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La gestión

ambiental

Tecnologías
para la
Sustentabilidad

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La gestión ambiental
La gestión ambiental y la sustentabilidad

A inicios de la década del setenta, con relación a la situación


ambiental, el aumento de la población mundial, además de
los derrames de petróleo en los océanos y de las emisiones
de dióxido de carbono, constituían las principales amenazas
al bienestar del Hombre. Al inicio de la década siguiente la
percepción de los problemas se amplía, ya se discutía el
efecto invernadero, la contaminación de los océanos, la
deforestación, la pérdida de la biodiversidad y la lluvia ácida.
A finales de la misma década, otros factores eran
incorporados como amenazas no solo para el Hombre, sino
también para el Planeta. Entre ellos se destacaban: el
agravamiento de los cambios climáticos globales, la
reducción de la capa de ozono asociada a los CFC’s, los
residuos tóxicos, la pérdida de hábitats, la contaminación de
las aguas superficiales y subterráneas, la disponibilidad de
agua dulce, la intensificación de la degradación ambiental de
los países en desarrollo, el desperdicio de energía, las
pérdidas de suelo y la desertificación, la marginalización.
(Negrão Cavalcanti, 2000, pp. 27-28).

Todas las actividades realizadas por el hombre y por las sociedades


modifican el ambiente en el que estas se desarrollan. Lo impactan desde la
sola presencia y por el establecimiento de las comunidades. El consumo y
la modalidad de uso de los recursos naturales, la explotación masiva de los
bienes de la naturaleza (los minerales, los cultivos, la actividad agrícola,
ganadera e industrial…) y la devolución al medio de los subproductos no
útiles a sus propósitos de estas actividades son formas de afectación a los
ecosistemas.

Entendemos la gestión ambiental como un instrumento que aborda las


actividades antrópicas en un marco de sustentabilidad. Es decir, estas se
conciben con una mirada que contempla principios de prevención en lo
referente al cuidado del ambiente.

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El concepto de sustentabilidad emerge de la contraposición entre la
demanda y la utilización de recursos naturales (materiales y energía), que
es creciente por parte de las sociedades tecnológicas, y de la capacidad de
respuesta de los ecosistemas afectados. Implica una gestión de los
recursos que se materializa con la intervención humana, a través de la
gestión pública, gubernamental, empresarial o cívica (ONG).

Para Ernest Guhl la gestión ambiental es entendida como “el


manejo participativo de las situaciones ambientales de una
región por los diversos actores, mediante el uso y la
aplicación de instrumentos jurídicos, de planeación,
tecnológicos, económicos, financieros y administrativos,
para lograr el funcionamiento adecuado de los ecosistemas
y el mejoramiento de la calidad de vida de la población
dentro de un marco de sostenibilidad” [2000, p. 40]. Esta
definición tiene la ventaja de señalar que la gestión debe ser
emprendida por todos los actores involucrados en la
solución de los problemas ambientales, mejorando no sólo
el estado de los recursos naturales y la biota, sino la calidad
de vida de los seres humanos.
Para Esperanza González [2001], Gestión Ambiental es un
proceso técnico-administrativo, financiero y político, por
medio del cual las autoridades encargadas organizan un
conjunto de recursos de diversa índole, que tienen como
finalidad la protección, manejo, y preservación del ambiente
y de los recursos naturales renovables, en un territorio
especifico. Esta definición enfatiza los recursos naturales y
da a entender que el ambiente es el medio natural, el cual
debe ser protegido y preservado. Es una definición muy
usual, donde no se tiene en cuenta que el ambiente es la
resultante entre el subsistema social (antrópico) y el
subsistema natural (biótico y abiótico). Esta visión
reduccionista es muy común en la actualidad, donde se
supone que los seres humanos debemos proteger la
naturaleza, que es la dadora universal de todos los recursos
que consumimos los seres humanos. (Muriel, 2006, pp. 2-3).

El método PER (presión, estado, respuesta) es una metodología utilizada


para materializar la gestión ambiental. Consiste en identificar aquellas
actividades humanas que ejercen una presión (directa o indirectamente)
en el medio natural, en términos de degradación que, en consecuencia,
modifican su estado, ya sea por reducción de calidad, de diversidad o de
cantidad.

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Una vez identificadas las presiones, se generan respuestas mediante la
implantación de políticas, planes o programas en los distintos ámbitos de
gobierno, orientados a reducir el impacto.

Algunos ejemplos de actividad humana que, de manera directa, ejercen


una presión son el vertido de un residuo industrial en un curso de agua o la
deforestación de los bosques nativos.

Indirectamente, también existen acciones que impactan de forma negativa


en el medio como algunas políticas, los cambios tecnológicos o los estilos
de vida que impulsan, por ejemplo, el uso de un vehículo para el transporte
personal o el cambio de modelo de teléfono celular en un período exiguo.

