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Divagando

en el Sinsentido









Arik Eindrok










Para Rous, mi dulce amor






























No sabía si morir tenía algún sentido,
pero estaba tan seguro de que vivir no
que, en mis divagaciones más enloquecedoras,
me atreví a saborear
el tan placentero y apocalíptico elíxir
de la sempiterna muerte.



















Execrable Disparate

Hoy parece un excelente día para abandonar este funesto y absurdo destino
humano
El color de los sentimientos casi se desvanece, la angustia de vivir reaparece
He pasado tardes similares añorando el suicidio con inquieta melancolía y ruin
desarmonía
Cuán doloroso resultó este anodino paseo, este juego patético que recorrí sin
esmero

Las voces estallaban en mi cabeza, los zumbidos alteraban la pestilencia de la
realidad
Intrascendente fue mi búsqueda por una verdad que apaciguara los demonios
blasfemos
Fui un títere de ideales implantados, tan bien diseñados para infectar
generaciones enteras
Para yacer más allá de los tiempos encaminando la pureza del espíritu hacia la
hoguera

Con tristeza entendía que no existía una sola razón para vivir, pero infinitas
para morir
Todas mis esperanzas convergían en el despojo de los males que ser yo
impregnaba
Si tenía aún alma, debía estar mancillada por la miseria de mi carcomido
cuenco
Cómo odiaba haber sido un torpe humano, ignorante de la sabiduría menos
decadente

Paulatinamente descubrí las diversas sombras de la falacia suprema en el
mundo
Aumentaba la náusea de permanecer entre seres preñados de banalidad eterna
Pobres diablos, era lógico que sus mentes estuviesen tan vacías y sus almas
corrompidas
En su estupidez habían creído ser los herederos de la divinidad con su
sinsentido inmundo

Ahora que mi reflejo siniestro se ve arrastrado por los sangrantes colmillos del
tiempo
No queda ninguna duda de la incertidumbre y el caos reinantes en la compleja
maquinaria
Al fin me he rendido, he aceptado la imposibilidad de alterar la blasfemia
He fingido tanto tiempo, he creído estar vivo, pero el suicidio será la llave para
el idilio

Rodeado por la belleza que jamás tuve tiempo de apreciar, donde jamás reposé
Qué magníficos son todos los seres de este mundo, tan naturalmente cumplen
el ciclo
El único error ha sido la propagación de la perfidia humana arruinando lo
perfecto
Y, aunque intenté con porfía, nunca hallé el sentido que podría tener tan insana
vileza

La oscura penumbra del sinsentido ha terminado de azotar mi maltrecha
esencia
Los lamentos se prolongarán hasta que el triturador haga lo propio con los
restos
Al menos esperaré rozar un ínfimo anhelo de la verdad por la cual explota el
cielo
Será pronto el instante del quiebre, solo resta suicidarme para olvidar lo más
miserable




Asesinato Inexpugnable

Ningún remedio era suficiente cuando intentaba olvidar lo miserable que era
vivir
Quizá solo el mismo acto de olvidar que estaba vivo funcionaba como
temporal antídoto
Sin embargo, el dolor retornaba, siempre encontraba la manera de escupir en
mis entrañas
Y, sin otra volición que la muerte, caminaba entre seres cuyo símbolo era la
ignominia

Cuando pienso en lo innecesaria y nefanda que es la humanidad, sé que no me
equivoco
La banalidad y la cotidianidad del mundo terminan por ahogar cualquier sueño
verdadero
Tan fútil resulta luchar contra un sistema donde todo ha sido impuesto desde el
comienzo
Donde el vacío en el interior de los humanos es tan inmenso como la falta de
razón

Qué patético se torna intentar abrir los ojos a quien se aferra a la mentira y el
destierro
Entendía que hablar con ellos era una tontería mayor que existir y tratar de ser
feliz
Pues la felicidad en este mundo vomitivo está siempre supeditada al
adoctrinamiento inicial
Desde el nacimiento ya todo está condenado a la decadencia, el único remedio
es el entierro

¿Por qué habría yo de existir? ¿Qué sentido tenía proseguir con esta pesadilla
infame?
Las sonrisas casuales y los encuentros sexuales ni siquiera podían ya
tranquilizarme
Lo que todos hacían, lo que todos adoraban era la abyección implacable que
enfermaba
Si tan solo hubiera esperanza, si supiera que la lucha cambiaría esta sacrílega
falacia

Entre más pasaba el tiempo, menos deseos de vivir invadían mi trastornada
mente
No entendía en qué condición se era más trivial y la existencia se hacía
insoportable
Si en la podredumbre de los adoctrinados obedientes o en la ambición de los
gobernantes
Acaso en la naturaleza misma del ser estaba anunciado su indispensable
exterminio

Al fin nada importaría más, el ensordecedor escándalo humano sería
fulminado de golpe
Cada suceso, cada persona y cada uno de mis desvaríos se mezclarían en la
vorágine divina
Hastiado de una existencia que jamás solicité, derramaría el licor absurdo de
mi sangre
Extirparía esta peligrosa y patética humanidad que llegó, irremediablemente, a
cobijarme

Todo lo que sabía era que esta misma noche el veneno se vertería y yo
languidecería
Lo único que aún conservaría sería la convicción de que vivir no era real ni
agradable
Este mundo destinado a la perversión y la banalidad puede gustar solo a seres
sin cerebro
Ellos no se matarán hoy como yo, porque son felices ignorando su verdadero
interior




Espejos Ingénitos

Desde el interior surgen las garras de los códices enigmáticos
Aullando distorsionan la telepatía con la supremacía del relojero
Violentos arrebatos tergiversan el mensaje dotado de humanidad
Evolucionan, consumen la irrisoria voluntad del títere a su merced

Vibran demencialmente y no perdonan la más mínima desobediencia
¿Cómo imponer la percepción propia cuando se está casi muerto?
En sueños los he desollado y en vida han terminado por devorarme
Cuando intentaba pensar en lo que me había convertido solo alucinaba

Tontos humanos, ellos jamás comprenderían la argucia que los dominaba
Se me ha ocurrido asomar la cabeza en el vacío y vomitar mi naturaleza
Atravesaron el portal y engendraron su rareza para adormecer mi esencia
Así es como escindieron la individualidad y cautivaron mi putrefacta alma

Me sentía vivo en aquellos instantes en que no sabía si aún era yo quien existía
Pues por causas desconocidas ya no me reconocía más habitando este cascarón
inútil
El cambio atroz y cerval venía desde la inmanencia de la verdadera
pertenencia
Visiones de la destrucción en el ocaso dejaban mi consciencia más que inerme

Firme en el exterior, pero derrumbándose mi mente cedía ante las sacudidas
sombrías
Descubría entonces quién era en realidad yo, qué se parapetaba más allá del
dios
Me asustaba y me divertía entrar en la habitación de los cadáveres en
descomposición
No tenía alternativa, únicamente aceptar la dualidad que había causado el
temblor

Era torturado intentando averiguar de dónde brotaban las distintas formas
cromáticas
Quién sabe si eran producto de la contaminación externa o solo siluetas de mi
dolor
No quería ser un monstruo, solo discernir mi verdadera personalidad sin
máscaras
Tal vez era imposible para un adoctrinado humano descifrar el origen de todo
el malestar

