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Urton Censos Registrados en Los Quipus
Urton Censos Registrados en Los Quipus
Gary Urton
Introducción
La consignación de datos censa les y tributantes constituye una de las más atestigua-
das funciones del K/11jJll - el instrumento de registro en cordeles anudados utilizado por los
lnkas. Pedro Cieza de León , por ejemplo, expresó lo siguiente con respecto al registro de
estos tipos de datos: '·
" Para muchos efectos concuerdan los orejones que en el Cuzco me dieron la
relación , que antiguamente, en tiempo de los reyes Incas, se mandaba por
todos los pueblos y provincias del Perú que los señores principales y sus
delegados supiesen cada año los hombres y mujeres que habían sido muertos
y todos los que habían nacido; porque, así para la paga de los tributos como
para saber la gente que había para la guerra y la que podía quedar por defensa
del pueblo, convenía que se tuviese ésta [cuenta]; la cual fácilmente podían
saber porque cada provincia, en fin del año , mandaba asentar en los quipos
por la cuenta de sus nudos todos los hombres que habían muerto en ella en
aquel año, y por el [con ]siguiente los que habían nacido. Y por principio del
año que entraba venía con los quipos al Cuzco, por donde se entendía así los
que en aquel año habían nacido como los que faltaban por ser muertos" .
(CiezadeLeón, 1967 [1551] :62)
\
Unos cuarenta años después que Cieza de León escribió la citada información, Mar-
tín de Murúa brinda una relación del método censal Inka que varía en algunos aspectos de
aquello que Cieza de León entendió al respecto. y que además contiene ciertos detalles de
interés en lo concerniente a los procedimientos en sí involucrados en los conteos de pobla-
ciones locales:
En su descripción, Murúa prosigue a identificar las diez categorías de edad por nom-
bre, y a explicar la manera en la cual el conteo de población era utilizado en la determinación
distributiva de la gente en trabajos y faenas -labores tributarias- para el Estado. Relaciones
adicionales referentes a la ejecución de censos locales, la evaluación y cálculo de labor
tributaria en base a estos conteos, y el papel crítico desempeñado por los Khipu en estas
operaciones, aparecen en las crónicas de José de Acosta (2002 [ 1590):349-50). Garcilaso de la
Vega (1966 [ 1609-1617]:267, 273. 274-5) y Bernabé Cobo ( 1983 [ 1653]: 194-5), entre otros.
Dado el testimonio explícito y copioso proporcionado por los cronistas españoles
respecto al papel fundamental desempeñado por el Khipu en el registro de censos y datos
tributantes en el Estado lnka, podríamos suponer que el estudio e investigación de estos
artefactos seguiría o se atendría cercanamente a las pautas marcadas por estas funciones ya
ampliamente documentadas . Ello no obstante, el hecho es que hasta tiempos recientes ha
existido un silencio vi1iualmente completo respecto a las funciones de registro censal cum-
plidas por el Khipu (véase, sin embargo, Radicati, 1979; U1ion, 2001, y Urton y Brezine, 2005).
Este vacío resulta aún más curioso al advertirse que la existencia del registro censal
en los Khipu no cejó efectivamente con el advenimiento de la conquista. Más bien, los
Khipucamayuqs (registradores y encargados de Khipu) locales continuaron manteniendo y
actualizando sus registros de cordeles anudados durante un período de tiempo de varias
décadas subsiguientes a la conquista española, principalmente para los efectos de poder
controlar o atenuar los posibles abusos de cálculo y recaudación de tributos por parte de los
españoles (Murra, 1975, 1980: 112; Platt, 2002; Urion, 1998).
En cuanto a la continuidad o vigencia de las relaciones censales lnka dentro del
mantenimiento de registros durante la época Colonial Temprana, observamos circunstancias
La interrogante que surge de manera directa como resultado del empleo del Khipu
para los efectos del registro censal en tiempos Pre-Colombinos Tardíos y Coloniales
Tempranos es: ¿Podemos identificar aquellos Khipu censales dentro del corpus de 71 8
ejemplares existentes? O bien, precisado en forma tal que pueda dirigir de manera más efec-
tiva nuestra investigación en esta materia: ¿Cómo se vería, en apariencia, un Khipu censal?
Esta última expresión nos encamina hacia la observación detallada de datos procedentes de
una época cuando padrones censales ya eran efectuados y consignados simultáneamente
en registros de Khipu y relaciones escritas españolas.
Ello, a su vez, nos conduce ~en nuestra búsqueda de posibles ejemplos de Khipu
censales- a la era Colonial Temprana e inmediatamente posterior a la Conquista, debido al
hecho de qi.¡e hasta ese momento - a partir del cual recién disponemos de documentos
españoles que testifican confirmando el contenido de los Khipu en general. y cuando se
suscita una producción de documentación colonial aparentemente derivada de la lectura
directa de Khipu específicos (véase Piirssinen and Kiviharju, 2004)-no podemos afirmar con
certeza alguna cual sería el posible contenido de Khipu alguno. Por lo tanto, desde mi punto
A partir del trabajo llevado a cabo en la Base de Datos de Khipu (K DB - Khipu Database) , hemos
detcm1inado que el número 1 (uno), signado en Khipu por el nudo en figura-de-ocho, consti tuye el
va lor más común registrado cn estos artefactos (c. Brczine, comunicación personal , 2005).
no sólo un recuento del número de habitantes en cada hogar, sino también identificando
cada individuo de acuerdo a su edad, estado civil y rango dentro de la unidad doméstica -
e.g., tributante, hombre/esposo, mujer/esposa, nil'io/niña, madre/padre, viudos, etc.
Es de suponer que ambas modalidades censales recién descritas produjeran alcances
y resultados significativamente diferentes entre sí a reflejarse en el recuento final del censo.
