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Castillo de los Este

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Castillo de los Este

Castello Estense

Bien cultural italiano

Fachada principal del castillo

País Italia

44°50′17″N 11°37′11″ECoordenadas:
Coordenadas
44°50′17″N 11°37′11″E (mapa)

Información general

Otros Castillo de San Miguel


nombres

Estado Completado

Usos Museo

Estilo arquitectura del Renacimiento

Inicio 29 de septiembre de 1385

Construcción siglo XIV

Propietario Provincia de Ferrara

Diseño y construcción

Arquitecto Bartolino de Novara


Fundador Niccolò II d'Este, Marquis of Ferrara

Referencias

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www.castelloestense.it/it

[editar datos en Wikidata]

El Castillo de los Este (Castello Estense, también llamado Castillo de San


Michele) es el principal monumento de Ferrara. Es un edificio de ladrillo de
planta cuadrada dotado de cuatro torres defensivas y rodeado por un foso de
agua, que está situado en el centro de la ciudad. Durante los siglos XV y XVI
albergó una extraordinaria colección de pinturas, que luego se dispersó.

Índice

• 1La familia de los Este


• 2Historia del castillo estense
• 3Exterior
• 4Planta baja
o 4.1Sala gótica
o 4.2Cocinas
o 4.3Sala del Cordolo
o 4.4Prisión de Don Julio
o 4.5Prisiones de Ugo y Parisina
o 4.6Rampa de las artillerías
• 5Planta primera
o 5.1Galería
o 5.2Loggia y jardín de los naranjos
o 5.3Camerino dei Baccanali
o 5.4Capilla ducal
o 5.5Sala de la aurora
o 5.6Salita de juegos
o 5.7Salita de la torre de los leones
o 5.8Salita de los venenos
o 5.9Salón de juegos
o 5.10Cámara de la torre de Santa Catalina
o 5.11Antecámara de la galería
o 5.12Sala de Étore y Andrómaca
o 5.13Sala de la galería
o 5.14Sala delle Bonifiche
o 5.15Sala della Torre di San Paolo
o 5.16Anticamera del Governo
o 5.17Sala del Governo
o 5.18Sala della Devoluzione
o 5.19Sala dei Paesaggi
o 5.20Galleria
o 5.21Sala delle Geografie o Marchesana
o 5.22Sala degli Stemmi
• 6Bibliografía
• 7Véase también
• 8Referencias
• 9Enlaces externos

La familia de los Este[editar]

Vista del castillo.

Ercole I.
Alfonso I.