Cuánto me fastidiaba verme forzado a existir sin siquiera comprender mi
naturaleza
Ya no soportaba más falacias, añoraba la etérea verdad para morir hasta
reencarnar
Lejos de esta realidad nefanda se concentraba la capa de cada ilusión
marchitada
Aún no me controlaban por completo, sabía que una ínfima parte en el interior
aún era yo




Sublime Decadencia

Entendí, conforme suponía existir, que había sido despojado de la
magnificencia
Y, aunque la lucha estaba más allá de mis límites terrenales, sostuve la
consciencia
Qué frivolidad me arropaba en la tormenta de los acontecimientos aciagos
No había un resquicio donde la miseria de los humanos no hubiese hecho
estragos

La indiferencia fue mi mejor aliada antes de enamorarme del aliento suicida
Las penumbras cada vez más recalcitrantes incitaban la ignominia de la
humanidad
Placeres, objetos, personas y papeles verdes; todo era parte de la impúdica
caída
Estaba decidida la suerte de aquellos cuyos símbolos eran el horror y la
perfidia

Aunque, ciertamente, no era tan sencillo aislarse; de hecho, la quimera no se
iba
Sin importar dónde ni cómo, la humanidad infectaba cualquier límpida
concepción
Humanos tontos, ¿hasta cuándo cesará su vomitivo parloteo y su aciago
devenir?
No los quiero cerca de mí, trabajaré arduamente para devolverlos a la nada

Jamás sospeché la agonía que significaría estar vivo, batido de esta miseria
Tan banal y ridícula había sido la creación, vaya omisión de la belleza
La intrascendencia del mundo desesperaba los cables de aquellos mártires
soles
Vendrá el glorioso momento cuando, con extasiado delirio, se evaporará al
humano

El humano no debe perpetuarse, su reproducción ofende la sublime labor del
dios
El majestuoso ojo ha tolerado demasiado la inutilidad de la raza putrefacta
Las mangueras que destilaban una brisa iridiscente no recibieron los cuidados
Y, aquellas criaturas aciagas y carentes de sentido, al vicio ofrecieron el legado

Cómo quisiera exterminarlos con mis propias manos, purificar la existencia
Pulverizar la partícula más ínfima para que nunca más se hable de humanidad
Pues todo lo relativo a ella me sugiere estupidez, insulsez y blasfemia
La sublime perdición de la existencia trastornada aliviará la absurda ausencia

Cuán arrepentido estoy de haber vivido, de haberme mezclado con esta náusea
Similarmente sin sentido seguiré mi propio desatino, pero recurriendo al
suicidio
No falta mucho, ya casi se agotan mis energías, esta tarea me desfragmenta
La tormenta de la imprecación se fortalece cuanto más detesto permanecer
vivo




Afrodisíaco Suicidio

Acontecía que el vacío se expandía día con día en mi garganta más que
lacerada
Y la espesa sustancia que se batía en mi cabeza desmembraba la coraza
¿Quién era yo además del nauseabundo producto de una sociedad insana?
¿Qué comprensión podría apaciguar la miseria que sentía al ser parte de esta
raza?

Paulatinamente, la decepción se iba apoderando de mi constitución interna
Cualquier cosa de este mundo carecía de sentido y me parecía asquerosa y
abyecta
Y los humanos que lo habitaban no hacían sino gritar, anhelar dinero y
bagatelas
Asimismo, pegar sus cuerpos en la oscuridad era el mayor placer en su miseria

Todo lo que no poseía importancia era inmensamente buscado por los
humanos
Fétidas catacumbas imploraban con ansiedad el retorno a la muerte suprema
del mortal
Se aferraban a una existencia sin sentido donde divagaban en su pestilente
humanidad
Añoraba el momento en que el paraíso suicida se mostrara con magnificente
plenitud

Qué irreflexivo se mostraba el padre cuando las lágrimas matizaban el vacío
perenne
Y la madre afligida intentaba por el medio que fuese separar lo sagrado de lo
efímero
Preguntas que iban y venían, el dolor de existir significaba el éxtasis del
paciente
¿Qué he hecho para merecer tal castigo? ¿Por qué vivir en un mundo carente
de sentido?

Realmente quisiera respuestas a las agobiantes querellas que oprimen mi alma
Pues, si es que tengo una, debe estar mucho más allá de la contaminación
humana
Me niego a creer que soy un títere más de carne y hueso, adorador de sexo y
dinero
Daría lo que fuera por abandonar este infierno sin recurrir al extravagante
olvido

Moribundos destellos luchan contra la depresión que consume mis
desgastados intentos
Si pudiese entender el sentido de existir, la verdad que yace detrás de la
cortina execrable
Si vivir fuese un poco más tolerable... Si tan solo hoy no fuese el día en que
todo terminase
Sabía que me engañaba al creer que hallaría alguna vereda distinta al
exterminio de mi vida

Pero esperaré hasta que la miseria de existir me conduzca a la puerta de la
verdad
Entonces sabré que tenía razón cuando supuse que la existencia jamás tuvo
sentido
Acaso un trivial descuido de la más infame consecuencia del caos y el azar
unidos
La humanidad, desde su origen, ha sido miserable; y en su miseria se pudrirá
por siempre




Vomitivo Proceso

Estoy solo, como siempre quise estarlo cuando me fastidiaban los intrusos
Y, recostado y abatido, pienso en todo lo que nunca, ni en sueños, he sido
Porque hasta ahora queda esa interrogante por zanjar dentro de mi locura
¿Quién soy yo en realidad? ¿Cómo discernir mi verdadero ser interno?

Influencias, personas, ideas, concepciones, percepciones, teorías y sistemas
Desde el nacimiento mi cabeza fue saturada con infinidad de tonterías y
dilemas
Así crecí, así aprendí y entendí la realidad; sin duda, siendo esclavo de la
mentira
Todo me ha sido inculcado para apreciar una existencia que debería repugnar

Por fin lo comprendía, en esta ironía que es mi vida he sido preso y víctima
Entonces comencé el proceso, la purificación habría de mostrarme al guía
Solo quería empezar de nuevo el sendero, desprenderme de toda mi
humanidad
Únicamente la soledad debía acompañarme en esta entelequia de extrema
agonía

Mejor hubiese sido nunca haber existido, haberme quedado por siempre en el
vacío
Pero ahora ni la muerte podrá hacerme olvidar que alguna vez fui parte de los
vivos
O, cuando menos, de esos títeres poseídos por un recalcitrante materialismo
sin sentido
Pues a esos humanos ignorantes y patéticos, ¡vaya tontería!, se les ha
concedido la vida

Quisiera matarme, tal vez así podría arrancar de mí tantas doctrinas que me
atormentan
El proceso resultó sumamente doloroso y, al fin y al cabo, inútil para
mostrarme quién soy
¿Es imposible para un simple humano ir más allá de sus limitaciones en este
absurdo?
¿Qué esperanza resta para los pobres infelices que han rechazado los símbolos
del mundo?