En el caso del peritaje de casa-por-casa, por ejemplo, podríamos obtener un conteo domés-
tico total de --digamos- siete habitantes . Pero dentro de este total, además de una pareja
casada con hijos, bien pueden hallarse algunos individuos dependientes pero no emparentados
(e.g., sirvientes o, en el habla Andina, yanakuna) . Sin embargo, en un censo del mismo
grupo de siete personas aglomeradas en un sitio central, los individuos dependientes tales
como viudos y yanakuna, además de hijos solteros (que pudieran estar residiendo en la casa
de sus padres), podrían ser enumerados como individuos sin filiación alguna o autónomos.
Por consiguiente, en esta última modalidad de conteo censal, se suscitaría una tendencia a
consignar una proporción mayor de individuos independientes (ls) en el censo final, mien-
tras que en la anterior modalidad de conteo casa-por-casa podría darse una proporción más
alta de enumeración de "unidades grupales" con mayor magnitud demográfica.
¿Qué suerte de alcances numéricos en los volúmenes demográficos de hogares y esta-
blecimientos domésticos -lo que anteriormente he denominado "unidades grupales"- real-
mente ocurre en los censos registrados en los Andes de la Colonia Temprana? La respuesta a
esta inteJTogante es de suma importancia ya que el alcance y la frecuencia -que en conjunto
componen aquello a lo cual me referiré como "la distribución"- de diferentes números de gente
dentro del contenido de las unidades contables censales registradas por los cencistas españo-
les, serán tomados en cuenta aquí en la estructuración de ejemplarizadores para los efectos de
intentar la construcción de magnitudes de contabilidad censal y unidades grupales Pre-Hispá-
nicas. Estos ejemplarizadores --distribuciones numéricas idealizadas o abstractas extraídas de
registros censales coloniales escritos- a su vez serán utilizados como distribuciones numéri-
cas de meta, hacia las cuales apuntaremos y referiremos durante el proceso de búsqueda de
registros numéricos correlativos, en el afán de identificar constancias y relaciones censales
Pre-Hispánicas y Coloniales Tempranas consignadas en formato de Khipu .
Es necesario establecer que tales ejemplarizadores derivados de censos coloniales
no pueden representar más que aproximaciones y, con toda probabilidad, figurarán en el lado
descendiente de la curva de tasación y cálculo poblacional razonable, debido al colapso
demográfico general ocurrido en el Nuevo Mundo, como secuela -y, en algunos casos
inclusive con anterioridad- al contacto con europeos (Cook, 1981, 1992). Sea cual fuere el
caso, el hecho concreto es que debemos de comenzar a partir de algún punto concreto en
nuestros intentos no solamente de construir estadísticas demográficas sino además de
proponer aproximaciones respecto a la posible composición que tuvieron las comunidades
en términos de la representatividad de cie1ias categorías de gente, como los tributantes,
parientes, niños, dependientes, etc. En suma, los ejemplarizadores ideales estructurados a
pa1iir de censos coloniales, pueden prestarse para determinar el alcance (o radio) y la fre-
cuencia (o distribución numérica) anticipada que podríamos perseguir en nuestro propósito
de identificar Khipu censales de origen Pre-Hispánico y Colonial Temprano.
Antes de proseguir, debo indicar que utilizaré el té1111ino "alcance" y/o ''radio" para
indicar los valores mínimos y máximos registrados en un grupo numérico; por el término
1653. Los gráficos correspondientes a las visitas se hal Jan dispuestos en agrupaciones de
índole ecológico/geográfico : sie1Ta, bosque tropical y costa. Esta división reconoce los
problemas potenciales anteriormente aludidos con respecto a diferencias en circunstancias
demográficas y en el desempeño de la actividad censal en distintas regiones d'e los Andes
centrales. Revisaremos nuevamente algunos de estos ternas tras haber proporcionado una
percepción general de las fuentes y orígenes de las visitas expuestas en la Figura 1:
De la Sierra, poseemos gráficos de datos procedentes de las siguientes fuentes:
Figura la - Valle de Los Chillos, comunidades al este de Quito, Ecuador (Landázuri , 1990
[ 1551-1559]); Figura 1b- Cajamarca, Sierra Norte del Perú (Rostworowski y Remy, 1992 [ 1571-
72/ 1578); Figura le - Huánuco, Sierra Central del Perú (011iz de Zúñiga, 1972 [ 1562]); y Figure
ld- Tiquipaya, aledaño a Cochabamba, Sierra Central de Bolivia (Gordillo y del Río, 1993
[ 1573]). Del Bosque Tropical contamos con datos provenientes de las siguientes fuentes
documentales: Figura le - Moyobamba, en la región de Chachapoyas, No11e Peruano (Riva
Herrera, 2003 [ l 653-4)); y Figura I f - Sonqo , en las yungas ("tierras bajas" ) del Oriente
Boliviano (Murra, 1991 [ 1568-1570]). En cuanto a recuentos poblacionales de la costa, dispo-
nemos de datos correspondientes a las siguientes visitas: Figura I g - Cherrepe, Val le de
Lambayeque, Costa No11e del Perú (Ramírez-H011on, 1978 [1572]); y Figura lh -Acarí , Costa
Sur del Perú (Rodríguez de los Ríos, 1973 [1593]).
Cada uno de los gráficos presentados en la Figura 1, sintetiza infonnación provenien-
te de unos tres a cinco escrutinios -principalmente del tipo casa-por-casa- efectuados
durante el proceso de visita en mención. La excepción a esto es la Figura le, el Padrón de los
Tabalosos, que fue compuesto en el transcurso de una "entrada" (penetración exploratoria)
al Bosque Nuboso Montano (Cloud Forest, Nebelwald) a lo largo del Río Mayo, en las
cercanías de Moyobamba. Durante esta entrada, los mi embros de varias tribus (i.e., los
Tabalosos, Suchiches, Guahenes, etc.) fueron convocados a un sitio central e interrogados
respecto a nombres, edades, afiliaciones domésticas y otros temas de índole censal (Riva
Herrera, 2003 [1654] ; véase más adelante) . Los gráficos presentados en la Figura I están
estructurados para representar, en el eje horizontal, los números de personas contados en
cada vivienda correspondiente al lugar o sitio escrutado en las respectivas visitas ; esta es la
medición de "unidades grupales" al cual nos referirnos anteriormente. Los ejes verticales de
los gráficos muestran el porcentaje del número total de unidades grupales -dentro de los
respectivos censos- que cuentan con ese particular valor (i .e., el número de hogares de
familia con ese valor dividido por la cantidad global de hogares).
