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Artículos: en Torno A La Clase Obrera Peruana
Artículos: en Torno A La Clase Obrera Peruana
Artículos
En torno a la
clase obrera peruana*
Pedro Galín
El movimiento obrero peruano, tras Subrayando la excepcionalidad de
su tradición anarcosindicalista de comien- los cambios de lealtad y tratando de ex-
zos de siglo, se identificó en forma amplia- plicar el laborismo de la clase obrera in-
mente mayoritaria con el APRA. Esta iden- glesa, dice Hobsbawm: si la clase obrera,
tidad se modificó entre fines de los 60 y los como en el caso británico, "se adhiere a
70: el movimiento obrero, agrupado ma- un movimiento en su mayor parte constitui-
yoritariamente en la CGTP y en federacio- do dentro del molde pre-marxist&... la leal-
nes independientes, ha proclamado su iden- tad y la inercia teórica que extrae de su ex-
tidad con posiciones marxista-leninistas. periencia espontánea mantendrán sus adhe-
Las elecciones de 1978, 1980 y 1983 con- siones tradicionales y, a menos que se pro-
firman ía nueva lealtad: la correlación entre duzcan catástrofes bastantes extraordina-
clase obrera y voto por ía izquierda marxis- rias (y en tal caso, tampoco de un modo
ta es muy consistente 1 . Sin embargo, este fácil o rápido), seguirá aferrándose a ellas"
cambio de lealtad no parece haber sido ob- y agrega, reflexionando en torno a las mo-
jeto de investigación que reconozca su ex- dificaciones de la identidad política en el
cepcionalidad: ninguna cíase obrera latinoa- movimiento obrero europeo: "Ño se han
mericana ha registrado un cambio de iden- estudiado seriamente los factores que con-
tidad política, Baste recordar al peronismo, dicionan un cambio de lealtad... Cabe su-
el PRI, el trabalhismo, el MNR boliviano, gerir brevemente tres de tales factores: la
ÁD en Venezuela. escisión organizativa, el surgimiento de una
región nueva o de una nueva generación no
*l Este texto es un producto preliminar de ta condicionados por las lealtades de las viejas,
investigación "Urbanización y Sectores Populares y un fracaso o abdicación espectacular por
Urbanos", que se desarrolla en el instituto de parte del viejo movimiento. O bien una
Estudios Peruanos, Los errores que aquí puedan
existir son, desde luego, de exclusiva responsabili- combinación de las tres condiciones" 2 .
dad del autor. ¿Qué combinación de condiciones
4 ARTICULOS
Es decir, que para la época que Cha- Habría que tener en cuenta, ade-
plin formulaba aquellos comentarios, la cla- más, que ajustando las cifras con los 30,000
se obrera peruana tenía índices de concen- trabajadores de la industria manufacturera
tración más altos que la de los países indus- que, aproximadamente, trabajan en empre-
trializados, ajustando los datos por tamaño sas muy grandes no registradas en las esta-
relativo de las economías: proporciones dísticas del Ministerio de Industrias (básica-
más altas del número total de trabajadores mente, SIMA, conserveras y SIDERPERU)
se concentraban en las empresas más gran- un 457o de los asalariados de la industria
des. manufacturera estarían empleados en em-
Blanes, por su parte, consideraba presas de más de 200 trabajadores. De otro
que se había producido en los últimos años lado, un tercio de los asalariados industria-
de los sesenta un doble movimiento: "de- les estaría ubicado en empresas de menos
puración de las formas de producción (más de 5 trabajadores. Esto es, que la importan-
capitalistas) y concentración del empleo en cia numérica de los trabajadores asalariados
los sectores del gran capital". Además su- ocupados en la industria artesanal es consi-
pone que se ha dado en la sociedad peruana derable.
