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INTRODUCCIÓN
MARCO NORMATIVO
Código Civil: art. 923 y ss.
Los predios estatales constituyen un ingente,
valioso y estratégico recurso, con aptitud para
servir a la ejecución de políticas de fomento
de la inversión pública y privada, y para satis-
PALABRAS CLAVE: Sistema Nacional de
Bienes Estatales / Sistema Nacional de Abaste- facer las necesidades operativas de las enti-
cimiento / Derecho de propiedad predial esta-
tal / Derecho de propiedad / Bienes estatales /
dades (sedes institucionales y demás loca-
Bienes nacionales / Bienes públicos / Bienes les necesarios para el cumplimiento de sus
fiscales / Bienes inmuebles estatales fines), entre otras oportunidades y finalida-
des de interés público que redundan en el pro-
Recibido: 14/10/2019 greso económico y social del país. En este
contexto, desde el plano jurídico, el dere-
Aprobado: 21/10/2019
cho de propiedad predial estatal constituye la
* Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no
se pierda, mas tenga vida eterna (Jn 3:16).
** Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Especialista legal de la Subdirección de Normas y Capa-
citación de la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales. Las opiniones contenidas en el presente ensayo se
expresan a título exclusivamente personal, de modo tal que no representan la opinión de ninguna entidad.
1 Artículo 58 de la CPP.
La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de mercado. Bajo este régimen, el Estado orienta
el desarrollo del país, y actúa principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad,
servicios públicos e infraestructura.
2 Kresalja y Ochoa (2012) afirman: “La expresión ‘economía social de mercado’ no tiene un contenido definido y
preciso. Se trata de una cláusula abierta que ha tenido éxito entre nosotros, y que nos hace entender que las reglas
de la economía deben regirse fundamentalmente por los mecanismos que proporciona el mercado, pero también
que el Estado tiene deberes ineludibles que cumplir. Así, debe hacer posible la concreción del derecho de los indi-
viduos y sus asociaciones a participar en la vida económica y propiciar un sistema competitivo, en el cual los acto-
res tengan en sus manos las decisiones fundamentales, penalizando los abusos de las prácticas restrictivas para
beneficio, en primer lugar de los consumidores, pero también de los agentes económicos y del propio sistema.
Pero dentro de esta concepción es también aceptado que el Estado tiene como rol brindar a todos los ciudada-
nos la posibilidad de tener unos ingresos básicos que les permitan subsistir y participar en la vida política y eco-
nómica, así como también corregir las imperfecciones del mercado y actuar ‒cuando no lo hagan los agentes en
forma eficiente‒ combatiendo la exclusión, a la cual puede empujarnos un sistema internacional injusto. A ese rol
debe agregarse como obligación primera del Estado la toma de decisiones encaminadas a la satisfacción de necesi-
dades básicas concretas de todas las personas, para que puedan ejercer en igualdad de oportunidades sus derechos
fundamentales y tener acceso a una vida digna; esto es, hacer realidad su derecho al bienestar constitucionalmente
reconocido. Una fórmula de esta naturaleza es lo suficientemente amplia para amparar los cambios imprevistos
propios de nuestro tiempo sin necesidad de introducir reformas constitucionales. En esta concepción existen, por
tanto, mecanismos destinados a limitar la improvisación populista así como a tener flexibilidad para enfrentar los
retos actuales” (pp. 100-101).
3 Véase nota 1.
4 Como ilustra Del Castillo (2016): “Hasta pasada la primera mitad del siglo pasado, nuestro país compartía la rea-
lidad del mundo rural de la mayoría de los países latinoamericanos: grandes extensiones de tierras en manos de
pocas familias mientras comunidades de indígenas y muchos campesinos poseían tierras reducidas. La reforma
agraria emprendida en la década de 1970 cambió drásticamente esa situación, eliminando a hacendados y latifun-
distas y realizando una radical redistribución de tierras, privilegiando la formación de cooperativas en la costa, y
de otras formas asociativas en la sierra. Años después, en medio de una grave crisis económica, las cooperativas se
dividieron las tierras entre sus socios, las empresas asociativas en la sierra se liquidaron o fueron duramente gol-
peadas por la violencia de las décadas de 1980 y 1990, a lo que se sumó el proceso de fragmentación por herencia
de las parcelas, resultando en el incremento drástico de predios rurales en el país.
