiempo: pasado, presente y futuro

3. Conceptos de análisis históricos, procedencia teórica, fuerza explicativa e


interacción con la dimensión temporal.

Antes de pasar a las charlas quisiéramos hacer dos observaciones en relación con el
texto de Gotari y las charlas.
La primera es que las tres exposiciones muestran y confirman lo planteado por Gotari
en su ensayo sobre la revisión historiografía: la ampliación del uso de conceptos, la
tendencia aperturista de la disciplina con respecto a las vecinas Ciencias Sociales, la
consecuente retroalimentación metodológica-conceptual y el reconocimiento de
variados objetos de estudio.
En segundo lugar aventurar una muy breve contextualización actual, pues la respuesta
a este contexto también es un punto compartido en las tres exposiciones.
Consideramos que la pandemia no puede analizarse por fuera de una política
neoliberal que centralmente desde la década de los 90 se desarrolló en gran parte del
mundo y con 30 años de aplicación sus consecuencias sociales, políticas, económicas
ambientales y sanitarias son inseparables del momento actual y del acontecimiento
que convoca a que “la Historia de respuesta”.
De forma coincidente, con más o menos confianza en el futuro, los autores se
posicionan ante este contexto con una postura defensista de lo estatal.

Primera elección: Charla de Karina Ramacciotti

En la exposición de esta autora, los conceptos de análisis históricos que podemos


identificar son los de papel social, sexo y género, y el fenómeno del poder.
La procedencia teórica de estos conceptos son Sociología, la historiografía social y la
historiografía política así como de las mismas ciencias políticas, dejando en evidencia
la retroalimentación y apertura actual de las ciencias sociales que marcamos en la
introducción a este punto.
El aporte de estos conceptos de análisis es dar profundidad, especificidad, claridad del
contexto histórico y su actualidad. Con esto queremos decir que al definir el papel
social de un grupo social como las mujeres, sus patrones y normas de conductas, y
que se esperan de ellas (tales como el cuidado de las personas en el ámbito privado y
el público) da al análisis un recorte y una profundidad sobre un aspecto de la crisis
sanitaria fundamental.
Esto de manera simultánea o consecuente se sirve del acervo político teórico del
enfoque de género para destacar estructuras de larga duración como el patriarcado en
un momento histórico determinado como el de la pandemia, que cataliza, resalta, o
detona viejas contradicciones terminando en cierta manera dándole movilidad a esas
estructuras casi inmóviles.
A su vez una visión más general sobre los fenómenos del poder, sobre la estructura y
dinámica del sistema capitalista de los cuales se sirve la autora permite a aquel recorte
situarlo en un radio más amplio y a la vez más complejo donde las disputas sociales y
políticas actuales se entre cruzan.
Por ejemplo, la disputa por qué rol juega el estado ante la ciencia, la salud, la
economía, la educación, la pobreza: si de actor o de fiscal, un Estado que toma la
iniciativa o en contra partida la toma la mano invisible del mercado y las corporaciones
capitalistas. Es una disputa que también cruza las profundidades del trabajo sanitario
feminizado, mal pago y culpabilizado.
De aquí entendemos que el trabajo de la multiplicidad de tiempos expresados en
fenómenos de larga duración como la estructura patriarcal, los fenómenos de media
duración como la política neoliberal y el momento actual de crisis sanitaria desde un
enfoque de sexo y genero permiten darle al análisis profundidad y complejidad.