Los Este, cuyo apellido deriva de la homónima ciudad del Veneto, su feudo,
eran de antiquísimo origen. Las primeras noticias de un antepasado suyo se
remontan al siglo IX D.C. El marqués Azzo VI de Este, a consecuencia de
cambios internos en Ferrara, se puso a cargo de los güelfos de la
ciudad. Obizzo II de Este, todavía niño, fue nombrado señor perpetuo el 7 de
febrero de 1264; en los años siguientes obtuvo el mismo título
en Modena y Reggio. Llegaron luego largos años de luchas feroces, pero al
final del siglo XIII se podría decir que el poder Estense estaba definitivamente
consolidado. Empezó entonces el largo señorío que transformó la ciudad en
uno de los centros culturales y políticos más importantes de Europa. Nicolás III
de Este fue el fundador del prestigio internacional de los Este: hábil político y
astuto diplomático, fue elegido como árbitro en numerosas disputas entre
Estados y en 1438 acogió el Concilio Ecuménico. Leonelo de Este, alumno
de Guarino Veronese, fue un refinado intelectual, amigo de artistas y literatos,
mientras su sucesor Borso de Este fue el primero en obtener, por parte del
Emperador y del papa, el título ducal.
Hércules I de Este fue uno de los más importantes mecenas de Europa:
protegió la música y tuvo en su corte a los principales músicos de la época;
fomentó el teatro, amó la arquitectura y a él se debe la construcción de toda la
parte norte de Ferrara, proyectada por Biagio Rossetti. Su mujer, Leonor de
Aragón, fue una sensata administradora del Estado. Alfonso I de Este, siempre
ocupado en las guerras, no dejó de lado las Artes. Su segunda mujer, Lucrecia
Borgia, adquirió fama de mujer sensata y honrada. Hércules II de Este, marido
de Renata de Francia, tuvo que afrontar el difícil período de la Reforma
Religiosa. Alfonso II de Este marcó la decadencia y el fin del poder Estense en
Ferrara, pero bajo su principado la corte fue particularmente suntuosa y la vida
cultural muy vivaz, guiada especialmente por las mujeres de familia: las
hermanas del duque, Leonor y Lucrecia de Este, y su tercera mujer, Margarita
Gonzaga. Muerto Alfonso II sin herederos directos, subió al poder su
primo Cesare, que descendía de Alfonso I y Laura Dianti. Por estos orígenes
ilegítimos, el papa Clemente VIII rechazó al nuevo duque y pretendió la
“restitución” de la ciudad a la iglesia. El duque Cesare, abandonado por todos,
cedió a las peticiones y en enero de 1598, acompañado por su familia y de una
parte de la corte, dejó para siempre Ferrara, dirigiéndose a Módena, que llegó
a ser la nueva capital. Por desgracia no pudo llevarse completa la colección de
arte y así La bacanal de los andrios y Ofrenda a Venus, dos famosos cuadros
de Tiziano fueron requisados por el representante del papa.
Detrás de sí los Este dejaban la memoria de una corte que hubiera sido una de
las más importantes de Europa. Imposible nombrar todos los personajes que la
frecuentaron, basta recordar algunos de los artistas más importantes. Entre los
literatos Francesco Petrarca, Guarino Veronese, Matteo Maria
Boiardo, Ludovico Ariosto, Battista Guarini, Giovan Battista Giraldi Cinzio
(sobre cuyas obras se inspiró Shakespeare) y el autor de la Gerusalemme
liberata, Torquato Tasso. Entre los músicos recordamos Josquin des
Prez, Jacob Obrecht, Adrian Willaert, Cipriano de Rore, Carlo Gesualdo de
Venosa y Luzzasco Luzzaschi. La pintura tuvo un gran impulso con las visitas
de Pisanello, Piero della Francesca y Rogier van der Weyden; se desarrolló
una escuela local y continuaron las visitas de artistas importantes. Por la corte
trabajaron Cosmé Tura, Ercole Ferrarese, Francesco del Cossa, Lorenzo
Costa, Tiziano, Dosso Dossi, Garofalo, Girolamo da Carpi. Y después el
arquitecto Leon Battista Alberti y Biagio Rossetti, el maestro de la urbanística
moderna, los escultores Domenico de París y Alfonso Lombardi, los tapiceros
Karcher.

Historia del castillo estense[editar]

Puente levadizo en la fachada oeste.