un crecimiento rápido del proletariado in- Las cifras anteriores se refieren sólo
dustrial. Agregaba que en el sector artesa- a la industria, pero la concentración en la
nal de producción predominaba su carácter minería es considerable 8 , y lo mismo ocurre
disperso, al que se podría incluir eñ una en electricidad y petróleo. En consecuen-
nueva función del ejército industrial de re- cia, no podría alegarse una peculiaridad sig-
serva clásico: la de reproducir a las clases nificativa por la escasa concentración de la
populares en su conjunto 7 . clase obrera, más bien es característico lo
De acuerdo a los cálculos de Blanes, opuesto.
no se habría producido una modificación
en la concentración de la industria entre
1963 y 1973. Por el contrario, en los últi- 3. Migrantes y clase obrera
mos años se observa una cierta tendencia a ¿La clase obrera peruana está com-
la reconcentración, según resulta de datos puesta principalmente de migrantes rurales,
más recientes, pero sin recuperar el nivel de que aún conservan buena parte de las carac-
concentración de 1963 (Cuadro 2). terísticas campesinas de su origen?. La ver-
Cuadro 2
1963 19 73 1979
Número
Personas Establ. Empleo Establ. Empleo Establ. Empleo
5 - 19 65 12 69 19 75 22
20 - 200 31 46 28 47 22 41
200- + 4 42 3 34 3 37
Total 100 100 100 100 100 100
FUENTE: Para 1963 y 1973: OU' e INP, elt. por Blanes, op.cit. Para 1979, Estadísticas Industriales delMIT, cifras
provisorias.
G a l í n : En t o r n o a la clase o b r e r a p e r u a n a 7
Ahora bien, estos son sólo datos gasto total mínimo, tanto personal como
indirectos acerca de la posición de la clase del hogar, incluye consumos de otros bie-
obrera. Para apreciarlo más directamente en nes que, en conjunto, representan un valor
un contexto regional, se ha optado por esti- equivalente al de estos últimos. Los resul-
mar la relación entre ias necesidades básicas tados se presentan en el Cuadro 4. Como
del hogar y el salario industrial. Para ello, puede verse, el salario industrial promedio
se ha elaborado cifras presentadas por del Perú hacia 1977 apenas superaba las
PREALC 25 . En ese estudio se optó por esti- necesidades básicas, ocupando un puesto
mar el gasto mínimo en consumo elaborado "intermedio-bajo" entre los países consi-
para varios países de América Latina por derados: estaba notoriamente por debajo
Oscar Altimir 26 , consistente en la determi- de México, Brasil, Costa Rica y Argenti-
nación de un consumo mínimo de alimen- na27, prácticamente equilibrado con el sa-
tos que satisfaga los requerimientos energé- lario chileno, y por encima de Ecuador y
ticos básicos por persona, ajustado en lo Colombia. Proyectando la misma canasta
posible a las preferencias nacionales de los de 1970 y comparándola con el salario in-
consumidores y a la producción nacional, dustrial de 1983 28 la cobertura de necesi-
con un costo mínimo para 1970. Para con- dades básicas llegaría sólo a i.06. Es de-
siderar la canasta familiar se consideró el cir, que el salario medio industrial, apenas
tamaño mínimo de las familias correspon- superaría el presupuesto mínimo de la fa-
dientes a los tres deciles más bajos de in- milia obrera.
gresos. Finalmente, se consideró que el Estos cálculos parecen confirmar
una visión corriente largamente difundida:
la estrechez del salario promedio peruano,
que está apenas por encima de la reproduc-
Cuadro 4 ción física.