Pero, entre otras limitaciones, la reforma agraria del gobierno militar no puso atención a la titulación de la tierra,
por lo que los fenómenos que mencionamos en el párrafo anterior agudizaron los problemas de falta de formaliza-
ción de los derechos de los titulares de predios rurales. En ese cuadro, desde 1990 se sucedieron importantes cam-
bios políticos institucionales y legales en el país. Siguiendo las tendencias internacionales y las orientaciones de
organizaciones financieras internacionales, en el Perú se impulsaron, desde 1996, procesos masivos de formaliza-
ción de la propiedad rural, dando pie a la ejecución de dos Proyectos de Titulación y Registro de Tierras (PTRT)”
(p. 8).
5 Artículo 88 de la CPP.
El Estado apoya preferentemente el desarrollo agrario. Garantiza el derecho de propiedad sobre la tierra, en forma
privada o comunal o en cualquiera otra forma asociativa. La ley puede fijar los límites y la extensión de la tierra
según las peculiaridades de cada zona.
Las tierras abandonadas, según previsión legal, pasan al dominio del Estado para su adjudicación en venta.
6 Como señala Jiménez (2000): “La organización administrativa y funcional del Estado adopta una serie de facetas y
segmentos, que a la luz de sus objetivos y finalidades, resultan necesarios para su puesta en práctica y consiguiente
entendimiento. Términos tales como el de ‘Administración Pública’, ‘Nación’, ‘Poder Ejecutivo’, ‘Gobierno Cen-
tral’, ‘Sector Público Nacional’, ‘Gobiernos Locales’ o ‘Gobiernos Regionales’, por mencionar los más significa-
tivos, pueden proyectar una idea del necesario deslinde que el operador y la comunidad en general deben enfren-
tar para un mejor acierto temático. El Estado, como tradicionalmente es conocido, para adoptar visos de existencia
material y tangible a la luz del Derecho, debe desplegar una serie de ejercicios funcionales a través de organismos
públicos y entidades determinadas, quienes tendrán a su cargo la realización de los fines estipulados en sus corres-
pondientes estatutos de creación. Es decir, cada competencia, cada atribución, requiere ser asumida por una enti-
dad pública individual, la cual a su vez deberá estar debidamente representada por sus funcionarios públicos, quie-
nes investidos legalmente de prerrogativas, desarrollarán como derecho material el derecho subjetivo del que es
titular la comunidad en general” (p. 14).
7 Véase la Cuarta Disposición Complementaria Final del RLGS.
8 Artículo 70 de la CPP.
El derecho de propiedad es inviolable. El Estado lo garantiza. Se ejerce en armonía con el bien común y dentro de
los límites de ley. A nadie puede privarse de su propiedad sino, exclusivamente, por causa de seguridad nacional o
necesidad pública, declarada por ley, y previo pago en efectivo de indemnización justipreciada que incluya com-
pensación por el eventual perjuicio. Hay acción ante el Poder Judicial para contestar el valor de la propiedad que
el Estado haya señalado en el procedimiento expropiatorio.
9 Como señala Gonzales (2013): “En buena cuenta, una mayor preocupación por la justicia, conlleva necesariamente
una dosis creciente de incertidumbre, pues entran a tallar los principios, la argumentación, las distintas fuentes nor-
mativas, lo que produce inseguridad en la solución. Ya no se admite que una regla específica pueda responder a
cada problema jurídico. En suma: a más justicia, menos seguridad; a más seguridad, menos justicia. El neo-cons-
titucionalismo actual opta por el primero; el positivismo optó decididamente por lo segundo” (p. 764).
