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¿QUÉ PASÓ EL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973?

Bombardeo del Palacio de La Moneda


EL 11-S CHILENO (Golpe de Estado en Chile)
un golpe militar, encabezado por el general Augusto Pinochet
Aunque no fue una sorpresa, el pronunciamiento fue bien recibido
por un amplio sector de la sociedad chilena, enemiga de las reformas
y cansada de las penurias económicas..
Dos semanas antes del golpe, el general Augusto Pinochet había sido
designado por Allende comandante en jefe del Ejército.
Pinochet era un hombre astuto, hermético y ambicioso, al que se
consideraba un militar constitucionalista – Allende confió en su lealtad
hasta última hora-.
No había jugado un papel relevante en la preparación del golpe, pero
cuando los organizadores se lo propusieron, no dudó en aprovechar la
oportunidad histórica de encabezarlo.
PINOCHET
11-S CHILENO

11 SONIDOS QUE
MARCARON CHILE
La primera confirmación oficial de que algo estaba sucediendo fue
transmitida a la ciudadanía a través de Radio Corporación por el propio
Salvador Allende, quien había llegado al palacio de La Moneda cerca de las
7:30 de la mañana.

Un par de horas antes, en Valparaíso, a unos 115 kilómetros al oeste de


Santiago, barcos de la Armada habían ingresado al puerto y tropas habían
ocupado calles y edificios gubernamentales.

Alertado de la situación, el mandatario -que había intentado inútilmente


contactarse desde su residencia con los jefes castrenses- llamó a los
chilenos a mantener la calma y ocupar sus puestos de trabajo y aseguró
que se mantendría en su puesto.

"Lo que deseo, esencialmente, es que los trabajadores estén atentos,


vigilantes y que eviten provocaciones. Como primera etapa tenemos que ver
la respuesta, que espero sea positiva, de los soldados de la Patria, que han
jurado defender el régimen establecido que es la expresión de la voluntad
ciudadana, y que cumplirán con la doctrina que prestigió a Chile y le
prestigia el profesionalismo de las Fuerzas Armadas."

1.LA CONFIRMACIÓN
DEL GOLPE
Apenas media hora después, a las 8:30 de la mañana, y mientras
bombardeaban y allanaban las instalaciones de los medios que apoyaban a
la Unidad Popular, UP, las Fuerzas Armadas y Carabineros emitieron su
primer bando, expresando que estaban unidos en la misión de "luchar por la
liberación de la patria del yugo marxista" y exigiendo la renuncia de Allende.

Lo firmaron quienes integrarían la primera junta militar: los comandantes en


jefe del Ejército, Augusto Pinochet, la Fuerza Aérea, Gustavo Leigh, y los
autoproclamados jefe de la Armada, José Toribio Merino, y general director
de Carabineros, César Mendoza.

Tras su lectura, la Guardia de Palacio abandonó La Moneda.

Primer comunicado de la Junta Militar

2. LOS MILITARES
EXIGEN LA RENUNCIA
DE ALLENDE

Luego del llamado de los militares, Salvador Allende volvió a dirigirse a


chilenos para reiterar que no abandonaría el palacio de La Moneda y
hacer una crítica a los soldados que participaban en el levantamiento.

En su intervención, el mandatario reiteró su decisión de defender la


democracia, incluso a costa de su vida y alabó la actitud del director general
de Carabineros titular, José María Sepúlveda, quien se encontraba junto a él
en La Moneda.

"Sepan que aquí estamos, por lo menos con nuestro ejemplo, que en este
país hay hombres que saben cumplir con la obligación que tienen. Yo lo haré
por mandato del pueblo y por mandato consciente de un presidente que
tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y
democráticas."

"Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria.
Caerá un baldón sobre aquéllos que han vulnerado sus compromisos,
faltando a su palabra... roto la doctrina de las Fuerzas Armadas. El pueblo
debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse
masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el
derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor."

