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COHECHO PASIVO ESPECÍFICO

TIPO PENAL
El artículo 395 del Código Penal que regula las conductas que reciben en conjunto el
nomen iuris de "cohecho pasivo específico", tiene su antecedente más directo e
inmediato en el artículo 351 del código derogado de 1924. El hecho de que cause tanta
repulsión en la opinión pública la conducta de cohecho cometida por un juez, un fiscal
o un miembro de un Tribunal Administrativo, así como la irreflexiva creencia del
legislador peruano en el sentido que el Derecho penal resuelve algún problema de la
realidad social han ocasionado que el texto original del artículo 395° del Código Penal
de 1991 haya sufrido sucesivas modificaciones legislativas. En efecto, la primera
modificación que se efectuó fue el 10 de mayo de 1992 con el Decreto Legislativo N
25489. Luego, el 05 de enero de 1996 se produjo una segunda modificación por la Ley
N 26572. De forma inmediata, es decir, después de solo cinco meses el peculiar
legislador nacional volvió a modificar el texto del artículo 395 , por la Ley N 26643 de
fecha 26 de junio de 1996. Finalmente, el 6 de octubre de 2004, por el artículo Iº de la
Ley Nº 28355, se modificó por última vez el artículo 395 , quedando con el contenido
siguiente: El magistrado, arbitro, fiscal, perito, miembro del Tribunal Administrativo o
cualquier otro análogo a los anteriores que bajo cualquier modalidad acepte o reciba
donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio, a sabiendas que es hecho con
el fin de influir o decidir en asunto sometido a su conocimiento o competencia, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de quince años e
inhabilitación conforme a los incisos 1 y 2 del artículo 36 del Código Penal y con ciento
ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa. El magistrado, arbitro, fiscal, perito,
miembro del Tribunal Administrativo o cualquier otro análogo a los anteriores que
bajo cualquier modalidad solicite, directa o indirectamente, donativo, promesa o
cualquier otra ventaja o beneficio, con el fin de influir en la decisión de un asunto que
esté sometido a su conocimiento, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de ocho ni mayor de quince años e inhabilitación conforme a los incisos l y 2 del
artículo 36 del Código Penal y con trescientos sesenta y cinco a setecientos días-multa.

2. TIPICIDAD OBJETIVA

El cohecho pasivo específico por la calidad del agente se configura cuando éste, ya sea
en su calidad de magistrado, arbitro, fiscal, perito, miembro del Tribunal
Administrativo o cualquier otro análogo bajo cualquier modalidad, acepta o recibe de
tercero (otro funcionario o particular) donativo, promesa o cualquier otra ventaja o
beneficio, a sabiendas que es efectuado o realizado con el fin de influir o decidir en un
asunto sometido a su conocimiento o competencia. De igual forma se perfecciona el
citado ilícito penal cuando el agente, ya sea en su calidad de magistrado, arbitro, fiscal,
perito, miembro del Tribunal Administrativo o cualquier otro análogo bajo cualquier
modalidad, solicita a un tercero (se entiende interesado en el asunto), directa o
indirectamente, donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio, con el fin de
influir en la decisión de un asunto que está sometido a su conocimiento. Todas las
hipótesis delictivas tienen que estar vinculadas a asuntos sometidos a conocimiento o
competencia propios del sujeto activo. Los casos de prestaciones que no ingresan al
ámbito de su competencia no configuran el cohecho pasivo que analizamos. Sin duda,
alguna de las conductas punibles que configuran en conjunto el cohecho pasivo
específico por la calidad del agente pueden implicar un recíproco intercambio de
prestaciones donde el agente del ilegal comportamiento se beneficia con el donativo o
ventaja y mediatamente con la promesa que logra del concurrente en el delito
(particular u otro funcionario o servidor público), mientras que este último obtiene
provecho al resolverse el asunto a su favor o de acuerdo con sus intereses particulares.
Pero esta bilateralidad no concurre en todos los casos, como ocurre en la modalidad
típica de solicitar, pues aquí, con el simple hecho de solicitar se consuma o perfecciona
el delito no exigiéndose la aceptación del tercero. No es necesaria la existencia de
pacto o concierto para consumarse el delito.