Cabe hacer mención respecto a las razones de enfocar de manera específica en el
grupo particular de visitas incluidas en la Figura I y, específicamente, para comentar en
relación al grado en que esta selección es derivada y extraída de material registrado en los
años 1570, o posteriormente. Podría suponerse que la información más valiosa para fines de
consulta -al tratarse de reconstruir la forma que hubieran asumido los Khipu Censales Inka-
serían los censos más tempranos llevados a cabo por los españoles. Esta estrategia nos
encauzaría de manera especial hacia las actividades censales iniciadas en el año 1549 por el
presidente Vaca de Castro (Loredo, 1958; Murra, 1982; Parssinen and Kiviharju, 2004).
Al margen del detalle de que solamente unos pocos de estos documentos han logra-
do ser recuperados, el mayor problema con relación al uso de los registros censales españo-
les más antiguos - para nuestros actuales propósitos- es el hecho de que pocos de ellos
SIERRA: ·1
0.35 0.25
1
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b) Cajamarca (1571-78)
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1 3 4 5 6 8 9 10 11 10
BOSQUE TROPICAL:
0.25
COSTA:
0.35
0.3
0.25
L_ _
g) Cherrepe ( 1572) h) Acarí (1593)
_J
Nº 42 , primer semestre del 2006 161
Artíq.1los, notas y documentos
fueron efectuados de una manera que permita contabilizar la población residente en un lugar
dado utilizando unidades contables discretas -e.g. , hogares individuales, edades, etc.- , tal
como las propias crónicas españolas sugieren fue la forma en la cual ese tipo de relaciones y
registros eran organizados en el Estado Inka (véase arriba). De manera opuesta, la mayoría de
registros censales que datan de los años 1540-1550 contiene valores colectivos y cumulativos;
es decir, contienen conteos poblacionales totales correspondientes a los pueblos controla-
dos por los encomenderos españoles, y/o los totales contados en los ay llu componentes de
las comunidades que constituían el foco principal de la actividad censal (e .g., Cook, 1978 ;
Helmer, 1955-56; Loredo, 1958 [ 1549]).
No obstante haber explorado la información comprendida en la Base de Datos de
Khipu de Harvard (KDB) en pos de secuencias numéricas inscritas en algunos de estos
tempranos registros censales de tipo colectivo-cumulativo, hasta la fecha no hemos logrado
ubicar concordancias y afinidades en su contenido. Encontrar una afinidad semejante impli-
caría, en términos reales, el hallazgo de un Khipu original que representara el registro autén-
tico y fidedigno de un censo efectuado en una comunidad en particular, llevado a cabo en la
era Pre-Hispánica, o bien en el Perú Colonial Temprano; ¡un descubrimiento indudablemente
espectacular! Es más probable que nos topemos no con un ejemplar específico de Khipu que
concuerde exactamente con algún censo en particular registrado por los españoles, sino más
bien que podamos llegar a identificar un conjunto de Khipu conteniendo secuencias numé-
ricas similares en magnitud y distribución de unidades grupales que resulten análogas a las
registradas en censos coloniales y cuyos datos estén organizados de manera tal que puedan
reflejar subdivisiones poblacionales de orden residencial, parentescos y otros. Fue esta la
forma adoptada por los procedimientos censales introducidos en los años 1570, en la época
del programa masivo de visitas y reducciones (pueblos nuevos con poblaciones reubicadas)
iniciado por el cuarto virrey del Perú, Don Francisco de Toledo (Málaga Medina, 1974;
Ramírez, 1996: 112-20). Las actividades censales, en aquel tiempo, generalmente involucraban
al funcionario colonial - visitador/enumerador- acompañado de funcionarios locales, des-
plazándose de casa en casa, efectuando un conteo del número de habitantes en cada una de
éstas y registrando información respecto a nombres, edades, rango familiar o de parentesco,
etc. (Guevara-Gil y Saloman, 1994). Estos últimos constituyen los principales registros de
censo de los cuales fueron obtenidos los datos contenidos en la Figura 1.
Dirigiéndonos ahora a los datos presentes en la Figura 1 ¿qué es lo que podemos
comentar respecto a la naturaleza de la infonnación numérica y la organización de agrupacio-
nes domésticas en los censos coloniales, en base a estos gráficos elaborados a partir de
estadísticas procedentes de diferentes regiones de los Andes centrales? Primeramente --con
la sola excepción de la unidad doméstica compuesta de 15 personas en el Valle de los Chillos
(Fig. J a) y aquella otra de 27 integrantes en Sonqo (Fig. 1f), el alcance y radio numérico de
individuos constituyendo unidades de registro en las visitas es, generalmente, entre 1 y 7; la
mayoría de unidades grupales yace en el extremo inferior de esta escala -entre 1 y 4 . En
segundo término, si consultásemos los documentos utilizados para la elaboración de estos
gráficos, comprobaríamos que los hogares o unidades domésticas de mayor magnitud den-
tro de este radio numérico (i .e., conteniendo cinco o más personas) eran aquellas que conta-
ban con un tributante masculino como jefe de familia, junto con su esposa ( o, en cie1ios
casos, dos esposas), además de uno, dos o hasta más hijos y, ocasionalmente, un individuo
0.1 11
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1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
En las Figuras 2-9, los ejes horizontales de los grúficos superiores de visita/censo
muestran los números de personas registrados en las " unidades grupales" de los censos -
es decir, el número de gente por hogar/vivienda. Los ejes verticales de estos gráficos mues-
tran el porcentaje del número total de unidades grupales -dentro de los respectivos censos-
que cuentan con ese pa11icular valor (i .e., el número de hogares de familia con ese valor
dividido por el la cantidad global de hogares). En los gráficos de sugerencia analógica
ubicados debajo de cada grafico de visita/censo en las Figuras 2-9, los ejes horizontales
presentan los números registrados en nudos en los ejemplares de Khipu, mientras que los
ejes verticales registran el porcentaje del total de valores numéricos registrados en el Khipu
respectivo representados por ese número 4 •
4 En algunos casos se han excluido los valores superiores a los incluidos en los cuadros de datos en las
figuras 2-9. Por ejemplo, adicionalmente a los valores que aparecen ubicados sobre el cJe horizontal
del cuadro correspondiente al Khipu AS26A (Figura 3), existen cuatro cordeles conteniendo los
valores: 12, 13. 29 y 42. El Khipu UR40 (Figura 4) posee un cordel adicional con un valor de 21.
