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La Cultura en los Planes de Gobierno

Un vistazo con lupa en mano a los planes de gobierno de los favoritos al sillón presidencial revela la
noción e importancia que conceden a la cultura en el proyecto-país que proponen si usted y yo los
elegimos.
Los juicios a cerca de la futura gestión de los asuntos culturales en los grandes medios de
comunicación son escasos o inexistentes. Más aún, la cultura no recibió mención alguna en el
último debate televisado. En lo que va de la campaña electoral, los candidatos al máximo puesto
político de la nación ni sus aspirantes al congreso se han preocupado por llevar la cultura a la esfera
de la opinión pública ni de discutir el peso de esta en las políticas de estado. Ya sea por simple
cálculo (no atrae grandes masas de votantes) o por considerarla algo accesorio o suntuario, poco de
ella encontramos en los tan mentados planes de gobierno en los términos siguientes:

Alejandro Toledo. Nuestra diversidad cultural es nuestra fortaleza, encabeza la propuesta del ex-
mandatario. Reconoce al Perú como un país multicultural y geográficamente diverso, por ello es
fundamental promover el respeto y el diálogo entre culturas en busca de la paz social. Así, Toledo
apuesta por vincular la cultura con la construcción de ciudadanía, la igualdad de oportunidades y el
civismo.
La lista de compromisos: el fortalecimiento de capacidades en gestión cultural, de las oficinas y
funcionarios encargados de cultura en las regiones y los municipios, además de contar con planes de
cultura con presupuesto asignado; la creación de la Universidad Nacional de las Artes; relanzar el
Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia del Perú; construir el Museo del
Tawantinsuyo en Cusco para albergar los objetos recuperados de la Universidad de Yale, resaltan
del grupo.
En turismo destaca la descentralización de Prom-Perú en las regiones para el fortalecimiento de sus
actividades y de la relación con los productores locales. Asimismo, plantea la meta de 3 millones de
turistas con un promedio de cinco días por visita.

Keiko Fujimori. Si hay un punto donde se evoque la cultura en el plan fujimorista es en el eje 16.
Impulsando nuestras ventajas competitivas en el turismo. Considera al turismo como una actividad
estratégica prioritaria para el desarrollo integral de país. Y plantea tres objetivos: consolidar tres
macro-circuitos turísticos; hacer del Perú un macro destino turístico y; consolidar y expandir
nuestras ventajas competitivas turísticas. En este último, al igual que la gastronomía, sugiere
continuar el impulso a otras actividades que integran el valioso patrimonio cultural del Perú,
especialmente en el campo del folklore [sic], en el que destacan la artesanía, música, danzas, fiestas
típicas, ferias y mercados, expresiones de alto valor para el turismo nacional e internacional (el
subrayado es mío). Bien. Pero, de la cultura-folklore como le llama- y el patrimonio no solo se
puede hacer turismo. Ni una mención más en su plan de gobierno.

Ollanta Humala. Concibe al Perú como un país multicultural en el que conviven pueblos y grupos
étnicos diversos que mantienen sus propias culturas y lenguas. Según Humala, los procesos
educativos y las políticas culturales del Estado tendrán en cuenta esta realidad multicultural y
desarrollarán, permanentemente, orientaciones y prácticas que alimenten el pluralismo, la
integración y cohesión social desde esta diversidad. Agrega que la política intercultural del Estado
exige no sólo el respeto hacia las otras culturas, sino esencialmente su conocimiento, comprensión y
diálogo. Que en las regiones y localidades en que las poblaciones tengan idiomas y prácticas
culturales diferentes a la hispana-criolla, los servicios fundamentales del Estado peruano se
implementen teniendo en cuenta el idioma y las expresiones culturales de los pueblos de la zona.

Incluye una valoración y crítica cultural: La cultura es de élites y no es nacional. Las tradiciones y
la cultura de las clases populares, en particular la de los grupos étnicos que vivían en las zonas
andinas, se convirtieron en una simple postal para turistas. Así como se exaltaba nuestro pasado
incaico se despreciaba al indio presente.
Por ello, nuestra cultura ni fue nacional ni popular, menos diversa, y derivó hacia un mal entendido
cosmopolitismo que despojaba a la cultura de todo sentido nacional. Las élites, al mirar primero a
Europa y luego a EE.UU. como modo y forma de vida, no consideraron a la mayoría de peruanos
como sus compatriotas. Lo que convirtió a nuestras ancestrales tradiciones y costumbres en un rito
folclórico y no en una cultura nacional-popular.

Un listado de acciones culturales destaca del plan 2006-2011 y que no han sido incluidas para el
actual. ¿Omisión voluntaria o descuido? De lo que no cabe duda es que el ex-militar apuesta por
políticas culturales nacionalistas y patrimonialistas dirigidas hacia el fomento y a la difusión de
tradiciones culturales consideradas autóctonas o, en todo caso, ligadas a los orígenes del país.

Luis Castañeda. Sigue la harta conocida definición de cultura dada por la Unesco. Presenta un
escueto recuento del patrimonio arqueológico, natural e inmaterial para decir que somos los
herederos de las más grandes expresiones culturales de América del Sur y por tanto responsables
directos de la preservación, investigación y difusión de lo que constituyen las raíces de nuestro
propio país y de las actuales naciones hermanas. Finaliza con “acciones concretas”, que en realidad
son generalidades sin mayor originalidad.
PPK. Del escrito Perú, ahora o nunca que el economista exhibe como plan de gobierno llama la
atención el cap. 11 El futuro de la juventud. Cultura, deporte y participación. Clubes deportivos y
culturales:
“La tradición en el Perú cuando hay un reto o un problema es pedirle plata al gobierno y crear un
nuevo ministerio. Ese no es el camino. Tenemos que buscar una solución más imaginativa en las
cuales las grandes empresas adopten centros deportivos y culturales para los jóvenes: pequeños
complejos que tengan espacio para una cancha de fútbol, otra de vóley, un gimnasio, una biblioteca
con acceso a Internet. No sólo hay que financiar la construcción de los locales, sino que también es
fundamental su funcionamiento y equipamiento: profesores, entrenadores, libros, instrumentos
musicales, iluminación de las canchas, etc...Los jóvenes deben identificarse con este nuevo esfuerzo
deportivo-cultural. No deben sentir que van al colegio. Quizás un pequeño costo de entrada o
membrecía [sic] podría ayudar: lo que se recibe de regalo no se aprecia tanto como algo que uno
mismo está construyendo.” Continúa.

En su momento fue conocida la postura crítica y contraria del candidato a la creación del ministerio
de cultura, posición que mantiene en su libro. Imagina la cultura asociada al deporte, la recreación y
el entretenimiento, y propone el padrinazgo del empresariado a los centros culturales destinados a
los jóvenes. Y, para que la cultura no parezca un regalo sugiere el pago en moneda por el acceso.
Saque usted sus propias conclusiones.

El gran ausente en los planes de gobierno es el Ministerio de Cultura. ¿Conocerán los asesores y/o
encargados de elaborar los planes su existencia? De cualquier forma, el próximo gobierno tendrá en
sus manos el gran reto de dinamizar el papel de esta cartera del estado e implementar y ejecutar
políticas culturales que tengan como fin último el desarrollo humano de todos los peruanos.

Nota:
Para la realización de este artículo se han tomado en cuenta las versiones digitales de los planes de
gobierno publicados en las respectivas webs de los candidatos presidenciales.

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