3. ALLENDE SE NIEGA A
RENUNCIAR
Los militares golpistas denunciaban la incapacidad del gobierno de la UP,
una grave crisis económica, social y moral y la inminencia de una guerra civil
debido al incremento de grupos paramilitares armados.

Pero pese a la supuesta amenaza, en las calles de Santiago en un comienzo


sólo hubo focos de resistencia aislados, en lugares como la fábrica textil
Sumar y el barrio popular La Legua.
Poco después de las 9 de la mañana, la Central Unitaria de Trabajadores
pidió la ocupación de puestos de trabajo, fábricas e industrias con miras a
resistir a los militares y defender el gobierno de Salvador Allende.

"Les habla el presidente de la República. Las noticias que tenemos hasta


estos instantes nos revelan la existencia de una insurrección de la Marina en
la Provincia de Valparaíso. He ordenado que las tropas del Ejército se dirijan
a Valparaíso para sofocar este intento golpista. Deben esperar las
instrucciones que emanan de la Presidencia. Tengan la seguridad de que el
presidente permanecerá en el Palacio de La Moneda defendiendo el
Gobierno de los Trabajadores. Tengan la certeza que haré respetar la
voluntad del pueblo que me entregara el mando de la nación hasta el 4 de
noviembre de 1976. Deben permanecer atentos en sus sitios de trabajo a la
espera de mis informaciones. Las fuerzas leales respetando el juramento
hecho a las autoridades, junto a los trabajadores organizados, aplastarán el
golpe fascista que amenaza a la Patria."

4. EL LLAMADO DE LOS
TRABAJADORES
Desde el momento del golpe, los militares comenzaron a emitir bandos para
enviar mensajes e impartir órdenes.

En éste, uno de los primeros, advierten a la ciudadanía de que cualquier acto


de sabotaje sería sancionado de la forma más drástica y en el lugar de los
hechos.

5. LA ADVERTENCIA DE
LOS GOLPISTAS
Consciente de que La Moneda sería atacada y radio Magallanes, cuyos
estudios se ubicaban a pocas cuadras de La Moneda, era la única emisora
afín a la UP que seguía transmitiendo, Allende llamó a su director, Guillermo
Ravest, y le pidió que lo sacaran al aire inmediatamente.
"No hay tiempo que perder", lo apuró.
Minutos después de las 9 de la mañana, tres horas antes del bombardeo a
La Moneda, Salvador Allende emitió sus últimas palabras y anunció su
disposición a morir como Presidente de Chile.

En los días siguientes, Ravest y un radio controlador registraron el discurso


en cintas magnéticas para distribuirlas entre la dirección clandestina del
Partido Comunista chileno y corresponsales extranjeros, rescatando un
audio que se convertiría en el testamento político del mandatario.

"Seguramente, esta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a


ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las antenas de Radio Magallanes.
Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas un castigo
moral para quienes han traicionado su juramento: soldados de Chile,
comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado
comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo
ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha
autodenominado director general de carabineros."

6. EL ÚLTIMO DISCURSO
"Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡No voy a
renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al
pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos
entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser
segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se
detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia
es nuestra y la hacen los pueblos."

"Me dirijo a la juventud, a aquéllos que cantaron y entregaron su alegría y su


espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al
intelectual, a aquéllos que serán perseguidos, porque en nuestro país el
fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados
terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo
oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la
obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará."

"Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un


hombre digno que fue leal con la Patria."

"El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse


arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse. Trabajadores de mi
Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este
momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan
ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán
las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una
sociedad mejor."
"¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será
en vano"

6. EL ÚLTIMO DISCURSO
A las 9:30 de la mañana, Allende se entrevistó con sus tres edecanes,
quienes le plantearon la inutilidad de toda resistencia.

El edecán aéreo le ofreció un avión de la Fuerza Aérea para salir del país.

El mandatario rechazó la oferta y propuso dialogar con los comandantes en


jefe bajo ciertas condiciones.