Después de un largo periodo de aislamiento, incertidumbre y elucubración,
desperté
Pero nadie había mencionado el costo de la posible cura, pues me hallaba a
punto de caer
Todo lo había perdido; tenía un cuerpo, una mente y un alma de la cual no
esperaba nada
Estaba solo, completamente escindido de un mundo en el cual no veía sentido
permanecer

El proceso me dañó, pues, aunque purificó mi ser, me dejó en el más sórdido
aislamiento
Estaba, más que nunca, separado de lo que creía haber sido mientras aún
respiraba
Haber matado cuanto me había sido implantado representaba la exégesis del
suicidio
Me perdí intentando hallar la verdad, pero ahora la muerte, al menos, me
consolará




Depresiva Descortesía

El desencanto de vivir estaba siempre latente dentro de mi agobiado ser
La depresión soplaba con tal fuerza que derribaba cualquier muralla
Y, ante la imagen de mi alma, nada atisbaba sino la más vil sombra
Cómo quisiera que aún hubiese tiempo para terminar de recorrer la penumbra

La compañía de los humanos me resultaba más que enfermiza y cerval
Me fastidiaba enterarme de los anhelos banales que el rebaño sostenía
Pues, todos sin condición, cual creaciones de molde, añoraban lo mismo
Dinero, sexo, materialismo y demás bagatelas para sentirse lejos del desierto

En la soledad y el silencio me refugiaba cuando mi corazón de latir cesaba
Aquellos momentos donde la agonía de vivir se tornaba demasiado
insoportable
La idea del suicidio, más que deprimente, me ofrecía la oportunidad de sonreír
Morir se convirtió en el único sino, en la luz que en mi marchitado interior se
apagó

Recuerdo cómo fue que el trance absorbió la inmanencia de mi deshilvanado
espíritu
Aquellas noches delirantes donde recorría las grutas del sinsentido deseando
no ser yo
Las mentiras cuya sinfonía lúgubre me harté de soportar en mi aberrante
compulsión
Y la cruel simpatía que trastornó mi alma hasta aquel amanecer sexual y
suicida

Sin embargo, seguía viviendo, existiendo en este plano de corrupción eterna
Cada día era la misma amargura, el agónico dolor de despertar una vez más
De salir a las calles y percibir la inmundicia de los humanos en su desaire
No sé qué hacer: suicidarme, o continuar viviendo, aunque me sienta ya
muerto

La ausencia de sentimientos era notablemente palpitante en mi cuerpo
decadente
Las alas del pájaro ya no aleteaban como solían hacerlo en mi nostálgico
pasado
Permitirme tal condición debía lastimar incluso lo que hasta ahora no he
mostrado
Y, aquí postrado frente a la imagen del dolor, pienso más de la cuenta en el
entierro

La felicidad se ahogó con el último lamento proveniente de tu sutil partida
El encuentro entre tu amor y el fútil momento de tu adiós se mantiene intacto
En este pésimo cuento insano donde he sido conminado a respirar y existir
Tal vez sea ya la hora de aceptar que, aunque muera, a mí tú nunca volverás




Claridad Impersonal

El otro yo no espera sino la defunción del que ahora impera en las penumbras
Fantasías adornadas con locura y una ansiedad malsana gimiendo, lacerando el
reflejo
En mis adentros sombríos, donde todo es turbulento, ocurrió su bestial
nacimiento
No sé qué tanto del yo que conozco hay en él, pero me atormenta hasta el
amanecer

Las creaciones mentales se vincularon con la chispa sublime del espíritu
encarnado
Así es como ha chupado el lado desconocido de mí la faceta menos adecuada
Riendo hasta la alucinación, siempre coqueteando con el suicida del exterior
Ya no reconozco más mi propio vehículo, he sido despojado el último vínculo

Me gustaba contemplar el arrebol y recostarme en el monte del dilema perdido
Sin libros ni melodías, solo siendo yo por unos intrascendentes parpadeos del
todo
Sentir que aún podía mantener el dominio, atrofiar el crecimiento del demonio
Pero él solo se ocultaba en el erial más allá del pensamiento y el conspicuo
amorío

Nada ganaría fingiendo la inmutabilidad de alguien que no toleraría ser ni
conocer
Conmovedores los ríos en cuyas aguas pude enfriar el calor que me sofocó
ayer
Ensueños de un poeta hambriento de verdad y con los ojos cegados por la
realidad
Tristes versos centellean en la oscuridad buscando donde pueda el cadáver
reposar

Los cuadros de ese azul magnífico se desgastaron en el apocalipsis del cambio
Las líneas dobles y las plantas crucificaron a un inocente, trajeron desgracia a
mi corazón
¿Qué método debe seguir un alienado cuando intenta recuperar lo que se ha
esfumado?
¿Cómo retomar el control de la mente que el otro yo arrebató, que tanto me
exprimió?

Conozco perfectamente las retorcidas garras del otro yo, del que no existe
fuera de mí
Quisiera conversar con la silueta que me rechaza y susurra ahogarme en el
manantial
Sé que necesito extraer de sus entrañas la clave para restaurar mi mente y
evitar su poderío
Aunque no sé si quiero, si debo alterar la percepción en cuyo resplandor diviso
el final

Los cristales en la sangre eran más soportables, los usé varias veces para
destrozarme
Encerrado entre el hielo y los diamantes negros en cuyos reflejos no reconocía
a un pecador
Las cenizas de la felicidad recorrían mis venas, pero yo me abstraía de mi
humanidad
Tanto tiempo el fuego del desconocimiento pulverizó mi ser, que ya no sé
quién soy yo




Éxtasis Perfecto

Bastó una mirada para derretir los hielos eternos que resguardaban mi corazón
Qué extraña vibración me vincula contigo, con tus ojos provistos de
iluminación
Ese momento quedó manchado únicamente por la perfección y la insana
emoción
Conocerte ha sido lo menos miserable que he podido saborear en mi lúgubre
perdición

Quisiera poder decirte tantas cosas, compartir contigo las memorias más
sublimes
Lo que en aquellos días tenía más sentido que la soledad y el ser que ahora se
deprime
Jamás había conocido a alguien como tú, toda tu existencia es un deleite sutil
y sibilino
Lo que me gusta de ti va más allá de este plano, tan desconocido para un vil
humano

Sin saber cómo ni por qué tú me has atraído desde la profundidad del vacío
Superando tus cualidades físicas me han resultado tan augustos tus sombríos
ideales
Has hecho más que colorear mi vida, has revivido el cromatismo de mi
espíritu
No necesito ni siquiera contacto físico para estar seguro de que seré siempre
tuyo

Sin ti la agonía de existir terminaría por vencer mi débil y patética voluntad
Sin tu compañía vivir se tornaría en el mayor absurdo existencial y sin salida
Porque no te miro como solo un objeto, mi amor por ti está en otro contexto
Quiero tu esencia mística; yo te amaría, aunque estuvieses en cualquier otro
cuerpo

El misticismo que intento descifrar en la profundidad de tu mirada me encanta
Tantos secretos encierras en tu pequeña boca, misma que a la mía vuelve loca
Besarte es la única forma que aún tengo para comprobar que todavía existo
Lamento no poder iluminar tu mundo, pero debes saber que por ti sigo vivo

La fragilidad de nuestros sentimientos me indica cuánto debo cuidar tu ser
Todas las figuras en mi mente indican la tuya como conspiración divina
Sentir que se enlazan nuestros corazones embelesa mi lacerada consciencia
Lo único que me queda eres tú, la pureza que eclipsa todos mis dolores