te 39 . Sin embargo, parece constituir un ras- es generalmente más rentable. De allí que
go peculiar del Perú la conjunción de em- se observe la tendencia a que la jornada
pleo precario, organización sindical y nego- extraordinaria de los eventuales tienda a ex-
ciación colectiva por empresa, y salarios tenderse más que la de los estables. Los
muy bajos, a la vez que su extensión inusir obreros se encuentran, de otro lado, am-
tada. Parecería que el tema de este subpro- pliamente dispuestos y generalmente pre-
letariado debiera merecer más atención que sionan para obtener horas extraordinarias,
el más usual de la "aristocracia obrera", incluso particularmente prolongadas, en ra-
tanto por parte de las organizaciones sindi- zón de los bajos salarios. Generalmente, só-
cales y el Estado, como de los estudiosos. lo los trabajadores que realizan jornadas ex-
traordinarias particularmente prolongadas,
superan considerablemente el salario de
La jornada de trabajo subsistencia. En algunos casos, particular-
La extensión de la jornada y su mente el de los mecánicos de banco o de
acondicionamiento calificarán decisivamen- taller, el estilo y nivel del desarrollo tecno-
te las peculiaridades de la clase obrera. lógico condicionan la escasez de determina-
dos especialistas, en tanto los mecánicos de
El promedio de horas trabajadas en
"banco" o "taller" serían el enlace entre el
la industria que registran las últimas encues-
gran cambio tecnológico importado y su
tas son particularmente altas: más de 50
modificación, ajuste y adecuación a las
horas semanales. Esto coloca al Perú entre
características nacionales, el "cambio me-
los países de jornada más larga entre los la-
nor" 40 .
tinoamericanos. Para una comparación con
an país desarrollado, vale indicar que en Es- Ahora bien, la jornada de trabajo
tados Unidos las jornadas son un tercio más muy extensa, se apareja con otros fenóme-
cortas, a pesar que allí las estadísticas regis- nos de sorprendente modernidad. La exten-
tren las horas pagadas (que son más que las sión del trabajo por turnos en la industria
efectivamente trabajadas, pues incluyen las es superior al de Japón en 1968 y Francia
ie enfermedad, vacaciones, etc.). en 1963. A la vez, se advierte que el núme-
La tendencia a una extensión ex- ro de trabajadores empleados en los segun-
cepcional de la jornada de trabajo parece dos y terceros turnos es sorprendentemente
impulsada por factores de diverso tipo: en bajo.
primer lugar vale indicar que la legislación Por otra parte, la alta utilización de
peruana autoriza la prestación de la jornada turnos se ve acompañada de jornadas par-
extraordinaria más larga entre 14 países la- ticularmente prolongadas: dobleteo y "tri-
tinoamericanos analizados: 7 horas diarias. plete" de turnos, turnos estables de 12 ho-
Por otra parte, el costo relativo de las horas ras41. Es decir, que pueden observarse no
extraordinarias no es, en promedio, más sólo jornadas promedio prolongadas, sino,
alto que el de las horas de la jornada nor- con relativa frecuencia, jornadas extraordi-
mal (de acuerdo a los datos estadísticos dis- nariamente prolongadas, en especial en las
ponibles), y sin distinguir trabajadores esta- grandes empresas.
bles de eventuales. Esto se debe a que las
sobretasas por horas extras no se computan
para el pago de otras bonificaciones. El tipo de cambio técnico
Si el puesto a cubrir, la especialidad En relación a la modernización y
del mismo, la productividad relativa permi- renovación técnica de la industria peruana,
ten contratar trabajadores eventuales, se se ha producido un debate, en especial, re-
opta por éstos ya que los costos relativos ferido a la capacidad instalada ociosa. De
directos son algo menores que ios de la acuerdo a las estimaciones de Schidlowsky
hora extraordinaria del obrero estable. En y Wicht los precios relativos de trabajo y
otros casos, se trata de optar entre horas capital habrían inducido una sobrecapitali-
extraordinarias de los eventuales y el con- zación en los comienzos de la década de
trato de nuevos trabajadores también even- 1970 43 . Por el contrario, Fitzgerald sos-
tuales. En este caso, la primera alternativa tiene que "aunque se dispone de pocos da-
G a l í n : En t o r n o a la clase o b r e r a p e r u a n a 13
tos confiables sobre activos fijos, puede En resumen, parece observarse una
afirmarse que, midiendo la intensidad de modernización escasa en relación a otros
capital en activos por trabajador o activos países de América Latina, una utilización
por unidad de producto, ésta aumentó has- rara de los métodos fordistas, aún en las in-
ta 1965, disminuyendo posteriormente a dustrias de punta y la preservación de con-
medida que se utilizaba el exceso de capa- siderables áreas que utilizan métodos de
cidad" 43 . trabajo arcaicos.