2.1. COMPORTAMIENTOS DELICTIVOS

Del concepto ensayado advertimos que el hecho punible de cohecho pasivo


específico, regulado en el artículo 3959 del Código Penal, es pasible de realizarse hasta
por tres conductas o comportamientos que pasamos a analizar por separado:

2.1.1. Cuando el agente acepta donativo, promesa o cualquier otra ventaja o


beneficio En este supuesto el verbo rector es aceptar, el que se entiende como
admitir, tolerar, querer, consentir o adoptar algo. El delito se configura cuando el
agente en su calidad de magistrado, arbitro, fiscal, perito, miembro del Tribunal
Administrativo o cualquier otro análogo, admite, tolera, consiente, adopta o acepta
donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio, a sabiendas que es efectuado
con el fin de influir o decidir un asunto sometido a su conocimiento o competencia.
Esta última parte se materializa cuando el agente se deja influenciar por la dádiva que
acepta y resuelve un asunto judicial o administrativo a favor de los intereses del que
entrega el donativo, ventaja o beneficio, o en su caso, a favor del que promete aquella
entrega, transgrediendo de esa forma sus deberes u obligaciones normales previstas
en leyes, normas administrativas o reglamentos que regulan y establecen el
comportamiento de las personas con cargos públicos señalados en el tipo penal. El
agente pierde o quebranta el principio de imparcialidad que le guía para resolver o
decidir un asunto judicial o administrativo. La conducta se perfecciona con el simple
hecho de aceptar o admitir por parte del agente especial el donativo, promesa o
cualquier otra ventaja o beneficio con la conocida y sabida finalidad de influir o decidir
un asunto judicial o administrativo sometido a su conocimiento o competencia. Por
otro lado, el delito se configura independientemente de que luego, por ejemplo, lo
prometido u ofrecido no se haga realidad o pese a que el juez o fiscal, que recibió
realmente lo prometido u ofrecido, no decida el asunto a favor del tercero que
entregó la dádiva o coima. Basta acreditar que el agente aceptó o admitió donativo,
promesa o cualquier otra ventaja con el fin de influir en la decisión de un asunto
judicial o administrativo sometido a su conocimiento y competencia, para consumarse
el delito. Se trata de un delito de mera actividad.

2.1.2. Cuando él agente recibe donativo, promesa o cualquier otra ventaja o


beneficio La segunda modalidad se configura cuando el sujeto activo que tiene las
calidades de magistrado, arbitro, fiscal, perito, miembro del Tribunal Administrativo o
cualquier otro análogo, recibe donativo o cualquier otra ventaja o beneficio, con la
seria finalidad de influir o decidir un asunto judicial o administrativo sometido a su
conocimiento o competencia. Aquí el verbo rector es recibir, que se entiende como
percibir, embolsar, tomar o acoger algo. En tal sentido, el hecho punible se configura o
perfecciona cuando el agente siempre que tenga las calidades funcionales
especificadas en el artículo 395° del Código Penal, con la finalidad específica de influir
o decidir un asunto judicial o administrativo sometido a su conocimiento, percibe,
toma, acoge, embolsa o recibe un donativo o cualquier otra ventaja indebida. La
conducta se perfecciona con el simple hecho de percibir o recibir por parte del agente,
el donativo o cualquier otra ventaja o beneficio. El delito se configura aunque el
funcionario o servidor público, que recibió lo prometido u ofrecido, no decide el
asunto judicial o administrativo sometido a su competencia de acuerdo con las
pretensiones del tercero que entregó la dádiva. Basta acreditar que el agente recibió o
embolsó el donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio con el fin conocido
y sabido de influir en la resolución del asunto judicial o administrativo que conoce. Se
trata de un delito de mera actividad.