Basta contemplarte en el triste ocaso de este viaje para sonreír y regocijarme
El abismo no es un buen lugar para que dos amantes sueñen con el reencuentro
Las sombras anuncian el regreso a ese melancólico infierno al que pertenezco
Pero me ha dado gusto recordar cómo fue conocerte y ser esclavo de tus besos




Personalidad Agobiada

Comienza la angustia: uno persigue y el otro aguarda, uno se fortalece y el
otro mengua
Lo extraño también se torna indiferente cuando la muerte es la única puerta
disponible
No puedo rememorar lo que dijeron cuando aparecieron en el borde de los
ídolos ansiosos
La catástrofe ahogó los quejidos con que emanaron las superfluas quejas de mi
alma

Creía desfallecer, desnudo y sobresaltado, con el estómago agujerado por su
aparición
Imaginaba un paraíso donde reinaba el ciclo del eterno corazón ardiendo en
horrores
Mis temores se confirmaron cuando la soledad masticó mis emociones sin
compasión
Y ellos vinieron de prisa, sin que yo los invitara; penetraron mi psique con su
espectro

Desde entonces están aquí dentro, en el sitio más intrínseco donde solo yo los
escucho
Les he rogado que se vayan, pero parece gustarles la calidez de la locura
humana
Misma que me es impensable evitar para permanecer en esta existencia
nauseabunda
Esas repugnantes voces me chupan la energía, destrozan y ponen en duda mi
supuesta vida

Cuando me debilitan lo suficiente, inclusive se materializan para solicitar
expansión
Entonces golpeo hasta sangrar mi alma y exprimir el elíxir que me ha sido
arrebatado
Pero no desaparecen, sino que se multiplican y se masturban con el dolor de
mis arrebatos
Y cedo, al fin, a sus embriagantes deseos por alimentar la distopía del encierro
incauto

Pensaba que, si me fundía con ellos, podría subyugarlos, pero su influencia se
ha disparado
El único error fue haber escuchado esas súplicas, haber atendido aquellas
necesitadas
Siempre están fastidiando, me obligarían a hacer cosas que mi anterior yo
aborrecería
No hay, empero, elección; si desobedezco, no dejarán en paz las palpitaciones
del interior

Su apetito sexual y criminal difícilmente alcanza un límite, nada es nunca
suficiente
Yo solo soy el instrumento mediante el cual se manifiestan sus hermosos
impulsos
Tal vez, barrunto, yo mismo los empleo para soportar la carga de no ser quien
creo
Es deficiente la lucha, me cansa frenarlos; siempre uno persigue y el otro
aguarda

Cuando intento purificar mi espíritu, braman desde la sombra y evitan el
cataclismo
He aprendido a fingir ante el resto, a engañar a cualquier entidad sincera en mí
mismo
La distorsión termina por decidir, la incertidumbre es la ilusión del
sometimiento
Me gustaba cuando no estaban aquí, cuando aún temían la desaparición de este
momento





Martirio Supremo

Dioses según fuimos, pero la existencia desgarró el añorado idilio
En un intercambio misterioso la sublimidad fue corrompida
La inflamada visión divina se heló entre la neblina insulsa
Surgió una inmundicia jamás vista, se trataba de la existencia humana

No es que la expulsión fuese pérfida e inadecuada naturalmente
El eterno problema era la inutilidad de los que la buscaban
Pues, al menos en este plano, la poseían seres imbéciles y atroces
Indignos sirvientes de placeres mundanos y acciones criminales

Era una onerosa blasfemia tener que soportar su ridículo comportamiento
¿Por qué?, era la cuestión, ¿por qué los humanos debían existir de este modo?
¿Con qué fin inimaginable les había sido conferido aquello que corrompían?
¿Por qué se les permitía envilecerse hasta pudrirse en la sordidez extrema?

¡Qué contradictorio! La supuesta humanidad solo era una execrable comedia
Una pestilente caterva de ignominia definía a la perfección su esencia
Seres hambrientos de sinsentido y poder, siempre dispuestos a la corrupción
Luego vino el falso dios, ese papel que hizo a todos renunciar a su alma

Y así continúo la triste historia de una raza gangrenada desde el origen
Cada vez más depravada y entregada a la barbarie y los mayores vicios
Su mayor delirio, estúpidamente, era propagar la miseria de su especie
Desnudaban sus cuerpos en la oscuridad porque era el único amor al que
aspiraban

Muchas más cosas podrían decirse de esta civilización vomitiva y odiosa
Pues era infinita la absurdidad que reinaba en los corazones de sus miembros
Imposible de narrar la desproporcionada inmundicia que representó su
aparición
La naturaleza, en sus vastas formas, fue paulatinamente aniquilada con orgullo

¡Cuán triste sentía en mi propio ser la podredumbre de ensuciar los diamantes!
Miembro de una humanidad a la que detestaba sin remordimientos, sin sentido
Encasquetado en la algarabía de las premoniciones destinadas al frenesí
supremo
Era imprescindible el suicidio, no había otra manera de sobrevivir al martirio




Limbo de felicidad

¿Qué habrá detrás de esa sonrisa vanidosa y centelleante?
¿Qué clase de magnificentes conjuros te hacen tan límpida?
¡Cómo quisiera transformar tus encantos en algo de este mundo!
Así, cuando menos, podría apreciarte sin ofender tu ser puro

Aunque en las penumbras divago al imaginar tales ensoñaciones
Nada me impide contemplar la lozanía de tus facciones divinas
Si en el último día de mi vida pudieras concederme una mirada
Podría hacer a un lado estos incipientes pensamientos suicidas

Pero es prácticamente impensable visualizarte en el exterior de mi alma
Un pequeño respiro bastaría para deshacer la contemplación de tu figura
El más etéreo movimiento y te separarías de este hechizo impertinente
¡Cuán desdichado me siento por haber pensado en esta fantasía como viviente!

Lo extraño de todo es que, en ocasiones, tu esencia superaba a la realidad
Tal vez se debía a que mi único interés estaba en preservarte tan ideal
Eras todo lo que me quedaba, la razón de que mi suicidio no se completara
Y, en tales condiciones, me empeñaba en creer que eran ciertas tus peticiones

¡No sabes cuánto me enloquecía tu retrato, tus delirantes expresiones!
Debe ser mentira que te desvanezcas ante el menor intento de tocarte
Sé que me amas, nada podría ser más cierto que tus besos espirituales
Y me he enfocado en atrapar el melifluo de tu voz por si desaparezco

Te quiero, es esa la expresión que no puedo contener por más tiempo
En el mundo humano hemos lastimado la pureza que nos ofrecía la
pertenencia
No sé si yo soy más real que tú, o si ambos existimos en nuestras cabezas
Te extrañaré entonces, si es que no somos más que ruin esquizofrenia

No creo estar loco, pues nada puede ser tan falso como esta dimensión
Te he escuchado murmurar ciertos fragmentos de un mundo diferente
No obstante, ¿cómo podría estar seguro de que incluso no eres mi muerte?
No quiero aceptar lo que parece evidente: que existes solo en mi mente