Segunda elección: Charla Pamela Cacciavillani

Esta docente, investigadora y abogada trabaja lo jurídico de forma histórica. Lo cual


demuestra nuevamente el contacto de la historiografía con las distintas disciplinas
sociales. Pero yendo al terreno conceptual creemos que los que cruza su exposición
son el de Comunidad e Identidad, y Poder.
Su procedencia teórica es difícil definirla en base a una formación de la autora en el
derecho, pero los conceptos utilizados y en su propia adaptación al fin explicativo los
podemos familiarizar con la sociología y la historiografía social abocada a los campos
de los grupos sociales y a la conciencia colectiva.
Desde aquí se permite la investigadora repensar el armado jurisdiccional ateniendo
dar una respuesta a la invisibilización violenta de un sin número de personas y grupos
sociales que siendo afectados en la vieja normalidad, sale a la luz bajo los golpes de la
excepcionalidad instantánea provocada por el Covid. Por lo cual aquellos problemas
que atraviesan las viejas formas de identidad nacional, que oprime las otras formas de
identidad comunal/regional, son también en esencia los problemas que el derecho
abstracto y normal atraviesa y es expuesto por una crisis sanitaria que corrió un velo,
en el cual un derecho igual en un trasfondo de grave desigualdad y de una situación
límite se vuelve inservible y conflictivo.
En tanto al concepto analítico del Poder acompaña el desarrollo de la idea de
ciudadanía, de la misma transformación jurídica, así como el análisis del nuevo clamor
por lo público cuando las áreas privatizadas no dan respuesta en horas difíciles. ¿Qué
poder y grupos sociales de poder definen dónde se invierten los recursos de una
sociedad y sus necesidades de investigación, de salud, de educación de
infraestructura? Tales decisiones de poder ¿Viran hacia lo público o hacia lo privado?
Estos conceptos de comunidad y poder interactúan a nuestro modo de ver con dos
tipos de temporalidades, la del tiempo corto, especialmente sobre el nerviosismo de
los acontecimientos disparados por la excepcionalidad sanitaria con sus afecciones
económicas, culturales, afectivas y políticas sobre las personas y comunidades; y en
segundo lugar un tiempo medio que permite a la autora tener un contexto histórico y
político de las condiciones en la cual se desata esta pandemia. Con esto, logra no caer
en el mono determinismo que la pandemia es responsable de todo y entender que no
es la primera ni la última pandemia vivida por la humanidad y al mismo tiempo tomar
nota en tono de alarma que el estado de cosas actual merece y debe ser cambiado y
nos interpela como ciudadanos y docentes.

4. La relación que observamos entre los dos bloques de videos es que todos más allá
del enfoque preferido o la temática a abordar, argumentan desde una estructura
conceptual coherente con un claro manejo de la dialéctica del tiempo, para mejor
abordar los diferentes aspectos de la realidad social. Esto es un posicionamiento
compartido contra toda idea estática y petrificada de lo social, así como contra el
método de abordar un todo social complejo y conflictivo desde una sola perspectiva.
En ambos bloques, sean las memorias, sea lo público y lo privado, lo comunitario y la
ganancia empresarial, siempre está presente el conflicto (latente o abierto) de allí su
dinámica.

5. La dialéctica del tiempo trabajada por los autores consideramos que se ve


fortalecida por un hecho de gran importancia que marca Gotari, la renuncia a
considerar al historiador como un agente neutral del conocimiento. Con esto aparece
la historia problema y el trabajo por sus soluciones. Consideramos que este cambio
cualitativo en relación al sujeto que aborda esta relación con la realidad pasaba no
solo le permite establecer un dialogo sin fin entre presente y pasado, sino también en
perspectiva y compromiso con el futuro.
El cambio jurídico argumentado por Cacciavillani no lo plantea para el pasado sino
para el futuro, la necesidad de visibilizar y valorar los trabajos feminizados como los
del cuidado y la multiplicidad de tareas domésticas Ramacciotti tampoco los deja para
el análisis del pasado sino en función de un futuro deseable.
Parafraseando al historiador francés Chesneaux citado por Carlos Pereyra en
¿Historia para qué? El pasado, el conocimiento histórico puede estar al servicio de la
conservación o de la transformación, pero nunca es neutral. La historia al penetrar en
la lucha de clases hace una apuesta política y social de cara al futuro, ya sea en
carácter de conservación o de transformación. Así, de un movimiento indudable en
retrospectiva que se realiza desde el presente, la historia, los historiadores e
historiadoras luego apuntan necesariamente en perspectiva hacia el futuro.

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