2.1.3. Cuando el agente solicita directa o indirectamente, donativo, promesa o


cualquier otra ventaja o beneficio Esta hipótesis delictiva se configura cuando el
agente que se desempeña ya sea como magistrado, arbitro, fiscal, perito, miembro del
Tribunal Administrativo o cualquier otro análogo, en forma directa o indirecta solicita a
otra persona le entregue donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio con la
finalidad de influir o decidir un asunto judicial o administrativo sometido a su
conocimiento o competencia. En este supuesto, el verbo rector es solicitar, el que se
entiende como pedir, procurar, gestionar o requerir algo. El delito se configura cuando
el magistrado, arbitro, fiscal, perito, miembro del Tribunal Administrativo de forma
directa (el agente mismo) o indirecta (por intermedio de otra persona) pide, procura,
gestiona, solicita o requiere la entrega de un donativo, promesa o cualquier otra
ventaja o beneficio a sabiendas que es efectuado con el fin de influir o decidir un
asunto sometido a su conocimiento o competencia. Esta última parte se materializa
cuando el agente se deja influenciar por la dádiva que solicita y resuelve un asunto
judicial o administrativo a favor de los intereses del que recibió la solicitud y sabida
finalidad de influir o decidir un asunto judicial o administrativo sometido a su
conocimiento o competencia. Por otro lado, el delito se configura
independientemente de que luego, por ejemplo, lo prometido u ofrecido no se haga
realidad o pese a que el juez o fiscal, que recibió realmente lo prometido u ofrecido,
no decida el asunto a favor del tercero que entregó la dádiva o coima. Basta acreditar
que el agente aceptó o admitió donativo, promesa o cualquier otra ventaja con el fin
de influir en la decisión de un asunto judicial o administrativo sometido a su
conocimiento y competencia, para consumarse el delito. Se trata de un delito de mera
actividad.

2.1.2. Cuando el agente recibe donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio
La segunda modalidad se configura cuando el sujeto activo que tiene las calidades de
magistrado, arbitro, fiscal, perito, miembro del Tribunal Administrativo o cualquier
otro análogo, recibe donativo o cualquier otra ventaja o beneficio, con la seria
finalidad de influir o decidir un asunto judicial o administrativo sometido a su
conocimiento o competencia. Aquí el verbo rector es recibir, que se entiende como
percibir, embolsar, tomar o acoger algo. En tal sentido, el hecho punible se configura o
perfecciona cuando el agente siempre que téngalas calidades funcionales
especificadas en el artículo 395 del Código Penal, con la finalidad específica de influir o
decidir un asunto judicial o administrativo sometido a su conocimiento, percibe, toma,
acoge, embolsa o recibe un donativo o cualquier otra ventaja indebida. La conducta se
perfecciona con el simple hecho de percibir o recibir por parte del agente, el donativo
o cualquier otra ventaja o beneficio. El delito se configura aunque el funcionario o
servidor público, que recibió lo prometido u ofrecido, no decide el asunto judicial o
administrativo sometido a su competencia de acuerdo con las pretensiones del tercero
que entregó la dádiva. Basta acreditar que el agente recibió o embolsó el donativo,
promesa o cualquier otra ventaja o beneficio con el fin conocido y sabido de influir en
la resolución del asunto judicial o administrativo que conoce. Se trata de un delito de
mera actividad.