Visión del horror



¡Qué primigenio malestar brotaba de un pedazo de tormento!
Estando fenecido por las arenas de una decisión imposible
Incertidumbre siniestra que apuñalaba mi torturado pensamiento
Indeseables monstruosidades pulsando para atrapar el eco

Un nuevo día comienza, pero es tan absurdo que me repugna despertar
Antes me inquietaba la inutilidad, ahora solo me entristece y atrofia
La humanidad es solo una raza de tontos creyendo ser los más sublimes reyes
Sus vidas solo son dignas de lástima, acaso ni la muerte merece su oprobio

Sin embargo, yo mismo soy parte de la infamia, yo soy un tonto espectro
Me aborrezco, detesto lo que soy y seré, pero no puedo obtener la muerte
Siempre que sostengo la navaja, algunos restos sobreviven para embrujarme
Y, cuando me dejo caer, los mares se secan repentinamente evitando mi
ascenso

Este cuerpo me rechaza, esta mente ya ni siquiera se parece a la mía
La mentira se ha impuesto como la forma de adorar la putrefacta ironía
Jodiendo mi razón y vaciando el licor avanzo para escupir mi vida
Me tambaleo en los bordes de una humanidad cuya existencia está vomitada

Ya no funcionan los artilugios en nombre de la permanencia indeseable
En aquel ocaso se disolvieron los últimos besos que tu alma me obsequiase
La dulzura y el placer de conocerte no harán menos satisfactoria la hora
Seguiré hacia el péndulo y atravesaré las cortinas donde se derrite la suerte

¡Qué gran locura creer que un humano puede conocerse a sí mismo!
Las cuchillas atraviesan el umbral que separa las almas de los vivos
Mientras más se tiñen los rostros de avaricia, mejor sonríen las blasfemias
¡Qué metas tan más ridículas impuestas en un mundo de espejismos atroces!

También fulguraron los insectos que engullían los restos de los dioses
No eran los consecuentes desvaríos proporcionados por mi propia ignominia
Producto de venerables bestias simulaban un colorido pergamino suicida
Ya no volverán jamás las desconocidas mutaciones de una triste despedida




Alusiones Sombrías

El grito que escuché en la voz de los afligidos apesadumbró mi imaginaria
mente
Había salido a medianoche, estupefacto, sin deseos de continuar en esta
pesadilla
No había decidido todavía la forma, pero sabía que no podía vivir ni un día
más
Pues la vida ya no era ni siquiera soportable, solo la creación de un
delincuente

Lo que me perturbó fue la profundidad con que la entidad perforaba mi vientre
Pensaba ingenuamente que podría resistir un poco, lo suficiente entre los
rechazados
Para desengañarme y construir un nido en donde surgieran ángeles de muerte
Yo no era fuerte, me convertí en el títere de un conjunto de destinos olvidados

Nada ni nadie me preparó, el suceso en cuestión destrozó cualquier perfección
concebida
Tan intrincado me resultó atravesar la telaraña de infamias oponiéndose a mi
llegada
Algo me impulsaba a mirar aquel cuerpo, había cierta nostalgia afligiendo mi
corazón
El dolor se incrementaba, los entes se desvanecían en las manos de la sombra
menguante

Contigo siempre fui un niño, entregado totalmente a tu refulgente y excéntrico
cariño
Siempre has sido mi amor, la esencia en cuyo esplendor podría balancearme
hasta morir
Ahora que todo se ha alejado permaneces tan impertérrita como el paladar del
destino
Si pudiera mantenerte dentro por siempre, cobijarme con el calor que tu aura
desprende

¡Quién sabe por qué te recuerdo tanto, ya el tiempo ha hecho de nosotros
cadáveres!
Es solo que no consigo olvidar esa manera tan particular en la que envolvías
mi dolor
Recostados en el borde del sexto apocalipsis, aguardando la exégesis de la
fantasía
Dos afligidos y lacerados amantes que entonaban la sinfonía de su próxima
entelequia

Y todo el amor retornó solo unos segundos, pero lo suficiente para hacerme
testigo fiel
En cuanto el silencio en el vínculo fue absoluto, mis labios rozaron la sangre
sibilina
Escurriendo de tus ojos y bañando con diamantes las heridas de cada sombrío
tropiezo
Me gusta la forma en la que esto se simplifica, eres tan real que tocarte me
mortifica

Ese monstruo hizo de mi mente el punto perfecto para elevarse como una
deidad
Tantos crímenes por tan banal momento, por una insulsa muestra de sacrílego
talento
Seis sellos pasaron sin que pudiese contemplarlos detenidamente, solo me
estremecieron
De nuevo fue el sagrado matiz de tus ojos el que me recordó cómo se sentía
estar vivo





Soplo de divinidad

Una nueva entidad empapaba con poder inconmensurable mi percepción
Esta vez era diferente la realización, tanto que quedé ciego y perplejo
Principalmente por la ausencia de una definida naturaleza física
La voluntad intrínseca de la espiritualidad resaltaba como nunca

Ni la poesía ni las mejores composiciones humanas podrían igualarle
Incluso me siento tan ignorante ante la majestuosidad de su esencia
Pues con su energía y vibración eterna ha conseguido la perfección
Aquella sublime enseñanza que el ojo dorado en sueños susurró

Sin embargo, era imposible que los humanos apreciaran tal opulencia
Acostumbrados a la trivialidad y el materialismo en su vil existencia
Sus nefandos vicios los habían hecho perder por completo la consciencia
Inútil era tratar de iluminar a quienes se parapetaban en la oscuridad

La abundancia de energía superaba cualquier literatura o conocida ciencia
Pobres humanos, tan vanos eran sus intentos por comprender lo infinito
Tan alejados se hallaban del verdadero camino hacia la sabiduría sagrada
En su miseria, buscaban ansiosos las respuestas donde menos se encontraban

Eso por una mínima parte, pues en su mayoría la humanidad estaba acabada
¿Qué otra cosa podía esperarse de seres cuya felicidad estaba basada en la
falacia?
¿Por qué se les permitía continuar esparciendo tan inmunda y superflua
naturaleza?
Mejor sería acabar con todos por completo, purificar el cielo con inmaculado
fuego

Pensaba que cualquier duda era debilidad, pero entonces apareció el oráculo
Y más allá, donde el sol ya no brilla, el futuro de la creación se agitó al fin
Era un llamado, una aparición cuyo poder iba más allá del bien y del mal
¿Qué clase de esencia podría hacer que el destino del universo vibre así?