Otros valores adicionales son igualmente hallados en varios otros khipu. He excluido aquellos valores
significativamente mayores de los que aparecen en los khi¡m censales coloniales, fundamentándom e
en el principio de que la función primordial de estos Khipu era (en cuanto a la hipótesis aquí
propuesta) la de registrar datos censales. Otros tipos de información - tales como datos pertinentes a
obligaciones y pagos tributarios- pueden haber sido igualmente registrados , tal como era el caso en lo s
registros de censo coloniales. Finalmente, indico que el Khipu AS 100 - cuyo contenido consiste de
manera predominante en números de tipo censal, asimismo contiene grupos numéricos que Zuidema
( 1989) ha planteado como sumas de valores calcndáricos.
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0. 15
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Cherrepe (1572)
Para los efectos de evaluar las similitudes propuestas en las fig uras 2-9, uno prec isa
observar detenidamente a las distribuciones indicadas en la relación entre los números en las
secuencias de " unidades grupales" (=ej es horizontales) y los porcentaj es del total represe n-
tado por cada un idad grupal en cada gráfico (=ej es verti cales). Muchos de los gráficos de
censos coloniales y sus propuestos Khipu analógicos son marcadamente similares . Carrie
Brezine, administradora del KDB , efectuó una serie de pruebas de chi-cuadrado y calidad-de-
cupo en base a las comparaciones entre ( censos de) visitas y Kh ipu propuestos en las
Figuras 2-9. Mi entras que muchas de las pruebas arrojaron resultados con di ferencias signi-
ficati vas entre (censos de) visitas y los Khipu (valores-p menores a .05 ), hubo unos cuantos
que no mostraron ev idencias dis ímiles (valores-p mayores a .05) 5 . Aquell os con valores-p
Núme'ro dé ,Habitá'ñtes<~ii
Fnz:t'Unidad Grup:il ,"
UR029 41.4 31 12. 1 8.6 5.2 1.7 100 6.748 0.24007
UR003 55.9 20.6 10. 1 4.6 2.5 6.3 100 22.38 5 0.00044
ASl30 37.5 16.7 16.7 12.5 8.3 8.3 100 23.69 5 0.00024
Moyo bamba 22.4 32.1 16.7 14.7 10.9 3.2 100
ASl57 23.1 34.6 15.4 11 .5 7.7 7.7 100 8.3 5 0.14022
UR023 27.8 33.3 22.2 11. 1 5.6 o 100 9.817 5 0.08059
onqo 11. 1 9.5 20.6 15.9 4.8 17.5 20.6 100
ASIOO 5.9 19.6 15.7 15.7 17.6 7.8 17.7 100 54.26 6 o
hcrrcpc 1572 32 20.3 11.3 5.5 30 .9 100
AS017 44.4 18.5 11.1 14.8 11.2 100 33.25 4 <. 000 1
UR028 43.5 29 14.5 4.8 8.2 100 25.533 4 0.00003
-
UR029 41.4 31 12. 1 8.6 6.9 100 28.846 4 <. 0001
Acarí 1593 34.2 37.6 15.4 6.8 6 100
UR023 27.8 33.3 22.2 11.1 5.6 100 7.438 4 0.11448
Khipu como UR29 con un grafico correspondiente a un censo colonial conocido (al margen de
su proveniencia}, constituye motivo y razón para que investiguemos detalladamente este ejem-
plar como un registro censal en potencia. Yo argumentaría que indudablemente lo es y me
propongo emprender tal investigación en la siguiente sección de este trabajo. 1
Por otra parte, igualmente observamos comparaciones entre datos de visitas y Khipu
que indican procedencias muy cercanas entre sí. Este es el caso, por ejemplo, que se presenta
en la Figura 9. Aquí encontramos un gráfico correspondiente al censo del año 1593 , realizado
en Acarí, situado en la costa sur del Perú, y que es sujeto a comparación con el Khipu poten-
cialmente analógico UR23 proveniente del sitio de Atareo, en Valle de Nazca, el cual yace dos
o tres valles más al norte de Acarí. En esta instancia, podemos imaginar que - aun cuando
ambos documentos probablemente no pertenezcan a la misma población demográfica- de
todos modos existe una fuerte posibilidad de que las poblaciones de Acarí y Atareo se halla-
ban similannente organizadas - y que esto se vería reflejado en sus respectivos censos.
Al concluir esta discusión, debemos preguntarnos: ¿Por qué razón resultaría de im-
portancia si llegásemos a determinar que algún ejemplar de Khipu en particular efectivamen-
te contiene datos censales? La mejor respuesta que yo podría dar a esta interrogante es que
la identificación de un registro censal , especialmente uno proveniente de la época anterior a
la Conquista, significaría poder acceder no sólo a auténticas cifras poblacionales - las cuales
servirían de base para iniciar el desarrollo de un estudio de la demografía Pre-Hispánica-
sino también que estos datos estarían presumiblemente expresados y exhibidos en el Khipu,
en un fonnato reflejando ténninos clasificatorios demográficos y principios organizacionales
anteriores al contacto con europeos. De esa forma, la búsqueda de Khipu censales podría
abrir el camino hacia una comprensión de las tradiciones intelectuales y tecnológicas -
además de estructuras y representaciones políticas, sociales y administrativas- Incaicas.