La Gestión Ambiental, como proceso participativo y


continuo, debe procurar la sostenibilidad del medio natural
(se refiere a un ecosistema en desequilibrio que exige
inducciones externas para lograr la sostenibilidad), de
manera que los recursos naturales continúen disponibles
aún para las generaciones futuras, en cantidad suficiente,
con una buena calidad, de manera que se refleje en el
mejoramiento de la calidad de vida y sobre todo que su
disponibilidad sea en igualdad de condiciones para toda la
sociedad. (Muriel, 2006, p. 6).

Principales instrumentos de la gestión ambiental


Existen herramientas utilizadas desde la gestión ambiental que han surgido
tanto desde el ámbito gubernamental como de las empresas para dar
respuesta a las iniciativas de intervenir, ya sea de manera preventiva,
correctiva, proactiva o de remediación, según la fase de la intervención.

Evaluación de impacto ambiental: la evaluación de impacto ambiental


(EIA) es una herramienta técnica y administrativa, que incluye las acciones
tendientes a lograr que las actividades, obras o proyectos que pudieran
tener un impacto negativo en el ambiente o en la calidad de vida de la
población se sometan desde las etapas iniciales a los procedimientos que
los identifiquen y cuantifiquen. Así, se recomendarán las medidas que los
prevengan, atenúen, compensen o potencien (si se trata de impactos
positivos) y, de ese modo, se proporcionará la protección del ambiente y la
sostenibilidad de la inversión.

El proceso de EIA es ejecutado por los cuerpos técnicos interdisciplinarios


que los organismos de gobiernos competentes en materia de ambiente

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designan concretamente para cada caso. Esto constituye un requisito de
cumplimiento obligatorio para la instalación de industrias o actividades
que, por los riesgos o complejidad, sean afectadas por la normativa legal.

El estudio de impacto ambiental, objeto de esta evaluación, es el análisis


detallado y objetivo que el responsable del emprendimiento encomienda a
los técnicos, con el propósito de identificar y cuantificar los impactos
ambientales que la actividad ocasionará en el aire, en los cursos de agua y
en el suelo o cómo afectará a los ecosistemas, al patrimonio histórico y a la
calidad de vida de la sociedad, entre otros.

 Auditoría ambiental: la auditoría ambiental, como práctica de


evaluación sistemática, documentada, periódica y objetiva del
desempeño de una organización, tiene como propósito orientar la
gestión del programa ambiental mediante el control de las prácticas
ambientales, la evaluación el cumplimiento de la legislación ambiental
existente, la gestión de las acciones correctivas y preventivas.
 Programas de monitoreo ambiental: consiste en el relevamiento
sistemático de variables ambientales a lo largo del tiempo, su análisis e
interpretación (tasa de generación de residuos sólidos, tasa de emisión
de emisiones gaseosas, etcétera). La selección de las variables, los
puntos y métodos de muestreo, los equipos de medición y el plan de
control de equipos son algunos de los elementos que conforman el
programa. Los resultados proporcionan una descripción del desempeño
ambiental de una instalación.
 Análisis de riesgos: reside en la identificación de las situaciones que
generan un riesgo, una situación de incertidumbre respecto de las
condiciones normales de equilibrio del ambiente y en la definición de
estrategias y procedimientos para gestionarlos adecuadamente. Se
consideran el análisis de la probabilidad de ocurrencia de la situación, la
magnitud del daño que pudiera ocasionar y se determinan las formas de
mitigación.
 Programas de respuesta a emergencias: es el documento que establece
las acciones que se desarrollarán en el caso de ocurrencia de algún
accidente ambiental.
 Programas de recuperación ambiental: tiene el propósito de exponer
posibles soluciones para que un sitio que ha sido impactado y
degradado por una actividad humana recupere las condiciones de
equilibrio de su entorno y adquiera aptitud para su uso público.

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Bibliografía de referencias
Díaz, C. R., y Escárcega, C. S. (2009). Desarrollo sustentable: Oportunidad
para la vida. Distrito Federal, MX: McGraw-Hill Interamericana.
Recuperado de http://www.ebrary.com.bibliotecadigital.idm.oclc.org

Muriel, R. D. (2006). Gestión ambiental. Ideas sostenibles, 3(13), pp. 1-8.


Recuperado de
https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2099/1110/13_GestAmbie
ntalRafaelMuriel_cast.pdf

Negrão Cavalcanti, R. (2000). Gestión ambiental. Trabajo presentado en el


II Curso Internacional de Aspectos Geológicos de Protección Ambiental.
Universidad Estatal de Campinas, San Pablo, BR. Recuperado de
http://www.grn.cl/Gestion-ambiental-2.pdf

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