Desde entonces, he vivido pregonando ideas por las cuales me han encerrado
Pero me mantengo cuerdo y creo que la criatura vendrá para purificar la
ignominia
Ningún humano ha comprendido todavía el resultado de su ignorancia infame
Llegará un día en que a todos se les mostrará la verdad que yace lejos de la
carne




El asco de estar vivo



El comienzo de la difamación frenética en la muerte proyectada se solucionará
Los ríos malsanos de calamidades inverosímiles cambiarán de manos muy
pronto
Los amos cervales serán otros, pero el resultado será igual entre todos nosotros
Da lo mismo vivir o morir, la condena ha sido perfecta para los verdaderos
monstruos

Pero así seguirá esta infamia de carne abyecta, nada puede hacerse para
revertirla
Mentes infectadas por la banalidad, patéticos discursos para plasmar debilidad
Seres tontos que, enviciados y putrefactos, añoran un poder absurdo y
temporal
Luchan, vociferan y arremeten sin parar en el sinsentido de su torva inutilidad

Pobres ilusos los que fingieron creer en las cualidades de tan repugnante
criatura
Si una vez existió algo parecido a la sublimidad, fue una mera entelequia
La humanidad es un desatino que debe ser exterminado para obtener
perfección
Nacerá de aquellas cenizas la raza que conquistará las estrellas quebradizas

Por las infectas oquedades de repugnantes quejidos reirá el sino de mentiras
precoces
Tan nimia es la raíz de su equívoca razón que idolatran fantasmas y buscan
salvación
Toda su estúpida felicidad está basada en fornicación, dinero y la ajena
atención
¡Qué asco debe ser pertenecer a esa caterva de seres que respiran sin razón!

Contaminados de doctrinas inculcadas a través de eones y de sistemas
implantados
No buscan el cuestionamiento ni la consciencia, sino ser viles y perder la
cabeza
Y, entre más estúpido sea el ser, más fácil le será habitar en este mundo
acabado
Lo repugnante es la facilidad con que pueden cegarse y olvidar lo más sagrado

Pesquisas fraguadas en la esperanza que no vendrá para oprimir la herida
incipiente
Solo resta esperar hasta que se aproxime la belleza cromática que acabará con
la vida
Espero sea pronto, porque estoy tan cansado de soportar la tragedia del suicida
inerme
Tan asqueado de mirar a los humanos y saber que nunca podrán contemplar su
muerte

Sin embargo, este castigo, espero, no será eterno, tan solo un espectral
precipicio
Realmente no tiene caso continuar en un mundo funesto donde no se desea
estar
El suicidio es ya lo único que concibo como el más divino y posible bienestar
Si ha de ser hoy el final, me marcharé riendo porque, al fin, sabré lo que es la
felicidad




La criatura que odiaba su existencia



Yo quisiera no haber existido, nunca haber aparecido en esta realidad
repugnante
Donde cualquier suceso carece de sentido, donde el tormento se torna excesivo
Demasiado tarde para solucionar el presente, demasiado humano para salvar el
futuro
Y, aunque es incierto, sé que mi muerte no será tan lejana, que podré vagar por
el desierto

Las tumbas sollozan y admiten al integrante que se rebela en su naturaleza
interna
Cantan algunos desolados fantasmas en el ocaso del demonio asesinando a su
padre
El ser humano fue una pintura que ninguna deidad hubiese concebido en
plenitud eterna
¡Cuán desdichado es el hecho de existir sin haber deseado venir a este vil
desecho!

La felicidad, de ser someramente lógica, debe consistir en la inexistencia del
ser
En el suicidio infinito de cada fragmento que intenta retornar al excitante
sufrimiento
Aniquilar cada deseo, entender la inutilidad desde el comienzo de este vano
entierro
Experimentación absurda, sordidez emergiendo a cada segundo de una fétida
penumbra

Yo fui también uno de ellos, aún lo soy; pero me consuela pensar en la muerte
como real
Y me entristece por completo imaginar que ni siquiera suicidándome borraré
mi existencia
Pues quedará mi esencia en esta realidad atroz, símbolo de una equívoca
concepción
Podría soportar lo que fuese, menos el sacrílego castigo de haber nacido sin
desear ser yo

Se anticipan los aullidos de las mortificaciones sufridas al tolerar a los
inmundos bastardos
¡Qué asqueroso es verlos regocijarse en su miserable fanatismo por una vida
insignificante!
Concupiscencias tornasoladas de criaturas ajenas y extrañas me persiguen en
estos peldaños
Palpitantes criaturas fornicando, esparciendo el vómito que nunca alcanza el
límite

Mis sueños son irrealizables, quimeras de un trastornado cuya mente ha
terminado ya
Ellos nunca lo entenderían, pero sus vidas no son sagradas, son solo estúpidas
mentiras
¡Cuán asquerosa es la angustia de existir, de no haber podido evitar el
suplicio!
En la lobreguez y en el odio hacia mi ser distingo de pronto la sustancia que
debo absorber

No sé si al morir seré aún horrible, pero permanecer no puedo, pues existir es
ya intolerable
La única alternativa es también la mayor duda, la entelequia que aspiro en este
delirio
Cualquier destino fue rechazado, cada pensamiento conducido a este suicidio
del alma
Y es que existir fue la locura sombría en la que conocí a la criatura que
siempre odié ser




Lobreguez Irracional

Paredes de la desgracia, palabras emanadas de cervales bocas sin falacia
Una verdad que escurre de las fulgurantes disquisiciones supremas
Y una infinidad de dilemas distorsionados con cada humano nacido
¿Es una enfermedad o solo mi locura no querer vivir en esta pestilencia?

Recuerdo cuando la ingenuidad me permitía sobrevivir algunos momentos
Pues entonces era todo más fácil, más llevadero concluir con mis desvaríos
Pero la tentación de cuestionarme hirió algo más que mi torpe razón
Los retorcidos emblemas ya no refulgen como cuando encendí mi corazón

Están gastadas las maravillosas alas que me transportaron al idilio divino
Y, extirpada la magia de mi alma, algunas bestialidades tomaron las cadenas
Entonces cierta demencia espléndida vociferó imprecaciones de matices
siniestros
Las entonaciones sugerían el suicidio, y yo quería ser obediente a mi intuición

Sabias y profundas eran las profecías que mi propio horror reclamó
No me negué al aceptar mi culpa, al haber sido tan humano y decadente
Pero la simple condición ominosa de existir ya implicaba el vómito
Así que, alienado, arrojé cualquier rastro de un antiguo y atroz dios

Una metáfora apareció salida de la matriz de la mejor adivinación posible
Chorreando de exquisito conocimiento los agujeros que me avergonzaban
Y me impregné de la esencia blasfema e innoble de cada decisión alucinada
El pasado volvía como una fantasía ante la cual mi dolor se descomponía

Pesadas piedras de angustia y amargura chocaban, y el ojo me corrompía
Era tal la repugnancia de existir en una humanidad tan putrefacta y vacía
Era demasiado molesto despertar cada día sabiendo que acontecería lo mismo
Que era un humano más que caminaba entre millones de títeres sin sentido

Nada podía hacerse para completar el acertijo de los poetas más desatinados
Yo no era su instrumento ni la mínima sombra de aquel mendigo virulento
Ya casi no podía absorber los restos detrás de las fornicaciones beatíficas
El deseo de no existir se había convertido en el suicidio que sellaría mi destino




Ansiedad Mortal

Se incrementó tan brutalmente que supuse un suicidio en vez de una
especulación
Hasta ahora, jamás había alcanzado tan insospechados límites de flagelación y
agonía
Siempre me inculcaba la maldita mentira de que era yo quien humanamente la
contenía
Pero hoy supe que esa estúpida idolatría la esparcía para apresar mi única
salida

Obsesiones matizadas de poéticas necesidades que satisfarían el ardor de mi
alma
Meras perturbaciones expulsadas de la náusea de trivialidades que nada me
importaban
Toleraba cualquier tipo de pensamiento repetitivo tan solo por no lamer el
infierno
Y ella creció sin que pudiese ponerle un freno, sin saber cuánto me costaría el
encierro