7. "EL AVIÓN SE CAE"


Una vez que los militares plantearon un ultimátum anunciando el
bombardeo de La Moneda, Allende pidió una tregua para que pudieran salir
las 11 mujeres que se encontraban en el recinto, incluida su hija Beatriz.

Los tanques completan el cerco al palacio de gobierno y quienes


permanecen junto a Allende lo instan a abandonar el recinto.

A las 11:50 de la mañana los aviones Hawker Hunter del grupo 7 de la Fuerza
Aérea chilena comienzan el bombardeo. Se inicia el incendio y el segundo
piso resulta parcialmente destruido.
Es uno de los momentos más dramáticos de la jornada.

8. EL BOMBARDEO DE
LA MONEDA
Cerca de las 12:40, el bando militar número 8 prohibió el tránsito de
personas y vehículos en las calles de Santiago.

En medio del caos, los capitalinos intentaban volver a sus casas y


comunicarse con sus seres queridos.

La Moneda había sido bombardeada y en el centro se escuchaban las sirenas


de los bomberos dirigiéndose hacia ella.

9. SE PROHÍBE
CIRCULAR
Mientras La Moneda arde en llamas, el general Javier Palacios avanza hacia
el palacio en medio de la acción de francotiradores que defienden al
gobierno.

Allende, que lleva casco y porta un fusil, ordena después de la 1 de la tarde,


la rendición y salida de quienes aún lo acompañan.

El presidente se despide de sus colaboradores, que avanzan en una columna


hacia la puerta de La Moneda en calle Morandé 80, donde se entregan a los
militares.

Según la investigación del juez Mario Carroza, que en 2012 confirmó el


suicido del mandatario, Salvador Allende ingresa al salón Independencia, en
el segundo piso, "se sienta en un sofá, coloca el fusil que portaba entre sus
piernas y apoyándolo en su mentón, lo acciona, falleciendo en forma
instantánea"

El general Palacios encuentra su cadáver y el vicealmirante Patricio Carvajal


informa a Pinochet lo sucedido en inglés "por si hay interferencias".

Pinochet insiste en la idea de sacar a Allende de Chile en avión, aún si ya


está muerto, y enterrarlo en Cuba.

10. "THEY SAID THAT


ALLENDE COMMITTED
SUICIDE"

La Junta Militar juró el mismo 11 de septiembre, asumiendo no sólo el poder


Ejecutivo, sino también el Judicial y ordenando el receso del Congreso.

Uno a uno, sus miembros -Augusto Pinochet, comandante en Jefe del


Ejército, Gustavo Leigh, de la Fuerza Aérea, el autoproclamado jefe de la
Armada, José Toribio Merino, y el general director de Carabineros, César
Mendoza, justificaron su acción y afirmaron haber actuado por inspiración
patriótica.

El régimen militar encabezado por Pinochet duraría 17 años y dejaría al


menos 40 mil víctimas -entre ellas más de 3.000 muertos-, de acuerdo al
trabajo realizado por distintas comisiones tras el regreso de la democracia
en 1990.

11. ASUME LA JUNTA


SALVADOR GUILLERMO
ALLENDE GOSSENS
MÉDICO CIRUJANO Y POLÍTICO SOCIALISTA CHILENO, PRESIDENTE (1970-1973)
El gobierno de Salvador Allende fue apoyado por la Unidad Popular, una
coalición de partidos de izquierda, y destacó tanto por el intento de establecer
un Estado socialista aferrándose a los medios democráticos y
constitucionales del Poder Ejecutivo —la vía chilena al socialismo—
48 AÑOS DESPUES

RECUERDEN
"TIENEN LA FUERZA, PODRÁN AVASALLARNOS, PERO NO SE DETIENEN LOS
PROCESOS SOCIALES NI CON EL CRIMEN NI CON LA FUERZA. ¡LA HISTORIA ES
NUESTRA Y LA HACEN LOS PUEBLOS!"

"SER JOVEN Y NO SER


REVOLUCIONARIO, ES UNA
CONTRADICCIÓN HASTA
BIOLÓGICA"

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