Está en la página 1de 9

CASAS DE AGUA

En la carta natal va implícito un modelo de representación de la realidad, un sofisticado y


complejo filtro perceptivo. Una parte fundamental de este filtro es el sistema de casas (con el
ascendente claramente a la cabeza). Las casas configuran áreas de la experiencia que
organizan nuestro contacto con la realidad. En las casas de fuego entramos en contacto con la
vida como experiencia de acción y movimiento, en las casas de tierra con la vida como
experiencia sensorial, en las casas de aire con el correlato comunicacional y organizativo de la
realidad y en las de agua con la vivencia emocional de esa misma realidad.Vamos a intentar un
recorrido por las casas de agua, apoyándonos en distintos personajes que las habitaron. Mi
intención es plantear la exploración y dejar al lector el trabajo de profundizar en el análisis de las
cartas natales y textos seleccionados.

Las Casas de Agua tienen cierta mala fama (en particular la VIII y la XII), tradicionalmente se les
conoce como las casas de la obligación y el servicio y algunos autores las califican de kármicas
o sencillamente "desgraciadas". Esta nube de prejuicios está más relacionada con la dificultad
que suelen encerrar los temas emocionales para los seres humanos que con una condición
intrinsecamente negativa. Al contrario, las casas de agua representan el espacio privilegiado
para la autorevelación, la purificación y la humanización, algo que puede comprenderse mejor si
se entiende que la oligoción y el servicio de las que nos hablan las casas de agua es en realidad
con nuestra más intima vivencias . Pero comencemos por el principio. Nuestros signos de agua
nos hablan de nuestra experiencia de la emoción, nuestras casas de agua nos hablan de nuestro
contacto con la dimensión emocional de la existencia.Las casas de agua representan contacto
con la emoción en el mundo. Son nuestra puerta hacia la emoción como fuerza modeladora de la
realidad  Los signos de agua en cambio representan nuestra propia emocionalidad. Hay que
tener clara esa diferencia para distinguir las particularidades sicológicas entre, por ejemplo, un
sol en doce y un sol en Piscis. El sol en Piscis se nutre y se define a partir del vínculo emotivo
con contenidos emocionales, el sol en doce se orienta al diálogo con experiencias emocionales.
Una forma de aproximarnos a la comprensión de los símbolos astrológicos es mediante el
estudio de las obras de distintos creadores en cuyas cartas sean fuertes los símbolos que
deseamos estudiar. En este caso para acercarnos al tema general de las casas de agua me
pareció apropiado traer al escenario a Edgar Degas (Paris, 19-7-1834, 20:30)

 
. Su gran trígono entre Júpiter en conjunción con la cúspide de la IV, Saturno en la VIII y Neptuno
en la XII, lo convierte en un buen portavoz para nuestro tema. Refiriéndose al arte Degas
afirmaba que es algo que no se puede ver, pero que podemos hacer que otros vean. Podemos
apropiarnos de esta frase para iluminar la vivencia del agua en las casas: algo que no podemos
ver y que sin embargo impulsa y modela nuestra realidad. Algo que no vemos pero que
encarnamos y al hacerlo lo mostramos ante el mundo. Las propias imágenes de Degas, difusas y
cargadas de penetración psicológica, reflejan esta emocionalidad subyacente y modeladora de la
realidad. Vale la pena observarlas un poco: 

El agua en las casas puede compararse con un tejido: el tejido emocional, invisible y al mismo
tiempo manifiesto, de la realidad. Las experiencias emocionales con las que entramos en
contacto tienden a organizarse en tres grandes grupos que corresponden a las tres casas de
agua: experiencias que nos impactan (IV), experiencias que nos retan (VIII) y experiencias que
nos seducen (XII algo igualmente válido si quisiéramos hacer el análisis de los tipos de
experiencias asociadas al resto de las casas, por ejemplo la acción y la vitalidad del fuego
tienden también a proporcionarnos experiencias de impacto (I), de reto (V) y de seducción (IX)).
 
