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Teatro mágico

Y desperté… simplemente abrí mis ojos y me encontré a mí mismo tirado boca arriba en
aquel pasillo, me desconcertó un poco el que la primer imagen que vieran mis ojos al
abrirse no fuera el techo de mi recamara, pero seguía considerablemente adormilado así
que mi mente no prestó mucha atención a ese detalle, me froté los ojos con las yemas de los
dedos y me levanté del suelo.

Me encontraba en un pasillo de vasta longitud, una longitud tan grande que mi vista no era
capaz de llegar al final del pasillo, el suelo estaba cubierto por una especie de alfombra de
color rojo oscuro y las paredes eran de color morado con franjas verticales rojas y a lo largo
de ambas paredes había una sucesión de puertas de madera oscura, estas puertas estaban
una separación poco menor 2 metros entre si y todas tenían un cartel de color plateado con
una inscripción en letra cursiva. Di miradas a todos lados, pero ante mi vista no tenía nada
que no fuera aquel extraño pasillo el cual me era totalmente desconocido, intenté abrir un
par de puertas pero el picaporte ni siquiera giraba y en vista de eso mi primer instinto fue
empezar a caminar por aquel pasillo.

Después de unos cuantos metros caminando empecé a examinar mis recuerdos, recordaba
haber estado en una fiesta en casa de mi amigo Dante, recordaba haber llegado ebrio pero
consciente a casa, haberme dado una ducha e irme a dormir en ropa interior… entonces
voltee a ver mi vestimenta para tardíamente percatarme de que no seguía en ropa interior,
llevaba unos pantalones deportivos, zapatillas para correr y una playera negra que era una
talla más grande que la que uso comúnmente para vestir; traté de recordar más pero fue
inútil, en mi cerebro no había registro de cómo había llegado a aquel extraño lugar, así que
simplemente seguí caminando durante un tiempo que me fue imposible medir, caminé
bastante y no veía un cambio en el paisaje de puertas de aquel pasillo aparentemente
infinito, como si eso no hubiera sido suficientemente raro se le agregaba que no sentía
cansancio en las piernas, ni hambre ni sed, simplemente caminaba sin parar sin que mi
cuerpo demandara nada.

De repente mi atención fue atraída por unos ruidos de agua que parecían provenir de una
puerta a mi derecha, me acerqué a la puerta y tome el picaporte con la intención de tratar de
abrir la puerta a pesar de que en mi cabeza existía la expectativa de que en realidad no
podría tal como había pasado con el resto de puertas, pero no fue así, la puerta se abrió y
pase a través de ella para entrar en una habitación levemente iluminada por los unos
candeleros de pared, el suelo era de losa con un color rojo oscuro, mismo color que poseían
las paredes.

Una vez dentro de aquella habitación me percaté de que los sonidos de agua se habían
detenido, y en su lugar mi atención fue captada por la fuerte fragancia que percibía mi
nariz, era una fragancia abrumadora, pero no molestaba a mi olfato, al contrario, cada vez
inhalaba con mayor profundidad para inundar mis sentidos con ese olor, finalmente cerré
mis ojos para concentrarme más e intentar identificar aquella fragancia que parecía deleitar
a mi cerebro, y una vez cerrados mis ojos en mi mente pude vislumbrar lo que parecían ser
un par de ojos, unos ojos oscuros de mirada penetrante, sentía que esos ojos miraban en mi
consciencia y se adentraban en lo más profundo de mi pensamiento. Finalmente volví a
abrir mis ojos para lograr ver el techo de mi habitación.
NO PARA cualquiera
Todo está tan vacío, pero a la vez tan lleno.

La llama está encendida pero no calienta, en realidad solo hace que se me hiele la sangre.

Ya no se siente nada, pero a la vez se siente todo, toda esa pasión, toda esa energía, ¿A
dónde se ha ido?

Trato de encontrarla, tanto en el bosque como en el palacio, pero no doy con ella, tal vez
simplemente se terminó, pero ¿Porque tan rápido?, y si ya se terminó, si ya se ha
consumido por completo ¿Por qué persiste esta sensación?

No existe deseo, sin embargo no desaparece el profundo sentimiento de anhelo, una sed que
no es saciada aún después de haber bebido todo el manantial. La ira y la calma, el sonido y
el silencio, los sueños y la realidad, todo se combina y da lugar a una mezcla tan grande y
maravillosa, pero a su vez vacía.

¿Será posible que el Tigre haya perdido sus rayas? ¿Será posible que algún día el arcoíris
vuelva a tener color?

Todo es incierto, al igual que todo termina en lo misma conclusión inequívoca.

El impulso de la voluntad y la brutalidad de lo que te espera, ambas caras de una misma


moneda, ¿Será que el humorismo es la solución? o qué tal si es solo es un atajo hacia la
perdición.

Este sentimiento de inmensa confusión pero igual de inmensa la claridad de la conclusión


final.

Carne y Espíritu, ¿Quién de los dos ganará la batalla final?, peor aún ¿Y si ambos se han
vuelto aliados para eliminar al enemigo en común?

Rio seco que aún arrastra las piedras al paso de su caudal.

Todo tiene sentido, pero también es disparatado.

Puede que sea todo, o que sea nada

La inocencia del niño y la sabiduría del anciano

La llama debería apagarse, ya no tiene combustible por más que busca con que crecer, no
encuentra nada que la avive y la haga calentar de nuevo

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