¿Qué podríamos aprender del estudio de las visitas y su comparación con Khipu exis-
tentes, mas allá de distinguir sus potenciales similitudes numéricas y distributivas? Para enca-
rar esta interrogante, me dirijo a una comparación entre datos censales coloniales (escritos) y
un Khipu en particular - siendo esta una analogía que no se halla específicamente propuesta en
las Figuras 2-9. Me aplicaré a observar detenidamente una parte del padrón de registro de los
Tabalosos y tribus indígenas aliadas - registrado en el año 1653 en las cercanías de Moyobamba,
Chachapoyas, en el norte peruano-y en comparar esos datos con el Khipu UR29, el cual es un
ejemplar procedente de Atareo, Valle de Nazca, en el sur del Pero. En esta comparación, estoy
utilizando el material del padrón como también representando, en términos generales, una
forma ejemplarizadora de la presentación de datos en registros censales Andinos desde la
época de las visitas Toledanas (inicios de los años 1570) hasta adentrado el S. XVII. Por
consiguiente, mi intención aquí es utilizar el padrón de 1653 para propósitos ilustrativos -es
decir, para establecer ciertas categorías, relaciones y parámetros políticos, sociales y demográ-
ficos que pudieran hallarse envueltos, o codificados, en los Khipu censales. Por otra parte,
estoy sugiriendo --como ya lo hice anteriormente (ver más arriba)- que UR29 procedente de
Atareo pudiera ser, de hecho, justamente lo propuesto - un Khipu censal.
Para mejor poder transmitir un sentido del tipo de información registrada en este
padrón, a continuación transcribo y traduzco parte de una página de las inscripciones con-
tenidas en el primer folio (f. 11 v) del mencionado documento . Quisiera recalcar que los
números o cifras dadas en la columna ubicada a la derecha de los registros inscritos se hallan
incluidos en el documento en cuestión:
- Pablo chitacal y su muger llamada achasquín tiene un hixo nombrado chaguchia y una hixa 4
llamada cusapi
- Tussayacasi y su muger choha no tiene hixos 2
- Sinipua con dos mugeres llamadas la una suagamay la otra sumamuy tiene dos hixas llamadas 6
sabula y titu y un hixo nombrado reyno
- angote yndio so ltero 1
- Tumbasi yndio soltero 1
- Juan tussaguasi y su muger choxan~ tiene un hixo llamado, otopo=y una hixa nombrada juxanase 4
- Chw1chiba y su muger Sachu tiene una hixa llamada pualapi 3
- Unguaya y su muger susuanama tiene dos hixos el uno sin nombre y el otro llamado ~abuya 4
- Suamuscasi soltero 1
- Chinamote principal con dos mugeres llamadas la W1a Ynagui y la otra guaca tiene un hixo 5
llamado tuco y una hixa sin nombre
- Juan angapa y su muger Suyngaua tiene W1 hixo sin nombre 3
- Juacapa con tres mujgeres llamadas la una asuama y las dos [?) mansollo y esquirnpel tiene una 5
hixa llamada Ysopa
cada uno de los cuales detenta por lo menos un cordel subsidiario. Los 35 cordeles están
espaciadamente divididos en siete grupos de cinco cordeles por grupo.
Figura I O.
Cuadro 2. Khipu UR 29
3s l s u 2L(9.5/S) 25 .0 MB 2
4 s R 2L(8.5/S) 26.0 AB 2
4s l s u 1E(9.0/Z) 25.5 MB 1
5 s R 30.0 AB
5s l s u 28 .5 MB
6 s R 25 .0 AB
6s l s u 26 .5 MB
7 s R 2L(9.5/S) 27.0 AB 2
7s l s u 1E(8 .0/Z) 25 .0 MB 1
9s l s u 28 .0 MB
10 s R 3L( l 0.0/S) 25.0 AB 3
11 s R 5L(9.0/S) 22 .0 AB 5
11 s 1 s u 28.0 MB
12 s u 1E(9.5/Z) 26.5 AB 1
12s 1 s u 29.0 MB
13 \ s R 1E(I0 .0/Z) 26.0 AB 1
14 s R IE(I0.0/Z) 26 .0 AB 1
33sl s u 29.0 MB
34 s R 2L(I I.O/S) 28.0 AB 2
Las ocho columnas del Cuadro 2 contienen la siguiente información, a partir del
extremo izquierdo del cuadro:
1) la designación de número entero ( 1, 2, 3, etc.) de cada cordel además de la indicación
de cualquier cordel(es) subsidiario(s) detentado por el cordel colgante (e.g., cordel
subsidiario # l s 1 = primer subsidiario del cordel # 1; 1s2 = segundo subsidiario del
cordel #1);
2) la direccionalidad del torcido y/o hilado final de cada cordel (la totalidad de los
cordeles en UR29 son de torcido en -S);
3) el tipo de fijación; recto o verso ( véase Urton, 2003 :70-1 ). Todos los cordeles colgan-
tes en UR29 se hallan fijados en tipo recto . Fijaciones subsidiarias no están registra-
das; estas, consiguientemente, se hallan rotuladas como "U" (" unknown" = "desco-
nocidas") por parte de la aplicación de ingreso de datos del KDB.
4) Una indicación del número de nudos, tipo(s) de nudo, distancia de nudo(s) en centí-
metros a partir de la cuerda primaria y la direccionalidad en el atado de nudo(s), la cual
es en Z o S.
5) la longitud, en centímetros, de cada cordel;
6) el código cromático - e.g. , AB = light brown (marrón claro); MB = medium brown
(marrón medio) ; KB = dark brown (marrón oscuro); : = mixed color (color mixto) (véase
Ascher and Ascher, 1997);
7) el valor del (los) nudo(s) interpretado de acuerdo al sistema decimal de notación
numérica posicional de los lnka (Locke, 1923 ); y
8) el valor cumulativo de grupos de cordeles determinado por el espaciamiento de los 35
cordeles de este Khipu, en siete grupos de cinco cordeles cada uno. La suma de
todos los valores registrados en este ejemplar es de 123.
bros de la unidad familiar del cacique- representa a la unidad familiar del cacique de este
(hipotético) grupo censal correspondiente a Atareo, compuesto de 123 personas.