En un sentido coincidente, se han
pronunciado Iguíñiz 44 y el trabajo recien-
te y muy documentado de Vega Centeno: El nivel relativo del salario
"hasta 1970 el capital creció más que el Ya se ha observado más arriba el
trabajo y... la divergencia de las tasas se nivel absoluto de los salarios.
modifica bruscamente en el quinquenio si- Sería interesante ahora medir el ni-
guiente. Comparando el caso peruano con vel relativo del salario en relación al pro-
el brasileño y el argentino, se observa que ducto. Desde luego no será ésta una medida
el ritmo de crecimiento es más rápido en la de la tasa de plusvalor (mide precios y no
industria peruana, pero este crecimiento ha valores con los consabidos problemas de la
sido mayormente influido por el incremen- transformación), pero parece un indicio in-
to en el uso o en la dotación de factores y teresante que debería ser explorado con
en menor medida por factores de produc- más minuciosidad.
tividad. El esfuerzo de creación de capaci- De acuerdo a estos cálculos, hacia
dad o de capitalización ha sido muy impor- 1977, la relación producto industrial por
tante en los tres países, pero mientras que trabajador/salario por trabajador en el Perú
en el Perú ésta ha sido sobre todo en exten- era la tercera más alta de la región: sólo era
sión y por ello la alta tasa de crecimiento superada por la Argentina (en 1976 los sa-
del factor trabajo, en los otros países ha larios se habían reducido sustancialmente)
sido más en profiindidad,,As. y apenas por el. Brasil, que, como ya se ha
La renovación técnica retrasada en visto, han observado cambios técnicos mu-
comparación con otros países latinoameri- cho más profundos; A la vez, se verifica el
canos y la modernización detenida de los continuo crecimiento de la productividad
70, han sido examinados por algunos estu- por trabajador, a pesar que lo sustancial de
dios de caso. En la industria automotriz, la renovación técnica que habían observado
hacia comienzos de la década por lo menos, Vega Centeno y Fitzgerald se habría frena-
"el paso de la unidad se hace manualmente do hacia 1965. Con las reservas de estas
sobre unas plataformas rodantes, sólo Mo- mediciones indirectas, podría sugerirse que
tor Perú y Chrysler tienen bandas corredi- el incremento se debería a la extensión de
zas que permiten el traslado de las unidades la jornada, la intensificación de los ritmos
mecánicamente" 46 . Es decir que aún en las o la reducción de los salarios: formas ar-
ramas de punta no estaría operando el mé- caicas del desarrollo industrial. Desde la fe-
todo fordista clásico: la cinta transporta- cha de estas mediciones, el retroceso de la
dora. Esta característica de las ensamblado- producción y el empleo industriales, pare-
ras había sido advertida también por Fitz- cerían sugerir que no se habrían registrado
gerald, quien indica que el aparente aumen- modificaciones sustanciales.
to de la productividad podría estar ocultan-
do simplemente la utilización de más insu-
mes por trabajador 47 . La utilización de mé- Plusvalor absoluto y superexplotación.
todos arcaicos en otras agrupaciones de la Los datos y las cifras presentados
rama metalúrgica ha sido indicada en otro permitirían una exploración preliminar de
trabajo de Vega Centeno, es el caso del la- un tema famoso en el análisis de la clase
minado y fabricación de ollas, con la técni- obrera latinoamericana: el plusvalor abso-
ca del repujado, trabajo realizado a mano 48 . luto y la superexplotación de la clase obre-
Más atrasado aún es el trabajo de los mata- ra. La polémica más relevante probable-
rifes, a los cuales se les paga en especie49. mente es la entablada entre Cardoso y
14 ARTICULOS
salarios alcanzaron sus más altos niveles ce insuficiente para describir a un sujeto
históricos. Una secuencia de mecanicismo histórico tan singular como insuficiente-
simple, superexplotación-radicalismo, pare- mente explorado.