 
LA CASA IV
 
Confianza básica
El hogar
La infancia
Nutrición y seguridad
Los padres (en particular el progenitor oculto)
Lo que nos centra
La pertenencia y el arraigo
Lo misterioso en acción
La emoción como suceso y motor
Impacto emocional (memoria)
 
La infancia, la memoria, las tradiciones, los padres, la patria... todas estas asociaciones de la
casa iv tienen en común su elevado potencial como fuente de impactos emocionales, de
emociones que impulsan la acción. Podemos decir que la casa iv es la casa del manejo de los
impactos emocionales. Por esta razón es aquí donde se forja lo que Milton Erickson llamó
"Confianza Básica", el sentimiento de confianza  en la vida y seguridad con respecto a nosotros
mismos. Rainer María Rilke (3-12-1875, 11:50pm,Praga), que tenía el Sol en Sagitario en la casa
IV, nos puede ayudar a penetrar en esta casa mediante un texto tomado de Cartas a un Joven
Poeta
 
 
 
"Usted pregunta si sus versos son buenos. Me lo pregunta a mí, como antes lo preguntó a otras
personas. Envía sus versos a las revistas literarias, los compara con otros versos, y siente
inquietud cuando ciertas redacciones rechazan sus ensayos poéticos. Pues bien -ya que me
permite darle consejo- he de rogarle que renuncie a todo eso. Está usted mirando hacia fuera,
y precisamente esto es lo que ahora no debería hacer. Nadie le puede aconsejar ni ayudar.
Nadie... No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo. Escudriñe hasta
descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo
más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría
que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir. Ante todo, esto: pregúntese en la hora
más callada de su noche: "¿Debo yo escribir?" Vaya cavando y ahondando, en busca de una
respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al encuentro de tan seria
pregunta con un "Si debo" firme y sencillo, entonces, conforme a esta necesidad, erija el
edificio de su vida. Que hasta en su hora de menor interés y de menor importancia, debe llegar
a ser signo y testimonio de ese apremiante impulso. Acérquese a la naturaleza e intente decir,
cual si fuese el primer hombre, lo que ve y siente y ama y pierde. No escriba versos de
amor. Rehuya, al principio, formas y temas demasiado corrientes: son los más difíciles. Pues se
necesita una fuerza muy grande y muy madura para poder dar de sí algo propio ahí donde existe
ya multitud de buenos y, en parte, brillantes legados. Por esto, líbrese de los motivos de índole
general. Recurra a los que cada día le ofrece su propia vida. Describa sus tristezas y sus
anhelos, sus pensamientos fugaces y su fe en algo bello; y dígalo todo con íntima, callada
y humilde sinceridad. Valiéndose, para expresarse, de las cosas que lo rodean. De las
imágenes que pueblan sus sueños. Y de todo cuanto vive en el recuerdo. <o:p></o:p>
Si su diario vivir le parece pobre, no lo culpe a él. Acúsese a sí mismo de no ser bastante poeta
para lograr descubrir y atraerse sus riquezas. Pues, para un espíritu creador, no hay pobreza. Ni
hay tampoco lugar alguno que le parezca pobre o le sea indiferente. Y aun cuando usted se
hallara en una cárcel, cuyas paredes no dejasen trascender hasta sus sentidos ninguno
de los ruidos del mundo, ¿no le quedaría todavía su infancia, esa riqueza preciosa y regia,
ese camarín que guarda los tesoros del recuerdo? Vuelva su atención hacia ella. Intente
hacer resurgir las inmersas sensaciones de ese vasto pasado. Así verá cómo su
personalidad se afirma, cómo se ensancha su soledad convirtiéndose en penumbrosa
morada, mientras discurre muy lejos el estrépito de los demás. Y si de este volverse hacia
dentro, si de este sumergirse en su propio mundo, brotan luego unos versos, entonces ya no se
le ocurrirá preguntar a nadie si son buenos. Tampoco procurará que las revistas se interesen por
sus trabajos. Pues verá en ellos su más preciada y natural riqueza: trozo y voz de su propia vida.
<o:p></o:p>

Una obra de arte es buena si ha nacido al impulso de una íntima necesidad. "
 
 
Añadí los subrayados para destacar aspectos que me parecen intimamente relacionados con
nuestro tema. En este texto Rilke deja traslucir con claridad su vivencia de Sol en casa IV y la
ilustra para nosotros. Efectivamente la IV es la casa de la riqueza preciosa y regia de la infancia,
La casa en la que miramos hacia adentro en un sentido germinal. Como ya dije se trata de la
casa de los impactos emocionales y la vivencia de la infancia se configura precisamente a partir
de impactos emocionales. Es un territorio que posee continuidad en nuestra existencia como
adultos y sigue alimentando nuestro sentido de identidad. La casa IV nutre al resto de la
personalidad al proporcionar el piso de realidad emocional de la existencia. El mirar hacia
adentro y el cavar dentro de uno mismo son impulsos de esta casa, así como la relación entre
este movimiento hacia el propio centro y el logro de una seguridad real ante el mundo. Dejo al
lector, en este como en los siguientes ejemplos, el trabajo de seguir desglosando estos textos a
la luz del simbolismo astrológico de esta casa, la casa en la que sentimos los impulsos de una
íntima necesidad.
 