La unidad doméstica del cacique habría estado compuesta por siete miembros de
familia. Adicionalmente a este grupo familiar o de parentesco, existen dos cordeles subsidia-
rios fijados al cordel #1, lo que podría indicar dos niveles de individuos subordinados o
dependientes agregados a este hogar. Quizás el subsidiario# 1 ( 1s 1) del cordel# 1 representa
a tres parientes políticos residentes en el hogar, mientras que el subsidiario #2 ( 1s2) repre-
senta a un sirviente, o yanakuna.
Las mencionadas interpretaciones nos brindan un punto de apoyo al cual asirnos
para poder intentar elucidar casos como los aducidos con anterioridad, en los cuales los
cordeles contienen algún valor equivalente a uno o cero. Esto es, un valor de cordel de
"uno" (O 1) podría representar a un tributante soltero o viudo, o a un viudo que retuvo
obligaciones de pago tributario . Un cordel de valor "cero" acompañado de un subsidiario
detentando valor numérico (tal como se ha hallado en los cordeles #21, #28 y #35) podría
representar una unidad doméstica en la cual nadie se hallaba gravado por obligaciones
tributarias ( e.g., como lo era el caso para aquellos adultos con más de 50 años de edad); en
estos casos, los valores anudados en los subsidiarios signarían el número de residentes no-
tributantes en estos hogares. Finalmente, supongo que un cordel sin valor alguno registra-
do, y detentando un subsidiario igualmente carente de valor alguno registrado, representa
un señalamiento de ubicación vacío - es decir, una unidad doméstica recordada o registrada
que alguna vez tuvo obligaciones tributarias pero que, al momento del censo, se hallaba
difunta o extinta.
Estoy consciente que este conjunto de interpretaciones es, a la vez, incompleto y
altamente especulativo. Aun así, si podemos comenzar a cotejar Khipu que exhiben magni-
tudes y distribuciones numéricas a las registradas en UR29 y yuxtaponerlas críticamente a
registros de censos coloniales como el Padrón de los Tabalosos de 1653, podríamos comen-
zar a desarrollar un inventario de posibles rotulaciones de categoría, o potenciales "traduc-
ciones", aplicables a detalles y características estructurales (e .g., cordeles colgantes y sub-
sidiarios) y simbólicas (e .g., número y color) presentes en Khipu de tipo censal. Esto podría
encaminarnos en un rumbo potencialmente productivo hacia los comienzos de la práctica de
lectura de Khipu de tipo censal que, a su vez, conduciría finalmente al desciframiento de esta
categoría de registros administrativos inkaicos.
Fue sugerido con anterioridad que el acceso a cifras censales Pre-Hispánicas podría
potencialmente despejar el campo de la demografia andina de pre-contacto europeo. En la
siguiente sección, me dedicaré a una descripción y análisis conciso de un Khipu procedente
del norte del Perú, el cual - según plantearé- podría proporcionar precisamente ese tipo de
perspectiva. El ejemplar en cuestión proviene de Chachapoyas, en los Andes septentriona-
les peruanos.
del Perú actual en caer en posesión de los Inkas en el trancurso del avance de estos en
dirección hacia Quito, en las postrimerías del S. XV y comienzos del S. XVI (Church y von
Hagen, nd.; Schjellerup, 1997; von Hagen, 2002b). La conquista Inka de esta región parece
haber ocurrido tan sólo pocas décadas antes del arribo de los europeos a Cajam1,1rca, en 1532
(la primera entrada española a Chachapoyas se realizó en 1536; Schjellerup, 1997:78).
El sitio Chachapoyano de la Laguna de los Cóndores concitó la atención de la comu-
nidad arqueológica en el año 1996, trás reportes periodísticos sobre el descubrimiento y
saqueo de un grupo de siete cámaras funerarias ubicadas en una cornisa de piedra situada en
la pared de un acantilado a considerable altura sobre una laguna actualmente conocida como
Laguna de los Cóndores (Guillen, 1999; Lerche, 1999; von Hagen, 2002a and b; von Hagen
and Guillen, 1998). Además del hallazgo de unos 220 fardos funerarios conteniendo momias
humanas en estas cámaras, se encontraron también -entre otros bienes- 32 Khipu en un
estado general de buena conservación (Urton, 2001, 2003, 2005). Mi enfoque aquí será sobre
uno de estos ejemplares de Khipu procedente de la Laguna de los Cóndores que, según
propondré, puede representar un conteo censal a largo plazo de la población habitante de
ese territorio, que llegó a ser conocida -primeramente por los Inka y posteriormente por los
españoles- como los Chachapoya. (Kauffmann Doig and Ligabue, 2003; von Ha gen, 2002b ).
El ejemplar en cuestión es uno de un grupo de seis Khipu, liados en conjunto, como
parte de un "hato" o "atado", que fueron hallados al momento del descubrimiento de los
objetos funerarios en el gravemente alterado y saqueado sitio arqueológico de la Laguna de
los Cóndores. El conjunto de Khipu liados forma lo que denomino como la "serie 257" de
Khipu (Urton, nd.); este es uno de dos conjuntos de Khipu liados entre sí que fueron
hallados en el mencionado sitio. El ejemplar en discusión (i.e., parte de la serie 257) será
referido -en el contexto presente- como UR 11.
Para comenzar, debo expresar que propongo la siguiente interpretación de URI 1 con
algo de desasosiego. La razón de mi indecisión se debe a que la explicación aquí propuesta
implica que este Khipu fue utilizado para registrar datos poblacionales cumulativos - para el
área de Chachapoyas- abarcando un período de tiempo relativamente largo -por lo menos
de medio siglo. La mayoría de los estudiosos de la prehistoria andina, probablemente, acep-
tarían, sin mayor dificultad, la propuesta de que los contadores Inka realizaron recuentos
poblacionales relativamente sofisticados utilizando Khipu a lo largo de una serie de perío-
dos sucesivos de contabilidad censal (e.g., a lo largo de intervalos de cinco años, véase más
arriba). Sin embargo, mucha gente rechazaría la insinuación o sugerencia de que estos regis-
tros fueron mantenidos -a un nivel local- a través de períodos largos de tiempo, haciéndolos
efectivamente similares a los anales de la Europa occidental contemporánea-sin mencionar
a los Mayas de América central. No obstante, esta es precisamente la fonna en que varios de
los cronistas españoles caracterizaron los Khipu (Arellano, 1999; Ascher y Ascher, 1997) y
propondré que un segmento del Khipu URI 1 podría constituir justamente un recuento de
esa índole.