12 Fernández y García de Enterría (2006) reseñan el tránsito doctrinario en la búsqueda del concepto de función admi-
nistrativa hasta la tesis negativa o residual, de la siguiente manera: “El intento de aislar una abstracta función esta-
tal de administrar, para edificar sobre la misma el objeto formal del Derecho Administrativo como disciplina, ha
sido uno de los esfuerzos más prolongados y más sutiles en la historia de nuestra ciencia ‒y también uno de los
más baldíos‒. Administrar sería acción (frente a declaración, como propia de las funciones legislativa y judicial), o
acción singular y concreta, o acción organizada, o acción de conformación social, o gestión de los servicios públi-
cos (esta tesis dominó la primera mitad del siglo pasado en Francia), o actuación bajo formas jurídicas peculiares
(acto de autoridad primero, acto-condición y acto subjetivo en DUGUIT, actuación ejecutoria, etc.). El cansancio
de este prolongado esfuerzo dialéctico se manifestó en la sorprendente adopción final de fórmulas exclusivamente
negativas: administrar sería toda actuación del Estado distinta de legislar o de enjuiciar (escuela alemana, desde
MAYER, que reaparece insólitamente en la Ley norteamericana de Procedimiento Administrativo de 1946), cri-
terio cuyo sentido vendría del hecho de que legislar y juzgar se habrían separado del complejo de funciones del
viejo Estado absoluto como simples técnicas formales, en tanto que el resto ‒un conglomerado o aluvión histórico,
donde se mezclan funciones y competencias heterogéneas‒ no es reductible a ninguna técnica formal uniforme”
(p. 45).
13 Véase: el artículo 5, el literal a) del artículo 6, el literal c) del numeral 14.1 del artículo 14, y el artículo 28 del TUO
de la LGS, y los artículos 1, 3, 8 y el literal a) del numeral 9.3 del artículo 9 del RLGS.
14 Véase: el literal a) del artículo 6 del TUO de la LGS.
En particular, el Código Civil actúa sobre los En síntesis, el registro, saneamiento, ges-
predios estatales en los siguientes ámbitos y tión, supervisión y defensa de la propiedad
de las siguientes formas: (a) integra la confi- predial estatal se rigen en vía directa por el
guración de los derechos reales sobre los pre- conjunto de las normas inherentes al Sis-
dios estatales y su régimen jurídico (acápite tema Nacional de Bienes Estatales y al Sis-
de los Derechos Reales), (b) dota a los pre- tema Nacional de Abastecimiento y demás
dios estatales de los mecanismos de defensa normas especiales, el cual constituye un
del Derecho Común (por ejemplo: la acción régimen jurídico especial, dirigido a la satis-
reivindicatoria y los interdictos), y (c) regula facción del interés público e impregnado
la existencia, validez, eficacia, así como la eje- de exorbitancias y privilegios, que disci-
cución de los contratos sobre predios estata- plina este particular ámbito de la función
les (acápites del Negocio Jurídico, Contratos y administrativa, características que permiten
Obligaciones)27. Respecto a la figura del con- encuadrar a este conjunto de normas jurídi-
trato sobre predios estatales, es necesario desta- cas dentro del Derecho Administrativo28. De
car que constituye un elemento paradigmático allí que en la regulación de la actuación del
34 De la Puente (2001) señala: “El principio de la autonomía privada tiene un doble contenido: en primer lugar, la
libertad de contratar, llamada más propiamente libertad de conclusión, que es la facultad de decidir cómo, cuándo
y con quién se contrata, sabiendo que con ello se va a crear derechos y obligaciones; y en segundo lugar, la libertad
contractual, llamada también más propiamente libertad de configuración interna, que es la de determinar el conte-
nido del contrato, o sea el modelado del mismo. Debe destacarse que la segunda libertad presupone la primera (…)
La libertad de contratar (…) es la potestad que se concede a cada persona de contratar o no y, en caso de hacerlo,
para elegir la persona del otro contratante” (pp. 199, 200, 206).
35 Artículo 2 de la CPP.
Toda persona tiene derecho:
14. A contratar con fines lícitos, siempre que no se contravengan leyes de orden público.
36 Artículo 62 de la CPP.
La libertad de contratar garantiza que las partes pueden pactar válidamente según las normas vigentes al tiempo del
contrato. Los términos contractuales no pueden ser modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase.