CASA VIII
 
Regeneración (muerte y renacimiento)
Bienes comunes
Sexualidad
Lo que nos renueva
El sentido de control
La intimidad y el intercambio
La comprensión de lo misterioso
La emoción como construcción personal
Reto emocional (crisis)
 
 
Si la casa IV es de impactos, la VIII es de retos. Diferenciemos. El impacto se caracteriza por su
energía (ya sea concentrada en un instante o constante en el tiempo), el reto por su estructura
(su carácter mental). El impacto incide sobre nosotros como una vivencia, el reto se reconoce
como parte de una situación. En la casa VIII las emociones nos llevan a pensar y a creer, es el
territorio de las construcciones e interpretaciones personales de la realidad invisible. No es raro
que se le asocie con las ciencias ocultas, las ciencias de lo invisible, que en la actualidad tienen
que incluir necesariamente a la sicología. No es raro que esta casa sea fuerte en la carta de
ocultistas, sicólogos y en general personas que se sienten inclinadas a indagar en el tejido
invisible de la realidad. La posesión y la pérdida representan un escenario natural para el reto
emocional y son experiencias asociadas a la dinámica de esta casa. En general los temas de
la VIII (regeneración, transformaciones, muerte y renacimiento, sexo, litigios...) representan un
inventario de situaciones en las que tenemos que manejar fuertes montos emocionales de una
forma sabia. En la casa VIII, a través de intensos procesos, se forja nuestra sabiduría
emocional.. Charles Baudelaire (9-4-1821, 3pm, Paris), conocido como el pionero de los
llamados "poetas malditos", tenía su Sol, Saturno, Júpiter y Venus en la casa VIII

Su poesía, cargada de fantasmas y tormentos, puede servirnos de puente hacia las regiones
abismales de la casa VIII. En particular detengámonos a revisar su introducción a su libro capital:
Las Flores del Mal

Afanan nuestras almas, nuestros cuerpos socavan


La mezquindad, la culpa, la estulticia, el error,
Y, como los mendigos alimentan sus piojos,
Nuestros remordimientos, complacientes nutrimos.

Tercos en los pecados, laxos en los propósitos,


Con creces nos hacemos pagar lo confesado
Y tornamos alegres al lodoso camino
Creyendo, en viles lágrimas, enjugar nuestras faltas. <o:p></o:p>
En la almohada del mal, es Satán Trimegisto
Quien con paciencia acuna nuestro arrobado espíritu
Y el precioso metal de nuestra voluntad,
Íntegro se evapora por obra de ese alquímico. <o:p></o:p>

¡El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven!


A los objetos sórdidos les hallamos encanto
E, impávidos, rodeados de tinieblas hediondas,
Bajamos hacia el Orco un diario escalón. <o:p></o:p>

Igual al disoluto que besa y mordisquea


El lacerado seno de una vieja ramera,
Si una ocasión se ofrece de placer clandestino
La exprimimos a fondo como seca naranja.

Denso y hormigueante, como a un millón de helmintos,


Un pueblo de demonios danza en nuestras cabezas
Y, cuando respiramos, la Muerte, en los pulmones
Desciende, río invisible, con apagado llanto.

Si el veneno, el puñal, el incendio, el estupro,


No adornaron aún con sus raros dibujos
El bañal cañamazo de nuestra pobre suerte,
Es porque nuestro espíritu no fue bastante osado.
Mas, entre los chacales, las panteras, los linces,
Los simios, las serpientes, escorpiones y buitres,
Los aulladores monstruos, silbantes y rampantes,
En la, de nuestros vicios, infernal mezcolanza <o:p></o:p>

¡Hay uno más malvado, más lóbrego e inmundo!