UR 11 es uno de dos Khipu que fueron desatados del conjunto liado denominado
"serie 257" en ocasión de la labor de limpieza y conservación efectuada en 1997 (A. von
Hagen, comunicación personal, 1998). UR 11 está compuesto de 176 cordeles portados en
una cuerda primaria que mide 132 cm. de longitud. La distribución global de cordeles en URI 1
consiste en dos grupos: cordeles 1-76 y 77-176. El primer grupo está constituido de cordeles
relativamente poco espaciados entre sí, fijados a lo largo de una extensión de 27.0 cm.
Posteriormente a este punto se suscita un espacio de 5.0 cm. , trás el cual los cordeles 77-176
se hallan fijados a lo largo de una extensión de 35.0 cm. de longitud. La cuerda primaria
culmina en una "co la", o segmento terminal, de 59.5 cm. (véase Figura 11 ). La interpretación
del Khipu URI I presentada a continuación es en realidad pertinente solamente a los corde-
les 1-76; este es un grupo de hilos situados en la mitad izquierda de la Figura 1 1. El lector que
desee observar UR 1 1 detalladamente, puede ingresar al sitio web de KDB (http: //
khipukamayuq.fas.harvard.edu/) y escoger este ejemplar en la sección denominada "Cua-
dros de datos" ("Data Tables") .
Figura 11.
Los cordeles 1-76 parecen hallarse organizados en varios sub-grupos, cada uno de
los cuales está compuesto de un cordel blanco precedido y/o seguido por varios cordeles
más oscuros. Más específicamente, la organización básica de los cordeles 1- 76 es de 15
conjuntos de aproximadamente 6-8 cordeles cada uno. Datos relevantes respecto a los pri-
meros cuatro de estos conjuntos se hallan representados en el Cuadro 3.
11 W:MB 214
11 s 1 KB 23
12 MB 44
13 W:AB 258
14 GG 11,532
15 w 9,547
,, ,, ,, ,i,
16 ,,; ,{ ,, ", W:MB, 2ll
16sl .,.'k '· ¡;KB"i•A: • / ' .';Je'.¡ .... 20 . ' ..... i
'' ' ,,,, y
n·tdrn "· if , /( , '; '>MB · "'·• ,,",;;y:):¡;,/
V
16s2
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17 +¡/+',( , ,
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' \\'• .. Jl+t, MB ,J;\'.';' l'i: ... , 'i ··•+ 33
' •i /·''•' /
18
''"' ,.,:AB \ / i <.. •• 236 '
.~ L" 0c'
'
19 BL:AB 8,764 '·'
20 w 8,592
1549 17,550
1559 16,309
1583 10,699
1586 8,062
1591 7,042
1601 5,626
1608 4,000
1793 2,200
"Hacia los años 1540, los Indios se hallaban práctica, sino totalmente, extintos
en las indias Occidentales ... En muchas áreas tropicales del continente [i.e.,
América Central] los indígenas eran escasos o totalmente inexistentes hacia el
1600, y en las áreas de la Sierra, pérdidas poblacionales de hasta un 90% no se
hallaban fuera de lo común en los inicios del S. XVII. El más meticuloso de los
estudios modernos registra una disminución demográfica en la Nueva España
desde aproximadamente 25 millones en 1519 hasta apenas algo más de I millón
en 1605. La despoblación en Sudamérica no ha sido calculada con igual preci-
sión, pero es posible que fue por lo menos igualmente severa".
(Gibson, 1966:63)
6 Gracias a Warren Church por proporcionar calibraciones derivadas de lecturas de C 14 realizadas sobre
materi al proveniente de la Laguna de los Cóndores. Las ca libraciones, basadas en el programa OxCal
Calibration Program (en lín ea), están presentadas en el sigui ente cuadro:
AA-40080 414±35BP_ _ ___, ._ _ _ _. . .~ - - -j
AA-40081 403±35BP_ _ _ _
AA-40082 4 l 9±36BP
AA-40084 379±348P
general de tiempo durante el cual los ejemplares fueron producidos y comenzaron a ser
utilizados por los habitantes de la zona de la Laguna de los Cóndores.
Dadas las presentes conclusiones respecto al probable momento en el tiempo de la con-
fección de los Khipu en la Laguna de los Cóndores, incluyendo a UR 11, planteo hipotéticamente
que el registro (descendiente) de progresión numérica observado en este particular ejemplar,
podría representar una versión local -Chachapoyana- de recuentos poblacionales mantenidos,
quizás inicialmente durante la era Pre-Hispánica tardía, por administradores regionales lnka y
posterionnente--durante tiempos Coloniales Tempranos-por funcionarios coloniales españoles.
Esta hipótesis significa que deberíamos explorar cómo encajar la progresión numérica en
URl 1 (Cuadro 4) dentro de la secuencia de cifras disminuyentes de población, adaptada y coteja-
da a las fechas del calendario occidental representado en el Cuadro 5. Por consiguiente, de
acuerdo a esta hipótesis, los cordeles 1-76 del Khipu UR 11 representarían un registro de los
censos de tributantes, a más de su inexorable mengua, en la región de Chachapoyas a través de un
período comenzando poco después del censo español de 1559--cuando 16,309 tributantes fueron
anotados en esta región y cuando URJ 1 contiene una cuenta de 15,597- y abarcando hasta un
momento poco después del año 1608, cuando los españoles registraron una suma de 4,000
tributantes al tiempo que el último conjunto emparejado de cifras en URl 1 an-oja un total de 3,305.