Los conflictos derivados de la relación contractual sólo se solucionan en la vía arbitral o en la judicial, según los
mecanismos de protección previstos en el contrato o contemplados en la ley.
Mediante contratos-ley, el Estado puede establecer garantías y otorgar seguridades. No pueden ser modificados
legislativamente, sin perjuicio de la protección a que se refiere el párrafo precedente.
37 Artículo 1354 del Código Civil.
Las partes pueden determinar libremente el contenido del contrato, siempre que no sea contrario a norma legal de
carácter imperativo.
la aplicación de la Ley del Procedimiento del artículo 923 del Código Civil). En: Teo-
Administrativo General y de los princi- ría General del Derecho Civil ‒5 ensayos‒
pios generales del Derecho Administrativo (pp. 219-251). Lima: ARA.
a las actuaciones del Estado sobre sus pre-
Fernández, T., y García de Enterría, E. (2006).
dios, así como la posibilidad de que estas
Curso de Derecho Administrativo. (1a ed.
sean impugnadas a través de la acción con-
peruana, versión latinoamericana, en base a
tencioso-administrativa, con excepción de
la 12a ed.). Lima: Palestra-Temis.
los aspectos regidos por el Derecho Pri-
vado, los cuales serán conocidos por los Tri- Gonzales, G. (2013). Tratado de Derechos
bunales ordinarios. Asimismo, la sujeción Reales. (3a ed.). Lima: Jurista.
del derecho de propiedad predial estatal al
Derecho Administrativo implica la aplica- Jiménez, R. (2000). Compendio de Legislación.
ción del principio de legalidad y del princi- Propiedad Estatal. (2a ed.). Lima: Arial.
pio de procedimiento regular, en virtud de Kresalja, B., y Ochoa, C. (2012). El régimen
los cuales el Estado solamente podrá cele- económico de la Constitución de 1993.
brar aquellos contratos y aprobar los actos Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Uni-
administrativos que la legislación inherente versidad Católica del Perú.
al Sistema Nacional de Bienes Estatales y
al Sistema Nacional de Abastecimiento y las Morón, J. (2014). Comentarios a la Ley del
normas especiales expresamente se lo permi- Procedimiento Administrativo General.
tan (lista numerus clausus) y a favor de quie- (10a ed.). Lima: Gaceta Jurídica.
nes la indicada normativa predetermine, en
Obando, M. (mayo, 2017). Las garantías de
las modalidades (convocatoria pública o de
inviolabilidad y conservación de la propie-
forma directa con sujeción a causales) y en dad: a propósito de la reversión de domi-
los términos por ella establecidos, y previa nio a favor del Estado. Actualidad Jurídica,
ejecución de los procedimientos legalmente 282, pp. 142-153.
prescritos. Así, la propiedad predial estatal
se encuentra subordinada a una serie de pará- De la Puente, M. (2001). El contrato en gene-
metros ajenos a la propiedad privada. ral. Comentarios a la Sección Primera del
Libro VII del Código Civil. (2a ed., Tomo 1).
Referencias Lima: Palestra.
Baldovino, S. (2016). Una primera mirada: Rubio, M. (2009). El sistema jurídico. Intro-
Situación legal de la tenencia de tierras ducción al Derecho. (10a ed.). Lima: Fondo
rurales en el Perú. Lima. Editorial de la Pontificia Universidad Cató-
lica del Perú.
Del Castillo, L. (2016). En Baldovino, S.
Una primera mirada: Situación legal de Vásquez, W. (junio, 2008). Acerca del dominio
la tenencia de tierras rurales en el Perú. público y el dominio privado del Estado. A
(pp. 8-10) [Prólogo]. Lima. propósito de sus definiciones en la nueva
Ley General del Sistema Nacional de Bie-
Escobar, F. (2002). Mitos en torno al contenido nes Estatales y su Reglamento. Derecho &
del derecho de propiedad (Análisis crítico Sociedad, 30, pp. 272-283.