¿En qué momento aconteció esa dolorosa lesión que trastornaría para siempre
mi mente?
¿Cómo fue que aquellos impulsos insignificantes se apoderaron de todo mi
tiempo?
Me temo que, de continuar así, no habrá ninguna otra puerta que cruzar que el
suicidio
Pues haga lo que haga ella me persigue y no sé cómo detener su incipiente
homicidio

No tiene voz, mirada ni forma física, pero la sombra que extiende sobre mí es
sempiterna
Tan poderosa se torna su arrogante influencia que apenas y puedo conservar
mi esencia
Malgastada por esos patrones que se repiten sin sentido, por esas obsesiones
delirantes
Trastornado y con la cuchilla en mi garganta es como aplazo esta fatiga
espiritual

Miro a las personas y me siento feliz porque al menos ellos nunca soportarán
esta miseria
¿Qué hacer cuando tu propia mente se rebela, cuando tu cuerpo no obedece lo
que piensas?
¿Cómo sobrevivir a esta locura que altera toda mi existencia volviéndola
superflua?
Quisiera no respirar, pues sus etéreas garras parecen atrapar mi más mínima
experiencia

¿Habré sido yo quien la creo para obtener una compañía distinta a mi
misántropa soledad?
¿Cómo llegó esa clase de sufrimiento a conquistar cada una de mis actividades
cotidianas?
Comenzó tan tolerable como existir, pero ya no puedo pararla desde ninguna
perspectiva
Espero que pronto me consuma, que termine de enloquecerme para matar mi
inutilidad

Supongo que yo mismo soy el villano de cada una de las pinturas que
muestran mi muerte
Incluso sexualmente ya no puedo conservar la suficiente armonía para
disfrutar tal deleite
Porque ella está donde quiera que yo esté, es el perfecto dilema del erizo que
me envuelve
Es cada uno de mis temores, traumas y dolores; la personificación de mi ego
ensimismado

Tan intolerable y a la vez inspiradora de poesías, suicidios, desvaríos, escritos
y algarabías
¿Cuándo me dejará en paz con mi melancolía? ¿Cuándo se llevará toda su
amargura?
Estoy tan agobiado de repetir lo mismo hasta aborrecer mi asquerosa
existencia
No quiero pensar en lo que no deseo, no puedo vivir en esta realidad donde no
oigo ni veo

En el fondo soy yo quien se hace daño, pues ella es solo una ilusión que
oprime mi corazón
Desde que apareció acabó con la escasa voluntad de vivir que aún restaba en
mi cascarón
Lo redujo todo a cenizas, esparció su veneno y se vivifica cuando me tiendo a
sus pies
No podría explicar el extraño vómito en que mi vida se tornó cuando ella
apareció




El sinsentido de vivir

Ecos de desperdicios contaminados hiriendo los razonamientos del desatino
Pensados para devolver el néctar del intestino cuando lo solicite el
decaimiento
Perdido en el caos estúpido de la civilización y su asquerosa putrefacción
Más días sufriendo, martirizado por el suicidio poético que añoro con pasión

Se han tergiversado de sibilinas formas las percepciones de mi trastornado
hado
Lo que antes fueran bucólicas flores ahora se presentan como inmundas
derrotas
No sé qué execrable modo de matarme es este, pero lo terrible es no
reconocerme
Siempre fui como el resto, tan adoctrinado y banal como los humanos que he
odiado

Se han secado los diáfanos pétalos que resguardaban la mágica esencia del
prisionero
Ya no hay nada qué plasmar, desear o aprender, pues solo la muerte me ha de
pertenecer
Me entrego irremediablemente a su adoración, a la espera de su prismática
abstracción
Le imploro me retire de esta repugnante y absurda especie a la cual no hago
sino detestar

No obstante, me odio a mí mismo tanto como a los pútridos humanos y su
falacia
Sé que ellos disfrutan tan naturalmente pudrirse en su insuperable y
recalcitrante miseria
Y yo, siendo solo un títere más, no puedo volver a mi anterior estado de cruel
pestilencia
Lo cual es bello, pues, si lo hiciera, tendría que apagarme en los laberintos de
la existencia

Lo único que sostengo es la ínfima llama del suicidio ardiendo en los instantes
del dolor
Me he sentido tentado a extinguirla, pero su color me recuerda la sombra del
amor
Con sus sinfonías lejanas y opuestas a esta náusea infame en la que se tornó el
mundo
Es un milagro que continúe centelleando la muerte como jamás lo hará el ser
inmundo

¿Para qué prolongar la tortura? ¿Para qué soportar por más tiempo la insulsez
de la vida?
¡Cuán hermosos son los poetas cuando siguen el sendero crepuscular de la
verdad!
¡Con qué etéreo fulgor se elevan los suicidas, tan desesperados por abandonar
sus cuerpos!
Estoy seguro de que dios ama como nunca a quienes se matan en el comienzo
de la agonía

¿Para qué engañarse con arte, literatura, poesía, ciencia y demás mundanas
concepciones?
Lo que el humano ha diseñado para cegarse y matizar su sinsentido es
detestable
La existencia se ha convertido en un lienzo sin colores, en un martirio
imposible
La humanidad y este mundo están podridos, y ahora solo la muerte me hará
sentir a salvo




La monstruosidad de mi interior

La irracional convicción de vivir no estaba destinada para un miserable como
yo
Aquel sujeto deplorable que en sueños se regocijaba con el asesinato y el dolor
El perfecto olor a muerte que emanaba de las garras mundanas atrapaba el
color
Y ese rojo exquisito enloquecía la sombra que se alimentaba de todo mi falso
amor

Un romance trágico fue el que desencadenó este asco hacia mí mismo y la
humanidad
Una enfermedad vil fue la que me permitió percibir cuán absurdo era este
mundo
Y cuán estúpida la raza humana en cualquiera de sus inverosímiles formas de
sobrevivir
Respirar se había convertido en el acto que laceraba los cascarones del fénix
sublime

No pude resistirlo más, nada hubiese podido contener el sufrimiento de este
sinsentido
Como una bestia monstruosa y sanguinaria que solo es capaz de perdonarse a
sí mismo
Desperté sobresaltado y poseído por mi miedo, pero fortalecido por la angustia
de cada día
Sonreí como nunca, me divertí hasta la locura cuando desprendí de sus
cuerpos la carne

Pensaba que los amaba, pero amé mucho más la crueldad con la que puse fin a
sus vidas
Mi superflua sangre, aquella repugnancia eterna carcomía mi mente de poeta
suicida
Y debo argumentar que jamás fue tan falsa la mentira, pues en el fondo los
odiaba
Detestaba mi propia especie más que al mundo, a la vida, a la existencia y a mí
mismo

Por eso tuve que matarlos, porque no podría haberme sentido satisfecho hasta
evaporarlos
Antes bien hubiese sentido asco de tal acto, pero ahora me excito en frenesí y
delirio
La mejor noche de mi vida fue convertirme en el más sublime asesino de
espíritus
Es lo que siempre fui, lo que tanto tiempo negué, pero que anhelaba
ansiosamente florecer