En resumen, la hipotética construcción recién derivada sugeriría que las "contabilida-
des tributarias" de URl 1 se iniciaron alrededor del año 1570 y concluyeron hacia 1625. Este
período de tiempo, abarcando unos 55 años, coincide más o menos con el radio y alcance del
segundo de los ápices o puntos culminantes de calibración correspondientes a los ejempla-
res y muestras de C1 4 anteriormente mencionadas (i.e., 1570-1630 d.C.) . Se percibirá que la
fecha de iniciación de este hipotético recuento de población nativa, asimismo, coincide - en
rasgos generales- con el inicio de las campañas de Visitas toledanas en 1571 . A raíz de este
hecho, yo sugeriría que - si el Khipu URl 1 efectivamente resultó ser una relación censal de
la población tributaria de Chachapoyas- su propósito pudo haber sido el de controlar o
fiscalizar las cifras poblacionales españolas, siendo estas últimas las utilizadas para el cálcu-
lo del tributo en la nueva provincia colonial de Chachapoyas.
Antes de concluir esta discusión respecto a URl 1, debo mencionar algunas palabras refe-
rentes a un aspecto de la caracterización del paisaje y panorama político de Chachapoyas--durante
la época de la Pre-Conquista y la Colonial Temprana- asumida en la construcción precedente, que
--de ser probaba inc01Tecta- resquebrajaría la hipótesis ante1ionnente planteada. El tema en cues-
tión concierne a aquello que frecuentemente se ha descrito como una carencia de unidad entre los
numerosos señoríos, grupos étnicos y/o ayllus que ocuparon la región de Chachapoyas anterior-
mente a las conquistas inka y española. Nuestra mejor apreciación, hasta la fecha, es que aquella
entidad política conocida por los lnka como los "Chachapoya" fue, a lo máximo, una muy débilmen-
te integrada colección de pueblos que no reconocían autoridad centralizada o estable alguna, y que
se convocaban o confederaban sólo esporádicamente, en respuesta a amenazas externas (Church,
2006:470; Garcilaso de la Vega, 1966 [1609-17] :478-9).
De haber sido ese el caso - y, por tanto, existiendo poca o ninguna unidad interna y
1
supervisión o gobernabilidad colectiva entre las gentes de la región- sería entonces dificil el
suponer que existiría un linaje de funcionarios encargados de Khipu dentro de la misma ( e.g.,
en la Laguna de los Cóndores), la cual logró registrar censos y otros datos durante un periodo
de tiempo abarcando más de medio siglo -especialmente si el periodo en mención sucedió
Conclusiones
datos censales desde tiempos Pre-Hispánicos hasta los Coloniales Tempranos. Estos datos
resultarían invalorables, auxiliándonos a construir una evaluación más precisa de la magni-
tud de la población nativa así como a adquirir una comprensión más clara respecto a la
clasificación y organización poblacional en los tiempos lnkaicos y de la Colonia Temprana.
Sin marginar el hecho de que estudios científicos de los Khipu se han venido llevando
a cabo durante aproximadamente un siglo, no pienso que sea injusto, ni exagerado, mencionar
que el estudio de la infonnación guardada dentro de la extensión de los cordeles de estos
dispositivos de registro ha comenzado - solo recientemente- a arrojar una tenue luz sobre la
Pre-Historia y los funcionamientos internos del Estado lnka. Si efectivamente deseamos conti-
nuar dedicando nuestros estudios de estos artefactos hacia este fin en el futuro, sugiero que la
manera más directa y productiva de hacerlo es enfocándonos en la fonna cómo los datos
numéricos, así como otros factores estructurales y simbólicos (e.g., variaciones en direccionalidad
de anudados y fijación , diferenciación cromática, etc. ; véase Conklin, 2002; Urton, 1994) se
hallan organizados. Estas características pueden brindamos un discernimiento y una clarivi-
dencia más penetrante, no sólo respecto a los números de las poblaciones humanas en diferen-
tes comunidades Pre-Hispánicas, sino también en cuanto a su clasificación y organización.
Esta última, a su vez, podría apo1iar indicios importantes que conduzcan al reconocimiento de
nombres, rótulos, clases y otras fonnas de identificación codificadas en los Khipu lnka.
Reconocimientos
Gracias a Alberto Miori por la traducción del presente artículo del inglés al español.
Mi agradecimiento a Noble David Cook por la invitación a presentar una versión inicial de
este artículo en el simposio "Re-evaluando la Exactitud de Recuentos Poblacionales
Amerindios Tempranos" ("Re-Evaluating the Accuracy of Early Amerindian Population
Counts" ), en las reuniones de la American Historical Association (Philadelphia, 8 de Enero
del 2006) , y por su continuo y subsiguiente apoyo a esta investigación. Gracias por los
comentarios constructivos por parte de los miembros del Andean Discussion Group en
Harvard, incluyendo a CaITie Brezine, Tom Cummins, Katherine Davis, Nenita Elphink, Jeffrey
Quilter, Lisa Trevor, y Parker Van Valkenburgh. Agradezco las lecturas y comentarios referen-
tes a anteriores versiones y borradores de este trabajo por parte de Carrie Brezine, Warren
Church, Julia Meyerson , y Adriana van Hagen . Me responsabilizo única y personalmente
por cualquier error de hecho , juicio o criterio presente en este trabajo.
Expreso mi reconocimiento y agradecimiento por el apoyo para fondos destinados al
Proyecto KDB (Khipu Data base Project) correspondientes al período 2001-2005 proporcio-
nados por otorgamientos de subvenciones por parte de la NSF (2001-03: #BCS- 0228038 ;
2003-04: #BCS-0408324) y Faculty of Arts and Sciences at Harvard University. Expreso mi
agradecido reconocimiento por aportes de fondos para investigación en colecciones de
Khipu en museos de Europa y Sudamérica proveídos parcialmente por American
Philosophical Society (verano, 2005), y MacArthur Foundation (2001-05).
\
Gary Urton
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