NOTAS
1/ Ver, Rafael Roncagliolo, ¿Quién ganó? Elec- y, Lüdolfo Paramio, Por una interpretación revi-
ciones 1931-1980, DESCO, Lima, 1980; y, Fer- sionista de la historia del movimiento obrero euro-
nando Tuesta Sobrevilla, Elecciones Municipales. peo, FLACSO, 1981.
Cifras y escenario político, DESCO, Lima, 1983. 14/ Rosa Silvia Arciniega Arce, Relaciones labora-
2/ E.J. Hobsbawm, Trabajadores. Estudios de les y sindicalismo en Toquepala, 1957-1968, Me-
Historia de la Clase Obrera, Editorial Crítica, moria para obtener el grado de bachiller en Cien-
1979, 342-343. cias Sociales, Lima, agosto, 1980.
3/ Norberto E. García, Industria manufacturera 15/ David Chaplin, op.cit., 219.
y empleo (América Latina 1950-1980), OIT 16/ G. Briones y J. Mejía, El obrero industrial,
PREALC, Trabajo Ocasional/49, Santiago de Chi- IIS-UNMSM, Lima, 1964. 34-35.
le, setiembre, 1982, cuadro 5. 17/ Manuel Román de Silgado, De campesino a
4/ INE, Censos Nacionales 1981: VIII de Pobla- obrero. El caso de los obreros de origen rural en
ción y III de Vivienda, Resultados de Prioridad, la industria limeña. CIUP, Lima, 1981.
Nivel Nacional, cuadro 11. 18/ Pedro Galín, "La extensión del trabajo even-
5/ David Chaplin, The Peruvian Industrial Labor tual", CIAT-EFE, 1983, policopiado.
Forcé, Princeton University Press, 1967, 212-213. 19/ Ver, por ejemplo, la discusión y bibliografía
6/ Patricio Meller, "El patrón de concentración citada en José Nun, "La industria automotriz ar-
industrial de América Latina y Europa Occiden- gentina: estudio de un caso de superpoblación flo-
tal", Desarrollo Económico, No. 72, enero-marzo, tante", Revista Mexicana de Sociología, No. 1,
1979 (la medición de este autor corresponde al pe- 1978.
ríodo 1963-1968) y F.L. Pryor, "An international 20/ Delma del Valle, Factores determinantes de la
comparison of concentration ratios", The Review participación de la mujer en el mercado de trabajo,
of Economics and Statistics, mayo, 1972. AMIDEP, seminario "Investigaciones Sociales
7/ José Blanes, Desarrollo de los sectores sociales Acerca de la Mujer", Lima, diciembre, 1977.
urbano-industriales en el Perú: 1950-1976, tesis 21/ Gabriela Villalobos e Hilda Mercado, La ma-
Magister en Ciencias Sociales, Pontificia Universi- dre trabajadora en los sectores populares: el caso
dad Católica, Lima, 1978, 314-316, mimeo. de las obreras industriales y ambulantes, AMIDEP,
8/ Más de 50,000 obreros se encuentran emplea- Lima, 1977.
dos en la grande y mediana minería, en tanto que 22/ Federico León, "La investigación psicológica
sólo unos 3,000 en la pequeña. Boletín de la So- del trabajo y las organizaciones en el Perú: 1956-
ciedad de Minería, 1981. 1981", Socialismo y Participación, No. 19, 61-62.