Era el 3 de mayo de 1385. El pueblo, exasperado por los impuestos y las


inundaciones que lo habían conducido a la ruina, fue al Palacio del Marqués
para pedir la entrega de Tommaso de Tortona, el alto funcionario juzgado
responsable de la grave situación. Niccolò II intentó durante todo el día reprimir
los tumultos, pero por la noche estaba claro que los ánimos continuaban
calentándose y que la misma integridad de los Estensi estaba en peligro.
Entonces se dio la orden de convocar al desgraciado Tommaso, el cual fue
confesado y comulgado, y luego entregado a la masa que lo hizo literalmente
trizas.
Este episodio, resuelto más tarde con la muerte de los jefes de los tumultos,
convenció al marqués que el Palacio de la familia (el actual Palacio del
Ayuntamiento) no era suficiente para garantizar la seguridad de los señores en
caso de revueltas. Ordenó por tanto, la construcción de una fortaleza defensiva
al lado norte del Palacio, encargando el proyecto al arquitecto Bartolino de
Novara. Este utilizó una torre que ya existía (la torre de los leones), que hacía
parte del cinturón mural de la época, mucho más al sur del actual, y
corría, grosso modo, a lo largo del actual eje de Corso Giovecca – Viale
Cavour. La torre fue unida con cortinas a otras tres construidas a propósito.
Entre la residencia Estense y la nueva fortaleza fue erigido un puente
levadizo (quizás de madera) para consentir la fuga de uno a otro.
La ciudad se expandió y las murallas fueron trasladadas, el castillo perdió su
función defensiva y se empezaron a construir apartamentos en su interior,
considerándolo ya como un apéndice del Palacio de Corte. A partir de los
tiempos de Hércules I de Este se tienen noticias de numerosas construcciones
de apartamentos, ampliaciones y embellecimientos de las habitaciones. Los
trabajos de transformación definitiva fueron ordenados por el Duque Ercole II
después de que un incendio, en 1544, dañara las habitaciones existentes. El
arquitecto Girolamo da Carpi dio al castillo el aspecto externo que tiene
actualmente, mientras que los interiores fueron modificados muchas veces con
el paso de los años.
Después de que los Estensi se hubieran ido, en el castillo se estableció la
mansión de los Legados Apostólicos que administraban el territorio ferrarese
como gobernadores civiles con la duración máxima de cuatro años. Se
realizaron pocas transformaciones en la estructura del edificio: la más evidente
fue la elevación del revellín norte (las salas que actualmente acogen la
cafetería). Después de la Unificación de Italia el castillo fue adquirido por la
Provincia, que es aún la propietaria.
En 2006 se inauguró el nuevo montaje expositivo diseñado por Gae Aulenti.

Exterior[editar]

El exterior del castillo presenta esencialmente el aspecto dado por Girolamo da


Carpi en la segunda mitad del mil quinientos. Rodeado por un foso, tiene tres
entradas con puentes levadizos, precedidos de revellines en mampostería. La
cuarta entrada, hacia el este, fue sacrificada para dejar sitio a las cocinas. La
parte más baja del edificio aún recuerda a una fortaleza medieval; mientras que
en la parte superior Carpi sustituyó el almenaje por elegantes terrazas de
piedra blanca, elevando luego la construcción un piso, cubierto por un tejado en
declive. Las torres fueron estilizadas con la construcción de miradores. El patio,
hoy día bastante austero, estaba pintado al fresco, como se ve aún en algunas
partes. En particular, arriba estaban retratados todos los antepasados
(verdaderos y legendarios) de los Estensi: los únicos frescos supervivientes,
bastante derruidos pero legibles, han sido destacados y puestos bajo el pórtico
en el lado este del patio. Los pozos estaban destinados al abastecimiento de
agua en caso de asedio, mientras las bolas de piedra redondas, que se ven en
algunas partes, eran municiones de catapulta.

Planta baja[editar]
Sala gótica[editar]

Sala gótica.