2.1.3. Cuando el agente solicita directa o indirectamente, donativo, promesa o


cualquier otra ventaja o beneficio Esta hipótesis delictiva se configura cuando el
agente que se desempeña ya sea como magistrado, arbitro, fiscal, perito, miembro del
Tribunal Administrativo o cualquier otro análogo, en forma directa o indirecta solicita a
otra persona le entregue donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio con la
finalidad de influir o decidir un asunto judicial o administrativo sometido a su
conocimiento o competencia. En este supuesto, el verbo rector es solicitar, el que se
entiende como pedir, procurar, gestionar o requerir algo. El delito se configura cuando
el magistrado, arbitro, fiscal, perito, miembro del Tribunal Administrativo de forma
directa (el agente mismo) o indirecta (por intermedio de otra persona) pide, procura,
gestiona, solicita o requiere la entrega de un donativo, promesa o cualquier otra
ventaja o beneficio a sabiendas que es efectuado con el fin de influir o decidir un
asunto sometido a su conocimiento o competencia. Esta última parte se materializa
cuando el agente se deja influenciar por la dádiva que solicita y resuelve un asunto
judicial o administrativo a favor de los intereses del que recibió la solicitud de entrega
del donativo, ventaja o beneficio, transgrediendo de esa forma los deberes u
obligaciones normales previstos en leyes, normas administrativas o reglamentos que
regulan y establecen el comportamiento de las personas que tienen los cargos de
públicos señalados en el tipo penal. El agente pierde o quebranta el principio de
imparcialidad que le guía para resolver o decidir un asunto judicial o administrativo. La
conducta se perfecciona con el simple hecho de solicitar, por parte del agente, el
donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio con la finalidad específica de
influir o decidir un asunto sometido a su conocimiento o competencia. El delito se
configura independientemente de que lo solicitado o requerido no se haga realidad o,
pese a que el funcionario o servidor público, que recibió realmente lo solicitado o
procurado, no resuelve el asunto de acuerdo a lo que se comprometió al solicitar la
dádiva o coima. El agente, de modo alguno, puede alegar un resultado positivo que
pese a haber solicitado la dádiva, resolvió el asunto judicial o administrativo con
arreglo a ley y prueba de ello dio la razón al adversario procesal del que entregó la
coima. Basta acreditar que el agente solicitó o requirió a un tercero donativo, promesa
o cualquier otra ventaja con lá conocida y consciente finalidad de influir o decidir un
asunto sometido a su conocimiento o competencia, para consumarse el delito. Se trata
de un delito de mera actividad. Por ejemplo, la ejecutoria suprema del 11 de
noviembre de 1997, se pronunció en un caso real en el cual un juez fue sujeto activo
del delito de cohecho pasivo específico en la modalidad de solicitar. En efecto, allí se
argumenta que "al haberse acreditado que la procesada le solicitó y obtuvo de la
justiciable dinero y especies a cambio de la promesa de favorecerle en la sentencia, se
encuentran probados el delito y la responsabilidad penal" . En cambio, la ejecutoria
suprema del 21 de noviembre de 2002, presenta el caso en el que un representante
del Ministerio Público cometió el delito de cohecho pasivo especifico en la modalidad
de solicitar donativo. Allí se argumenta: "Las pruebas actuadas durante el proceso
conducen a la convicción de la responsabilidad penal del acusado, quien en su
condición de fiscal provincial provisional solicitó a los denunciantes una determinada
suma de dinero para que formule acusación, evento delictivo que fue puesto en
conocimiento de la Oficina Descentralizada de Control Interno, preparándose el
operativo, para lo cual se fotocopiaron los billetes por la suma de 500 nuevos soles, los
que posteriormente fueron entregados al procesado, encontrándose en su poder por
el personal de Control Interno, lo que se corrobora con el acta de intervención fiscal,
panneaux fotográfico y testimoniales 615.

