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Sociópata
Un sociópata es una persona que padece sociopatía, una patología de tipo
psicológico que provoca un comportamiento caracterizado por la impulsividad, la
hostilidad y el desarrollo de conductas antisociales.
La sociopatía es catalogada como un trastorno de la personalidad, hoy en día
conocido como desorden de la personalidad antisocial.
Puede detectarse y diagnosticarse a partir de los 18 años de edad, aunque sus
primeros síntomas van desarrollándose desde la adolescencia. Los hombres son más
propensos a padecer sociopatía que las mujeres.
Como tal, es una enfermedad crónica, de modo que carece de cura. No obstante, la
psicoterapia y los medicamentos pueden ayudar a controlarla.
El sociópata se caracteriza por carecer de empatía hacia los demás, fuerte
egocentrismo, desapego a las normas sociales, así como una tendencia a simular
sentimientos. Es inestable emocionalmente y muy impulsivo, lo cual en ocasiones
puede derivar en agresiones o situaciones de violencia. Al mismo tiempo, suele ser
encantador, pero poco confiable. Carece de sentimientos de culpa, vergüenza o
arrepentimiento.
Sociópata y psicópata no son lo mismo, no obstante, los individuos que padecen
estas enfermedades comparten algunas características.
Similitudes
Tanto la sociopatía y la psicopatía son trastornos de la personalidad. Ambos se
caracterizan por la falta de noción de las normas sociales, la ausencia de empatía
hacia los demás, la carencia de sentimientos de culpabilidad por sus acciones y la
tendencia a ser violentos y causar daños a los demás. Por otro lado, los dos parecen
ser personas normales, incluso inteligentes y encantadoras, con tendencia a mentir y
manipular a los demás.
Diferencias
El sociópata tiende a ser más impulsivo, a no lograr contenerse y cometer actos de
agresión o violencia. Los psicópatas, en cambio, suelen ser más cuidadosos y
calculadores. Por otro lado, mientras que la psicopatía es una condición con la que
se nace, el sociópata se hace en el transcurso de su vida.
El trastorno es difícil de tratar, pero para algunas personas, el tratamiento y el
seguimiento cercano a largo plazo pueden ser beneficiosos. Busca profesionales
médicos y de salud mental con experiencia en el tratamiento del trastorno de
personalidad antisocial.
El tratamiento depende de la situación particular de cada persona, su voluntad de
participar en el tratamiento y la gravedad de los síntomas.
Trastorno psicótico compartido
La psicosis compartida se produce cuando las personas adquieren ideas delirantes de
alguien con quien tienen una relación estrecha.
La psicosis se refiere a síntomas tales como delirios, alucinaciones, pensamiento y
lenguaje desorganizado y comportamiento motor extraño e inapropiado (incluyendo
la catatonia) que indican pérdida de contacto con la realidad. (Véase también
Introducción a la esquizofrenia y trastornos relacionados.)
La psicosis compartida (anteriormente denominada folie à deux) ahora se considera
una subcategoría de trastorno delirante. Por lo general ocurre en una persona o
grupo de personas (normalmente una familia) que se relaciona con una persona con
un trastorno delirante significativo o esquizofrenia. La prevalencia de la psicosis
compartida no se conoce, pero el trastorno parece ser poco frecuente. El paciente
con el trastorno primario es generalmente el miembro socialmente dominante en la
relación, e impone la idea delirante o convence al paciente con el trastorno
secundario acerca de las creencias inusuales.
Identificar quién en la relación tiene la psicosis primaria es importante porque la
persona con el trastorno secundario normalmente no mantiene las creencias
delirantes cuando se separa de la persona con el trastorno primario.
El asesoramiento psicológico y la terapia por lo general pueden ayudar a las
personas que tienen una psicosis compartida. Por lo general, la persona con síntomas
psicóticos necesita tratamiento farmacológico.
Habitualmente los pacientes con este trastorno tienen una relación estrecha como sí,
además de padecer un cierto aislamiento social. Por este motivo, es habitual
encontrarlo en hermanos, matrimonios, padres e hijos, amigos íntimos, etc. Además,
se cree que también puede influir la presencia de un factor externo, como por
ejemplo vivir una situación estresante.
Una de las primeras medidas a adoptar a la hora de tratar este trastorno es la
separación de ambos pacientes. Generalmente, el paciente secundario suele
abandonar sus delirios una vez que se aleja de la influencia del paciente primario.
En el caso de este último, el tratamiento suele ser diferente; por lo general, el
abordaje a emplear es similar al que se utiliza en los casos de un trastorno delirante.
Frecuentemente resulta necesario combinar un tratamiento farmacológico y
psicoterapia. Muchas veces, el paciente está tan firmemente convencido de sus
delirios que se niega en rotundo a buscar ayuda.
Empatía
La empatía, a grandes rasgos, es la capacidad que tiene una persona para ponerse en
el lugar de otra. Es decir, ser capaz de entender la situación y los sentimientos que
está viviendo otra persona. Ser una persona empática no es una tarea fácil y, en
muchas ocasiones, requiere una serie de condiciones previas.
Por todo ello, te explicamos qué es la empatía, qué rasgos tiene una persona
empática, qué beneficios tiene y qué podemos hacer para fomentarla. Asimismo, te
proponemos un ejercicio de reflexión.
Para ser considerado empático se debe poseer ciertas características importantes que
son:
-Presentar una alta sensibilidad social: son personas que les inquietan los problemas
de los otros, el pensar y los sentimientos de los demás, etc.
-Perciben la comunicación no verbal de otros: tienen la capacidad de saber
interpretar los gestos físicos, descifrar el tono de voz y captar los estados
emocionales, etc.
-Tener la capacidad de dar una respuesta social: están calificados para hacerte saber
a los demás que pueden comprender totalmente sus sentimientos.
-Ser respetuosas: son capaces de respetar y aceptar los sentimientos y conductas de
las demás personas con dependencia a ser aprobados.
-Les agrada escuchar (no solamente oír), son excelentes platicadores.
-Comprender y respetar lo motivos de las conductas de cada persona.
La empatía tiene dos sistemas en los que se caracteriza. El primero, es el sistema
cognitivo y permite la comprensión de los pensamientos de las personas, y el
segundo, es el sistema emocional y concede la facultad de hacer propios los
sentimientos del otro. Al trabajar estos dos sistemas se desarrolla la capacidad
empática, dando como resultado una mayor conexión con los demás y mejorando
considerablemente las relaciones sociales y laborales.