9/ Ver, por ejemplo, Narda Henríquez, "Migra- 23/ Federico León, 60.
ción y problemática urbana", Problemas poblacio- 24/ CEP AL, Notas sobre la economía y d desarro-
nales peruanos, AMIDEP, Lima, 1980; Martínez llo en América Latina, No. 387-388, diciembre,
H., El éxodo rural en el Perú, 1973 y "Migraciones 1983.
internas en la región norteña", El Norte Peruano: 25/ OIT-PREALC, Asalariados de bajos ingresos
realidad poblacional, AMIDEP, Lima, 1982. y salarios mínimos en América Latina, Investiga-
10/ DGE, Industrialización, empleo y migraciones ciones sobre empleo, No. 8, Santiago de Chile,
internas en el Perú, Proyecto MT-FNUAP, Lima, 1980.
1980. 26/ Oscar Altimir, Un método para el trazado de
11/ Ibid. líneas de pobreza en América Latina, CEP AL, San-
12/ Juan Nunura, La inserción de los migrantes en tiago de Chile, 1976.
el mercado de trabajo urbano: el caso de Lima Me- 27/ En la parte aparentemente más correcta, a pe-
tropolitana, DGE-FNUAP-OIT, seminario "Pobla- sar que la caída del salario real fue muy brusca en
ción y Empleo en Lima Metropolitana", 1983. los años de la dictadura militar argentina, a veces
13/ La relación ha sido observada por autores tan se han exagerado algunos cálculos. Ver, Alvaro
disímiles como Seymour Martin Lipset, Sindicatos Orsatti, "La nueva distribución funcional del in-
y estructura social: análisis comparativo, separata greso en la Argentina", Desarrollo Económico, No.
de la Revista de Estudios Políticos, Madrid, s./f.; 91, octubre-diciembre, 1983.
G a l í n : En t o r n o a la clase o b r e r a p e r u a n a 17
28/ Dirección General de Empleo (DGE), Encues- 47/ Ibid., 356.
tas de establecimientos, No. 8, 1983. 48/ Máximo Vega Centeno, Creación de empleo,
29/ DGE, Empleo y salarios en el Perú, (Versión elección de tecnología y condiciones de trabajo,
Preliminar), Serie Apuntes, No. 6, diciembre, PUC-CC.SS., seminario Balance de estudios urbano
1982, 23. -industriales, Lima, 1982.
30/ Hsto parece indicar la Encuesta de Migración 49/ Jesús Aguilar, Régimen y condiciones de ira-
y fcmpleo de 1978, analizada por Juan Nunura, bajo de los matarifes de Lima Metropolitana, CJAT,
op.cit. II Seminario de Especialistas en Condiciones de-
31/ Ibid., 229. Trabajo, Lima, 1983.
32/ Manuel Román, De campesino a obrero, CIUP, 50/ José Serra y Fernando H. Cardoso, As desven-
febrero, 1981, Primera Edición, 119. turas da dialética da dependéncia, Estudios Cli-
33/ Adolfo Figueroa, "El problema distributivo en BRAP, No. 23, Sao Paulo, 1979.
diferentes contextos socio-políticos y económicos. 51/ Ruy Mauro Marini, "Las razones del neodesa-
Perú 1950-1980", Desarrollo Económico, No. 86, rrollo (respuesta a F.H. Cardoso y J. Serra)", Re-
julio-setiembre, 1982. vista Mexicana de Sociología, E/78, p. 85.
34/ E.J. Hobsbawm, "Lenin y la aristocracia obre- 52/ Ibid., 94.
ra", Revolucionarios. Ensayos contemporáneos, 53/ Paul Singer, Economía política del trabajo.