Entiendo el porqué de aquellas infelices contradicciones y lo paradójico de mi
existencia
Tantos días desperdiciados en una rutinaria vida plagada de falacias y
amargura absurda
Pero la felicidad del alma siempre estuvo tan cerca, solo debía decidirme a no
ignorarla
Y, cuando lo hice, la sangre de los seres que más repugnaba coronó la lúgubre
ironía

Yo tenía que matarlos, debía hacerlo a toda costa, porque, si no, no sería yo
mismo
Me sentía tan absurdo, banal y asqueroso llevando esa vida mundana que
todos adoraban
Nacer, crecer, casarse, reproducirse y resignarse a tan miserable existencia
hasta morir
No podía soportarlo más, y ahora me siento feliz por haber aceptado mi
verdad: asesinar




Intransigencia Enervante

Obstinación imposible de contener, desgarrando la patraña de mi ser
Visiones anómalas que no han de fenecer sino hasta tenerte a mi lado
El daño recibido es poderoso, la barbarie de ilusiones me hace regurgitar
Y el triste palpitar de mi corazón oneroso no hace sino sangrar y sangrar

Imaginando todo tipo de escenarios fatídicos me torturo sin cesar
Y quisiera atravesar mi carne para detener la caterva de estupidez
En la que me cobijo cuando creo que tus labios solo míos ya no serán
Cuando dependo en exceso de tu bienestar para poder siquiera respirar

No es bueno, no es adecuado dejarte entrar en mí de ese modo
Pero ¿qué más podría hacer si te adoro y sin ti no quiero ya vivir?
¿Es un pecado centrar en ti mis razones, orlarte con mil oraciones?
Pensé con tristeza que eras todo, pero finalmente terminamos por ser nada

Los recuerdos vienen, inflaman esta melancolía infernal y aciaga
No te he perdido aún, acaso porque jamás te he tenido en realidad
Entonces ¿por qué no puedo dejar de pensar que me has de traicionar?
¿Qué me impide amarte puramente, confiar en que solo para mí estarás?

No tolero que otros escuchen tu voz, que otros se regocijen con tu sonrisa
No soporto que no sea yo quien ocupe toda tu atención en todo momento
No quiero ni pensar que no es a mi lado como te vislumbras en el futuro
Y nuevamente me torturo, me hago tanto daño alucinándote sin cesar

Pero es que no puedo detenerlo, no puedo apaciguar las ganas de tenerte
Y, en cuanto te vas, me dejas quebrado, lamiendo el suelo que pisaste
Es una fijación extraña, una obsesión anómala, una petrificación emocional
¡Qué irracional me he vuelto al pensar que existes solo para mi encanto!

Pero no, pues nadie puede influir así en el destino de otro ser tan roto
Y, entre más creo amarte, pareciera que más detesto tener que respirarte
Y sí, ¡joder!, no voy a negarte que te quitaría la vida si osaras engañarme
Lo haría por salvarte, porque imaginarte no siendo solo mía es como
suicidarme




Un engaño llamado “te amo”



El corazón dejó de latir en el desconcierto del amante lacerado y decepcionado
Todas sus vanas ilusiones cayeron de golpe, cual viles y torvos engaños
consumados
Saber desde cuándo y cómo ya no importaba; solo interesaba el porqué de tal
argucia
Pues la persona en quien más confiaba era quien ahora su muerte propiciaba

Si hubiese la oportunidad de enmendar cada descuido, cada llanto vilmente
ignorado
En solitaria agonía se resquebrajaban las capas de un amor pútrido y sin
sentido
Y pensar que, en algún tiempo, hace eones, ella le había dicho con ternura "te
amo"
Él, naturalmente humano, lo había creído; más aún, había contestado lo mismo

Las lágrimas parecían llevarse las memorias cuya contemplación le
envenenaba
Y aquel veneno no solo destruía el presente, sino las esperanzas de un futuro
hermoso
Sí, de un paraíso sublime confeccionado a la medida de dos supuestos amantes
eternos
De dos pequeños tontos en cuyas manos murió lo único que alguna vez tuvo
sentido

No existirá consuelo que sirva para remediar el dolor que atormenta bajo la
lluvia
La serpiente muda de piel, y los matices antes sagrados solo traen dolores
atroces
¿Qué será de todos los poemas, los fragmentos y los besos que sabían tan
ciertos?
¿Por qué el tiempo, o acaso el destino, había hecho que colapsara así su
universo?

Era el momento preciso, pero la situación equivocada; una nueva herida
rasgaba su alma
¿Cómo soportar un terremoto que fulmina en un segundo lo construido con
tanto esmero?
Sin duda, será por siempre el golpe más mortífero y cruento que alguien le
haya infligido
Pero ¿por qué ella? ¿Por qué el amor de su vida es quien ha ocasionado su
suicidio?

Pues, a partir de entonces, el poeta melancólico fue solo un muerto que
rondaba sin cesar
Sus sentimientos estaban más que destrozados, sus ojos tristes ya ni siquiera se
abrían
Lágrimas sombrías inundaban su interior, estaba vacío y con necesidad de
compasión
Fue así como la halló en los brazos de la depresión un temporal oasis en el
desierto

Podrán pasar las eras que sean, podrán terminar y comenzar de nuevo mil
humanidades
Pero aquellas imágenes jamás se borrarán de su afligida y desfragmentada
consciencia
¡Qué bonito fue haber amado y entregado toda su existencia y su alma al ser
equivocado!
Pues, cuando levantó sus ojos, miró lo imposible: ella a otro sus labios había
obsequiado





Una muerte a tu lado



Quisiera más una muerte que una vida contigo, solo a tu lado
Porque suicidarnos al mismo tiempo sería un místico idilio
Que tu hermoso y perfecto rostro sea lo último que yo mire
No tendría comparación alguna con ninguna otra banal cosa

Y a veces tengo miedo de matarme precipitadamente, con locura
Pues me pregunto si existirá otro mundo donde pueda contemplarte
Donde pueda besar tus dulces labios y de tu esencia embriagarme
Porque tu cuerpo para mí es más bello que cualquier otro tipo de arte

Tú me enloqueces, alborotas mi alma y descontrolas mi ataraxia
Por ti podría cometer cualquier desvarío, tan solo por un beso
Pues refugiarme entre tus brazos es lo más bonito del mundo
Y sentirte tan cerca, pensarte tan tiernamente resulta tan inefable

Entonces llega la siniestra contradicción de permanecer o dejarse caer
Y mi temor es siempre el mismo, algo acaso demasiado humano
¿Qué haré si nunca te vuelvo a ver, a abrazar, a besar, a acariciar?
Odio esta existencia, pero es la única donde puedo aún percibirte

La intrascendencia se apodera de mi cabeza, me consume la melancolía
Día tras día todo empeora, la realidad se vuelve demasiado insoportable
Pero me ayuda pensarte, imaginarte en esa espiral de cromatismos
inalcanzables
Eres tú mi mayor delirio, mi conflagración, mi poética inspiración suicida

Morir contigo es casi como una fantasía, algo que me tiene trastornado
Añoro con desesperación esos últimos instantes de agonía, pero a tu lado
Desvaneciéndonos, difuminándonos en el eclipse del sinsentido eviterno
Y, aun así, en tal absurdo, soñar con tu espíritu, soñar que llegamos a amarnos

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