2.2. Objetos corruptores:


donativo, promesa, cualquier otra ventaja o beneficio En la conducta repulsiva del
agente debe estar presente alguno de los medios o mecanismos corruptores del
donativo, promesa, cualquier otra ventaja o beneficio. Si en determinado hecho
investigado llega a verificarse que ninguno de los medios citados concurre,
sencillamente el delito de cohecho no aparece. El donativo, dádiva o presente son
sinónimos, expresan una misma idea: obsequio o regalo. La calidad del donativo
penalmente relevante tiene que ver con su poder objetivo para motivar la voluntad y
los actos del agente hacia una conducta deseada y de provecho para el que otorga o
promete (otro funcionario o particular). Se entiende que el donativo debe poseer una
naturaleza material, corpórea y tener valor económico: bienes muebles, inmuebles,
dinero, obras de arte, libros, etc. La promesa en cambio se traduce en un ofrecimiento
hecho al agente de efectuar la entrega de donativo o ventaja debidamente identificada
o precisa en un futuro mediato o inmediato. Se exige que la promesa tenga las
características de seriedad y sea posible material y jurídicamente. El cumplimiento o
incumplimiento de la promesa resulta irrelevante para la configuración del cohecho. El
delito se consuma con la verificación de la simple promesa. El contenido de la promesa
puede ser muy variado: la entrega futura de una oferta remunerativa, bien mueble o
inmueble, ventajas (utilidades económicas, ascensos laborales, viajes, etc.). La
modalidad de la promesa puede ser directa, explícita o indirecta utilizando familiares o
allegados del sujeto activo. El momento de hacerse realidad la promesa puede ser en
un futuro cercano o mediato, incluso cuando ya ha perdido el agente la calidad de
funcionario o servidor público, siempre claro está que la promesa se halle vinculada
con el ejercicio funcional del agente. Lo fundamental es el vínculo que es efectuado o
realizado con el fin de influir o decidir en un asunto sometido a su conocimiento o
competencia. Si llega a verificarse que no tiene competencia para resolver o decidir el
asunto y solo, por ejemplo, interviene para hacer que otro juez o fiscal decida en
determinado sentido la litis, aquel no será imputado del delito de cohecho pasivo
específico, sino del delito de tráfico de influencias. El magistrado es todo funcionario
público encargado por ley de administrar justicia. Abarca a todos a los jueces del Poder
Judicial de todos los niveles, así como a los del Tribunal Constitucional y los del fuero
privativo militar, pues todos ellos administran justicia. El fiscal es aquel funcionario de
todos los niveles que pertenece al Ministerio Público. Incluso alcanza a los fiscales del
fuero privativo militar. El perito, por su parte, es aquel que domina una ciencia o arte y
es llamado a colaborar con la administración o con la justicia para ilustrar al juez, fiscal
o autoridad administrativa. Solo comprende a los peritos oficiales. Los miembros del
Tribunal Administrativo son aquellos funcionarios que forman parte de un órgano
colegiado encargado de procesar y resolver asuntos referidos a la justicia
administrativa. Se refiere, por ejemplo, a los miembros del Tribunal del Indecopi, del
Tribunal Fiscal, del Tribunal de Aduanas, etc. Los arbitros son personas designadas o
nombradas oficialmente para solucionar un determinado problema. Estos pueden ser:
a) de derecho, se caracterizan por hacer uso del derecho aplicable para la solución del
conflicto; y b) de conciencia, se valen de su sabiduría y los usos vigentes*819*. La
actuación de los arbitros se rige por la Ley de arbitraje. Finalmente, respecto de la
cláusula o cualquier otro análogo a los anteriores debemos entender que abarca a
cualquier otro funcionario o servidor público encargado por ley de administrar justicia
jurisdiccional o administrativa. Entrarían aquí los miembros del Jurado Nacional de
Elecciones, los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura, Comisiones
Especiales del Congreso, autoridades de las Comunidades Campesinas encargadas de
administrar justicia comunal, etc.

2.5. Sujeto pasivo


El sujeto pasivo del delito de cohecho pasivo específico es el Estado, al ser el único
titular del bien jurídico tutelado tanto a nivel genérico como específico. Sin embargo,
cuando el directamente perjudicado es una entidad estatal solo esta se constituirá en
sujeto pasivo excluyéndose al Estado. Así lo deja establecido la ejecutoria suprema del
1 de julio de 1998, cuando sostiene: "Conforme a lo establecido por esta suprema sala
en numerosas ejecuto rias, tratándose de delitos contra la administración pública en
perjuicio de los gobiernos locales o regionales, solo estos deben ser considerados
como agraviados y no el Estado a la vez, toda vez que ello implicaría una duplicidad de
pago res pecto a la reparación

3. TIPICIDAD SUBJETIVA
De la redacción del contenido del tipo penal se concluye que todas las modalidades o
hipótesis delictivas que recoge el artículo 395 del Corpus iuris pénale son de comisión
netamente dolosa, no cabe la posibilidad de ser cometido por negligencia o culpa del
funcionario o servidor público. El dolo supone que el sujeto activo de la conducta es
consciente del carácter y finalidad de la solicitud, aceptación o recepción de la dádiva
o presente y querer actuar a pesar de ello. La doctrina peruana es unánime en
considerar que solo es posible la comisión por dolo directo. Aparte del dolo, el tipo
penal exige la concurrencia de un elemento subjetivo adicional al dolo: el u a
sabiendas". Esto supone que el agente actúa convencido de la injusticia de sus actos y
con conocimiento pleno de las pretensiones implícitas en los medios corruptores, y
pese a ello, solicita o recibe. Esto es obviamente un caso de doble venalidad del sujeto
activo, pues lesiona el deber de probidad funcional y puede no acceder a la pretensión
al momento de resolver