Se trata de la primera de una serie de cuatro sugestivas habitaciones con techo


en bóveda de artista. La primera es ciertamente la más bella, con una rica
decoración a racimos floridos que corre a lo largo de las nervaduras de la
bóveda. La habitación está dedicada a Niccoló II de los Este (cuyo retrato
destaca frente a la entrada), constructor del castillo. En el centro se encuentra
una magnífica reconstrucción en madera de la fortaleza en los primeros años
de su existencia. Las tres salas siguientes están dedicadas a los marqueses
Alberto y Niccoló III, Leonello, y a Borso, primer duque de la dinastía. Una serie
de paneles ilustran la vida política y cultural del período.
Cocinas[editar]
El revellín este del castillo fue utilizado, agrandándolo, para alojar las cocinas
de la corte. La primera de las dos habitaciones, larga y estrecha, muestra los
rastros de las dos distintas funciones, militar y civil, habidas a lo largo del
tiempo: frente a la entrada se encuentra un humero de cocina, mientras que a
lo largo de las paredes se encuentran algunos ventanucos para los arqueros,
algunos de los cuales están tapiados y por tanto ya inútiles.
En el segundo ambiente, mucho más ancho y luminoso, han sido reconstruidos
algunos hornos. Sobre una pared se destaca el retrato de Cristoforo da
Messisbugo, el más célebre trinchante de los Estensi (el trinchante era el
empleado encargado de muchos aspectos prácticos de la vida de corte,
organizando espectáculos, dirigiendo las cocinas, aprontando lo necesario para
los desplazamientos por y para las residencias de campo).
Sala del Cordolo[editar]
Viene así llamada debido a la imposta de mármol que corre a lo largo de la
pared derecha, abajo: se trata de la imposta exterior de la torre de los leones,
después englobada en la estructura del castillo. La habitación servía
probablemente de puesto de guardia.
Prisión de Don Julio[editar]
Poco después de haber embocado un estrecho pasillo se encuentra, a la
izquierda, la puerta baja y profunda que conduce a este ambiente, un tiempo
destinado a cárcel y quizás también a sala de tortura. Sobre la pared derecha
se ven aún escrituras realizadas por los prisioneros en el siglo XVI, entre las
cuales hay un tablero redondo en el cual, en los cuadrados blancos, se lee
entre otras cosas: “Yo soy el desgraciado Marco [...] privado de su libertad”. En
esta prisión fue encarcelado por largos años también Julio d’Este, hermano
natural de Alfonso I y protagonista de tan desafortunado y célebre caso.
Julio y el cardenal Hipólito, hermanos de Alfonso I, estaban divididos debido a
rencores de larga duración. Ambos se enamoraron de la misma dama,
probablemente Angela Borgia, prima de la duquesa Lucrezia. La bella y
cortejadísima joven prefería a Julio y un día tuvo que afirmar públicamente que
solo los ojos de su favorito valían más que toda la persona del cardenal. La
furia del orgulloso y creidísimo Hipólito llegó a su punto máximo. Pasaron
algunos días y en los campos cerca del Palacio de Belriguardo los dos
hermanos se encontraron. Julio, por su mala suerte, estaba solo y ¡nada pudo
hacer cuando el cardenal ordenó a sus siervos atraparlo, matarlo y sacarle los
ojos! La cruel orden no fue terminada, pero Julio fue golpeado a sangre y
perdió el uso de un ojo. Desde aquel momento empezó a tramar la muerte de
Hipólito y para lograrlo, en su intento juntó sus esfuerzos a los de otro
hermano, Fernando, que ambicionaba eliminar al duque para tomar su
posición. La conjura fue conducida torpemente y pronto fue descubierta: todos
los aliados de los dos príncipes fueron condenados a muerte, mientras a ellos
la condena les fue “generosamente” transformada en cárcel de por vida. Era el
año 1506 cuando los dos fueron encerrados en los calabozos del castillo.
Fernando murió allí. Julio sobrevivió hasta ver la luz de la libertad en 1559, por
gracía de Alfonso II. Había cumplido los 81 años, 53 de los cuales recluido.
Prisiones de Ugo y Parisina[editar]
Celda de Parisina.

Retomando el pasillo que gira alrededor de la prisión se alcanza bien pronto


una empinada escalinata que conduce a las celdas que alojaron a los infelices
amantes protagonistas de una de las páginas más dramáticas de la historia
Estense.
Parisina Malatesta, segunda mujer del marqués Niccoló III, libertino y mucho
mayor que la esposa, siete años después de la boda, terminó por enamorarse,
y fue correspondida, del hijastro Ugo, que el marqués había tenido de Stella de
los Tolomei. Los dos jóvenes fueron descubiertos, sometidos a un rápido juicio
y al final decapitados. Era el año 1425, Parisina tenía veinte años, Ugo aún
diecinueve.
Bajada la escalinata, a la izquierda se encuentra la celda de Parisina.
Siguiendo el pasillo se alcanza la de Ugo; en esta última se notan, sobre el
tejado, las escrituras hechas por unos prisioneros con el humo de las velas.
Rampa de las artillerías[editar]
Saliendo de las prisiones se sube una breve escalera que conduce a una
planta inclinada pavimentada con ladrillos, un tiempo utilizada para llevar las
artillerías sobre las explanadas de la fortaleza. Hoy sirve para llegar al primer
piso.

