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Propuesta desde “historia de las creencias y las ideas religiosas III”

Autor: Mircea Eliade


“capítulo XXXIII Mahoma y los comienzos del islam”
Presentado a:
Por: kevin sinisterra balanta
Las consecuencias del discipulado
Con este escrito pretendo aclarar la concepción que tenemos nosotros los
católicos sobre aquellos hombres que ahora son fundadores de religiones, cuando
nosotros sabemos que ni el mismo Jesús vino a fundar religiones o Iglesias, solo
quería anunciar al Padre, para dicho propósito tomaremos como referencia la
religión islámica y a su fundador Mahoma.

Con base a esto me atrevo a decir que cuando escuchamos hablar de Mahoma
nos exaltamos y pensamos que los islamistas estaban locos para hacerle caso a
Mahoma. Razón por la cual voy a comentar un poco sobre nuestro mal
pensamiento en cuanto a algunos líderes religiosos.

Para este propósito he tomado el “capítulo xxxiii mahoma y los comienzos del
islam” del libro “historia de las creencias y las ideas religiosas iii” de Mircea Eliade
(filosofo, historiador de las religiones y novelista rumano, nacido el 9 de marzo de
1907 fallecido el 22 de abril de 1986).

Retomando el capítulo xxxiii de dicho libro, donde nos presentan al profeta


Mahoma como el fundador de una religión universal del cual se tienen datos
bibliográficos; de su vida, de su experiencia religiosa, de su vocación profética y
sobre la civilización árabe de su tiempo y las estructuras sociopolíticas de la Meca.
Como lo dice Mircea Eliade en su libro. (Eliade, 1999)

Partiendo de tal capítulo, me centrare principalmente en lo difícil que fue para


Mahoma, líder religioso de la tribu Qurayshies nacido el 567 y fallecido el 572 d.C.
el poder propagar su religión. Nos cuenta el texto que este líder religioso, perdió a
sus padres a temprana edad y que fue criado por un tío; nos dice también que
cuando cumplió los 25 años, de edad se casa con una viuda llamada “Jadicha”
con la que tuvo 6 hijos entre hombres (2) y mujeres(4). Más adelante tuvo una
especie de confrontación entre la religión judía y la cristiana, no la ortodoxa por la
cual inicia su vocación como profeta a sus 40 años. (Gómez, 1999)

Mahoma sintió de cierta manera el llamado de ALÁ, y desde ahí se puede decir
que su vida fue un martirio. Iniciaron las visiones, los sueños, los largos tiempos
de meditación, las persecuciones a las que fue sometido, las pruebas por las que
tuvo que pasar en fin este líder religioso tuvo que sufrir mucho para poder
propagar la verdadera religión como lo diría él; todas estas cosas le suceden a
aquellos que quieren seguir a Dios y propagar su mensaje.

A pesar de todos los infortunios que tuvo debemos tomar como punto importante
que Mahoma no quería crear una nueva religión, que lo único que él deseaba al
igual que Jesús válgame la comparación era proclamar a Dios como único señor
de cielo y tierra y que solo a Él se debe adorar y venerar. Como bien se dice en la
Biblia “nadie es profeta en su propia tierra” así mismo Mahoma tuvo quienes se
opusieran a su pensamiento religioso lo que causó malas interpretaciones por lo
que hoy tenemos a este líder religioso como fundador de una religión universal.

Por tal motivo, no podemos pensar que la religión islámica fue un impulso de un
fanático religioso, antes bien debemos observar que la misión de Mahoma era
ganar adeptos para ALÁ, es decir; lo que él trataba de hacer era concientizar al
pueblo de que solo en ALÁ (Dios) se puede uno regocijar y encontrar la salvación.

Todo esto de la religión islamista se da por ese miedo del pueblo Qurayshies a
dejar su paganismo y entregarse completamente a Dios, del mismo modo a
reconocer a Mahoma como un enviado escogido por Dios para dicha labor.

Para terminar, me atrevo a decir que muchos de nosotros católicos, hemos estado
pensando mal en cuanto a este líder religioso que no quería fundar sino avivar en
el pueblo la fe y la entrega total en Dios. Por lo que concluire invitándolos a que en
vez de atacar a las otras religiones, nos informemos sobre ellas y sus fundadores.
De esta manera podemos nosotros como católicos afianzar más nuestra fe en
Dios y ver hasta qué punto debe estar dispuesto el hombre para servir a Dios,
entregando su vida y todo cuanto se posee sólo para propagar de la manera más
sana la doctrina de Dios que es tenerlo como único Señor creador de cielo y tierra.

Bibliografía:

Eliade, M. (1999). Mahoma y los comienzos del islam. En M. Eliade, Historia de las creencias y las
ideas religiosas III (págs. 95-119). BARCELONA: Paidós Iberica, S.A,.

Gómez, M. G. (1999). Historia de las Religiones. Madrid España: Biblioteca de Autores Cristianos.

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