4. CONSUMACIÓN Y TENTATIVA
Cuando el agente acepta donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio, la
conducta se perfecciona con el simple hecho de aceptar o admitir, por parte del
agente especial el donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio con la
conocida y sabida finalidad de influir o decidir un asunto judicial o administrativo
sometido a su conocimiento o compelan ROJAS VARGAS, Delitos contra la
administración pública, . Se configura el hecho punible independientemente de que
después, por ejemplo, lo prometido u ofrecido no se haga realidad o, pese a que el
juez o fiscal reciba realmente lo prometido u ofrecido, y no decida el asunto a favor del
tercero que entregó la dádiva o coima. Para consumarse el delito basta acreditar que
el agente aceptó o admitió donativo, promesa o cualquier otra ventaja con el fin de
influir en la decisión de un asunto judicial o administrativo sometido a su conocimiento
y competencia. Se trata de un delito de mera actividad. En el caso que el agente recibe
donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio, la conducta se perfecciona con
el simple hecho de percibir o recibir por parte del agente, el donativo o cualquier otra
ventaja o beneficio. El delito se configura aun cuando el funcionario o servidor público
recibe lo prometido u ofrecido y no decide el asunto judicial o administrativo sometido
a su competencia de acuerdo con las pretensiones del tercero que entregó la dádiva.
Basta acreditar que el agente recibió o embolsó el donativo, promesa o cualquier otra
ventaja o beneficio, con el fin conocido y sabido de influir en la resolución del asunto
judicial o administrativo que conoce. Se trata de un delito de mera actividad.
Finalmente, el supuesto que se configura cuando el agente solicita directa o
indirectamente, donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio, se perfecciona
o consuma con el simple hecho de solicitar, por parte del agente, el donativo, promesa
o cualquier otra ventaja o beneficio con la finalidad específica de influir o decidir un
asunto sometido a su conocimiento o competencia. El delito se perfecciona
independientemente de que lo solicitado o requerido no se haga realidad o, pese a
que el funcionario o servidor público, que recibió realmente lo solicitado o procurado,
no resuelve el asunto de acuerdo con lo que se comprometió al solicitar la dádiva o
coima. Basta acreditar que el agente solicitó o requirió a un tercero donativo, promesa
o cualquier otra ventaja con la conocida y consciente finalidad de influir o decidir un
asunto sometido a su conocimiento o competencia, para consumarse el delito. Se trata
de un delito de mera actividad. Al constituir los supuestos delictivos, hechos punibles
de mera o simple actividad, no es posible que se queden en el grado de tentativa. En el
mismo sentido, Abanto Vásquez expresa que en ningún caso es posible la tentativa.
Asimismo, afirma que antes de la solicitud no existía actos autónomos que constituyan
un injusto penal; en el caso de "aceptar promesas" y "aceptar bienes", en realidad
tampoco es posible la tentativa, pues los actos que lo constituirían, o bien ya son
abarcados por la modalidad de "solicitar", o bien todavía no constituyen ningún acto
externo reconocible que merezca reproche penal. En cambio, Rojas Vargas afirma, sin
mayor fundamento, que los diversos supuestos combinan comportamiento de simple
actividad y de resultado. Precisa que "resultan admisibles las formas de tentativa".

5. PENALIDAD
Si el hecho punible imputado al magistrado, arbitro, fiscal, perito, miembro del
Tribunal Administrativo o cualquier otro análogo a los anteriores, es alguno de los
supuestos previstos en el primer párrafo del artículo 395° del-Código Benai- aquel será
sancionado con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de quince años e
inhabilitación conforme a los incisos 1 y 2 del artículo 36a del Código Penal y con
ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa. En cambio, si el hecho
imputado es el supuesto previsto y sancionado en el segundo párrafo del citado
numeral, el magistrado, arbitro, fiscal, perito, miembro del Tribunal Administrativo o
cualquier otro análogo a los anteriores, será sancionado con pena privativa de libertad
no menor de ocho ni mayor de quince años e inhabilitación conforme a los incisos 1 y
2 del artículo 362 del Código Penal y con trescientos sesenta y cinco a setecientos días-
multa.

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