Planta primera[editar]
Galería[editar]
Subida una breve escalinata moderna, se llega en un luminoso ambiente, Las
Cortes, donde quedan pocos rastros de decoración. Aquí son ampliamente
descritas las historias de los duques y de las duquesas Estensi y de sus
intervenciones en la estructura del Castillo. La visita a los apartamentos
ducales y apostólicos empieza aquí.
Loggia y jardín de los naranjos[editar]
El jardín de los naranjos.

El jardín de los naranjos asumió las dimensiones y las características actuales


con Alfonso I y evoca prepotentemente la presencia de la corte que se
asomaba, y no era vista, para admirar la ciudad entre perfumes de azahar. La
muralla del jardín pénsil fue construida sobre el proyecto de Girolamo da Carpi,
en la segunda mitad del siglo XVI. Los documentos de archivo son pródigos en
noticias sobre el jardín pénsil que permiten reconstruir sus distintas
disposiciones: desde los caminos de tierra con grandes cuadros de plantas
anuales, a la instalación del mil setecientos sólo con plantas de cítricos en
tiesto cuidadas en invierno por la logia utilizada como invernadero.
Camerino dei Baccanali[editar]

Pequeña habitación de pasaje en un tiempo pintada entera, sobre la pared


derecha aún presenta tres escenas inspiradas en el mito de Bacco, el triunfo de
Arianna, la vendimia, el triunfo de Bacco.
Capilla ducal[editar]
Pequeño ambiente de elegantes líneas geométricas, estaba destinado a las
oraciones privadas. Una antigua tradición cuenta que Renata de Francia, la
duquesa de simpatías calvinistas, ordenó esta particular decoración, sin
imágenes sagradas. Hipótesis sugestiva, pero que el techo contradice, donde
están pintados los cuatro evangelistas y el águila blanca de los Estensi.
Sala de la aurora[editar]

Se encuentra en el interior de la torre de los leones. En el suntuoso techo están


representadas las cuatro partes del día: a la derecha de quien llega desde la
capilla se encuentra la Aurora: una joven diosa alada que avanza tirando por
las riendas de los caballos del carro del sol. Procediendo luego en el sentido
horario se encuentra el Día donde el carro del sol sigue su camino en todo su
esplendor, precedido de Aurora con dos antorchas en las manos; la Puesta del
Sol con el carro del sol que se aleja hacia el horizonte; la Noche donde Diana
con su disco lunar en la frente alcanza al amante Endimión. En el centro, un
viejo sentado entre las Parcas, diosas de la vida y de la muerte, representa el
tiempo. Debajo una larga teoría de amorcillos avanza sobre carros arrastrados
por cada tipo de animal. Los grandes espejos que caracterizan esta sala y las
dos siguientes fueron requeridos por la curadora de la restauración, Gae
Aulenti, en memoria del nombre de estos ambientes recordados en los
documentos como “Apartamento del espejo”.
Salita de juegos[editar]

Escena de juegos infantiles.