Ed. Ariel, pp. 184-185. Elementos para un análisis histórico estructural del
35/ Elizabeth Jelin y Juan Carlos Torre, "Los nue- empleo y de la fuerza de trabajo, en el desarrollo
vos trabajadores en América Latina: una reflexión capitalista, Siglo XX Editores, México, 1980, 199.
sobre la tesis de la aristocracia obrera", Desarrollo 54/ Hemos intentado una conceptualización en
Económico, No. 85, vol. 22, abril-junio, 1982. "Notas sobre dictadura y extensión de la jornada
36/ Blanes, 264. de trabajo. El caso argentino 1976-1980", Estu-
37/ DEG, op.cit., Serie Apuntes No. 6, diciembre dios Andinos, No. 19, 1983, 71-84.
1982, 24. 55/ Vale indicar que los trabajadores sujetos a ne-
38/ Pedro Galín, La dimensión del trabajo even- gociación colectiva son mucho más que los sindica-
tual, CIAT-EFE, 1983. lizados, ya que, en principio, los pactos son aplica-
39/ Guy Gaire, "Précarisation des emplois et ré- bles a todos los trabajadores de la empresa, salvo
gulation du marché du travail", Sociologie du algunas excepciones.
travail, 2/82, pp. 135-158. 56/ Isabel Yepes y Denis Sulmont, Trabajo en
40/ Pedro Galín, "Las horas extraordinarias en el cifras, PUC-CC.SS., Serie Proyección Social, mayo,
Perú", CIAT-OIT, en vías de edición. Respecto a 1983, 97 y ss.
las categorías de "cambio mayor" y "menor", ver 57/ Esta observación fue formulada por Edgar
Vega Centeno, Crecimiento, industrialización y Flores en el Seminario-Taller La organización sin-
cambio técnico, Perú 1955-1980, PUC, Lima, dical, cobertura e incidencia en la fijación de po-
1982. líticas sociales, mayo 3, 1984.
41/ Pedro Galín, Condiciones del trabajo por tur- 58/ Andrew Leninger, Información sobre sindica-
nos en la industria peruana, GIAT-PIACT, Lima, tos del área Lima-Caliao, SEHR, Encuesta de ho-
1983. gares, Lima, 1968.
42/ Daniel M. Schydlowsky y Juan J. Wicht, Ana- 59/ Los datos de la PEA asalariada han sido calcu-
tomía de un fracaso económico: Perú 1968-1978, lados en base a OIT, Anuario de Estadísticas del
CIUP, Lima, octubre, 1979, 4a. edición. Trabajo, 1982; las tasas de sindicalización de los
43/ E.V.K. Fitzgerald, La economía política del países europeos de Jean Daniel Reynaud, Les syn-
Perú, 1956-1978. Desarrollo económico y rees- dicats en France, Sueil, París, 1975, citado por J.
tructuración del capital, Instituto de Estudios Pe- Samuel Valenzuela, Movimientos obreros y siste-
ruanos, Lima, 1981, la. edición, p. 367. mas políticos: un análisis conceptual y tipológico,
44/ Javier Iguíñiz, "Razones y falacias de la ex- Desarrollo Económico, No. 91, vol. 23, octubre-
portación no tradicional", Análisis, No. 7, enero- diciembre, 1983; la tasa de sindicalización de Es-
abril, 1979, 103-104. tados Unidos de Thomas Ferguson y Joel Rogers,
45/ Máximo Vega Centeno, Crecimiento, indus- Le monde diplomatique en español, setiembre,
trialización y cambio técnico. Perú 1955-1980, 1979; y, la de Argentina de Juan Carlos Torre, La
Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo tasa de sindicalización en Argentina, Desarrollo
Editorial, Lima, 1983, 152-153. Económico, No. 48, vol. 12, enero-marzo, 1973, y
46/ Miguel F. Pérez, Percepción política de los di- Los sindicatos en el gobierno, 1973-1976, Centro
rigentes de la industria automotriz, tesis, PUC, Editor de América Latina, Buenos Aires, 1983.
Luna, 1972.