Sin que haga feas muecas ni lance toscos gritos
Convertiría, con gusto, a la tierra en escombro
Y, en medio de un bostezo, devoraría al Orbe; <o:p></o:p>

¡Es el tedio! —Anegado de un llanto involuntario,


Imagina cadalsos, mientras fuma su yerba.
Lector, tu bien conoces al delicado monstruo,
—¡Hipócrita lector —mi prójimo—, mi hermano! <o:p></o:p>

Creo que las imágenes hablan por sí mismas del descenso a una oscuridad poblada de
fantasmas personales (serpientes y escorpiones), que representa una forma atormentada de vivir
nuestra casa VIII, pero para compensar incluyamos en nuestro Tour una versión luminosa de la
casa VIII: Deepak Chopra (22-10-1946, 3:45pm, New Delhi)
Con su Sol, Marte, Mercurio, Júpiter y Quirón en esta casa no es raro que Chopra se haya
interesado por la investigación o que haya sido capaz, a lo largo del desarrollo de su
pensamiento, de proporcionarnos una visión positiva de las crisis y sus efectos transformadores.
Si en la casa IV, encontramos el tema de la confianza básica, en la VIII encontramos el de la
regeneración, y su paradójica asociación con las mini-muertes que experiemntamos en la vida.

CASA XII
 
Desapego
Aislamiento
Punto ciego
Enemigos secretos
Desgracias y reveses de la vida
Pruebas, sufrimientos, pérdidas
Inconsciente colectivo
Experiencias espirituales, humanitarias
Y artísticas
El diálogo con lo misterioso
La emoción como atmósfera
Seducción emocional (fusión)
Por último tenemos la Casa XII, la casa en que las experiencias emocionales nos seducen. Esta
es la razón por la que tanto el misticismo como las adiciciones o la moda y lo masivo, estén
vinculados con esta casa. Se trata de situaciones en las que nos dejamos ir en un cada vez más
absorbente diálogo emocional. Las situaciones de encierro y hospitalización también son
igualmente propicias para vivir la activación de este diálogo interno. Rumi afirmaba que la prisión
es la mezquita del prisionero, porque allí invoca a Dios como no lo invocaba en el mundo y ese
es el sentido profundo de las experiencias difíciles asociadas a la XII: propiciar el diálogo con
nuestra más íntima realidad. Realidad esta que es de naturaleza divina.

Gaston Bachelard (27-6-1884, 11am, Bar-Sur-Aube) no tenía el Sol en XII, pero su Luna
(aompañada de Marte y Urano) en esta casa se siente en su amplísima reflexión sobre la
naturaleza de la imaginación poética (una de las formas que sume el diálo interior.

En este texto sobre la cabaña del ermitaño, tomado de La Poética del Espacio, Bachelard nos
ilumina sobre uno de los temas fundamentales de esta casa: el desapego y su oculta riqueza.

"La cabaña del ermitaño es un tema que no necesita variaciones. A partir de la evocación más
sencilla, “el estruendo fenomenológico” borra las resonancias mediocres. La cabaña del ermitaño
es un grabado al que perjudicaría un pintoresquismo excesivo. Debe recibir su verdad de la
intensidad de su esencia, la esencia del verbo habitar. En seguida la cabaña es la soledad
centrada. En el país de las leyendas no hay cabañas medianeras. El geógrafo puede traernos, de
sus lejanos viajes, fotografías de aldeas compuestas de cabañas. Nuestro pasado legendario
trasciende todo lo visto, todo lo que hemos vivido personalmente. La imagen nos conduce.
Vamos a la extrema soledad. El ermitaño está solo ante Dios. SU cabaña es el anticipo del
monasterio. En torno a esa soledad centrada irradia un universo que medita y ora, un universo
fuera del universo. La cabaña no puede recibir ninguna riqueza de “este mundo”. Tiene una feliz
intensidad de pobreza. La cabaña del ermitaño es una gloria de la pobreza.De despojo en
despojo, nos da acceso a lo absoluto del refugio."

El tema de la vida, la muerte y la trascendencia gravita sobre las tres casas de agua. En la casa
IV el énfasis está en la conservación de la vida, en la VIII en la confrontación (y aceptación de la
muerte) y en la XII en la trascendencia de la finitud mediante la fusión con una realidad mayor
que en la expereincia mística se constituye en refugio absoluto.

Eduardo Castellanos

También podría gustarte