El techo está decorado, en el centro, con el corro de las cuatro Estaciones, y


todo alrededor de los frescos con escenas de “juegos” de la antigua Roma; en
la pared larga interna una bacanal, en frente se encuentra la lucha con los
cestos, una especie de boxeo en el cual los contendientes tenían en torno a las
manos vendajes llamados, justamente, “cestos”. Sobre las dos paredes cortas
están representadas luchas de gladiadores. Debajo, escenas de juegos
infantiles en el estilo pictórico de la antigua Roma.
Salita de la torre de los leones[editar]
Desde la cámara se sube hasta las barandillas de la torre de los leones, desde
las cuales se puede admirar el panorama de Ferrara desde arriba,
distinguiendo fácilmente los mayores monumentos de la ciudad.
Salita de los venenos[editar]
Parece que fue en su origen utilizada por el farmacéutico de la corte para
producir medicamentos y, según algunos, también los venenos utilizados
contra los enemigos públicos. El techo es del mil novecientos y representa Italia
rodeada por los símbolos de las conquistas del período fascista.

Salón de juegos[editar]

Salón de juegos.

La gran sala era destinada a entretenimientos nocturnos, como conciertos o


juegos. El techo está dividido en once recuadros, cada uno continente una
escena de deporte, según el gusto del duque Alfonso II. No todos son de
factura igualmente buena: los más preciosos, al lado del patio, son obras de
Sebastiano Filippi llamado Bastianino y representan, de izquierda a derecha, la
lucha libre, el lanzamiento de piedras y la lucha greco-romana. Los atletas
están desnudos en homenaje a las tradiciones de la antigua Grecia. También
de Bastianino es la natación en la pared corta cerca de la lucha greco-romana.
Se atraviesa el hueco de una escalinata interna para llegar a algunas salas que
acogen servicios para el turista. No se olvide de llegar, al fondo de la cafetería,
a la terraza cubierta deseada por los Legados Apostólicos, desde la cual se
goza la mejor vista de las tres arterias principales de la ciudad.
Cámara de la torre de Santa Catalina[editar]
Un tiempo fue la primera habitación del “Apartamento de la Paciencia”,
deseado por Ercole II. Presenta una decoración tardía, con techo neo-
renacentista; en el friso se encuentran las representaciones de los signos
zodiacales. La habitación está dominada por una enorme reproducción de un
panorama del mil setecientos de Ferrara en alzado, de Andrea Bolzoni.
Antecámara de la galería[editar]
Antiguamente precedía a una larga galería deseada por Ercole II del tipo de
aquellas grandes que los soberanos de la época hacían erigir en las propias
residencias. El techo neo-renacentista, presenta en el friso algunos emblemas
heráldicos de los Este. El ambiente está dominado por un gran panel que
reproduce un grabado antiguo: se puede ver Ferrara, con el Po en primer plano
todavía navegable. Al final de la plaza principal (a la derecha se ve la catedral,
a la izquierda el palacio ducal detrás del cual aparecen las torres del castillo) se
ve una puerta que la cierra. En otros puntos, detrás de la población, aparecen
antiguas murallas. Arriba, en cambio, se ve una segunda y amplia fortificación
que rodea una zona escasamente poblada. Ferrara está aquí retratada al final
del siglo XV, cuando el arquitecto Biagio Rossetti había empezado el
engrandecimiento de la ciudad deseado por Hércules I de Este (addizione
Erculea) y la nueva fortificación ya había sido erigida al norte, mientras aquella
vieja esperaba a ser demolida.
Sala de Étore y Andrómaca[editar]
Fue sacada acortando la galería. En el siglo XIX el Cardenal Tommaso Benetti
hizo decorar el techo con una escena épica: Héctor se despide de su hijo y de
su mujer Andrómaca (Ilíada, VI). El gran panel reproduce un fresco con la
representación de los territorios Estensi: el ducado de Ferrara al
centro, Módena y Reggio a la izquierda.
Sala de la galería[editar]
Lo que queda del gran ambiente ha perdido todo rastro de decoración. En
principio, sobre las paredes estaban pintados al fresco panoramas de las
ciudades del ducado. Los paneles están dedicados a las residencias de
entretenimiento y placer de los Este, las así dichas “Delizie”. El gran panel
sobre el techo reproduce el territorio ferrarense en la época napoleónica.
Sala delle Bonifiche

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